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cremento de la reproduccién de la parentela dl altruista o de este mis- mo, silogra sobrevivir. Finalmente, cabe anotar que aun que los genes tienen grandes repercu- siones en nuestra conducta moral, lo fque nos viene de la cultura permite desarrollaryaianzar aquellos compor- tamientoséticos; vamos haciendo una moral local que genéticamente se &x- tiende al resto de la humanidad por- aque sentimos una obligacion moral cone universo Etica sexual y género bla de cieros sistemas sexo-ge- que son conjuntos de prctica. simbolos, normas, valores sociales que se elaboran a pari de la diferencia f- Sioldgica entre hombre y mujer. El enero esel sexo socalmente constr- ddoy que ha repercutido en una serie de contradicciones racionales y mo- rales en la vida préctca. "Nuestro sistema moral ha sidoela- borado y subsite fundado en algunos puntos esenciales que son apenas vé- | ids para las mujeres en la vida prac- tea Teoricamente nuestra moral con templalos mismos derechos y deberes para ambos sexos, pero la cultura fempujaa la mujera situarse ante unas ‘bligaciones distintasy unos derechos mis educidos. Veamos cuales son ¢5- pp fundamentos: OY" El aparato moral dente se funda en una ética q@rebrte aristo- tdlico universalment valida, segin la cua, hemos de aceptar la pluralidad y respetar ls particulars formas de vida > Debe alcanle una propia con- encia moral que permitaunaidentidad, ts dei, ls indviduuos son Wibres y au- tnomos para elegitsusmodos de vids, sega lo que les dite su conciencia + En cuanto a la conducta moral sexual, Occidente sefiala de manera truy concreta lo que «se debe» 0 no hacer y se determina cual esa con- ducta recta 0 mala. Por ejemplo, en Latinoamérica paticularmente, es mala la procteacon fuera de matrimonio, las enfermedades venéreas, l divorcio las relacioneshomasexuales et, mientras a mujra eno que enfentar un historia cde deere y derechos desguaes com tars a on hombres ba debidoasuir unas ces fnciones“pcarfemeninas. _quese considera bueno la monogamia, las relaciones heterosexuales, et, te- niendo en cuenta que debe conside- rarse no slo el comportamiento, sino también su misma intencion. = La aceptacion de las reglas mo- rales se desprende de dos antiguos principios,labeneficencia la pruden- ‘Ga;una conducta prudente trae resul- tados benéfics. Se dice por ejemplo, {que la promiscuidad no es prudente porque iniplica enfermedades de Transmision sexual, y las relaciones jprematrimoniales tampoco lo son por- {que taen embarazos no deseados. Es- tos argumentosse manejan como si una conduc implicara necesaramente un resultado especfico, esto es, no siem- pre una acitud promiscua genera en- fermedades sexuales 0 una relacién ‘premarital, un embarazo. Dichos argu- rmentos fe prudencia y beneficencia tie~ ren un sustento empirico, en el cual radica su fortaleza; podemos comprobar por ejemplo, que una persona promis- ua adquirié una enfermedad venérea. ‘De acuerdo con los puntos citados, podemos notar que nuestro panora ma presenta una doble moral sexual distinta para hombres y mujeres; © trata de tna normatividad mas exten- sa para los hombres y mas estrecha ‘para las mujeres; es evidente que en Ta prictica los puntos anteriores no se dan siempre paral sexo femenino; no ‘podemos hablar entomces de una éti- a universalmente valida, de una con- ciencia moral auténoma ni de igual- dad de derechos y deberes. El comportamiento para ambos ‘sexos nunca ha sido idéntico, lo cual muchas veces tiende a legitimarse con ‘el argumento de «lo naturals. Es na~ tural la procreacion en la mujer, ¥ como el hombre y la mujer no cum plen iguales funciones en este specto, se justfican ciertas formas de conducta y se esperan ciertos comportamientos. El rasgo principal que distingue la ‘moralidad sexual masculina de la fe- ‘menina es la consideracion desigual del placer orgasmico. Mientras que el ot gasmo es vilido para los hombres y se acepta que ellos ejrciten su sexua- lidad para obtener placer, en las mu Jeres la moraidad es ris estricta, «Lo ‘naturale juega un papel esencial, pues cenel hombre, este placer no trae conse ‘euencias objetivas, en tanto que en. Ia ‘mujer implica un cambio en el cuerpo: la percida del himen y un posible em- barazo son pruebas de ese placer, la rmuesira visible de que ha iniciado su seeualidad. Un nuevo ser también tie ne grandes repercusiones sociales para la mujer. Ast pues, se dice que lo na- tural en el hombre es el disfrute desu sexualidad y en la mujer, a procreacion. accnvande lw arentacién delasreslas morales? 3. ¢Cuil el 127

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