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162 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE CAUSA XL La Municipalidad de la Capital contra dona Isabel A. de Elortondo, sobre espropiacion; por inconstitucionalidad de la ley de 34 de Octubre de 1884. Sumario.—La ley del Congreso, de 34 de Octubre de 1884, au- torizando, desde la plaza de Mayo hasta la calle de Entre Rios, la apertura de una ayenidade treinta metros de ancho, en las man- zanas comprendidas entre las calles Rivadavia y Victoria, es inconstitucional en la parte en que autoriza la espropiacion de las fincas y terrenos afectados por la apertura de dicha avenida, escediendo del ancho destinado 4la misma. Caso.—En cumplimiento de la ley de 31 de Octubre de 1884, sobre apertura de la avenida de Mayo entre las calles Rivada— via y Victoria, el Procurador Municipal pidié la espropiacion de la casa calle del Peri N°" 44, 16 y 18 perteneciente ala Sra. D* Isabel A. de Elortondo. La propietaria opuso que solamente estaba obligada 4 vender Ja parte de su finca necesaria para la apertura dela avenida, y no toda la finca, 61a parte de ella que escedia de la nea de los 30 metros destinados 4 la avenida. DE JUSTICIA NACIONAL 163 Fallodel Juez Federal Buenos Aires, Noviembre 12 de 1886, Y vistos: estos autos iniciados por el Procurador Municipal contra la Sra. D* Isabel A, de Elortondo, en cumplimiento de la Ley de Noviembre 4 de 1884, oidas las partes en juicio ver- bal. Y considerando: 4° Que las objeciones opuestas 4 la espro- piacion, solicitada por la Intendencia Municipal, de toda la pro- Piedad dela Sra. de Elortondo, se reducen Aque la Ley de No- viembre 4de 4884 no autoriza la espropiacion de las propiedades sind en la parte que tenga que ocupar la Avenida de Mayo, cuya construccion ha sido declarada de utilidad ptiblica; que la Ley de Setiembre 13de 1866, 4 que se refiere la anteriormente citada de 1884, solo permite la ocupacion de los bienes provinciales y de propiedad particular indispensables para la construccion de las obras, cuya utilidad publica ha sido préviamente declarada por una ley; y finalmente, que si las citadas leyes comprendie- sen en sus términos la facultad de espropiar bienes que no han de ser ocupados por la obra en cuestion Y cuya apropiacion se hace con el confesado propésito de obtener por su enagenacion un provecho en favor dela Municipalidad, serfan inconstitucio- nales como contrariasal principio de lainviolabilidad de la pro- piedad, consagrado por el articulo 17 de la Carta Fundamental. 2° Que es initil entrar dun exdmen detenido de los términos de las disposiciones legales ya citadas, desde que una Y otra lo son tan esplfcitas que no dejan duda sobre su inteligencia: «las fincas y terrenos que resulten afectados por la apertura de la espresada Avenida», dice la ley de 1884; y la de 1866: eaquellog bienes del dominio provincial 6de particulares, cuya ocupacion Se requiera para ejecutar obras de utilidad nacional». En el pri- 164 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE mer caso nose comprenderfa por qué la ley habria hecho uso de la frase genérica restullen afectados, cuando su alcance solo era del terreno ocupado por la Avenida, yen el segundo, por qué al fijar la regla se reficre al terreno que se requiera si las necesidades de cada caso no habian de ser la medida de la espropiacion. 3° Que establecido que lag ley-s que determinan la espro- piacion en este caso autorizan 4 la intendencia Municipal 4 es- propiar, no solo ¢l terreno que debe ocupar la Avenida proyce- tada, sind el todo de los terrenos y fincas afectados por ella, resta solamente traer & consideracion si sus disposiciones estin en contradiccion con la Constitucion, que es la ley suprema de la Nacion. 4° Que el articulo 17 contiene @ la vez el principio de la in- violabilidad de la propiedad y la espropiacion por causa de uti- lidad piblica, quedando de esta manera consignados en el mismo art{culoel principio general y su limitacion consiguiente, y per- fectamente definido lo que constituye la garantia con que la Constitucion ha querido asegurar el goce tranquilo de la pro- piedad: «la espropiacion debe ser calificada por ley y prévia- mente indemnizada». La discrecion de los poderes colegislado- res y la indemnizacion del propietario, son elementos més que suficientes para asegurar con fundamento que la propiedad e3 inviolable en todo el territorio de la Nacion, 6 por lo menos, no serfa posible encontrar patte alguna en que estuviese rodeada de mayores garantfas. 5° Que no siendo posible definir de antemano ni atin reducir 4 principios generales en qué ha de consistir la utilidad pu- bliea, ni cual deba ser la estension de los sacrificios 4 imponer 4 los particulares, es evidente que corresponde dla ley 4 dietarse en cada caso fijar la espropiacion en la estension que sea nece— saria para servir la utilidad ptiblica, tinico limite fijado por la Constitucion misma. 6° Que las Ieyes que dicte el Congreso, haciendo uso de la DE JUSTICIA NACIONAL 165. diserecion que le confiere Ja Constitucion en estos casos, no pueden ser atacadas por inconstitucionales, pues los argumen- tos en este sentido tenderfan 4 demostrar que no habrfa atili- dad publica en los otros que las motivan, siendo, por otra parte, un punto decidido por la Suprema Corte en sus fallos Tegistra- dos en Ja pigina 341, temo 4°, Série 1°, y pagina 67, tomo 6°, Série 4° de la coleccion; y 7 Que tampoco seria obsticulod la constitucionalidad de las leyes citadas, cl que por ellas se autoriza la espropiacion de ter- Tenos que no van 4 ser ocupados por la Avenida, y que, vendidos en seguida de realizada esta, van 4 dejar un provecho en favor de la Municipalidad, siendo por consiguieute en perspectiva de un negocio y no por lautilidad ptiblica que se hace la espropia- cion, pues tales provechos una vez indemnizados dmpliamente los propietarios, representan tnicamente el mejoramiento pro- ducido por la Avenida proyectada, y la legitimidad de este pro- vecho sedemuestra por la disposicion del articulo45 de la ley de espropiacion de 1866 y decisiones de la Corte Suprema, pit- gina 168, tomo 11, Série 2. Por estos fundamentos: fallo no haciendo lugar a las escep- ciones deducidas en este juicio por la parte de la Sra. Isabel A. de Elortondo, declarando que la Intendencia Municipal esté debidamente autorizada por ley de Noviembre 4 de 1884, a es- propiar toda la fincade la calle Perti nimeros 14, 16 y 18, per- teneciente la demandada, por encontrarse afectada por la traza de la Avenida proyectada. En su consecuencia, com parezcan las partes 4 efectode nombrar los peritos que deberdn avaluar el monto de la indemnizacion 4 pagarse por la espropiacion en el caso de no arribar 4 fijarlo de mituo acuerdo, designdéndose ¢1 dia del primer juéves habil siguiente 4 la ejesucion do esta gen- tencia, la unadela tarde. Hagase saber notificindose con el original. Andrés Ugarriza. 166 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE VISTA DEL SENOR PROCURADOR GENERAL Suprema Corte: Los térmings del articulo 5° dela ley sobre la Avenida de Ma- yo, orfgen de esta cuestion, son, 4 mi juicio, tan claros y espli- citos, que noadmiten serdiversamente interpretados. «Se declara de utilidad publica, dice aque! articulo, y se au- toriza la espropiacion de las fincas y terrenos que resulten afec- tados por la aperturade la cspresada Avenida. >» Si la ley hubiera querido limitar la espropiacion 4 la parte indispensable para la via, lo hubiera establecido claramente y en términos precisos. Mucho mis, cuando la duda surgié en la discusion. Por «fincas afectadas » no puede, asi, entenderse otra cosa, en el sentido de la ley, que aquellas que ocupare la - venida en una porcion cualquiera, Afectar, noes tomar ti ocupar en su totalidad uma cosa, se- gun se pretende. Si la Avenida toma una finca entera, 4 nadie se le Ocurrird decir que tal finca ha sido afectada; si solo toma una parte, Acualquiera sele ocurre que esa finca esté afectada, tocada, comprometida por la Avenida, y la primera de las reglas de interpretacion es que las palabras de la ley debea ser toma- das en el sentido en que son generalmente usadas. Si tal es la inteligencia de la ley, se dice, y es esta la cues- tion principal, sind dnica en este caso; si el hecho de tomar la Avenida una porcion de una finca, autoriza la ocupacion del todo, la ley, en esta parte, es contraria 4 la prescripcion constitucio- nal que declara inviolable 1a propiedad. El senior Juez de Seccion, muy oportunamete observa que es esta ya cuestion resuelta entre nosotros por la autoridad reco- nocida como tinico y tiltimo intérprete de la Constitucion. DE JUSTICIA NACIONAL 167 Es bien sabido, en efecto, que las leyes que autorizaron el camino de fierro 4 Cérdoba, autorizaron tambien la espropia- cion de una legua 4 cada lado de la via; yno es menos sabido cual fué la resolucion en las diversas cuestiones que surgieron, con respecto 4 su constitucionalidad. «Estas leyes, dijo V. E., no pueden ser objetadas, ni discuti- da su constitucionalidad ante los Tribunales, por razon de error en la clasificacion de la utilidad publica en que se funda el de— recho de espropiacion, porque el articulo47 de la Constitucion, disponiendo en su inciso 2°, que la espropiacion sea autorizada por ley, libra 4 la discrecion esclusiva del Congreso, el juicio sobre la utilidad piiblica en los casos ocurrentes; y es notorio ademas, que sin la concesion de tierras no hubiera sido reali- zable la construccion del Ferro-Carril, obra de una convenien- cie evidente para el progreso y atin para afianzar la paz y la tranquilidad de la Republica ». (Série 1", t. 4°, pag. 341; t. 6°, pag. 67). Si la ley ha declarado que es de utilidad publica la apertura de la.Avenida de Mayo y ha juzgado que ella no podria Ilevarse 4 efecto sin la espropiacion de las fincas afectadas, cému no habria podido realizarse el Ferro-Carril de Cordoba sin las dos leguas laterales, la ley de la Avenida no puede, pues, ser objeta- da, ni discutida su constitucionalidad en uno ni otro caso; y si bien la utilidad no es perceptible en igual grado en ambos, la medida bastante 4 autorizar su declaracion, es del resorte es- clusivo del poder 4 cuya discrecion ha confiado la Constitucion la facultad de hacerla. 5 Objétase 4 este razonamiento, 4 mi entender, tan sencillo como concluyente, que no es compatible con la indole de nues- tras institucioncs que un derecho consagrado por la Constitu- cion pueda considerarse sin garantfa en los Tribunales de Jus- ticia ; obsérvase, ademas, que no se concilia con los principios de justicia que la espropiacion de una parte autorice 4 tomar el 168 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE Testo; que no es necesario para laobra,sin més objeto que lu- crar con ello; yse pretende, por tiltimo, apoyar estas conclusio- nes en Ja autoridad de autores respetables. No obstante que, como se ha visto, es esta cuestion resuelta por V, E., considero de interés no dejar sin respuesta aquellas objeciones, y hade permitirme V. EF. me detenga con este mo- tivo en algunas consideraciones generales en materia tan nueva como de palpitante actualidad. La supremaciadel Estadosobre la propiedad privada, 4 que Grocio dié el nombre de dominio eminente, esto es, la facultad de apoderarse el soberano de la propiedad particular, cuando la necesidad 6 el bien publico lo requicre, es inherente d la sobe— ranfa y no nace de la ley, que solo la limita y reglamenta. «Al mismo tiempo que los romanos proclamaron la inviola- bilidad de la propiedad, observa el eminente jurisconsulto Ro- magnosi, sancionaron tambien Ja espropiacion por cansa de necesidad publica. » Side la legislacion romana, fuente del derecho, descende- mos 4 nuestros dias, facil ser& darnos cuenta del camino recor- rido. La famosa declaracion de los derechos del hombre, de larevo- lucion francesa, reconocia todavia la necesidad como causa efi- ciente de la espropiacion. « La propiedad es inviolable y sagra- da, decfaen su artfculo47, y nadie podrd ser privado de ella, salvo cuando la necesidad piiblica, legalmente reconocida, lo exija evidentemente, y dcondicion de una justa y prévia indem- nizacion », El Cédigo de Napoleon, pocos aitos despues, sustituyd la ca- lificacion de necesidad por la de utilidad, y esta modificacion al principio romano ha sido incorporada 4 la legislacion de to- das las naciones. « La propiedad es inviolable, dice nuestra Constitucion, y la espropiacion por causa de utilidad publica debe ser calificada por ley y préviameuce indemaizada ». DE JUSTICIA NACIONAL 169 Como se vé, la ley, al requerir solo la utilidad y no la necesi- dad, ha dado el primer paso en el sentido de facilitar la espro- piacion de la propiedad particular 4 las conveniencias pu- blicas. Pero ¢ qué debe entenderse por utilidad publica? He abi la primera dificultad. Las exigencias, los gustos, las tendencias de la sociedad, en nuestros dias, son tan multiples y varias, que es imposible de- finirlos. En una poblacion que carece de escuelas, por ejemplo, la construccion de un teatro seria fuera de propésito; pero dejarfa de serlo en una ciudad rica y populosa, que necesita distraccio- nes yatrae la concurrencia de estrangeros. Una plaza de toros serfa una abominacion en Inglatera, y un motivo de felicita- ciones en Espaiia, Por esto, ni los profesores del derecho ni las cortes de jus- ticia han acertado 4 encerrar en una formula concreta qué es Jo que deba entenderse por utilidad publica. Bien se aleanza que todo aquello que satisface una necesidad generalmente sentida, 4 las conveniencias del mayor ntimero, es de utilidad publica. ¢ Donde principia, empero, la necesidad y concluyen las con- | veniencias ? En laimposibilidad de definirlo la ley, por prolija que fuera, y puesto que en alguno habja de ser depositada esta mision, ha debido serlo en el poder que, por la naturaleza de sus funciones ylarenovacion periddica de su mandato, esta en més inmedia- to contactocon el pueblo, y puede apreciar mejor sus conve- niencias y sus necesidades. Esta conclusion cs de por sf tan evidente, que no necesita ser demostrada, de manera que si la materia de espropiacion pue- de dar lugar 4 cuestiones delicadas y de dificil solucion, nadie po- ne porun momento en duda que la facultad de espropiar es esen- cialmente politica y esclusiva del Poder Legislative, La ley hase | NS, 170 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE | limitado 4 fijar dos estremos: 1a utilidad publica; la indemni- zacion prévia. Dentro de ellos, la discrecion legislativa no re- conoce limites, ni puede ser objetada ante los Tribunales de Justicia, los que solo serfan Namados 4 intervenir toda vez que la Legislatura, salvando aquellos estremos, decretase la espro- piacion de la propiedad de Juan, para darla a Pedro, palpable- mente sin relacion duso publico alguno; 4 no acordase indem- nizacion de ningun género. En esa inteligencia, observaré que no es exacto que la facul- tad esclusiva y en laestension que universalmente se atribuye 4 Ja Legislatura, deje 4 la propiedad sin la garantfa que la Cons- titucion acuerda 4 todos los derechos. Si la Legislatura, empero, ha declarado que el uso 4 que la co- sa espropiada se destina, es de utilidad ptblica; 6 si este uso fuera de tal maneradudoso que los Tribunales no puedan deci- dir que no lo sea en la medida 6 capacidad bastante 4 justificar la espropiacion, el juicio de la Legislatura debe prevalecer en- ténces como final y concluyente. (Dillon, Mun. Corp., pag. 594 y 595). Las aspiraciones y tendencias de la sociedad moderna que, como se ha visto, han sustituido 4 la necesidad, la utilidad, vienen ejerciendo tambien su influencia en la manera cémo ha de ser calificada esta utilidad ptiblica, y facil es observar que cada dia recibe una interpretacion mas dmplia. Fuerza es reconocer con este motivo que las relaciones de co- mercio y larapidez y frecuencia de Jas comunicaciones, siempre crecientes, han establecido una solidaridad entre todas las na- ciones y creado obligaciones reeiprocas, desconocidas antes. La falta absoluta de higiene en las naciones del oriente ha causado 4 la Europa, en este solo siglo, perjuicios in- calculables, con las invasiones periddicas del cdlera, sin recor- dar otras pestes mas mortiferas, en los anteriores. Y si la inten- sidad del mal no hubiese declinado, es muy posible que la ac- DE JUSTICIA NACIONAL 174 cion colectiva de las primeras potencias hubiera obligado 4 los pueblos de donde venfa, 4 mejorar sus condiciones higiénicas, para cortarlo de raiz, como alguna vez se pensé. Esté reciente el recuerdo de la_perturbacion que causé entre nosotros Ja invasion del edlera, debido A las pésimas condicio- nes higiénicas de algunas ciudades de Italia, especialmente de Napoles. La necesidad de mejorar estas condiciones, para no ser un peligro para los dems, ha adquirido por esto entre los pueblos civilizados el cardcter de una obligacion internacional, Enel seno de las mismas ciudades, construidas al acaso, y sin la mas remota nocion de las exigencias de Ja vida actual, el mejoramiento de la higiene se impone por el instinto dela pro- pia conservacion. Los progresos de la ciencia permiten hoy aceptar como un axioma, que de los lugares infectos en que viven apifiados seres humanos, en el desaseo y la miseria, surgen los gérmenes per- niciosos que Hevan la muerte 4 las moradas en las mejores con- diciones de higiene. Despues de pintar el Dr. Rawson, con la viveza caracteristica de su palabra, el cuadro de desolacion que presentan los pala- cios de los rics, invadidos por las emanaciones mortiferas de los hormigueros humanos que viven y mueren 4 su lado, resume su pensamiento en esta forma: « Este cuadro, dice en su estudio sobre los conventillos, parece una fantasfa; es, sinembargo, la fiel traduccion de los hechos, como los estudia Ja ciencia y los confirma laesperiencia. Y si esto es asf, la sociedad entera, los Ticos y los poderogos, lo mismo que los pobres y desgraciados, estin solidariamente interesados en suprimir con todas sus fuer- zas esos focos de infeccion, que desde las profundidades de la miseria envian la muerte para castigar la indiferencia de los que viven en la opulencia de las capas sociales superiores », No es, pues, de estrafiar que una de las primeras preocupa- 172 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE ciones de la actualidad sea el mejoramiento de las condiciones higiénicas, especialmente de las grandes ciudades, ni menos, que estas exigencias, desconocidas antes, hayan hecho sentir su influencia en Ja legislacion, dando un alcance mis lato 4 lo que deba entenderse por utilidad publica. Desde luego, ocupa el primer lugar todo cuanto se relaciona con la viabilidad, y ficilmente abraza otros objetos 4 cuyo res- pecto la utilidad piblica es menos perceptible. Las Cortes de Justicia de 16s Estados Unidos, por ejemplo, han reconocido en repetidas ocasiones, como casos de utilidad ptiblica, una escuela, una plaza, un parque, un molino, un cementerio y atin un teatro. Era as{mismo de esperarse qué al ampliar la ley los casos de espropiacion, ampliara 4 la vez los medios para la ejecucion de las grandes obras, que debfan ser la consecuencia obligada de aquella mayor facilidad, y asf ha sucedido. Ya el articulo 54 de laley francesa de 3 de Mayo de 1841, | que es fundamental en la materia, estatuia: que si la ejecucion | de los trabajos deb{a procurar un aumento de valor inmediato | y especial al resto de la propiedad, este aumento serfa tomado | en consideracion a estimar el importe de la indemnizacion. La ley de 26 de Marzo de 1852, dictada bajo el segundo Im- perio Francés, autorizé la espropiacion de la totalidad de las fincas afectadas, cuando Jas partes restantes no fuesen de una estension 6 de una forma bastante a la construccion de edificios en condiciones de salubridad. Bajo el régimen de esta ley, ha podido la Municipalidad de Paris realizar la espropiacion Namada por zonas, hoy la mas Preconizada, abrir las grandes avenidas de que se ufana, y cos- tearlas en parte con la venta de los sobrantes d unoy 4 otro lado. Este procedimiento fué seguido por Bélgica y por Italia, yendo esta iltima atin mds alld en la amplitud que acuerda al espropiante. DE JUSTICIA NACIONAL 173 La ley de 25 de Julio do 1865, dictada bajoel reinado de Vic- tor Manuel II, autoriza, no ya la espropiacion por zonas, sind la cotizacion, es decir, la imposicion de las cuoctas con que cada propiedad colindante debe concurrir. «Cuando de la ejecucion de la obra, dice el articulo 41 de aquella ley, se derive una ventaja especial ¢ inmediata 4 la parte de Ja finca no espropiada, esta ventaja serd estimada y deducida de la estimacion de la espropiada. «Cuando en la ley que declara de utilidad publica una obra, agrega el articulo 77, se imponga 4 los propietarios de los Dienes colindantes 6 contiguos, la obligacion de contribuir & la ejecucion, en razon del mayor valor que vienen 4 adquirir sus propiedades, y no se determina on la misma ley la medida de la contribucion, se observarin las disposiciones siguientes : «La cuota para cada propietariodebe ser igual 4 la mitad del mayor valor resultante de la ejecucion de la obra, y se pagardn por décimas partes al abonarse cada aio la contribucion di- recta.» Con arreglo & estas sibias disposiciones, se procede en la ace tualidad d las grandes mejoras de la ciudad de Roma, y al sanea- miento de la de Napoles, abri¢ndose anchas avenidas por todos lados. El espiritu eminentemente practico de los Americanos del Norte, hub{a anticipado de medio siglo esta solucion 4 los grandes problemas de la edilidad moderna, sin la que todo progreso fuera imposible, salvo el recurso mis espeditivo, que se atribuye 4 Neron, para proveer 4 una nueva edificacion dela antigua Roma, Los estrechos limites del distrito de Columbia y la creacion tan recientede la ciudad de Washington, no han requerido la ejecucion de grandes obras en Territorio Federal, ni ha sido la politica del Gobierno de !a Nacion ejecutarlas en los Estados, Son muy escasos los antecedentes que sobre esta materia nos suministran la legislacion y la jurisprudencia federal, 174 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE Abundan y sobran, €mpero, en los Estados cuya fiebre de pro- GTeso es proverbial. Terminada apenas la guerra de la independencia, la ciudad de Nueva-York inicié la série de inmensas mejoras que la han elevado al rango de Empire City, segun la espresion americana, abriendo calles, avenidas, plazas, parques sin fin y sin riva- les: todo, todo bajo el Principio de que, aquellos que reciben el beneficio directo é inmediato deben concurrir 4 la ejecucion con cotizaciones 6 cuotas (asséssments ) proporcionales y equi- tativas. Este ejemplo, como era de esperarse, fué seguido por todas las grandes ciudades de la Union. Ocuparfa sin objeto la atencion de V, E. recordando las nu- merosisimas leyes dictadas solo por el Estado de Nueva-York, desde lade 24 de Marzo de 1809 hasta la fecha; invariabfemente bajo la base de la Proporcionalidad. Me limitaré 4 hacer men- cion de la tiltima de que tengo conocimiento, y que, dla verdad, no puede ser mis reciente, ni dar una idea mds acabada del sistema, Leo en un diario de Nueva-York, de Junio Ultimo, lo que sigue: « La Legislatura del Estado ha espedido, en su tiltima reu- nion, una providencia para la locacion, adquisicion, construc- cion y mejora de nuevos parques en Nueva-York. El objeto de esa providencia, es satisfacer una necesidad que cada dia sienton con mds fuerza los distritos densamente poblados dela parte Laja de la ciudad. «La tramitacion que para el cumplimiento de la ley aludida, se debe seguir, dé una idea clara de los principios observados Por este pafs en materia de expropiaciones para usos pu- blicos. «La ley autoriza 4 la junta Tespectiva, que es la de apertura y composicion de calles, para que vaya estableciendo al sur de la calle 155, tantos parques nuevos cuantos juzgue necesarios DE JUSTICIA NACIONAL 175 Una vez que haya escogido sitio para cada uno de esos parques, la junta debe ocurrir & la Corte Su prema para que designe tres avaluadores, que han de ser gentes discretas y desinteresadas. A estos avaluadores les toca fijar la indemnizacion que corres- ponde 4 los duefios y 4 los arrendatarios de la propiedad tomada para el parque. «La junta queda autorizada para determinar dentro de qué drea, las propiedades colindantes con la tomada para parque van 4 ser beneficiadas por él, y para sefalar la porcion del costo de dicho parque que, en compensacion del beneficio, les toque dar por junto 4 los respectivos duefios, Los avaluadores deben distribuir esa porcion entre esos dueiios, « La autorizacion mis grave, entre las dela ley, es lade hacer demoler los tenements houses situadas en cualquier sitio, y de la estension que fueran, en cualquier parte de la ciudad, abajo de la calle 155, para el objeto de construir en su lugar, un parque. « Las fenements houses, que no son simplemente casas de al- quiler, sind como hormigueros humanos en que dentro de es- Pacios reducidisimos se amontonan sobre todo para dormir, muchedumbres en que la miseria borra toda distincion de sexos, edades, etc., son ciertamente un peligro para la higiene yla moral de la poblacion. « Por esto, la autorizacion para irlas demoliendo 4 medida que vaya sicndo necesario, no alarma, y antes seria de desear que su demolicion se pudierallevar & cabo simultdnea y total- mente.» Hasta aqui La América, revista mensual que se publica en espaiiol en la ciudadde Nueva-York. Como se vé, la antorizacion no puede ser mds dmplia ni mds lata la facilidad para espropiar. Tan natural y tan justo encuentra el pueblo de la Union este sistema, que algunos estados, entre otros Massachusetts, Kan- 176 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE sas, Indiana, Lllinois, lo han incorporado 4 sus constituciones, para colocarlo fuera del aleance de los movimientos transitorios de la opinion. No han faltado, sia embargo, opositores, como sucede siem- pre que un interés particular se siente herido. En aquellos Estados en que la facultad en cuestion no estaba apoyada por una prescripcion constitucional, se ha sostenido con frecuencia que era ella contraria al principio universal, de que los impuestos deben ser uniformes é iguales para todos. Las decisiones de las Cortes de Justicia han sido invariable- mente en favor de la constitucionalidad. «Esta cuestion, dice la Corte Suprema de Missouri en el caso de Palmira v. Morton, ha sido discutida con toda proligidad, y los principios que con elluse relacionan, severamente analiza- dos en casi todos los Estados en que aquella facultad ha sido ejercitada, y estd ahora tan firmemente establecido el principio, como cualquiera otro de la jurisprudencia americana». (Por Ris chardson in Palmira v. Morton, 25, n° 593, 1857), En caso igual decia el Chief Justice de la Suprema Corte de Luisiana, Ilidell: «Debo repetir mi conviccion de que el sistema de hacer pagar los gastos de mejoras locales en su (vta- lidad, por el tesoro general, es injusto, y conducente 4 grandes abusos é injusticias. Pienso que el sistema de hacer que las localidades, especialmente beneficiadas, carguen con una parte especial del peso, es mis seguro y mucho mis justo para la ge- neralidad de los ciudadanos, con cuyas contribuciones se forma el tesoro de la ciudad.» (Munecipality-Duum, 10, Lean An, 57, 1855). «Que la legislatura, dijo la Corte Suprema de Pensilvania, en el caso de Junctium Railroad C* v. Philadelphia, 88, pagina 424, puede conferir 4 las corporaciones municipales el poder de distribuir el costo de las mejoras locales entre las propicdades beneficiadas, ha sido frecuentemente decidido; y si DE JUSTICIA NACIONAL 177 Ia cotizacion, assessment, hade ser sobre todas las propiedades beneficiadas, 6 solamente sobre las colindantes, es materia da la esclusiva discrecion legislativa, salvo que exista alguna res— triccion constitucional sobre la materia.» El presidente de la Corte Suprema de lowa, J. F. Dillon, comentando las varias y multiples disposiciones de los Estados de la Union sobre la materia, dice lo siguiente: «Las Cortes han decidido muy generalmente que la facultad de exigir que las propiedades especialmente beneficiadas, sufraguen los sastos de las mejoras locales, es una rama del poder de imponer, 6 in- cluida en él, y los numerosos casos que han sido decididos es- tablecen sin reserva la proposicion de que una ordenanza 6 una ley para abrir éhabilitar calles, 6 ejecutar mejoras locales de este cardcter, y distribur el gasto sobre aquellas propiedades que, en la opinion del tribunal 6 comisarios nombrados, re- sulten especialmente beneficiadas por la mejora, en proporcion. 4 la importaneia de la misma, 6 sobre los colindantes 6 vecinos en relacion al beneficio, segunel frente 6 superficie, es, 4 falta de una restriccion constitucional especial, un ejercicio vilido del poder de imponer, Siel gasto de tales mejoras ha de ser ecosteado por el tesoro general, 6 distribuido entre las propie- dades linderas, ui otras especialmente beneficiadas; 6 si, en este tiltimo caso, la cotizacion deba ser sobre todas las propie- dades que reciban el beneficio, 6 solamente sobre las colindan- tes, en relacion 4 sus frentes 6 sus dreas, es cuestion que queda librada Ala diserecion del Poder Legislativo.> Terminaré esta reseia de la jurisprudencia Americana, con la decision mas importante de todas, puesto que parte de su mas alta autoridad judicial. «La constitucion, dice 11 suprema corte federal, en el caso de Williand v. Presbarg, 14 Wall. 676, 41874, confiere al Con- greso Ja facultad de ejercer legislacion esclusiva en el distrito de Columbia, y el Congreso es por consiguiente comptente para Tu 12 178 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE autorizar & la ciudad de Washington, para cotizar el gasto de ejecutar mejoras locales en las calles sobre los colindantes, y el impuesto para tales mejoras, no necesita ser general para toda la ciudad .» ace Ahora bien: siendo de todo punto iguales en nuestra Consti- tucion y en la delos Estados Unidos las cliusulas referentes 4 la facultad de espropiat y 4la de imponer, bajo la seguridad de sentirnos apoyados, asi por la legislacion y la prictica de las naciones de Europa, como por la jurisprudencia uniformemente establecida por las Cortes de Justicia de los Estados Unidos, podemos sentar con plena confianza, como exactgs y conformes 4 nuestra Constitucion, los principios siguientes, que dominan toda la materia: 4° En ejercicio del dominio eminente, el Poder Legislativo esta investido del poder de hacer la declaracton de utilidad publica, asf sobre la totalidad, como sobre parte de la propie- dad, cuya apropiacion las conveniencias de la comunidad re- quieren; y esta atribucion es poiftica y esclusiva; y el uso que de ella haga cl poder al que ha sido conferida, no puede ser objetado ante los Tribunales de Justicia. 2 En ejercicio de] poder de establecer impuestos y contribu- ciones. el Poder Lejislativo tiene la facultad de distribuir 6 cotizar, assess, el costo de una mejora local entre aquellos pro- pietarios que reciban el beneficio inmediato y especial, deter- minando el radio dentro del que debe considerarse comprendido el beneficio y la cuota con que cada uno debe contribuir; cl ejercicio de esta atribucion es tambien esclusivo, y no puede ser discutido ante los Tribunales de Justicia. Despues de esta larga esposicion, en que me he estendido mis de lo que hubiera deseado, llega la oportunidad de hacer la aplicacion de los principios que ella deja, 4 mi juicio, fuera de toda discusion, ila Avenida de Mayo y al caso de la seiora de Elortondo. DE JUSTICIA NACIONAL 179 4° El Congreso ha declarado de utilidad publica la apertura de la Avenida; ha declarado igualmente de utilidad publica la espropiacion de la totalidad de las fincas que ella afectare, en cuyo caso se encuentra la propiedad de la sefiora de Elortondo; bajo el punto de vista del dominio eminente, la constituciona- lidad de esta declaracion no puede ser objetada, ni admite dis- cusion. 2 El Congreso ha declarado igualmente que las fincas afec- tadas deben concurrir al costo de la Avenida con el mayor valor que ella misma les da, que esto, y no otra cosa importa en definitiva la espropiacion dela totalidad; bajo el punto de vista de la facultad de imponer, esta declaracion no se discute tam- poco, Pero el poder de hacer declaraciones tales, se arguye, es tremendo, y ante él desaparece la propiedad. Es, por otra parte, atentatorio, se agrega, que se pretenda despojar 4 los pro- pietarios de sus fincas para lucrar con la propiedad particular, al objeto de costear obras de interés comun que la Municipali- dad debe ejecutar con sus recursos propios, 6 no ejecutarlas si no los tiene. Noes diffcil dar contestacion satisfactoria 4 estas objeciones. No puede desconocerse, es cierto, en ptimer lugar, que el po- der de apoderarse de la propiedad ajena para uso ptiblico, es un poder tremendo, sin I{mites tedricos ni restricciones legales, fue- ta de aquellas que la ley orgdnica impusiera 4 la accion legisla- tiva. Tiene, empero, en la practica limitaciones positivas este poder, en el sentimiento de justicia que nunca falta en una co- munidad ilustrada, y del que no pueden prescindir por mucho tiempo los legisladores. La esperiencia no sefala, por otra par- te, grandes abusos ; y nunca el temor del abuso ha obstado 4 que se deposite un poder necesario a la marcha de la socie- dad, en aquel departamento de gobierno al que, por la natura- leza de sus funciones, corresponde, 180 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE No puede desconocerse, as{mismo, queel valor juridico dela propiedad se amengua con Jas doctrinas que dejo espuestas. Na- die negara tampoco que la concepcion de la propiedad ante las exigencias de la sociedad moderna, no tiene en la actualidad el mismo significado y alcance que en tiempos no muy remotos, cuando un propietario caprichoso deten{a la edificacion de las Tullerias 6 afeaba un hermoso parque en Nueva-York, con su resistencia invencible 4 lademolicion de unruin casucho, El derecho de la colectividad ha ganado en nuestros dias lo que ha perdido el privado; es un hecho que no escapa 4 Ja pene- tracion del observadar menos avisado. En la nacion que més respeto profesa al derecho individual, muchos propietarios fueron privados de sus tierras én Irlanda, por la sola circunstancia de tenerlas gravadas con esceso, Incum- bered States; y todo induce 4 creer que la agitacion porque en estos momentos pasa aquella fracion desgraciada del Reino Uni- do, no cesard sind mediante una espropiacion en grande escala, para llegar 4 una reparticion mis oquitativa de la tierra. Cada uno reclama hoy con imperio, fuerza es reconocerlo, una parte mds dmplia enel goce de los bienes que e] Creador ha es- parcido para todos con mano prédiga sobre la faz de la tierra, y es bien sabido que no es el medio mds seguro, cerrar, sind por el contrario, abrir oportunamente las vélvulas, para conjurar el peligro. Mejorar las condiciones de la vida, en los grandes centros de poblacion sobre todo, facilitando las comunicaciones, mejoran- dolas habitaciones de los pobres y trabajadores, abaratando las | subsistencias, es hoy el primer deber del gobierno de un pueblo | eivilizado, y este deber no podria ser cumplido bajo el respeto sin limites que se tributabaen otros tiempos al derecho de pro- piedad. - La argumentacion en que mas se insiste, el despojo, el nego- cio, el lucro, es, 4 mi juicio, la mas débil. DE SUSTICIA NACIONAL 184 La ejecucion de obras de este género noes, ni ha sido nunca, materia de especulacion para los poderes piiblicos, y lejos de esto, ha dejado casi siempre no pocos millones 4 cargo de los que las han emprendido, siendo muy posible as{ suceda con Tespecto 4 nuestra Avenida. En cuanto al despojo, debe no olvidarse que se reduce al cambio de un valor, por otro equivalente; y si bien es cierto que la propiedad importa el derecho de aprovecharla de la ma- nera mas absoluta, no lo es menos que el valor de estimacion que nose satisface con el precio, es igualmente aplicable & la parte que se espropia como dla que se deja al propietario; y si aquel valor moral obsta 4 la espropiacion de esta ultima, obsta de igual modo 4 la espropiacion de la primera, y & toda espro- piacion en general, porque se levantarfa en todas de por medio esa entidad imposible de apreciar. Mejor seria eliminar de una vez la prescripcion constitucional. Con més razon sediria que pretenden Inerar con los intere- ses dela comunidad aquellos que, ya que no piden se les pa- gue la parte necesaria para la via, entienden que nada mis se les puede exigir que su abandono gratuito, Como miembros de la comunidad, reciben ol beneficio co- mun 4 todos. Como propietarios, son beneficiados de una manera imponde- rable con el aumento del valor de sus fincas. Este beneficio es real, positivo, inmediato; no aleatorio ni fortuito. gEs justo que el que lo tecibe solo contribuya como los demas? ¢Es justo se re- cargue 4 la generalidad con impuestos en provecho de unos po- cos? ¢Puede sostenerse que exista la proporcion y equidad que la Constitucion exije en elimpucsto, que paguen lo mismo los vecinos de la Boca y de Almagro, y los propietatios de la Ave- nida? Si la Municipalidad, se dice todavia, no tiene recursos pro- pios para costear estas grandes obras, no las emprenda. Impor- 182 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE ta esto condenar todo progreso. Nison los propietarios los que han de decidir si una obra hade realizarse, 6 no. Si la autori- dad competente lo decide, la obra se llevard & ejecucion, contri- buyendo todos equitativamente, en proporcion al beneficio que reciben. Es esta, 4 mi juicio, la verdadera doctrina; Ja proporcionali- dad; la cotizacion. Esto es lo que se practica ya entre nosotros con respecto 4 los empedrados, y no hay razon por qué no rija la misma regla en la apertura de una calle 6 de una avenida. El principio es el mis- mo; son todas mejoras locales. Sila espropiacion se hubiera hecho por zonas, abrazando la série de manzanas hasta Entre Rios, para dejar dos Avenidas con el ensanche de las calles Victoria y Rivadavia, la Municipa- cidad, 4 mas de la venta de los terrenos restantes en medio, hu- biera estado en su derecho, competentemente habilitada, para exijir que los propietarios de Victoria mirando al Norte y los de Rivadavia al Sud, concurrieran ila grande obra por medio de cuotas radiales. Y si estas, con arreglo la ley italiana, se limi- taban 4 la mitad del mayor valor que adquirieran sus fincas, nadie podra decir que no fueran notablemente benefici ados, Quédales, en todo caso, optar por la espropiacion. Tan natural y tan justo es lo que dejo espuesto, Exmo. seiior, que se impone de por s{; y esto tiene de hermoso la justicia. Laley de la Avenida, es, sin disputa, deficiente; no prevé to- dos los casos que fdcilmente habfan de ocurrir, y puede autori- zar grandes injusticias. Es en efecto, notoriamente injusto que un propietario cuya finca no es afectada, ‘por quedar en la If- nea precisa, reciba todo el beneficio, y en nada contribuya, No obstante esto, es bien sabido que los propietarios, antici- pandose 4 la ley, han entrado en arreglos y combinaciones entre s{ para concurrir 4 la ejecucion; y es tambien de notoriedad que Ja Intendencia, interpretando el espfritu de la ley, acepta este DE JUSTICIA NACIONAL 183 concurso que reemplaza 4 la espropiacion. Esta no pudo tener otro objeto que la realizacion de la Avenida, y puesto que esto se consigue, sin el recurso & un medio estremo, debe ser ello un motivo de satisfaccion para todos. Debia aquf terminar esta ya demasiado estensa esposicion; Ja materia es, sin embargo, tan nueva y de tan grande impor- tancia, que merece no dejar nada sin contestar. Los que sostienen que la ley es contraria 4 la Constitucion, han traido en su apoyo el peso de autoridades respetables. En una cuestion de esta naturaleza no es de estraiiar se ha- yadivididola opinion, y ya se ha visto que ha sido llevada con repeticion 4 los Tribunales de los Estados Unidos, A la autoridad de Sedguick, Field, Fremy, Ligneville y otros que se citan en contra, podria oponer la de Dennay, Proudhon, Delallaw, aparte de las decisiones de las Cortes Americanas que antes he recordado. En obsequio dla brevedad me limitaré4 trascribir las pala- bras de Dennay: «La apertura de una calle, dice este distinguido tratadista (tomo 2°, pdégina 679), consiste no solamente en el objeto ma- terial indispensable para la ejecucion, esto es, en el terreno so- bre el que debe ser abierta, sind en el conjunto de los medios pecuniarios, sea para adquirir este terreno, sea pata los otros gastos que la obra exige ; queriendo el fin, es necesario autori_ zar los medios para llegar 4 ¢1. Proponer 4 una comunidad sin recursos, que haga gastos que no puede soportar, es exigir lo imposible, es impedir de una manera absoluta una operacion que se reputa, sin embargo, de utilidad general y urgente. La espropiacion para un objeto determinado, debe recaer no sola- mente sobre el terreno necesario para lo principal, sind tambien sobre aquel afectado a los accesorios, sin los que la obra no po= dria realizarse. En este caso, el accesorio obligado de la calle, cuya falta haria la ejecucion imposible, es el terreno colindante.» 184 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE Esperando que, en consideracion 4 la importancia de la mate- tia, escusard V. I!. haber ocupado por tanto tiempo su atencion, terminaré pidiendo la confirmacion de la sentencia recurrida. Eduardo Costa. Falle de la Suprem- Certe Buenos Aires, Abril 14 de 1888, Vistos los presentes autos traidos 4 la decision do esta Su- prema Corte de Justicia por apelacion de la sentencia del Juez Federal de la capital, corriente 4 foja ochenta y una vuelta, en que se declara por aplicacion de la ley del Congreso de treinta y uno de Octubre de mil ochocientos ochenta y cuatro, su eta & espropiacion la totalidad de la finea calle Pert ntimeros ca- torce, dieciseis y dieciocho, de propiedad de doiia Isabel A. de Elortondo, a los efectos de la Avenida que se autoriza abrir por los articulos cuarto y quinto de dicha ley, cuyo tenor literal es como sigue ; « Articudo cuarto. — Autorizase igualmente la apertura do una avenida de treinta metros de ancho por lo menos, que par- tiendo de la plazade Mayo, divida por mitad las manzanas com- prendidas entre las calles Rivadavia y Victoria y termine en la de Entre-Rios,» « Articulo quinto. — A los efectos del articulo anterior, se declara de utilidad publica y se autoriza la espropiacion de las fincas y terrenos que resulten afectados por la apertura de la es- presada Avenida. » Y econsiderando: Primero: Quecomo lo establece Ia senten- cia apelada y el senior Procurador General en su dictémen de foja ciento dos, y resulta ademds de ladiscusion y testo dela DE JUSTICIA NACIONAL 185 ley citada, ellaevidentemente comprende en la autorizacion que contienen los articulos transcritos, el derecho 4 espropiar no solo el trayecto neccsario 4 la Avenida 4 que dichos articulos aluden, sind tambien la totalidad de los inmuebles situados 4 uno y otro lado de dicha via, que en cualquiera estension re- sulten afectados por la misma. Segundo : Que sentado este antecedente, 7 no habiendo los in- teresados puesto en duda la utilidad publica de la obra en sf, en loque 4 la Avenida proycciada respecta, ni denegado la consti- tucionalidad de la ley sobre tal puuto, la sola cuestion que sur- Je 4 la consideracion de esta Corte, es la de la regularidad y va- lidez de dicha ley, en lo que ataiie & la espropiacion de las frac- ciones situadas fuera de aquella via y 4 uno y otro costado de ella. Tercero : Que 4 este respecto es desde luego de observar que la Constitucion sienta como un principio absoluto, la inviolabi- lidad de la propiedad privada, declarando precisamente con re- ferencia 4 los poderes piblicos, y para mejor ampararla contra toda posible agresion u ocupacion ilegitima de parte de estos, que nadie podrd ser privado de ella, sind en virtud de sentencia fundada en ley. Cuarto: Que no es sind escepcionalmente, y sin entender derogar aquel gran principio, que la Constitucion acuerdaal Es- ° tado 6 & sus representantes legitimos el derecho de ocupar los bienes privados por vfa de espropiacion para objetos 6 propésitos © publicos 6 por causa de utilidad publica. Quinto: Que siendo tal la regla y no pudiendo el Congreso derogarla, restringirla ni alterarla en la esencia, con arreglo al articulo veintiocho de la Constitucion, que asf lo estatuye es- plicitamente, prescribiendy que: « Los principios, garantfas y derechos reconocidos en sus anteriores artfculos, no podran ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio», la atri- bucion deferida 4 aquel cuerpo por el articulo diez y s‘ete para 186 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE calificar la utilidad piblica y definir los casos dé expropiacion por razon de ella, no puede entenderse ilimitada ni con un al- cance tal quelc autorice a disponer arbitrariamente de Ja pro- piedad de una persona para darla 4 otra, ni 4 incorporarla tam- poco, atin abonando el justo valor que pueda tener ella, al do- minio piblico, fuerade los casos y de las formas estrictamente fijadas por la letra de la Constitneion 6 por los priacipios fun- damentales sobre que ella reposa. Sesto: Que la teorfa fundamental del derecho de espropiacion por utilidad publica, tal como ha sido incorporado en la Cons- titucion y tal como lo admite la legislacion en general de los paises libres, es otra ademds, y no se estiende 4 nada mas que 4 autorizar la ocupacion de aquella parte de la propiedad privada que sea indispensable & la ejecucion dela obra 6 propdsito pi- Dlico de que se trate, no pudiendo ir nunca mis alld, ni cum- plirse en consecuencia, respecto de bienes que no sean necesa- Tios 4 aquellos fines. Sétimo : Que es de la misma nocion, que tampoco puede verifi- carse con propdsitos meramente de especulacion 6 4 objeto solode sumentar las rentas piblicas, 6 sea en razon, no de una utilidad publica general 6 comunal en el sentido legaly propio de la pa- labra, sind de una utilidad pecuniaria y puramente privada del Estado 6 de sus corporaciones, ni llevarse 4 cabo aun cuando la obra sea util y conveniente 4 los intereses sociales, si puede eje- cutarse aquella, 6 es dado atender 4 estos, sin recurrir 41a es- Propiacion 6 por otros medios que esta,’ Octavo: Que estae limitaciones, siné esplicitas en la Constitucion, surjen 4 la par que de los principios fundamenta- les Que ella consagra, de la nuturaleza misma del derecho de es- propiacion, el cual no tiene otra base ni otro fundamento, que las necesidades 6 conveniencias sociales, y no puede por lo tan- to, estenderse mis all4 que lo que estos fines supremos puedan reclamar, ni aplicarsede consiguiente, 4 bienes que el uso, el DE JUSTICIA NACIONAL 487 propésito 6 la obra piiblica.tenida en vista, no requieran como indispensable, nid titulo simplemente del mayor valor resul- tante de una mejora publica cualquiera, en favor de las propie- dades adyacentes, cuya compensacion tiene su forma especial y distinta por la Constitucion y por la prdcticade todos los pafses libres, & saber: la cotizacion 6 contribucion en dinero, propor- ciona! y equitativa al beneficio recibido. Noveno : Que tal es tambien la nocion aceptada por el Congre- so en la ley general de espropiacion de trecede Setiembre de mil ochovientos sesenta y seis, al prescribir que silos bienes expro- piados pata ejecutar obras de utilidad nacional, no reciben este destino, puedan ser retraidos por su anterior propietario en el estado en que los enagené y por el precio 6 indemnizacion que recibié, haciendo asi de 1a afectacion 6 aplicacion 4 un uso publico de los bienes espropiados, la condicion absoluta del dere- cho de espropiacion. Décimo : Que si as{ no fuese, y debiese entenderse permitido y licito 4 los poderes publicos, so color de utilidad comun, in- vadir la propiedad privada mds alla de lo estrictamente nece- sarioal interés general y despojar al ciudadano de losuyo, sus- tituyéndose 4 él en el uso y goce de sus bienes ya para some- terlos 4 una esplotacion mas provechosa 4 los intereses fiscales, ya simplemente para lucrar, vendiéndolos 4 terceros, con la di- ferencia entre el precio de compra y el de venta de los mismos, desaparecerfa 4 la vez que todo limite al derecho, aunque legi- timo, exhorbitante de espropiacion, la garantia unica contra el abuso posible de tal derecho. Undécimo: Que con tal sistema, en efecto, para ejecutar obras de utilidad ptiblica en un estremo de la Replblica, por ejem- plo, serfa permitido espropiar bienes en el otro, y atacar arbi- traria 6 indistintamente en todos los puntos del pafs el sagrado de la propiedad, pues que haciendo basar el derecho de espro- piacion no en la afectacion 6 apticacion material de los bienes 188 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE privados & servicios G.obras dadas do utilidad nacional, sind en la mayor 6 menor conveniencia pecuniariade ello 6 en la desig- nacion discrecional y arbitraria del Poder Legislativo al respec- to, no,habria razon para distinguir entre las propiedades adya- centes 6mds 6 menos proximas 4 las obras y las situadas en los puntos mds remotos de las niismas, pudiendo todas ser agredi- das por igual, siempre que asi se entendiese convenir 4 los inte- reses fiscales 6 fuese ello de la voluntad de aquel cuerpo. Duodécimo: Que tal doctrina importar{a ademds, no solo des- naturalizar el derecho de espropiacion, haciendo de él, en opo- sicion 4 los fines con que la Constitucion lo consagra, una fuente ordinaria de recursos y un medio financicro inusitado y anor- mal, siné tambien cambiar las Teglas asignadas por la Consti- tucion y las leyes para la formacion del tesoro publico, confun- diendo todas las nociones legales y sustituyendo el ejercicio de tal derecho al poder ordinario de impuesto y de contribucion. Déctmo tercero: Que no es tal sin embargo, la nocion de la Constitucion, ni puede admitirse en el terreno de la razén yde la equidad que lo sea, porque ello constituirfa en realidad, un verdadero socialismo de Estado en que este ultimo serta todoy él ciudadano nada. Décimo cuarto: Que haciendo aplicacion prictica de estos principios 4 la ley de mil ochocientos ochenta y cuatro, debe Teputarse por tanto, queella, en cuanto autoriza no solo la es+ Propiacion de los terrenos necesarios 4 la apertura de la via publica 4 que alude su testo, siné tambien la de las fracciones situadas 4 uno y otro lado de la misma, que ni son necesarias ni reclama absolutamente la ejecucion de Ja obra, no es confor- me 4 las limitaciones impuestas por la Constitucion al ejercicio del derecho de espropiacion, las cuales forman 6 constitu yen la manera de ser y Ja naturaleza propia de aquel derecho. Décemo quinto: Que debe decidirse otro tanto, del punto de vista de los propésitos de dicha ley, que, evidentemente, no DE JUSTICIA NACIONAL 189 tiene en cuanto dla espropigcion de las fracciones enunciadas, otro fin que el usufructo de las ganancias resultantes de su cnagenacion, obligando al propictario 4 desprenderse de elas, simplemente para que la Municipalidad las negocie. Décimo sesto : Que asf resulta con toda evideneia, de los ante- cedentes con que el proyecto de esa ley fué originariamente elevado por Ja Intendencia Municipal al Poder Ejecutivo de la Nacion; de la esposicion de los motivos con que el mismo fué apoyado y prestigiado por la Comision respectiva, al tiempo de su discusion en la Honorable Cémara de Diputados; de las opi— niones de los miembros de dicha Camara que lo impugnaron en su seno; y finalmente, de la resolucion municipal de siete de Octubre de mil ochocientos ochenta y cinco é informe que la precede, en que sealude 4 1a conveniencia de fijar y se fija en treinta y dos metros, el ancho de la Avenida en, cuestion, entre otras razones, porque asi podria espropiarse mayor nimero de fincas y el resultado de la operacion ser mds ventajoso 4 los in- tereses pecuniarios comprometidos en el caso. Déeimo sétimo: Que para la mayor autoridad de las ante- Tiores correlaciones, conviene recordar que ellas tienen en su apoyo tanto la doctrina de los espositores, como la sancion de la jurisprudencia de las Cortes Americanas de J usticia, que basadas en el derecho federal Americano, quees nuestro propio derecho constitucional, tizne importancia decisiva entre no- sotros. Décimo octavo: Que importa mencionar desde luego, por su analogia con el caso actual, entre otras, la decision de la Corte Suprema del Estado de Nueva York en el caso de una ley de dicho Estado, autorizando la apertura de una calle en la ciudad do Albany y facultando 4 tal fin, la espropiacion no solo de lo estrictamente necesario 4 dicha calle, siné de las porciones res- tantes de las propiedades que resultasen afectadas por ella, para ser vendidas 6 incorporadas en especie, al dominio municipal, 190 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE segun posteriormente se resolviese, caso en el cual, aquel Supremo Tribunal, decidiendo in ¢erménis la cuestion pendiente ante esta Corte se express ast : « Siesta sancion pudiese ser entendida en el sentido solo de habilitar 4 la Corporacion 4 apoderarse de las propiedades pri- vadas con el consentimiento de sus dueiios, no serfa ella sin duda objetable, pero siseha de estar 4 sus términos literales, los agentes locales pueden, atin rehusdndolo aquellos, espropiar el todo delos lotes, no obstante que solo una parte de estos sea requerida para la obra decretada, y de este punto de vista, ne- cesario es reconocer, la legislatura asume un poder, que con todo respeto por aquel cuerpo, no posce ella. « Declarando la Constitucion que la propiedad: privada podré ser tomada para usos piblicos, implicitamente declara que no podré serlo para usos privados: lo contrario serla violatorio del derecho natural, y atin cuando no lo fuese de Ja letra dela Cons- titucion, lo serfa evidentemente de su espfritu, y no podria ser sostenido como valido. «Supéngase el caso en que solo unos pocos piés, algunas pul- gadas atin, fuesen tinicamente necesarias del estremo de una Propiedad para abrir una calle, y que una valiosa construccion existiese en el otro estremo. ¢Podria pretenderse que existe de- recho para espropiar el todo de esa propiedad, consienta 6 no en ello su dueiio? La poca 6 mucha estension del sobrante no puede modificar los principios ni influiren la solucion legal, y la Legislatura debe ser reputada tan incompetente para disponer de unos pocos piés, como para hacerlo de muchos acres de la pro- piedad privada en un tal caso,» (Matter of Albany Street, 44 Wend 151). Décimo noveno: Que en el mismo sentido y no menos impor- tantes que el anterior, son los casos de Duun v. City Council, Harper 129; Cooper v. Williams, 5 Ohio 392, y Buckingham v. Smith, 10 Ohio 288, enel ultimo, de los cuales especial- DE JUSTICIA NACIONAL 194 mente, se declaré que la propiedad individual no podfa ser to- mada por los poderes piiblicos bajo el poder de dominio eminen- tecon cl tinico propésito de aumentar las rentas del Estado, y que en consecuencia, en la espropiacion de una corriente de agua para facilitar la apertura de un canal de navegacion, no podfa tomarse nada que no fuera estrictamente necesario & dicho canal, con mira de crear una renta por medio de la ventaé el arriendo del uso del agua, terminando el Tribunal con estos cone ceptos que por su pertinencia importa transcribir : Fi «No conocemos ejemplo de que la propiedad particular haya sido tomada por la autoridad del Estado, simplemente con cl pro- pésito de fomentar la renta, vendiendo 6 disponiendo de otra manera andloga de aquella, y si tal poder existiese, serfa & la verdad destructivo del derecho individual, teniendo por efecto inmediato, aniquilar todas sus garantias y suprimir las natura- ‘les distinciones entre lo mio y lo tuyo, 4 voluntad del Es- tado.» Vigésimo: Que acorde con estos principios de sancion gene- ral, entre otros espositores, Cooley, en su tratado Limttaciones Constituctonales, que tiene por objeto determinar las restriccio- nes impuestas por la Cunstitucion 4 la accion de los poderes pi- blicos, condensande las opiniones de los autores y los princi- pios reconocidos y aceptados en la jurisprudencia 4 este Tespec- to, agregaen términos no menos claros y concluyentes : «La espropiaciondebe ser siempre limitada 4 la ncoesidad del caso, y por consiguiente, nada mas puede ser espropiado que Jo qué se juzgue necesario al uso especial para el que la espro- piacior. ha sido autorizada. Cuando solo una parte de los terre- nosde un particular, es requerida por las necesidades publicas; la espropiacion de esta parte no justificard 1a del todo, aun cuando se acuerdedebida compensacion por ella, y desde el mo- mento en que se estienda mis alld de la porcion requerida por Ja necesidad del caso, cesaré de ser justificada ante los princi- 192 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE pios que rigen el ejercicio del derecho de dominio eminente.» (5* edicion, piginas 670 4 694). Vigésimo primero: Que 4 esta opinion que es tambien la de Story, On the Constitution, 2, n° 1956 y de Redfield, On the Law of Ratiways, 1, p. 218, nota 4", puede especialmente aiia- dirse la de Sedgwick Statutory and Constitutional Law, p. 454, el cual dice : «La expropiacion de la propiedad privada para objetos priva- dos, es un mero abuso de los poderes de Icgislacion. Una resolu- cion dictada con tales propésitos, no tiene el cardcter de una ley yestd prohibida por las ideas generales que definen y limitan Jas funciones de la legislatura. Un estatuto que autoriza el traspaso de la propiedad de uno 4 otro, sin el consentimiento del Propietario, es inconstitucional y prohibido, aunque se dé una compensacion. Asi, una Municipalidad no puede, con el objeto de hacer una calle, tomar el todo de un lote, si solamente es in- dispensable una parte, y la ley debe ser interpretada como si re- quiriese el consentimiento del propietario respecto 4 la parte actualmente no necesitada, pues de otro modo, es inconstitucio- nal y prohibida.» Vigésimo segundo: Que por consiguiente, solo por error ha podido invocarse en estos autos los precedentes americanos como favorables 4 la idea de un poder absoluto en el Congreso para disponer de la propiedad privada por via de espropiacion, esten- diendo equivocadamente 1a doctrina que ellos consagran respec- to de la facultad de aquel cuerpo para hacer pesar en virtudde atribuciones de otro 6rden el costo de las mejoras publicas so- bre las propiedades con ellas beneficiadas 4 la espropiacion mis- ma de estas, que es denegada esplicitamente y sin escepcion en aquella jurisprudencia. Vigésimo tercero: Que si no son favorables i tal idea los pre- cedentes Americanos, no lo son tampoco los de otros paises, siendo importante recordar 4 su respecto que si en Francia, al- DE JUSTICIA NACIONAL 193 Guna voz por una grave y fundamantal derogacion de las reglas comunes sobre espropiacion, a2 ha autorizado esta en mayor es= tension de la que aquellas permiten, noha sidoello sind escep- cionalmente, y tuda la legislacion vigente hoy, es encaminada en un sentido opuesto, no imponiendo 4 los Propietarios el sacrificio del abandono de su Propiedad en mayor estension que la indis- pensable 4 Ja obra publica que la motiva, siné cuando esta no es de posible ejecucion de otro modo que por trabajos de conjunto que hagan indispensable la espropiacion total (Ley de trece de Setiembre de mil ochocientos cincuenta, articulo trece) 6 cuando Por consecuencia de espropiaciones Ilevadas 4 cabo para ensan- che, rectificacion 6 apertura de nucvas calles, los sobrantes de las propiedades que hayan de ocupar estas, no ofrezcan Por su es- tension 6 forma, la posihilidad de levantar en ellas construccio- nes higiénicas y salubres (Decretos de veinte yscis de Marzo de mil ochocientos cincuenta J dos; veinte y siete de Diciembre de mil ochocientos cincuenta y ocho y catorce de Junio de mil ocho- cientos setenta y Seis) casos todos en los cuales, sin duda algu- na, mediauna razon de nocesidad y de conveniencia social que autorizael procedimiento de la espropiacion 4 su respecto. (Du- four, De l'expropiation, n°* seis y siete; Block Adminsstracion | de la ciudad de Paris, pagina doscientus Cincuenta y siete). Vigésimo cuarto: Que en todo caso, no son los antecedentes J pricticas de gobiernos regidos por instituciones monirqui- Cas, que no son Las nuestras, y en las cuales no existe el poder Politicoque en nuestro sistema constitucional se acuerda 4 los Tribunales de Justicia para juzgar de la validez de los actos le- gislativos, los queconviene invocar en oposicion 4 los dela Na- cion que nos ha dado el modelo de sus instituciones, esencial- mente contrarias por su indole 4 toda idea de absolutismo en el Gobierno y m4s encaminidas por tanto, 4 la proteccion y con- servacion de los derechos individualas, Vigésimo quinto: Que aunque se objeta que por la disposicion TW B 194 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE constitucional corresponde entre nosotros al Poder Legislativo y solo 4 él, la calificacion de la utilidad publica, y que su juicio por tanto, debe ser concluyente y decisivo al respecto, facil es sin embargo, observar desde luego: Que tal atribucion, segun se hasentado yaen el consideran- do quinto, no puede entenderse derogatoria de los principios fundamentales sobreque reposa la Constitucion y que consti- tuyen la esencia de todo gobierno libre. Que al Congreso, por consiguiente, nole es dado en el ejerci- cicio de tal facultad, ni separarse de aquellos principios, ni pres- eindir delas reglas que constituyen la nocion fundamental del derecho de espropiacion. Que es elemental en nuestra organizacion constitucional, la atribucion que tienen y el deber en que se hallan los Tribunales de Justicia, de examinar las leyes en los casos concretos que se traen 4 su decision, compardndolas con el testo de la Constitu- c’ on para averiguar si guardan 6 noconformidad con esta, y abs- tenerse de aplicarlas, si ]as encuentran en oposicion con ella, constituyendo esta atribucion moderadora, uno de los fines su- premos y fundamentales del poder judicial nacional y una de las mayores garantias con que se ha entendido asegurar los dere- ehos consignados en la Constitucion, contra los abusos posibles é involuntarios de los poderes publicos, Que tal atribucion, que es por otra parte underivado forzo- so de la separacion de los poderes constituyente y legislativo ordinario, que hace la Constitucion, y de la naturaleza esen- cialmente subordinada y limitada de este ultimo, se halla es- pecialmente consagrada por las leyes de dieciseis de Octubre de mil ochocientos sesenta y dos y catorce de Setiembre de mil ochocientos sesenta y tres, la primera de las cuales declara, que: « Uno de sus objetos (de la Justicia Federal) es sostener la ob- servancia dela Constitucion Nacional, prescindiendo, al decidir las causas, de toda disposicion de cualquierade los otros pode DE JUSTICIA NACIONAL 195 Tes nacionales que esté en oposicion con ella », y la segunda, que: «Los Tribunales y Jueces Nacionales en el ejercicio de sus funciones procederdn aplicando la Constitucion, como ley Suprema de la Nacion, las leyes que haya sancionado 6 sancio- nare el Congreso, los tratados con Naciones estrangeras, las leyes particulares de las Provincias, las leyes generales que han Tegido anteriormente 4 la Nacion y los principios del derecho de gentes... en el 6rden que va establecidos. Que por consiguiente, aunque nohaya una linea precisa que deslinde y distinga lo que es otilidad piblica de Jo que no lo es, | 4 los efectos del ejercicio del derecho de espropiacion, lo cual exije, sinduda, que se acuerde en todos los casos, la mayor de- ferencia al juicio y declaraciones del Congreso 4 tal respecto, to- da vez, sin embargo, que aquel cuerpo claramente exceda los If- mites de su atribucion constitacional, los Tribunales estén en el deber de ejercitar su accion en Proteccion y garantfa del dere- cho individual agredido y de la Propiedad tomada fuera de las formas autorizadas por la Constitucion, Que tal es la doctrina consagrada por la mds alta Corte Judi- cial de Estados Unidos, atin en relacion al poder de impuesto, que es ens{ y por su naturaleza, ilimitado ¥ mucho mds dmplio J discrecional que el de espropiacion, habiendo dicho Tribunal declarado Teiteradamente, que el ejercicio de tal poder por la Legislatura en los casos de naturaleza judicial, esté sujeto, como el de todos los otros poderes legislativos, al control y revision de las Cortes de Justicia, y anulado en consecuencia, como repug- nantes dla Constitucion repetidos impuestos creados 4 objetos Teputados no ser estrictamente de interés General, aunque por ellos resultase colateralmente beneficiado el ptiblico (20, Wa- Nace’s Reporte, 655; 106, United States, 485; 113, United States, 4); y finalmente : Que en el presente caso, segun antes se ha establecido, no se ha puesto en cuestion ni denegado la utilidad publica dela obra 196 FALLOS DE LA SUPREMA CORTE & que la precitada ley de mil ochocientos ochenta y cuatro se refiere, y nose trata por consiguiente, en rigor, de una revision de la declaracion del Congreso 4 tal respecto, sin6 propiamente de la estension que debe ser expropiada para tal obra, 6 sea si debe tomarse 4 los particulares el trayecto solo ocupado por aquella via publica, 6 tambien las fracciones situadas 4 derecha 6 izquierda de la misma, cualquiera que sea su estension y aunque la linea de la calleno toque las propiedades 4 que per- tenezcan, sind en su linea esterior 4 en sus reboques. Vigésimo sesto: Que no puede deducirse un argumento sério contra estas conclusiones de la decision anterior de este Tribu- nal en los casos del Procurador Fiscal de la seccion de Santa Fé contra los sefiores Sefiorans y Rosas y contra don Francisco Ferré, invocados por el procurador Municipal en estos autos. Primero: porque en el caso de esos fallos, dictados con motivo de las espropiaciones que fué necesario realizar para hacer efec- tiva la entrega de una legua de ticrras al costado de la via del ferro-carril Central Argentino, estipulada en el contrato de constraccion de dicha via, mediaba una circunstancia que no media en el presente y que hace desaparecer toda paridad en- tre ellos, & saber: que laconcesion de aquellas tierras fué he- cha teniéndose en mira y fijindose como condicion de ello, su poblacion y colonizacion para proporcionar tréfico y vida 4 la via proyectada, objetos en sf de verdadero é indispntable interés piblico, que justificaban legalmente la autorizacion conferida al Gobierno para espropiarlas; y segundo: porqae cualquiera que sea la generalidad de los conceptos empleados por el Tribunal en esos fallos, ellos no pueden entenderse sind con relacion 4 las circunstancias del caso que los motivé, siendo, como es, una maxima de derecho, que las espresiones generales empleadas en las decisiones judiciales deben tomarse siempre en conexion con el casoen el cual seusan, y que en cuanto vayan més alli, pueden ser respetadas pero de ninguna manera

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