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Tomés Maldonado Técnica y cultura: el debate alemn entre Bismarck y Weimar iad de Ia wa, se encuentran y despliegan, por asi decilo, en pie deigualdad. Pero de este modo, (eIndependientemente del hecho ngradables ode de que sus manifestaciones especificas nos result sagradables) ellas se salen completamente de la esfe nos podriamos colocar en la actitud del juez. Desde el momento en que estas potencias estin orginicamente entrelazadas a las raices y a las ramificaciones de toda la vida historica, de la cual nosotros forms- mos parte durante la efimera duraci6n de una célula, nuestro deber respecto de ellas no es el de acusar o perdonar, sino solamente el de frente a la cual comprender -_ ~~, La importancia de las artes aplicadas Hermann Muthesius Die Bedeutun es Kunstgewerbes, en Dekorative Kunst, 1907, X, p. 177 y sig; actualmente en Julius Posener, Die Anfinge des Punktionali mus, Ullstein, Berlin-Frankfurt am Main-Viena 1964 Hermann Muthesius nace en Gross-Newhausen ia, ef 20 de abril de 1861. Estudia arquitectura en Berlin y, posteriormente, ejerce tanto Eee industrializa de arte aplicada por do a Londres por al in wibanay desu de los promotores del Deuts lara st ‘dela ofcina del. int ierno para estudiar los problemas de esti, y en 1907, de re che Werkbund, que na Brower lat las a la industria en Alemania, Es sin to. ben c 5 prinipas de un jugendstl refinado se de En qué reside la importancia de las modernas artes aplicadas ‘Como. ‘ 7 sido posible que un sector especifico tan restringido, de asta hace poco tiempo grueso del piiblico no sabia nada, se haya convertido en una rama de la ensefianza universitaria? Exami nar su significado y cuantificac 1 objetivo de mis lecciones en el presente semestre. Siguiendo la génesis y el desarrollo interne de la idea del arte aplicado sera posible desarrollar ligicamente la importancia que le cabe desde ahora al arte industrial y que le sera atribuida en forma versimil y en medida creciente tanto, puede valer la pena en esta lec n el futuro, En i6n introductoria enfocar reflector, el territorio que se extiende 4 nosotros, para individualiza Ps Tomés Maldonado Técnica cultura: l debate alemsn entre Bismarck y Weimar vantes y entender st. importancia, El desarrollo particular tendré ‘entonces objetivos més seguros y el resultado final se organizara con mayor claridad, El arte industrial moderno tiene en su conjunto importancia artistica, cultural y econdmica, He puesto en primer lugar la artist- ca porque ella es, en cierto modo, obvia y porque todo el movimien- to del arteaplicado hasta casi nuestros dias se consumé en ella. La importancia cultural del arte industrial no es atin tan evidente, Las fuerzas activas en este campo comienzan a operar solamente en es tos dias. ¥ por lo que respecta a su importancia econ6mica, ella per- tenece todavia casi exchisivamente al futuro. Pero posiblemente sea licito crear alguna esperanza, basada en paralelos hist6ricos. La importancia artistica del arte industrial result6 clara a todos en Alemania, segiin emana de documentos de primer orden, que se de cerrarse las puertas de la dieron a conocer este verano, Acaban tercera exposicidn de las artes aplicadas alemanas en Dresden, que mostré a todos cual es la orientacién actual del arte industrial ale- main. Entonces es oportuno delinear esta orientaci6n en pocas palabras. Aquello que no podia menos que impactar a primera vista a los sestra de Dresden era que todo lo expucsto, des de el pequefio bordado artistico hasta la habitacién completamen: te equipada, hablaba un lenguaje artistico propio Este Tenguaje no ienteya-nada en comtin con aquel del viejo arte industrial que he- ‘mos visto florecer en los afios 80 y 90. El empleo de los elementos exteriores de los viejos estilos artisticos fue climinado de la agenda y se esfiterza en hablar un lenguaje artistico nuevo, aut6nomo e in- Uependiente. Esto es lo que mas impacta en los productos del nue- los esquemas visitantes de la vo arte aplicado, Y en este paso, en el abandono d agotados de los tiltimos decenios, que no hacfan mas que filtrar y volver a filtrar infinitamente el arte hist6rico, es ciertamente nece sario ver una conquista del arte aplicado moderno, Solamente una Epoca movida por un entusiasmo juvenil podfa dar este paso. Es un hecho que un nuevo lanzamiento de este tipo, en el campo de los estilos, no se intents desde hace siglos. Asi, cuando el Renacimien- ‘9, estaba ampliamente difundido un en to rompis con el arte g6 10 de novedades, similar al que puede observarse hoy en tusiasta des iento de las artes aplicadas; pero entonces se nos propon el movin solamente asimilar las formas de la antigitedad clisica recién descw- bierta. Ahora bien, es cierto que basadas en las formas antiguas, co menzando desde la época del Renacimiento, se desarrollaron mu chas novedades. Diversas corrientes, que fueron sucediéndose en el decurso del tiempo, generaron, por caminos no ortodoxos y me- diante la insercién de otros elementos (érabes, como en el arte oF in; chinos, como en el rococs y asi namental del Renacimiento alem sucesivamente), un lenguaje formal, con limites temporal bien definidos, que hoy casi lo podemos asignar con toda seguridad >» La importancia de las ates aplicadas / Hermann Muthestus {io fjado de una vez para siempre en la anigiedad, La ms autGno- ta de objetvos formalescaprichosos, que es ain aquella que mejor ‘Aunque pueda pensarse cualquier cosa sobre el resultado fina Giesto es que desde tn principio ha logrado crear, sobre la base de Pero por cuanto este aspecto exterior de la cosa se: resalta a los cis, los verdaderos resortes del movimiento anaeeag radical de actitad que intervino en relacién con la produccién de [as arts aplicadas en los afios 80 y 90. Entonces la actividad produc tiva estaba guiada por el amor alarie del pasado, Bsa pasiOn extaba rear obras similares a aquellas que el arte del pasado estaba en agqelaspecto exterior podia ser slo la expresin de las influenelas olvidaba que aquellos objetosantiguos eran tan perfectosjustamen loramro,imitando la Torma exterior de fos productos del viejo arte efecto, fa rapid sucesion de las mods a ta det igo XT prueba que i foc exterior de nn pro apariencia de esas producciones estiliticas podria compararse a vex Iintad i. La tendencia a liberarse de esos disfraces y a referirse puramen: te a las condiciones de nuestro tiempo es el resorte o impulso mas importante del nuevo movimiento que se ha desarrollado en las ar tes aplicadas, Las condiciones de la época estan trazadas, ante todo y de manera més clara, en Ia funcionalidad prictica que se requie- Te necesariamente a los objetos. Los requisites de funcionalidad a los que debian responder los viejos muebles y utensilios eran, en muchos aspectos, distintos a los modernos. La forma de los asientos depende de los tsos domésticos y sociales, como asf también de la moda-en-el vestir Ta costumbre en las comicas se havtransformado profunddamente respecto de los siglos pasados; nuestras necesidades de asco han aumentado enormemente y han dado origen a nuevos dispositivos; no puede decirse solamente que nuestra sensibilidad higignica haya aumentado, sino que cambié su concepcién. Como consecuencia de todo ello la forma de las habitaciones fue modifi cada, Al bagaje anterior de equipamiento y utensilios se agrego un mero de otros nuevos, oltos renovaron en gran medida sus los viejos accesorios deja costumbres de vida esta atin sujeta a una transforn Si quieren tenerse en cuenta las condiciones de la época hay que, ante todo, tener en cuenta las condiciones particulares de ca- da simple objeto. Es asi, que el concepto fundamental del moderno arte industrial ha sido desde el principio aquel de comenzar a det 1 la maxima claridad el objetive de cada objeto, para derivar Idgicamente la forma desde ese objetivo, Pero una vez que la sen: bilidad habfa sido quitada de la imitacion exterior en el arte del f sado y que se nos hubiese enfientado con la realidad, otras exigen cias necesarias se asocian enseguida a ésta. Cada material impone condiciones particulares para su elaboracién, La piedra exige di mensiones y formas distintas de la madera, Ia madera, a su vez, for mas y dimensiones distintas que las de los metales y entre los meta- ne la de la plata les, el hierro forjado impone e Al principio de la conformacién segiin el objetivo se agrega, por lo tanto, el de la conformacion segiin la naturaleza del material y, al respecto del material se acompafia el respeto por la estructura co- rrespondiente. Objetivo, material y conexién natural dan al artesa- no moderno las diectivas que deberé estar dispuesto a seguir Va de suyo que el resultado no es siempre tal que la forma del objeto a crear ex novo esté determinada sin residuos por estos tres principios formativas. Dado que entre el intelecto y la mano del ar 2. Yse inserta sobre todo en arse que ‘esano se inserta la sensibilidad huma as obras que desean suscitar una grata impresidn. Puede elingeniero pueda descartar enteramente el sentimiento, por cuan- ‘© puieda dudarse también de ello. En todo caso seria del todo ab- surdo pretender de un modelador artisticamente inspirado que su: n prima totalmente el sentimiento y a continuacién la fantasia, para desarrollar sus formas con una consecuencia logico matematica. El clemento afectivo esta presente también en el nuevo arte industrial y lo esté en una medida elevada inclusive, de cuanto lo estuviese en el antiguo, Pero es totalmente distinto si el elemento afectivo se de ja guiar por la aspiracién de alcanzar el aspecto exter {guas obras-de arte, 0 si estd totalmente independizado de toda re- miniscencia histérica. En todo caso el respeto inflexible de los prin or de las ant cipios del modelado segiin el objetivo, el material y la estructura constituye un baluarte que preserva de las caidas en el sentiments lismo hist6rico, y por lo tanto, en la falta de funcionalidad. Ello es- 1d probado por el arte industrial de la época de las imitaciones de los estilos, o sea, sobre todo, en la segunda mitad del Ochocientos, Tal época, con su rapida sucesidn y alternancia de modas estiisticas es, en conjunto, aquella de las peores aberraciones en el sentido de las decoraciones irracionales y de las simulaciones de todo género. Las sustituciones e imitaciones celebraban su triunfo. Se imitaba la madera con cart6n, la piedra con estuco 0 con zinc laminado, el bronce con estafio. A este respecto, se habja perdido completamen- te el sentido de las reglas elementales de la decencia. zY como se ex- plica todo esto? Sobre todo con el hecho de que estaban enamora sentimiento histrico del que ya hablamos. Hoy, in forma de ver esos decenios, ha sido superada por los adeptos del nuevo arte i Astral, pero no iertamente por el comin ela gente Fl publico habitaciones alemin, que ve la culminacion de su propto arte al ilyen el aplicarle al revoque y al cart6n la apariencia de madera de no El horror por estas imitaciones y sustituciones fue el motivo do. minante del nuevo arte industrial, Descartar las imitaciones de cual: quier tipo, que cada objeto se presente por lo que es, que cada ma- terial se manifieste en sus propias cualidades. Asi se desarroll6 uno de los principios mas importantes y significativos de la produccién artesanal, cl de la veracidad intrinseca. Ya su zaga vino enseguida el principio derivado, el de la pureza y simplez la legitimidad no es dad interna, Sobre la base de la simple logi ie la obra, Dado que is que la manifestacién exterior de la veraci Vigor un principio que se habia casi perdido en el devenir de la pro- > XIX. Es verdad que a la pérdida de este > también otros factores, precisamente los némico y social, Ello no quita que al movimiento de las artes aplicadas, que viene desarrollindose poderosamente en es te periodo, le quepa el mérito de haber pue 2 industriales. ¥ es posiblemente en este campo en el que debemos ver sti vocacién mas profunda y en el que podemos esperar su mas mplia influencia. Pero aqui también la lucha con las condiciones existentes se presenta particularmente dura y dificil. Dado que recién se establecen fn algin campo, y que sea solamente en el de la produccién indus rial, los criterios de la veracidad y de la pureza, toda la concepcion de vida'de una generacién no puede menos que sentirse afectada, Ext gencias de veracidad y pureza pueden ser propuestas solamente por quien posee cualidades de caracter desarrolladas en este sentido. La produccién industrial del siglo XIX, se alej6 de los ideales de sim- plicidad y pureza, justamente porque los circulos de consumidores ho daban ninguna importancia a esos valores. De la lucha de clases por el predominio, se desatrollé la pretension social. EI nivel bur gués, que venia afirméndose progresivamente, mostraba una exi gencia de lujo que podia satistacer solamente con medios exterio- Tes y poco costosos, pero considerados necesarios para competir perarlos. Esta era para el burgués, una situaci6n totalmente nueva Las pretensiones, el frenesi de aparentar mas de lo que sees, se tor no directamente en una costumbre de los ambientes burgueses del siglo pasado; estamos tan inmersos en esta atmdslera que no nos da- ‘mos cuenta tampoco de en qué medida esta difundida. Pero nos la podemos representar claramente si comparamos la habitacién del burgués econdmicamente aumodadly de hoy, con la de un burgucés en las mismas condiciones pero del siglo XVIII, por ejemplo la ha- bitacién de un berlinés moderno del tiempo de Chodowiecki, o la decoracién interna de una habitaci6n con formato de escenario re- habitaciones de la casa le Goethe en os niveles tradicionalmente privilegiados o, directamente, su producida en Ia Wocke, con I ‘Waimat, No se requiere describir los detalles, cada uno puede recor darlos, Por una parte una pompa vanidosa, por la otra una extrema modestia y ausencia de pretensiones; por una parte una habitacién atiborrada de lujo inauténtico y de imitaciones, por la otra un extremo y decorosisimo recato; por un lado un arte aristocratico de imitacién, en simil oro, del otto la genuina concepcién burguesa y sin méscaras, ‘Sin embargo, esta decoracién de los espacios interiores de la casa habitacién fundada en la vanidad social, domina toda nuestra c industrial que se vale de imita realidad alemana presente y, un art iones y falsificaciones, prove el material necesatio a este fin. ¥ es te es el punto contra el cual el nuevo arte industrial mueve el a que y conduce una guerra a ultranza, Aqui existen todavia muchas montafias para conquistar y fortalezas para abatir. 2Podremos decir que la meta sera aleanzada? No es facil responder hoy a esta pregun- newenta frente ta, Pero que quede claro que el arte industrial se ‘un deber educativo de primaria importancia. ¥ en este campo el mismo ya supera los limites que le son asignados segiin Ia concep- ™ én cortiente, se vuelve algo mis que arte aplicado, se vuelve un jnstrumento de educacién cultural, El arte industrial tiene come objetivo educar a las actuales clases sociales en la solidez, frescura y Simpleza burguesas. Si lo logra incidira de la forma més profunda en Auestra vida cultural, produciendo las consecuencias mas am- plias. No se imitara a transformar los alojamientos y las casas alema hhas, sino que influira directamente en el carscter de la generacion, dado que también la educacién en la ubicacién decorosa de los es pacios que habitamos no puedle ser mas que una educaci6n del ca Facter, dirigida a suprimir las tendencias arribistas y pretenciosas que condujeron a la decoracién actual Asi la actuacién de los verdaderos principios en los que se fun: da el nuevo movimiento de las artes aplicadas conduce espontinea- mente a ampliar su caudal y a aquella que hemos definido como su funcién cultural, Pero también en el campo propiamente artistico ‘vemos ya cémo los confines, inicialmente muy restringidos de las at tes aplicadas, son de hecho superados. Comenzando desde la idea original de las artes aplicadas, la conformacidn elegante y plena de buen gusto de los productos del trabajo artesanal, el arte industrial a fuerza reorganizadora de nuestras habitacio- nes, Esti en la inminencia de dar vida a una nueva cultura de la ha- bitacién; la verdadera meta de su labor se orienta hoy en esa direc cidn, Pero desde la distribucin de los espacios internos a aquellos de la casa en la cual se encuentran esos espacios no hay paso. Siendo asf, puede observarse desde ahora como la estructura de las casas y particularmente, las de las pequeias casas campestres, comienza a estar influenciada por las ideas que provienen de las ar tes aplicadas. El nuevo movimiento que apenas se ha iniciado en el campo de la construccién de casashabitacién, puede ser definido nentada desde to. en su conjunto en el sentido de que la casa orna do punto de vista, sobrecargada de las mas variadas reminiscencias historicas formales es reemplazada por una casa simple, que se reco- necta con los motivos arquitecténicos de la edilicia campestre y est construida segiin principios légicos y funcionales. Pero este cambio en Ja mentalidad arquitect6nica es el mismo cambio que ha venido des: de el viejo arte industrial, que actuaba con las formas hist6ricas tradi- les, al nuevo que se impone sobre una base funcional y objetiva La influencia inconscientemente ejercida por el arte industrial sc nota a primera vista, Y los simples principios del tin en la inminencia de expanditse ulteriormente en la arquitectu- ru. La nueva linea en el campo de la construccién de las casas de campo es sélo la primera manifestacidn de ciertas tendencias a la simplificacién que se afirman en la arquitectura en general, Dada la enorme importancia que le cabe a la arquitectura en el cuadro de te industrial es- la cultura de una época, puede decirse lo cuando los poca, p que s6lo cuando los princi pios del arte industrial se hayan extendido a todo el vasto campo de 1s Tomés Maldonado Técnica y cultura: el debate alemn entre Bismarck y Weimar edilicia privada y publica, el arte industrial habri cumplido su misién brevemente el hecho de que el movimiento de Bastard indic las artes aplicadas que se desarrolla con tanto impetu, encuentra también respuesta en los campos de Ia pintura y de la escultura, En la pintura hay que recordar la tendencia, que reflorecié reciente- mente, a una composicién severa en el estilo del antiguo fresco mu- ral, Nos topamos aqui con un aspecto fuertemente pronunciado de ‘poca, del que pueden notarse ejemplos en la carteleria, en cas, en las ilustraciones y en una parte de Ia pintur las artes gra también en la escultura se constata con satisfaccidn, en los tiltimos tiempos, una tendencia a la estilizacién, a la forma severa y lapid: ria, que se despega de la orientacidn anterior hacia el boceto de gé- as reconfortante de esta di- nero y la retorica teatral. El testimonio m: arck reccidn es posiblemente el nuevo monumento erigido a Bi en Hamburgo. Si bien el nuevo movimiento, que se presents inicialmente co ‘mo un fenémeno estrechamente limitado al campo de las artes apli- cadas, muestra ya la tendencia de extenderse a todas las artes pue de decirse desde ahora que se convirti6 en un movimiento artistico general; no se debe, por otra parte, ignorar el hecho de que el mo- vimiento ha sido hasta ahora casi exclusivamente intelectual y que, particularmente, no ejerce atin una influencia sensible en la vida ‘econémica de nuestro tiempo. Et movimiento surgi6 de los ambi tes intelectuales y ha sido, hasta ahora, sostenido por ellos y su trans- ovo. Pero en un campo que no (5 solamente artistico sino también industrial, sera de maxima im- portancia que el nuevo movimiento acierte también en Ia corres: misién tuvo lugar de un cerebro pondiente orientacién econémica. ¥ aqui comienzan las dificulta des, que aparentemente se agravaron en los iiltimos tiempos, cuan- do los exponentes materiales del sector, 0 sea los industriales y los manifestaciones de protesta con- comerciantes, produjeron algunas tra el nuevo movimiento y sus representantes, contra la exposicién de artes aplicadas de Dresden y contra las escuelas de artes y oficios. Se hace notar que tna declaracién con centenares de firmas fue en posible entrever en de las ar tes aplicadasy, podifa pensarse que hubiese aparecido, por aside 6 La importancia de las artes aplicadas / Hermann Muthesius do una fuerza creciente en la vida espiritual de la poblacién, sact jeron y, por asf decirlo, tomaron partido por la corriente tradicio. nal de la produccién de objetos de equipamiento. Las protestas son la reacci6n a este fendmeno y, en el fon sefal consoladora del hecho ce que el movimiento que hasta enon, Ces se habia quedado limitado a un pequeto cireuo de intelectus Cémerdor en el vijo sistema, por el cual el productor pretendia orientarse sein los gustos del grueso del pablico y ésteya su ver, aceptaba sumisamente las modas insulsas que los productores pro- ponian a sus clientes. De repente este piiblico de adquirentes co- mienza a pensar de manera auténoma, se ve estimulado y sacudido por las producciones de los artistas, ha visitado algunas exposicio- nes y tuvo la ocasién de ver interiores caracterizados por wna armo- nia admirable, que fueron concebidos por los artistas, Entonces co- mienza a dudar de los consejos que le fueron dados hasta ahora por cl industrial o el comerciante. Fs natural y humanamente compren sible, que el industrial y el comerciante comiencen por combatir esta clase cle molestias, Pero es también claro que estas protestas y ataques én destinados a quedarse sin éxito, frente a la gran corriente espi- ritual del tiempo, Finalmente, hoy ya puede Ila de que ponerse al servicio del movimiento moderno no significa en ‘obre el hecho lo mas minimo renunciar a la perspectiva de éxito comercial, Una serie de industriales de las artes aplicadas, que siguieron logica y co- herentemente este camino, aleanzaron un 6ptimo nivel de desarro- Uo econdmico, Bastard recordar los "Talleres para las artes aplica- das” de Dresden que, iniciados modestisimamente, se desarrollaron, cen el transcurso de ocho afios, hasta alcanzar a ser una empresa que ocupa centenares de carpinteros y con una facturacién anual de un tos cileutos, sino tambien con el corazin, En este caso el éxito no faltard. Bs mis, puede afirmarse que el futuro les pertenecera a los oporetie ast ance Puede considerarse cerrada ysolucionada porel solo hecho de que la produccion artesanal e industrial, en vez de sacar a la luz objetos vo estilo", Ella ya habfa comenzado esta tentativa cuando presents como el tiltimo y mas actualizado de sus estilos el conocido como fi berty o secesiGn, salvo que lo cambié enseguida por el estilo imperio © con el biadermeier. Peto las ideas presentes en las nuevas artes apli- cadas son demasiado serias para dejarse involucrar en este frivolo juego de modas estilisticas. Lo que importa en el movimiento de las artes aplicadas no es justamente el llamado estilo maderno, La pro- clamaci6n de este estilo ha sido s6lo una manifestacidn de ligeteza prematura, Un estilo no surge de hoy para mafiana y no puede ser meditado o inventado artificialmente, sino que es el resultado de las aspiraciones y esfuerzos tenaces de una época, la manifestacién vis ble de sus impulsos interiores y de sus fuerzas motrices espirituales, Si esos impulsos son auténticos, surgira un estilo genuino, 0 sea ori- ginal y duradero; si son frivolos y superficiales, surgira algo similar a la rapida sucesion de imitaciones de los tiltimos cincuenta afios. Gul seri el estilo que resultara de las tendencias, muy serias yem- pefiosas, que se manifiestan actualmente en las artes aplicadas, no ¢s posible preverlo hoy, solamente se lo puede presumir vagamen- te, Nuestro deber no es el de recabar a toda costa un estilo de nues- tro tiempo, sino solamente el de plasmar con plena y sincera dedi- cacién, de manera que podamos justificar nuestra obra frente a nuestro mejor conocimiento y conciencia, Un estilo no es algo que pueda preverse anticipadamente, pero es Ia gran sintesis de los es fuerzos sinceros de una época. Sera deber de la posteridad estable cer cual ha sido el estilo de nuestro tiempo, o sea cules 1ra708 co munes pueden individualizarse en las a nuinas de los mejores de nuestra época. Con esta aspiracién estin animados quienes h aciones mis serias y ge desempefian una funcién de guia en el movimiento de las artes aplicadas , por lo tanto, podemos esperar que ellos, sin querer, desarrollen el esti- Jo de nuestro tiempo sin hacer otra cosa que esforzarse seriamente para progresar y seguir su impulso interior. Lo mejor que puede ha- cer Ia produccién material de nuestra época es asociarse a esta se- riedad de esfuerzos. Ello implica, ademas, una conversion de fund: mental importancia; dado que el industrial en el campo de las artes aplicadas ha rechazado, como principio, mezclar abjetivos éticos 0 morales a su actividad productiva y comercial, que él, segiin sus decla- raciones, programaba tinicamente por los presuntos requerimientos del piiblico. El resultado eran cosas que tenian muchas pretensiones y que, en realidad, no contaban mucho; aunque estas cosas eran aceptadas por el piiblico en gran cantidad y en todos los niveles so- tustria ya la disponi ciales. A continuaci6n de esta prictica de bilidad del puiblico, intervino una desmoralizac industriales y de los adquirentes. Efectivamente, ca del cobre le puede agradar pa qué comprador puede complacerse, a la larga, de cosas que no va- in recfproca de los wal industrial arse la vida produciendo baratijas? Y 78 Jen nada? En ese punto debe producirse un cambio radical y éste debe comenzar en el industrial. Basta con que este tiltimo transfie n la vi raa la empresa los criterios de decencia a los que se vincula ¢ da privada; tal como se comporta honestamente en Ia vida privada, asi debe producir honestamente como industrial © como com: Giante, 0 sea que no debe producir cosas que sean solamente imita Ciones o falsificaciones, cosas que pretendan ser mas de lo que son. ‘Que principios de esta naturaleza puedan facilmente llegar a ser pa- trimonio general de todo un pueblo, sera notorio a todo aquel que tenga un cierto conocimiento de la vida ¢ ideas inglesas. El indus trial inglés esta casi siempre inclinado al concepto de seguir su me- jor conviccidn y de producir solamente cosas sencillas y genuinas, Por mas que la produccién industrial alemana haya aumentado ve- lozmente en los itimos decenios, gracias a su celebrada facultad de adaptaci6n, esta misma facultad resulté frecuentemente daiina en Jos campos atinentes a las artes aplicadas y al arte industrial. Afortunadamente, en los tiltimos tiempos, aquella tendencia a la solider y a la simpleza que en Inglaterra es normal, se ha ido ge neralizando también en vastos estratos del pueblo aleman; este he cho, por otra parte, coincide y no por casualidad, con el mejor miento de las condiciones de vida del pueblo, Aqui la tendencia de la época vuelve a ser convergente con los principios fandamentales ‘del movimiento de las artes aplicadas, Apartar las imitaciones de to do tipo y que cada objeto se presente por lo que es. Si la industria productora en este punto adhiere al movimiento de las artes aplica- ddas, podremos decir que hemos dado un gran paso hacia adelante. Dado que es evidente que en la produccién de objetos insuficiente mente sélidos y compactos, no obstante todo el trabajo empleado en ellos, la materia prima no se utiliza como deberia ser, por lo que se desperdicia, en primer lugar, un enorme patrimonio nacional en materiales y en segundo lugar se emplea trabajo de manera inviti Los objetos baratos son, en tiltima instancia y bajo cualquier aspec- s costosos que los de mayor precio. Una produccién industrial orientada en este sentido, deberia naturalmente dejar de contar con los malos instintos del piiblico, para apuntar en cambio a los mejores y también, si bien inicialmen: te podria no tener éxito pero habiendo cumplido una accién de gran importancia, dado que elevando la calidad del trabajo aleman, clevaria también el prestigio de la produccién alemana en el mer cado mundial. No existen dudas que la calidad del trabajo alemin hha ido mejorando constantemente en el transcurso de Jos ultimos decenios; en algunas ramas de la produccién nacional es totalmen. te ejemplar, es més, tinica en el mun po del instrum industrial, propio de la producci6n alemana, esta atin muy atrasa do; dado que fal baste s6lo pensar en el cam: Al 6ptico y cientifico. Pero en el campo del arte Itaban las dos cualidades esenciales para la produc 19 cién de arte industrial, un gusto auténomo y una civilidad nacional superior. Aqui la produccidn alemana no hizo otra cosa que seguir las tendencias de otros paises, logrando sucesos pecuniarios al imi tar las creaciones originales de otros pueblos y produciendo a pre- feriores. Por cuanto esta actividad pueda ser remunerativa desde el punto de vista estrictamente pecuniario, no puede decitse que ella haya hecho honor a Alemania. Es verdad que, al principio, no habfa otra manera para lograr el ingreso como productores en el mercado mundial; pero el fuer- te movimiento espiritual que vimos surgir en las artes aplicadas en el curso de los tiltimos diez afios, puede prover los medios para cambiar este estado de cosas, Dado que aqui apareci6. por vez pri- mera una creacién alemana original, de la cual la nacién puede es tar orgullosa, y se ha producido algo que da testimonio de un gus to auténome y de una cultura artistica nacional, independiente del exterior, Giertamente no puede esperarse que las consecuencias que todo ello pueda tener sobre el mercado mundial se manifiesten de hoy para magiana. Los comerciantes son los primeros en conocer la incidencia de la buena fama en la venta de productos. Lo prime- ro que debe hacerse es elevar el prestigio artistico del conjunto de los productos alemanes, que no sera un deber facil, dado que en las cuestiones artisticas el exterior no nos dio, hasta ahora, crédito al- gumo, Aunque esa afirmacion pueda sonar intolerable y anti tica a los ofdos alemanes, cualquiera que ten con la opinisn piiblica de otros paises, sabe que nosotros actualmen- te no contamos, pricticamente nada, en pintura ni en escultura. Nuestros pintores, que en Alemania son considerados unos titanes, no son conocidos en el extranjeto siquiera de nombre, mientras que los impresionistas franceses son buscados en todo el mundo, Un amante del arte que sea extranjero, no sabria, si le fuese requerido, ni siquiera el nombre de tn escultor alemsin, mientras que los nom bres de Meunier y Rodin, suscitan ecos en todo el mundo. En arqui- tectura somos considerados como el pais més atrasado de todos, asf como en general, a juicio de los extranjeros, el gusto aleman ocupa cl peldaiio ms baja, En este campo nuestra fama decay6 a tal pun: aber Be trai wie gear way tse bay oe marc com Ios marines de muestra maa fama, ya que no hay dda de que, jst Inur algo que end destinado a tener efectos arolladores ya tran formar radicalmente el juicio de los extranjeros a nuestro respecto. La exposicién de arte industrial alemin en Saint Louis, aparecié a todos como una revelacidn y puede decirse que en todo el mundo 80 se umporvancia Ge tas artes aplicadas / Hermann Muthesius corre ya la vor de un maravilloso florecimiento de las artes aplica- das, que se ha manifestado imprevistamente en Alemania, Sélo so- bre la base de este prestigio es que puede tener inicio un aumento de las exportaciones de productos de las artes aplicadas. Y, s6lo cuando se informe de nosotros y de nuestra contribucién original, ocupare ‘mos en el arte industrial un lugar que se traducira en tna actitud de estima y respeto en el mercado internacional Dado que el rol que desempefiamos con nuestras imitaciones de muebles franceses sera siempre un rol de segundo orden, para {que pueda desempefiarse un rol de primer nivel, sera determinan- fe solamente el valor ideal y especifico inherente a la producciGn, 0 sea el valor cultural. Solamente con los resultados culturales obteni dos por el artesanado francés en los tiempos de Luis XIV y de Luis XV, es que se explica la posicién determinante, o més bien directi va, que Francia continia detentando hasta hoy en el mercado de las artes aplicadas. Y si Inglaterra, cuando se desarroll6 a los fines del Setecientos su arte en la fabricacién de muebles de avanzada que gjerci6 una influencia decisiva en la cultura burguesa, pudo tener también ella, en cierta medida, su vor en el mercado mundial gra- cias a su contribucién nacional autGnoma. ¥ también la influencia gjercida mas recientemente por las artes aplicadas inglesas en el mercado mundial es bastante instructiva; solamente porque Inglate ra ha dado por su cuenta una conuibucién auténoma es que sts telas, alfombras y muebles pasaron a representar en 3 tiktimos 20 afios tuna nota especifica e insustituible en el mercado mundial. El suceso comercial llega luego de estos valores intrinsecos dominan- fs; en este mundo no se regala nada a nadie, las pequefias ventajas puicden obtenerse por caminos indirectos, pero las grandes se con- quistan solamente con las grandes calidades. Pues si éstas se en presentes en medida suficiente, logran el poder y la liber tad ademas de la compensacin, Basado en la posesién de grandes ‘cualidades artisticas, a un pais le resulta fieil asumir una funcién de guia en el campo de las artes aplicadas, le resulta fil desarrollar li bremente las mejores dotes propias e imponerlas, por asi decirlo, al mundo entero. Entonces la industria no necesita espiar ansiosa- mente los caprichos de la cl gusto dominante. Es lo que todavia esta haciendo Francia, en mu- moda, sino que puede ella misma dictar «hos campos. Nadie puede hoy prever si el eamino que han toma nte las nuevas artes aplicadas alemanas, habra de conducir a una influencia de largo aliento, comparable al ejercido su momento por el artesanado francés. Esta en el interés de Ale mania cultivar estas esperanzas y empefiar todas sus energias en la tentativa de desarrollar ulteriormente los primeros resultados fe lizmente obtenidos. El nuevo arte industrial, que ya super confines mas estrechos y se ha transformado en un movimiento generalizado de las artes en Alemania y que, también se esta por a ansformar en un movimiento general de la cultura, no puede ha j an a Cer menos que produce contiaga creciendo, Ia debidas conse: Estética de la ingenieria cuencias de cardcter econdmico. Y, desde este punto de vista y te | nleado en cuenta est perspective mai principll deber en las pri 4 Joseph August Lux ximas lecciones, ser el de describirles el desarrollo que ella tuvo hasta ahora, Ingenieur Aesietil, Gustay Lammers, Munich 1910 Joseph August Lux nace en Reichenhall, cerca de Viena, et 8 de abril de 187 Como autodidacta,estudia en Viena luego en Londres, Munich y Pars, in 1 teresindose por las artes figuratvas, las artes aplicadas, la arquitectura la 1. En 1908 es uno de los miembros fundadore del Deutsche Werkbund, 7 del Instituto de ensenanza artstca Jacques Daleroze de Dresd ve como mdactor en ta revista de arte Hohe Warte (Observat } und Kuluurrat (Arte y Cultura). Durante la ocupacion nazi de Austria es ntracén Mis tarde escribe 8, adem cin A La mayor parte de la gente sigue sin darse cuenta de que la té que ya no se haya presentado bajo la forma de un suciio, una poes fuese un pajarillo..., expresa un antiguo deseo. En Babel sc 4 levanté una torre sin la capacidad de coneluitla. Desde entonces, hhumanidad alimenta el suefo sobrehumano de la torre de Babel. Sin ambargo, los téenicos de hoy han realizado aquel sueiio y han erigi 2 & Arte y técnica Peter Behrens Kunst und Technik, en Elektotechnische Zeitschrift, 1910, 22 , do p. 2 a p. BBB. Peter Behrens nace en Hamburgo el 14 de abril de 1868 y estudia en Karlsruhe, en Diisseldarf y en Munich, donde ejerce como pinter y decoradn Ya temprano (mientras cursaba sus estudios en la escuela de Bellas Artes de Hamburgo) se inteesa en la rforma de las métodas y modelos dela prodccin arlesanal. Bl gran duque de Essen to llama para formar parte dela colonia ar- ston rciontomente fundada en la Matildch3he de Dramsads, para la Muestra de Arte Contempordineo de 1901, donde construye su primera casa, la {famosa Haus Behrens. Es en este periodo en que, como Hoffmann y Olbrich, se vuelve de espaldas al Axt Nouveau, oponiéndose tambien alestilo del mis: ‘mo Olbrich. En 1901 participa de la Exposicién Internacional de Torino, en- ‘cargiindose de a preparacién dela entrada del pabellin alemén. Desle 1903, (9 hasta 1907) es decor dela escuela de artes aplicadas de Ditseldorf. 1907 5 un aio decisivo para Behrens: Rathena y Paul Jordan la convocan como “asesor atistico” de los productos AEG; se concluye en Colonia la construc idm de ta sala de conciertosen ls jardines de Flora y se inica el Deutscher Werkbund estimulada por el crecimiento de la industria alemana, EL Werk- bund es la verdadera y exacta manifestacin de la integracién de las artes ‘en torno a la arquitectura; el arquitecto es promovido al rango de ingeniero 9 la industrializacin es un hecho cultural. Este es el periodo mas fecundo de Behrens que, por su trabajo en AEG, puede ser considerado el primer y verdadero disetiador profesional. En Diisseldorf comstruye la sala de letra de ta biblioteca y en 1909, en Berlin, el complejo industrial de AEG, inclu yendo ta sala de turbinas, que se impone como un gjemplo del nuevo modo de tratamiento del tema de la arquitectura industrial. Abrededor de 1910 cuen: taen su estudio com personajes como Le Corbusier, Walter Gropius y Mies van dey Rohe, Em 1912 construye el complejo de Mannesmann Werke en Dits 100 ‘Arte y técnica / Peter Behrens seldorfyy ta embajada alemana de San Petershurgo. También en la posguerra es arquitecto de vanguardia, en 1922 dirige la Escuela Superior de Arquitec tra de Viena, sucediendo a Otto Wagner y realiza un programa de etilcia popular para el municipio, En ete peviodo abandon el racionalismo (que, por otra part, munca habia adoptado estechamente a causa de su propio monte 1mentaismo y de wn mal adormecido romunticismo), aprosimandase al expeso nismo, EL monument de este nuevo enfoguees la sede de las industras Farben, la Farbwerke en Hoechst, cerca de Franckfur, de 1924. En 1927 participa si bien todavia con los racionalistas, en la creacién del barrio Weissenhof de- rmostrativo de la editicia popular en Stuttgart, mamento en que manifiesta simpatias socialists. Mas tarde toma parte en la adecuacién de la Alexan- derplatz, uno de los mayoresemprendinientasediiciosberlineses de la épocay constraye ef Berolina Haus en 1931, Sw iltima obra esta fébrica de tabacos de Linz, en colaboracion con A. Popp, Flee el 27 defelrero de 1940, ‘Aun mirando para atras, hacia épocas mas luminosas de la histo- ria, los resultados de la necesidad humana de actividad de la época cn la que vivimos no deben ser descuidadios en su valor de testimonio de energia espiritual y deb de otros periodos, aunque presenten caracteristicas diversas. Las ma- nifestaciones mas importantes de nuestras capacidades son las con quistas de la técnica moderna. Los progresos de la técnica crearon una civilizacién con un nivel que no habia sido atin aleanzado en la historia, pero solamente una civilizacién y no -por lo menos hasta ahora una cultura, si entendemos por civilizacién (con H. St. Cham: berlain), todos los progresos de la vida material obtenidos con la ra 26n y con las luces y en cambio, por cultura, los valores espirituales y psiquicos creados por la concepcién del mundo y del arte ‘Una vida sin los beneficios de la civilizacién de la técnica moder- sin su incesante progreso nos resulta ya inconcebible primera vista se dira que Ia actitud espiritual de nuestra dirigida Gnicamente hacia la civilizaci6n, otro aspecto de nuestra vi- da publica muestra hasta qué punto estamos dominados por una ne- cesidad de cultura. Especialmente en el campo del arte subsiste el maximo deseo de formarse, realizarse y desarrollarse. No hubo nun- a una época en que, como en la nuestra, se haya tenido tantas oca siones de escuchar conciertos, en que hubiese tantas colecciones de arte, teatros y asociaciones artisticas. Y entre todos los géneros artis licos estin otra vez en la vanguardia las artes figurativas, a las que pertenecen también la arquitectura y las artes aplicadas que, junto ‘con muchas otras cosas pruchan Ia extraordinaria cantidad de mues- mos reconocer que no son inferiores alos 101 TTomés Maldonado Técnica cultura: el debate alemsn entre Bismarck y Weimar tras de arte y de revistas de esta especialidad, Pero no obstante, la vi da ptiblica no presenta los signos de una cultura madura, dado que los dos campos de la técnica y del arte no se tocan, y menos atin se tocan donde especialmente deberfan hacerlo, o sea en Ia construc- cidn de edificios y en los productos de la gran industria El'arquitecto busca el contenido estético solamente en el patri- monio formal de los siglos pasados, sin tener en cuenta las preciosas indicaciones que la construecién moderna prove también con rela- cién a la forma, mientras que el ingeniero, en sus formas en hierro, encuentra el interés solamente en la construcci6n, creyendo haber alcanzado su objetivo con un resultado basado tinicamente en los ‘manera, en los productos de la gran imdustria, que también y cada vez en mayor medida entran a formar parte de nuestro ambiente de vida, la forma no esti determinada por otra co- sa que por el principio de la maxima conveniencia econémica y el céleulos, De la mism gusto del je sropiezan por todos Ia el ambiente mas prdximo y en el mas lejano, con desarmonias que se manifiestan en la mezcla contradictoria de una forma con tenden- ‘Gas roménticas por un lado y, por el otro, en el actuar de los objet vos reales que se adectian a nuestras necesidades actuales, pero que no tienen en cuenta la forma estética tGenica, Asi nuestros ojo En los tiltimos diez aftos en Alemania se desarvoll6 un nuevo ar te industrial, del cual no puede ponerse en dudas la seriedad de in- tentos y elevado gusto, especialmente en los titimos afios, mas repo- sados y maduros. En ocasién de la exposicién mundial de Saint Louis de 1904, esta valentia de nuestra nacién fue reconocida por parte de los norteamericanos con la adquisicién de casi todos Ios productos expuestos, Este renacimiento de las artes aplicadas es uno de los signos més reconfortantes de la productividad estética de nuestra época. Es deplorable que los dos campos de interés, el det arte y el de la técnica, se queden uno al lado de la otra sin influen= ciarse mutuamente y que, a continuaci6n de este dualismo, nuestra época no adquiera aquella unidad, en su aspecto formal, que es em conjunto la condicién y el testimonio del surgimiento de un estilo; dado que nosotros entendemos por estilo, solamente Ia expresion unitaria resultante de todas las manifestaciones espirituales de wna época. El elemento decisivo es el cardcter unitario y no la original dad o la rareza Por parte de las artes tendencia a esta organicidad se manifiesta en la valoracién tanto del momento constructivo como de una calidad que influye en la forma de cada producto, Posiblemente fue justamente esta circunstancia la aplicadas, renacidas a una nueva vida, la Arte y técnica / Peter Behrens que contribuyé, por una parte, a su florecimiento en el timo decenio, El ingeniero, en cambio, a partir de sus grandes éxitos, se fue alejando cada vex mas de las tendencias artisticas. Ello es comprensi- afios, en los ble y estaba justificado, porque en los itimos cincuer «que se cumpli6 un gran desarrollo de la técnica y de las comunicacio- nes que le imponian deberes muy exigentes, su inventiva estaba total- mente absorbida en forma exclusiva, por lo cual quedaba de lado el pensar solamente en la forma estética de los objetos inventados, No obstante Ia exactitud de esta constatacién no puede dejarse de advertir que también las obras del ingeniero poseen una cierta belleza. Basta pensar en los grandes pabellones de acero, que con sus amplias luces, dan una indudable sensaciGn de grandiosidad ‘También frente a las obras erigidas por los ingenicros con objetivos puramente pricticos, sobre todo frente a las maquinas mismas, no podemos substraernos a una cierta impresin de caracter estético aque ellas suscitan con sus estructuras, frecuentemente audaces y co- herentes, aunque en estos casos no esté presente wna concepcién inspirada por caracteres artisticos y el resultado estético sea total ‘mente castal, Este fenémeno se deriva del hecho de que esas obras, par asf decirlo, poseen en si una pseudoestética, en la medida que fencarnan tna ley, que es la de la construccién mecanica, Es la ley del devenir orginico que también la naturaleza manifiesta en todas sus naturaleza no es cultura, asi tampoco la puede crear la sola realizacién hum: ‘obras, Pero como Ii 1 de objetivos exclusivamente practi- s natural que el hecho de que no obstante el reconocimiento mis sincero y ms entusiasta de las conquistas de la técnica y de las comunicaciones, se dé, sin embargo, lugar a la nostalgia por la belleza absoluta y que nos neguemos a creer que de ahora en més la satisfaccién suscitada por la exactitud cos y materiales. Yno hay nada de y la myxima funcionalidad esté destinada a tomar el lugar de los va lores que nos han exaltado y beatificado en el pasado. __ Es cierto que el ingeniero es el héroe de nuestro tiempo y tam bién nosotros, los alemanes, le debemos nuestra posicién econémé ca.en el mundo y nuestro peso en las relaciones de potencia con los otros estados. Si otras naciones nos ven de mala manera, la causa de ello és la envidia por nuestra industria, que fue creada por la inge hieria yla capacidad organizativa alemana; mientras que no tendrian ninguna dita en dejarnos nuestros grandes miscos, poets yf \Gvofos. Pero no puede atalarse Ia tesis que los resultados del trabajo ingeniero sean en sf mismos la unidad de un estilo artstico, ina cierta corriente de nuestra estética moderna ha contribu do a este error, en cuanto querria deducir la forma artistica, del va Toms Maldonado Técnica cultura: el debate alemsn ete Bismarck y Weimar lor de uso de la técnica, Esta concepcién del arte se remonta a la teo- ria de G. Semper, que define el concepto de estilo con la exigencia de que la obra sea el resultado, ante todo, del objetivo al que sirve y cen segundo lugar, de la materia, de los instrumentos y procedimien- tos utilizados en la produccién. La teoria deriva de la mitad del siglo XIX y debe ser considerada, como muchas otras teorias de aquel pe- fodo, como un dogma de la metafisica materialista (Riegl) Gertamente, cuando se piensa en los articulos para decoracién, producidos por nuestra industria de los tiltimos decenios, que fue- ron todos producidos con maquinas y téenicamente mal ejecutadas (productos de fabrica, como se decfa despectivamente), y recordan- do que el mal trabajo y el mal material estaban enmascarados por una ornamentacién Io mis rica posible, dado que la regla de aque- Ila industria era la de simular la impresi6n del trabajo manual e imic tar el material noble con materiales falsos, se entiendle entonces c6- mo la vieja concepcién de Samper haya podido ser considerada co- mo una nueva verdad. Pero, dando gracias, esos tiempos pasaron y nuestras industrias estin hoy en condiciones de producir mereade- rias t€enicamente impecables, aunque atin hoy desgraciadamente a veres sicede que el aspecto estética na esté a la altura de las oxigen= cias artisticas. Estoy convencido de que no puede obviarse esta falta, prescribiéndole al industrial, como si fuese una receta, el atenerse s6lo a la maxima funcionalidad. Por el contrario, me parece mucho mésim- portante penetrarla naturaleza del elemento especificamente artistic. Elarte surge sélo como intuicién de fuertes personalidades y es la libre realizacién de un impulso ps{quico, que no puede ser coar tado por condiciones materiales, No surge por casualidad, sino co- ‘mo una creacién segiin una voluntad intensa y a sabiendas del espi- ritu humano liberado. Es la realizacién de objetivos psiquicos, o sea taducidos en nanera mas evidente en el campo de la misica. La musicalidad, el ritmo puro, ¢ el momento esencial de la creacién artistica; 0, como lo formulara el cestudlioso vienés Riegl: “En el lugar de la concepeiém mecanicista propues ta por Semper; de la naturaleza de la obra de arte debe trashucirse una concep do de wna volume v0, que seafirma en cin teldgica, por lo cual en ta obra de arte se v abiendas au objet tad artista determinada, dirigida a la lucha con el objetivo prictico, fa materia prima es la téenica. Por lo tanto, nds aguella funciém positiva ¥ ‘a. estas tres tiltimos factors ya no les que reativa que les habia sido asignada en ta llamada teoria de Samper, sino ands bien les queda una funcién negativa, de feno w obstéculo,ellas const tuyen, por as decirl, los coefcientes de roxamientoo dificultad en el interior del producto en su conjunto Arte y técnica / Peter Behrens Por lo tanto, la técnica no es un factor creativo en el proceso de la forma artistica, sino un factor critico, aunque de gran importan- cia. Desde el co snto la nueva mane- 1a de construccién como el nuevo material, el acero, son factores in portantes aun respecto de lo artistico; como tales deben ser también plcnamente apreciados, pero no es posible recabar s6lo de ellos una nueva belleza. Como existen leyes fisicas, asf también existen leyes como una tradicién enzo hemos reconocido que, artisticas y esta leyes, que se conservan vige no interrumpida desde el inicio de la cultura humana y que llegaron ‘ser patrimonio de Goethe y Lessing, no pueden yno deben perder- se, Estin presentes y conservan todos sus derechos acompafiando a las exigencias de la técnica. La legalidad artistica no debe encarnarse necesariamente en los materiales de construccién tradicionales, tales como la piedra y la ‘madera, sino que puede también hacer valer sus derechos sobre los nuevos materiales modernos. Si nos parece absurdo y equivocado, por un lado, transformar audaces construcciones de acero (como centre otras lo son muchos de los puentes ferroviarios alemanes) en. castillos roménticos met no es menos equivocado, por otro, negarse a reconocer la necesidad, de una subordinacién de la construccién a la legalidad artistica, que hhace valer sus derechos, sobre todo en la exigencia de proporcién, Giertamente son valores importantes y significativos los que nos aporté la técnica modema, y dado que ellos representas las mis altas, conquistas de nuestra época, tampoco el ingeniero debe ser apartado de su camino, que recorrié triunfalmente, y el método de investiga: in no debe tocarse, pero debemos hacer una diferencia entre la ac- tividad de invencién tedrica asada en el pensamiento orientado con sentido matemitico y la produccién préctica que, en la aplicacién, tie- ne el deber de convert el saber abstracto recibido, mediante la crea- i6n plistica, en lo ttl multiforme de la nacién, Aparece como impor- tante en la disciplina técnica distinguir entre dos formas de actividad Yentonces estaremos dispuestos a conceder que, donde no se trate de jante el agregado de estructuras en piedra, sbles se emplearan apudlas formas que favorecen una impresion es tice, Yaen el hecho de que para un solo y mismo objetivo existan lidad de clei, esta implica a indicaton de elegirsegun emterion — Tomés Maldonado Técnicay cultura: el debate alemin entre Bismarck y Weimar ca aun impulso de belleza innato en la humanidad. Se trata sobre todo de reconocer la existencia de esta posibilidad dentro del obrar téenico y, en el caso del ingeniero, supuesta en él la buena vountad, de apreciar la belleza, se trata nuevamente de reconocer la verdade- ra forma de la belleza y de traducirla en hechos, segtin las leyes esté- La exigencia de tener en cuenta a la belleza, dentro de los limi- tes de lo posible, puede parecer obvia y es cierto que la forma bella debe ser también el resultado del trabajo del ingeniero, a la cual de- be llegarse con el menor agregado posible de partes ornamentales, pero la creacién de formas estéticas, se trate de formas simples 0 dis- puestas en un orden complejo, no es una actividad que pueda resul- tar solamente con un poco de buena voluntad y buen gusto, sino que es, también en el campo de la técnica, una parte de la suprema ma- nifestacidn de la vida humana: el arte. Si cl amateurismo en cada campo es contrario a toda voluntad y capacidad seria, su influencia es tanto més perniciosa en el campo del arte, cuando se cifie a la tuna cuestién de fuerza que da su impronta a nuestra época. Se maxima importancia, decisiva para la historia de la cultura humana, sise alcanzara a obtener que las grandes conquistas técnicas de nues tos dias se volviesen la expreston directa de un arte elevadlo y tmadue ro, en otras palabras, si las manifestaciones naturales de nuestra vida dicran lugar, en su organicidad, a un estilo. Frecuientemente se ha escuchado decir que nos estariamos di un estilo del acero. Como ya se indicé al principio, ni iin estilo surge solamente de la construccién o del material. No hay y nunca hubo un estilo macerialista, La unidad de conjunto de una Gpoca surge de un conjunto de condiciones mucho més amplias que el que puede ser constituido por estos dos factores solamente. La té nica no puede ser concebida por mucho tiempo, como un fin en sf misma, sino que asume valor e importancia justamente cuando es Te conocida como medio primario de una cultura. Pero una cultura se ‘manifiesta solamente con el lenguaje del arte. Grandes esperanzas de alcanzar la conquista de un estilo fueron. nuevamente vinculadas, por parte de los amigos del arte, con los de= sarrollos caprichosos e individualistas de las artes aplicadas, que W vieron lugar desde fines del los afios 1890 en Alemania, y si bien nO ggiendo hac puede menos que reconocerse el talento que subyacfa en esta hifestaciones artisticas extremadamente desiguales, hay que decir al respecto que no puede haber un estilo individualista. No es el gusto individual o la inclinacién personal Ia que crea la unidad compren= siva de las formas que subsisten en la historia como elementos carae- ‘Arte y técnica! Peter Behrens teristicos, en cada época sucesiva, sino que ellas surgen det junto de condiciones de nuestra época, de la cual forman parte, como factores de primer plano, las ciencias técnicas. Nuestro deber mas acu- nica avanzada una ciante es, por lo tanto, el de hacerle adquirir ala ‘ualidad artistica, para realizar asi, al mismo tiempo, a través de la tée- nica, a aspiraci6n artistica de las grandes obras. He watado de demostrar que el arte y la técnica son, por su na- turaleza, dos manifestaciones espirituales muy diversas, y que es un sofisma estético considerar que el momento de la belleza pueda sur- gir de, solamente, los principios técnicos, 0 sea de la corresponden Gia mas estrecha y rigurosa con el objetivo, y ahora he formulado la exigencia de fundir el arte yla técnica en un solo resultado. No creo que haya una contradiccién en esto. Me parece necesario separar bien, una de la otra, las dos actividades, pero hacerlas contluir al mis- ‘mo tiempo hacia un fin comtin, aquel que he designado al comien- zo como cultura, y que ha encontrado hasta ahora en Ia historia su expresin materialmente perceptible en el estilo, Desde la historia podemos ver cémo la colaboracién entre tna gran pericia técnica y tun arte profundamente sentido ha madurado el estilo de una época. Basta con que pensemos en las pirdmides egipcias, que la posterior antigiedad giiega y romana computaba entre las maravillas del ‘mundo; ellas demuestran que el pueblo egipcio debe haber poset cen su tiempo, notables conocimientos en el campo de la meeanica prictica, s6lo ast se explica c6mo se hizo posible erigir construccio- nes de esa factura, que requerian el izamiento y desplazamiento de cargas muy importantes con el empleo de fuerzas modestas. acciones arquitecténicas de los romanos nos proven tuna prueba andloga, Los romanos crearon la forma arquitecténica del que fue de gran importancia para toda la historia sucesiva. Basados en este nuevo principio constructivo, ellos revelaron sus espléndidas cualidades de arquitectos. De la misma manera admiramos en el gé tico, la belleza gil y audaz. de las formas arquitect6nicas y la audacia sda, una conquista de los procedimientos constructives. Finalmente el mejor ejemplc nos esti dado por el Renacimiento; la época muestra de la manera ‘més clara el florecimiento simultineo de la pericia técnica y de un Es también verdad que todas las construcciones de épocas ante Flores proven fan de una sola mano, que los arquitectos concebfan y ndo la bella expresié ‘tructiva, Asi Leonardo, el artista, construia fortalezas y miquinas de y la grandiosa idea cons- Buerra, Pero nosotros vivimos en una época distinta. Ni el artista ni 107 ‘Tomés Maldonado Téeniay cultura: el debate alemsn entre Bismarck y Weimar clingeniero pueden ya reunir en simismos, diversas profesiones espe- cificas. Asi como en épocas pasadas la enciclopedia del saber era de alguna manera un dominio posible de abarcar, hoy la fuerza de nues- tra capacidad de realizaci6n reside justamente en la especializaci6n. La ingenieria es una dificil profesién cientifica que, dadas las ac- tuales condiciones, requiere una total dedicacidn, pero también la ‘creacién artistica, ¢s en si una profesién que ocupa enteramente el pensamiento y la capacidad de sentir de una persona, y que como ca- da profesién, exige un prolongado estudio y un interés permanente ¢ indiviso, Pero del ingeniero que toma seriamente su trabajo como ningin otro, podemos esperar, mas que de cualquier otro, una ple- nna aceptacin de las ideas nuevas y creativas y de fines ms elevados. stamos todos de acuerdo en el hecho de que las obras de ingenie- ria del futuro, asf como los productos de la gran industria, junto asu clevada utilidad prictica, deben acercarse en todo lo posible a la per- feccién formal. Todos tenemos la impresi6n de ser victimas de una injusticia cuando en una zona renombrada por su belleza surge, de improviso, una construccién erigida en forma tal que resultarfa ofensiva también en una ciudad industrial o en un suburbio obrero,, por lo que estamos convencidos de que este tipo de edificios debe- ria tambien ser cuidado desde el punto de vista artistico, aunque no se trate en este caso de una elaboracién rica y preciosa, sino solar ‘mente de una forma simple, segiin las reglas del arte, Pero entonces se propone la cuestién de quién debe preparar los planos de estos cedificios. No es verosimil que esté por desarrollarse una profesi6n es- pecial, que podria definirse con Ia expresi6n Ingeniero-Arquitectos ‘creo mas bien que en el futuro se tornar necesaria una estrecha cO- laboracién, codo a codo, del artista y del ingeniero, En esta colabora ci6n ni el arquitecto ni el ingeniero deberan estar subordinados el uno al otto. Si hoy nos contraria ver que en una serie de calles arquitect6nic camente bien ordenadas, una construccién, en toda la desnuder. de su cexistencia funcional, rompe el ritmo de las iineas y del material, es tame bién un error el que un arquitecto, en una obra de ingenieria, oculte con sus materiales todas las estructuras sabiamente calculadas, igno- re el objetivo y la organizacién interna del edificio y le agregue algo totalmente extraiio. Justamente la organizacién interna de un edifi- Gio destinado a un objetivo industrial debe quedar conservado clara ‘mente, pues justamente eso debe convertirse en la causa de una nue va belleza, caracteristica del espiritu de nuestro tiempo. Todo lo grandioso que ha sido creado en la vida, no fue el resultado de wn trabajo profesional concienzudo sino que se debe a la enengia de personalidades grandes y fuertes. Me resulta indiferente la idea de -—_ Ate y tence / Peter Behrens” que obras importantes y actualessurjan de la creacién de un arqué- tecto previsor y dotado de capacidad técnica; o de un ingeniero ca- paz de sentir rtmicamente y con dotes atistcas; 0 bien que sea un Percero, un organizador con perspectivas amplias, el que dé la idea fundamental y que atraiga hacia él y a su obra al arquitecto y al inge- nero, Lo esencial es que el carécter de la forma adecuada alas exigen- as del tiempo sea comprendido y realizado y que pongan manos ala ‘bra ingenieros yarquitectos que posean la capacidad creativa necesa- ay una intuicién estlistica segura Sien las paginas anteriores se habl6 preferentemente de edit ios, ello explica la importancia de este sector de la ciencia de las Construcciones para nuestra época, que exige grandes y extensos complejos de instalaciones industrales. Las grandes construcciones dde earacter funcional, que sirven a los objetivos del comercio y en las cuales la obra del ingeniero es necesaria, aparecen hoy en dia en tan gran mimero y en puntos tan expuestos que comienzan a dominar el paisaje ciudadano, Cuando se tata el tema “arte y técnica”, no se puede entonces menos que mencionarlo en particular To que nos ofende en tos edificios existentes de este tipo es la impresin de que la arquitectura, en el material y en ta tal, Ia sidu tata om algo acceavriv, Dats la inpresion dc haber sido construidos inicamente teniendo en cuenta su objetivo prictico yque, un arquitecto de tercer o cuarto orden los haya provisto de una fachada en el estilo de un perfodo cualquiera, sin tener para nada en cuenta su estructura interna, Y en Tos casos en los cuales una obra de Ingenieria de este tipo se ve privada de estos agregados arquitecténi- cos de segunda mano, se destaca extrafiamente de los edificios vec: nos por su falta de volumen y corporeidad, Un buen ejemplo de la Tour Eifel parisina, an admirada en su tiempo. Hoy es imposible sen tila como un monumento bello, si se la confronta con las sublimes ghras de anigiedad. No puede ners ovaimpresin qu aque una armaddura desnuc © propésito todavia vale la pe- 2a observar que, justamente la Tour Biff, como me fue dicho por al Buien competente, por razones estéticas presenta mas material de Gato hubiera sido necesatio para su sola constmuccdn, El éxito de éstatica es sin duda el de poder emplear la minima cantidad del taterial que sea necesario para una construccién yla belleza del ace- *, como material, consiste en parte en la solidezsin el efecto de ma oo 20" af dei, tne el fete de denarii Aora structura for ste cardeter debe poder manifestarse cuando se emplea el acero, pero ello no debe ir en detrimento de la idea de la 109. arquitectura, que es aquella de un euerpo que ocupa un espacio, La arquitectura es construccién de solidos y su deber no es el de desct brir, sino que su naturaleza original es la de incluir al espacio; por lo cual cuando se dice que la belleza de la construccién pura en acero esté en la linea, yo repito que la lin arquit tectura consiste en el yolumen. F1 objetivo prictico de los grandes edificios industriales, como nuestra necesidad diaria de aire y luz, rex quiere grandes aberturas; pero ello no significa que por esto toda la arquitestura deba dar la impresién de un armadura sutil de hilos metilicos o de un entramado wansparente, El acero, como el vidtio, no poseen naturalmente, en su apatiencia exterior, el cardcter volue minoso de las piedras apiladas; pero con una distribucién juiciosa de los recuadros de luz y sombra sobre la fachada, uniendo en un solo plano grandes superficies de vidrio con montantes de acero y, por oura parte, haciendo surgir con fuerza las conexiones horizontales, ¢s posible dotar al edificio de una forma corpérea y dar asi expre- sin, también desde el punto de vista estético, al sentido de estabili- dad, el cual, sin este ordenamiento y no obstante la solidez demos- ada con los célculos queda, oculto por el acero, el ojo ligado a la apariencia inmediata, Las construcciones del ings ado de un pensamiento orientado en send pondri en duda su solider desde el punto de vista del cileulo, pero es otra cosa que para el ojo se vuelva visible su expresidn dindmica, y por lo tanto se satisfaga una exigencia estética, como aquella que es satisfecha plenamente, por ejemplo, en el templo dérico. Es ver= dad que ya nos hemos acostumbrado a muchas formas constructivas modernas, pero yo no creo que la estabilidad calculada en términos matematicos tenga nunca un efecto inmediato sobre el ojo humane, En caso contrario deberfamos hablar de un arte sobre base intelec- tual, lo ctial seria una contradiccién de los términos. Ademas es de gran importancia el principio riumico, que sie poseyé la arquitectura en toda su historia, Es una concepci6n rite -a es inconsistente ¥ que | niero son el resul- lo matematico, Nadie mica aquella por la cual decimos que nuestro tiempo corre mas ve- lozmente que el de nuestros padres. Se ha aduefiado de nosotros tuna urgencia que no nos deja el tiempo para perdernos en los las calles de una me~ ticle detalles. Cuando recorremos a toda velocidad tr6poli a bordo de un automévil, ya no podemos captar las p laridades de los edificios; asi como desde un tren en carrera Ia imax gen de las ciudades que atravesamos al ritmo veloz del pasaje, no puede actuar sobre nosotros mas que con sus perfiles de conjunto. Los simples edificios no hablan mas cada uno por si mismo. A este modo de considerar el mundo circunstante, que ya se volvi6 en no 110 solzos tuna costumbre permanente, corresponde solamente una ar Gquitectura que presente superticies lo mas inméviles y compactas po- sible, qute por el hecho de ser completamente lisas, no ofrecen obs- taculos. Es necesario destacar algo particularmente, esta parte debe ser colocada en el punto de Ilegada desde nuestra direccién de mo- vimiento. Una distribucién para grandes superficies, una contrapo- sicién facil de apreciar de elementos sobresalientes y de superficies muy amplias 0 el alincamiento regular de detalles necesarios que los haga legar nuevamente a una comiin unidad, son las soluciones que se imponen. ‘Sustancialmente, los mismos criterios que fueron recordados re- Gentemente para las construcciones, son también validos para los ‘objetos menores producidos por la industria o que estin en estrecha relacién con ella, Va de suyo, que quienes requerirén una influencia de carfcter artistico serin sobre todo los objetos que tendran un blico, y justamente és ontacto directo con una gran eantidad de tonson los que produce [a industria. Como ejemplo pico de ete g& de formas la fuera natural dela clectricidad ha hecho wu benélico jode todo tipo que estin al servicio de exa fuerza, También, todos ex mente por una forma artistica tomada en préstamo dl en condiciones de acoger se producen en forma mecénica, no deberfa watarse de establecer lun contacto superficial entre el arte y la industria, sino la unién de anzara evitando todo tipo de imitacio- ales como de los estilos antiguos y, la solucién opuesta, la ejecucisn escrupulosa del modo de produccién mecanico sera adoptada sistemticamente y encontrar su expresién ambas. Tal uni6n intima se a nes, ya sea de las formas arte artistca, para poner asi de relieve, bajo todos los aspectos, Io que es auténtico, empleando y desarrollando sobre todo aquellas formas ar tisticas que surgen casi de forma espontanea de la maquina y de la Produccién masiva y, por lo tanto, le son adecuadas. Se rata justa mente de realizar, para cada uno de los productos, tipos 0 modelos m Tomés Maldonado Técnica y cultura: el debate alemsn entre Bismarck y Weimar que estén construidos con simplicidad y elegancia, con respeto por el material y sin pretender representar algo absolutamente nuevo desde el punto de vista formal, pero en el cual, por asi decitlo, se ree suma el buen gusto existente en la época, En la fabricacién de apa ratos simples que desempefian una funcién subordinada, sea por su importancia intrinseca o por el lugar que ocupan, como por ejemplo los elementos que forman parte de una instalacién eléctrica, debe evi ‘arse cualquier tipo de omamento indiscreto. El intento puede ser el de configurarlos de tal manera que su presencia no sea inoportuna u ofensiva. Peto los objetos que se instalan en locales-habitacién, en nuestra cercania, pueden ser susceptibles de wn trabajo més rico, ex pecialmente cuando se utiliza un material de mayor valor y es ested timo el que justifica un sobrio empleo de elementos decorativos. Ello no quita que una decoracién muy rica se deba evitar siempre en. la elaboraci6n con maquinas, dado que resulta contrastante con el buen gusto encontrar repetida innumerables veces las mismas for mas pretenciosas, El contraste entre la riqueza de las formas y la fac cilidad de su produccién mecanica no podria dejar de resultar muy desagradable. Por lo tanto, la ornamentacién deberia tener siempre algo de impersonal; y aquello que se acerca més a esta exigencia es €l simple ornato geometrico, formal, que podsiafvorecer la Negada de silo de maestro Lemp Por ejemplo, a arafa electric sigue asemejindove al vj candele ata direccin dons ata de ilu des velo, por lo cual ll la deberfa evar colocaa hacia abajo, La venaa arta de la Sita spores pesados yque puede ser distluidalibremente en coak Aer punto del espacio. En verde aopar, para ete nuevo po de este duimo una sugrencia dsnta No hay das de que el cane nosotros, no obstante que nuestros 6 ca el a sean muy exigentes y viciados, También la aumésfera que cre bol de Navidad para grandes y pequefios tiene la misma causa. Ella reside en el hecho de que la fuente luminosa no esta concentrada en uno poces puntos principales, sino en pequefias intensidades de - ‘Arte y técnica / Peter Behrens Juz que estin diseminadas cn gran niimero y sobre una gran super ficie, 0 sea que Ia luz es altamente difusa. Es justamente el efecto conttario al de una lampara de arco (reflector) puesto en un local Este principio deberia ejercer una influencia mucho mas grande en Ia iluminaci6n de los interiores y estaria mucho més de acuerdo con Ja naturaleza de la luz eléctrica si se evitasen las arafias centralizadas yen su lugar, la luz estuviese repartida por el cielorraso 0, como ya frecuentemente se ha hecho, estuviesen escondidas en gargantas co- Jocadas en lo alto y reflejando la luz en el cielorraso blanco. Hice un experimento con lémparas miniatura, las conocidas lamparitas de vie drio con una intensidad de dos velas’, colocandolas a una distancia de diez centimetros entre ellas, como un elemento intermedio en, un cordén protegido por una funda de gom dén luminoso a modo de guirnalda en una araiia, ampliamente ramic ficada bajo el cielorraso, dotada de gran cant do obtener asi el efecto luminoso de difusién de una arafia en coro: na. Siesta araita, considerada como una primera tentativa del género, con resultados bastante rudimentarios, posiblemente por haber re- recogiendo este cor- id de caireles buscan rnunciado en exceso a la utlizacion de partes metalicas, creo que ten: gas en el mismo sentido, con mayor mimero de lamps de intensid: nes adecuadas al principio de Ia iluminacidn eléctrica ya las exige cias estilisticas que estan implicitas en ella La industria tiene 1a posibilidad de cre: id luminica menor, podrian conducir a solucio- cultura realizando la n masiva de objetos de uunién del arte y la técnica. Con la producci uso, que estén de acuerdo con un orden estético refinado, no sélo se prestaria un servicio a las personas dotadas de sensibilidad artis {, sino que el decoro y el buen gusto se propagarfan en los mas vas- tos estratos de la poblaciGn. El valor de la produccién espiritual po- dria volverse accesible a grandes circulos poblacionales, como lo es elarte de la impresién, y en poco tiempo se crearian valores de im: Portancia nacional y econémica. La elevacién general del gusto es también en definitiva una cuestién econdmica. Debe tenerse ex Cuenta el hecho de que c! trabajo intelectual se traduce en valores, materiales y, precisamente el trabajo que no puede ser desempena do por cualquiera, sino aquel de calidad superior, el diferenciado o caracterizado, No puede ser indiferente a un pais, el hecho de que se limite a rear mucho trabajo que también puede ser hecho por otros paises © que logre la creacién de un trabajo que constituya una obra carac terizada y que no sea susceptible de imitaci6n, por ser el producto 1 Canes como und de intensia luminosa (Wo ET Toms Maldonado Técnica y cultura: el debate alemsn entre Bismarck y Weimap de una cultura auténoma, En iiltima instancia, una civlizacién del {gusto que comprenda a toda una poblacidn es una prueba del valer de ese pueblo. El ejemplo de los franceses, que pudieron aventajar durante siglos y hasta nuestros dias, su hegemonia en el campo del gusto es prueba suficiente, Justamente para Alemania, que alcanz6 la potencia politica, le es importance adquirir también una posicién de fuerza en el campo artistico. Justamente para Alemania es impor tante elevar sus valores materiales con un trabajo espiritualmente ferenciado, En Alemania la industria esta en primer plano respecto de Ia agricultura, Alemania, por sus condiciones geogrificas, necesi- ta del mercado mundial y por ello deberia esforzarse en desarrollar una funcién de primer plano en e! mercado internacional, no s6lo por lo que se refiere a las realizaciones puramente técnicas, sino tam- bign por la calidad estética de sus productos, Ahora bien, si debemos admitir que el arte y la técnica son por su naturaleza algo distinto, no es menos justificada la opini6n de que cllas estén estrechamente emparentadas, El arte no debe ser ya mas concebido como tna diversién privada, del cual hacemos el uso que nos agrada, No queremos una estética que busque las reglas por sf misma en un clima de fantasia romantica, sino que esté sometida a las leyes de la vida activa, Ni tampoco queremos una tecnica que re- corra su camino por cuenta propia, sino que sea abierta y sensible a la voluntad artisica de la época, El arte y la técnica alemana trabajar rrin asi con una misma meta, la potencia de la nacidn alemana, que se manifiesta en el hecho de que una rica vida material se encuentra cennoblecida por una forma espiritualmente refinada Arte e industria Henry van de Velde Kunst und Industrie, en Essays, Inselvelag; Leipeig 1910; ahora en Zwis- chen Kunst und Industrie, por G.B won Hartmann y Wend Fischer, Die Neue Sammlung, Munich 1975, pp. 56:59, Henry Clemens van de Velde nace en Amberes el 3 de abril de 1863. Estu: dia primero en su ciudad en la‘academia Julian, luego en Paris en el estudio del pintor Cantus Duran y 1889 se hace miembro del circu de pintones Les XX, que agrupa alos princi- pales impresionistas blgas. A partir de 1890 se consagra a la carrera de artista, itectura, Empieza a ir con mucha frecuencia a Alemania, después de haber diseia ddo mueblesy annglos para la galeria de arte Samuel Bing en Paris alrededor de 1896. Entre 1898 y 1902 construye casas, la decoracién de los interiones del uments on Amber cea de Ch. Vewlat Fn ‘apuntando sobre todo a la renovacié det are decoativoy la an ‘museo Folkwang en Essen, 9 se instala en Alemania de manera estable. Mien tras tanto, su fama habia crcido también por su ensefanza en Alemania, por las exposiciones de sus mucbes, i ? in de Deon 1897), Br 1902 rg alKunsigenerbliches stl Aeadenia de Balas At Seu tins atti del ran dup de Weimar Culrma Bet, quel ane a concn dtodd Worn en Colonia (1919), de Nisicie,nobrindlo profs dla Escuela de rte Doo. Sota 1924 para via Hoanda hate 19255 wre Ble ons pf la Uhivasidad de Caney dict del seu te Conte hata 1058 Pn teperod conte a bite dela Unie de Cae 1996) eco Kl Miler (193719549 es cone de Minis te ts Pa de 1935 yd Cont par la Dsmincin dela soap. in mere a Suen 1947, muenen Zarih(Obrige}on 1957 Bondo sanal (provoct estupor la exp teen dlo, con Horta, el iniciador del Art Nouveats, y uno de los promotores del Mo- vimiento Moderno, No adhiris expresamente a Horta y a sus contempordneas, sintiendo la precariedad de sus movimientos y su incapacidad para incidir en la ceacién de un nuevo gusto y un nuevo estilo Unir el arte y la industria no significa nada mas ni nada menos {que fundir el ideal y la realidad. Yen este caso particular significa unir tun ideal a hechos muy notables, a tendencias que no retroceden ante nada y quie ciertamente no dudan cuando se trata de destruir un ideal a.a la naturaleza de la industria orientarse hacia la Bs, a su vez, extra belleza tanto como tener en cuenta las exigencias de una moral que se funda en la perfecta ejecucidn de los productos. El afin de ganar que dio vida ala industria marca indudablemente el origen de su natu- raleray sus medios. Tanto tuna como las demas no tienen escripulos. Belleza y moral: nuestras exigencias parecfan fijarse en dos nue vos polos para la industria, Hasta ahora ésta habia girado alrededor de dos ejes, el bajo costo y la mala calidad, dos ejes que no incluian regio nes desconocidas ni peligros ni terrores. Los artistas no podian pensar en inculcar directamente a la indus- sia la aspiraciGn a la belleza y una nueva moral. Pero nosotros hemos actuado indirectamente y aqui quisiera recalcar expresamente que NO intento absohitamente retomar las hostilidades que han caracterizado por tanto tiempo, en el pasado, las relaciones entre artistas e industria elaciones, que desde am les, Pero serviremos mal a la causa de e bas partes desean cultivar, si dejaramos de constatar el hecho de que nosotros hemos Ichado encarnizadamente para conquistar al publi co, para influenciar en sus gustos y para elevar el nivel de sus exigen- cias con respecto a la ejecucién ya los materiales de los productos que Ja industria le offecfa. La victoria fue para los artistas Hasta ahora la industria habia confiado sobre el gusto de un ptk aiios toda conciencia critica y que aci6n, El indus blico que habia perdido desde hacia se habia quedado completamente privado de or trial tenia bajo presién los gustos del puiblico y los sometia a sus ex _gencias. Ademas de los centros de informacion que, en Paris yen otros es explicaban, funcionando como guias ¢ informaban a los ine le los co” I dustriales de todo el mundo sobre la eleccidn de los motivos, fan de determinar la moda del max lores y de los materiales que {ana y el gusto del puiblico, aclems de estas centrales de informac se contaba con las noticias de los viajantes de la industria para proveer las garantias mis valederas, 'Y asi desde distintas generaciones el gusto del encomendado viae jero se transformé en el gusto del puiblico. Fl gusto de los encargados ne Ren Say Sa ee de la industria junto al del diseiador técnico, que participaba en las cconsultas cle consecuencias decisivas- que tenjan tego en la oficina daldirecor Ta imcroenin imprest del aria puso en peigro la eg del xeio deb cone cxztenty se opts ab dre que ha Bess wth alin nrmscincs Que ales geal y pcre at al carga pcogery prover: ba freparado wa er ST regimen ala larga rraconaldad del oxtlaionerys on calor Sad, una tne en aeolian del gus pbc, ela grintley a producrsn de nuevo modelo, de ence sac po. ae frespondierna nideadeun exo de micro emo Se aan de Mientras pueda penstse qe a industria se pots haber ade de aq en adele, a aquellos que eto habian suger, a nee Sad den acercanieno entre arta indsiates de ast sph idea de un nuevo estilo. Si k iS eat “er antizar su durabilidad, y del cu cra ficil pronosticar la int teriales, En das, y debio ser un que arreglar cuentas con carts fla sia volver os encagadosy alos entos de informacin el ‘SU actividad de antes. ‘ ’ aden’ Mtlaremos en reconocer que el artista que se haya especial Zadlo en una sola rama del arte industrial dard al productor mayor ga ia que aquel que, desde su espont ‘Tero as, se haya familarizado un poco con todos 0s artistas dan por sentado que el gusto del puiblico esta suficien- femente educado y desarrollado en todas las reas, es por ello que se ea voluntad y porque Io ha Ww lamentan al no hallar satisfaccién en las ramas del arte industrial en Ta Y Ia industria tie ne que ser autocritica si el puiblico, en este caso, contintia voledndose ala industria extranjera para satisfacer sus necesidades. .Cual es la circunstancia a la que la industria inglesa, que sofocs idad y que contintia por ahora la cabeza a pesar de todos los esfterzos del arte industrial al arte industrial del continente con su superi alemdn, que es el que con mayor énfasis y con la mxima coherencia y superioridad trata de qui por Ia cual la industria inglesa es superior, si no justamente por la ex arle la primacia?, zcual ¢s la circunstancia twecha colaboracién entre artistas ¢ industriales? Atribuyendo la calificacin de belleza a todos los productos que son realizados perfectamente con el mejor y el ms apto material, nos declaramos cémplices de una concepeidn del arte y de la belleza que son populares en muchos paises, donde cada uno ¢s artista @ 10s ojos del pueblo si desenvuelve impecablemente su menester, Este sent ‘aso, me patece justo, considera como. miento popular que, en este obra de arte cada trabajo bien realizado, ¥ dara, por lo tanto, titulo de 1 un fabricante de sillas co artista a un peluquero como a un alfare mo a un fabricante de carrozas 0 a un pintor. Asf nos acercamos a la definicién aun mas amplia de Ruskin, que extendia la calidad artistic ca.a todo aquello que fuese creado con placer No aconsejaria siquiera al mis inchulgente de entre nosotros a buscar en la industria actual varios productos que puedan decirse be- los en el sentido popular y en aquél de Ruskin, Sin embargo, la industria lela decoracion tiene en mi mente recuperar st Ps justficar la mala calidad de los productos que fabrican, nos recuerdan jo a la que va unida, Sé que los industriales, para ‘continuamente aquellas manufacturas de los principados o estatales Je dinero, También que ier tas mantfacturas reales o estatales permanezcan retrasadas ante Ia ga- > tanto, de un error de organizacién, al que no es necesario dedicarle demasiado tiempo. Esto reside en el personal, extraido de Ia casta burocratica, & Ja que esa fbrica habia sido entregada, con decision miope, por el principado o el estado Dondequiera el artista intervenga, promueve activamente la prO- duccién, La fundacién del Museo alemn de arte comercial e indus trial de Hagen, en Westfalia, promete darnos un cuadro completo de Ja capacidad y de los resultados de esta intervencién. Es ésta una crea 1 sefior Karl Ernst Ost= 18 haus en el campo de la elevaci6n del gusto y de la sensibilidad artist ‘ca) debe ser atribuida, en Alemania yen particular en Westfalia, como ‘Su mayor logro, y que promete ser, al mismo tiempo, el primer resul- nd alemdn desde la época de su fundacién tado positivo del Werk Este museo estable y con muestras itinerantes que pretende consigue. Si este museo dispondra de los medios n ‘medios para reunir todo aquello que la industria produce con Ia cola- boracidn de los artistas, se transformard en un campo de batalla den- tro del cual cada industria deberd competir con las industrias de misma rama bajo la vigilancia permanente de una comisién 0 de un tribunal y tendré que tatar de probar delante del puiblico el valor de su produccién cei en esta coleccién sélo aquellos productos, ¢ inscribird en el libro de oro de la industria slo aquellos nombres que Lacomision a aseguren el respeto de ambas condiciones. El producto tiene que se de raza pura tanto por parte de la madre como del padre, asf debe se para las criaturas vivientes, que tienen que estar en posicién de poder prohar su descendencia con un arhol genealigico, se trate de raza hu Este museo de Hagen, si ha de tener algxin sentido, debiera esta blecer la clasificacién de los productos. No seria un hombre moderno sino tratara de adecuar la produc ‘eran confeecionados por sim les artesanos, a la nueva forma de pre duccién mecénica e industrial defen: Pero si la industria quiere que nosotros continuem diendo su estilo de gestisn, las maquinas yla fabricacién mecénica, nos tiene que darla seguridad de que no sacrificaré la idea del trabajo bien hecho, ni la de Ia buena calidad del material y, por lo tanto la moral del objeto, a una transformacién que, al fin yal cabo, culminaria tan umento de la ganancia para los industrales. Hemos asegu: do desde el principio a quien nos quisiese escuchar que nos habriamos adapt lo ala industria ya la produccién mecinica, pero estarfamos lo 06 si nos dejaramos vencer por nuestra bondad y por el miedo de ser ssumir una parte de responsabilidad en la pr jetos que han sido pr acidos in ningtin escripulo por la perfeccidn, sin Fespeto para con el material utiizado y sin ningxin placer en el trabaje 19 Tomés Maldonado Técnica cultura: el debate aloman entre Bismarck y Weimar inayor medida la cultura de la humanidad de cuanto han hecho, ceptos sobre un problema que pue’ rade la humanidad. ih Técnica y cultura Werner Sombart Extraido de Tienik und Kultus, en Archiv fir Socialwissenschaft und Sorialpolitik, 1911, pp. 305-347 Premisa El tema a desarrollar en este ensayo ha sido ya objeto de un in- forme en el primer congreso de sociologia, organizado por la Socie dad alemana de sociologia en octubre de 1910 en Frankfurt sobre el Meno. F1 informe ha sido taquigrafiado, y el texto aparecid, sin alteracién, en el informe general que se publicé sobre las activi dades del congreso. Debido a que en este informe se daba también la noticia de las discusiones que habian seguido a los diversos infor distibucién se en esa sede. Pero el curso de la discusién que prosiguis a mi infor conversaciones que tuve después de mi aporte, con algunos de los participantes del congreso, me han demostrado claramente que mi informe no habfa sid resin de que mis intenciones y mis visiones eran mal interpretadas. a formulacién del tema como tampoco una sola siblemente distinta sobre éste habria sido posible bien recibido. Justamente tuve la im: Aquello que tenia como de fundamental importancia y, donde a mi Parecer, se encontraba la verdadera contribucién de mis analisis al Progreso de la ciencia social, pas6 inadvertida al menos a aquellos de quienes he escuchado juuicios y obse raciones, Los oradores que hhan tomadk tomado parte de la discusién han hablado, en sustancia, acerca de cémo se habria podido tratar la cuestién antes de mi conferen &: 0 sea desde los puntos de vista hasta ahora sabidos y segiin el €squema habitual con que se examina desde hace treinta aos la ‘concepcidn materialista de la historia” (justamente lo que yo me Proponia era ir un paso adelante). Las observaciones de Max We

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