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RAZMIG KEUCHEYAN LA NATURALEZA ES UN CAMPO DE BATALLA ENSAYO DE ECOLOGIA POLITICA Gi] Clave intelectual INTRODUCCION Enelotofio de 1982, te de Carolina del Norte, se mi instalacién de una descarga 1978, una empr xdo de Warren, en el nordes sels semanas contra la cos." Cuatro a 3s antes, e \dustriales habia depositado 3s policlorados formadores eléctricos Carolina del Norte decii6 gestién de des ylapintura, Una vez descu adquitir un terreno para sep ‘mente se opt6 por un terreno en las proxin Los residentes del cunstancias, se of PCB es una sustat objeto de impedir que gar, como debido a q este tipo de cit su salud, ya que e! nds tarde, el trib TING KEUCHEVAN ‘omienzo, los argumentos que expresaban los manifestantes contra la descarga se relacionaban con la contaminacién del medio ambiente (agua, suelos) por el PCB y con los riesgos que presenta para la salud. Sin embargo, a medida que el movimiento se fue ampliando y se volvié més politico, esos argumentos cambiaron de nat el Estado escogié sepul ban los resi sobre todo negros pobres. Ei descarga tiene un fundamento racista. En la época, condado de Warren esta compuesto en un 64% de negros. La regién inmediata- mente préxima a la descarga por un 75%. Los manifestantes sefialaban que esa injusticia en la ubicacién de los desechos téxicas ocurria no jo ambiente y de los recursos, el Estado favorece sistematica- mente a las poblaciones blancas y a las clases medias y superiores, 2 las que preserva de este tipo de perjuicios. & la inversa, las minorias, (0 sea, no solamente los negros sino también los amerindios, los hispa- nos y los asiéticos, asi como los pobres, asumen la mayor parte de las actualidad se comprueba que las multas p desechos en los Estados Unidos son cinco veces més frecuentes cuan- do los hechos ocurren en las cercanias de barrios blancos que de barrios nnegros o hispanos.® Esta discriminacién racial no es por fuerza inten- clonal por parte de los poderes publicos, aunque a menudo lo es. Es sistémica, vale decir, que procede de una légica en parte independien- te de la voluntad de los individuos. Lo que permitié que el movimiento del condado de Warren tomara amplitud, pues, fue su capacidad para montarlo en una generalidad, para “enganchar” una relvindicacién local en una injust Este episodio ‘obra: la naturaleza es un campo de bal LU\NATURALEZA ES UN CAMPO DE BATALLA ~y seré cada vez mas en el porvenir, a medida que se profundice la cr gentes: movimientos sociales, Estados, mercados financieros, ‘companias de segutos, organizaciones En el caso del condado de Warren, el cont ia par- des, Este enfoque de la crisis ecolégica lleva la contraria una opinion dominante en la actualidad. Un consenso bien instalado sostiene que, con el objeto de regular el problema del cambio ambiental, la humanidad setenta de la idea de que la oposicién entre da y la derecha es caduca o secundaria. También es promovido, en Francia, por personali- ddades de la “sociedad civil” como Yann Arthus-Bertrand 0 Nicolas Hulot*, de quienes existen equivalentes en la mayoria de los paises. El “pacto ecolégico” propuesto por Nicolas Hulot, firmado por un gran numero de candidatos a la eleccién presidencial de 2007, asi como por miles de ciudadanos, es tipico de esta concepcién de la ecologia.® Las lamenta ciones que acompafian el fracaso recurrente de las negociaciones nnacionales sobve el clima las de Copenhague y Rio son las ms tes- tienen a ese consenso como telén de fondo. Ellas estigmatizan la incapacidad de los Estados para reunirse finalmente alrededor de obje- tivos ambientales comunes. De este consenso ecolégico existen versiones sofisticadas. Dipesh Chakrabarty, uno de los principales teéricos del poscolonialismo, autor del clasico Provincializing Europe,* publicé recientemente un texto titu- RaMIG KEUCHEYAN A su manera de ver, la crisis ecoldgica permite encarar por primera vez que la humanidad ‘como tal, y no uno de sus componentes -obreres, campesinos, coloni- zados, mujeres...-, pueda convertirse en el “sujeto” de la historia, No- , unea hacemos la experiencia de nosotros mismos jo de que toda experiencia, aunque sea iempre es singular. No obstante, el cambio climético supone hacer emerger las condiciones de una accién comdn de la humanidad, para responder al desaffo del calentamiento del planeta. Por esa razén, a reevaluar la vieja nocién de humanismo, a la que con- fo inédito. También debe conducir a reevaluar las criticas ige desde los aflos se- icturalismo. El “antihumanismo teérico" de alguien ser 0 del Michel Foucault de Las pal la humanidad esté amenazada por las perturbaciones cl Comparando las crisis econémicas y la crisis ecolégica, Chakrabarty firma qu encia de lo que ocurre en las crisis del capitalismo, no hay aqui fes deci de la crisis climatica] botes salvavidas para los ricos y los p Los ricos siempre salen bien parados en las crisis econémicas. Segin Chakgabary, noocurir esto en el con- texto de la crisis ecol6gica, porque no habra ningin “bote salvavidas” disponible para abandonar el planeta. Aunque reconoce que esta crisis implica una dimensién de clase, en el sentido de que su impacto no est igualmente distribuido en la poblacién, Chakrabarty sostiene que en “4 LANATURALEZA ES UN CAMPO DE BATA cen de un lazo intrinseco con las lbgicas de l nacionalistas o socialistas”. Viniendo de los estudios poscoloniales, que convirtieron en una especialidad el impugnar todas las formas de uni- versalismo, esta idea es cuanto menos sorprendente.” Nuestro andlisis parte de la hipétesis exactamente inversa a la de Chakrabarty. Si se toma en idea de que el cambio climatico es inducido, desde mediados del siglo xu, po econémico, y de que ese desarrollo lleva por nombre "capitalismo", es poco probable ue las oposiciones de clase puedan ser trascendidas antes de que se haya encontrado una solucion a la crisis ambiental. En otros términos, es poco probable que reunir a la especie alrededor de objetivos comunes ‘sea una condicién de la resolucién de esta Esta supone tal vez, por el contrario, la radicalizacién de esas oposiciones, vale decir, la ra fen en Francia 670 faz6n de que all el precio de la Ina ley que data de 2003 torna Ua NATURAL SUN CAMPO DE BATALA obligatoria la ejecucién de “Planes de prevencion de | \6gicos”, que supuestamente reducen ls riesgos de catdstroe industrial y hacen las viviendas mas resistentes en caso de explosién. Sin embar- gp, esta ley no 9, sobre todo porque una parte de fos gastos de consolidacién de las edificios est a cargo de los mismos ha- bitantes. Por lo tanto, estos son literalmente prisioneros de esos barrios: ro tienen ni los medios de irse, por falta de recursos financieros, ni los de protegerse de una eventual catdstrofe ‘Arqueotogia del racismo ambiental Explicar la persistencia del racismo ambiental en el mundo social con- ‘temporéneo supone reubicarlo en una perspectiva hi pectiva de larga duracién. En la época moderna, el cardc mente mezclado de Ia raza y de la naturaleza se mani cecosistema particular: la plantacién esclavista. La plantacién es un hecho social total, que no deja intacta ninguna esfera. La natur iada por su Iogica; después de todo, sacar provecho de. nalidad, En Miseria de Ia filasoffa, Marx escribe lo siguiente a propésito de la esclavitud: sma es laes su fi- Laesclavitud directa es el pivote de nuestra indust cidn contempor- moderna. Es la esclavitud la que as que crearon el comercio mundial; es el comercio mundial la condicién sine qua nin de la industria mecani- zada a gran escala. La esclavitud no es un fenémeno de otras épocas que la logica del laciones sociales que en ella se desartolla sigue con sociedades actuales. jonando a las SL RRZMIG KEUCHEVAN mente negra. Una de las més conocidas de estas regiones, si Luisiana, va de la ciudad chemical corridor 0 cancer cceres y otras afecciones es més elevado que la medi sobre todo por la presencia de esas industrias contaminantes.” Se ci sulo: un proceso que comenz6 con la explotacién del trabajo de los explotacién de la salud de sus descendientes. En el mismo registro, encontramos hoy en China lo que los mismos chinos llaman “pueblos del cdncer”, en los cuales la salud de las pobla- cones es puesta en peligro por tasas de contaminacién anormalmente que una etnia fuera particularmente victima, ya que el fendmeno afecta al campesinado de manera més indiscriminada). En los Estados Unidos, los negros no son las Gnicas victimas de racismo ambiental. Los amerindias son objeto de un racismo ambiental cuya genealogia difiere en parte de aquella de los negros. En 1830, el Congreso estadounidense-Andrew Jackson es entonces presi- dente- vota el Indian Removal Act, que ordena la deportacién de los as de origen hacia el oeste, mas all del rio Misi- de practicamente ya no quedan al este de esa frontera. No s6lo los amerindios son expulsados de sus tierras de sino que las reservas en las que viven tienden cada vez més a estar si- tuadas en proximidad de terrenas militares. Con el poderaso ascenso econémico y militar de los Estados Unidos, el ejército estadounidense necesita lugares para el ejercicio de sus tropas, pero también para probar el armamento y en particular, Asie establece un colonialismo muctear, que va a loc jos militares nucleares cerca de los territorios ocupados por los Native ‘Americans, sobre todo el mas vasto de esos complejos en Nevada.* Las 81 ene Vee L. Kula, Toned Desert. Envonmental Ru in the American West, Nuova Yor, Rowtedge, 1958, /RALEZA ES UN CAMPO DE BATALLA aciones instaladas en Washington hacen lo que pue- den para ahorrarle esos inconvenientes a las poblaciones blancas. Una encuesta sistematica que recae en la localizacién de esos complejos a escala del pais no deja ninguna duda: cuanto més elevados sean los ‘metros cuadrados ocupados por amerindios en una regién, mas alta es la probabilidad de que alli se encuentren instalaciones militares. Raza y reforestacién ‘También Francia, en el sigio xx, es el si colonial de la naturaleza, En el c control de los recursos forestales es un desatio militar crucial desde los comienzos de la época moderna. Este control pasa por la puesta en marcha de una verdadera politica de “contencién” respecto del campe- sinado y de su libre acceso a dichos recursos. Ahora bi es solamente militar, también es econémico. En efecto, se transformar los recursos naturales en propiedad privada, en otros térmi- nos de mercantilizarlos. La mercantilizacién de la naturaleza a la que hoy asistimos no es mas que la dltima ola de una que co- mienza con los cercamientos en la Inglaterra del siglo En 1842 Karl Marx publica en la Rheinische Zeitung una serie de articulos consagrados al “robo de madera". Estos textos reaccionan a tun debate consagrado a la regulacién del acceso a los bosques vigente cen la época en la Dieta renana, Las autoridades desean entonces poner Un término ala apropiaci6n ilegal de esos recursos. “Tales [...] el desa- fio que se perfila detrs del debate de Ia Dieta sobre el robo de madera, observa Danie! Bensald en un luminoso prefacio a esos articulos de Marx: la jdn moderna de lo privado y lo p cin al dere- de una construccién social y 55 RAZHG EUCHEYAN ejemplo, supone el encadenamiento de entidades diversas: algodén misma, pero también el agua, los suelos, el sol social y una ideologfa racistas, tecnologias de coercién (e! un encuadre legal aes la azén po a cual en el sur de los Estados Unico, en el siglo 1x, los esclavos constituyen la forma de propiedad més importante des- de el punto de vista de su valor financiero, El precio medio de un escla- vo pasa asi de 300 délares en 1810 a 800 délares en 1860, y el con- junto de los esclavos del pafs valen cerca de 4 mil millones de détares, lo que es mas que el ganado o la propiedad de la tierra en la misma poca.”* Por intacién esta “conectada” con los mercados internacionales, en particular los mercados de lo textil, en expansién permanente en el siglo Segin las citcunstancias, la dialéctica amo-esclavo-naturaleza re- dunda en beneficio de uno u otro de los antagonistas. Por supuest, el ‘amo busca sacar el mayor provecho de sus posesiones humanas y natu- rales. No obstante, es un objetivo dificil de alcanzar, debido a caracte- insecas del algodén, Hasta muy tarde, el algodén es recogido ‘a mano, ya que la mecanizaciGn de su cosecta no da resultados conclu: yentes. En tales condiciones, la explotacién siempre més intensiva de los esclavos o el aumento de su niimero por la compra o la reproduccién son las tnicas maneras que tiene el amo de incrementar su cosecha. Las propiedades naturales det algodén, pues, confieren a su produccién, a la lucha de la que es el escenario, una forma particular. a tropieza con ot mite natural: la del cuerpo del esclavoy de lo que es capaz de padecer. Ese cuerpo puede ser brutalizado, pero hasta cierto punto. Como minimo, le of Notre. An Emionmenal Misty of the United Stats, ton Press, 2012, e9.3, 52 LUANATURALEZA ES UN CAMPO DEBATALLA necesita descansar y alimentarse. Con el objeto de sacarle el mejor partido sin no obstante romperlo, e! amo esta obligado 2 hacer conce- siones. Es asi como los esclavos a veces son autorizados a cultivar un huerto, que les permite mejorar su dieta cotidiana.”* Esos huertos os conducen a escapar por un tiempo al a 5ecas, puesto que a menudo estén Plantaciones, al borde de los bosques, y porque os esclavos con frecuen- cia van de noche, ya que las jornadas estén consagradas 2 la cosecha dol algodén. Los limites naturales de la explotacién, pues, para quienes is, abren espacios de libertad La alianza entre el algodén es decir, la naturaleza~y los esclavos generalmente revise otras formas. Diversas amenazas pesan sobre el itemperies, etc. Cuando ocu- 1, estas Calamidades interrumpen el ciclo de produccién y permiten dar un respiro a los esclavos. El control del ventre de las mujeres esca- vas, por otra parte, es crucial para el plantador, porque la reproduccién, como vimos, es un medio de aumentar a mano de obra y por lo tanto la produccién. Por parte de estas mujeres, pues, el rechazo a procrear constituye un acto de resisten seres que vi natural, el algodén contiene gosipol, una molécula que, cuando es mas- ticada, reduce a fertlidad. Los esclavos son depositarios de saberes medicinales sofisticados, en parte importados de Africa y transmitidos de generacién en generacién, del que echan mano en sus estrategias de resistencia a la opresié La ecologia dela plantacién dejé una huellaen la estructuracion del ustrias contaminantes se instalan a menudo en los lugares de antiguas plantaciones, alrededor de las cuales vive una poblacién mayoritaria- ae mare's perception of widens ces 31-2 ence de 2008p. 247268, RAZNEIG KEUCHEYAN Ge las practicas consuetudinarias del derecho de uso y la penaizacion creciente de dichas précticas por la sociedad capitalista en formaci La cuestién de la naturaleza y de sus usos, pues, se encuentra en el ccorazén de la construecién moderna de lo privado y lo publica, es decir, de la consolidacién de la propiedad ca Esta construccién es objeto de una lucha sin cuartel entre clases sociales. Los campesinos no vacilan en impugnar la politica de conten- cién puesta en marcha por el Estado. En 1829 alos propi toma su nombre del hecho de que los campesinos se habian disfrazado cde mujeres para sorprender a sus adversarios. Los afios 1830 y 1840, mas generalmente, son el escenario de violencias recurrentes hacia los. {Buardias forestales. Es particularmente lo que ocurre en la revolucién de 11848, donde esta dimensién a menudo es pasada por alto.** Los guardias forestales son el simbolo de la “creciente penalizacién” del uso de los bosques de que habla Daniel Bensaid. Un primer frente para la apropia- cidn de los recursos naturales, pues, atraviesa la metrépolis. Por un lado las clases subalternas, campesinado a la cabeza, y por el is terratenientes y el Estado, No obstante, un segundo frente separa la metrépolis de las colonias, En la metr6polis, la naturaleza es connotada cada vez mas positivamen- teen el si En los bosques se encarna la memoria colectiva de Francia, que vincula el tiempo presente con las etapas gloriosas de la historia nacional.® En este sent la historia de Francia. La nocién de “patrimonio” emerge en esta época, y se aplica tanto a la naturaleza como a objetos culturales. En esos te, and cons 85 Io, pt 56 LANATURALEZA ES UN CAMPO OE BATALLA ue sean también explotados con fines econdmicos o militares. Por eso se debe hacer todo cuanto sea necesario para preservarlos. icativamente titulada Reboisement et col tacién y colonizacién] (1876): “Nuestra raza conservai tades europeas gracias a la reforestacion”. La degr naturaleza es percibida como una amenaza para la civilizacién (europea). No s6lo porque es un recurso de! que es posible sacar provecho sino Porque, como el medio ambient fora el earécter, su deteriro conduci- itamiento de est cosas, a su capacidad de cuidar su medio ambiente. A cambio, éste ejerce una influencia positiva en el carécter de sus representantes. A la inversa, las poblaciones “orientales" dejan ‘que se degrade el medio ambiente, lo que es ala vez un sintoma y una causa de su degeneracién. En tales condiciones, se debe hacer todo lo ‘que sea necesario para que los europeos establecidos en Africa oen Asia ‘no sucuriban también a esta naturaleza degradada, En la segunda mitad del sigla x» aparecen en Francia algunas orga- nizaciones similares a las del Group of Ten estadounidense mas arriba evocado. En 1872 se crea el Club alpino, en 1890 el Touring Club yen 1901 la Sociedad para la proteccién de los paisajes. La Liga por la re- forestacion de Argelia, por su parte, es fundada en 1882, Estas org zaciones desempefian un papel importante en la patrimonializaci la naturaleza, vale decir, en la definicién de una naturaleza patritica. EIClub alpino, por ejemplo, crea explicitamente un lazo entre el amor por la montafia y el amor por la patria. Mantiene relaciones estrechas con el ejército francés. En los mos decenios del siglo xx, sus respon- jo de que establezca unidades militares en esqul para garantizar la seguridad de las zonas fronterizas en la monta- isto of RAZWIG HEUCHEVAN El objetivo es no sélo asegurar el espacio alpino sir alentar a la poblacién a acercarse, ya que la montafia tiene sgenerativas sobre el cardcter, La historia del esqui en Francia es una historia militar. la naturaleza... La naturaleza moderna se opone casi punto por punto a la ciudad mo- derna.® Es el lugar donde, desde la segunda mitad del siglo xx, las clases medias y superiores blancas vienen a refugiarse del ruido y el furor de las metropolis. Los principales beneficiarios de la civilizacién ‘en consecuencia, son también aquellos que disponen de los scaparse de connotada positivament in, como un lugar de salva~ in embargo, lezay de la cultura, de lo rural y lo urbano, se in- Vierten progresivamente. El movimiento roméntico, cuyos representantes sacralizan la naturaleza, es a la vez una causa y una consecuencia de esta inversion. Como dice Theodor Adorno en su “Discurso sobre ysociedad”, esa sac contexto donde el individuo se siente cada vez més alienado las evoluciones de la sociedad. Los dos procesos que son la social y la valorizacién de la naturaleza son en ese sentido concomitan- tes La tesis de Adorno, mas precisamente, es que la naturaleza ve su prestigiorealzado en los periodos de derrota y de normalizacion politicas, UA NATURALEZA ES UN CAMPO DE BATALLA El poderoso ascenso del partir de la segunda mitad del los afios setenta, en el momento en que la fuerza propulsiva de mayo de 1968 se agota, se explica tal vez por el mismo fendmeno. Sin embargo, por lo menos en ciertos paises, la emer- gencia de este movimiento se hace al mismo tiempo y no después de la ientos de los afios sesenta y setenta.”™ ce a chance”. Un movimiento tan complejo como gista es forzosamente el producto de procesos miiltiples y discordantes. LLaesttica de lo sublime, cuya forma moderna es fjada por Edmund sitores a la Revolucién francesa no es fort modernas, asi como la revolucién esencial en el medio urbano. Es en las ciudades donde toma su lugar la “aceleracién” de las ternporalidades caracteristicas de la vida moderna.*"* El conservadurismo de Burke es el revés de esa aceleracién. En sus Re- flexiones sobre la Revolucién en Francia le opone la constancia de las instituciones del Antiguo Régimen, las que pasaron el “test del tiempo” La naturaleza, en este contexto, se vuelve poco a poco un abra de estabi lidad, Es el reflejoinvertido de la civlizacién det capital. En este s es también un puro producto de ella. Escapando por un tiempo a rnacién del mundo moderna, el burgués 0 el aristécrata (segin los encuentra en ella una forma de autenticidad. Por cierto, no en todas partes y siempre la naturaleza es connotada positivamente en el siglo xx, ii mucho menos. Basta con pensar en el desprecio que le consagra Bau 90 Vows Asam Rome,“ The tour Vue Hara Resa, Ac . in RAZMIG KEUCHEVAN fe, por ejemplo en ET pintor de la vida moderna (1863), lebracién del atic. Per idad se vuelve poco a poco, en esa época, " ~para retomar una ter rminologfa empleada por E. P. Thompson con otro propsite- adosada a representacién de la naturaleza. Son susceptibles de hacer esta cia aquellos que tienen acceso a esa iltima, que, en otros t Estan excluidos aquellos ue continuamente deben vender su fuerza de trabajo para vivir. Con el desarrollo econémico y el aumento de las clases medias, en particular durante los Treinta Gloriosos*, esta experiencia de clase se \uelve accesible, en una forma ciertamente alterada, a una cantidad creciente de individuos. La naturaleza se democratiza. Las familias ad- uieren uno o dos autos, lo que les permite ir a los parques naturales 0 a la montafia. La “sociedad de consumo” que aparece en ese momento incluye el consumo de la naturaleza. Ese lazo entre el consumismo as- cendente y la naturaleza es evocado por el economista John Kenneth fa de la poblacién perma- to empleado por los podeses piblicos para desviar la atencién de sus problemas. Como dice Carl Stokes, intendente de Cleveland de 1968 2 1971 y primer representante electo negro de una gran ciudad nortea- mericana, “la obsesién de la nacién por el medio ambiente hizo posible lo que George Wallace no habia logrado hacer: desviar la atencién de los problemas de los negros norteamericanos” (George Wallace era un de- mécrata de Alabama partidario de la segregacién racial). La idea de \UANATURALEZA ES UN CAPO DE BATALLA hamente definidos~ se oponen jovimiento obrero esté profundamente arraigada en Ia época, como lo esté en muchos aspectos en la actualidad. «9 Maturalizar la raza Si la naturaleza fue objeto de definiciones de clase, de género y de raza en los siglos x» y xx, a cambio pi dacién de esas categorias. En otros términos, raza, turaleza fueron objeto de una construccién conjunta en la época moder- nna, La emergencia de la wilderness en el siglo xx es indisociable de aquella, histéricamente concomitante, de la whiteness, es deci blancura.® La ciudad es sucia y oscura, e808 individuos sucios y oscuros por excelencia que son los negros, los inmigrantes (irlandeses, italianos, polacos...)y los obreros, que por otra parte a menudo son las mismas personas. En su hi los Estados Unidos, Mark Fiege vuelve sobre la hi cludad de Topeka, la capital del Estado de Kansas." Se trata de una ciudad importante en la emergencia del movimiento por los derechos clvicos, puesto que fue a propésito de sus escuelas cuando el Tribunal ‘Supremo de los Estados Unidas promugé en 1954 el decreto Brown v. Board of Education, poniendo fin a la segregacién racial en los estable- cimientos escolares. En Topeka, los barrios negros se ubican sistematicamente en la parte baja de la ciudad, en las zonas inundables. Los barrios més ricos, por el contrario, se encuentran en su mayoria en las alturas de la ciudad. En las primeras décadas del siglo xx, el 60% de las vi clones son negros, fendmeno que se observé un siglo mas tarde en 61 RAZIG REUCHEYAN Nueva Orleans, en ocasién del pasaje del huracén Katrina. En la actua- lidad, una comprobacién del mismo tipo, por otra parte, puede hacerse aescala de la “villa miseria* global”. Los nombres de los bi de Topeka evocan asi la negrura, la suciedad o la bajeza: frecuentes, iglo xx y comienzos del ax corresponden al naci- miento de las ciencias sociales, en las cuales la influencia del medio ambiente sobre los individuos es cada vez més afirmada, inclusive en teéricos de la liberacién negra como W. E. B. Du Bois.” whiteness, es el antonimo de esa suciedad y de esa oscuridad, es si de pureza."* Esa pureza ca no sélo a las clases dominantes blancas y a sus barrios sino también a la naturaleza, que es su e legiado. Como dice John Muir, el fundador de! Siera Club, “nada verdaderamente salvaje es impuro” (nothing truly wild es unclean), ya que la impureza es un mal que nacié en la civilizacién, en la ciudad. Muir por supuesto no es el inventor de esta idea, Se la yecon6mico racializado. Wilderness y whiteness, pues, son dos ca- tegorias ~mas precisamente dos instituciones- que se apoyan una a otra, 2 LANATURALEZAES UN CAMPOE BATALLA La naturaleza estadounidense no es “pura” sino en la medida en que ese grupo sucio y oscuro por excelencia que son los a AL mise indios ha ruccién en esa época. Esa exclusién por la masacre o la ubicacién en reservas es una condicién para que turistas blancos de clases medias y superiores puedan experimentar la autenticidad de los, rios, cafiones, bosques, montafias, animales salvajes, etc. Como dice Carolyn Merchant, pues, hay una historia ambiental de la raza; en otras experiencia de si que la acompafia son dé con el género. Algunas epistemologias feministas actuales establecen de buena gana una analogia entre la dominacién del hombre sobre la mujer y la dominacién del hombre sobre Ia naturaleza. Desde este pun- desarrollo econdmico, pero también el conocimiento cien- 0, Son posibilitados por la sujecién de la naturaleza -en el doble metimiento de las mujeres. Este somet ‘se expresa por a explotacién de que son ot , por la exclusiGn de saberes (supuestamente)"feme- riinos” del conocimiento cientifico legitimo. La naturaleza complica las relaciones de “engendramiento mutuo” cexistente entre las categorias raciales y las categorias sexuales desde e! s que permiten jerarquizar las razas en el umbral de la época moderna. Si los iste. Laatice dei ace, Genta so Parl, la Daouvete, 2008. ot colonise a a Ration tanga, RRZG HEUCHEYAN africans son considerados come uns raza inferior es porque los hombres icanos son imberbes, vale decir, poco diferenciados de las mujeres de la misma raza. Un analisis mas fino debe poder establecer aquello que, en ion entre la naturaleza y esas otras formas de categorizaci6n, es del orden de la analogia o de la derivacién. No se dice que el ani ‘sea el mismo para ca luso seguro. Porque esa relacién ocurre en his les singulares, Exportar el medio ambiente La maturaleza y la experiencia de clase que le es indisociable fueron ‘exportadas por los imperialistas por el mundo a I naturales, en aliantza més 0 menos estrecha con las elites de los paises involucrados, sobre todo en Asia y en Africa. La instalacién de esos parques naturales a menudo se hizo sin consideracién alguna por las poblaciones locales, las més de las veces pobres y sin influencia politica, la manera en que el aba la creacién de te servas donde el tigre de Bengala jido, condujo al desplaza miento de numerosos pueblos y de sus habitantes,'°? El proceso en marcha en el condado de Warren también existe aqui, en otras latitudes: la construccién de una naturaleza intacta y de la experiencia de clase que hace posible ~los tigres son ofrecidos a la contemplacién de las elites hindd e internacional supone la desposesién de partes enteras de la poblacién. También implica la restrccién de la ecologia a cuestio- UANATURALEZAES UN CAMPO DE BATALLA de Warren o de South Central, las poblaciones hindties estan enfrentadas 1 problemas ambientales de gran amplitud: polucién, escasez de agua ete. Con el cambio cl 0, esos problemas no dejan de aumentar. Pero no entran en ‘campo de las preocupaciones ambientalistas legitimas. ion de la naturaleza son ducidas en este pais por los briténicos desde fines del siglo xx.'° Estas, reciben el apoyo de asociaciones imperiales privadas, tales como la Sociedad para la preservacién de la fauna del Imperio-convertida luego en Fauna and Flora International desd politicas entran frecuentemente en cor poblaciones locales. Por ejemplo, impiden el desarrollo agricola de cier- tas regiones, en detrimento del bienestar de las poblaciones, reservando i, Condenan a pesadas multas los, ataques ilegales a los animales salvajes, incluso cuando estos amenazan el ganado o a los seres humanos, y no prevén casi indemnizaciones en los suelos bajo el control de Razén por la cual a menudo dan lugar a movimientos de impugnacién por parte de los at- téctonos. Durante la descolonizacién, las organizaciones ambientalistas inter- nacionales se atarean para que esas politicas de preservacién no sean cuestionadas. Las politicas econémicas modernizadoras 0 "desar tas" a menudo predicadas por los regimenes recientemente indeps ites les hacen temer una ex lesde los afios cincuenta se organi agwig REUCHEVAN tancia de preservar la naturaleza para to prevar descolonizacién acerca de la imy el turismo, 0 con mi lece una actitud Jes apuestan a la incapacidad de estos paises para hacerse cargo ellos mismos de sus recursos nature ‘mundo, son por un lado percibidos por los occidentales como lo anti-wildemess por excelencia, es decir, como sometidos a la superpoblacién, a las hambrunas, a la ‘guerra civil y a la degradacién ambiental. Cuando estan vacias de sus ‘ocupantes, como en los parques naturales, desiertos, junglas y otros lugares supuestamente “virgenes”, es0s espacios son por el cont connotados positivamente. La naturaleza caida participa a contrario de la construccién de la naturaleza en los paises occidentales. Si el smo”, como dice Edward Said, ese! "Oriente descrto por Occidente' nel sentido de que, en el siglo xx, el Occidente se construye en una relacién fantaseada e invertida del Oriente, ese orientalismo atafie tam- bién a le naturaleza, Para convencerse de esto basta con recorrer las paginas de lo que constituye uno de los principales vectores de esa re- presentacién de la naturaleza “oriental” en Occidente: la revista National Geographic. Veils and Daggers, velos y pufiales, como dice el titulo de la obra de la teérica feminista y poscolonial Linda Steet, que analiza la manera en que esta revista represent fotogréticamente el mundo arabe ‘allo largo de todo el siglo." Desde 1888, fecha de su creacion en los tional Geographic una de las herramientas peda- mundo- no dejé 2 un “primitivismo” de reducir a arquetipos el Oriente, de remi ginal e inmutable. Las necesidades econémicas y militares de los imperios echan mano fan las colonias, Iuego las poscolonias. El smo supone el conocimiento de los recursos disponibles, lo que cexplica que haya sido productor de nuevos saberes -en botanica, gealo- gla, antropologia...~ a todo lo largo de la época moderna. También im- ard Ose. A Cnty of Nina! Geographic's Rewesntstion ofthe Nab le Unies Press, 2000 LU, NATURALEZA ES UN CAMPO DE GATALLA ar la renovacién y la circulacién de las metrépolis. Como se particular del agua es determinante en el plano expresada por algunos historiadores segin la cual la ecolo concepto maderno de naturaleza, encuent colonizac regiones colonizadas. % Este control supone sustraer esos recursos de las manos de los autactonos, lo que explica los discursos “pateralistas irman su incapacidad de hacerse cargo de ellos. Los im ecolégico y cultural encuentran aqui su punto de fusién. En el caso del imperio norteamericano, en la segunda mitad det siglo x asistimos a la resurgencia de poderosas corrientes de pensamiento neomalthusianas, ‘que toman por objeto tanto a los pobres norteamericanos como a las poblaciones del tercer mundo.'®” La publicacién en 1968 del best seller de Paul Ehrlch, The Population Bomb, es un ejemplo de esto. Ese neo- rmalthusianismo es concomitante con el periodo de la guerra fra, que asiste al enfrentamiento de las dos superpotencias en el marco de gue- ras por procuracién (proxy wars) en el tercer mundo. En este contexto, les es determinante. de Ehrlich evoca no solamente a las poblaciones pobres del Sur, sino también a las del Norte. E! neomalthusianismo, que caracter 2a partes importantes de! movimiento ambientalista de los afos sesen preconiza un control drastico de los nacimientos, es decir, como en el ‘mismo Malthus, nacimientos en as clases sociales més bajasy las mi- norias. Esta es una de las explicaciones de la ruptura que se instala, desde el origen, entre el movimiento ambientalista y el movimiento por los derechos civicos. Desde esta época también se establece un lazo inmigracion y degradacién del medio ambiente, donde la lucha ‘que de anuannement plea, 1945-1972", Mtoe sil, @ RAZIIG KEUCHEYAN era se hace sobre tado en nombre de la preservacién del En las perspectivas neomalthusianas, la oposicién no es por una naturaleza intacta en el centro y una naturaleza degradada en las La corupcién alcanza al mismo centro, en el hecho de que smos poblaciones cuya natalidad y cuyo impacto sobre el medio ambiente deben ser rigurosamente con- trolados por el Estado, conta la pr segundo, lo tanto (solamente) ent La ecologia politica que viene Sia las asociaciones ambientalistas tradicionales les cuesta trabajo re- problematicas ambientales. La explosién de la planta AZF de septiembre de 2001 evocada mas arriba puso de manifiesto una importante ruptu- ra entre las asociaciones de defensa de los damnificados y os sindicatos. E| 21 de marzo de 2002, o sea seis meses después de la explosion, el conjunto de las federaciones sindicales de la qui Toulouse, en defensa de la industria quimica." La pancarta frontal ‘La quimica es una necesidad, la seguridad una exigencia”. El festaclon es a mejoria de la seguridad de las instala- tomadas por las autoridades y el grupo Total, al que pertenecia la planta, luego de la catdstrofe, Los sindicatos exigen la reanudacién de las partes uego de reforzar las medidas de seguridad. En esta también estan presentes asalariados de las empresas ter- cerizadas de la planta. Dos dias mas tarde, el colectivo “Nunca més, ni aqui ni en otra UANATURALEZA ES UN CAMPO OE BATRLLA sobre todo ambientales. Su obj planta, a su manera de ver lo nico que puede garantizar la seg) de los habitantes. Se revela que Total ten! pl real o supuesta, Como: jo entonces oportunamente un comentad explosién hace al ladrén"™*, Es la razén por la cual los sindicatos perci- ben fa existencia de una alianza “objetiva” entre esas asociaciones ye! patrén, ya que, porrazones diferentes, ambos tienen interés en el cierre dela planta. Esta ruptura es reveladora de una divisidn que estructuré el campo politico en el siglo xx. A los sindicatos la defensa de los empleos y de la industria que los proporciona, a veces con exclusién de otras preocupa ones, como la seguridad de los riberefios 0 los mismos asalariados. A las asociaciones ambientales y sus aliados la lucha contra la polucién, {os riesgos industriales otros efectos nefastos generados por la prod! ién econdmica. El sindicalismo se construyé histéricamente sobre la ccreencia en los efectos benéficos del desarralla de las “fuerzas produc- tivas" y en sus consecuencias positivas sobre la condicion salarial. Esto ¢s particularmente cierto, en Francia, en la CGT. El perfodo que va de 1936 a 1945, del Frente Popular al programa del Consejo nacional de la Resistencia, es determinante en la formacién de la identidad sindical de la CGT." En 1946, después de la guerra, el sindicato consagra un documento al relanzamiento del aparato productivo del pais en el cual figura, connotada positivamente, la idea de “someter a la naturaleza’ al servicio de este relanzamiento.* ‘productivista” del mar- xismo, muy influyent lo m, (sobre todo porque esté adosada al modelo sovi fambién tuvo un papel en esto. El endurecimiento de la distincién entre el trabajo y el inante. Indujo un c los sindicatos, cuyo objeto es el trabajo y, por ot AZIM KEUCHEYAN ‘cuyo campo de predileccién es el “fuera de tral sobreentendido, el trabajo no depende de esta in embargo, debe ser matizada, ya que el lazo jovimiento obrero en general-y las cuestiones gar, los asalariados y sus sindica- ss de los riesgos industriales. Y con ambientales es com| tos son perfectamente razén: estan en primera linea pi planta como AZF hay grandes catastrofes, como la de septiembre de 2001, pero también los accidentes més “ordinarios": fugas, intoxicacio- , pequefias explosiones. tes, Si debieran conducir cada vez a a interrupcion de ta produc de conformidad con lo que preconizan los reglamentos en materia de constantemente interrumpida. Conse- la marcha” ‘una habilidad sol tos accidentes. La creatividad y el coraje de los trabajadores son condiciones del funcionamiento de este tipo de instalaciones, como lo son en el proceso industrial en general. A menudo son llevados por eso a adoptar iesgos importantes para su salud y la de sus colegas. Ahora bien, inclu- :obre todo por el movimiento tuye una problemati- ecologista dominant cca ecolagica de pleno derecho, rador 0 tun aeropuerto.4"® La salud del asalariado es el relacién con el medio ambiente, ya sea éste técnico, ‘res a la vez. A partir del momento en que este hecho es reconocido, la ire lo sindical y lo ecol6gico parece ya menos profunds. ra pat afios sesenta, de la importancia de las teméticas ecol6gicas. Esta toma 113 Vase por eomplo Daryn Sealy Peter Fo European Review of Labour and est abut [abala Male, “Le brit es evions comme ‘societies enronnementles ves, 8, 2007 UA NATURALEZR ES UN CAMPO DE BATALLA de conciencia, en Francia y en los movi portantes del m gistas, éste no es sistematicamente hermético a las ideas que ellos ex- presan, sobre todo cuando coinciden con las preacupaciones ligadas al riesgo profesional que acabamos de evocar. Los sindicatos integran progresivamente ciertas teméticas ecolgicas a su disco duro, sobre todo por intermedio de la nocién de “condiciones de vid primera ocurrencia de esta nacién en la prensa sind 1965. Aparece en el semai ‘modo que solamente bajo el aspecto del supone un empobrecimiento relativo de esta distincién, La nocién de “condiciones de vida" se alimenta de toda una pro- duccién teérica particularmente din&mica sobre esta cuestién, Los tra- bajos de Michel de Certeau, André Gorz, o los mas antiguos de Henri Lefebvre -cuyo primer volumen de la Critique de fa vie quotidienne aparece a fines de los afios cuarenta- son ejemplos de esto. Los sindi- ‘catos mas cercanos a los “nuevos movimitentos sociales”, como la CFOT, ‘no son los tnicos involucrados. Debates sobre las “condiciones de vida” tienen lugar en el seno mismo de la CGT desde comienzos de los afios setenta. Es interesante comprobar que esta nocién se discute princi- palmente en el periodo y esta enlazada con la estrategia de la Unién de la izquierda, entre 1972 y 1977. Esta conduce a los sindicatos a poli- MG KEUCHEYAN izarse, en otras palabras a renunciar a una estricta di lo social, campo de competencia de los sindicato: de competencia de los partidos. La “desectorizacién” ~para habl ‘Michel Dobry- que se comprueba en el surco de Mayo de 1968 favore- ce la circulacién de este tipo de tematicas a través de los campos so- clales."*® La nocién de “medio ambiente” de un sentido bastante vago*, aparece en textos de congresos de la CGT desde 1972. Los movimientos ecologistas no son los Gnicos que influyeron en. el movimiento obrero en materia ambiental. Las luchas de descoloni zacién también contribuyeron a su consideracién de las te légicas.""® A partir de los afios cincuenta encontramos en la prensa sindical una denuncia del saqueo de los recursos naturales de las co- lonias, sobre todo de Argelia. En una nota al Consejo econémico y social de 1955, un delegado de la CFTC* efectos deletéreos de los trabajos de irrigacién Estado francés en términos de deforestacién y de erosién de los suelas. La explotacién de las poblaciones coloniales y aquella de la naturaleza ‘a menudo son denunciadas en forma conjunta, siendo presentada la degradacién de la naturaleza como una de las causas de la pobreza de las primeras. La hibridacién entre luchas sindicales y ambientales prosiguié en el curso de los afios recientes. No caben dudas de que la ‘movimientos de emancipacion en el siglo» dependers la profundizacién de esta hilbridacién. En el marco de ciaciones tales como AC ! (Actuar juntos contra el desempleo) 0 a APEIS (Asociacién para el empleo, la informacién y Ia solidaridad de los des- LANATURALEZA ES UN CANO OF BATRA cocupados y los trabajadores precarios), la CGT Energia se consagra des- de comienzos de los afios 2000 a “operaciones Robin Hood"!™. Estas operaciones consisten en negarse a cortar la corriente, oa restablecerla, en los hogares privados de electricidad debido a su incapacidad para pagar sus facturas. Por lo tanto, se trata de acciones contra lo que hemos llamado més arriba la “pobreza energética”, a saber, la dificultad que encuentran los hogares pauperizados para asumir financieramente un suministro minimo de energia. Estas operaciones en ocasiones van acom- pafiadas de cortes de corriente en el domicilio de patrones o de repre- sentantes electos favorables a la privatizacién de EDF**. Est ‘on principalmente durante fa m 2004. Su objetivo es mostrar que la privatizecién de la empresa condu- cira a un aumento del precio de la electricidad que sufrirén los mas pobres. La cuestién es indicar que esta lucha no es un movimiento “corporativista”, Unicamente de defensa del estatus de los asalariados de EDF. Las operaciones “Robin Hood” dan testimonio de la resurgencia en la actualidad de “repertorios de accién” anteriores a la emergencia del movimiento obrero modemo en la segunda mitad del siglo xx. Estas operaciones se acercan a lo que Eric Hobsbawm llamé clésicament “pandidos sociales”, Se trata de tomar de los ricos para dar a los pobres, apoyéndose para eso en una concepcién “moral” de la justicia social. Los agentes EDF se dedican a este tipo de operaciones desde siempre. No obstante, hasta ahora dependian de a iniciativa individual, ynno eran puiblicamente asumidas por el sindicato. Estas acciones presentan una afinided muy clara con el movimien- to por Ia justicia ambiental, aunque sean conducidas en un marco sin dical. Como lo dice un responsable de la CGT Energia, “en los b donde ya no se podia entrar porque los vehiculos azules son sinénimos 120 ease Sophie Bétoud, Les pains «Robin des Bos» asin dela CGT Energie. Quand a 1a dften de Tacton syndic", Rowe 2008 ZoneeLa Deawee,2008. Hay vein en ‘de M. Dolor Flehy Joaquim Samper, 8: Eitri RAZING KEUCHEYAN de corte (los muchachos entraban alli con el miedo a cuestas y los ape- ‘dreaban), ahora van a cara descubierta ...]""®2, Las operaciones “Rabin Hood", pues, permiten demoler la frontera que separa lo sindical de lo ambiental, en el caso de una problematica energética. En la misma ‘ocasién, permiten relacionarse con sectores de la poblacién a menudo ajenos a la accién sindical, en particular en los barrios populares, que también son barrios donde se encuentra una fuerte proparcién de mino- rias etnorraciales. Por lo tanto, entre otras cosas, se trata de una forma de lucha contra el racismo ambiental. Es ahi, en la hibridacién de las luchas y la construccién de alianzas inéditas, donde se juega el porvenir de la ecologfa politica. Conclusién Recapitulemos. Las desigualdades ambientales constituyen un dato es- tructurante de las relaciones de fuerza politicas en la época moderna, Ellas implican que las consecuencias nefastas del desarrollo capitalista nno son padecidas de la misma manera, en el mismo grado, por todos los sectores de la poblacién. Estas desigualdades preceden holgadamente a la crisis ecol6gica actual. No obstante, ésta tiende a agravarias, como vamos a ver en un instante, Una forma p: de desigualdad ecol6- gicallamé aqui nuestra atencién: el racismo ambiental, Pero comprender este Ultimo supone tener en cuenta otras légicas no igualitarias, la clase yel género en particular. n, a partir de ahi, es determinar qué medios © administ icas, en particular cuando se Les optrations «Robin des oi chimes at de 108. UANATURALEZES UN CAMPO DE BATALLA tiene por objeto uno de esos “anticuerpos” mas importantes, que tam- bién tiene una larga h Pero cuya importancia no deja de aumen- tar a medida que se profundiza la crisis ecolégica: el aseguramiento de los riesgos climaticos, una de las formas que adoptan hoy las finan. zas ambientales, FINANCIARIZAR LA NATURALEZA: EL SEGURO DE LOS RIESGOS CLIMATICOS La naturaleza deja de respi cancias. en el cuerpo de las mer- ‘Arco Soun-Remen En 1781, no lejos de Jamaica, el Zong, un barco negrero fletado por una pool, aroja por la borda a 133 es- habiendo acaecido algunas vicisi tues desde la partida de $80 Tomé, en la costa oeste de Altica, el fue mas largo de lo previsto, los viveres y el agua terminaron por esclavos. Alguin tiempo mas los propietarios del barco reclaman que su asegu radora los indemnice por la pérdida de sus esclavos. Como siempre en este tipo de casos, habian contratado una pélza de seguros que cul ino como un litigio de seguros que fe a la legitimidad de la indemnizacién, ya que los esclavos son icamente asimilados a un “cargamento” (0 “cargo”. Los propietarios 1 Vase lan Baucom, Spectro he History, Dura, Oe Univers P 7 estaba disponible una cantidad razonable de agua y viveres en el barco 108 y que la demora que padecié la nave se ¥ por [o tanto era evitabl al que habria obtenido vendiendo los esclavos a su llegada a las Améri- cas. Esta masacre suscité la conmocién de cantidad de contemporénens. Fue uno de los actos fundadores del movimiento por la abolicién de la nf pisodio del Zong demuestra que la colonizacién y la esclavitud desde siempre estu igados al sector del seguro. La aventura im- perial es demasiado arriesgada en la época para que los inversores se lancen en ella sin red. El imperialismo britanico -y antes que él los ciclos escla de acumulacién genovés y holandés*- es un imperialismo de los océa- nos, Desde sus origenes tropieza con obstaculos en su ruta y en particu- lar esté sujeto a los avatares climéticos. La expansién mundial del capi- las finanzas}, que asegura las mercancias y permite que, aunque Hleguen a ser destruidas en naufragios, incendios, epidemias, ctc., algo de su valor capitalista perdure, es decir, que el inversor em- bolse una indemnizacién. El hecho de que el seguro moderno haya levantado vuelo en el siglo 1 en el campo del seguro maritimo no es muy sorprendente en ese reambio y de un valor de uso, las las generan valor en la medi- da en que son asegurad en que el momento de su destruccién posible es anticipado.* En el caso del Zong, la extraccién de “valor de seguro” remite sobre seres humanos transformados en es- mercancias UANATURALEZAES UN CAMPO DE BATALLA clavos, es decir, en mercancias, pero el capitalismo es susceptible de ssometer toda entidad a este proceso. El seguro de los riesgos naturales se remonta a los umbrales de la poca moderna e cuando el descut rravegaciéa propulsan a Europa por y sus cargamentos contra la eventual llamaba entonces oportunamente el permite a los armadores evitar la quiebra como consecuencia de la pe oes simple: el prestamista abona un mon- Si éste llega a buen rnaufragio lo conserva. Los mares distan de ser todavia seguros en la ép0ca, de tal modo que implican un riesgo constante sobre lacrculacion internacional de las mercancias. El aumento vertiginoso de las flujos de biienes yde personas en el curso dels siglos siguientes, con la expansién del capitalismo, de paso a una sofisticacion creciente de las téenicas de seguro.’ La emergencia de un mercado mundial, el imperialismo al que dda pasoy el seguro contra los riesgos naturales (y de riesgos) estan en este sentido inextricablemente ligados. Es raro por ue la dimensién aseguradora del imperialismo sea evocada por fos te6ricos de este fenémeno. El comercio triangular, por lo demas, es una de las principales actividades cuyas primas alimentaron el sector del seguro naciente en el siglo i, La afluencia de primas de seguro ligada al des transporte de esclavos a escala global, permi cen el origen, el sex vitud. Pero hay mi €poca tiene por condi ‘moderno tiene puntos en contacto con la escla- La expansién mundial del capitalismo en esa n la emergencia de las fi

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