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a 088%, 1, “com 3080, Pan ais 1982 Dear te 2008 ion lr sar etn cars dela 9 items cor a Bera rere neonincer “Yets902 1213, * oe ce pena saveenuesies Dapp 9542008 tp pata Po Spats Gaon S977 Cac ak) eee gee a Supecatuanremeaneny Eotimih eee opts wpe pede ke dtc Mbaaia siempre pensé explictrselo todo Mai, Tenta pensado exactamente como, y On {qué palabras decirlo, Pero a no ser por Be- hhito Pérez no lo hubiera hecho ese diez. de ‘mayo de 1979, antes de dormirse la nif Benito Pérez era preto, gordo, desamigado y Kostl, Nunca Jo venian a buscar a tiempo {el dia anterior se habia quedado en el colegio hasta las seis de la tarde). Sus padres éstaban divorciados y vivia con la abuela, tina sefiora con mucho que hacer y, pocas {ganas de nieto, que lo dejaba por la maana ee cara de alivio y lo recibia por la tarde fon cata de agobio. Ademés, como eta me- dio sorda, daba trabajo contarle las cosas. No sabia de béisbol, ni de fatbol ni, en verdad, nada le interesaba tanto como una artrtis propia, muy comentada por ella, que [e apresaba el andar y le habfa puesto ibosos 5 los dedos. Ast y todo, estaba dispuesta a impli cn los deers de buat, sem re gue fuera con el menor gansancio posi- Bis Era que con dar casa, comida ropa Timpia y decir ecéllate, muchachol», «ho corrast, «ipOrtate bienl» y «mira bien an tes de cruzar la calle, cumpta su papel de Vitemamd: Que al fn al cabo ~sola dee 2 las vecinas en tono de queja~, Dios sabe io gue hace en no dale hijo alos viejo! 3¥0 yao puedo con este machacho ‘Todo esto, en contraste con las caras alegres te nfos y madres al encontrarse a Jas cuatro de la tarde, cuando sonaba el timbre, pesaba sobre el corazén de Benito como ut nubarron de Iluvia, mitad resque- mory mitad envidia, Por es0, quiz4, cuando Mai alravesé el sfo multicolor y sonriente que formaban Ios nif ala salida del colegio, if lo que dijo, jLa vio tan protegida, fan legada a puerto, ian gustosamnente redbida! Porque Mai tata siempre los vestides puleros y hasta borda- dios a mano, tos libros forrados con papel amarillo, y levaba una merienda de exqusi- teces hechas en casa, Benito le tenfa un odio amargo. No sabieno qué hacer para apagar- Ie la tioa de fos ojos y la seguridad en sf misma, le dijo bronco: 6

. Pero Tuyet los arrulla en vietnamita ¥ enseguida los calla, Hasta a mi me constie~ la esa nifta. Cuando ya me vence el cansan- cio y la cabeza parece que me estalla de fanto pensat, se da cuenta y me pasa la mano por la frente sin decir palabra, ;Como decitle que no ird conmigo? gQue culpa tiene de haber cumplido doce afios y de estar sana? (Ay, Seilor!

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