Capitulo 4
CULTURA Y SOCIEDAD DE
CONSUMO
‘Uno de los temas que ha permanecido con central importancia
dentro dela preocupaciones antropoldgicasy socioldgicasacerea de
Ja cultura ys relacién con los fenémenos sociales contemporincos
exe del consumo. El consumo, como prictica socal es también un
aspecto de importancia para considearlo en la reflexiones gene~
‘adas por los estudios socioculturales del turismo, prineipalmente
‘porque caracteriza de manera sgnificativa ala sociedades contem-
Pordneas y, en segundo lugar, porque el fendmeno del turismo surge
‘en las denominadas socedades de consumo,
En este capitulo se presenta una introduc al concepto de con
sumo y su caricter multidimensional. A partir de ello, se esbozan
algunas vertientes analiticas que lo han vinculado con sus elementos
socioculturales, por ejemplo, las reaciones que guarda con la deno-
‘minada industria cultural yla sociedad de consumo. Con ello se pre-
tende aportar otros elementos bisicos, tiles para la comprensién
secio-antropolgica del fendmeno turistico contemporineo.
4.1. LA SOCIEDAD DE CONSUMO.
‘Consumi es una parte permanent e integral de todas las formas
de vida conocidas, en la medida que se piensa como una funcién
fisioldgice imprescindible para la supervivencia bil6gica. Sin em-
Dargo través de la historia han surgido un sinfin de actividades re-
lacionadas con el consumo como:la produccién, el almacenamiento,
Ja dstribucién yl eliminaciin de los objtos de consumo, los cuales
"han modelado infinidad de formas de vida en ls relaciones humans
yy sus patrones de funcionamiento (Bauman, 2007).@ ath Marl Mendra Overt Rafe Header pa
Desde la perspectivaantropoldgica se han formulado importan
tes anliss sobre el proceso de consumo y su relacién con la cultu-
13, Uno de ellos es el trabajo de Mary Douglas y Baron Isherwood
(1990) quienes, a partir de a obra de Malinowski, mantienea la pre:
‘misa de que ls sociedades funcionan a partir del intercambio. En el
estudio de Malinowski, Los Argonautas del Pacifico Occidental, pu
blicado en 1922, esta paticulatidad cultural se refleja através de un
Intecambio ritual entre los jefes de las tribus trobriandesas, el cual
‘consista en el intercambio y a crculacién de collars y brazaletes
sagrados, Ese intercambio representaba, a largo plazo, el manteni
‘lento, reconocimiento eintegracién de un complejo cultural que
las poblaciones en torno a un conjunto de sls compartian como un
sistema de retrolimentacién socal y esondmica,
Douglas e Isherwood (1990) extienden esta tess para analiza las
sociedades industrales del siglo XX, sefialando que ese mecanismo
de intercambio se ha concretizado e institucionalizado a través de la
‘economia de mercado yel dinero. En el mundo de los bienes, hacen
‘una fuerte critica a as teorias economicistas, las cuales, en su afin
de explicar la necesidad de las personas para consumie mercanci
dentro de un sistema capitalist, se restringen a un modelo de homo
‘economicus,centrado en la acidn utlitarsta y la filosofia de a maxi
‘mizacién dels recursos, através de accionesracionalesy calculadas
para obtener el mejor y mayor beneficio.
Algunas de estas ideas formaron parte, también, dl intenso de-
bate entre formalistasysustantivista enol mbito dela antropologta
econdmica. Por ejemplo, un aspecto contrastante entre el enfogue
formalist y el sustantivsta es el posicionamiento con respect al ca
icter epstemoldgico de lo econdmico. Para elenfoque formalista,
representado entre otros por Robbins Burling (1976), lo econémico
‘es algo dado, un aspecto universal de los comportamientos: mien-
tras que para el enfoque sustantivista (Scart, 1976; Sablins, 1983) Io
‘econémico aparece como una serie de lgicas construidas por las
dinimicas sociales y las relaciones con el medio implicado, Para
Burling lo econémico racional subyace las relatividades culturales
[tar pinoy comme Sees comet pr titi 8
«historias, y para Scotty Sahlins aparece como determinado por
cllas, En esta dlkima perspectiva lo econémico sera un aspecto del
‘omportamiento si, pero no universal, sino relativo acada contexto,
sgenerado en colectivo.
Vale la pena recuperar dos conceptos importantes que nutren,
desde esta dscusién, Ia comprensién de lo econdmico en su div
‘mensign sociocultural: echo social totale inrustacin. El término
“hecho social total’ fue propuesto en la década de 1920 por Marcel
‘Mauss (1979) en su obra Ensayo sobre los Dones, para referirse alos
fen6menos en que:
{..)seexpsan ala very lp top de stucoes as egos
Juridica mores en teat a pois coms as fey
‘mis ls tls adopts forma especie odin yeonsma 9 mejor
de pest yd dtm as ans ha que ta ls fener
stuicon 3 qu eos hechos dan hg al cmos enbments morse
{ue tar itucones rose 109157)
De este modo, el concepto de hecho social total puede ser defi
do como la totalidad de expresiones que una prictica social implica,
en funcién de las relaciones en las que participa en la red de dimen
siones politica, religosas, ideol6gicas,juridicas, morales, ety yen
la que se encuentra incrustada
Incrustacién (embeddedness), por otro lado es un concepto que
ari Polanyi utlizd para destacarel hecho de que “la economia del
hombre, por regla general queda sumergida entre sus relaciones so-
ales’ (1975:74), y que puede definirse como la condicién de inse-
‘parabilida de las pricticas humanas para con la mattz de procesos
sociales, politicos, ideol6gicos, etc. Asi tal inseparabilidad impide
‘estudiar los fendmenos econémicos como hechos aslados, regidos
[por leyes universles independientes del contexto sociocultural e
histrico,y como puramente econémicos,
‘Vale decir que las caracteristicas mencionadas en torno alo eco-
némico se aplican tanto a los ambitos de la produccién como del
consumo, Si bien, entre el acto de produccién y de consumo se haa Sua Mare Mendora Onters Falal Heninde pise
abierto histricamente una brecha de modo tal ue ambas acciones
han ganado autonomia para ser reuladas y operadas por institucio-
‘nes mutuamenteindependientes (Bauman, 2007), puede sostenerse
‘que os aspectossimblicos no pueden separarse de estos actos silos
ppensamos en un sentido antropoldgicamente ampli, La tess central
fen el texto de Douglas e Isherwood (1990) es que el consumo no
‘es solamente un intereambio econémico, material, sino preponde-
rantemente un intercambio cultural y simbélico, ain dentro de una
‘economia monetaria. En otras palabras, los feximenos de consumo
hacen visiblesclrtascategorias culturales; el acto de consumir de
terminadas mercanciasrefleja un interés, implicito, por emir sig-
nificados socialmente relevantes. Las mercancias son objetos porta-