You are on page 1of 12
INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL EN LAS CIENCIAS SOCIALES: REVISION DE LOS PRINCIPALES ENFOQUES ANALITICOS Salomén Gonzélez Arellano* INTRODUCCION Eneste articulo revisamos los principales enfoques analfticos que han permitido a la geografia y otras disciplinas de las ciencias sociales e] tratamiento de lo espacial en sus programas de inves tigacion. En el texto se reconoce el creciente interés por Ja dimen- sin espacial en las ciencias sociales y se parte de la idea de que la incorporacién de esta dimensién en un trabajo de investiga- cién puede presentar distintos grados de “compromiso”, abando- nando una postura dualista entre investigaciones “espaciales y “acspaciales”. Tres preguntas sintctizan el propdsito de este tra- bajo: ¢qué queremos decir cuando hablamos de la integracion del espacio en las ciencias sociales? éCuales son las principales estrategias metodolégicas que la geograffa ha desarrollado para el tratamiento de lo espacial? ¢Cudndo una investigacion en el cam- po de las ciencias sociales puede denominarse como espacial- mente explicita? EI] artfculo busca responder a cierta ambigiiedad sobre la manera en que el espacio puede formar parte de una agenda de investigaci6n en las ciencias sociales y humanidades. Conside- ramos Gtil trazar algunas de las posibilidades en que Ja incorpo- * Profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Auté- noma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa, Lineas de investigacion: movilidad, desarrollo urbano. Correo electrénico: . [161] ALEZ ARELLANO 162 SALOMON GONZ racién del espacio con distintos niveles de compromiso puede colaborar en el abordaje de los problemas de investigacion en las ciencias sociales. Esta reflexién se enmarca ante la evidencia de una renoyada preocupaci6n por integrar la especialidad tanto en el estudio de la estructura y los procesos sociales como en el disefio y la aplicacién de politicas ptblicas. En este sentido, Lévy (1999) scfiala que “la dimension espacial del estudio de las so- ciedades toma un lugar creciente en el desenvolyimiento de las distintas disciplinas y en las contribucioncs interdisciplinarias a las teorfas generales de lo social”. Una muestra de lo anterior se puede apreciar cn recientes publicacioncs donde se trata preci- samente, desde distintas perspectivas, la importancia del espacio en la investigacién de las ciencias sociales y humanidades (Cli- fford y Valentine, 2003; Negrete, Levi et a?., 2003; Goodchild y Janelle, 2004; Flowerdew y Martin, 2005; Steinberg y Steinberg, 2006). Este trabajo hace una reflexién acerca del giro espacial con el propésito de entender el telén de fondo hacia el que algunos Programas de investigaci6n estén reorientando sus objetivos, referentes tedricos, hipétesis, tecnicas y métodos de investigacién, por decir algunos aspectos sensibles a la integracién de lo espa- cial. Dentro de esta gama de transformaciones, hemos decidido enfocarnos en los métodos de investigacién con el fin de captar la diversidad y el grado en que es posible integrar el espacio en una reflexi6n cientifica. Una revision de los métodos ofrece la po- sibilidad de identificar de manera directa y clara el grado en que se integra el componente espacial de los datos, su tratamiento y su interpretacion, asi como su articulacién en el problema de inves- tigacin dclimitado. Esta revisién y su consecuente clasificacién se limita a la investigacién empfrica, teniendo como principal ob- jetivo estimular la imaginacién en el desarrollo de investigacio- nes y presentar a estudiosos de las ciencias sociales algunas de las estrategias con las que es posible integrar cn sus trabajos la dimen- si6n espacial. INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 163 El capitulo se compone de cuatro secciones. Después de esta introducci6n, la segunda parte del documento revisa brevemen- te lo que algunos autores han identificado como el giro espacial en las ciencias sociales. Presentamos algunos de los factores que explican este interés por lo espacial y algunas evidencias que mucs- tran en el medio cientifico y escolar estas preocupaciones. En la tercera seccién se hace una revision de los principales enfoques analfticos, sus principales caracteristicas y de cémo podemos ubi- carlos dentro de una postura cpistemolégica. Estos enfoques son ilustrados a partir del andlisis de la ciudad, objeto de estudio que se distingue por permitir un tratamiento interdisciplinario y de fuerte espacialidad. Por tiltimo, concluimos con una reflexi6n sobre lo que implica el pensar espacialmente en las ciencias sacia- les y esbozamos lo que a nuestro parecer representan las prin- cipales ventajas en el desarrollo de una ciencia espacialmente explicita. EL GIRO ESPACIAL La expresion “giro espacial” (spatial carn) hace alusin a lo que ciertos autores han identificado como “el crecicntc y renovado interés” de las ciencias sociales y humanidades por lo espacial. Los trabajos que reconocen esta transformaci6n sugieren que este interés coincide, por un lado, con una renovacién teérica y me- todolégica en la geografia, impactando a disciplinas cercanas, y, por otro lado, con una serie de sucesos contextuales (econdmi- cos, politicos y culturales) que han favorecido el surgimiento de una mayor sensibilidad del papel que juega el espacio en la pro- duccién y reproduccién de las relaciones sociales (Soja, 1989; Lévy, 1999; Goodchild y Janelle, 2004; Falkheimer y Jansson, 2006; Warf y Arias, 2008). En una lectura de estos trabajos, los autores reconocen una subordinacién del espacio al tiempo en el desarrollo de las cien- cias sociales durante el siglo XIX. Esto es entendido desde una 164 SALOMON GONZALEZ ARELLANO conciencia de la modernidad, cuya visi6n lineal del progreso pone poca atencién a la dimensién espacial en relacién con el gran énfasis puesto en lo temporal. La recuperacién de un papel mas relevante por parte del espacio en el pensamiento cientifico fue lograndose gradualmente a lo largo del siglo Xx. Por mencionar algunas de las mas notables aportaciones que se dieron durante este siglo a la reflexi6n espacial cn las ciencias sociales, podemos sefialar el gradual abandono de una visién del espacio como con- tenedor, absoluto y neutro, de algo dado y preexistente, y cxterno a la experiencia de las personas. Esta postura ha sido sustituida Por perspectivas que transitan por un papel activo de los proce- sos sociales en la produccién de lo espacial, de la incorporacion de subjetividades, representaciones € imaginarios en la espacia- lidad de las personas y sus colectividades. Aqui las aportaciones de personalidades como Georg Simmel, Erving Goffman, Hen- ti Lefebvre, Bruno Latour y Yi-Fu Tuan son relevantes en esta transicion de vision del espacio. Por otro lado, siguiendo la evo- luci6n de la geografia misma, no podemos descartar la importan- te influencia que ejercié la gcografia cuantitativa durante varias décadas. Cabe sefialar que mas alld de la incorporacién de he- tramientas estad{sticas al andlisis de lo espacial, y de la compro- bacién de hipétesis, este enfoque buscaba superar un abordaje ideogréfico con el propésito de generar modelos viables a su ge- neralizaci6n y la enunciacién de “leyes espaciales”. La corrien- te humanista se encargaria de ofrecer alternativas muy distintas a lo que la geografia cuantitativa desarrollé durante su primera etapa de vida. La incorporacién del tiempo en el andlisis de lo es- pacial puede ser otro momento destacado cn el desarrollo de las ciencias sociales, La aportacidn de Hagerstrand en una geogra- fia del tiempo abrié la puerta a un campo de la investigacion ac- tualmente en gran innovacion. Los procesos de difusién espacial han tenido resonancia en areas de innovacién, como en las epi- demias 0 la geografia electoral. Laglobalizacién y el auge de las tecnologias de la informacion y la comunicacién han resultado campos fértiles para la incorpo- INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 165 raci6n de lo espacial. El espacio de Aujos, que Castells harfa popu- lar con su sociedad de la informaci6n, pone en evidencia la cre- ciente importancia que una métrica espacial distinta a la de los territorios adquiere para complementarse con la configurada en redes. De una forma muy cercana, las movilidades han llamado fuertemente la atenci6n de las ciencias sociales. Lo que John Urry designa como cl nuevo paradigma dec las ciencias sociales, las movilidades de personas, bienes, informaciones y capitales, pone énfasis en las mutaciones territoriales (ambientales, econémicas, identitarias, politicas y sociales) derivadas de estos flujos de in- teraccién espacial. Por su lado, en la globalizaci6n se reconoce un componente espacial ineludible. Numerosos autores incorpo- ran el juego de escalas en los impactos del binomio local-global sobre la cultura, la economia y la politica. Peter Taylor, Saskia Sassen, Manuel Castells, Jacques Lévy, entre muchos otros, han hecho explicito el espacio, sus nuevas configuraciones y cl juego de escalas cn el andlisis de los procesos de globalizacién. Muchos otros rasgos, tematicas y problemas de investigacién pueden ser expuestos como ejemplos de la manera en que las ciencias socia- les estan gradualmente incorporando lo espacial en sus agendas de investigacién. El fenémeno urbano a escala planctaria, los nue- vos patrones migratorios, los nuevos contextos geopoliticos ante las crisis de recursos naturales como el agua y el petréleo, el im- pacto de las tecnologfas de la informatica y la comunicacién sobre las estrategias espaciales como la telemedicina, y la construcci6n de imaginarios como los territorios del miedo y la estigmatiza- cién, son algunas de muchas otras avenidas donde una depen- dencia espacial resulta cada vez mds evidente. Sin embargo, la idea del giro espacial no esté asociada tini- camente a las contribuciones de la elite intelectual de las ciencias sociales; se trata mds bien “[...] de un pensamiento social mas am- plio que refleja transformaciones en Ia economfa, la politica y la cultura [...] es decir, la produccién de ideas espaciales slo se pue- de comprender en la produccién de espacialidad” (Warfy Arias, 2008). 166 SALOMON GONZALEZ ARELLANO A partir de estos autores podemos identificar una serie de fac- tores que explican la emergencia y el desarrollo del giro espacial en las ciencias sociales. Entre los factores que podrian dar cuen- ta del gradual interés por el espacio, la literatura hace énfasis en los procesos de globalizacién reciente que experimentan la eco- nomia, la politica y la cultura. Efectivamente, se evocan las re- cientes transformaciones geopoliticas, la intensificaci6n de flujos migratorios, la reterritorializacién del capital, las reestructura- ciones del mercado laboral, el impacto de los medios y el con- sumo cultural, las nuevas configuraciones de las identidades, el efecto de las tecnologias de la comunicacién, especialmente de internet, el turismo, etc. Todas estas manifestaciones presentan un claro y fuerte componente espacial. Por otra parte, las trans- formaciones ambientales y climaticas, y los consecuentes discur- sos cientificos, periodfsticos y politicos, ponen en evidencia el vinculo entre sociedad y territorio. La toma de conciencia de que “el espacio importa” ha sido incorporada de manera muy desigual entre disciplinas como en- tre investigadores, Entre los trabajos que integran esta dimension en sus estrategias de investigacion se puede advertir una gran di- versidad de enfoques, métodos, herramientas y gradientes de in- tegracién. Cabe destacar que la dimensién espacial ha venido a ser, sin buscarlo, el mejor medio para tender puentes entre las disciplinas. Esta interpretacién claramente pragmatica se basa en que algunas experiencias han demostrado que el incorporar categorfas espaciales favorece la comprensién del fenémeno es- tudiado, al identificar elementos que no estaban originalmente considerados en el andlisis y al representar, por medio de la vi- sualizacin, los datos productos de las observaciones, asi como Jos resultados de su andlisis. Incluso, la literatura anglosajona ha denominado Space as Basis for Integration a la perspectiva me- todolégica que ofrece la integracién espacial para cl desarrollo de estudios interdisciplinarios (Goodchild y Janelle, 2004). Esta pudiera ser, por sf misma, una buena raz6n para incorporar el es- pacio en las nuevas metodologias de investigacién; sin embargo, INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 167 aun permaneciendo (uni)disciplinario, el espacio permite aclarar y mejorar la capacidad de explicacién de muchos de los proble- mas de investigacién de distintos campos de interés de las cien- cias sociales. En este sentido, Harvey va més lejos al afirmar que “las construcciones teéricas “a-espaciales” de las disciplinas cer- canas (a la geograffa) tienden a desmoronarse al confrontarlas con el espacio y el lugar, a menudo al grado de que el problema teorico debera ser replanteado, radicalmente modificado, o completamente abandonado”.! Algunas evidencias permiten complementar la imagen de estas tendencias en las ciencias sociales. Una revision de revistas cientfficas en ciencias sociales muestra que la incorporacién de la dimensién espacial en las ciencias aumenté de 1.3 por ciento a3.7 por ciento cntre 1980 y 2001 (Csiss, 2003). Por otra parte, la misma fuente sefiala que a partir de un sondeo entre profesores- investigadores en distintas aéreas de las ciencias sociales se €X- ploré el papel que tiene el espacio en sus actividades académicas. Los resultados son contundentes, muestran quc 88 por ciento de los entrevistados estaban de acuerdo en “la creciente eviden- cia de un pensamiento y andlisis espacial en mi disciplina a lo largo de la Gltima década”; del mismo modo, 91 por ciento estan de acuerdo en “tengo expectativas en que los enfoques espacia- les tengan un papel importante en mis investigaciones y cursos futuros” (CSISS, 2003). En cuanto a las practicas de ensefianza, SC advierte, tanto por parte de los profesores como de las institucio- nes educativas, una serie de modificaciones en los curriculos, con- tenidos de cursos y técnicas pedagégicas, todas orientadas hacia una mayor atencién a la dimensién espacial. Un ejemplo de esto es la iniciativa del Consejo Nacional para la Investigacion en Estados Unidos, que consiste en apoyar el desarrollo del pensa- miento espacial y los sistemas de informacién geografica en el sistema educativo nacional (Alibrandi, 2003; National Academies Press [U.S.], 2006). ' Citado por Gould y Strohmayer en Benko y Strohmayer, 2004:31. 168 SALOMON GONZALEZ ARELLANO, En cste mismo sentido, conocemos pocos estudios que ex- ploren la evolucién de la dimensién espacial en las ciencias so- ciales en México. Si bien la institucionalizaci6n de la geografia cen México como ciencia formal es trazada en el siglo XVIII con la creacion de la Sociedad Mexicana de Geografia y Estadistica, se mantiene durante muchos afos anclada esencialmente en cl estudio del espacio fisico y como compiladora de la distribuci6n territorial de los recursos naturales dentro de un proyecto poli- tico de nacién. Un panorama sobre cl desenvolvimiento de esta disciplina en el pais muestra cémo a finales de la década de los setenta la geografia humana registra un periodo de florccimien- to, reflejando asi lo joven de esta profesion en el pafs (Aguilar y Moncada, 1994; Bernal, 2003). Por otro lado, Garza hace una re- vision de 50 afios de investigacin urbana y regional en el pais; analiza desde estos campos de estudio y desde otras disciplinas, como la sociologia, la antropologia, la historia, etc., la manera cn que han evolucionado en nimero, lugares de interés, estrate- gias metodolégicas. Los resultados muestran un creciente ntimero de articulos, capitulos y libros que tratan acerca del territorio, y que desde 1941 no han dejado de aumentar; cn especial llama la atenci6n la década de los ochenta, cuando se duplicé el nimero de publicaciones, siendo la sociologia y la antropologia las dis- ciplinas con mayor participacidn en estudios territoriales, yco- mo puede esperarse, la ciudad de México fue el principal lugar de estudio (Garza, 1996). Recientemente comenzaron a hacerse al- gunos balances, estados del arte o revisiones sobre las geografias temdticas en México y América Latina donde se advierte un gran dinamismo de la disciplina con temas, programas y métodos emer- gentes (Lind6n y Hiernaux, 2006). Ademas, cabe mencionar que las asociaciones, redes 0 seminarios con un componente espacial, territorial o urbano-regional muestran un auge en la vida uni- versitaria mexicana. Algunas evidencias de lo anterior son, por ejemplo, la consolidacién de numerosas redes de investigacion na- cionalcs ¢ internacionales, el surgimiento y la consolidacién, des- de la década de los ochenta a Ia fecha, de mas de 35 programas INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 169 de licenciaturas y 19 programas de posgrado con temas explicita- mente territoriales. La aparicién de revistas cientificas cuyos temas estan asociados a la cuestién urbana y regional es importante (32 publicaciones periddicas), asi como los seminarios especializa- dos en el tema, relacionados con lo social y ¢l espacio, donde se pone de manifiesto que “parte del reconocimiento de que la di- mensi6n espacial de los procesos sociales que afectan hoy el mun- do, no puede soslayarse, y de que los esfuerzos por avanzar en mplicaciones de estos cambios lograran re- ncorporan consideraciones de ca- lacomprensi6n y las sultados mis satisfactorios s: rdcter territorial” (Negrete, Levi et al., 2003). A pesar de esta aparente efervescencia, Soja advierte que el giro espacial no ha alcanzado a posicionarse en la corriente do- minante de la mayor parte de las ciencias sociales, y se muestra optimista al sefialar que “su expansién tiene el potencial de ser una de los mas influyentes progresos intelectuales y politicos del siglo XXI” (Soja, 2008). En este sentido, consideramos que hay buenas razones para poner un mayor interés en la manera en que las ciencias sociales estan incorporando la dimensién es- pacial en sus distintas etapas de gencracién de conocimiento, y para preguntarse si realmente esto hace una diferencia signi- ficativa en la generacién de conocimiento cientifico. Los autores que apoyan cl giro espacial, sosticnen que se esta transitando a una postura donde el espacio no es simplemente un reflejo pa- sivo de lo social, sino que juega un papel activo en su produccién y reproduccién: “[...] space has become indispensable across the social sciences and humanities. In this light, the spatial turn is irreversible” (Warf y Arias, 2008). ENFOQUES METODOLOGICOS PARA ABORDAR LA ESPACIALIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES La evolucién de los métodos geograficos pucde ser una primera alternativa para distinguir lo que esta disciplina ha desarrollado AREL 170 SALOMON GONZAL} NO en cuanto al tratamiento de lo espacial. Numerosos textos mues- tran la evolucién de la geografia destacando las rupturas de pa- radigmas y de consecuentes cambios en los métodos y técnicas de investigacion (Claval, 2001; Negrete y Levi, 2003; Bassin, 2004; Goodchild y Janelle, 2004). La resefia de estas transformaciones permite dar cuenta, ademds de las preocupaciones tematicas, de las posturas epistemoldgicas que estos cnfoques han privilegia- do. En este sentido es posible distinguir al menos cuatro grandes enfoques analiticos para abordar el cstudio del espacio. Estos en- foques incorporan el espacio con distinto nivel de compromiso y hacen posible asociar cada uno de estos enfoques con cada uno de los momentos en el proceso de la construccién del conoci- miento: 7) con un énfasis descriptivo tenemos al enfoque ana- litico orientado al lugar (enfoque ideografico); 2) con un énfasis explicativo tenemos al andlisis espacial (enfoque nomotético); 3) con un énfasis comprensivo incluimos al enfoque analitico orien- tado al sujeto, y 4) con una inclinacién hacia la prediccion estan los modelos de simulacién espacial. Enfasis descriptivo: el andlisis orientado al lu, (gar La descripcién tiene una larga tradicién y arraigo cn el método geografico. Las primeras herramientas para la observacién y registro cxigieron el desarrollo descriptivo adecuado de paisajes y regiones. El trabajo cientifico descriptivo tiende a ser menos- preciado cuando implica habilidades cognitivas rigurosas en la medida en que este esfuerzo desahoga lo aparente por lo esen- cial de una observacién (Pradeau, 2003). El enfoque analitico orientado al lugar se refiere al modo de estudiar cl espacio des- de sus relaciones “verticales”, es decir, a partir de la integracién multidimensional de las caracteristicas de los lugares: sus con- diciones naturales y las acciones humanas. Este enfoque pode- mos asociarlo a una ciencia ideografica interesada en el registro de las especificidades de los lugares, de sus propiedades particu- INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL, 171 lares y sin pretensiones de evocar grandes gencralizaciones. A este tipo de enfoque se le conoce en la geografia anglosajona como place-based analysis 0 local analysis, y entre los geégrafos fran- ceses se le asoci6 a la geographie regionale, actualmente geographie des territoires (Goodchild y Janelle, 2004; Dencux, 2006). Desde un punto de vista epistemolégico, este enfoque puede ser asocia- do de manera muy general a una postura cuyo énfasis es fuer- temente deseriptivo. La ciudad ha sido un objcto ampliamente estudiado desde este €nfasis descriptivo de su espacialidad. Uno de los mejores ejem- plos son los estudios sobre la morfologia, los cuales se han de- dicado a la descripcién de la forma urbana. La observaci6n de la configuracién de las calles, la forma y disposicién de edificacio- nes, estilos y usos del suclo son las principales lineas de interés de este tipo de trabajo de caracter principalmente monografico. Numcerosas tesis sobre estudios urbanos dedican un capitulo a la descripcién del lugar de estudio: la localizacién, poblacion, super- ficie, distribucién de actividades econémicas, estructura residen- cial, etc., todo lo necesario para entender la especificidad del lugar. Enfasis en la explicacién: anilisis espacial Este enfoque de andlisis del espacio esta orientado a captar las disparidades espaciales a partir de las relaciones “horizontales” que se establecen entre los lugares. Las interacciones espaciales estan en el centro de interés de este enfoque que busca compiens der cémo las sociedades producen el espacio a partir de sus accio- nes. A diferencia del andlisis orientado al lugar, este enfoque se acerca mds a una perspectiva nomotética al pretender identificar reglas generales de la organizacién del espacio, la generacién de modelos explicativos, etc. (Pumain, Saint-Julien ez a/., 2004). E] andlisis espacial pone énfasis en la dependencia espacial del fenémeno que se busca explicar, es decir, el explicar cémo el cam- bio del arreglo espacial del problema de estudio produciré necesa- 12 SALOMON GONZALEZ ARELLANO. riamente un efecto significativo sobre alguno de los atributos de alguno 0 varios de los elementos del sistema (por ejemplo: el cam- bio de distancia al centro de la ciudad cambia el valor del suelo) (Goodchild y Janelle, 2004). Este enfoque puede ser identificado por su orientaci6n a explicar e identificar el sistema de causali- dadcs del problema de estudio (Bavoux, 1998, 2002) El andlisis espacial se ha apoyado desde muy temprano en los métodos cuantitativos, particularmente en la estadistica espa- cial y el desarrollo de la tecnologfa inform4tica, especialmente con el florecimiento de los sistemas de informacién geogrdfica. Actualmente existen numerosas herramientas que permiten apli- car complejos procedimientos de anilisis de datos espaciales. Una de estas familias de procedimientos cs el andlisis exploratorio de datos espaciales (ESDA, por sus siglas en inglés; E en espanol) y que consiste en un conjunto de principios para la identificaci6n de patrones espaciales. Ademis del AEDE, el andlisis espacial or- ganiza su contenido en dos grandes familias: una centrada en la diferenciacién espacial y otra en la interaccién espacial. La primera busca identificar, medir y caracterizar las cstructuras cspaciales, mientras quc la segunda trata los flujos que existen entre los lugares. Elespacio urbano ha sido, junto con cl espacio regional, uno de los primeros lugares donde se ha aplicado el andlisis espacial. La ecologia urbana en su inicio buscé identificar patrones espa- ciales que pudicran estar presentes en otras ciudades, es decir, és- ta busca identificar patrones y construir modelos con cierto grado de generalizacién. Los métodos cuantitativos, el acceso a bases de datos espaciales y el desarrollo de herramientas informaticas fa- vorecicron cl estudio de la ciudad desde esta perspectiva. La eco- logfa factorial es un buen ejemplo de esto al analizar de manera masiva datos sobre las caracteristicas sociales de los lugares que diferencian el espacio interno de la ciudad. La dependencia espa- cial de los patrones sociorresidenciales ha sido explorada a partir de su distancia al centro urbano, a los principales ejes de comu- INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 173 nicacié6n o cn la conformacién de agrupamientos m4s 0 menos homogéneos (clusters). En cuanto al andlisis de la interaccién espacial, cl andlisis de los flujos migratorios, la movilidad resi- dencial 0 cotidiana en el interior de las ciudades, es una de las principales preocupaciones en los estudios urbanos donde la generacion de modclos, como el modelo gravitacional, ha podi- do estimar el papel de lo espacial (tamaiio, distancia y Alujos) en la estructura y dindmica urbana. Cercano al andlisis espacial tenemos un enfoque que por su importancia es necesario mencionar. Apoydndose en la teoria de sistemas, y con el propésito de analizar las interacciones entre naturaleza y sociedad, se desarrolla el concepto de “geosistema”. Un gcosistema permite analizar un territorio desde las relacio- nes de tres enfoques complementarios: a) desde su estructura es- pacial (integra las relaciones verticales y horizontales), 6) en su funcionamiento (al identificar relaciones causales), yc) en el cam- bio o estabilidad de estados (mutaciones cualitativas), de ahi que representa una perspectiva que integra lo espacial y lo temporal. El enfoque muestra un avance en los trabajos de la geografia fisi- caal integrar la dimensién humana. En efecto, el reconocimiento de una complejidad sistémica en el andlisis en la geografia re- cibe gran interés durante la década de los afios sesenta y seten- ta, al grado de estar asociada a la soluci6n entre una geografia ideografica y una nomotética, entre lo general y lo particular, por lo que para algunos es “la tinica herramienta que resume el mé- todo geogrdfico” (Brunct citado por Dencux, 2006:138). Enfasts comprensivo: enfoque analitico orientado al sujeto Una perspectiva comprensiva se da normalmente en oposicién alaexplicaci6n e implica una postura epistemolégica que consis- te en buscar el sentido de un fenémeag social a través de un pro- ceder de empatia con los individuos y los sujetos. El investigador 174 SALOMON GONZALEZ ARELLANO busca ponerse en el lugar del sujeto con el propésito de aprehen- der desde el interior la naturaleza de las motivaciones y de sus representaciones (Di Méo, 2000). El andlisis espacial provoca criticas porque, para algunos, es positivista en exceso y resulta insuficiente para el entendimiento de las subjetividades. La geografia humanista reacciona enton- ces proponiendo un enfoque del espacio que ponga en el centro a los sujetos. El interés por comprender el espacio como parte importante de las subjetividades hace integrar métodos desarro- Ilados por la sociologfa de las representaciones, la antropologfa del imaginario, la semiologia del espacio y de la psicologia social. En esta perspectiva encontramos una riqueza metodolégica tanto en su diversidad como en su constante innovaci6n. El acerca- miento entre la geografia y las disciplinas en las que fueron ori- ginalmente desarrollados en su mayorfa estos métodos se explica por tres circunstancias: a) el interés por el contexto, 4) la idea de que los individuos cuentan con competen én yc) el surgimiento de una visién del espacio a partir de la subjetivi- dad de las personas (Grosjean y Thibaud, 2001). Los trabajos que se posicionan en esta linea reconocen la importancia de re- cuperar los saberes populares cspaciales y parten de una nocién del espacio como algo no neutro, sino que representa, significa y simboliza algo para alguien. En este sentido, se observa cl florecimiento de una seric de técnicas cualitativas cuya principal fuente de datos es el sujeto y su relacién con el espacio. Los manuales de investigaci6n re- : las s de dec gularmente identifican las técnicas para la colecta de dato: entrevistas en profundidad, el relato de vida, las imagenes co- mentadas, la produccién de mapas mentales, etc. Por otro lado, estan las técnicas de observaci6n participante, la observacién de comportamientos in site y cl acompafiamiento de desplazamicn- tos comentados (Limb y Dwyer, 2001; Bavoux, 2002; Hay, 2005). Dentro de esta perspectiva es posible distinguir una gran va- riedad de métodos y técnicas, todas orientadas a captar por vias INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 175 distintas el discurso, las representaciones y las practicas de los individuos. E] andlisis del discurso es una de las técnicas mAs re- currentes dentro de este enfoque analitico. El andlisis puede en- tonces derivar en dos grandes ramas: cl andlisis verbal y no verbal del discurso. Ademas de los métodos mencionados, cl campo de estudios relacién-persona-ambiente ha desarrollado el enfoque analitico del paisaje sensible (imagenes, sonidos, olores, texturas). El len- guaje no verbal del medio construido ha resultado otra fuente de informacién sobre el vinculo entre el espacioy los sujetos. La construcci6n de] espacio imaginario sc cxplica a partir de una relacién dialéctica entre las practicas, las representaciones y el espacio construido (Arruda y Alba, 2007). En cste sentido, Di Méo sc pregunta qué método podré ser el adecuado para tratar el es- pacio desde una perspectiva que toma en cuenta tanto el espacio concrcto como las subjetividades, representaciones de quienes loconstruyen y lo ocupan; “es el proceder dialéctico que yo qui- siera privilegiar. La dialéctica permite tomar en cuenta de manera permanente y critica las relaciones recfprocas, a veces concordan- tes, en ocasiones contradictorias del objeto y del sujeto, de lo mate- rial y de lo ideal, de la realidad espacial y de sus representaciones sociales” (Di Méo, 2000). La ciudad ha sido un laboratorio fructffero para este tipo de enfoque analitico. Podemos citar, por ejemplo, en el terreno de lo imaginario, el uso de la carta mental difundida en los trabajos que en los afios setenta realizé Kevin Lynch (1974) y cuya influen- cia entre arquitectos y urbanistas ha sido importante. En el campo de las representaciones del espacio y los imaginarios urbanos, los tiltimos afios han sido muy productivos en el andlisis del espacio urbano. La antropologia urbana, la geografia de las represcnta- ciones, la geografia cultural y la sociologia de la vida cotidiana han mostrado un énfasis comprensivo sobre el espacio a partir del sujeto. 176 SALOMON GONZALEZ ARELLANO Simulaci6n espacial: el comportamiento espacial con énfasis predictivo La simulaci6n es un tipo de modelado en el que se busca enun- ciar todas las relaciones simples que aparenta mantener la rea- lidad de estudio, y que est4 encaminadoa la prediccién de impactos sobre el territorio. Los métodos de simulaci6n son utilizados para derivar los comportamientos de un sistema cuando éste es de- masiado complejo como para ser modclado por medios analiti- cos més directos. En otras palabras, a diferencia de los modelos analiticos (del andlisis espacial), la simulacién identifica “histo- rias” y “reglas de comportamiento” y “las pone a funcionar” (Batty, 2001). La utilidad de este tipo de modelos consiste mas en su ca- pacidad de poner a prueba las explicacioncs causales expresadas en reglas que en su capacidad predictiva. En analogfa con las cicn- cias naturales, se tratarfa de una enfoque cuasi experimental. La literatura identifica dos tipos de simulaciones, la deterministica y la probabilistica, esta tiltima mds frecuentemente utilizada para la simulacién de procesos espaciales. Si bien la construccién de modelos, entendida como la re- presentaci6n simplificada de la realidad, puede estar presente en cualquicra de los enfoques anteriores, la simulaci6n espacial bus- ca representar el comportamiento de entidades geograficas de acuerdo con su arreglo y accidn espacial. Este enfoque se orien- ta a la construccién de una teorfa espacial dependiendo de la lo- calizacién de los objetos, y para enunciar estos comportamientos o reglas se apoya en conceptos operadores de la distancia, la co- nectividad, la localizacién, la adyacencia, etc. (Goodchild y Ja- nelle, 2004). Aunque la simulacién espacial esté emparentada con el enfoque sistémico y con cl andlisis espacial, la simulacién es en estricto sentido un ejercicio que puede darse fuera de estas dos posturas. El desarrollo del modelado basado en agentes (agent- based modelling) y de los modelos de autématas celulares ha per- mitido grandes progresos en la simulaci6n espacial. Estos enfoques han demostrado tener una clara orientaci6n a la generaci6n de INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 177 escenarios posibles del territorio. A grandes rasgos, este cnfoque busca identificar las reglas de comportamiento espacial de una entidad. Para el caso de los modelos de autématas celulares, el procedimiento consiste en entender las reglas que explican la trans- formacién de una parcela territorial (por ejemplo, cambio de usos de suelo), mientras que para los modelos basados en agentes se trata de la representacién del comportamiento de entidades es- paciales con capacidad para la toma de decisiones en respuesta de estimulos externos (por ejemplo, la localizacién de una empre- sa) (Sanders, 2001; Barredo, Kasanko et al., 2003). Como se puede advertir, el desarrollo de la simulacién espacial no se puede ima- ginar sin el apoyo de las técnicas informaticas y en especial de los sistemas de informacién geografica. La simulacién espacial es un campo en pleno desarrollo, por lo que su aplicacién en los estudios urbanos es atin limitado en relacién con otras tradiciones analiticas. Entre las principales apli- caciones podemos citar la simulacién del crecimiento urbano, del cambio del suelo y el transporte. Los modelos de simulaci6n en el campo de la economia espacial muestran una tradicién mas arraigada. La estimacién de impactos regionales cn ¢l empleo 0 en la necesidad de servicios como vivienda, transporte 0 edu- cacién son ejemplos de lo que modelos de simulacién relati- vamente simples como cl modclo de Lowry pueden ofrecer en laconstrucci6n de escenarios en medios urbanos y regionals. La simulacién espacial no goza entre las ciencias sociales de bue- na reputacion, “predecir” resulta para algunos algo poco serio y sobre todo cuando se trata de algo tan complejo como las di- ndmicas espaciales de las ciudades. Sin embargo, la anticipaci6n territorial se ha convertido en foco de interés para la gobernanza y la gestidn territorial para ciertos actores regionales. Tensiones y fuentes de debate Es de esperarse que ante tal diversidad de posturas metodolégi- cas emerjan la confrontacién y el debate, especialmente cuando al- 178 SALOMON GONZALEZ ARELLANO gunos de estos enfoques nacen en reaccién a la corriente dominan- te precedente. La historia del pensamicnto geografico permite re- conocer una serie de tensiones que han alirnentando el debate tedrico y metodolégico (y eventualmente ideolégico). Las princi- pales tensiones hacen referencia, algunas de ellas, a viejos dile- mas de la geografia, unas de problemas técnicos no resueltos, y otras de la confrontacién entre diferentes posturas ideoldgicas. i6n entre los La primera de las tensiones resulta de la separa métodos de estudio del espacio fisico o natural y los utilizados para el andlisis del espacio humano. Las diferencias, no sélo en térmi- nos de métodos, sino también en los paradigmas con que ambos campos cientificos han privilegiado uno u otro tipo de espacio, no han sido resueltas del todo. La segunda resulta de la oposicion recurrente entre métodos cualitativos y cuantitativos. En cuanto alos métodos cuantitativos es posible distinguir una renovacién y un desarrollo interesante hacia el andlisis de datos cualitativos y algunas categorias espaciales que hasta hace poco eran dificiles de analizar (Poon, 2004). En consecuencia, con Charre (2000) los datos espaciales pueden estar en este continuo, entre lo cualita- tivo y lo cuantitativo. Asociado al punto anterior, pero no ne- cesariamente dependiente, una tercera fuente de confrontacién consiste en la aparente oposicién entre lo subjetivo y lo objetivo en el andlisis del espacio en una investigacién social. Un cuar- to tema se refiere a las tensiones que tiene la investigacién entre lo singular y universal. Para concluir, dos tiltimos puntos: uno se refiere al manejo e interpretacién crrénco de datos con com- ponente espacial, y cl otro trata sobre aspectos éticos que el estu- dio espacial de lo social pone en cuestién (Hay, 2003). CONCLUSION: PENSAR ESPACIALMENTE LAS CIENCIAS SOCIALES Serfa falso afirmar quc las ciencias sociales han ignorado la dimen- si6n espacial en sus métodos de trabajo. Es justamente el cardcter TEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 179 indisoluble que mantienen los procesos sociales con el espa- cio lo que haria muy dificil cvacuarlo totalmente. Sin embargo, la presencia de la dimensién espacial puede tener muy distintos matices ¢ intensidades dentro de los trabajos de investigacion. En el presente texto hemos visto cémo la integracién de lo es- pacial en las ciencias sociales puede tomar diversos matices ¢ in- tensidades. Los distintos momentos del proceso de construccién del conocimiento cientifico nos permiten asociar para cada enfo- que analitico su grado de compromiso espacial. La tipologfa que aqui hemos esbozado no es exhaustiva. La diversidad de enfo- ques analiticos, de métodos y técnicas, hacen que nuestra revi- sién esté incompleta. Sin embargo, hemos querido mostrar que la incorporacién del espacio en las ciencias sociales puede pre- sentar distintos grados de compromiso epistemolégico. La integracién de la dimension espacial en las ciencias so- ciales obliga a reconsiderar la pertinencia de los métodos de inves- tigacin vigentes. Eventualmente, como lo han sefialado Harvey y Soja, entre otros, la integracién de esta dimensién implica una reflexidn ante los paradigmas, los métodos y las técnicas que en- marcan los trabajos de investigacién de estas disciplinas. Hemos visto que tomar en cuenta el espacio en alguna investigaci6n puc- de tencr distintos grados de “compromiso”; puede ser desde la simple localizacién del fenémeno de estudio con el proposito de contextualizar, como puede ser el escudrifiar el papel que tiene alguna categoria espacial (como la distancia) en la emer- gencia de relaciones espaciales (como la vecindad) que permiten laconfiguraci6n de estructuras espaciales (como la aglomeracio- nes urbanas) o que den pie, a partir de éstas, a modelar su fun- cionamiento con el propésito de evocar predicciones (como la variacién de valor de la renta del suelo). Consideramos que existen dos grandes aportaciones que la incorporacién de la dimensién espacial puede ofrecer a las cien- cias sociales. La primera se refiere al establecimiento de un traba- jointerdisciplinario, La investigacién basada en una integracion 180 SALOMON GONZALEZ ARELLANO espacial favorece la concurrencia de disciplinas, teorfas, métodos y técnicas enriqueciendo el entendimiento del problema de estudio de manera mAs integral. La segunda aportacién consis- te en que la coherencia interna de las ciencias sociales puede mejorar su relacién con la realidad exterior, haciendo sus teorfas un poco mas pertinentes gracias a la integracidn de lo espacial, componente indisoluble de una realidad social. BIBLIOGRAFIA Aguilar, A. G. y O. Moncada (1994), La geografia humana en México: instituctonalizacién y desarrollo recientes, México, UNAM/FCE. Alibrandi, M. (2003), GIS in the Classroom: Using Geographic Infor- mation Systems in Social Studies and Environmental Science, Portsmouth, NH, Heinemann. Arruda, A. y M.D. Alba (eds.) (2007), Espacios imaginarios y represen- taciones sociales, Espaita, Anthropos/UAM-Iztapalapa. Barredo, J. I., M. Kasanko er al. (2003), “Modelling Dynamic Spatial Processes: Simulation of Urban Future Scenarios Through Cellular Automata", en Landscape and Urban Planning, 64(3), pp. 145-160. Bassin, M. (2004), Horizons géographiques, Rosny-sous-Bois, Bréal. Batty, M. (2001), “Models in Planning: Technological Imperatives and Changing Roles”, en International Journal Applied Earth Observation and Geoinformation, 3(3), pp. 252-266. Bavoux, J. J. (1998), Introduction @ Vanalyse spatial, Paris, A. Colin. (2002), La géographie: objet, méthodes, débats, Paris, A. Colin Benko, G. y U. Strohmayer (2004), Human Geography: a History for the 21st Century, Londres/Nueva York, Arnold. Bernal, L. F. A. (2003), “La Sociedad Mexicana de Geografia y Esta- distica, la organizacién de la ciencia, la institucionalizacién INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 181 de la Geograffa y la construccién del pais en el siglo XIX”, en Investigaciones Geogrdficas, Boletin del Instituto de Geografia, 52, pp. 153-166. Claval, P. (2001), Epistémologie de la géographie, Parts, Nathan. Clifford, N. J. y G. Valentine (2003), Key Methods in Geography, Lon- dres/California, Thousand Oaks/Sage Publications. csiss (2003), Survey of Csiss Program Applicants and Participants 2000-2002, C. F. S. I. S. Science, University of California San- ta Barbara. Charre, J. (2000), “Quantitatif, qualitatif ct informel en information géographique”, en Llespace géographique, 3, pp. 273-278. Deneux, J.-F. (2006), Histoire de la pensée géographique, Paris, Belin. Di Méo, G. (2000), “Que voulons-nous dire quand nous parlons d'es- pace?”, en J. Lévy y M. Lussault, Logiques de Vespace, esprit des licux, Paris, Belin, pp. 37-48. Falkheimer, J. y A. Jansson (2006), Geographies of ‘Communication: the Spatial Turn in Media Studies, Géoteborg, Nordicom/Géote- borg University. Flowerdew, R. y D. Martin (2005), Methods in Human Geography: A Guide for Students Doing a Research Project, Harlow, Inglate- rra/Nueva York, Prentice Hall. Garza, G. (1996), Cincuenta aiios de investigacion en México, México, Colmex. Goodchild, M. F. y D. G. Janelle (2004), Spatially Integrated Social Science, Oxford/Nueva York, Oxford University Press. Grosjean, M. y J. P Thibaud (eds.) (2001), Lespace urbain en métho- des, Paris, Parentheses. Hay, 1. (2003), “Ethical Practice in Geographical Research”, en N.J. Clifford y G. Valentine, Key Methods in Geography, Sage, pp- 37-54. 182 SALOMON GONZALEZ ARELLANO (2005), Qualitative Research Methods in Human Geography, South Melbourne, Vic /Nueva York, Oxford University Press. Lévy, J. (1999), Le tournant géographique: penser l'espace pour lire le monde, Paris, Belin. Limb, M. y C. Dwyer (2001), Qualitative Methodologies for Geogra- phers: Issues and Debates, Londres/Nueva York, Arnold/Ox- ford University Press. Lindén, A. y D. Hiernaux (eds.) (2006), Tratado de Geografia Huma- 2a, México, Anthropos/UAM-I2tapalapa. Lynch, K. (1974), The Image of the City, Cambridge, MIT Press/Har- vard University Press. National Academics Press (U.S.) (2006), Learning to Think Spatially, Washington, D.C., National Academies Press. Negrete, M. E. y S. Levi (2003), “La geografia y las ciencias sociales”, en ME. Negrete; S. Levi y J. Page, Entre fendmenos fisicos y humanos, México, Colmex, pp. 27-33 » S. Levi et al. (eds.) (2003), Entre fendmenos fisicos y huma- nos, México, El Colegio de México. Poon, J. P. H. (2004), “Quantitative Methods: Past and Present”, en Progress in Human Geography, 28(6), pp. 807-814. Pradeau, J. F. (2003), “Observation”, en J. Levy y M. Lussault, Dic- tionnaire de la gégraphie, Paris, Belin, pp. 276-278. Pumain, D.,T: Saint-Julien et al. (2004), analyse spatiale: localisa- tions dans l'espace, Paris, A. Colin Sanders, L. (2001), Modéles en analyse spatial, Paris, Hermes Science Publications-Lavoisicr. Soja, E. W. (1989), Postmodern Geographies: the Reassertion of Space in Critical Social Theory, Londres/Nueva York, Verso. (2008), “Taking Space Personally”, en B. Warf S. Arias, The Spatial Turn: Interdiseiplinary Perspectives, Nueva York, Rout- ledge, pp. 11-35. INTEGRACION DE LA DIMENSION ESPACIAL 183 Steinberg, S. J. y S. L. Steinberg (2006), Gis: Geographic Information Systems for the Social Sciences: Investigating Space and Place, Thousand Oaks, California, Sage Warf, B. y S. Arias (2008), The Spatial Tern: Interdisciplinary Perspec- tives, Nueva York, Routledge.

You might also like