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DOMINGO 2 DE PASCUA

Hermanas y hermanos, sed todos bienvenidos.


Jesucristo resucitado saludaba a sus discípulos
diciendo: “Paz a vosotros”. Al iniciar nuestra O
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celebración pascual, permitid que yo también os O%
diga en nombre del Señor: la paz de Dios esté con o
todos vosotros. Jesucristo resucitado, nos dice el
evangelio, se mostró presente entre sus discípulos
reunidos el primer día de la semana, es decir, el
domingo. También hoy, Él, el Señor que vive para
siempre, está presente entre nosotros con su
palabra, con el alimento de su cuerpo y de su
sangre, con su amor'
ORACION: Dios de misericordia infinita, que
reanimas la fe de tu pueblo con el retorno anual
de las fiestas pascuales, acrecienta en nosotros ¡Señor mío y Dios mío!
los dones de tu gracia, para que comprendamos creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y
mejor la inestimable riqueza del bautismo que radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la
nos ha purificado, del espíritu que nos. na hecho
renacer y de la sangre que nos ha redimido. Por salvación de vuestras almas.
nuestro Señor Jesucristo. Evangelio. «¡Paz a vosotros!» Sería falso, sería zafarse de
Primera lectura. La primera comunidad crecía en nú- la llamada pensar que intentar el ideal cristiano es una uto-
mero a partir de la Eucaristía, que les impulsaba a poner pía, o sea, caminar a «ningún lugar*. A los que creemos y
todo en común. Un signo definitivo para el mundo fue la esperamos en Dios, Jesús nos da su paz y el don del Espíri-
alegría de sentirse todos para uno y cada uno para todos. tu y nos envía a repartirlo por el mundo.
*r 1.a lectura: HECHOS 2, 42-47 Juan 20,19-31 Al anochecer de aquel día, el primero de
Los hermanos eran constantes en escuchar la ense- la semana, estaban los discípulos en una casa, con las
ñanza de los apóstoles, en la vida común, en la puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró
fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y,
estaba impresionado por los muchos prodigios y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los
signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús
creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado,
común; vendían posesiones y bienes, y lo repartían así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre
entre todos, según la necesidad de cada uno. A ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les
diario acudían al templo todos unidos, celebraban la perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a
fracción del pan en las casas y comían juntos, quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás,
alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos
bien vistos de todo el pueblo, y día tras día el Señor cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
iba agregando al grupo los que se iban salvando. «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no
¡Salmo responsorial; Dad gracias al Señor porque es veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el
bueno, porque es eterna su misericordia. dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en
Segunda lectura. Para la comunidad es la fe pascual el
su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra
único fundamento de una esperanza inquebrantable; espe-
vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó
ranza en una salvación futura, para todos los hombres y
mujeres que Dios ama y que motiva toda actuación en el
Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio
momento presente. y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu
* 2.a lectura: 1 PEDRO 1,3-9 dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
que en su gran misericordia, por la resurrección de Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le
Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de dijo: «¿Porque me has visto has creído?
nuevo para una esperanza viva, para una herencia Bienaventurados los que crean sin haber ¡ visto».
incorruptible, pura, imperecedera, que os está Muchos otros signos, que no están escritos en este
reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han
la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el
momento final. Alegraos de ello, aunque de momento Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su
tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la nombre.
comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro,
que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego- llegará a
ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste
Hemos visto al Señor
Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no
lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo
Resucitó, vive, está presente. ¡Alegraos!
inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de ¡Aleluya!
vuestra fe: vuestra propia salvación.
NADIE HA HABLADO VE VIOS COMO JESÚS
¡¡JESÚS VIVEjj

¡¡M'ELUyjA!!
Creo en el Resucitado, en el Señor de la Vida, en Jesús
de Nazaret, carpintero sencillo, hombre de pueblo,
predicador itinerante, compañero de camino.
Creo en Resucitado, el hijo de María, quien hizo vida sus
palabras del Magníficat, porque llevó la Buena Nueva a
los pobres y excluidos.
Creo en el Resucitado, señor de la comunidad, quien
para enseñar el amor de Dios llamó a discípulos para
compartir su vida.
Creo en el Resucitado,
el que caminó los pueblos de Palestina,
el que anduvo por las orillas del lago,
el que se mezcló con la gente del pueblo,
para mostrar con su vida
que Dios no se olvida de los hombres,
conoce el sufrimiento y quiere la liberación y la
justicia.
Creo en el Resucitado, el que se ocupó de los que
sufren,
el que tuvo compasión de los enfermos, el que se acercó
En ningún sitio se ha mostrado tan claramente lo a los marginados, para enseñarnos que el Dios de la Vida
que es el Padre como en la Cruz. Callar y nace entre los pobres de este mundo.
contemplar de cerca estos misterios es descubrir el Creo en el Resucitado,
amor entrañable que el Padre nos tiene a todos. La el que se animó a presentar a un Dios vivo,
el que denunció los ritos vacíos y las leyes hipócritas,
muerte de Jesús explica el amor extremo de la
el que habló con palabras sencillas,
Trinidad a la humanidad. para enseñarnos que lo importante
La resurrección es la explosión de alegría, de luz, es vivir lo que Dios propone.
Creo en el Resucitado, el que entregó la vida, el que
de color, del Padre .Es canto gozoso del Espíritu
cargó la cruz, el que vivió el conflicto, la incomprensión y
que se derrama en multitud de dones. la persecución por ser fiel.
El que nos enseñó que a Dios
La resurrección es la palabra última del que grita se lo conoce si se practica su voluntad.
que el estilo de vida de Jesús es el auténtico. Creo en Jesús, el que vivió
La vida de servicio, de amor de entrega de Jesús, como Dios quiere que vivamos todos,
no es una vida perdida, sino una vida que produce Creo en el Resucitado, que nos llama a seguir sus
pasos y hacer de nuestra vida una Pascua para los
vida en plenitud.
demás, un paso del Señor para todos, un signo de
A la luz de la Pascua, merece la pena volver a la que la vida es siempre más fuerte que toda la muerte
vida de cada día y seguir las pisadas de Jesús. que nuestra sociedad engendra.
Vida, muerte y resurrección de Jesús son los Creo en Jesús porque quiero vivir como El.
misterios donde toda la humanidad puede Ayúdame a lograrlo, Padre Bueno Marcelo A. Murúa

¡¡CREO ENE RESUCITADO»


encontrar la vida plena
El dolor, el pecado y la muerte son vencidos en
la Cruz. Hacia ella y por El somos atraídos todos
los hijos dispersos para formar el nuevo pueblo
de Dios.
Leer, releer, orar y difundir

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