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| \ Pilar Sordo Educar | ,. para sentir sentir para educar so0npe ouod sues Daron itis tena afc el mands ha auido muchas rademacons ‘cdots no, achive lo demand qe ls empress yl mundo baal Toren desis tcboodore Hoy se tuscan pesonos emp, cdo, eet Le, sn recor, que sapantobarenequpa y eater cnficks, Peo glo nde sal es ges a edheacén quo esamce dnl mesos nies n> sre de ing xml loo “hbidodes andes"? Elebetvo do esto es etree eso conoecin , pare elo, comer ‘endsole odaslosnencareccatnas formas armak,anlace qut ls pesondh on ruesos enocons, cfr los ves laqucardo to en fs fonila come ena ecieh, ly ecicac sparory al pope ence lb Code vaz manojanas és nlomonbe y ts peleesenomos mt tel ole sion, pa, poradojcamens, noe esoncevlvendo mie gnratesereclonl ‘nat, opel conan on oso memos Eas deacon puede f2natr angsty desseeroum, poo es excl qe podonon sper er ‘ichones eenamens el eid proind def nda ue Pl Sedo 08 hoce ote ire due par see y seni pre edie Ess as nico eno ble par foe 9s sees humor que el io nace. =) eS secre mtn ened medals Gheo. Dale socio pest fry walerdo chat en cola pes, trond, hod, canton caw y ‘cranincs micechod hc, nt tChlecona ena ena Expose nosed dria, ex andoo y pitas deb Redan Cnc da ot saromce yoni ues pare ‘ini coon eamada (Genie alo pot de a cern, specs cotinine de ase ley tose dee pn meen, pan canes ras docs yc fin yercolnma awison Yy puts co nat Fre a rho dere, he ed como sno de cn mie fs de Choon a 2006, 207.2010 2013 Frm pe 4 coco de hore de eines pers Iisiyenaton Cia yalS demo e201 ‘eb ner ea chad dh Mt nog ‘ipa cesl aresBa, Eoge 2017 bn ele por rosa bse bens Idots caro ive inane Enea lone pds canon hab le ‘ero (2005, Cane Cor en lcd (2007, equ ann 2009 tres do een 010), Bomar er (2012) No evi (201 dy Cer sos 2010, wn por Feesbodk laSooOhcl Two: GPa! Educar para sentir sentir para educar Pilar Sordo Educar para sentir sentir para educar @ Planeta A los nos yjovenes de Amésice Latin, por rues Gificuitad para entender exducacién como un derecho «que fos debe p ‘soo como buenos técrice: 0 buenos profesionaes, sino transformer en buen: personas que rabajen po conseguir sus suafos ayudar a crecer a sus pais iNDICE Introduccion. Elfin de las hablidades blandas Educar para sentirlas emociones. La familia como agente educador de las emociones. 5 Erol de ia escuela 28 Educacién superior. Mundo laboral ‘Aspectos sociales que influyen en la educacién emocional. Agradecimientos: INTRODUCCION 6n estar de nuevo aqui, com partiendo otra de mis caminatas por América Latina, esta vez intentando resolver una cor tadiccién que me preocupa mucho. Desc que comencé este camino ~con Viva la dij ia en el afio 2005~ he transitado escuchanc a miles de personas y cada ver parece queda ‘mis claro que la humanidad cambia todos los ‘en todas las dimensiones, Ha cambiado la concepci6n de la pareja, de la familia y de los roles, Hemos aprendido que sexo y género no son Io mismo, Io que se ha incorporado con naturalidad en la educacién de nuestros hijo. Asimismo, la educaci6n también ha cam biado, La tecnologia, por ejemplo, modifies. entre otras cosas, las formas de comunicacisn y de educacién. Si bien hoy somos mas cer. nos y expresivos con nuestros hijos, tenemos 13 serios problemas a la hora de poner limites y en la capacidad de entender que antes de ser sus amigos, somos formadores. La autoridad debe ser una expresi6n del amor que le tene~ ‘mos a nuestros hijos que les ayude a configu- rar su propia libertad, La educaci6n piiblica y privada también cambiaron y estén requiriendo cambios pro- fandos de acuerdo a los tiempos, pues lo que hoy sucede es que se estudian contenidos del siglo XX para nifios del siglo XI. Cambiaron también Ios paradigmas que rigen lo que entendemos por salud y los avan- ces médicos nos han regalado treinta afios mas de vida, regalo que recibimos sin estar preparados para él y con el que no sabemos qué hacer, Por otro lado, la salud hoy la en- tendemos como algo integrado; al parecer, en algunos sectores se despert6 la concien- cia de que somos una unidad entre cuerpo, alma, mente y emocién, y es desde ahi que nos debemos conectar con los demés, La conciencia de vivir en un planeta daiia- do nos ha hecho estar un poco mas alertas a u Ia hora de cuidarlo y estar pendientes de los cambios climaticos y de lo que debemos ha cer para no contaminar y cuidar los recusos naturales que se han ido acabando por la atn- bicién del ser humano de tener mas y vivir lo mis c6modo posible sin querer pagar ningyin costo por ello. Aumenté la conciencia de los derechos que tienen nuestros pueblos y, aunque ‘oc via estamos en deuda con los deberes, la cor ciencia social nos ha hecho seres mas pens tes y, en algiin punto, més libres. El mundo laboral también se modifies: \2 cs cada vez mis importante que los empres: rios entiendan que sus organizaciones son las personas, Si se tiene real preocupacién por ellas y no se les ve solo como un medio para aumentar la productividad, todo funciona mejor. Se ha despertado un genuino interés por el otro, lo que se empieza a imponer pc sobre el estricto rendimiento productive cco La desigualdad importa tanto hoy como ta pobreza y existen fuerzas que ya prueban quic 15 €l crecimiento econémico, por sf solo, no ga rantiza el desarrollo de una nacién, ‘Todos estos cambios han generado una ne- cesidad cada vez mayor de desarrollar en las personas habilidades que pasen por el mun- do emocional més que por el racional, habi- lidades que todos debiéramos hacer florecer en el marco de la educaci6n formal. Existe un cierto consenso en que la huma- nidad transita hacia validar la existencia de seres humanos sensibles, sin prejuicios, soli- darios, que busquen la equidad de muchos yno el bienestar de unos pocos, y donde las, habilidades para expresar lo“que se siente, solucionar conflictos, disfrutar de lo simple y desarrollar la bondad por sobre otros valores como la astucia, por ejemplo-, entran a ser importantes no solo en la familia, sino tam- bién en las escuela, universidades, institutos ycursos de posgrado. La contradiccién que he ido encontrando cen mis caminatas es que si bien se necesita este tipo de ser humano noble, sensible y solida- rio, con muchas de las mal lamadas , «Si lloras, él no asciende>, «A él le gustaba verte contenta>. La verdad es que son miles las frases dle mierda que todos los que hemos experimentado duelos escuchamos mds de tuna vez; ademas de Ia tristeza vivida por la pérdida, tenemos que desarrollar la culpa y asumir la tarea de «hacernos cargo del alma del otro», Ahora que lo escribo y leo lo en- cuentro tremendamente absurdo, Obvio que a €l le gustaba verme contenta, pero eso era 58 cuando estaba con él; ahora que no est, ter ddrd que entender que tengo pena y, si puccle que venga a ayudarme desde sel otro ladw seguro tiene mis recursos que yo. Todos estos fenémenos llevan a que los duelos sean instancias poco respetadas y «1 dicionadas por instrucciones contradictorias para vivirlos, lo que expliqué largamente en Bienvenido dolory Oidos sordos. En lo que qui ro detenerme ahora es en que el Ianto + prohibicién de expresarlo son un proble para nuestra educacién. En la tiltima actu: zacién del estudio de la felicidad descubia mos que alrededor de los dos afios, si un nit se cae al piso, se hace una herida en la rodill y llora, lega toda la familia, 0 por lo menos los adultos que estén con él, y le dicen: “Nv. ores, mi amor, aves que ya pas6?», 0 «No se exagerado, sana, sana, ya pues, no Hlore nus: Mi pregunta es: zpor qué no puede Iori Por qué no puede expresar ese dolor, en este caso fisico, ysacarlo de si? gPor qué se emiiv de el llanto como un signo de debilidad «ce manipulacié Imaginemos que si, en promedio, a los cuatro afios no podemos refr porque es un sz y de poca inteligencia, y al afio y medio tenemos probibido Morar por las razones antes expuestas, todas las pa tologias sociales que tenemos como el sobre signo de inmadu diagnéstico de depresi6n, crisis de panico y bipolaridad, entre otros, se podrian explicar dentro de este andlisis. De este modo, resulta evidente que Ia repercusi6n en la educacion de estas limitaciones es enorme, ya que el te~ rreno donde se sembrarén los contenidos a aprender se encuentra con un bloqueo de base dificil de superar. Es por esto que Io que pasa con el Ilanto y con la alegria es muy importante desde el punto de vista educative, ya que los nifios y se «paran» en Ia vida para sus apre dizajes cognitivos como «apretados» emocio- nalmente para aprender Otro tema sobre el que me interesa re~ flexionar ~y que es un gran enredo~ es el de la muerte, No quiero entregarles malas noti- as (a lo mejor hay alguien leyendo que no co sabe que todos nos vamos a morir), pero si alguien no lo sabfa, esta es la tinica verdad para la existencia humana: todos nos vamos 1a morir. Es raro que siendo esta nuestra ti: ca certeza, nunca podamos hablar de ella: de hecho, existe la supersticién de que ~«le a muerte no se puede hablar, porque al hv cerlo se Ta llama», Io que es mas ridieulo que la teorfa de la cartera mencionada anterior mente. Esto que debiera darnos risa gc ‘na muchas de nuestras conductas, aunque: sea conscientemente. Las razones por las que no hablamos de muerte son muchas. Entre otras, Io tremen damente ineficaces que han sido la mayo: de las iglesias que nos «acogen» a la hor ce explicarnos el concepto, mostrndose Hlenas de contradicciones y de miedos que nos lle van a wansitar por la vida con un gran apego ¥; por lo tanto, sufrimiento ante la muerte Los mensajes son supuestamente liberadores. pero los vivimos con mucho dolor: Los orien: tales dicen que la mayor causa de sufrimiento humano es el apego y que mientras mas libre 61 sea nuestra forma de amar, menos suftiremos en la vida y tendremos toda la libertad del mundo para expresar Io que sentimos. Nos da miedo hablar de la muerte, eso es un hecho; si bien debiéramos tener conver. sado con todos los que amamos Io que que- imo dia de nuestras vi- remos que pase el das, no lo hacemos porque nadie acepta que hablemos de es0. Casi lo mismo que ocurre cuando lloramos. En algtin momento les hablé de Ia con ciencia de muerte y aquf les quiero contar una experiencia que tuve hace meses en Chi- le, aprovechandome de la cantidad de mi- grantes que han legado a nuestro pais. En un taller donde parti venezolanos, dominicanos, peruanos, bo- livianos, argentinos, uruguayos y chilenos, iparon colombianos, conversébamos de diferentes temas cuando de repente, sin que ellos supieran, entré un actor desconocido caracterizando a un perso- naje alto, vestido de negro, que me dijo: «Pi- Tar, buenas tardes, soy la Muerte y te vengo a buscar, Iegé la hora de partir», La sorpresa e de los asistentes fue inevitable y yo le dije a Ja Muerte que me iba feliz, pero que antes le ijera lo mismo a todos los participantes de taller. Las reacciones fueron increibles, csi el 198% de los participantes le decfan ala Muerte que por favor volviera en unos dos dfas nis; algunos incluso le pidieron una semana, Los argumentos eran Ios mismos en todos: quiere arroglar mi situacién de pareja primero me ir a decitles a mis hijos que los amo. 1 go una hermana a Ja que no he visto, quier« ira la playa antes de partir, ete. Fuimos it pocos los que afirmamos no tener nada pen: diente y que si bien no nos queriamos ir. est bbamos listos ‘Se me hace imposible no contarles la hiso- ria de un campesino chileno de ochenta \s- aiios, que cuando la Muerte se le acer. le dijo con una gran sonrisa: «Te llevo espert do desde hace mucho, pero justo ahor 1c me puedo ir». Cuando le pregunté por qué me respondié: «Pili, hace dias que quier« ¢« merme un pescado frito y ahora que tengo li 63 muerte encima, me doy cuenta de que debie~ ra habérmelo comido, asi es que saliendo de aqui lo haré>. No sé por qué esperamos situa: iones limite para hacer lo que nos gusta. Si bien me parece dificil prepararse para algo en Ia vida ~porque esta siempre nos sor prende-, creo que el manejo del presente y Ja forma de vivirlo determinardn nuestra for- ‘ma de enfrentar la vida y también la muerte cuando Ilegue a buscarnos. Creo que Ta re- ppercusién en Io educativo es innegable y vale Ja pena preguntarse qué le responderiamos a nuestros hijos cuando nos pregunten por la muerte, Educarlos para la vida también impli- ca educarlos para morir bien, sin temas pen- dientes y habiendo disfrutado y agradecido la vida. No puedo dejar de decir algo sobre la do- nacién de 6rganos, que es un tema sobre el aque debiéramos educar y sobre el cual, cuan- do pregunto, me doy cuenta de que la prime- ‘ra mirada es pensar que el dolor de las perso- nas enfrentadas a la muerte de un cercano les imposibilita donar algunos de sus érganos. a Al profundizar mas descubrf algo que me hizo mucho sentido, pero que a la vez me ge neré mucho dolor: fa razén por la cual cues tanto que haya donacién de érganos es por nuestra pobreza espiritual. En la mayoria cle nuestros paises tenemos muy pocas ceste- ‘2 cspirituales, independiente de nuestras, creencias religiosas; hay mucha gente que no tiene claro si hay 0 no «algo» al otro lado ce cesta vida, Esto también se conecta con nuestra civil: zaci6n judeo-cristiana, que nos ha dado exp! caciones contradictorias respecto a la muerte Como me decfa un hombre en Rio Gallegos. Argentina: «Por un lado nos dicen que Jesiis resucit6 entero y que si nos portamos bien re sucitaremos a imagen y semejanza de Ely, po! otro, nos dicen que del polvo venimos y en polvo nos convertiremos»; una contradiccis que sin duda afecta la decisién de donar. To davia hay mucha gente que piensa que al otro lado el higado le puede servir y esto determi na sus decisiones. Los que creen en la reencarnacién ~en la India, por ejemplo~ tienen la certeza abso ta de que la pobreza que viven es transitoria y forma parte de un punto dentro de la historia de su alma, a la que cuando salga del cuerpo los érganos para nada le servirén. De lo tinico aque tendré que preocuparse un indio entor ces es de no descender en la escala de la reen- carnacién, pero si quiere subir tendra que ser noble en Ia historia que va viviendo. ‘Seguramente se estaran preguntando qué tiene que ver la muerte y la donacién de ganos con la educacién, y la verdad es que mucho, porque esti probado que alguien ‘que se sabe persona finita y tiene conciencia de muerte, es quien disfruta mas de Ia vida y quien mejor persona es, porque tiene con- ciencia emocional y no solo cognitiva de que Si analizamos el hecho que desde los cuz to aiios en promedio no nos podemos refr y desde los dos ya no podemos llorar, quizés se pueda entender el gran fondo de nues- tra sociedad neurética donde todo lo que se 66 construye sobre esa represién emocional io puede ser agradable ni sano, Es importante considerar que estas dos emociones al no se expresadas repercuten notoriamente en cl desarrollo individual y social de todos noso- tos y, por supuesto, en el desarrollo de nues- tras competencias personales, claves en esta historia, Sigamos con las emociones: nos queda cl miedo. Esta emocién es bien especial y cn tadictoria en el tiempo, Cuando yo era pe quefia, el miedo muchas veces me prote; me hacfa sentir que en determinado lugar nc me podia meter; cra como una sefial. Otras veces, el miedo era una emocién que no m gustaba sentir y que seguro tenia que ver con las pautas educativas con las que la mayor‘ de mi generaci6n crecimos y, con el tiemp fuimos traduciendo en respeto. Hoy el miedo se vive de manera muy cis. ‘inta, Los nifios, en su gran mayorfa, no le ic nen miedo a sus padres; muy por el contrari sienten que los controlan y hoy los asustaclos son los padres. 67 ‘Ademés, hoy el miedo se prueba en la me- dida en que se vence y valiente es aquel que prueba la droga, porque parece ser cobarde por la presién grupal el que no lo hace. As, el miedo perdi tenfa y hoy es una especie de emocién adre- nalinica casi agradable que en muchos mo- ‘mentos se experimenta hasta con placer. ese elemento protector que En términos sociales es importante men- cionar que todo nuestro sistema econémico se fundamenta en el miedo, es como si se ceducara para tenerlo, asf consumiremos més para «protegernos», Estar «asegurados» for ‘ma parte de la misma légica; es loco cémo los que tienen mis viven més protegidos para cuidar lo que tienen, porque tienen «miedo» de perderio, y los que tienen menos tienen miedo de no poder cubrir sus necesidades. De las cuatro emociones mencionadas al inicio de este capitulo mos queda la rabi ‘emocién que pareciera ser la més ficil de ex- presar. Somos pueblos mayoritariamente ra biosos, enojados la mayor parte del tiempo; muchas veces no sabemos por qué, pero es 68 tamos enojados. De hecho, como la rabin es tuna emocién adrenalinica que nos moviliza Yy nos obliga a actuar, vemos a mucha ger de mal humor que en realidad Io que tiene es mucha tristeza acumulada y que como pens6 que Ia tristeza lo inmovilizaba, envol vi6 la tristeza con la rabia y anda por la vid con esa emocién a flor de piel. De hecho. Is rabia hace que me vean y escuchen, por eso hemos «elegido» esta emocién para hice: ver todas las brutales desigualdades sociales que fraccionan nuestros paises. Incluso en los servicios de atencién al cliente esta casi esti pulado que si lama alguien rabioso hay q¢ atenderlo primero que a alguien que lama siendo educado o manifestando alguna de las tres emociones recién descritas. Esto también puede explicar por qué somos tan poco cons cientes de nuestros deberes sociales y tant de nuestros derechos, como tinica forma de expresi6n social. La rabia se expresa de manera diferente segtin los géneros. Cuando lo masculino -qe no ¢5 lo mismo que «los hombres» expresa 69 la rabia, socialmente seguimos reforzando eso como un signo de masculinidad y de ca- récter 0 personalidad; en cambio, cuando la expresa lo femenino se asume como una especie de alteraci6n neurstica y en el caso conereto de las mujeres, como una crisis hor- monal que habria que revisar. Estos son los resabios de un machismo encubierto del que todavia nos tenemos que preocupar en té miinos educativos. En fin, hemos explicado qué pasa con nuestras principales emociones -y algunas quese derivan de ellas, como la desilusi6n y la impotencia, entre otras-, que tienen las mis- mas consecuencias sociales que las primarias descritas, Cuando algunas de estas emociones no se expresa en forma sana y oportuna, lo que tiende a expresarse es la angustia como una manifestacién de que hay algo trabado que no hemos dejado salir. Esta de més decir que la angustia es la reina de nuestros cuer- pos y esto podria explicar el aumento en el consumo de benzodiacepinas y otras drogas para calmar ese estado tan desagradable. La 7” angustia, con su consecuente sensaci6 parilisis, respiracién entrecortada, suspiros dolor en la boca del estémago, se va alternan: do con la ansiedad, la que es muy inquieta v necesita ser «aliviada» comiéndose las utias. bebiendo alcohol, jugando, compranco. comiendo compulsivamente, etc. Esta osci- lacién en algunos de nuestros paises com Chile, justifica que seamos, junto con Pert los paises con més farmacias por metro drado en los sectores socioeconémicos alto y botillerfas en los bajos. Drogados todos 1 diferentes razones y con diferentes medios.| que estamos haciendo es anestesiar las em ciones, a las que parece les tenemos mas mic do que a los efectos del alcohol y los medics Es dificil pensar que con tantos problems en la expresi6n de las emociones, el desarr Ilo de las habilidades que debemos apreni« para activar nuestras competencias person: les se produzca de forma fluida y facil, Ps rece claro que este es un camino compleje pero apasionante, que debiera comenzar «1 a el seno de la unidad de la pareja y desde ahi emociones més significativas estén pro: transmitirse a los nifios y nifias. Aprender a hibidas y sancionadas, podemos enten cexpresar estas emociones comienza en casa y der mas ficilmente todas las conduc depende de cémo en ella se vivan estas cua neurdticas que tenemos como sociedac tro bésicas, la forma en que 10s nitios las va Los invito ahora a ver qué pasa en la fami yan incorporando y trabajando a lo largo de lia con la educacién de estas emociones ¥ cle lavida, las siguientes competencias personales, Ensintesis,estecapitulorescatalosiguiente: © Desde Ios cuatro aiios en promedio se empieza a internalizar en nuestro mun- do emocional que la risa es una falla de control de impulsos, sobre todo cuando cs expresada como eataque de risa + Desde el aiio y medio que no podemos llorar y se empieza a entender que Hlo- rar es un signo de debilidad o de man pulacién, EI miedo dejé de tener un componen- te protector y también es considerado como un signo de debilidad, © La rabia es la emocién més visibilizada y reforzada por ser adrenalinica y estar legitimada socialmente. «© Si desde los tres afios en promedio las n B LA FAMILIA COMO AGENTE EDUCADOR DE LAS EMOCIONES Llegamos al punto donde las emociones resefiadas en el capitulo anterior se debieran primeramente educar. Si bien hay otros ayer tes que asimismo estin por esta labor ~los qu también comentaremos-, es sin duda el hi gary a familia donde més fuerza toma el pro eso y desde donde debiera proyectarse hacia las siguientes instancias educativas Lo primero que habria que preguntarse ‘es qué entendemos por famili ben todos los que arman un hogar descle ¢ amor, independientemente de su estructurs. Familia son padre, madre e hijos; as mujeres 6 padres solos con sus hijos; los nifios eriaclos por sus abuelos; los nitios eriados por padres y abuelos al mismo tiempo; hijos e hijas cris dos desde el amor por parejas homosexuales. y tantas otras formas que de seguro se me es capan en este momento, 7 Si analizamos el capitulo anterior, no es di- ficil constatar que los adultos llegan a formar nifios con las cuatro emociones bisicas no del todo resueltas. Al considerar este factor es importante ser conscientes de que el primer trabajo en el sentir para educar y educar para sentir, comienza en el mundo adulto. Somos nosotros quienes tenemos que reparar todos esos cédligos culturales que nos han ensefiado, para no expresar nuestras emociones y este trabajo se logra cuando se aumenta la con- ciencia individual y, sobre todo, cuando em- pezamos a miramnos hacia adentro y no tanto hacia afuera Para hacer este camino es fundamental incorporar algo que me ensefiaron unos ma- yas en México y que tiene que ver con una preocupacién que ellos tienen con respecto a América del Sur: consideran que nosotros nos dejamos de hacer preguntas, desde la mas simple hasta la més con actuaramos en automético, sin reflexionar ni preguntarnos nada. eja, Es como si 8 No sé a qué hora estas leyendo estas lineas. pero supongamos que es de noche. Si te pre- unto si hoy durante todo el dia te preguntas te cémo estés o cémo esti tu vida, seguramien- te me vas a decir que no; te ibas a dormir sin haberte preguntado algo tan simple como 1 estado base. De ahi en adelante son muchas Jas preguntas que no nos hacemos y, por lo tanto, la exploraci6n interna es muy poc’. Si esta mirada hacia adentro es asf de limitada, de inuestras emociones para poder reconocerias nnala manera podremos preguntamos por y vivirlas cotidianamente, Ahora, lo mis complicado de esto es que lo dificil no son las preguntas, sino que las rrespuestas. Estas son las que nos evan a to mar decisiones y ahi entra la primera cle las emociones que hoy nos gobiema y que es el miedo. Casi toda nuestra cultura politica econémica esté orientada a sentir miedo. por es0 consumimos, nos apegamos a las coxs sentimos que la seguridad esté afuera y no adentro de nosotros. Hablamos de «mi auto «mi casa», «ani esposa», «mis hijos» y tancas cy otras cosas que sentimos nuestras, pese a que al final del dia no somos duefios de nada, EI miedo gobierna muchas de las pautas educativas con nuestros hijos y desde alli los complacemos en demasia y, por lo mismo, pa- rece que la educacién formal ~aquella que se entrega con metodologia dentro de los esta- blecimientos educacionales~ es tan gravitante en ellos, olvidéndonos de la informal -la de los recreos y la que da la vida y Ia calle-, que sla que mayormente los forma como seres humanos. No es dificil encontrar padres y madres que educan «compensando» en sus hijos el hecho de que se separaron o la pérdida de al- guien en la familia, logrando que a muy tem- prana edad nuestros hijos aprendan que las ‘cosas cubren pe ‘como la funcién que tiene la comida, la que genera compensaciones para todo. Se come como premio y como castigo. Como sintoma de soledad y de aburrimiento; para tapar una pena o celebrar una alegria, Asf vamos cu- lidas y tapan emociones. Es briendo, envolviendo y distorsionando nues- 80 tras emociones deste muy pequefios con fa- milias que nos ensefian que no es necesario decir «te quiero» si puedo demostrartelo con un regalo o una comida; hoy en dia, adem te lo puedo decir por WhatsApp sin necesi- dad de mirarte a a cara. Todo lo que hacemos tapa 0 cubre nucs- tras emociones, nuestra comunicacién es cada vez. més pobre, con menos vocabulatio y menos recursos para poder expresarnos, « Ia tecnologia en todas sus expresiones se ha ‘wuelto una estupenda forma de distorsionar Ja comunicacién directa y franca. Asi, limitados a la hora de reirnos Ho- rar, enos de miedos impuestos desde afive- ra, muy enojados con un sistema injusto y arbitrario, la mayoria de las veces nos enfren- tamos a la tarea de educar a nuestros hijos. Como bien diria Serrat, «sin saber el oficio y sin vocacién [...] cargan con nuestros dioses y nuestro idioma», y desde ahi pretendemos desarrollar seres que sean un aporte a la so- ciedad. 81 Aqui es importante incluir los desafios de .género que se han transformado en canaliza- dores de emociones. Lo femenino esta dise- fiado para retener y guardar; las mujeres sole- mos ser malas para botar cosas y buenas para retener liquido, la celulitis y el estreiiimiento; somos buenas también para memorizar, pre- ‘guntar e insistir, lo que nos debe Hevar a en- tender que Ta gran tarea de lo femenino es aprender a soltar Io que hace mal y retener lo {que hace bien. Esta hermosa tarea descrita en Viva la diferencia se logra cuando lo femenino consigue entender que tiene que ser amado por lo que es y no por lo que hace. Cuando la estructura femenina se centra en tratar de hacer todo perfecto y ademas hacerlo literalmente todo, tiene muy pocas posibilidades de soltar y de tomar la decisién, de ser feliz, Es por esto que la gran pregun- ta en la identidad femenina es: gpor qué me quieren los que me quieren? Sila respuesta es, que los que me quieren lo hacen por lo que soy, puedo soltar y expresar mis necesidades y emociones con toda libertad. En cambio, sila 82 respuesta es que me quieren por lo que hago. no tengo posibilidades de soltar, voy a inten. tar complacer a todo el mundo y siempre mis emociones estarin en segundo plano para poder sentirme necesaria, que es Io que toro ser femenino quiere sentir. Es por esto que se debe aprender a decir que NO: No quiero, No puedo y, desde lo in: terno, salir para crecer. En este camino emo- cional es fundamental aprender a dele pedir ayuda y aceptar que las cosas pueden quedar distintas a como me gustan 0 a como yo las haria, pero hacerlo todo es igual de frustrante y agotador. En ese camino, lo femenino aprende 2 hacerse cargo de s{ mismo y no espera que venga un otro a cumplir ese deseo. Ya no cree en los principes azules y se instruye en la con- vivencia con hombres y mujeres imperfecios, que pueden acompat moldear su vida de una manera particular Todos estos desafios femeninos que son slo en su vida pero ne actualizaciones del estudio madre de mi vic se consolidan cuando estamos intentando 83 generar personas que se hagan cargo de sus ‘emociones y sean libres para expresarlas. Es fundamental que lo femenino recupere la ca- pacidad de jugar que perdié muy temprano por tratar de hacer las cosas bi sitada. Alliberarse de lo anterior, se juega, se expresa y se ¢s mas libre para darle al otro lo mismo. Todo este trabajo disminuye la culpa: se estd donde se est y se disfruta el presen~ te y desde ese lugar se moviliza lo cotidiano. ‘Aumenta el goce y dejan de existir los mal lax mados «placeres culpables», que pasan a ser simplemente placeres que con justo derecho y trabajo nos hemos ganado: Guando eseribo estas lineas no puedo de- jar de agradecer todo lo que he aprendido en este camino al hacerle caso a este estudio. ‘Vamos ahora por Jo masculino; lo mas- culino est disefiado para soltar, tiene mala memoria emocional, casi carece de culpas yy solo esta preocupado de avanzar y de que ojald este avance sea lo més répido posible. Eso lo hace buscar solo objetivos y centrar- se en las llegadas, mientras que lo femenino 84 ‘esti centrado en los procesos y en los deta Hes. Entendiendo que esto tiene Ia mixiura propia de la vida misma, lo masculino tien a buscar més Ia admiracién y, por lo tant. Io que tiene que aprender es a retener que es justo Io que lo femenino hace bien. Tie nen que aprender a retener desde lo sexta para no ser eyaculadores precoces, y lo emocional para cuidar sus afectos, porque Ta facilidad de soltar les hace olvidarse a ve ces hasta de que tienen hijos. Si no apre den a retener, corren el riesgo de la soledta¢ ¥ para lograr este aprendizaje deben esior zarse en hablar con los que aman, porque no hay objetivos cumplidos en los afectos. sino que todos son procesos por conquista Lo masculino debe aprender a agradecer quienes Io ayudan en sus objetivos y a comu nicar lo que sienten, lo que nos Ileva otra vez ala expresién emocional, clave en el des rrollo humano. ‘Cuando lo femenino y lo masculino se en- cuentran desde esta mirada, en la que nos sabemos complementarios, entonces estamos 85 més preparados para educar a nifios en Io emocional. ‘Los nifios se quedan con lo que ven y no con lo que uno les dice (si fuera asi, mis hijos serfan perfectos), porque en los actos y en Ios silencios estén nuestras mayores inconsis El desafio de Ia integracién, actualmente pasa por un nuevo problema que antes se vi- via en lo cotidiano y que hoy, afortunadamen- te, estd presente por lo menos en el discurso social, aunque no sé si tanto en lo privado. Se trata de la distribucién del poder en Ia pare~ ja. Este poder, en ver de repartirse de forma aparejar y flexible ~que seria lo ideal-, se po- lariza en ciertos ambitos como el sexual, el econémico y, en el peor de los casos, en la violencia, Para que estos ciclos no se generen, lo fe- menino debe entender que si bien su gran procesador de informacién ¢s lo auditive por eso ella le cree a su pareja cuando le dice que nunca més la va a golpear-, tiene la ‘obligacién de incorporar lo visual para ver el 86 hematoma y analizar que en ambos discur 305 hay una contradiceién que ella tiene que romper con la denuncia (su acci6n). En vea lidad, gpara qué va a denunciar al golpeaclor sileacaba de decir que es la dltima vez, que va se acabé? No tiene para qué hacerlo, Cuando ella deja de creer que eso es verdad, se atte ve a comunicarlo y a soltar esa verdad que le dafia el alma, Es loco cémo lo femenino habla tanto, pero las cosas importantes y dolorosas las calla. Por otro lado, lo masculino, educado 1 yoritariamente por elementos femeninos debe aprender a expresar sus necesidacles \ emociones sin tender al exceso de control l ejercicio de la violencia cuando no sabe cexpresar sus emociones desde un lugar més sano y no destructivo, Los cambios en las reglas de poder deste Io econémico, los hijos y lo sexual, han lleva do a una fuerte sensaci6n de que los hombres no serfan necesarios para el mundo femeni- no, Personalmente, no estoy de acuerdo con eso, pero es una tendencia que he encontraclo, a7 ras allé de mi opini6n. Las mujeres ya pode- ‘mos mantenernos solas desde Io econémico y también desde lo emocional, tener hijos sin sexo y tantas otras cosas. Asf, ha mutado esa sensacién de estar perdidas en Io masculino en una gran oportunidad de crecimiento, como prefiero verlo. Creo que los hombres han sido invitados “un poco por obligacién— a mirarse hacia adentro y tener que empezar a cultivar lo emocional que es el lugar desde donde pue- den conquistar a las mujeres. Este desarrollo los convierte en seres expresivos, contene- dores y compatieros més lle en sementales © solo proveedores desde lo econémico. Sin duda, un gran aprendizaje para ellos y tam- bién para lo femenino, a quien le toca acep- tarlos desde estos cambios. Es un desafio permanente para el mundo adulto estar en contacto con las emociones y ser consecuentes con ellas, sin que todos los condicionamientos aprendidos nos liquiden la vida. Es muy bonito -pero a Ia vez. agota- dor- pensar que los primeros afios de vida 88 ros programan para ser de una manera «ace cuada», de acuerdo a lo que el sistema social espera de nosotros y donde toda la educacién se orienta hacia afuera, y el resto de la vida la usamos para desprogramar lo aprendido. para establecer e6dligos propios y volver hacia nuestro mundo interno, lo que nos deberia llevar a mayores grados de libertad y respon: sabilidad, Entonces, pademos pensar que estos srs humanos -masculinos y femeninos que dieron aprender de sus propias emociones. maduros, integrados y libres en lo emocio: nal- tienen el privilegio de poder tomar la decisin de ser padres y madres y desde shi empezar a formar a otros con una educacisn que sea congruente, inclusiva y conectada con lo emocional; lamentablemente, estamos muy lejos de Hegar en esas condiciones a se padres o madres. Segiin la investigacién de mi libro No 91 10 creer, para educar bien a un hijo o a wna hija se requiere de cinco elementos que de~ ben estar diariamente en la comunicacin: 89 ternura, firmeza, fuerza de voluntad, sentido del humor y paciencia. Si uno analiza estos cinco factores, quedan claras las emociones {que priman y sin las cuales serfa imposible po- nerlos en prictica Sin duda, cuando uno mira estos cinco elementos, los mas débiles, hoy por hoy, son Ja firmeza y la fuerza de voluntad. Qué débi- les somos en cuanto a fuerza de voluntad... recuerden todo lo que nos prometimos en el Afio Nuevo 2017. Al revisar cudntas de esas promesas hemos cumplido, veremos que se- guramente ni la mitad. Es, sin duda, nuestro aspecto mas débil, en una sociedad que nos , que nada requiere de mucho esfuerzo, que hay que bus- dice falsamente que todo es fac car el camino més corto y que la gente que se esfuerza es muy poca y no siempre la que ob tiene los mejores resultados. Esté de més de- cir que todo éxito es sospechoso y que cuesta mucho aceptar que a otro Ie ha ido bien solo porque se esforz6 mucho. Apelamos a la suer- te, al contacto, al amigo ya un cuanto hay de posibilidades para poder compensar nuestra 90 <ébil fuerza de voluntad para lograr nuestros Entonces, queda en evidencia que tenc ‘mos padres y madres que se ven enfrentaclos ala misin de educar hijos con competencias personales sin tenerlas ellos mismos y sin ss ber bien c6mo hacerlo. Porlo tanto, partimios ojos, asumiendo la mayor verdad del ser ht mano en educacién: somos imperfectos y cles de ahi debemos disefiar un proyecto de “ic. para nuestros hijos 0, por lo menos, darles la plataforma para que ellos dibujen el propio. Me Ilamaba mucho la atencién en mis ca minatas por América Latina escuchar a mu chos padres decirme que querian que 3 sus hijos les fuera bien en Ia vida. Cuando les pre guntaba qué significaba eso, vefa con horror que solo se traducfa en cosas materiales como, por ejemplo, legar a tener una casa, un au 0 a vivir experiencias tales como estudios 0 viajes. Fueron muy pocos a los que escuché decir que querfan que sus hijos fueran buenas [personas y un aporte a la sociedad por su pat ticipacién social, su generosidad y su empatia 91 Los que asf opinaron eran en general perso- nas de Ecuador, Colombia y Guatemala. Entramos en un tema que traté en mi libro ris reciente y que tiene que ver con cémo la bondad se transformé en un antivalor, dejan- do de ser algo bueno, aunque suene paradéj co, Me da rabia que palabras como bondad 0 respeto se las hayan adjudicado como propias las instituciones religiosas. Es como suponer {que el «cielo» solo recibe a quienes practican una religiGn determinada, Apelando entonces a que la bondad es algo a lo que todo ser humano debe aspirar, sobre todo si pudo ser eriado en el amor, lla- ‘ma la atencién que ser bueno se haya trans- formado en ser estipido, nerd o simplemente apelorido», Es muy brutal ver que el valor hoy es educar en Ia astucia y que los padres, para evitar que sus hijos sufran, piensan que la bondad no es un buen negocio para sus hi- jos, porque les producira dolor ya que el resto abusard de ellos. Pareciera que ser o intentar ser bueno es Io mismo que no poner limites ni saber cuidarse y, por ende, ser vulnerable 9 fa que cualquiera abuse de mf. Una concep cién de la bondad otra vez centrada en el su frimiento y no en el goce de dar a otro. Para las personas criadas en las palabras cic Jesis, sabran que su mandato més importan: te con respecto a las personas es «amar & (t préjimo como a ti mismo», De chica siempre pensé que la parte «del ti mismo» se les aly dé ensefiarla; ademas, la frase es tan brillar: te que condiciona el carifio que le tene los demas de acuerdo a cémo yo me quiet mensaje que creo que ni la mitad de la hu: nidad entendié en la profundidad que tie Intentar ser noble es un wabajo liters mente de mierda, dificil como pocos, » «le cual nadie se siente tan orgulloso cuanclo presenta mis complicaciones que un cwso de posgrado, de inglés 0 tantos otros apren: dizajes o evaluaciones cognitivas a las que nios enfrentamos en Ia vida y que parecieran ser el tinico camino hacia ese supuesto éxito «ue tanto buscamos. Quizds por esto no se ense jan esas competencias personales y solo in portan los aprendizajes cognitivos para decir 93 ‘que nuestros nifios avanzan. La educacién de calidad, que es la que todos queremos, debe incluir nociones de empatia y respeto por la generosidad fuera de un contexto religioso. Otro punto que es importante en el rol de los padres es que son los tinicos que pueden configurar la historia emocional del nif. Son los padres, en cualquiera de sus formas, los llamados a respetar y hacer respetar la his- toria de ‘a familia y conocer ellos primero sus vinculos para trasmitirlos a sus hijos de forma sana y que permita encauzar la vida de esos nifios y nitias incorporando esa infor- macién histérica. Reconocer los origenes es fundamental para una expresién emocional adecuada, y cuando veo Ia dificultad de los adultos para relacionarse con sus antepasa- dosy con sus pueblos originarios, me da pena ‘c6mo se construye futuro sin haber incluido el pasado en el discurso y en la accién. Incluyendo todos estos factores, a las cin- co caracteristicas para educar mds las tareas femeninas y masculinas a wabajar~ se inclu yen ahora el valor de lo ancestral, por lo que 4 habria que entrar a mejorar ciertas reglas de ‘comunicacién que van justamente en contra de lo que buscamos. Esto nos permite entrar en el tema de las inconsistencias parentales que también podrian ser escolares~ y que tienen que ver con cosas que decimos y qu no hacemos 0, peor atin, de las que hacemos todo lo co. ‘Vamos a recorrer algunas de esas incon- gruencias o dobles discursos para que veama< Io dificil que se nos pone el camino a la hors de intentar ser creibles, consistentes y buenos referentes para nuestros hijos: 1. Quereme 10s y nifias indepenclicn: es, auténomos, con capacidad para resolve: conflictos, buena tolerancia a la frustracién » preparados para la vida, Esto perfectamente puede ser un extrac to de una declaracién de principios de cual {quier mision y vision escolar; sin embargo. ex la prictica y en lo cotidiano, no lo vemos 1 hacemos, Desde lo més basic, no dejamos ni siquiera que nuestros hijos se aburran; estar 95, aburridos es como si estuvieran deprimidos y como queremos hijos contentos, nos hemos convertido en sus entretenedores. Se nos olvi- da que el aburrimiento es la madre de la crea- tividad y, bien guiado, potencia aspectos crea- tivos de los nifios que ellos iran descubriendo paso a paso. Al estar aburridos, nuestros hijos de alguna manera empevardn a desarrollat habilidades que les permitirian el dfa de ma- jana enfrentar cosas mis complicadas, como la enfermedad de su abuela, la muerte de su perro o tantas otras cosas que les pasardn en. Ta vida, Si un acto tan mi dad no lo saben manejar, ge6mo podran ha- cerlo con las cosas mas complejas de la vida? A cudintos padres hemos visto llevandole a mo de incomodi- sus hijos al colegio la colaci6n o los materiales para hacer un trabajo cuando lo olvidaron, para que no tengan que enfrentar las conse- cuencias de sus actos y omisiones... esta es otra forma de invalidar y entorpecer el desa- rrollo de sus habilidades, convirtiéndolos en. seres con pocos recursos a la hora de solucio- nar sus conflictos. 96 Si cada vez que nuestros hijos tienen l= grin problema aparecemos los adultos cor una «bandeja de soluciones», nada indic que ellos podran manejarse por sf solos en la vida. Tampoco se trata de decirles que no a todo y castrar la posibilidad del riesgo y la jinnovacién, pues para que aprendan dehen equivocarse y, para eso, deben hacer cosas por iniciativa propia. Hay que encontrar wn equilibrio entre dejarlos caer para que se ren y guiarlos para que puedan evitar dolores {que no son necesarios. 2. Queremos nifios que respeten a los adultos, obedezcan_en lo importante y se mangjen con reglas bai leny inicio Lo primero que me pasa con esta frase que es parte del discurso de tantos estableci: mientos educacionales y padres de familia: que creo que habria que definir qué se en. tiende por cada uno de esos conceptos. Los adultos vivimos diciendo que «esta gener in es ingobernable», que eno obedece a sus 7 padrese, que «nosotros éramos tan distintos», entre muchas otras declaraciones similares, sin apreciar siquiera que las inconsistencias estén en nuestro comportamiento y no nece- sariamente en el de los nifios, Somos adultos con miedo a los nifios, padres y madres que ‘queremos ser bien evaluados por ellos y que ojala no nos critiquen por nada, Esta es una de las tantas heridas que dejaron las dictadu- ras en nuestros pafses, donde se confun: la palabra autoridad con autoritarismo. Evi- dentemente que volver a escuchar palabras como «orden», «disciplinary 0 «reglas», nos evoca un inconsciente muy doloroso y nos lleva a complacer en demasfa a los nifios sien- do poco consistentes con ellos. Los «NO», los nifios los transforman en «Sf» con un poco de manipulacién, las promesas no se cumplen casi nunca y damos las instrucciones muchas veces, repitiendo casi a destajo la frase: «Esta cs la titima ver» Las penitencias, aprendizajes 0 castigos, como quieran llamarlos, son un verdadero chiste, que delante del nifio se rompen 98 instanténeamente. ¢G6mo pretendemos xe nerar respeto si no somos consistentes? Ademés, tenemos una generacién casi c0 tera que no tiene educacién civica y a la que nadie le ha ensefiado ciertas normas bisicas de funcionamiento social, como dar el asic»: to a una persona vulnerable, por ejemplo. » los respor ables de ello somos los adultos. Los nifios de hoy tienen dos caracteris ‘cas que nosotros no teniamos: son nifios sin miedo y son mas inteligentes que nosotres esa edad. Con estas dos caracteristicas es ex ver més importante que los adultos tome ‘mos conciencia de que nosotros definines el funcionamiento de la casa, porque si 10. a muy poco andar, nos sacardn la radiogratia de nuestras angustias y miedos ~que hist camente son muchos-, y controlardn ellos to: dos los parémetros de la conducta familia Es fundamental que los paises que transi amos por dictaduras reconozeamos que mit cchas de las consecuencias educativas que li cenfrentamos son efectos de ellas; al acepii esto, quizas podamos, de cara al futuro, corre 99 gir errores que son nuestros y no de nuestros hijo, pero que los perjudican a ellos. 3, Debemos ensefiares a nuestros hijos © hijas que la gente vale porlo que es y no por Este es un principio hermoso que, lamer tablemente, en muchos casos no pasa de ser tun discurso. Una manera de comprobarlo es que a los cuatro o cinco aiios, el nifio tiene un teléfono celular, el que muchas veces supera cen calidad a los cclulares de sus profesores y, por Iejos, el sueldo minimo de su pais. Evi dentemente, el nitio no sibe esto y pierde el teléfono. Los papas, a la brevedad, van por otro celular y la frase 0 explicacién que tie- nen para ellos es que «todos tienen celular. Ese nifio no lo necesita, no sabe que no es lun juguete y menos sabe que es un aparato caro y, seguramente, dificil de pagar por sus padres. De verdad yo creo que el problema est en €l mundo adulto, Nosotros los adultos tene- ‘mos conflictos con el tema y parece que no 100 tenemos claro si la gente vale por lo que ne o por lo que es. Seguimos pensando — que no sea correcto decirlo~ que alguien 4 anda en bicicleta vale menos que alguien «ue tiene auto “lo que dependerd, por supuesto. también del auto-. No estoy diciendo que dos pensemos asf, pero es una tendencis vn elinconsciente colectivo. Esta inconsistencia adulta se traspasa a los nifios y, finalmente, ellos son. tos primers perjudicados. El consumismo esti tan den de nosotros que muchos papas y mamas con: pran cosas a sus hijos no por ellos sino por sus propias necesidades de mostrar frente a los otros padires que tienen recursos. Asi, somos los adultos los que introduc mos el bullying en las escuelas, instalanido Ia desigualdad a edades en que los nifios tienen habilidades para manejarla, Si no lo podemos hacer los adultos, menos lo podirsin hacer los nifios que tienen menos manejo «le las atroces injusticias sociales que existen en nuestros paises. 101 Los hijos e hijas de padres consistentes, ‘que tienen claro que la gente vale por lo que es y no por lo que tiene y que tratan igual al cuidador de autos y al gerente de la empresa, son nifios que nunca piden nada, ni para los cumpleafios, ni para Navidad y tampoco para el Dia del Nifio. Les molestan las marcas por- que les dan pudor y saben que su identidad no csté en las cosas, sino en lo que pasa por ellos mismos. Hay que obligarlos a comprarse algo porque nunca manifiestan lo que necesitan, ya {que estan bien con lo que tienen. Saben y co- nocen fa situacién econémica de sus padres, viven en relaci6n a la verdaily no a ideas falsas, porlo tanto saben qué pueden tener y qué no. Los inconsistentes a los que me refiero son los padres, generalmente rabiosos frente a los que tienen més y buenos para subvalorar a los que tienen menos. Sus hijos se educan con la ‘misma rabia mirando més hacia afuera que ha- cia adentro y, por lo tanto, son los que hacen listas para cada fecha y les importa mostrar lo {que les han regalado porque su identidad en esos momentos pasa por ahi, 102 EI primer desafio educativo de los padres es resolver este conflicto; esta sociedad cle consumo en la que vivimos nos ha generaclo la sensacién de que hay ciertas cosas que de mocratizan ala sociedad y que, aparenteme te, disminuyen las desigualdades. Los tell nos, los televisores, los autos, las zapatillas ¥ el internet son algunas de las cosas que la gent encuestada asocia con elementos que disii- nuyen la desigualdad, Este conflicto tiene que ser resuelto dest el centro de la familia y, la verdad, desde «! corazén de cada persona, porque al final |e que se siente aparece en la conducta, Es asf que esta contradiccién entre la aspi raci6n y lo que hacemos nos debe, a mi juicis, hacer reflexionar sobre nuestras necesidacles la necesidad de mostrar a otros lo que vanien. consiguiendo con el desarrollo interno de los logros. Esto nos enfrenta con lo que enter demos por éxito, una palabra que mis que con el hacer o llegar a hacer lo que se am. s relaciona con tener cosas que proyecten \it realidad glamorosa que poca profundidad 103 tiene, Esto seguramente esta més expresado cen las sociedades més consumistas, donde todo se respalda desde el tener y no desde el ser; de manera mas dramética, lo importante hoy no es solo tener, sino mostrar que se tic- ne, aunque se deba todo aquello a un banco otra institucién. Es Ia educacién en la imagen donde nin- sguno de nuestros paises sale ileso y donde Pa- rnamé, por ejemplo, tiene mucho que contar, fundamentalmente porque esun pais dondeel crecimiento ha sido muy rapido yla necesidad de mostrarlo es muy fuerte. En sintesis, el Sex, el Teves y el Mosrmar paiécen estar en pro- fundo conflicto en el mundo educativo de hoy. 4, Necesitamos nifios y nifias que se co: muniquen de frente y que desarrollen habili- dades sociales que les permitan expresarse y Es impresionante Ia dificultad que tene- mos hoy para mirarnos a los ojos y estamos gran parte del tiempo mirando hacia abajo. De hecho, en nuestras calles ya hay muchos 108 semaforos pintados en el suelo para la gente (que va mirando el celular y asf evitar los we mendos accidentes que han aumentado este iiltimo tiempo. ‘Las personas ya casi no hablan entre elias, yen algunos paises como el mio, en que nos cuesta tanto expresamos, la tecnologia 9s quedé perfecta, Nadie se saluda para los en pl y las emociones fueron reemplazadas por ! ios, nadie habla, todos escriben ~y mal- semoticones Ahora bien, ge6mo repercute esto en | educacién? Lo primero que habria que re nocer es que en primera instancia somos lo. adultos los que estamos adictos a estar cone tados todo el tiempo. Cuando se nos piercie el celular o se nos borra un archivo es la me jor muestra de aquello: tenemos sintomas ce abstinencia como taquicardia, rabia, angus y otros. Al reconocer que el problema viens del mundo adulto y desde ahi pasa a nuestros nifios, las repercusiones educativas son obvias Y muy importantes. Somos nosotros los que ponemos los celulares en Ia mesa antes que 105 los platos y cuando nuestros nifios nos ha blan, generalmente no los miramos a los ojos. Parecemos estar siempre conectados, pero no comunicados. Para cumplir con la idea de «sentir para ‘educar», lo primero es gobernar desde la vo- huntad este medio tecnolégico que es una ma- ravilla pero que hay que saber administrar: quiero que mis hijos aprendan a conversar y resolver y desarrollar sus habilidades sociales, mis dispositivos tecnologicos tienen y deben ‘estar apagados para luego tener la autoridad. para pedirles a ellos que también lo hagan con los suyos. Como en todos los temas edux cacionales, el ejemplo es fundamental para que se cumplan las reglas. Si bien la tecnologia nos qued6 cémoda y funciona casi como una cuidadora que pare- ce hacerse cargo de los nifios todo el tiempo, ya que los mantiene entretenidos y sin pelear discutir con sus hermanos, también es cier- to que dificulta que se desarrollen vinculos con los cereanos, con Io que la posibilidad de ‘educar en la familia disminuye notoriamente. 106 De verdad que mientras més camine en cesta investigaci6n, mas conciencia tomé «elo analfabetos que somos emocionalmente, No sabemos comunicarnos; a lo mejor hablamos de ciertas cosas ~y que, por lo demés, tampo- co lo hacemos muy bien-, pero estamos ni. lejos de comunicarnos, No hablamos de nues tras penas y dolores, no somos buenos pr explicar lo que nos pasa y estamos tan cis dos que queremos conversar poco y sinte:ix To maximo. Queremos y no queremos se ‘Todo es tan contradictorio en nuestra forma de comunicar que se nos olvida uno de los axiomas de la comunicaci6n y que es qué se comunica al no comunicar, Nuestros nifios y nifias observan nuestra conducta y, como sus modelos, van absorbie do nuestro mal o buen humor, nuestra gene rosidad 0 egoismo, y asi tantas otras caracte~ risticas que van formando sus personalidavles, ‘Si suponemos que los seres humanos nace ‘mos buenos, algo pasa a corto andar para que ‘eso se vaya extinguiendo y se pierda el pote cial; si pensamos que simplemente nacemos 107 sin ninguna tendencia, algo pasa en la educa- ci6n que el péndulo se va mayoritariamente hacia lo negativo. Parece, al leer estas lineas, que mi visién es muy negativa y pesimista, Muy por el contra rio, ereo que hay una fuerza emergente que cada vez suena mas fuerte y que tiene que ver con la bisqueda de la inteligencia espiritual, que nada tiene que ver con lo estrictamente religioso, sino con buscar el sentido de tras- cendencia en todo lo que se hace. Es como encontrar un propésito no solo en los nitios y nifias, sino también en el mundo adulto. Si nuestros niffios nos ven buscar suetios, luchar por lo imposible, ellos también tenderin a hacerlo. Para construir suefios, tanto en el mundo adulto como en el infantil, se necesita pri- mero saber buscar esos suefios, Io que tiene que ver con el silencio y un viaje mas hacia el mundo interior que al exterior. Se trata de entender que se debe trabajar en educar en el esfuerzo, buscar la sintonfa con la natura- leza, escuchar su ritmo y explorar los poten- 108 ciales espirituales de nuestros nifios par: encaucen su vida lejos de nosotros. Pareciera que esto que acabo de con: es lo queremos todos los adultos para »\ics tos nifios y nifias, pero evidentemente es asi, Hay adultos que en muchas ocasio: estan muy lejos de hacer lo mejor par s nifios, no por maldad, sino que por fal ce 50s aprendizajes emocionales en sus propins historias que, jojol, van mas alld de las! lidades parentales que tan de moda se puesto este titimo tiempo, Mas bien tinier) que ver con las condiciones antes expucs's ternura, firmeza, fuerza de voluntad, pac ia y sentido det humor. En estos iltimos treinta afios todo ha «i biado muchisimo, en lo bueno y en lo msi entendiendo ademas que ninguno de «st dos polos existe en realidad. Los matices son Jos que ganan, aunque por miedo much ces los Hevamos a los extremos para sentir mis seguros. Entre estos cambios quizs | mas importantes son los que ha traido co» sigo la tecnologia y que abarcan mucho mas 109 que el uso de los aparatos. Como me decia lun maravilloso nifio boliviano: «El problema de la tecnologia es que acerca a los que estén. lcjos y aleja.a los que estén cerca», Esto altera nuestra expresién emocional: por ejemplo, escribimos «jajajajaja» sin habernos reido, los cemoticones dicen por nosotros lo que senti- ‘mos y nos dormimos y nos levantamos viendo Ia tele, Si queremos educar emociones, sin duda tendremos que dosificar la tecnologia y privilegiar el contacto personal frente al virtual, tanto en nosotros como en nuestros ‘Si nuestros nifios nos ven invitar gente a nuestra casa, Hamar a nuestros amigos para sus cumpleafios, acompaiiar directa y concre- tamente a cercanos en sus dolores y alegrias, cs esperable que ellos con el tiempo sigan el ejemplo, sobre todo cuando nosotros no este- ‘mos aqui. Estas pueden ser pautas que ayuden a desarrollar nuestras competencias persona les, en consecuencia, las de nuestros hijos. Es lo mismo que pasa con el cuidado de Jos viejos: si nuestros nifios nos ven estar con no nuestros padres y cuidarlos, lo mas prob: cs que ellos nos cuiden y nos acompaiten a nosotros en un futuro cada vez més cercane Owo punto dentro de un buen desarrollo emocional -ademés de explorar en el mun. do interior para saber qué sentimos- es tc ner claro y ser conscientes de que la vida est lena de contrastes y que es necesario verlos cotidianamente. Estos contrastes son Io lun noso y lo oscuro que habita nuestra vide. Ly Tuminoso tiene que ver con lo que la vida se regala y lo que yo consigo con mi esfuer» perseverancia, que me hace sentir orgul 80 de lo que soy, de lo que hago y de lo que puedo lograr. Lo oscuro tiene que ver co Li limitaciones, problemas sin resolver, tists y.en general, emociones no expresadas 1 la vida. Para ayudar a crecer a nuestros nifios ©) ci mundo emocional es fundamental most que la vida no es perfecta y que eso tambiet | hace maravillosa, porque la presenta adv como un desafio permanente por resoives De las dificultades se aprende, pero tamhi m del goce, y ambas perspectivas tienen que ser ensefiadas. Quizas uno de los puntos de quiebre en el desarrollo de las emociones esté en la tarea de ayudar a los adolescentes a buscar su vo- cacién, Esa palabra maravillosa que significa «llamado», es un proceso de buscar y encon- trar fuegos internos para poder desarrollarlos en la vida. Hoy esta casi en extincién y ha sido lamentablemente reemplazada por «emplea- bilidad>. Reitero lo dicho antes: con el fin de evitar que nuestros hijos sufran, los estamos preparando para el fracaso en vez de para ‘grandes éxitos. ‘Cuando se trabaja en las emociones es fun- damental encaminar la educacién hacia el desarrollo y la biisqueda de Ios talentos y ha- bilidades para que, desde ahi, se construyan, los grandes suefios que intentaremos lograr y conquistar todos los dfas. Parece, en este con- texto, que es clave la bisqueda de la pasion como energia movilizadora y como la clave de una vida con sentido. ‘Ayudar a nuestros j6venes a buscar y de- 2 sarrollar ~desde la voluntad~ sus pasiones es a mejor plataforma para desarrollar las con petencias personales que tanto buscamos. L orientacién vocacional debiera darse buscar: do hacia adentro y lejos de mediciones cco- némicas, para, desde ese punto, deducir {qué sirvo y para qué no. Se deben buscar sue fos y no carreras o disciplinas. Estos suefios involucran varias opciones que, bien trabajo das, pueden llevar a desarrollar personas «i sean un aporte a la sociedad desde la plenivucl, de las acciones y la estimulacién de las pasio nes como energia movilizadora. No obstartc hay muchas otras fuerzas que mueven a perso- nas que son capaces de darlo todo por hacer Jo que aman en la vida, combinando lo que les dicen su corazén y su cabera al mismo tiempo. (ses =i no en todos enores de dieciocho afios tomen alcohol y fumen ciga- tillos, En todos nuestros paises existe esta ley qc protege» a nuestros hijos de las drogas ve 113 alcohol; sin embargo, es algo que no se res- peta ni siquiera en nuestros propios hogares. Tendemos a sentir que el que no consuman antes de los dieciocho es un aspecto que no podemos controlar y, por lo tanto, son los mis- mos adolescentes quienes se enfrentan a la ta- rea de regularlo. En ninguna parte de nuestro cerebro pensamos que al permitirles que ellos regularan su relacién con las drogas y el alco- hol, estabamos autorizando algo que es ilegal Bajo este mismo paradigma, les mostramos tun cédigo ético laxo, en el que absolutamente todo se puede hacer en Ja medida en que sea ‘mos discretos y no nos pilleit>Asf, nuestros hi- jos pueden conducir un vehfculo sin licencia y sus padires y madres se mostrar orgullosos diciendo que a sus hijos les hace bien practi- car (por supuesto indicandoles por qué calles donde no hay policias pueden circular). Ese mismo joven es el que después conduce a una velocidad mayor a la permitida y que solo se preocupa de identificar los radares lo’ poli- fas con alguna aplicacién, porque conducir a la velocidad correcta es de estipidos. Lo que 4 ‘me pregunto es por qué ese mismo individuo, sillega a ser diputado o empresario, vaa hace: Io correcto si en su misma casa Gi6n familiar, aprendi6 que lo importante no era hacer lo correcto, sino euidarse de no ser sorprendido. Aqui hay otro aprendizaje que se deriva de lo explicado y que tiene que ver con un argumento muy usado por los paps ‘mamas hoy dia: mi hijo quiere o no quiere ha cer esto, Querer, como el acto més simple ¢ tener o no tener ganas de hacer algo, parece ser determinante a la hora de definir conduc en Ia ecluca tasy, como los padres queremos ser evaluaclos de forma positiva por los hijos, constantemen te cedemos a sus deseos, haciendo lo que ellos quieran, No estoy diciendo con esto que no haya que ser flexible y que los nifios tienen que hacer solo cosas que no les gustan 0 todo lo que les decimos los adultos sin poder dar su, opinién, pero creo que hay algunos puntos en los que no se puede transar, como en el curn= plimiento de la ley y lo que va en su benelicio. como el estudio, la alimentacién y el euidado de Jos afectos. No siempre se puede hacer lo que se quie~ re; la gente que alardea de hacerlo, es inso- portable, vanidosa y prepotente, y est muy lejos de ese ser humano que necesitamos for- mar en estos tiempos. Un ejemplo en el que se aprecian de for. ma terrible las consecuencias de que los nifios hhagan lo que quieran, es en la alimentacin, ‘México y Chile ostentan los primeros niveles de obesidad infantil y muchos otros paises americanos no estan tan abajo de nosotros. Este tema es muy complejo y multifactorial, por cierto, y se debe, en parte, a padres que Preguntan constantemente a los nifios qué quieren comer, a lo que ninguno © muy po- cos responderin que espinacas o legumbres. Pareciera que da igual tener nifios enfermos © con colesterol alto a los catorce afios si ellos stn contentos. Sin duda, tanto la ética como. Ja salud pasan por estimular una conducta sana regulada mds por la fuerza de voluntad que por el placer. 16 6. Queremos nifios y nifias felices toc siempo, Dejé este principio para el final de est pitulo, porque sin duda es el que més se iona con este libro, Esta frase tiene que con entender como sindnimos las palabr licidad y alegria, A la menor sefal de tr: de Ios hijos, los padres nos angustiamo: tentando evitarles cualquier dolor y hacie hasta lo imposible para producir de nue sensacion de alegria = felicidad en ellos. Ya expliqué en Ia investigaci6n de la f dad que alegria y felicidad no son sinén) yyo puedo ser feliz y estar triste. Esta soci hedonista que hemos construido nos dice hoy todo tiene que ser divertido, placen: fécil y descartable; fen6menos que nos i den «raspar» el alma y cultivar la volun. cl esfuerzo, que son las tinicas garantie éxito. Cada dia de la semana tenemos una tud distinta, teniendo una «cara de lun owa «de viernes», Hoy suena mucho la de que el «cuerpo sabe que es viernes» y ny Jo tanto, andaré més feliz = dias lunes, Las palabras responsabilidad, voluntad y cesfuerzo estn cada vex més lejos de las pala- bras felicidad y alegrfa. A muchos se nos hace tento que los inconcebible pensar en el trabajo como un es- pacio de alegria y en el esfuerzo y la voluntad como expresiones de felicidad, en la medida que la vida adquiere sentido a través de ellos. Obviamente que queremos nitios felices y que ademds sonrian mucho el maximo del tiempo, pero eso se produce cuando se vencen los obstculos y cuando vemos como padres que ellos se superan a sf mismos lo- grando los suefios que se supone les hemos ayudado a construir desde pequefios. No se puede estar contento todo el tiempo, pero si se decide ser feliz, la alegria Mega como con- secuencia de la batalla dada en esa decisi6n y ncia de problemas, ya que esto |, si no imposible, que ocurra. no por la au ces muy diff Nunca se me va a olvidar un pescador en el sur de mi pais que, al verse permanentemen- te molestado y boicoteado en su trabajo por us estar contento, vender més, levantarse mis temprano que todos y acostarse mas tard repetia la siguiente frase: «No envidies mis Exitos si no conoces mis sacrificios». Que her ‘mosa frase para colocar en las salas de clases yen las casas para que se aprenda a valorar c deber cumplido por sobre el facilismo y que nos sintamos contentos de hacer lo que cel mos, desde lo més profundo de nuestro se yno solo por lo que obtendremos a cambio. Mientras voy escribiendo este libro y «i minando por senderas nuevos, actualizaiido antiguos textos de otras investigaciones, 1c asombra cémo nuestra conducta est dete ‘minada casi siempre hacia afuera y tan poco por el crecimiento interior. Pero si me silgo de esta rabia e impotencia, aparece en uni la esperanza de ver espacios de cambio en alt nas familias que estin estimulando a grate sofiadores a trabajar duro por lo que «ule ren, que no se lo dan Ficil a sus hijos » quc aprendieron por su historia que era mejor darles a ellos el eminimo de la vida y de lo le pueden dar» para que sientan «hanshre 19 por ella, Que sientan la necesidad de buscar, de intentar, de equivocarse, de hacerse cargo yy de tantas otras cosas que necesitamos desa- rrollar para configurar ese ser humano del presente y de! futuro. Es cierto que no nos ensefian a ser padres, frase que hemos escuchado por aos, pero creo que hoy hay formas de aprender a me- jorar no solo en este rol sino en cualquiera, ‘Las emociones en este camino son claves, yen la medida en que los padres o adultos sane- ‘mos nuestra historia con todas las formas de conciencia que hoy existen, encontraremos mejores formas de educar a los nifios del fu- turo, logrando formar seres integrados, con grandes capacidades de adaptacin al diver sidad y amplias formas de amar para entregar Jo mejor de sa la sociedad, Preparara los hijos paral vida no es ci sa es nuestra tarea mis profunda. Yo no sé si uno lige alos hijos que tiene o ellos nos escogen a nosotros para desarrollarse de la mejor forma posible. Sea cual sea la forma fen que llegaron a nuestra vida, viene! para 120 ser preparados para vivir, para ser las mejores personas posibles y, para esto, nuestro test: monio silencioso es fundamental para des rrollar sus competencias personales pars cl resto de la vida, En sintesis, en este capitulo es importante rescatar lo siguiente: «© Para educar a sentir, los adultos tenemo: que hacernos cargo de nuestra historia ‘emocional ¢ incorporar el hecho de «1 egamos a educar sin saber el oficic. © Al sanarnos los adultos de determin: dos «mandatos», estamos mas abier' para formar nifios libres desde el alms con capacidad para preguntarse y par. dec el tipo de vida que quieren cons Los paises que hemos transitado por « taduras tenemos que reconocer abie! tamente que confundimos el concepie: de autoridad con el autoritarismo y qu: dentro de la educacién formal e infor ‘al los limites son necesarios para un. expresién de amor social, 121 Para educar bien a un nitio dentro del contexto familiar ~sea cual sea la defini- cin de este—son claves: la ternura, la fire rmeza, la paciencia, la fuerza de voluntad y el sentido del humor. Los estados deben dar las garantias para que estas pautas emocionales se puedan vivir en libertad y se le facilite la expre- sin de preguntas y reflexiones a las per- sonas con el fin de aumentar los espa- cios de libertad y crecimiento afectivo y spiritual (que nada tiene que ver con lo religioso) © En fin, si se educa cof limites que son tuna expresi6n de amor y, al mismo tiem: po, se incluyen todos Ios elementos des- critos en la formacién emocional dados, superando todas nuestras contradiccio- nes y dobles mensajes que en este capi- tulo fueron descritos, estarén listos para salir hacia la escuela a seguir desarro Mando sus habilidades. 122 EL ROL DE LA ESCUELA Nos hem preseypad macho, demas del exclencia aca ys obvidamos de ln ecslencia da Al empezar este capitulo no puedo evi. hacer el esfuerzo de recordar mi primer dia de clases, en los afios setenta, pero solo I go ala imagen de una nifiita muy peinada sentada en un pupitre con una pizarra de ti delante en mi querida ciudad de Temuco. sur de Chile, Solo guardo sensaciones vagas de ese momento, pero en cambio sf recuer do con toda nitidez cuando levé a mis hijos. Cristian y Nicole, a su primer dia de colevio: fbamos con tanta ilusién y emociones encon: tradas, tomaditos de la mano, con una ser de fot6grafos que nos esperaban para encap: sular ese momento en nuestras historias. Su ropa nueva, verlos tan grandes y tan. pequc ios al mismo tiempo, en el comienzo de un camino que les permitirfa entrar no sole mundo del conocimiento, sino que también 125 C—Claae— de las habilidades emocionales y sociales que les servirian toda la vida, me emocionaba. Habja tanta ilusién, tanta complicidad, tanta alegria y tristeza al ver lo rapido que cre~ cen los hijos. Pocos pensamos, seguramente por falta de experiencia, en lo complejo que es este proceso y cusn atentos debiéramos es tar a él, Sin duda, mi trinsito por el colegio 0 escuela fue muy distinto al de mis hijos y sera muy diferente al que vivirdn mis nietws cuan- do los tenga. ‘Cuando uno decide a qué colegio quiere {que vayan sus hijos, hay muchas variables que centran en juego, las que tran ido modifican- dose con el tiempo. La verdad es que ya al solo escribir esta frase me siento en una con- wadicei6n, porque estoy faltando a la verdad y alo observado en esta caminata. Pareciera que ya no elegimos el colegio para nuestros hijos, sino que mas bien le pedimos el favor de que nos reciba. Es innumerable la canti- dad de historias de papas y mamés haciendo filas, durmiendo en la calle y «rogando» ser aceptados en los establecimientos que desean 126 ‘para sus nifios, muchas veces sin buenos ¥ sultados, Los padres queremos un colegio 0 escu a que represente nuestros valores y nuestr forma de mirar el mundo. Para algunos seri muy importante la red de contactos que & nifio o nifia podré encontrar en el colexio: para otros, en cambio, importardn los valores religiosos o éticos que represente Ia instit Gin y la formacién académica que se les « tregue; otros escogeremos lugares don

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