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Capitulo 3 El laboratorio egipcio 10 como laboratorio arquitecténico Enel planteamiento de los problemas arquitecténicos nos resulta muy interesante encontrar una especie de laboratorio de arqui tectura, o sea, un lugar donde los problemas basicos puedan re- ducirse en su complejidad, con el mismo fin con que se reducen y se resuelven en un laboratorio cientifico. La singularidad de Egipto le hace ser un verdadero laboratorio arquitect6nico, Apenas se encontrara otro pais cuya estructura sea tan simple y regular, y esta estructura geogréfica tan simple y evi- dente facilita la abstraccién y simbolizacin de los conceptos fandamentales. Asimismo, Egipto tiene suficiente capacidad como para verificar las hipotesis que hagamos, tanto por su dimensién fisica, como por su estabilidad casi atemporal. Egipto es, pues, como un gran laboratorio en el que los sucesos y situaciones ar quitectonicas se dan con simplicidad en condiciones geograficas ¢ historicas muy especiales. Egipto se nos muestra como la esencia de la Antigiiedad, como escribe Sigftied Giedion: «En todo el mundo existié siempre al. ‘guna forma de arte, pero la historia del arte como esfuerzo con- tinuado no comienza en las cuevas del sur de Francia o entre los indios americanos. No existe ilacién directa entre esos extrafios comienzos y nuestros dias, pero si hay una tradicién directa pa- sando del maestro al disefpulo y del discipulo al admirador o al copista, que relaciona el arte de nuestro tiempo con el del valle del Nilo de hace unos 5.000 afios, pues los artistas griegos hicie ron su aprendizaje con los egipcios, y todos nosotros somos alum nos de los griegos.» De ahi la formidable importancia de la he rencia egipcia en la arquitectura occidental. El marco fisico egipcio es una de las bases de su singularidad, Situado al noreste de Africa, junto al trépico, Egipto se extendia en torno al Nilo ~entre la primera catarata y el mar Mediterré- neo-a lo largo del borde oriental del Sahara, el mayor desierto del mundo, en el que no llueve casi nunca y las tinicas aguas que pueden encontrarse se hallan a gran profundidad, salvo unos EI Nilo se convierte, pues, en un don del cielo y Egipto en un don del Nilo ~como lo definié Herédoto- que vertebra el pais y cuyas crecidas regulares fertilizan sus margenes permitiendo la 28 LOS ORIGENES DE LA ARQUITEGTURA vida a su alrededor y haciendo posible el florecimiento de Tos asen- tamientos urbanos. Dado que las tierras que se benefician por las crecidas tienen una anchura no superior a los 20 kilmetros en la ‘mayor parte de su recorrido de casi 2.000 kilémetros de longitud, ello ocasiona cierta unidimensionalidad vital, haciendo del espa- cio egipcio casi un ee lineal, un oasis longitudinal, en el que la vida se desarrolla hasta donde llega la accién bienhechora de las aguas y los aluviones fluviales. A Io largo del invierno las nieves se acumulan en las montafias del Africa centrooriental. En primavera sobrevienen las lluvias y la nieve se deshace; enormes cantidades de agua bajan de los mon: tes hacia los rios y los grandes lagos de la region y la corriente se vva abriendo paso hacia el norte. El Nilo se colma a causa de estas aguas y se desborda a partir del mes de julio, lenando el valle de un aluvidn -primero de color verde, luego rojo que fertiliza la tierra egipciae inicia el ciclo biolégico. Por todo eso el verde es el color de la esperanza, y el rojo el color de vida; la cultura griega ~¥, por extensidn, la cultura occidental—hereda este concepto cro- mitico y este simbolismo egipcio. A partir del mes de septiembre, las aguas comienzan a retirarse y el rio recupera su normalidad en diciembre, tras dar al pafs dos cosas fundamentales: agua y limo fertilizador. De este modo, la tierra se renueva constantemente, haciendo posible la agricultura. Se hace necesario saber exactamente cudndo se producen las crecidas del Nilo, con el fin de aprovecharlas al maximo. Los en- cargados del regadio miden y estudian cuidadosamente el nivel de Jas aguas del rio dia a dia y Megan a descubrir que por término medio las crecidas se producen cada 365 dias, lo que lleva a los hrabitantes del Nilo a elaborar un calendario simple y manejable, en el que se basa atin hoy el nuestro, con alguna ligera modifica- Asimismo, las inundaciones anuales del Nilo borran los limi- tes entre las tierras de propiedad individual, haciéndose necesario buscar alguna férmula para volver a determinarlos. Esto da lugar, lentamente, a métodos de céleulo que conocemos hoy con el nom: bre de geometria o medicién de la tierra, Del mismo modo se de- sarrollan otras ramas de las ciencias mateméticas y aun la escri- tura, como luego veremos. Este marco geografico condiciona igualmente el marco histé- rico, En efecto, el regadio posibilta el desarrollo de una gran c- vilizacién en el valle del Nilo, en cuya porcién septentrional -en ‘un tramo navegable incluso para las mas sencillas embarcaciones— se desarrolla a lo largo de seis milenios una de las civilizaciones mas antiguas del mundo, casi aislada de las demas, de las que se ‘mantiene como ente separado més de 3.000 afios. Hacia el este y hacia el oeste de su valle lineal s6lo hay un de sierto que los ejércitos extranjeros dificilmente pueden cruzar; al jet. La dualidad dl eje ‘enor en Egipt: a frien, las ciudades de Ts vos: a ponient, las cindades de los muertos. Teyendas r, Abst Simbel: 2, Asuin y File 5, Edis 4, Tebas, Karna y Lecco, frente a es alles de os reyes y las reinasy Des el Bahari: 5, Heldpolis y Menfs (1 Cairo, frente a Sabkara y Gisa; 61a ‘ciudad helenstice de Alejandra EL LABORATORIO EGIPCIO 29 norte esta el Mediterraneo y en las primeras épocas no hay bar- cos adecuados para el transporte de ejércitos a través de ese mar; y al sur se halla la Primera Catarata, que impide a eventuales ene- migos llevar a cabo incursiones por el Nilo. Durante largo tiem- po, pues, Fgipto vive seguro y aislado, libre de guerras e invasio- nes, lo que significa bienestar, pero también falta de intercambios. Las formas y los métodos antiguos continian siendo titles, gene racién tras generacién. Puede hablarse de un cierto presente eterno extendido de ma nera constante, casi atemporal. Egipto conocié dos mil afios de civilizaci6n entre el s000 y el 3000 a.C., antes de alcanzar su primera unidad politica al unifi- carse el Alto y el Bajo Egipto. Desde entonces, ya pesar de la distinein entre dinastias € Im- perios Antiguo, Medio y Nuevo, y de los correspondientes perio- dos intermedios, esta civilizacién permanece aislada, reducida casi en todo momento al entorno del Nilo, pues sélo en el Imperio Nuevo -hacia el 1500 a.C.- sale esporddicamente de su territorio y se extiende fuera de él Egipto resulta, asi pues, un laboratorio estable e impermeable que desarrolla una civilizacién propia; un laboratorio que reduce la complejidad en las dimensiones arquitecténicas espacio-tem porales, admitiendo sélo la linealidad como dimensién urbana y la superficie como dimensién arquitect6nica, y eludiendo la tem poralidad. Todo ello nos seré muy stil para plantear los fundamentos de la arquitectura, analizando las consecuencias cientificas que se pueden sacar de estas eliminaciones conscientes. Las nociones de orientacién y ortogonalidad El curso anual del Nilo marca un eje flaido unidireccional, cons- tante, que va desde las fuentes del Nilo, en el norte, hasta su des embocadura, en el sur; ee de gran importancia, porque est liga- do al proceso de la vida, que depende de él. Se puede definir como eje mayor. Jno 26, a clara organizacin del tiempo en jornadas deter- mina la aparicién de un cierto eje menor definido por el curso dia- rio del Sol, el cual ~por su proximidad a los trépicos-, sale y se pone todos los dias por el mismo sitio. Esta permanencia cosmo- logica constituye un proceso normal para los egipcios y determi- zna un eje transversal cuyos extremos son el este 0 levante, por donde sale el sol, y el oeste © poniente, por donde se oculta. El este esté ligado a la vida, y el oeste esté relacionado con la muer- te, credndose una dualidad y un simbolismo que hizo dedicar la margen oriental del territorio a los vivos, mientras que la occi- dental quedaba reservada a los muertos (figura 3.1). 30 LOS ORIGENES DE LA ARQUITEGTURA EI Nilo y Sol son las imagenes de estos ejes mayor y menor: el Nilo corre de sur a norte, estableciendo una direccién especial pri- ‘maria; el Sol senala la otra direccién, Unidos, los elementos fun- damentales de la naturaleza egipcia establecen una estructura es- pacial simple. Los dos ejes sefialados nos traen un resultado arquitectonico que es la orientacién, problema importante siem- pre para la arquitectura por més que en algunos periodos no se haga determinante (figura 3.2) Y sien el mundo egipcio la orientacidn llega a determinar la si tuacién de los vivos y de los muertos, en el mundo medieval Ile- gard a determinar la colocacién y disposicién de los edificios sa: grados, tanto cristianos como islamicos. La orientacién supone la relaci6n del hombre con la béveda celeste. Es éste el concepto sa- grado de la orientacién, que se complementa con un concepto practico de la misma, perfectamente perceptible en el transito de la cabaiia neolitica a la easa orientada. Orientarse, etimolégicamente, significa tomar el oriente, refe- rirse ala salida del Sol, punto fijo en la cultura egipcia. Este y oes- te -orto y ocaso-, como extremos opuestos de la jornada diaria del egipcio, son conceptos reales, perfectos y mensurables en la realidad. Frente a ellos surge un concepto abstracto que define el sur 0 mediodia, y su opuesto, el norte, punto absolutamente irreal, y que por su misma abstraccién ha sido tomado en nuestros dias como origen y determinante de la orientacién y en particular de la orientacién arquitect6nica. Ese norte ya no es una direccién de vida, sino un hecho racional: un concepto intelectual, basico para el establecimiento de las relaciones arquitectonicas abstractas en el futuro, Hay un hecho historico que, a manera de anécdota, revela es- pléndidamente esta realidad. Cuando en el Imperio Nuevo -hacia el 1500 a.C.- Tutmosis r sale del valle del Nilo, invade Siria y avanza hasta el alto Eufrates, los soldados egipcios se asombran ante la direccién de la corriente fluvial del Eufrates, un rio que fluyendo hacia el norte iba hacia el sur. Puesto que el Nilo corre hacia el norte, norte significaba para ellos ‘rio abajo’. Horizontal y vertical Por otra parte, la conjuncién de estos dos ejes produce una con- secuencia fundamental para nuestro estudio, pues de su combi- nacin surge una estructura espacial simple, la reticula -cuadri- cula si ambos cjes se cortan perpendicularmente (figura 3.3)-, que, a su ver, define un plano, el plano horizontal, que es el ori- gen de una arquitectura que se refiere a él como elemento orien- tado. Toda la arquitectura parte del concepto de plano horizon- tal y se basa en la distincién entre éste y el resto del espacio. 4.2. Orientaciin y ‘tala, 3:3: Bjemayory ce menor en Egipro: de la retical euadricula sete La retculay la (uadrcula en el tempo de Laecor, on Tebas. 3.5. Laveticula y le cuacrcula en ltemplo funerario de Ramses 110 Rameseun, en Tebas EL LABORATORIO EGIPCIO 3t Hemos apuntado el papel simbélico del arado en el largo pro «eso hacia la urbanizacién. Con el arado, el hombre traza las pri- meras lineas sobre la superficie del suelo. En las vegas anegables del Nilo, del Eufrates y el Tigris, del Ganges o de los grandes rios de China, el arado va abriendo surcos paralelos que conllevan parcelas mas o menos rectangulares en su forma. Las sociedades agricolas necesitan un sistema simple de divisién del terreno para la planificacién de las cosechas y la propiedad riisticas asi como un sistema de trazado para la reparcelacién y recomposicién des pués de un desbordamiento o una erecida. La trama rectilinea sa tisface bien todo ello y permite plancar el uso del territorio, Al igual que la ldgica del arado conduce a la trama reticulada cen el campo, la légica de la construccién de la casa y la necesidad de una division cOmoda del terreno y de la vivienda lleva a una trama reticulada de la poblacién, Pero hay un segundo elemento inicial: la directriz vertical, que tiene también un origen vital y que hace referencia a una relacién césmica. En los trépicos, el Sol asciende durante el dia por la bé: veda celeste, colocéndose al mediodia directamente sobre nuestra cabeza. La direccién vertical es resultado de la relacién del plano horizontal en el que estamos con Ia béveda celeste: 0 sea, de la 32 LOS ORIGENES DE LA ARQUITEGTURA realidad con el infinito. Y asi, sin perder el eardeter mitico-magi- co de relacién del hombre con el universo, la directriz.vertical for- ‘ma también parte del arranque de la arquitectura, pudiéndose de- cir que ésta se origina con un plano horizontal real, funcional, y una directriz vertical que no pierde su caracter simbélico. La penetracién de la vertical como principio de organizacién en la arquitectura egipcia es uno de los grandes cambios desde la isotropia prehistérica, Durante tres milenios, hemos mantenido el método de composicion a base de planos horizontales y direct ces verticales: la horizontal es la nea del reposos la vertical es la linea del movimiento; una y otra se combinan por el dngulo rec to que, junto con ellas, adquiere valor preponderante en arqui- tectura. De la interdependencia de los tres componentes surge el trin- gulo recténgulo compuesto por una linea vertical y una horizon- tal con sus puntos extremos unidos, que ejerce una atraccién casi ‘magica cuando se descubren sus propiedades y leyes ocultas. La ordenacién ortogonal de la reticula no por giro de ella sino por la definicién de la vertical- y su transformacién en cuadricu- la, el significado de ésta y la concepcidn espacial arquitecténica que conlleva, conducen a una més completa definicién de arqui- tectura en la que la axialidad y la simetria son consecuencias de ese nuevo principio de organizacién. ‘Axialidad y simetria Junto con la ortogonalidad, la axialidad es el concepto funda- ‘mental caracteristico de la arquitectura egipcia, surgido de la mis- ‘ma limitacién geografica que hacia de Egipto un territorio lineal vertebrado en torno al Nilo y organizado como sistema uniforme 3.6. Los conceptos vométricos de la ‘rputectura epi, jemplifcados en la seccion longitudinal yl planta del templo de ‘Kona em Karnak EL LABORATORIO EGIPCIO 33 de comunicacién y transporte: tanto por su corriente, como por los vientos que soplan en sentido contrario, y vienen a reforzar en el recorrido humano esa direccién o eje primario. Un ¢je es una linea imaginaria con la cual todos los puntos de tuna superficie, volumen o espacio mantienen una determinada re- lacién. Este eje primario determina la vida egipcia: hace surgir la axialidad y la simetria y las relaciona con él, no concibiéndose la tuna sin la otra (figura 3.6). Pero son varias las formas de la simetria. La simetria axial o bilateral surge del uso de la vertical como principio de organiza- cidn. La imagen especular se convierte en ley esencial de la escul: tura y la arquitectura en los albores de la historia. En matema ca, en botanica, en zoologia, en cristalografia y en estructura at6miea, la simetria axial es aceptada como principio organiza- dor. Por su parte, la simetria traslativa o serie resulta de la repe- tici6n ritmiea de las formas, y es con mucho el modelo mas anti- ‘guo, remontindose a la prehistoria; esta modalidad de simetria surge del desplazamiento horizontal de una forma dada, como en tuna ornamentacién lineal cuyo motivo se repite una y otra vez y crea un orden compositivo.

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