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aye, Ventanas de tolerancia Cada uno de nosotros disponemos de una “ventana” de toleranci en la que se pueden procesar varias intensidades de activacign emo. cional sin interrumpir el funcionamiento del sistema, Algunas perso. nas se sienten cémodas con altos grados de intensidad, y esto les per. mite pensar, comportarse y sentirse en equilibrio y con efectividad, Para otras personas, ciertas emociones (como la ira o la tristeza), todas las emociones, pueden ser disruptivas para el funcionamiento si estan presentes en grados medios. La intensidad de un estado emo- cional especffico puede implicar a los mecanismos de activacién y de valoracién, sin que la persona sea consciente de ello. Como hemes AUTO-REGULACION 359 isto, estas actividades no conscientes de valoracién influyen sobre el ciao en que el cerebro procesa la informacién. El pensamiento o la raducta de ura persona se pueden interrumpir si la activacion atra viesa los limites de la ventana de la tolerancia. Para algunas personas, esta ventana puede ser muy estrecha. Para tales individuos, los pro- “egos emocionales solo se hacen conscientes cuando su intensidad se aproxima a los limites de su ventana y se encuentran al limite de la ‘esorganizaci6n del funcionamiento del sistema. Para otros pueden ser tolerables y estar disponibles para la conciencia una amplia gama de emociones ~desde las emociones agradables incluidas la alegrfa, la excitaci6n 0 el amor, hasta las desagradables como la ira, la tristeza oel miedo. La amplitud de la ventana de tolerancia de un individuo determi- nado puede variar, dependiendo del estado de mente en un momento concreto, la valencia emocional particular y el contexto social en el que se ha generado la emocién. Por ejemplo, podemos ser mas capa- ces de tolerar situaciones estresantes cuando estamos rodeados por personas queridas con quienes nos sentimos seguros y comprendidos. Dentro de los limites de la ventana, la mente sigue funcionando bien. Fuera de estos limites, comienza a deteriorarse el funcionamiento. En el nivel mas basico esto puede entenderse en términos de la actividad de las ramificaciones del sistema nervioso auténomo, al que nos referiremos con mis detalle en el proximo capitulo. Fuera de Ja ventana de tolerancia, la excesiva activacién de la ramificacion simpatica puede generar procesos con un alto consumo de energia, manifestados como aumentos del ritmo cardiaco y respiratorio y como una sensacién de “palpitacién” en la cabeza. En el otro extre- mo, el exceso de actividad parasimpatica conduce al aumento de procesos de conservacién de energia, manifestados como reduccio- nes en el ritmo cardfaco y respiratorio y una sensacién de “atonta- miento” y “cerraz6n” en la mente. Es posible que se produzcan otras combinaciones autondmicas, siendo la més comtin la activacién simulténea del sistema simpatico y parasimpatico; esto crea una sensaci6n interna de “explosién” en la cabeza y de tensién en el cuer- LA MENTE EN DESARROLLO 360 nduciendo un automovil pisangy 1a 0 10 si uno fuer re freno. Algunos individuos se Jerador y el explosiva’’ es, se cierran las funciones copnii po, cor tiempo el ace estado como de “ira Bajo estas condicion amiento al ries” de Peg procesos corticales con 10s Centros ny ily que vineulan estos p — Frcionalmenteblogueados ¥ se imposibilita el pensamieny nal, En estados mentales que superan los limites de Ja Venta, a voeraneia, la capacidad prefrontalmente mediada de fei Fi respuesta se cierra temporalmente. El “modo superior” ge ee inento integrado ha sido susttuido por un “modo inferioy" yo puesta ref. Se suspende Ia Funcion inegradors de la emociy bstracto y la auto-reflexién, 1.9. Ye 8 ci Ia que la auto-regulaci6n permite una interacci6n adaptativa flexi con el medio ambiente. Podemos proponer que bajo tales condi, nes, el sistema dindmico parece alejarse del movimiento hacia 4, maximizacion de la complefidad entrando en estados caracterizady, bien por la excesiva rigidez o bien por el azar. Estos estados son inflexibles 0 caéticos, y como tales no son adaptativos ni para el con. texto interno ni para el externo, La mente ha entrado en un flujo orga. nizativo subéptimo que puede reforzar su propio patron maladapta. tivo. Ahora se encuentra en un estado de desregulacién de emocién, Una ventana de tolerancia puede estar determinada tanto por ras. gos constitucionales (temperamento) como por el aprendizaje expe. riencial. Las condiciones fisiologicas presentes, como el hambre y el cansancio, también pueden restringir visiblemente las ventanas de tolerancia de los individuos y convertirlos en mas vulnerables a la irri- tabilidad y a los “estallidos emocionales”. El ejemplo de las diferencias temperamentales revela que las ventanas pueden modelarse a través de las cualidades constitucionales del individuo. Para las personas con temperamentos introvertidos la intensidad emocional de muchos tipos puede resultar muy incémoda, y pueden buscar contextos que les son familiares y que no evoquen tales sensaciones internas molestas Y desorganizadoras, En el contexto social de las figuras de apego 6o” Quienes tienen vinculos seguros, tales individuos pueden sentirse suli- AUTO-REGULACION 4 cientemente seguros como para progresar hacia situaciones novedo- sas. Sin tal contexto, pueden retirarse y aislarse socialmente. Para otras personas con sensibilidades mds adaptativas, la novedad puede ser agradable, evocando un sentimiento de excitacién que no es moles- to para su sensacién de equilibrio. La familiaridad para estos sujetos més audaces puede convertirse en aburrida y crear una sensacion interna de inquietud. Los nifios con temperamentos “faciles” se carac- terizan por afrontamientos abiertos; en general, hacen que la vida de sus progenitores sea menos demandante. Esos con temperamentos “dificiles” mas irritables e imprevisibles son “caprichosos” y muestran. frecuentes estallidos fuera de sus ventanas de tolerancia, creando situaciones dificiles para sus progenitores. Cuando tales nifios madu- ran, muchos de ellos descubren formas mas sofisticadas para regular sus emociones, con la consiguiente reduccién en la frecuencia e inten- sidad con la que atraviesan sus ventanas de tolerancia. Las ventanas de tolerancia también pueden ser influenciadas directamente por la historia experiencial. Si los nifios han vivido repetidas experiencias de miedo a comienzos de la vida, el miedo pue- de asociarse con una sensaci6n de temor o de terror que desorganiza el sistema. Las repetidas sensaciones de encontrarse fuera de control ~experimentando sensaciones sin que los demas le ayuden a calmar- se- pueden Hlevar a tales personas a ser incapaces de tranquilizarse a si mismas a medida que maduran. Esta falta de auto-tranquilizacién puede generar directamente la reduccién de la ventana de tolerancia. Cuando una persona de este tipo atraviesa esa ventana, el resultado es una sensacién muy desorganizadora, “estar fuera de control”, que en sf misma crea un estado afiadido de angustia. El estado de mente presente de la persona también puede ampliar o reducir la ventana de tolerancia. El desgaste emocional, el cansan- cio ffsico o la sorpresa por una interaccién pueden empequefiecer la ventana de tolerancia. En tales casos, un individuo puede “agitarse emocionalmente” o molestarse visiblemente por un encuentro; bajo otras condiciones, las emociones de la persona hubieran podido indi- car que algo importante estaba ocurriendo. _ LA MENTE EN DESARROLLO 362 de la abogada al que previamente ny, amos al ejemplo l F Nel nsiderar la interaccién con su col referido, No podemos co ma ajena al contexto tem) Ba de for, poral y socal en la que se produ." Gocy, mento que la abogada habia dado a su colega iba diigido 4 sus clientes més importantes, una eet ag abogada vefa como una figura materna. La abogada siempre esforzado por agradar a esta mujer, porque sentia (como mas, ae revelé en terapia) que su madre real nunca la habfa apoyade, tg habia sentido satisfecha con ella, El error del colega (a pesay de gy ia abogada se lo hubiera recordado antes de marcharse de yao a nes, el colega no envi6 el documento a tiempo, Perjudicando ag; ‘caso legal) cre6 en la abogada la sensacién de que “una vez mas” s incapaz de satisfacera su madre. En este caso, desagradar a una jg, ra matema conferia a la abogada una imagen interna, una represen, tacién cognitiva, de sf misma en relacién con una madre enfurecicg En su infancia habia experimentado, y ahora como adulta volvia experimentar, el estado de mente segtin el cual el deseo de satistacer pero la invisibilidad crea: vergiienza. Lo que era atin peor, la madre (y la imagen de la clienta, en la mente de la abogada) habia expresa. do frecuentemente ira y hostilidad hacia ella, creando una sensacign Uno dg tien ja Se habjg tanto de vergiienza como de humillacion. Nos podriamos preguntar qué proporcién de los recuerdos de esta paciente son exactos, y, silo son, cémo podemos distinguir los efec. tos genéticos de los experienciales. Las memorias de esta paciente jentos de la infancia se vieron independiente- sobre los aconteci mente reforzadas después de que la paciente comenzé con la terapia a través de los recuerdos de una prima que habia vivido al otro lado de la calle y habia atestiguado personalmente algunas de estas inte- racciones humillantes. En un tipo de corroboraci6n incluso menos frecuente, el terapeuta fue capaz de entrevistar a la misma madre, a peticin de la hija. La madre reflexioné sobre estos incidentes en una |inea muy parecida a como lo habfa hecho la hija; afirmaba también que su propia madre habia “practicado” este mismo estilo de educa~ cin, a fin de “fortalecerla” para el “mundo real”, El trato hacia st AUTO-REGULACION 363 propia hija, afirmé, fue intencionadamente una “version deslavada” del trato que ella misma habfa recibido. Tales ejemplos de casos cli- nicos particulares no equivalen a los datos de investigacién, pero nos ofrecen un ejemplo en profundidad del modo en que las experiencias tempranas de estados diddicos desregulados pueden as ‘se con el desarrollo de una disfuncién individual en la vida posterior. Con todo, la “asociacién” no implica “causaci6n”. La madre transmitié a través de sus genes y también ofrecié una experiencia parental parti- cular a su hija. Disponer de un temperamento explosivo -una forma de desregulacién de la emocién- puede ser ciertamente un rasgo heredado. La mezcla de dos individuos, madre e hija, cada una de ellas con una tendencia constitucional a atravesar las ventanas de tolerancia podria ayudarnos a explicar parte de la experiencia de esta paciente. El pasaje transgeneracional de los patrones humillantes de educacién también podria explicarlo. En cualquier caso, esta mujer se descubrié con la realidad de la desregulac’ La repetida activacién de estas configuraciones de representacio- in. nes mentales y un estado de mente de vergitenza/humillaci6n podrian considerarse responsables de haber engranado este estado como un patrén repetido de activacién neural. Podriamos decir incluso que la activacién de este estado se ha convertido en un rasgo de personalidad. La abogada era propensa a entrar en este estado de humillacién enfu- recida en momentos “inapropiados”, De este modo, podia entrar en un estado inflexible que ya no era adaptativo e inhibia nuevas respuestas conductuales en interaccién con el entorno social. Podemos conside- rar que este estado estaba inducido por la activacién masiva del siste- ma parasimpatico (Ia sensacién de no ser comprendida ni escuchada cuando el colega no envié a tiempo el documento incluso aunque ella se lo hubiera recordado) y el sistema simpético (el estado interno de ser criticada por la cliente y de sentir ira hacia su colega) del sistema nervioso auténomo de la abogada. Los frenos y el acelerador estaban siendo pisados simultaneamente. El coche, su mente, no podria regu- arse. Las claves que la hicieron estallar se relacionaban racionalmen- a de estas razones era sélo de valor te con estados previos, pero la lo 364 LA MENTE EN DESARROLLO su colega y a su cliente no les importaba en emocional e histérico. A furiosas rabias. Tras este ultimo incidente absoluto el “sentido” de sus se le alejé inmediatamente de todos los casos de clientes. Gracias al trabajo intensivo durante los meses siguientes a este punto crucial en su vida, la abogada comenz6 a ser consciente de la tristeza y de la profunda decepcién que habia experimentado duran- te la infancia en las interacciones con su madre. Comenzo a vincular también el sentido de sus interacciones presentes con otras, a través de las cuales ella (su sistema de valores) habia aprendido en virtud de las repetidas experiencias de su infancia. Afortunadamente, este proceso parece haberle permitido ampliar su ventana de tolerancia hacia las diversas decepciones que sigue encontrando a lo largo de la vida, como cualquiera de nosotros. Su comprensi6n relativa a estas capas de respuesta y aprendizaje ha generado un modo més flexible para relacionarse con los demés y consigo misma como adulta

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