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a S eaptrto tit |) LAS: ARTES ¥ LAS LETRAS DEL RENACEMLENTO Las leiras y Tae artes. it Concepts: del Renasimionto. — Papst de Italia: én Ia oultura réviicentiota: ~ Rrudiotin “Kemandemo. a 1 politica, Mai a Doeaneanee VBL Reiacimiento, en cuanto a la eul- tura Uteraria y a Ine bellas artes, fue en sus comienzos un fenémeno italiano, Muy pronto traseionde, sin embargo, a todo el Oceidente enropeo, y sus ondas postreras, en formas epigonales, “alean- zarin lejanos paises del Este cuando ya el siglo xvr termina, EI splendor de la cultura italiana fasciné a Jos europe0s. El contacto di- veeto con Italia y log medios de difusién, acrecentados desde el deseubrimiento de a imprenta, facilitan el trasplante de influeneias. Sin embargo, cuando Italia vive en plenitud el Renacimiento, a fina- les del siglo XV y primeros afios del XVI, la Buropa de Oceidente sélo inicia los balbueeos de las primeras timidas imita- jones, junto a las formas antiguas,’ que ersisten con fuerza, Concepto del Renacimiento.— A me diados del siglo xvt, con Jorge Vasari, cristaliza el concepto de “renacimiento de Jas artes", que algunos humanistas italianos habfan formulado desde el. sic lo XIV. Se pens6 entonees que, tras la invasién del imperio romano por los bdr baros del Norte, el arte antiguo habia desaparecide y que ocho siglos més tar- toma deb hombre, BE tndividuatismo. re lo, — Proyecciin esopen del Renacimiento. Los iedioe de difustin. — Hioas cn Francia y en ta peninsula ibéricn. ~ Lea romanielas [lamencos, de los macstros italianos habfan acerta- do a resucitar las execlencias de aquel arte, Vasari vino a’ ofrecer Ia primera representacién del arte renacentista con- eebido con un criterio biolégico, sexin el cual Ia infaneia de tal arte se halla en Giotto (segunda mitad del siglo xm), ¥ después del perfodo de adolescencia, que se aleanza en el siglo xv Brancles: chi, Masaccio, Donatello), se corona en Ja madura plenitud del quinientos (Vinci, Miguel Angel). Las artes restauradas volvian al esplendor de los eénones y de los modelos elésicos de Ia antigitedad. Después de formulado asi el coneepto de “las artes renacidas”, se hizo exten- sivo al “renacimiento de las letras”. A fi- nales del sigio xvi, Pedro Bayle expre- 86 Ia convieeién de que las tinieblas so- brevinieron sobre Ja cultura literaria al extinguirse la antigua Roma, pero que un fenémeno liberador habia ocarride més tarde en Ttalia, restableciendo les Iuces eclipsadas en la mente y en Ia plu- ‘ma del hombre. Durante el siglo XIV no habian faltado humanistas ttalianos que se pereataron del despertar contemporé- neo de las letras, atribayéndolo, bien al Papel creador de. algunos genios como Dante, Petraree y Boccaccio (por ejem- ‘ plo, Felipe Vi ciudadunos fon bien @ causes raeion de las 1 Hianas 0 a li HLovenso Brut poctacularidad Imperio biznt «1 (1458) deve este supuesta BJ humanisn vestanrweién ale dono de siglos les iletrades ¥ fe as fuentes toves. protestar os a procarae ma supuest cl nismo primith ‘lel milenio de a Historia ee Matas flamences, habfan searte. neias de aquel ‘er Ia primera teentista con olégico, segin arte se halla {el siglo xu), adoleseeneia, XV Braneles- se corona en tients (Vinei, 5 restauradas eénones y de intigtiodad. 1 el concepto ® hizo exten- letras”. a ai Bayle expro- tinfeblas so- | Titeraria al 18, pero que fa oosrrido ‘leviendo lag yen Ia plas siglo 21V. no talianos que contempors- loto, bien al enios como (por ojem- MNACTURNTO, WEFORKA CATOLICA Y HMVOLUCTOS PRonRetaNT 38 plo, Felipe Villani en el Libro de los ciudadanos fainosos de Florencia, 1382), Dien a causas politicas ¢omo la restau- vacién de las Libertades municipales ita- lianas 0 a la ealda de Constantinopla (Lorenzo Bruni o Pablo Cortese), La ese pectacularidad de ofrecerse como expli- eacidn una causa dramética (eaida del imperio bizantino) y una fecha preci 1 (1458) dieron aceptacién preferente a este supuesto, El humanismo erasmista se propuso la restauracion de las letras frente al aban- ono de sizlos que atribuian s los frai- les iletrados y a los teblogos ignorantes de las fuentes de la teologia. Los escri- tores protestantes del siglo xv1, obliga- dios a procurar ln demostracién del dos ‘ma supuesto de Ja corrupeisn del cristia- nismo primitive, divulgaron la imagen el milenio de tinieblas (Tedora Beza on su Historia eclesidstica, los centuriado- Ho Ue hs fae iesn comune. Fev por i (este a Santa Cru, Pore) ves de Magdeburgo, ete.). Asi coneluyé en Bayle esa triple formulacién de la idea de un renacimionto literario: la de los humanistas italianos, Ie erasmista y la brotestante. Pedro Bayle Ia divulgé con tal mafia, que el Diccionario de la Aca- demia francesa, en 1718, ino Renaissance, entendi venacer literario. Consecuencia del concepto de Renaci- miento, que se tba concretando, era la idea vaga de una época intermedia, una solueién de continuidad entre los tiem- os antiguos y los del Renacimiento, Bra {a edad iletreda y sin gusto que denum claban los humanistas, Era el tiempo en que ¢l cristianismo perdié su pureza ori- ginal por culpa de la Iglesia} segin ol decir de los protestantes. Asi, pues, la idea de la Edad Media surgi como un correlato del Renacimiento, A finales del siglo xvi, un habil divulgador, Crist6bal au La ALTA BDAD ODRANA Celario, Ja generaliza: Ia Edad Media serd asi el tiempo tenebroso que corre ‘desde Constantino hasta que el humanis- 2) DANTE ADD iisnelaseis ‘mo hizo la duz en las letras y la palabra de Lutero ilumind los esptritus. Esta doble formulacién antitética : “Re- nacimiento-Edad Media”, pasaré ya al siglo XVM, y a través de 6 legard © ta coneepelén elésica de Burckhardt. Los Alésofos del setecientos, devotos de la ra- v6n, pensaran que todos los tiempos en gue el hombre no proclama la omnipoten- ‘cia de-la-misma son exas de locura y ba barie. Para explicar Ia historia univer al echan mano dé su toovia del progre- so, La Edad Media estaba condenada religién revelada y eacolasti¢iamo, claves de aquella Edad, eran los obstéculos fun- damentales que el progreso encontyaba fen su marcha hacia Ia Iiberacién de los hombres, Esa Edad es muestrario, para sar po One Feta los fildeofoe del siglo xvnT, de todo To invacional, “Bs necesario conocer la his- toria de este tiempo al s6lo objeto de Aespreciarla”, dice Voltaire. Si la histo- con ejemplos” « ingbroke AaxGzicomorsl « eiemplos", Otve wtecientos, ate medinto de bah bbign fa Bela tudiarse vor pi Bl siglo 8H concepts do" v Svenueimients side bids sobre to na, etapa en} Cuyndo et B Baad M fle dos. sentimi fe locura y bar- istoria univer- ia del progre- va condenada: ticiemo, claves dhstiieulos fune 0 encontiaba seracién de los testraxio, para tut, de todo Jo vonoeer la his- s6lo_ objeto . SI Ia histo- ton vata 9 atv. Ie le Asie via ha de ser “la filosotia que ensefia con ejemplos” —segiin expresd entonices Holingbroke—, puede toner interés pe- dagégicomoral el ensefiar con “horribles ejemplos". Otras veces; los hombres del setecientos, atentos al valor utilitarlo in- mediato de la historia, desvalorizan tam- bign la Edad Media, que s6lo merece es- tudiarse por patriotismo. El siglo Xviit ha enriqueeido los viejos conceptos de “renaeimiento de las artes" y “renacimienta de las letras” con ot: sideraciones de tipa politico y social, de- bidas sobre todo a Voltaire, y con In fnterpretacién del Renacimiento como tuna etapa en Ia Tinea del progreso hu- mano, a 1a manera de Condorest. Cuando el Romanticismo adviene, la Edad Media es revalorizada a instancias Ge dos sentimientos distintas: el entu- siasmo nacionalista y el fervor cristiano, Los roménticos, al ideslizar la Edad Me- RENACIIUSO, RRFORMA CABOLIOA' Y REVOEUEION BaorwsEAs tie 35 dia, nan supuesto, con Chateaubsiand, que aquellos tiempos’ alejados, por: #2 misma lejanta, poseen un maravillose en- canto: el arte gético no es un produeto bévbaro, sino original, pintoresco, leno de fuerza vital eapaz de sobrépoherse 4 los convencionalismos antiguas le vide social s¢ representa bajo la imagen de la caballerfa, fuente postiea, y se olvidin tos cuadeos dela rudeza primitive lor idiomas naefentes na son torpes areais- mos, sino que se descubre su valor vostion Ante el Romanticismo, en la primera mitad del sigio xt%, Ia Edad Media tione signo positive. ; También cambiar el signo eon que se habia apreciado el Re- nacimfento? No, No sucede ala revalori- zaci6n de la Edad Media una correlativa desvalorizactén de su término antitético: el Renacimiento. Por al contrario, el en tusiasmo por las fuertes personalidades individuales del Rereiinfento gana tam- ign Jos sentimientos romAnticos. Y son estos hombres del romanticismo, como Federico Schlozel, por ejemplo, los qite empiezan el estudio sistemétivo dé la cultura renacentista. Est4 preparado en- tonces el camino para la: sintesie’ deft nitive, Es lo \que intentd'Micholet, para quien et Renacimiento est determiniado ino slo Dor el resueitar del saber antiguo, grax elas alos eruditos, y por Ta reconellin- cin-del arte con la raxén, sino también or el descubrimiento del mundo (el man- do gedaréiico, por Colén y los navegan- tes\cspatioles y portugueses; el mundo astronémieo,. por Galileo) y por el des- ‘cubrimiento del-hombre (su personalidad individual, revelada por Lutero y por los eseritores, que culminan en Cervantes) ‘Todo esto oeurre sébitamente, sin causes explicables; Michelet divé: “Fué la explo. sion heroica de una inmensa voluntad,” Pero Is sintesis de Michelet adoleeta de fuertes eargas retérieas y subjetivas ¥ de una t6niea emocional que perjudics su éxito. Nacionalista, traduete sus sen- timientos en una Ifriea apasionada; de- mécrata ferviente, estaba eargado de un santo fervor antinobiliario; enemigo del catolicismo, descarga su implacable hos- tilidad contra la Iglesia. La antitesis Ro- nacimiento-Edad Media, que los romén- ticos habian pareisimente superado, vol~ via Michelet a establecerla, Poco después, sera Jacobo Burckhardt quien consiga la gran sintesis histérica sobre la cultura del Renaeimiento. Per tenece Burckhardt, por su época y su temperamento, al positivisino triunzante al mediar el siglo XI.’ Los neoelisicos habfan idealizado la cultura helénicorra- mana; el romantieismo idealizé la Edad Media, Los positivistas iban a idealizar el Renacimiento, la época en que se ini ela el desarrollo de la clencia: moderna, el racionalismo individualista; Ia Itbertad de pensamiento. Filélogo erudito, con sensibilidad de artista, alardea Burel hardt de acerearse a ls historia como a un arte. No le importa el desarrollo ero- nolérico ni la trascendencia filoséfica del fendmeno que estudia; se atiene s6lo a hechos positives. ‘Los factores del Rencimiento los en~ cuentra: en el desarrollo del Estado mo- derno (que da Ingar 9 la vida politica libre en la que se desenvuelve el hombre del Renachmiento italiano), en el desarro- Ilo del individualismo (durante la Edad Media Ia personalidad esté eohibida, en el Renacimiento aparece Ia eoneieneia de ls propia personalidad, y de ahi la idea de prestigio) y en la resurrecei6n de la antigedad, que no es causa, sino efecto Gel hombre nuevo, pero que impulse fuertemente la secularizaclén de la cul- tura y de la vida por el ejemplo de la culture pagana clisiea, Estos factores imprimen au sello se- nerador de la cultura del Renacimiento en las artes y letras (al deseubrimiento Gel mundo astronémico y georréifico afia- de Burckhardt el hallazgo de la natura. Jeza, de In belleza objetiva del mundo), en Ia sociedad (festas y vida de relacién Ge una sociedad que no se funda ya on Ja sangre, sino en la riqueza) y en la vide moral (depravada, la nocién de bien y mal se sust inreligiosided tempordneos Burekhardt h Iglesia). La. brillante tuvo general 1 pués sigue con siacién clisiea miento, no historico (petr evolucién crane de los factores referencia as Puesto que de Benles comune contrastes exce lo renacentista, Paisea. Pero desde { publica La cule Teatia, hasta nu zado profundam griico del Ren: ajo tadas por la hi humanism (Di Huizinga, Olgiat la historia evons ron, A. vou Ma manifestaciones ae Malia o por los orfgenes med to —ln continu co y sobre ef medieval (Von B La revision de pone en tela de tidad del human sieién de la sabi cristiano: se des del humanismo, exaltacién pagans pera el hombre, exaltacion —muy lores eveadas pei reciente e impor del humanisme y La antitesis Re- que los romén- > superado, vol- ta, obo Burekhardt niteais hist6riea acimiento. Per- su 6poca_y su ismo triunfante Los nevelésicos wea helénicorro- dealizé la Edad ban a ideslizar en que se ini- encia: moderna, ista; la libertad © erudito, ‘con Mlardea Burel- ristoria como a desarrollo ero- sia filoséfica det P atiene s6lo a imiento los en- del Estado mo- vida politica lelve el hombre yen el desarro- ante la Edad té cohibida, en 'sa, sino efecto que impulsa sign de la eul- ejemplo de la n su sello ge Renacimiento eseubrimiento reogréfico afia- de Ia natura- 2 del mundo), da de relacion > funda ya en weza) yen Ta hnoctén de bien HENACOUENTO, WEFORIA CATODICA ¥ RUVORUCION PROMRSANED aT y mal se sustituye por la de necesidad; inreligiosidad que donuncié en sus con temporéneos Maguiavelo y de Ia que Burekhardt hace culpable a la vieja Iglesia) La brillante sintesis de Burekhardét tavo general vesonancia. Un siglo des- pués sigue constituyendo su obra la ini- elaeién clisica af estudio del Renaci- miento, no obstante su falta de sentida historieo (petritica. doseientés “aos. sin evolucién cronol6gica en ellos), el olvido Ge los factores econémicos, la limitada referencia a s6lo las clases superiores, puesto que de su sintesis excluye a las gentes comunes indiferenciadas, y los contrastes excesivos entre lo medieval y lo renacentista, ontre Italia y los demas paises. Pero desde 1860, en que Burckhardt publica Le cultura det Renacimiento en Halia, hasta nuestros dias se ha avan- “zado profundamente en el estudio mono- grifico del Renacimiento, y al concepto se revisa bajo las nuevas uces proyec- tadas por la historia intelectual y del humanismo (Dilthey, Cassier, Gentile, Huizinga, Olgiatti, Totfanin,-Saita), por le historia econémiea y social (Hans Ba- ron, A. von Martin, H. Koht), por las manifestaciones del Renacimiento fuera de Italia o por las indagaeiones sobre los orisenes medievales del Renacimien- to —ta continuidad del proceso histéri- co y sobre el contenido propio de lo medieval (Von Bezold, E. Gilson). La revision de le historia intelectual pone en tela de juicio la supuesta iden- Hdad del humanisme y lo pagano, la opo- sicién de la sabidurfa pagana al saber cristiano: se deseubre el fondo cristiano del humanismo, que eonsiste, ne en la exaltacién pagana de los valores creados para el hombre, sino még bien en una exaltacin —rouy cristisna— de los va- lores creados por el hombre, La obra reciente e importante de Saita acorea del humanismo y el Renacimiento ita- liano subraya que el orgullo de la élite humanista, despreciativo de la ealtura vulgar, arraiga en las vivencias’colec- tivas por parad6jico resultado; y asi, la opesicién cultura popular-cultura clisica ivi Manes, Hasty jor Maro humanista es menos radieal en el fondo que en la aparicheia, porque los huma- nistas sintetizan tos lados positives del clasicismo y los det cristianismo; de tal ‘manera, la Inyeceién clasieista de la élite sive, en definitiva, para dar vigor @ la cultura poputar. a 38 2A ADA RDAP MODERNA La historia econdmiea y social secun- a la viela tesis positivista de que el arte es un producto social (Paine). Los avtesanos y. pequeflos comerciantes se adaptaron al cuadro medieval, poro éste ‘és removido gracias a la burguesia ca- pitalista, inadaptada, verdadera ereadora “de la cultura moderna. B] Renacimiento ‘ge antofa asi an momento precoz y anti- cipal do la Edad Moderna plena, Las eausas del Renacimiento, mas bien que intelectuales 0 politieas, serian de indo le coonémiea, El estudio del-Renacimiento fuera de italia leva a advertir'las peculiaridades locales. La imagen paganizante desapa- rece en cuanto se sale de Italia. Las apreefaciones serén méltiples e incluso contradictorias, aunque la influencia ita- Tiana sobre las eulturas autéetonas sea un denominador comin generalmente ad- mitido: Los origenes medievales del Re- naclwniento se han rastréado en la cultu- ra italiana’ (Thode, Gebhardt, Sabatier, Burdach) y en las culturas medievales de los otros pueblos europeos: a veces se presentan tesis extremas, como la de Courajod, que ensaya demostrar la in- flueneia del Norte de Francia en el arte italiano del Renacimiento; Juan Noré- strdm, que insiste en las raices franeesas del Renacimiento; y las tesis racistas que pretenden hacer de ese fenémeno cultural un patrimonio de los arios (Ste- ‘wart Chamberlain, Carlos Neumann) En medio de tales exageraciones, la investigaein hist6rica ha logrado pre- cisar Toa heckos con serenidad, y eonte- riares de estudios valiosos han destacado el entronque medieval del Renacimiento ¥ el carfcter particular de las diversas mianifestaciones del mismo en cada pais. Al mismo tiempo se comprueba eémo en- ire la antigiiedad y la Edad Media no existin una radical solucién de eontinui- dad, una completa ruptura, sino que en arto grado la Bdad Media eva eontinua- dora y deudora de In antigtledad elfsiea, del mismo modo que el Renacimiento se- via deudor en gran medida de la Edad Media declinante. Bl esquema protestante, racionalista y liberal, de Burckhardt provoes la res- puesta de Ios eatélicos, de los sostene- dorea de Ina modornas tendencias. irra- cionalistas de nuestro siglo xx, y del nacionalismo contemporéneo. La critica ‘a que fué sometidé el cuadro de Burek- hardt durante cien afios ha destrufdo su brillante concepeién, pero ha permitido importantes preeisiones en el conocimien- to de este fendmeno histérieo y cultural. Para Burckhardt el Renacimiento fué una revolucién y, atin més, una revolu- cién itsliana. En nuestros dias se esti- ma como una evolucién general que ‘acontece en el Oceidente europea, aun- que el ritmo de Ja misma haya sido mar- cado inicialmente por Italia. Papel de Italia en la cultura renacen- fista—Italia fas el primer foco del Re- nacimiento europeo, tanto en el tiempo como en In intonsidad con que se pro- dujo, Justamente en el momento en que la importancia politiea desaparece bajo las invasiones extranjeras, eslé en alsa su importancia cultural. Italia habfa sido tun buen receptéeulo de la antiguedad clésica, conservada a lo largo de la Edad Media, En esta funeién conservadora y ‘trasmisora, Sicilia jug6 un papel desta- cado: bizantinos, musulmanes, el empe- rador Federico If, cultivaron allt los res- caldos de} saber clasieo. A través de las ciudades comerciales —Pisa, Génova y ‘Venecia— se mantuvieron otras conexio- nee entre Italie y la cultura antigua conservada en Bizaneio. ‘Asi, elementos antiguos y medievales se funden en Italia, sobre todo en las cindades y en los monasterios. Y de este Goble crisol saldra también Ia doble co- rriente rengeentista: una cultura bur- guesn —impregnada casi siempre de la veligiosidad evistiana, pero destefida a veces con color tuna cultura ect ciudades, Flore ico de la cult donde tuvo su 4 naeimiento ital les y las guer de Florencia, eentro de v3 Fué entonees E macimiento se da de la Baad racionalista y rovoes la res le Ios sostene- indencias irra- slo xx, y del veo, La eritioa dio de Burek- a destrafdo sa ha permitido el conocimien- seo y cultural. acimiento fué 's, una revol 5 dias se est general que europeo, aun aaya sido mar- ali, iltura renacen- ¥ foco del Re- ¥en el tiempo que so pro- omento en que ssaparees bajo 4, est en alza alia habia sido la antignedad go do Jn Edad onservadora y n papel desta- mes, el empe- on alli los res- través de tas isa, Génova y otras conexio- tnea antigua y_ medievales todo en las jos. ¥ de este n Ia doble co eultura bur siempre de la © destefida a NENACRIUENND, RRFOUMA CATOLICA ¥ REVOLITOTON PROTHNEANTH 39 2B Amo sup por Pi any ‘veces con coloraciones paganizantes— y una cultura eclesifsties. Entre todas las » eiudades, Florencia ofrece el ejemplo tf- pico de la cultura burguesa, y fué alli donde tuvo su sede capital el primer Re- nacimiento italiano. Pero las Juchas eiv 1 Campi se sata de Moree os-y Ins guerras extranjeras desplazaron de Florencia, a finales del siglo x¥, el contro de gravedad del Rengcimiento. Fué entonces Roma la que pasé a ocupar el papel directivo, la ciudad en que la cultura eclesidstica dejaria sus majores monumentos. Finalmente, después del sa- queo de Roma en 1627, la eapitalidad det Renacimiento italiano, ya declinante, pax rece emigrar hacia Venecia, la ciudad que se incorporé tardiamente a la mo- derna culture Erudicién y humanismo.— Entre los protagonistas del Renacimiento fué em- pleado el concepio humanifas, en el sen- tido ciceroniane, como expresién del cul- tivo intelectual del hombre. Pera el in- dice de ese cultivo estabi dado para aquellos hombres por Ia erudicién. Sa ber erudite y humanismo eran términos coineidentes. Unas veces los humanistae propenderan a Ia exaltacién de los bi nes exeados para el hombre, con una vi- sién antropoeéniviea e incluso pagana de Ja cultura: tal el caso de Pomponaxai, por ejemplo. Otros humanistas exaltarér al hombre criatura, y los bienes por 6 “ereados serin admirados, aunque orde- nades estos bienes a un fn sobrenatural y eristiano: asi, los ejemplos de Leén X © de Claneros, 40 1A ALEA EDAD MODERNA Dontro de) campo de le erudicién, tres vamas pueden distinguirse: la helenista, Ia latinista (que tienen por base el grie- go y el latin, respectivamente), y In ecle- sidstiea (que participa de ambas bases idiométicas y aun agrega otvas, propias Ge las lenguas bfblicas). La aficién a los estudios grieges la introdujo en Italia Manuel Crisolaras a fines del siglo xIv. La afluencia de sabios bizantinos a me- diados del xv Gorge de Trebisonda, Be sarién Teodoro de Gaza, Gemisto Ple- ton, Demetrio Caleéndilas, Juan Lésea. vis y tantos mAs), junto con los italianos, que visitaron Bizancio, como Filelfo, dieron age extraordinario al helenismo en Talia. Pero desde Petrarea y Juan de Con- versino la evudicién latinista se abria paso, Victorino de Feltre y Guarino de Verona, pevegrinos de ciudad en ciudad, difundieron el gusto por las letras lati- nas en la primera mitad del siglo Xv. En 1457, Lorenzo Valla publied De ele- gentiis linguae latinae, el manifiesto triunfal de la erudici6n latina. Desde en- tonees el latin aeupe poco a poco el lugar pyeferente, y en esta lengua se produci- rén los més ricos ejemplares del Alto Renacimiento, entre los que descuella el eiceroniano Pedro Bembo. Por fin, ya en el siglo XVI, le erudicién latina seré des- alojade —no sin Juchas tenaces y polé- micas acaloradas— por el idioma vulgar. La erudicién eclesiéstica tavo su pro- motor en Nicolés V, que legs a reunir on la Biblioteca Vaticana mis de 800 ma- rnuseritos latinos y 800 griegos. Poxsio y Jorge de Trebisonda descubren y tra- Gucen a los padres antiguos. Con Le6n X adviene la edad de oro de la erudicién cclesifistica La aficién a tos se difundis junta de los m ¥ de las Biblio ron centres. do de ideas y est colectiva a tas tos. Las més f reneia, Roma 5 Florencia por tancise de Ge méximo esplen el Magntfico (1 ron Marsilio F Ja, Alberti; fu ciones religios fa platénica, fundé la Acad temporalmente tiempos de Sin bajo el pontif collazon Bern) Baltasar Casti ‘Academia de > no, para evite y eruditos a | Laas bibliot« de ncei6n a los salidos de la pronto Ia més Ddién hubo ri Florencia, Fea Las letras hombre. El i y las artes it el siglo xv 1 formal y una contenido. Po eseritores ¥ a 1 los otros py ET pujante fundamentaln tifieado y las cidas por el mnchas veces ron acozida Fetvas 0 arti 1 Saget» Vana las letras lati- dol siglo xv. vublie6 De ele- el manifiesto sina, Desde en- 8 poco el lugar tua se produei- lares del Alto ae degeuetla el Por fin, ya en atina seri des- enaces y polé- idioma vulgar. 2 tuvo eu pro legé a veunir ads de 800 ma Hegos. Pogstio seubren y tra 8. Con Le6n X e Ia erudic La aficién a los conocimientos erudi- fos se difundié gracias a la labor con Junta de los-maestros, de las academias y de las bibliotecas. Las academias fue~ ron contros de intereambio y difusién de ideas y estudios, que daban fuer colectiva a las actividades de los erudi- tos. Las mfs famosas fueron lag de Flo- reneia, Roma y N&poles. Fundada la de Florencia por Cosme de Médieis s ins- taneias de Gemista Pleton, sleanza su mximo ezplendor en tiempo de Lorenzo 1 Magnifico (1469-1492): en ella figura ron Marsitio Ficino, Pico de la Mirdndo- la, Alberti; fué un nicelo eon preocupa- ciones religiosas, atraidos por Ja filaso- {fia platénica. En 1460, Pomponio Leto fundé la Academia Romana; suspendiia temporalmente, reanudé gua tereas en tiempos de Sixto TV y llegé a su apozeo bajo el pontificado de Leén X: alli des- collaron Bembo, Sadoletto, Pablo Jovio, Baltasar Castiglione. Bl fundador de 'a Academia de Népoles fué Joviano Ponta- no, para evitar la dispersién de literatos y enuditos a la muerte de Alfonso V. Las bibliotecas dan ef mfximo radio de aceién a los manuscritos y a los libros salidos de la imprents. La Vatieana fué pronto la més importante, aunque tam- bién hubo rieas bibliotecns en Urbino, Florencia, Ferrara, Bolonia, ete Las letras y tas artes. El tema del hombre, El individualismo.—Las Jetras y las artes italianas aleanzaron a finales del siglo xv un alto grado de perfeccién formal y une extraordinaria riqueca do contenido. Por eso Ja influencia de los escritores y artistas italianos trascendié 2 los otros puablos. El pujante desarrollo literario se debe, fundamentalmente,,2! mecendzgo. El pon tifieado y las grandes familias enrique- cidas por el comercio, en las que recay6 muchas veees el poder politien, dispensa- ron acogida y proteccién a hombres de letras o artistas. FO, REPORMA CATOLICA ¥ RBVOLUCION promenade a Junto a la Ivica petrarquista conti. uaba su desarrollo la poesia épice, que con al Morgante de Pulei entronea en 1 sénero de la fantasia caballeresca. Bsta me a Mn literatura neceaballereses encontré en el Renacimiento buena acogida, y en 1487 publicaba Boyardo el Orlunde enamora- do, que inicié la corriente que en el st- glo Xvr desembocaria en Aristo. La no- vola en prosa remontaba su brillante pa sado a Boccaccio. Por los afios que van, dol siglo XV al XVI tiene en Jacobo San 2 BA ALTA EDAD HLODERNA agave un gran representante, ereador de la moderna novela pastoril, llamada a tener un excepetonal eco en las Tetras europens del quinientos, a pesar de lo amanerado del género, Bl arte dramdtico, fen cambio, no fué eultivado, Bl teatro del Renacimiento de Italia apenas logra tos- cos recuerdos de los autores de la anti- giedad, Bra éste un género cuya configu- vacién moderna en el siglo XVI se deberia no a Italia, sino a las letras espafiolas © inglesas. Bn las artes plisticas el Renacimien- to se esfuerza por restaurar las normas clasicas. La pilastra gétiea seré susti tuida por Ja colunma clisiea; en vex de ojivas se levantardn arcos de medio pun- to; los recintos so coronarén con eapulas. Bruneleschi y Alberti han sido los pri- meros grandes arquitectos que trabaja- ron en Florencia y Roma. El hallezgo de De ve architectoniea de Vitravio con- "Gao baptovi de Piss tat) tibuye dar fuerza al gusto nuevo, y la arquiteetura queda en servidumbre de los cones eldsicos. En Florencia la ar quitectura del Renacimiento nos deja las construeeiones pias de una cultura burguesa: edificios civiles, palacios (de los Pitti, de los Rucellai, ete.). Bn Roma los edificios eclesidsticos culminarin en cl temple de San Pedro. La pintura acusa el espivitu del nuevo tiempo, pues es el arte individualista por exeelencia, También la escultura da pre- fereneia @ les temas humanes, pero en la pintura el tema del hombre excluye ‘cualquier otro objeto. EI artista, cons. ciente de su pe iquecido a ly variedad infinity waste en el es tura flamence las 0 tendeneis nacirajento ita dividualidades sello de su ge" una ver més, | twos, como fra Felipe Lippi, Ghirlandaio, P tras tanto, twabai en Padua. Tot de las tres fi miento, euand Leonardo ce Rafael el Renacimien- rar las normas ica sord susti- fea; en vea de de medio pun &n con eapates. 2 sido los pris 8 que trabais a. Bl Ballazgo + Vitruvio con- 2 ats) sto nuevo, ¥ la rvidumbre de loreneia la ar- 10 nos deja las una eultura » palacios (de te.). Bn Rome ulminardn en ritu del nuevo vidualista por ultura da pre anos, pero en nnbre exeluye artista, cons ENACIOOTO. IUPORALA CAROTIOA ¥ RRVOLUOION exernestanty 4s ciente de su personalidad individual, ba enriquecido a la pintura italiana eon wna variedad infinita, que tiene sia mejor con braste en el estilo uniforme de la pin- ura flamenca coetinea. Mas que escue- las o tendencias, en la pintura del Re- nacimiento italiano hay que observar in: Gividualidades poderosas que dejan el sello de su genio en las obras. Florencia, fué cuna de insign twos, como fray Angélica, Masaccio, fray Felipe Lippi, Tucas Signorelli, Botticelli, Ghirlandaio, Pedvo della Francesca. Mien- tras tanto, el Perugino ¥ el Pintaricchio trabajaban en Umbria, Andrés Matesna en Padua, Todos ellos serén preeursores de las tres figuras cumbres del Renacé miento, cuando ya ol siglo xvt alborea: Leonardo de Vinei, Miguel Angel y Rafael. El hombye era también el tema central de la escultura: el cuerpo humano, el ve trate, el desnude. Y en Florencia nacie- van Ghiberti, Donatello y Verrocchio, que se educan en la contemplactén de Ia es- tatuarin antigua y trabajen por asegw- rar el-triunfo dei estilo nuevo hasta el advenimiento del coloso de la veseultura venacenista: Miguel Angel, " La politica, Maquiavelo! La toovin politica medieval, sestin Ta tradiciOn'atls- totélicotomista, se prodigaba en’ espeeu. laciones sobre el origen del poder, con abstraccién de las realidades politieas del presente, y los moralistas saeaban unas conclusiones précticas desiigadas de toda eonexién con un lugar y tiempo dé- terminado. Nicolas Maquiavelo fué quien rompié el cuadro tradicional de los. tra- tadistas y se propuso una aetitud nueva, vealista, de situaciones coneretas con vis~ fas a una finalidad précties. Al presein dir de toda consideracién ajena a la “rea- lidad de las cosas”, al negar Ia sunaislén de los actos de gobierno 2 unos prinel- pios religiosos o morales euperiores, daba comienzo en él Ia secularizacién de Ja octrina politica, proceso que véremos continuarse en los tiempos modernes. En Ja agitada vida de Florencia en los ailos que marean el transite del’ si glo XV al XVI, Maquiavelo ha visto. la caida del gobierno de los Médicis (1494), Ja restauractén de la repiblies, Ia domi- nacién teoerdtiea de Savonarola (1497. 1498) y la restauracién de los Médicis en 1512. El gran suefio de Maquiavelo serd librar a Italia de los extranjeros, de los bérbaros. Por eso ha sofiada con la repiblica florentina como cuna de una repibliea italiana; Iuego ba ereido. en un ayenturere conquistador, César Bor gia; finalmente, la familia Médieis, que tiene a Leén X en el solio, puede ser Ta construetora de la nueva Italia. Por exo en 1916 dediea al nuevo sefior de Floren cia, Lorenzo I de Médicis, una obra | “4 LA Aura EDAD KODEKNA 4 aque no se publicaria hasta 2681 y cya yesonaneia péstuma no llegé a prever el autor: El principe. El objeto de Zl principe es analizar eémo se ganan, conservan y pierden los principades, los que distingue de las re pGblicas, objeto propio de otro estudio de Maquiavelo (Discursos sobre la prix oe Nig 8 Mgnt Cua por Heh ‘mera década de Tito Livio). No se plan- tea el problema moral de la legitimidad Ge la adguisieién del poder: no hay nin gin. problema moral en la obra, y BL principe significa la ruptura entre mo: val y politica. Esta ruptura he ator- mentado a'fos hombres durante cuatro silos; en ella esté la raiz de la admi- racién o de las condenacfones que su autor ha merecido, Para conquistaro-conservar los prin~ cipados, lo primero que necesita el prin- cipe son armas Gin rehuir la guerra) y buenas leyes (lo que quiere decir bue- ha técniea:de gobierno, sin caidarse de Jn justicia). Neeesita ademés cualidades personales, virtti (inezela de talento, ener- gia y astucia) y forbinz (hado). El'prin- cipe ejercitard esas cuslidade’: persona- les en el estrecho, mareo que le permite “Ia realidad de las cosas", y ge margen esté comprendido por’ dos peligros: el que proviene de-sus .8abditos ye de sus enemigos exterfores. Dentro de eu pais el principe debe ser temido: no pixe- de confiar ‘en: la amistad, porque os" la- z08 amistosos se quiebran pronto por in- terés; no dopende del principe que los otros le amen, pero puede hacerse temer, lo que no significa hacerse odiar. Disi- mulado, hipéerita, sordo a los consejos (@6lo cuando uno es ya sabia puede ser aconsejado sin peligro, dice), el prinefpe no esté obligado a mantener su palabra hi aun eon los otros principes extran- eros La doctrina polities de Maquiavelo personifica al hombre de accién y sin es- crGpulos, que se aclimatarfa en la Edad Moderna. En el tiempo en que fueron es: critas, sus palabras eran piedra de escdn- dalo. Por entonces eseribia también acer- ca del principe Wdeal et intelectual de mayor prestigio de aquella époea: Eras mo. Pero Brasmo, como los moralistas anteriores y posteriores a él, entendia al prinelpe como un sujeto de deberes, cuyos actos tenfan que ser sancionados por la moral eristiana. Frente la idea del “principe cristiano”, Maquiavelo opo- nia este otro “principe” que s6lo preten- dia encontrar la justifieacién en su pro- pio éxito. Proyeccién europea del Renacimiento, Los medios de difusién.—La invencién de Ja Imprenta, que amplia incoumensu- rablemente el campo de lecture de las obras literaris uno en Ja ity eentista por rl pe Manucio en it Suira, Miguel Espaiial es a sentido vocaci as obras ve oeupaciones « como por in wales. Pero la imp nico medio ¢ Renacimient viajes, sobre zados en lial dios en unive nas, sob efica del Renacim Impresionacos antiguo yh vas, los visit insula latina exvar Jos prin- 2eesita ol prin tir la guerra) iere decir bue- in. enidarse de ‘nés cualidades 2 talento, ener aado). El prin- aides: persona- ue le permite ¥ ese margen 5 peligros: iditos yal de Dentro de su emido: no pue porque los la- praute por in= Anoipe que los hhacerse tomer, se odiar. Disi- 2 los consejos abio puede ser ‘2), el prineipe ner su palabra neipes extran- le Maguiavelo ia en la Edad que fueron es- iedra de esedi también acer intelectual de ¥ époea: Eras. os moralistas a Gl, entendia to de deberes, or sancionados vente 4 In idea laquiavelo opo- tue s6lo preten: fon en su pro Renacimiento, La invencién ‘a inconmensu- leetura de las RENACIMINNTO, HEPORMA CARGTICA ¥ REVOLUGION PROTEgTANTE 6 distas eficaces de los gustos italiano al retornar a sus paises’ de origen. Los mismos artistas italianos, trasplanta- dos a veces fuera de Ttalia, llevan con ellos esos gustos. Algunas veces las an- tiguas universidades recogen los eeos de a cultura italiana y se convierten ex poderosos centros do difusion (Viens, Heidelberg), 0 bien se erean otras nue- vas de tipo renacentista (Alealé de He- nares, Colegio Real de Paris). Ademés de los factores generiles, hay algunos de cardeter local que contribu- yen a dar ambito universal a la cultura italiana del Renieimiento, Asi, en Bspa- fia, por el Gontaeto con el Colegio Espafiol de Bolonia, la corte napolitana de Alfon- 80 V de Aragén, o los pontifieados de los papas espaiioles Calixto TH y Alejan- dro VI. Hsta politiéa de infiuencia xe acentiia por la presencia politica y mili- tay de Espafia en Italia y por Ja llegads iinpraor Ade Mania. Gentada de kéyoce de Los humanistas italianos a la corte de los Reyes Catélicos.(Lueio Marineo obras literarias, £ué el factor nmero Sieulo, Pedro Martir de Anglerfa). uno en la difusién de la cultura rena- Hn Francia, las guerras de Italia eau- centista por el mundo. B1 ino peesor de Renaeimienta (Aldo ‘Manueio en Italia, Froben en Suiza, Miguel de Eguia en Bopafia) es un hombre con sentide voeseional, que edita las obras no tanto por pre- ocupaciones crematisticas como por incentives eultu- rales. Pere la imprenta no es el ‘inico medio de difusién del Renacimiento, También los viajes, sabre todo los reali- zados en Italia, y los estu- dios en universidades italia- nas, gon eficaces promotores del Renacimiento europeo. Impresionados por el arte antiguo y las tendencias nue- Rbedasidbtedtieclenecatinn ta in de Alsjesco UI (Rodrigo Porn) fasion pans ese ninsula latina son propagan- tee a Sa Treas, Nation, Roma) Mc 46 Ea AEA NDAD MovEANA, "apt de Sanita pr Pht thin Re fan te ado praia etd a us 'il pape horse ea san un efecto pareeide de contacto, que se acrecienta cuando Francisco I impor- ta obras de arte italiana’. En Alemania, ‘a partir del Coneilio de Basilea, hay un gran desarrollo de la erudieién en torno a Viena, especialmente bajo la nuniatu- ra de Eneas Silvio, futuro pontifice. Las artes plastieas en Francia y en la Peninsula ibérica—No obstante la fas- cinaeién italiana, Ios nuevos elementos del arte renacentista penetran en Occl- dente tras costosos osfuerzos para des- plazar a fos antizuos. Francia, patria det a6tico, resistird en sus formas tradi nales. Asi, se produce en el primer euar~ to'del siglo XVi un arte htbride, Se toman del Renacimiento las lineas generales, pero se conserva una profusa decoraciéa ética. Ya Carlos VIUT habia regresado de su fracasada oxpedicién militar a Italia, acompafiade de gran némero de artistus italianos, que trabajaron en Francis aunque plagandose en parte @ las ext geneias del antiguo gusto francés, El arte civil sera el primero en admitir en Francia el estilo italiano, y su esce- cin» Laeeda hare (Aposetan Us eo, alias Roe nario se emplazard en la regién del Loi- ra durante los reinades de Luis XII y Franeisco 1, Alli se construyen magniti- “ented os i Eien oa cos palacios reales (los de Blois, Amboi- se, Chambord), y los grandes seflores evantan también bellos eastillos a imi- tacién dol monarea (Chenoneeaux, Azay- Rides, Gail fon Francia, eu Frugtrar en fa fers por hs suey Ailes eh Loe Mie i | rewién del Lot de Luis XII y. struyen magatll- et Pinte, ‘baa mal 2 Blois, Amboi- randes seflores castillos @ imi- voneeaux, Azay- hacltara cost de Talk XI, rey da Pomel on Ie puerta del anti de le-Rideau, Gaillon). El cardenal de Am boise es el movenas del arte renacentista en Francia, cuyo florecimiento se iba a frustrar en Ja segunda mitad del quinien- tos por las guevras eiviles. Una inieiacién brillante al arte escultérico renacentista habian significado también los trabajos de Miguel de Colombes en Gaillon, y los Gel borgonés Sluter, que dejé en Dijén su mejor obra. La pintura francesa de este tiempo vive deefasada en los gus~ tos, aunque sujeta estrechamente a las dependencias flamencas ¢ italionas. La plenitud de la arquitectura del Renaci-

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