JORGE MANRIQUE
Coplas a la muerte de su padre
De Poesia, edicidn de Vicente Beltran, en curso de revisién para la Biblioteca clisica de la
Real Academia Espafola
[48]
Coplas que hizo don Jorge Manrique
ala muerte del maestre de Santiago
don Rodrigo Manrique su padre
it
Recuerde el alma dormid
abive el seso y despierte
contemplando
‘como se pasa la vida,
‘cémo se viene la muerte
tan callando:
‘cudnd presto se va el lazer,
‘cémo después de acordado
dadolor,
‘cémo a nuestro parescer
‘cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
im
Y pues vemos lo presente
‘como en un punto se es ido
yacabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado,
No se engafe nadie, no,
pensando que a de durar
lo que espera
mas que duré lo que vio,
porque todo ha de pasar
por tal manera
(uy)
Nuestras vidas son los rfos
‘que van a dar en el mar
que es el mori:
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25alli van los seRorios
derechos a se acabar
alli os rios caudales,
alli, los otros, medianos,
y mis chicos;
allegados, son iguales,
los que biven por sus manos
ylos rico.
lvl
Dexo las invocaciones
de los famosos poetas
yoradores;
no curo de sus fciones,
‘que traen yervas secretas
sus sabores
A aquel solo me encomiendo,
‘ aquel solo invoco yo
de verdad,
‘que en este mundo biviendo,
el mundo no conoscié
su deidad
vl
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar,
‘mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
Partimos cuando nascemos,
andamos cuando bivimos
yallegamos
al tiempo que fenescemos;
asi que, cuando morimos,
descansamos.
(vil
Este mundo bueno fue
sibien uséramos de él
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como devemos,
porque, segtind nuestra fe,
es para ganar aquél
que atendemos:
yaun aguel hijo de Dios,
para sobirnos al cielo,
descendi6
a nascer acé entre nos
ybivir en este suelo
do muri.
(vi)
Si fuese en nuestro poder
tornar la cara fermosa
corporal
‘como podemos hazer
el nima gloriosa
angelical,
‘qué diligencia tan biva
tovigramos toda ora
y tan presta
‘en componer la catia,
dexindonos la sefiora
descompuesta!
(vii)
Ved de quaind poco valor
son las cosas tras que andamos
Y corremos
‘que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos:
de ellas deshaze la hedad,
de elas, casos desastrados
que contecen,
de ellas, por su calidad,
enllos mas altos estados
desfallescen
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Dezidme: la hermosura,
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no
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la genti frescura y tez
dela cara
la color yla blancura,
‘cuando viene la vejer,
eual se para?
Las maas y ligereza
yyla fuerca corporal
de juventud,
todo se torna graveza
‘cuando llega al arraval
de senetud.
x]
Pues la sangre de los godos,
dl inage y la nobleza
tan crescida,
ipor cuantas vias y modos
se stume su grand alteza
eneesta vida!
Unos, por poco valer,
ipor cuind baxos y abatidos
«que los tienen!
‘otros que, por no tener,