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DEPENDENCIA Y DESARROLLO EN AMERICA LATINA F.H. CARDOSO Y ENZO FALETTO siglo. veintiuno editores 30a. edicién DEPENDENCIA Y DESARROLLO EN AMERICA LATINA ensayo de interpretacion soctologica por FERNANDO HENRIQUE CARDOSO - ENZO FALETTO INDICE PREFACIO I INTRODUCEIGN It ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO Nr t. El anilisis tipolégico: sociedades tradicionales ¥ modernas, 11 - La concepcién del cambio social, 14 . Estructura y proceso: determinaciones recipro- cas, 17 ~ Subdesarro)lo, periferia y dependencia, 22 » El “subdesarrollo nacional, 28 » Los tipos de vinculacién de las economias na- cionales al mercado, 34 7. Perspectivas para un andlisis integrado del ces- arrolle, 37 wen nop LAS SITUAGIONES FUNDAMENTALES EN EL PE- Riopo bz “EXPANSION HACIA AFUPRA” 1. Gontrol nacional del sistema: productive, 42 2. Las economias de enclave, 48 DESARROLLO Y CAMBIO SOCIAL EN EL MOMENTO DE TRANSICION 1. El momento de transicién en Jas saciedades con produccién nacionalmente controlada, 57 2. Las economias de enclave en el momenta de tran- sicién, 82 NACIONALISMO ¥ POPULISMO: FUERZAS SOCIA- LES Y POLITICA DESARROLLISTA EN LA FASE DE GONSGLIDACION DEL MERCADO INTERNO {va} ti 39 102 VIII INDICE 1. Populismo y economia de libre empresa, 109 . Papulisma y desarrollo nacional, 116 . El Estado desarrollista, 123 VI LA INTERNAGIONALIZACION DEL MERGADO: FI. NUEVO GARACTER DE LA DEPENDENGIA 130 1. Los limites estructurales del proceso de indus- trializaci6n “nacional”, 131 2. La apertura de tos mercades internos al control externo, 140 3. Dependencia y desatrollo, 144 CONCLUSIONES 161 PREFACIO Este ensayo fue escrito en Santiago de Chile entre 1966 y 1967, época en que los autores trabajaban en estrecha relacién con economistas y planificadores, en un institu- to interrtacional de ensefianza, investigacién y asesoria en planificacién. En esa época, su propésito era estable- cer un di4logo con los economistas y planificadores para destacar la naturaleza social y politica de los problemas de desarrollo en América Latina. Ninguna discordia de importancia hubo en cuanto a los aspectos sociales y _ politicos del desarrollo econémico. Las dificultades apa- recieron cuando se intent6 mostrar, de manera més di- recta y especifica, cémo se da esta relaci6n y qué implicaciones surgen del tipo de combinacién que se establece entre economia, sociedad y politica en mo- mentos histéricos y situaciones estructurales distintos. Exactamente en tal direccién se orienté el esfuerzo rea- lizado en este ensayo. Es posible que este limitado propdésito haya sido so- brepasado en uno u otro desarrollo particular del texto. No obstante, siguié vigente el fundamento de Ja discu- sién del ensayo. Lejos del pensamiento de los autores esta el creer que el libro aborda todos los problemas del desarrollo econémico y de su relacién con les demas procesos sociales. Per otro lado, no se tratan cuestiones hist6ricas importantes para caracterizar las diferencias en el proceso de transformacién de las sociedades de los diversos paises, como por ejemplo, la amplitud y el tipo de esclavitud habida en el pasado, el problema de la existencia de poblaciones indigenas numerosas en mu- chos paises de la regién o la importancia mayor o me- nor de la inmigracién europea. Ademas del objetivo general ya sefialado, también se procuré mostrar, implicitamente, que considerar los pro- [1] 2 PREFACIO blemas econémicos o politicos de América Latina como un todo, sin especificar las diferencias de estructura y de historia que distinguen a situaciones, paises y mo- mentos, dentro del conjunto, constituye un equivoco tedrico de consecuencias practicas peligrosas. I. INTRODUCCION Al terminar la segunda guerra mundial parecfa que al- gunos paises de América Latina estaban en condiciones de completar el proceso de formacién de su sector in- dustrial y de iniciar, ademés, transformaciones econé- micas capaces de lograr un desarrollo autosus- tentado. En efecto, después de reorganizar la produccién y los mercados, alterados como consecuencia de Ja crisis de 1929, ciertas economias latinoamericanas que habian acumulado divisas en cantidades apreciables, y que se habrian beneficiado de la defensa automatica del mer- cado interno provocada por Ja guerra, parecian hallar- se en condiciones de completar el ciclo denominado de “sustitucién de importaciones” y empezar, sobre una base firme, la etapa de produccién de bienes de capi- tal, lamnada a producir la diferenciacién de los sistemas preductivos. En estos paises el mercado interno parecia lo bastante amplio para estimular el sistema econémico y se contaba, ademas, con que la transferencia de mano de obra de los sectores de baja productividad —prin- cipalmente en e] campo— hacia lo sectores de alta pro- ductividad seria un factor de ampliacién del mercado. Mas tarde, hacia 1955, para garantizar el desarrollo se consideré necesario un nuevo elemento: la‘ redistri- buci4n de la renta. Todos esos factores, actuando en conjunto, parecian suficientes para asegurar el auto- matismo del crecimiento de tal modo que condujesen a él los puros estimulos del mercado. Esta posibilidad, sdidamente apoyada por la coyun- tura econémica, se formulé te4ricamente en los ¢scritos mas notables scbre el desarrollo econédmico que se ban producido en América Latina. Se pasaba asi, tanto en la practica como en la teoria, de una fase en que [3] A INTRODUGCION Ja industrializacion se concebia como un recurso com- plementario en un proceso de desarrollo —hasado en la exportacién de productos primarios— y, ademas, como una especie de alternativa forzosa para los perio- dos de contraccién del mercado internacional,! a una formulacién teérica y a un conjunto de expectativas apoyadas en la conviccién de que el industrialismo sucederia a la expansién de las exportaciones, comple- mentando asi un ciclo de crecimiento e inaugurando una fase de desarrollo autosustentado, Este deberia basarse en los estimulos del mercado interno y en la diferenciacién del sistema productivo industrial, lo que conduciria a la creacién de una industria propia de bienes de capital. Los vinculos con el mercado internacional continua- tian actuando tanto por la necesidad de asegurar com- pradores para los productos de exportacién como por la necesidad de obtener inversiones del exterior. Sin embargo, la expansién del mercado interno deberia asegurar por si sola el desarrollo continuado. La ins- talacién de “industrias exportadoras” seguiria siendo necesaria para mantener la “capacidad de importar”, pero el sentido fundamental del desarrollo no lo daria el mercado externo sino el interno. No podria negarse que a principios de la década de 1950 estaban dados algunos de los supuestos para este nuevo paso de la economia latinoamericana, por lo menos en paises como Argentina, México, Chile, Co- lombia y Brasil. Entre esos supuestos, cabria enumerar: 1] un mercado interno suficiente para el consumo de los productos industriales, formado desde el siglo pa- sade por la integraci6n de Ia economia agropecuaria 1. Acerca de la necesidad de complementar el crecimiento del sector exportador de la economia mediante la industrializa- cidn, como recurso para solucionar los problemas creados por Ja depresién del mercado mundial, véase Raul Prebisch, “El des- arrollo econédmico de la América Latina y algunos de sus prin- cipales problemas”, en Boletin Econdmico de América Latina, vol, vu, 1962, pp. 1-24. INTRODUCCION 5 o minera al mercado mundial; 2] una base industrial formada lentamente en los ultimos 80 afios, que com- prendia industrias livianas de consumo (alimenticias, textiles, etc.) y, en ciertos casos, la produccién de algu- nos bienes relacionados con la economia de exporta- cién; 3] una abundante fuente de divisas, constituida por la explotacién agropecuaria y minera; 4] fuertes estimulos para el crecimiento econémico, especialmente en paises como Brasil y Colombia, gracias al fortale- cimiento del sector externo a partir de Ja segunda mi- tad de la década de 1950; 5] la existencia de una tasa satisfactoria de formacién interna de capitales en algu- nos paises, por ejemplo, en Argentina* Desde el punto de vista econdédmico, por consiguiente, parecia que toda politica de desarrollo deberia con- centrarse en dos puntos: a] la absorcién de una tecno- logia capaz de promover Ja diversificacién de la estruc- tura productiva y de aumentar la productividad, y b] la definicién de una politica de inversiones que, a través del Estado, crease la infraestructura requerida por esa diversificacién.? Las condiciones estructurales y de coyuntura, favorables, dieron paso desde enton- ces a la creencia, comin entre los economistas, de que el desarrollo dependeria principalmente de la capaci- dad de cada pais para tomar Jas decisiones de politica econémica que [a situacién requiriese. En América Latina, después de la crisis de 1929, hasta en paises de tradicién econémica “liberal” como Argentina, comenzaron a fortalecerse los instrumentos de accién del pocer piiblico como un medic de defen- 2. Sobre las condiciones de desarrolla en Argentina, véase Benjamin Hopenhayn, “Estancamiento e inestabilidad: e! caso argentino en la etapa de sustitucién forzosa de importaciones”, en El Trimestre Econdmico, nim. 125, México, enero-marzo de 1965. pp. 126-139. 3. La otra alternativa habria sido incrementar el ingreso por habitante en !a produccién primaria para compensar asi la ten- dencia al deterioro de los términos de intercambio. Véase a este propésito Prebisch, op. ctt., especialmente p. 6. 6 INTRODUCCION der Ia economia exportadora. E} paso siguiente con- sistiria en la creacién de instituciones piiblicas para fomentar el desarrollo segin las nuevas ideas y lograr una redefinicién de las expectativas y del comporta- miento entre los encargados de tales decisiones en el aparato estatal. El fortalecimiento y la modernizacién del Estado pa- recian log instrumentos necesarios para lograr una. poli- tica de desarrollo efectiva y eficaz. Tanto fue asi que Jos economistas latincamericanos tuvieron que realzar el aspecto politico de sus planteamientos, volviendo conceptualmente a la “economia politica”. El supuesto general implicito en esa concepcién era que las bases histéricas de Ja situacién latinoamericana apuntaban hacia un tipo de desarrollo eminentemente nacional. De ahi que se tratase de fortalecer el mercado interno y, a la vez, de organizar los centros nacionales de decisién de tal modo que fueran-sensibles a los pro- blemas del desarrollo de sus propios paises. Esa perspectiva optimista se ha ido desvaneciendo desde fines de la década de 1950. Era dificil explicar por qué, con tantas condiciones aparentemnente favora- bles para pasar de la etapa de sustitucién de impor- taciones a otra en que se abrieran nuevos campos de produccién auténoma, orientados hacia el mercado in- terno, no se tomaron las medidas necesarias para pa- rantizar la continuidad del desarrollo o por qué las mismas no aleanzaron sus objetivos. Mas atin, en algu- nos casos la tasa de crecimiento econémico, stricto sensu, no fue suficiente para dinamizar los sectores mas rezagados de la economia por lo que tampoco fue posi- ble absorber la presién que significaba el continuo au- mento demografico. A este hecho contribuyé el tipo de tecnologia adoptado en los sectores mas modernos, pues implicaba una baja utilizacién de mano de obra. Sin embargo, como todo lo dicho no significd abiertamente una depresién, tampoce Ilegaron a producirse las con- secuencias que suelen atribuirsele. En otras palabras, si es verdad que las condiciones INTRODUGCION 7 econémicas de los paises mds présperos del 4rea —por ejemplo, Argentina— apuntaban derechamente hacia el desarrollo hasta la mitad de la década de 1950, zseria posible mantener la hipétesis de que faltaron las con- diciones institucionales y sociales que habrian de per- mitir a los hechos econémicos favorables expresarse. en un movimiento capaz de garantizar una politica de de- sarrollo, o habia en realidad un error de perspectiva que hacia creer posible un tipo de desarrollo que eco- nomicamente no lo era? En algunos pafses, como Brasil, los acontecimnientos Hevaban a suponer, principalmente en los afios 1950, que no eran infundadas las esperanzas en las posibili- daces de un desarrollo autosuficiente. De hecho, el pro- ceso sustitutivo de importaciones alcanzé la fase de im- plantacién del sector de bienes de capital que, por sus caracteristicas —el conocido efecto multiplicador que leva consigo su dinamismo y la imposibilidad técnica de un retroceso en Ja industrializacién durante los pe- riedos de crisis, que es usual y mds facil cuando sdlo se da una produccién de bienes de consumo— parecia implicar la instauracién de una etapa nueva y de natu- raleza irreversible de la industrializacién brasilefia. Los hechos, sin embargo, tampoco en este caso parecen con- firmar el optimismo inicial, pues al auge a que se legé al dar cima al proceso de sustitucién de importaciones siguié, en los afios 1960, un periodo de estancamiento relativo en el cual contintia sumergida la economia bra- stlefia.4 De los tres paises que mas avanzaron industrialmente, apenas uno parece haber conseguido mantener durante mayor tiempo una tasa de crecimiento elevada. Tal es el caso de México, aunque debe reconocerse que 4, Véase en este sentida “Auge y declinacién del proceso de sustitucién de importaciones en el Brasil, en Botetin Hco- némico de América Latina, 1964, vol. 1x, pp. 1-62. Sin embar- go, las caracteristicas de la economia brasilefia parecen indicar que se trata, desde el Angulo econémico, de un fenémeno toda- via enmareado en una situacién “de desarrollo”. 8 INTRODUCCION su estructura econémica —sobre todo la diversidad de su sector exportader— constituye un elemento que lo di- ferencia de los otros paises de América Latina. También en este caso, pese a todo, la fuerte desigualdad en la distribucién de los ingresos y la participacién creciente de capitales extranjeros en la economia, pueden ser con- siderados como factores que alteran las hipétesis pre- sentadas por los economistas en cuanto se refiere a condiciones para el desarrollo autosustentado. En una primera aproximacién queda, pues, la im- presién de que el esquema interpretative y las previ- siones que a la luz de factores puramente econémicos podian formularse al terminar los afios de 1940 no fueron suficientes para explicar el curso posterior de los acontecimientos. En efecto, el salto que parecia razo- nable esperar en el desarrollo de Argentina no se dio, ni se produjeron las transformaciones cualitativas de- seadas. Aunque las dificultades de Ia economia brasi- lefia pudieron encontrar salida provisoria en el impulso desarrollista en Ja década de 1950, apoyaco por el financiamiento externo a corto plazo, se reabrié una fase de retroceso y quizd de estancamiento, cuando ya se anunciaba la superacién definitiva de los obstaculos al desarrollo.’ Finalmente, la economia mexicana, des- pués de las dificultades de un periodo de reajustes y transformaciones profundas, orientadas por una politica nacionalista, pareceria realizar sus posibilidades de ex- pansién en medida importante gracias a su integracion al mercado mundial, a través de la inversién externa de ca- pitales y de la diversificacién de su comercio exterior den- tro del cual desempefia un papel importante el turismo. A ja luz de estos hechos puede generalizarse la suge- yencia implicita en la pregunta sobre las causas de la insuficiencia dinaémica de las economias nacionales que presentaban perspectivas tan favorahles como Argen- tina. ; Hasta qué punto el hecho mismo de la Revolucién 5. Gelso Furtado, Desenvolvimento e subdesenvolvimento. Rio de Janciro, Editora Fundo de Cultura, 1961. En especial el capitulo 5. INTRODUCCION 2 mexicana, qué rompid el equilibrio de las fuerzas so- ciales, no habra sido el factor fundamental del desarro- llo logrado posteriormente? ¢No habrian sido los facto- res inscritos en la estructura social brasilefia, el juego de las fuerzas politicas y sociales que actuaron en la década “desarrollista’, los responsables tanto del resul- tado favorable como de la pérdida de empuje posterior del proceso brasilefio de desarrollo? Sin embargo, sefialar el curso negativo seguido por los acontecimientos como indicador de la insuficiencia de las previsiones econémicas anteriores y deducir de ahi la necesidad de remplazar las explicaciones econd- micas por interpretaciones sociolégicas seria una respues- ta superficial. En el plan econémico ha sido frecuente condicionar Ja posibilidad de desarrollo en América Latina a la continuacién de perspectivas favorables para los productos de exportacién; y han sido precisamente las condiciones favorables del comercio exterior las que perdieron empuje después del boom de Corea y fueron sustituidas por coyunturas netamente des{avorables, una de cuyas caracteristicas es el continuo deterioro en les téminos de intercambic. Frente a esta situacién se planted. como alternativa complementaria la redefini- cién de los términos de la cooperacién internacional, ya sea a través de programas directos de financiamiento exterior al sector piblico, ya sea a través de una politica de sustentacién de precios; tales soluciones no han lle- gado sin embargo a concretarse en forma satisfactoria para él desarrollo. A estos hechos puede atribuirse en parte que el pro- ceso de crecimiento econémico haya sufrido una pérdida de velocidad. La tasa de aumento del producto bruto alcanzé limites apenas suficientes para promover en algunos paises la reorganizacién del sistema econdémico. Sim embargo no se han reorganizado en la direccién esperada el sistema social ni el sistema politico. De ahi que se haya pensado que aunque la “sociedad tradi- cional” haya transformado en buena medida su faz econémica, con todo, algunos de sus grupos no per- 10 INTRODUCCION dieron el control del sistema de poder, a pesar de ha- berse visto obligados a establecer un sistema complejo de alianzas con los nuevos grupos aparecidos. Asi pues, con la disminucién del ritmo de crecimiento, que se inicié a fines de los afios 1950, habrian reaparecido los antiguos problemas del Continente con nuevos prota- gonistas sociales o con los mismos de siempre revestidos ahora de apariencia moderna. Aunque los grados de diferenciacién de Ja estructura social de los diversos paises de la regién condicionan en forma distinta el crecimiento econémico, no es sufi- ciente remplazar la interpretacién “econémica” del de- sarrollo por un andlisis “sociolégico”. Falta un andalisis integrado que otorgue elementos para dar respuesta en forma mds amplia y matizada a las interrogantes gene- rales sobre las posibilidades del desarrollo o estanca- miento de los paises latinoamericanos, y que responda a las preguntas decisivas sobre su sentido y sus condi- ciones politicas y sociales. 6. Véase, por ejemplo, el estudio de la cepat, Et desarrollo social de América Latina en la postguerra, Solar/Hachette, Bue- nos Aires, 1963, donde se sostiene la hipétesis de la flexibilidad de la dominacién tradicional. II. ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO No es suficiente, para contestar a las interrogantes an- teriores, sustituir la perspectiva econdémica de analisis por una socialégica; el desarrollo es, en si mismo, un proceso social; aun sus aspectos puramente econdmicos trans- parentan la trama de relaciones sociales subyacentes. Por eso no basta considerar las condiciones y efectos sociales del sistema econédmicc. Tal tipo de andlisis ya ha sido intentado, pero no dio respuesta satisfactoria a las inte- rrogantes planteadas anteriormente. En efecto, a los andlisis conteniclos en los esquemas econdmicos de desa- rrollo —que presuponen la viabilidad del paso del sub- desarrollo al desarrollo, el cual se reduce, en definitiva, a la creacién de un sector dinamico interno capaz de determinar a la vez tanto el crecimiento autosustentado como la transferencia de los “centros de decisién’— se sumaron esfuerzos de interpretacién sociolégica dirigi- dos a explicar la transicion de las sociedades tradiciona- les a las sociedades modernas. 1. EL ANALISIS TIPOLOGIGO: SOCIEDADES TRADICIONALES Y MODERNAS En esos analisis se propone la formulacién de modelos o tipos de formaciones sociales.’ Se sostiene que las sociedades Jatinoamericanas pertenecerian a un tipo 1. Esta perspectiva de andlisis que hace hincapié en cl paso de una sociedad tradicional a una de tipo moderno aparece en relacion especifica a América Latina en trabajos tales como les de R. Redfield, The Folk Culture of Yucatan, Chicago, Uni- versity of Chicago Press, 1940, y mds tarde con una orientacién decididamente sociclégica en B. Hoselitz, Sociological Factors in Economic Development, Glencoe, The Free Press, 1960, y especificamente sobre América Latina, el mismo autor publicé *Reanomic Growth in Latin America”, en Contribution to the {il] 12 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO estructural denominado generalmente “sociedad tradi- cional” y que se est4 produciendo el paso a otro tipo de sociedad llamada “moderna”. Kn el curso del pro- ceso de cambio social pareceria que antes de consti- tuirse la sociedad moderna se forma un patrén inter- medio, hibrido, el cual caracteriza a las sociedades de los paises “en desarrollo”. Se invoca entonces la nocién de “dualismo estructural’. En realidad, metodoldgi- camente se trata de una renovacién de la vieja dico- tomia “comunidad-sociedad” en su formulacién clasica en Ténnies. Es posible criticar este esquema con cierto fundamen- to desde dos puntos de vista. Por una parte, los con- ceptos “tradicional” y “moderno” no son bastantes am- plios para abarcar en forma precisa todas las situaciones sociales existentes, ni permiten distinguir entre ellas Jos First Internacional Conference in Economic History [Estocolme, 1960], The Hague, Mouton & Co., 1960, Entre los autores lati- noamericanos fue Gina Germamt quien logréd posiblemente la mejor formulacién de esta perspectiva; véase, por ejemplo, de este autor, Politica y sociedad en una época dé transection, Bue- nos Aires, Paidés, 1962. Oportuno es aqui sefialar que la influencia de libros como el de Talcott Parsons, The Social System, Glencoe, The Free Press, 1951, o el de Robert K. Merton, Social Theory and Social Structure, Glencoe, The Free Press, 1949, han desempefiado un papel decisivo en la formulacién de ese tipo de analisis del desarrollo, Por otra parte, Daniel Lerner, en The Passing of Traditional Society: Modernizing the Middle East, Glencoe, The Free Press, 1958, formulé en términos mas generales, ¢s decir, no especificamente orientados hacia el problema del des- arrollo, el enfoque del tradicionalismo y del modernisma como andlisis de los procesos de cambio social, En otros autores, mds bien se han subrayado los aspectos psicosociales del paso del tradicionalismo al modernismo como en Everett Hagen, On the Theory of Social Change, Homewood, Dorsey Press, 1962, y David Mc Clelland, The Achieving Society, Princeton, Van Nostrand, 1961. 2. El concepto de dualismo estructural en ese contexto se encuentra, por ejemplo, en Jacques Lambert, Le Brésil: structure sociale et institutions politiques, Paris, 1953, y desde la perspec- tiva. de un economista, Albert ©. Hirschman, The Strategy of Economic Development, Yale, Yale University Press, 1958. ANALISIS TIPOLOGICO 13 componentes estructurales que definen el modo de ser de las sociedades analizadas y muestran las condiciones de su funcionamiento y permanencia. Tampoco se ha alcanzado, por otra parte, un nexo inteligible entre las distintas etapas econérmicas —por ejernplo, subdesarro- llo, desarrollo a través de exportaciones o de sustitucién de importaciones, etc.— y los diferentes tipos de estruc- tura social que presuponen las sociedades “tradiciona- les” ¥ las “‘modernas”. Ampliando estas consideraciones cabria suponer que de las formas concretas adoptadas por Jas distintas fases del proceso de desarrolle es posible inferir ciertas carac- teristicas de los tipos de sociedad mencionadas. Sin em- bargo, con este procedimiento sigue siendo imposible explicar les modos de transicién de un tipo de sociedad a otra, En efecto, el cambio de las estructuras sociales, lejos de ser sélo un proceso acumulative en el cual se agregan nuevas “variables” que se incorporan a la con- figuracién estructural? implica fundamentalmente un proceso de relaciones entre los grupos, fuerzas y clases sociales a través del cual algunos de ellos intentan imponer al conjunto de la sociedad la forma de domi- nacién que les es propia. En términcs puramente econémicos, el grado de de- sarrollo de un sector productivo puede ser analizado a través de un conjunto de variables y de relaciones entre variables que reflejan el proceso de diferenciacién estructural de la economia. A partir de ese andlisis y principalmente juzgando por el comportamiento de Ja renta y la estructura del empleo, puede inferirse la forma que adepta la estructura social. Sin embargo, cuando se trata de vincular el andlisis estrictamente econémico con la comprensién del desarrollo politice y social, el problema bdsico por determinar en demanda de formulacién ya no es solamente el] del cardcter de la estructura social de una sociedad dada, sino princi- 3. Véase, p. ej., Peter Heintz, Andlists contextual de los paises latinoamericanos, Berkeley, edicién mimeografiada, 14 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO palmente el proceso de su formacién, asi come la orien- tacién y tipo de actuacién de las fuerzas sociales que presionan por mantenerla o cambiarla, con todas las repercusiones politicas y sociales consiguientes en el equilibrio de los grupos tanto en el plano nacional como en el plano externo. Ademas, los andlisis del modernismo y del tradicio- nalismo parecen excesivamente simplificados cuando se establece una relacién univoca, por un lado, entre de- sarrollo y sociedad moderna y, por otro, entre subdesa- rrollo y sociedad tradicional. En efecto, camo se indi- car4 en el apartado correspondiente, la relacién entre desarrollo y modernizacién no se verifica necesariamente si se supone que la dominacién en las sociedades mas desarrolladas excluye a los “grupos tradicionales”. Por otra parte, también puede darse cl caso de que la so- ciedad se modernice en sus pautas de consumo, edu- cacién, ete., sin que en forma correlativa se logre un desarrollo efectivo, si por ello se entiende una menor dependencia y un desplazamiento del sistema econd- mico de la periferia al centro. 2. LA CONCEPCION DEL CAMBIO SOCIAL No sélo conviene sefialar las implicaciones, en términos analiticos © interpretativos, de los conceptos sociedad tradicional y sociedad moderna, sino que también puede ser Gtil referirse, aunque sea someramente, a la concep- cién del proceso histérico que suponen estos conceptos. Casi siempre estuvo presente, como supuesta meto- dolégico, en los esfuerzos de interpretacién, que las pau- tas de los sistemas politico, social v econémico de los paises de Europa occidental y Estados Unidos anticipan el futuro de las sociedaces subdesarrolladas. El “pro- ceso de desarrollo” consistiria en Ievar a cabo, e in- cluso reproducir, las diversas etapas que caracterizaron las transformaciones sociales de aquellos paises.! De ahi 4. Véase, especialmente, W. W. Rostow, The Stage of Eeo- LA CONCEPCION DEI. CAMBIO SOCIAT. 15 que las variaciones histéricas, es decir, las singularida- des de cada situacién de subdesarrollo, tengan poco valor interpretativo para este tipo de sociologia. Claro esta que no se ha caido en la ingenuidad de admitir en la historia de América Latina desfasamien- tos con respecto a los paises desarrollados en términos tan simples que hagan suponer que aquélla se encuen- tra en el siglo xix, por ejemplo, con relacidén a estos ltimos. Mas a menudo se sefiala como caracteristico de los paises subdesarrollades encontrarse “atrasacos” en ciertos aspectos de la estructura, aunque no en otros. Asi, por ejemplo, la sindicacién en paises como Brasil y Argentina alcanzé expresién nacional y Ilegd a influir en las decisiones relativas al nivel de Jos salarios en una fase en que, por comparacién con lo que ocurridé en los paises de “desarrollo original”, no era “normal” que asi sucediese. Al propio tiempo, la urbanizacién acelerada de América Latina, que precede cronoldgi- camente a la industrializacién, facilita la difusién de aspiraciones y de formas de comportamiento politico que favorecen la participacién creciente de las masas en el juego del poder antes de que exista un creci- miento econémica autinomo y basado en el mercado interno. Dichas consideraciones ponen de relieve que lo que cabria llamar reivindicaciones populares respecto al control de las decisiones que afectan al consumo cons- tituirian un dato “precoz” en el proceso de desarrollo de América Latina. Este nivel de participacign —sobre todo en los aspec- tos sociales—, supuestamente similar al de los paises centrales, ha llevado a pensar que a través del mismo se crearla una especie de puente que tenderia a hacer semejantes !as pautas sociales y las orientaciones valo- rativas en las sociedades desarrolladas y en las socie- nomic Growth, d Non-Comuntst Afanifest, Cambridge, Gam- bridge University Press, 1962; Wilbert Moore, Economy and Society, Nueva York, Doubleday, 1955; Kerr, Dunlop y otras, Industrialism and Industrial Man. 16 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO dades subdesarrolladas. Esto, grosso modo, constituye lo que se ha dado en llamar “efecto de demostracién”. En el plano del analisis econédmico, el “efecto de demostracién” supone que la modernizacién de la eco- nomia se efectia a través del consumo y que en iltima instancia, por consiguiente, introduce un elemento de alteracién en el sistema productivo que puede provocar una desviacién respecto a las “‘etapas” de la industria- lizacién caracteristicas de los paises adelantades. Como las inversiones, cuando se piensa en un desarrollo auté- nomo, dependen en gran medida del ahorro interno, la misma presibn modernizadora del consumo puede constituir un freno al desarrollo, en cuanto favorece las importaciones de bienes de consumo, asi como las de bienes de capital relacionadas con la produccién de aquéllos, e induce a invertir en sectores que no son basicos para la economia. Por otra parte, el “efecto de demostracién” no sélo se ha pensado en términos econdmicos. Se supone que los mismos factores que favorecen ese proceso presionan para que en los paises insuficientemente desarrollados se alteren otros aspectos del comportamiento hurmano —en el campo politico y en el campo social— antes de que se verifique la diferenciacién completa del sis- tema productivo, De ahi la conveniencia de subrayar que el “efecto de demostracién” tiene lugar, por lo menos en el caso de América Latina, en determinadas condiciones sociales que lo hacen posible; esto es, que opera en la medida en que existe “presencia de ma- sas”, es decir, un minimo de participacién de éstas, principalmente en el] campo de la politica, El andlisis sociolégico debe explicar esta posibilidad de mode que fenémenos como cl considerado no se tengan sin mas como elementos “causales” del proceso. Un enfoque de este tipo equivale a considerar que el dinamismo de las sociedades subdesarrolladas deriva de factores ex- ternos, y que las peculiaridades estructurales y la accién de los grupos e instituciones sociales de los paises sub- desarrollados son desviaciones (deniant cases). ESTRUCTURA ¥ PROCESO 7 Consideramos mas adecuado, por consiguiente, un procedimiento metodolégico que acentie el andlisis de las condiciones especificas de la situacién latinoame- ricana y el tipo de integracién social de las clases y grupos como condicionantes principales del proceso de desarrollo. En tal perspectiva, por ejemplo, el “efecto de de- mostracién” se incorporaria al andlisis como elemento explicativo subordinado, pues lo fundamental seria ca- racterizar el modo de relacién entre les grupos sociales en el plano nacional —que, por supuesto, depende del modo de vinculacién al sistema econémico y a los blo- ques politicos internacionales— y las tensiones entre las clases y grupos sociales que pueden producir con- secuencias dindmicas en Ja sociedad subdesarrollada. Asi, mds que sefialar Jas consecuencias del “efecto de demostracién” o de otras variables exdgenas, sobre el funcionamiento del sistema econémico o sobre el comportamiento de Ios grupos sociales como “factor de modernizacién”, importa realzar las caracteristicas histérico-estructurales en que se genera un proceso de semejante naturaleza y que revelan el sentido mismo que puede tener dicha modernizacion. 53. ESTRUCTURA Y PROCESO: DETERMINACIONES RECIPROCAS Para el andlisis global del desarrollo no es suficiente, sin embargo, agregar al conocimienta de los condicio- nantes estructurales, la comprensién de los “factores sociales”, entendidos éstos como nuevas variables de tipo estructural. Para adquirir significacién, tal andlisis requiere un doble esfuerzo de redelinicién de perspec- tivas: por un lado, considerar en su totalidad las “con- diciones histéricas particulares” —econémicas y socia- les— subyacentes en los procesos de desarrollo, en el plano nacional y en el plano externo; por otro, com- prender, en las situaciones estructurales dadas, los obje- tivos e intereses que dan sentido, orientan o alientan 18 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO el conflicto entre los grupos y clases y los movimientos sociales que “ponen en marcha” las sociedades en desa- rrollo, Se requiere, por consipuiente, y ello es funda- mental, una perspectiva que, al poner de manifiesto las mencionadas condiciones concretas —que son de caracter estructural— y al destacar los méviles de los movimientos sociales —objetivos, valores, ideologias— analice aquéllas y éstos en sus relaciones y determina- ciones reciprocas. Se trata, por consiguiente, de buscar una perspectiva que permita vincular concretarnente los componentes econémicos y los sociales del desarrollo en el analisis de Ja actuacién de los grupos sociales, no sdlo de yux- taponerlos. Ello supone que el andalisis sobrepase el aporte de lo que sucle llamarse enfoque estructural, reintegrandolo en una interpretacién hecha en términos de “proceso histérico”. Tal interpretacién no significa aceptar el punto de vista ingenuo que sefiala la impor- tancia de la secuencia temporal para la explicacién cientifica —origen y desarrollo de cada situacién so- cial—, sino que el devenir histérico sélo se explica por categorias que atribuyan significacién a los hechos y que, en consecuencia, se hallen histéricamente referi- das. De esa manera se considera al desarrollo como resultado de Ja interacciém de grupos y clases sociales gue tienen un modo de relacién que les .es propio y por tanto intereses y valores dlistintos, cuya oposicion, conciliacién’ o superacién da vida al sisterna socioeco- némico. La estructura social y politica se va modifi- cande en la medida en que distintas clases y grupos sociales logran imponer sus intereses, su fuerza y su dominacién al conjunto de la sociedad. A través del analisis de los intereses y valores que orientan o que pueden orientar Ja accién, el proceso de cambio social deja de presentarse como resultado de factores “naturales” —esto es, independienies de las alternativas histéricas— y se empieza a perfilar como un proceso que en las tensiones entre grupos con inte- Teses y orientaciones divergentes encuentra el filtro por ESTRUCTURA Y PROCESO 19 el que han de pasar Ios influjos meramente econé- micos.* Para lograr un enfoque tedrico de esta naturaleza —en el que la temética parece alcanzar extensién y complejidad crecientes— es necesario buscar las cate- gorias que expresen los distintos momentos y caracte- risticas estructurales del proceso histérico —algunos de naturaleza interna a los paises y otros externa— signi- ficativos para el desarrollo. De conformidad con el enfoque hasta ahora resefiado, el problema teérico fun- damental lo constituye la determinacién de los modes que adoptan las estructuras de dorinacién, porque par su intermedio se comprende la dindmica de las relacio- nes de clase. Ademas, la configuracién en un momento determinado de los aspectos politico-institucionales no puede comprenderse sino en funcién de las estructuras de dominio. En consecuencia, también es por interme- dio de su andlisis que se puede captar el proceso de transfarmacién del orden politico institucional, Esta eleccién tedérica queda avalada empiricamente por el hecho de que los cambios histéricos significativos del proceso de desarrollo latinoamericano han sido siempre acompafiades, si no de una mudanza radical en la estructura de dominacién, por lo menos per la adap- cién de nuevas formas de relaciones, y por consiguiente de conflicto, entre las clases y grupos, Es evidente que la explicacién teérica de las estructuras de dominacién, en el caso de los paises latinoamericanos, implica. esta- blecer las conexiones que se dan entre los determinantes internos y los externos, pero estas vinculaciones, en cual- quier hipétesis, no deben entenderse en términos de una relacién “causal-analitica”, ni mucho menos en térmi- nos de una determinacién mecdnica e inmediata de lo interno por lo externo. Precisamente, el concepto de dependencia que mas adelante se examina pretende otar- gar significado a una serie de hechos y situaciones que 5. Para un andlisis de este punto de vista, véase F. H. Car- doso, Empresdrio industrial e desenzoluimento econdmico, Sao Paulo, Difusto Eurapeia do Livro, 1964, capitulos 1 y 2, 20 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO aparecen conjuntamente en un momento dado y se busca establecer por su intermedio las relaciones que hacen intehgibles Jas situaciones empiricas en funcién del modo de conexién entre los componentes estructu- rales internos y externos. Pero lo externo, en esa pers- pectiva, se expresa también como un modo particular de relacién entre grupos y clases sociales en el ambito de las naciones subdesarrolladas. Por eso precisamente tiene validez centrar el analisis de la dependencia en su manifestacién interna, puesto que el concepto de dependencia se utiliza como un tipo especifico de con- cepio “causal-significante” —implicaciones determina- das por un modo de relacién histéricamente dado— y no como concepte meramente “mecanico-causal”, que subraya la determinacién externa, anterior, para luego producir “consecuencias” internas. Como el objetivo de este ensayo es explicar los pro- cesos econémicos como procesos sociales, se requiere buscar un punto de interseccién tedrica donde el poder econémico se exprese como dominacidén social, esto es, como politica; pues, a través del proceso politico, una clase o grupo econémico intenta establecer un sistema de relaciones sociales que le permitan imponer al con- junte de la sociedad un modo de produccién propio, o por lo menos intenta establecer alianzas o subordinar al resto de los grupos o clases con el fin de desarrollar una forma econémica compatible con sus intereses y objetivos. Los modos de relacién econémica, a su vez, delimitan los marces en que tiene lugar la accién politica. Por consiguiente, los temas que se perfilan con ma- yor vigor son: les condicionantes econémicos del mer- cada mundial, incluso el equilibrio internacional de poder; la estructura del sistema productivo nacional y su tipo de vineulacién con el mercado externo; la configuracién histérico-estructural de dichas sociedades, con sus formas de distribucién y mantenimiento del poder, y sobre todo los movimientos y procesos politico- sociales que presionan hacia el cambio, con sus respec- tivas orientaciones y objetivos. El andlisis directo de ESTRUCTURA Y PROCESO 21 los principales factores, procescs y movimientos presen- tes en la situacién de subdesarrollo o en las sociedades en vias de desarrollo, es una tarea inmensa y sin limites Precisos. Sin embargo, es posible determinar problemas definides, que pueden constituir un ndcleo de signifi. cacién fundamental para comprender las posibilidades del desarrollo, en Ja medida en que ciertos temas, aun de caracter particular, expresan el condicionamiento global arriba mencionado, y por eso mismo su aclara- cién arroja luz sobre el conjunto de situaciones de sub- desarrollo, El criteria para elegir estos temas o situa- ciones dependeré de los elementos que puedan ofrecer para la formulacién de la perspectiva integrada de andlisis antes formulada. Hay que buscar los puntos de interseccién del sistema econémico con el sistema social a través de los cuales se revelen los nexos y la dinémica de los distintos aspectos y niveles de la rea- lidad que afectan a las posibilidades de desarrollo. Esquemdticamente se puede decir que el problema del control social de la produccién y el consumo cons- tituye el eje de un andAlisis sociolégico del desarrollo orientado desde esa perspectiva. En efecto, la interpre- tacién sociclégica de los procesos de transformacién econémica requiere el andlisis de las situaciones en donde la tensién entre los grupos y clases sociales Pone de manifiesto las bases de sustentacién de la estructura econdémica y politica. Desde ese Angulo es posible efectuar el andlisis de los “mecanismos de decisién”, actualmente tan en boga. La problematica sociolégica del desarrollo, sin embargo, lejos de redlucirse a este enfoque, implica, como se dijo, el estudio de las estructuras de dominacién y de las formas de estratificacién social que condicionan los mecanismes y los tipos de control y decisién del sistema econémico en cada situacién social particular. Dentro de la perspectiva general aludida, esa problematica comprende necesatiamente el andlisis de los comporta- mientos politicos que inciden en la relacién entre las clases y grupos sociales que mantienen un patrén dado 22 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO de control y las que se le oponen real o virtualmenté. Asimismo supone la consideracién de las orientaciones valorativas que otorgan a la accion sus marcos de re- ferencia, ; La comprensién de tales movimientos y fuerzas cons- tituye parte fundamental del andlisis sociolégico del desarrollo, ya que éste implica siempre alteraciones en el sisterna social de dominacién y la redefinicién de las formas de control y organizacién de la produccién y el consumo. 4. SUBDESARROLLO, PERIFERIA Y DEPENDENCIA Para permitir el paso del andlisis econémico o del and- lisis sociolégico usuales a una interpretacién global del desarrollo es necesario estudiar desde el inicie las ¢o- nexiones entre el sistema econémico y la organizacién social y politica de las sociedades subdesarrolladas, no sdlo en ellas y entre ellas, sino también en relacién con los paises desarrallados, pues la especificidad histérica de Ia situacién de subdesarrollo nace precisamente de la relacién entre sociedades “periféricas” y “centrales”. Es preciso, pues, redefinir Ja “situacién de subdesarro- Ilo” tomando en consideracién su significado histérico Particular, poniendo en duda los enfoques que la pre- sentan como un posible “modelo” de ordenacidn de variables econdémicas y sociales. En ese sentido, hay que distinguir la situacién de los paises subdesarrollados con Tespecto a los que carecen de desarrollo, y diferenciar luego los diversos modos de subdesariéllo segiin las par- liculares relaciones que esos paises mantienen con los centros econémica y politicarente hegemdnicos. Para los fines de este ensayo sélo es mecesario indicar, en lo que se refiere a la distincién entre los conceptos de subdesazrollo y carente de desarrollo, que este dltima alude histéricamente a la situacién de las economias ¥ pucblos —cada vez mag escasos— que no mantiehen relaciones de mercade con Jos paises industrializados. En cuanto al subdesarrollo, una distincién funda- SUBDESARROLLO, PERIFERIA ¥ DEPENDENCIA 23 mental se ofrece desde la perspectiva del proceso his- térico de formacién del sistema productivo mundial; en clertas situaciones, la vinculacién de Jas economias periféricas al mercado mundial se verifica en términos “coloniales”, mientras que en otras las economias peri- féricas estan encuadradas en “sociedades nacionales”. Acerca de estas iltimas, cabria afiadir que en determi- nados casos se realizé la formacién de vinculos entre los centros dominantes mas desarrollados y los paises periféricos cuando ya existia en ellos una sociedad na- cional, al paso que en otros, alunas colonias se han transformado en naciones manteniéndose en su _situa- cién. de subdesarrollo. En todo caso, la situacién de subdesarrollo se produjo histéricamente cuando la expansién del capitalismo co- mercial y luego del capitalismo industrial vinculé a un mismo mercado economias que, ademas de presentar grados diversos de diferenciacién del sistema productivo, pasaron a ocupar posiciones distintas en la estructura global del sistema capitalista. De ahi que entre las eco- nomias desarrolladas y las subdesarrolladas no sdélo exista una simple diferencia de etapa o de estado del sistema productivo, sino también de funcién o posicién dentro de una misma estructura econémica internacio- nal de produccién y distribucién. Ello supone, por otro lado, una estructura definida de relaciones de domi- nacién. Sin embargo, el concepto de subdesarrollo, tal como se le emplea cominmente, se refiere mds bien a la estructura de un tipo de sistema econdémico, con pre- dominic del sector primario, fuerte concentracién de la renta, poca diferenciacién del sistema productivo y, sobre todo, predominio del mercado externo sobre el interno. Eso es manifiestamente insuficiente. El reconocimiento de la historicidad de la situacion de subdesarrollo requiere algo m4s que sefialar las ca- racteristicas estructurales de las economias subdesarro- Nadas. Hay que analizar, en efecto, cémo las economias subdesarrolladas se vincularon histéricamente al mercado 24 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO mundial y Ja forma en que se constituyeron los grupos sociales internos que lograron definir las relaciones ha- cia afuera que el subdesarrollo supone. Tal enfoque implica reconocer que en el plano politico-social existe algin tipo de dependencia en las situaciones de subde- sarrollo, y que esa dependencia empez6 histéricamente con la expansién de las economias de los paises capi- talistas originarios. La dependencia de la situacién de subdesarrollo im- plica socialmente una forma de.dominacién que se ma- nificsta por una serie de caracteristicas en el modo de actuacién y en la orientacién de los grupos que en el sistema econémico aparecen como productores 0 coma consumidores. Esta situacién supone en los casos extre- mos que las decisiones que afectan a la produccién o al consumo de una economia dada se toman en funcién de la dinamica y de los intereses de las economias desarrolladas. Las economias basadas en enclaves colo- niales constituyen el ejemplo tipico de esa situacién. Frente a la argumentacién presentada, el esquema de “economias centrales” y “economias periféricas” pudiera parecer mas rico de significacién social que el esquema de economias desarrolladas y economias subdesarrolla- das. A él se puede incorporar de inmediato la nocién de desigualdad de posiciones y de funciones dentro de una misma estructura de produccién global. Sin em- bargo, no seria suficiente ni correcto proponer la sus- titucién de los conceptos desarrollo y subdesarrollo por los de economia central y economia periférica 0 —comoa si fuesen una sintesis de ambos— por los de economias auténomas y economias dependientes. De hecho, son distintas tanto las dimensiones a que estos conceptos se refieren como su significacion tedérica. La nocién de dependencia alude directamente a las condiciones de existencia y funcionamiento del sistema econdédmico y del sistema politico, mostrando las vinculaciones entre am- bes, tanto en lo que se refiere al plano interno de los paises como al externo. La nocién de subdesarrollo caracteriza a un estado o grado de diferenciacién del SUBDESARROLLO, PERIFERIA ¥ DEPENDENCIA 25 sistema productiva —a pesar de que, como virnos, ello implique algunas “consecuencias” sociales— sin acen- tuar las pautas de control de las decisiones de produc- cién ¥ Consumo, ya sea internamente (socialismo, capi- talismo, ete.) 9 externamente (colonialismo, periferia del mercado mundial, etc.). Las nociones de “centro” y “periferia”, por su parte, subrayan las funciones que cumplen las economias subdesarrolladas en el mercado mundial, sin destacar para nada los factores politico- sociales implicados en la situacién de dependencia. Ademas, una sociedad puede sufrir transformaciones profundas en su sistema productivo sin que se constitu- yan al mismo tiempo en forma plenamente auténoma los centros de decisién y los mecanismos sociales que los condicionan. Tal es el caso de Argentina y Brasil al ter- minar el proceso de sustitucién de importaciones e ini- ciarse el de la produccién de bienes de capital, momento que les permitié alcanzar determinado grado de madu- rez econdmica, incluso en lo que respecta a la distri- bucién del ingreso (como ocurrié, hasta cierto punto, en Argentina). Por otra parte, en casos limites, una sociedad nacional puede tener cierta autonomia de deci- siones sin que por ello el sistema productivo y las for- mas de distribucién de la renia le permitan ecuipararse a los paises centrales desarrollados ni siquiera a algunos paises periféricos en proceso de desarrollo. Se da esta hipétesis, por ejemplo, cuando un pais rompe los vincu- que lo ligan a un determinado sistema de domina- cién sin incorporarse totalmente a otro (Yugoslavia, China, Argelia, Egipto, Cuba e incluso el México re- volucionario). Como consecuencia de ese planteamiento, cuando se trata de interpretar globalmente un proceso de desarro- Ilo, es necesario tener presente que no existe un nexo inmediato entre la diferenciacién del sistema econdmico y la formacién de centres auténomos de decisién, y por fo tanto que los andlisis deben definir no sdlo les srados de diferenciacién estructural que las economias v las so- ciedades de los paises que se hallan en la fase de tran- 26 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO sicién alcanzaron en el proceso de integracién al mercado mundial, sino también el mode mediante el cual se logré histéricamente esa integracién, Semejante perspectiva aconseja una gran cautela en Ja interpretaciin de como se han producido el desarrollo econémico y la moder- nizacién de la sociedad en América Latina, Diversos autores han subrayado el caracter de “resul- tada imprevisto” que el desarrollo asume en América Latina. Algunos paises, por ejemplo, al proyectar la de- fensa de su principal producto de exportacién, propu- sieron una politica de devaluacién que tuvo como con- secuencia indirecta, y hasta cierto punto no deliberada, la creacién de condiciones favorables al crecimiento in- dustrial. Sin embargo, seria dificil sostener que la dife- renciaci6n econémica asi alcanzada —en funcién de variaciones coyunturales de] mercado y sin implicar un» proyecto de autonomia creciente y un cambio en las relaciones entre las clases— pueda por si sola alterar en forma sustantiva las relaciones dé dependencia. La es- fera politica del comportamiento social influye necesa- riamente en la forma del proceso de desarrollo. Por ello, si se parte de una interpretacién global del desarrollo, los argumentos basados en puros estimulos y reacciones de mercado resultan insuficientes para explicar la in- dustriatizacién y el progreso econémico. Para que tales estirnulos o mecanismos de defensa de la economia sub- desarrollada puedan constituir el comienzo de un pro- ceso de industrializacién que reestructure el sistema eco- némico y social, es necesario que se hayan producido en el] mismo mercado internacional transforrmaciones 9 condiciones que faverezcan el desarrollo, pero es deci- sivo que el juego politico-social en los paises en vias de desarrollo contenga en su dindmica clermentos favo- rables a la obtencién de grados m4s amplies de au- tonomia. Debe tenerse en cuenta, como quedé sefialado ante- riormente, que el enfoque propuesto no considera ade- cuado, ni aun desde un punto de vista analitico, separar los factores denominados “externos” y los “internos” ; SUBDESARROLLO, PERIFERIA Y DEPENDENGIA 27 al contrario se propone hallar las caracteristicas de las sociedades nacionales que expresan las relaciones con lo externo, Son justamente los factores politico-sociales internos —vinculados, como es natural, a la dindmica de los cen- tros hegemdnicos— los que pueden producir politicas que se aprovechen de las “nuevas condiciones” o de las nuevas oportunidades de crecimiento econémico. De igual modo, las fuerzas internas son las que redefinen el sentido y el alcance politico-social de la diferencia- cién “espontdnea” del sistema econdémico. Es posible, por ejemplo, que los grupos tradicionales de domina- cién se opongan en un principio a entregar su poder de control a los nuevos grupos sociales que surgen con el proceso de industrializactén, pero también pueden pactar con ellos, alterando asi las consecuencias reno- vadoras del desarrollo en el plano social y politico. Las alianzas de los grupos y fuerzas sociales internas estan afectadas a su vez por el tipo e intensidad de los cambios, y éstos dependen en parte del modo de vincu- lacién de las cconomias nacionales al mercado mundial; la articulacién de los grupos econémices nacionales con los grupos y fuerzas externas se produce en forma dis- linta y con consecuencias diferentes antes y después de empezar un proceso de desarrollo. El sistema interno de alianzas politicas se altera, ademas, muchas veces por ‘las alianzas existentes en el plano internacional Tal perspectiva implica que no se puede discutir con precision el proceso de desarrollo desde un Angulo pu- tamente econémico cuande el objetive propuestoe es comprender la formacién de economias nacionales, Tam- poce es suficiente, con [ines de descripcién, el anilisis del comportarniento de variables derivadas —dependien- tes, por lo tanto, de los factores estructurales y del pro- ceso histérico de cambio—, como es el caso de las tasas de productividad, ahoerro y renta, de las funciones de consumo, del empleo, eteétera. Para que los modelos econémicos construidos con va- niables de esta naturaleza puedan tener significacién en 28 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO el andlisis integrado del desarrollo deben estar referidos a las situaciones globales —sociales y econdémicas— que les sirven de base y les prestan sentido. La inter- relacién de lo econdmico y Jo social se hace notoria en la situacién de “enclave colonial”, en donde la desi- gualdad de la situacién politica entre la colonia y la metropoli hace que el sistema econdémico sea percibido como directamente ligado al sistema politico poniendo asi de relieve mas claramente la relacién entre ambos. Y, por el contrario, cuando el desarrollo tiene lugar en “estados nacionales”, la faz econémica se torna mas “vi- sible” y los condicionantes politicos y sociales aparecen mas fluidos; no obstante, estos filtimos mantienen una influencia decisiva respecto al aprovechamiento y con- tinuacién de las oportunidades de desarrollo que oca- sionalmente se manifiestan en el mercado. Por consiguiente, al considerar la “situacién de de- pendencia” en el andlisis del desarrollo latinoamericana, lo que se pretende poncr de manifiesto es que el modo de integracién de las economias nacionales al mercado internacional supone formas definidas y distintas de-in- terrelacién de los grupos sociales de cada pais, entre si y con los grupos externas. Ahora bien, cuando se acepta la perspectiva de que-los influjos del mereado, por si mismos, no son suficientes para explicar el cambio ni para garantizar su continuidad o su direccién, la actua- cién de las fuerzas, grupos e instituciones sociales pasa a ser decisiva para el andlisis del desarrollo. 5. EL “SUBDESARROLLO NACIONAL” Se hace necesario, por lo tanto, definir una perspectiva de interpretacién que destaque los vinculos estructura- les entre la situacién de subdesarrallo y los centros he- gemdnicos de las economias centrales, pero que no atri- buya a estos dltimos Ja determinacién plena de la dina- mica del desarrollo. En efecta, si en las situaciones de dependencia colonial es posible afirmar con propiedad que la historia y —por ende el cambio— aparece como EL “SUBDESARROLLO NACIONAL” 29 reflejo de lo que pasa en la metrépoli, en las situacio- nes de dependencia de las “naciones subdesarrolladas” la dinamica social es mas compleja. En ese tltimo caso hay desde el comienzo una doble vinculacién del pro- ceso histérico que crea una “situacién de ambigtie- dad” © sea, una contradiccién nueva, Desde el mo- mento en que se plantea como objetivo instaurar una naci6n —como en el caso de las luchas anticolonialis- tas— el centro politico de Ia accién de las fuerzas so- ciales intenta ganar cierta autonomia al sobreponerse a la situacién del mercado; las vinculaciones econémicas, sin embargo, continian siendo definidas objetivamente en funcidn del mercado externo y limitan las posibilida- des de decisién y accién auténemas. En eso radica, qui- z4, el nucleo de Ja problemAtica sociolégica del proceso nacional de desarrollo en América Latina. La situacion de “subdesarrollo nacional” supone un modo de ser que a la vez depende de vinculaciones de subordinacién al exterior y de la reorientacién del com- portamiento social, politico y econdmico en funcién de “intereses nacionales’; esto caracteriza a las sociedades nacionales subdesarrolladas no sdlo desde el punto de vista econdmica, sino también desde la perspectiva del comportamiento y la estructuracién de los grupos socia- les. De ahi que Ja finalidad del andlisis integrado del proceso de desarrollo nacional consista en determinar las vinculaciones econémicas y politico-sociales que tie- nen lugar en ¢] ambito de Ja nacién. Esas articulaciones se dan a través de la accién de los grupos sociales que en su comportamiento real ligan de hecho la esfera eco- némica y politica. Gonviene subrayar que dicha accion se refiere siempre a la nacién y a sus vinculaciones de todo orden con el sistema politico y econémico mundial. La dependencia encuentra asi no s6lo “expresién” in- terna sino también su verdadero cardcter como modo determinade de relaciones estructurales: un tipo espe- cifico de relacién entre las clases y grupos que implica una situacién de dominio que conlleva estructuralmente la vinculacién con el exterior. En esta perspectiva, el 30 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO andlisis de la dependencia significa que no se la debe considerar ya como una “variable externa”, sino que es dable analizarla a partir de la configuracién del sistema de relaciones entre las distintas clases sociales en el Am- bito mismo de las naciones dependientes. Para emprender este andlisis también debe desecharse la idea de que la accién de las clases y las relaciones entre éstas tengan en los paises dependientes un cardcter sernejante al que se dio en los paises centrales su fase de desarrollo originario. La hipétesis mas generalizada sobre el modo de funcionamiento del sistema politico y econdmico en los inicios del proceso de desarrollo en los paises centrales supone que el libre juego del mercado actuaba, por asi decirlo, como Arbitro para dirimir el conflicto de intereses entre los grupos dominantes, De ahi que Ja racionalidad econémica, medida. por el lucro, sé imponia como norma a la sociedad y que el consu- mo y la inversién se definian dentro de los limites esta- blecides por el crecimiento de! sistema econédmico. Se suponia, ademas, que la posibilidad de, expansién del sistema se debia a la existencia de un grupo dindmico que controlaba las decisiones en materia de inversién y que dominaba las posiciones de poder necesarias y su- ficientes para imprimir al conjunto de Ja sociedad una orientacién coincidente con sus intereses, La clase eco- némica ascendente poseia, pues, eficiencia y consenso. Con toda la simplificacién inherente a ese esquema, se consideraba que los grupos dirigentes expresaban el interés general y que, en esas condiciones, el mercado funcionaba adecuadamente como mecanismo reculador de los intereses generales y de los intereses pacticulares. En este caso se entendia por “funcionamiento adecua- do” la capacidad de servir al crecimiento econémico, descartando la hipdtesis de que existieran otros grupos que presionaran para participar en los frutos del “pro- greso” y en el control de las decisiones. Sélo mucho después de realizado el esfuerzo inicial de industriali- zacién, estuvieron las clases populares en condiciones de hacerse presentes en las sociedades industriales como EL “SUBDESARROLLO NAGIONAL” 31 fuerza politica y social participante.* Lo que contribuyé al éxito de las economias nacionales en les paises de “desarrollo originario” fue el hecho de que éstas se con- solidasen simultancamente con la expansion del merca- de mundial, de manera que dichos paises pasaron a ocupar las principales posiciones en el sisterna de do- minacién internacional que se establecia. Sin confiar demasiado en el valor del esquema pre- sentado para caracterizar las condiciones generales del “desarrollo originario”, que es poco preciso y de carac- ter muy amplio, es evidente que hay diferencias signi- ficativas entre ese esquema y lo que ccurre en América Latina. En efecto, dado que existen relaciones de sub- ordinacién entre las regiones desarrolladas y las insu- ficientemente desarrolladas —o, mejor dicho, entre las sociedades centrales y las dependientes—, el andlisis no puede desconocer esa caracteristica basica, para presen- tar como una desviacién lo que realmente es una ma- nera de ser. Entre los conceptos “desarrollo” y “sistema capitalis- ta” se produjo tal confusién que se Ilegé a suponer que para lograr el desarrollo en los paises de la periferia es necesario repetir la fase evolutiva de las economias de los paises centrales. Sin embargo, es evidente que el proceso capitalista supuso desde sus comienzos una re- lacién de las economias centrales entre ellas y otra res- pecto a las periféricas; muchas economias “subdesarro- Nadas” —como es el caso de las latincamericanas— se incorporan al sistema capitalista desde los comienzos de Ja formacién de las colonias y luego de los estados na- cionales y en él permanecen a lo largo de tedo su trans- curso histérico, pero na debe olvidarse que lo hacen como economias perifericas. Los distintos momentos histéricos del capitalismo no deben estudiarse, pues, con el afan de encontrar su re- 6, Sobre este punto véase Alain Touraine, “Industrialisation et conscience ouvriére a Sao Paulo”, en Sociologie du Travail, abril de 1961. 32 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO peticién retrasada en los paises de la periferia, sino para saber cémo se produjo, en cada momento particular, la relacién entre periferia y centro. Son varios los aspectos por analizar; uno de ellos se refiere a los caracteres del capitalismo como sistema econdédmico internacional. De otra manera, si en el proceso pueden distinguirse mo- mentos de predominio tales como el capitalismo mer- cantil, el capitalismo industrial y el capitalismo finan- ciero, no nos corresponde preguntarnos ‘a cual de estos momentos se aproximan las economias latineamericanas en la actualidad, puesto que de hecho no constituyen economias separadas del mercado capitalista internacio- nal, sino que es necesario esclarecer qué significé en términos de “estructuras de la economia” y “estructura social” Ja relaci6n de dependencia para los paises la- tinoamericanos durante estos distintos momentos. Lo mismo sucede con los conceptos “capitalismo competi- tive” y “capitalismo monopélico” que se dan como tendencia en las tres etapas sefialadas del capitalismo, aunque con mayer acentuacién de uno u otro de les términos en cada caso. Asimismo corresponde al andlisis determinar la signi- ficacién de estos conceptos con respecto a Jos sistemas nacionales dependientes. Lo expuesto también tiene connotaciones histéricas de cierta importancia. Los paises latincamericanos, co- mo economias dependientes, se ligan en estas distintas fases del proceso capitalista a diferentes pafses que ac- than como centro, y cuyas estructuras econdémicas inci- den significativamente en el cardcter que adopta la relacién. El predominio de la vinculacién con las me- trépolis peninsulares —Espafia o Portugal— durante el periodo colonial, la dependencia de Inglaterra més tarde y de Estados Unidos por ultimo, tiene mucha sig- nificacién. Asi, por ejemplo, Inglaterra, en el proceso de su expansién como economia, exigia en alguna me- dida el desarrollo de las economfas periféricas, depen- dientes de ella, puesto que las necesitaba para abaste- cerse de materias primas. Requetia, por consiguiente, EL “SUBDESARROLLO NACIONAL” 33 que la produccién de las economfas dependientes lo- grara cierto grado de dinamismo y modernizacién; estas mismas economias, ademds, integraban el mercado com- prador de sus productos manufacturados, por lo que también era evidentemente necesario que se diera en ellas cierto dinamismo. La economia estadounidense, en cambio, contaba con recursos naturales y con un mercado comprador interno que le permitia iniciar un desarrollo més auténomo en relacién con las economias periféricas, es mas, en algunes casos la ubicaba en situa- cién de competencia con respecto a los paises producto- res de materias primas. La relacién de dependencia ad- quiere asi una connotacién de control del desarrollo de otras economias, tanto de Ja produccién de materias pri- mas como de la posible formacién de otros centros eco- némices. El papel dinamizador de la economia de Esta- dos Unides respecto a las economias latinoamericanas. en la etapa anterior a la formacién de Jos “conglome- trades” actuales, es, por consiguiente, menos importante que en el caso anteriormente descrito. Metodolégicamente no es licito suponer —dicho sea con mayor rigor-— que en los paises “en desarrollo” se esté repitiendo la historia de los paises desarrollados. En efecto, las condiciones histéricas son diferentes: en un caso se estaba creando el mercado mmndial parale- lamenie at desarrollo gracias a Ja accién de la denomi- nada a veces bourgeoisie conquerante, y en el otra se intenta el desarrollo cuando ya existen relacianes de mercado, de indole capitalista, entre ambos grupos de paises y cuando el mercado mundial se presenta di- vidido entre el mundo capitalista y el socialista. Tam- poco basta considerar las diferencias como desviaciones respecto de un patrén general de desarrollo, pues los factores, las formas de conducta y los procesos sociales y econdémicos, que a primera vista constituyen formas desviadas o imperfectas de realizacién del patrén cl4- sico de desarrollo, deben considerarse mas bien como nucleos de] andlisis destinade a hacer inteligible ef sis- tema econdémico-social. 34 ANALISIS INTEGRADO DEL DESARROLLO 6. LoS TIPOS DE VINCULAGION DE LAS EGONOMIAS NAGIONALES AL MERCADO Debe tenerse en cuenta que, al romperse el “pacto co- lonial”, Ia vinculacién entre las economias periféricas y el mercado internacional asume un cardcter distinto, ya que en esta relaci6n a la condicién de “economia periférica” debe agregarse la nueva condicién de “na- cién independiente”. La ruptura de lo que los historiadores llaman el “pacto colonial” y la primera expansién del capitalis- mo industrial europeo son, pues, los rasgos histéricos dominantes en el periodo de formacién de las “nacio- nes nuevas” en el siglo xrx. La expansién de las eco- nomias centrales industrializadas —primero la de In- glaterra y mas tarde la de Estados Unidos— no se realiz6 en el vacio, puesto que se encontré con sisternas econémicos y sociales ya constituides por efecto de la precedente expansién colonial. A partir del periodo de la independencia, desde el punto de vista socioJégico, la din4mica de las economias y de las sociedades recién formadas se presenta a la vez como refleja y como autéctona en la medida en que la expansién del centro encuentra situaciones nacionales que hacen posible dis- tintos tipos de alianza, de resistencia y de tensidn. El tipo de vinculacién de las economias nacionales periféricas a las distintas fases del procéso capitalista, con los diversos modos de dominacién que éste supone,- implica que la integracién a la nueva fase se realiza a través de una estructura social y econdmica que, si bien modificada, procede de la situacién anterior. Sern dis- tintos el modo y las posibilidades de desarrollo de una nacién que se vincula al sector exportador internacio- nal con un producto de alto consumo, segiin se verifique en el periodo del capitalismo predominantemente com- petitive o en el periodo predominantemente monopo- lista. De igual mode seran distintas, comparadas con las “colonias de explotacién’, las posibilidades de integra- cién nacional y de formacién de un mercado interno

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