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1, POSICIONES TEORICAS Gregory Bateson Comunicacion Titulo original: «Communication»; capitulo I de la obra colec- tiva The Natural History of an Interview (Historia natural de una entrevista), dirigida por Norman Mac Quown e inédita, Chicago, Biblioteca de la universidad, coleccién microfilmada de manuscritos sobre antropologia cultural, n.° 95, serie XV, 1971, p. 1-140. © Gregory Bateson, 1971; reproduccién autorizada. Albert E. Scheflen Sistemas de la comunicacién humana Titulo original: «Systems in Human Communication», colabo- racion inédita para el Congreso de la American Association for the Advancement of Science (Asociacién norteamericana para el progreso de la ciencia), Society for General Systems Research, Berkeley, University of California, 29 diciembre 1965. © Albert E. Scheflen, 1965; reproduccion autorizada. 119 COMUNICACION por GREGORY BATESON Este es el animal que no ha existido, No lo sabian, pero lo han amado siempre —su paso, su gesto, su cuello y hasta la luz de su mirada en calma—, No existid, ciertamente. Pero porque lo amaban, puro, se hizo, este animal; le dejaron espacio claro, ahorrado, en que.alz6 su cabeza, sin hacerle falta existir, sin nutrirle de grano sino de ser posible que existiera. Y esto dio tanta fuerza al animal que le broté en la frente un cuerno, solo. Blanco, fue a una doncella, y existid en su espejo de plata como en ella, Rainer Maria Rilke, Sonetos a Orfeo, Il, iv Traduccién de José M.* Valverde (Obras de Rainer M.2 Rilke, Plaza y Janés, 1967) EL SEGUNDO PLANO Cuando estallé la Segunda Guerra mundial, los pasos mas Prometedores en las ciencias del comportamiento provenian del andlisis freudiano, del psicoandlisis de la forma y de la antropologia cultural. La lingiiistica habia comenzado a rege- nerarse bajo la direccion de Sapir [270; 27 1; 274; 275] y de Bloomfield [48]. La psiquiatria se apartaba poco a poco del estudio exclusivo del paciente individual para volverse hacia ¢! estudio de las relaciones humanas, sobre todo bajo la brillante 120 Posiciones teéricas jnfluencia de Sullivan [309], y una matematica de las rela- ciones humanas tomaba forma con Kurt Lewin [211] y L. F. Richardson [261]. | Durante la Segunda Guerra Mundial y justamente después de este periodo de confusion, salieron a la luz del dia una serie de enfoques nuevos en extremo importantes, que se desarro- llaron de manera mas o menos independiente en muchos luga- res diferentes. Sin embargo, la posibilidad de una pertinencia las ciencias del comportamiento de los trabajos de George Boole [53], Whitehead y Russell [333] seguia inexplorada. Todos estos pasos adelante un poco dispersos se precipitaron con el desarrollo de la ingenieria electronica durante la guerra. Una lista parcial de nombres y lugares correspondiente a los principales avances dara una idea de lo que se produjo. Rosenblueth en Cambridge y México, Wiener y Bigelow [264] en el Massachussets Institute of Technology, estaban poniendo los cimientos de lo que se denominaria la cibernética, generalizando en los dominios de la biologia y de la organi- zacién social lo que los ingenieros y los. matematicos habian aprendido sobre los mecanismos autocorrectores. En Princeton, von Neumann y Morgenstern [250] ponian las bases de la teoria de los juegos. En Inglaterra, Craik [81] escribia en Cambridge, poco antes de morir prematuramente, The Nature of Explanation, que planteaba toda la cuestion de la manera en que son codi- ficados los mensajes en un sistema nervioso central reticulado. Attneave [7], Stroud [308] y otros en Stanford leyeron la obrita de Craik y hallaron en ella la inspiracion para un nueyo enfoque de los problemas de percepcion y de la accion de adaptacion, En Viena, Bertalanffy [30] construyé las bases de la teoria de los sistemas, poniendo especialmente el acento en los sis- temas (por ejemplo los organismos) que disponen de una fuente continua de energia extraida del medio ambiente. Shannon [297] y otros que trabajaban en los laboratorios de la compaiiia Bell Telephone elaboraron la estructura de lo que hoy se denomina la teoria de la informacién. 121 La nueva comunicacion i Gloucester (Inglaterra), concibig Duevog payne! mh a las teorias del aprendizaje y de la ey. modelos lucién del ee otros nombres como los de Mac Culloh . Te 930] Lorente de No [220], Rashevsky [260], Tip. Pitts re) Lorenz [222], por su contribucién a esta orien. bergen > tacién general. i i es la introduccién en | ha producido aqu a C las pot 4 del somportamiento de cierto numero de ideas de ung implica elegancia y potencia muy grandes, todas las cuales EE ire de la comunicacién, en el sentid afectaban a la naturaleza de entido mds amplio del término. Los métodos y los encadenamientos de la légica se codificaron entonces en las sencuencias causa les de los ordenadores. El resultado fue que los Principia Mathematica se convirtieron en una piedra angular de la ciencia. LA HISTORIA NATURAL DE UNA ENTREVISTA La presente obra es una tentativa en sintesis. Ha sido escrita por cinco personas a las que los problemas de la comu- nicacién en diferentes dominios interesan a titulo personal, y que intentan una sintesis vasta y abstracta a partir de datos muy concretos.* Partimos de una entrevista Tealizada un dia preciso entre dos personas cuya identidad es Conocida, en presencia de un dies hast camara y un operador cinematografico. Nuestros ; catannal aut a innumerables detalles de actividad vocal § Por esa pelicula, Hemos titulado una “historia natural i . un minimo de oak patamiento aplicado a esos datos, porque i orientado su i a hizo inevitab| ‘ Tecogida. El cdmar: : la entrevista, fue elegida para este estudio * Se trata de la obj ; re sonsie ented 122 Natu 5: "al History of an Interview [236}, cuyo presente texto Posiciones teoricas no sdlo porque ella y su marido consintiero, estudiara asi, sino también porque esta familia padecia aan cultades interpersonales que la habian conducido a buscar u: ‘i ayuda psiquiatrica particular, a Asi pues, estos materiales, aunque Tecogidos en circuns- tancias poco frecuentes en las relaciones interindividuales proporcionan sin embargo los datos de la historia natural de dos seres humanos en el curso de un breve lapso de tiempo. La alteracion de estos datos por la teoria es lo bastante escasa para que los cinco autores, cada uno con sus tendencias y sus intereses tedricos especificos, hayan podido abordarlos simul- tdneamente. Ademds, hemos compartido algo menos tangible que los datos comunes: ciertas teorias o presuposiciones sobre lo que ocurre cuando dos personas entran en interaccién. LAS PREMISAS TEORICAS En este capitulo preliminar, mi tarea principal consiste en dar una idea general de las premisas tedricas que recientes progresos nos han inspirado en el estudio de la comunicacioén humana. Las premisas freudianas 1. De la teoria freudiana aceptamos la premisa de que sdlo ciertos aspectos del proceso de la comunicacién humana pueden acceder a la conciencia de los participantes. Sin embargo, nuestra posicion difiere de la de numerosos freudianos de la primera época en dos puntos que son menores mientras no salgamos del plano de la teoria, pero que revisten una impor- tancia principal en sus implicaciones metodoldgicas. El impor- tante correctivo que los freudianos aportaron a la reflexion del hombre sobre la naturaleza humana fue insistir en el incons- ciente. Su error, que era preciso corregir, estribaba en la idea de que el proceso mental es esencial, si no enteramente, cons- ciente. Este error tiene su origen en la cultura del siglo xvi y, 123 La nueva comunicacion hasta en las filosofias judeo-clasicas mis alld, en la Reforma y ece casi inverosimil. i itrio. Hoy par S del Series ah lugar comun enunciar que los procesos i organizacién jerarquica. T. mentales ei oneal nfveles ihientale como aise ae ele jucton del cerebro como un proceso de telence- ee muceal se descubre una jerarquia, tanto ana- pet como funcional. Y nuestro conocimiento de la funcién jerarquica —en el dominio de las maquinas, en embriologia, en psicologia y en la organizacion social humana— permite con- siderar como una perogrullada la proposicion segun la cual los escalones superiores de un sistema jerarquico no pueden dis- poner en ningun caso de una informacién completa sobre los procesos y acontecimientos que se producen en niveles subor- dinados o periféricos. Por la misma légica, los escalones su- periores no pueden disponer mas que de informes limitados sobre lo que sucede en el nivel superior a ellos, es decir, que solo pueden ser parcialmente conscientes. Procurar a esos escalones superiores una capacidad de contro total, supondria afiadir al sistema otros escalones todavia mas elevados que, a su vez, serian en gran parte inconscientes. Para nosotros re- sulta evidente que la mayoria de los procesos mentales (com- prendidos en particular los mismos procesos de percepcién) no pueden ser controlados por la conciencia. Lo sorprendente, y que por lo tanto requiere una explicacion, es el hecho de la conciencia. La inconsciencia es una necesidad de la economia de las organizaciones jerarquicas (Sapir [272]). Esto no significa, naturalmente, que la economia de esfuer- zo 0 la utilizacion econdmica de los canales de la comunica- cién, que tiende a evitar las perturbaciones, sea el unico factor determinante de qué informacién debe ser autorizada a alcan- zar los escalones superiores de la conciencia. La analogia con 7 organizaciones sociales humanas revelara muy claramente oa dos ee ey robe estén de ordinario «mo- Pe Rh rhe ibir oe sobre ciertos aconteci- lonbiisuborditintioss y que hay acontecimientos que los esca- 8 estan «motivados» a no transmitir mas alla 124 Posiciones teéricas cellos. En consecuencia, hay muchos sujetos que é jnconsciente» por otras razones que las de akan inconsciente se convierte en un depésito para los materiales rechazados en el sentido freudiano. La segunda diferencia entre nuestra posicién y la posicién freudiana clasica resulta del acento que ponemos en la comu- nicacién. Nos interesamos por preguntas de este género: «{Qué sefales se emiten y qué grados de conciencia demuestra el autor al emitir otras sefiales sobre esas sefiales? {Puede con- trolarlas? (Puede acordarse de ellas?» Por otra parte, nos proponemos averiguar qué sefiales Ilegan al receptor y qué sefiales sabe él que ha recibido.* Ponemos asi el acento en la percepcién de la comunicaci6n, y no en las jerarquias internas del proceso mental. Desde nuestro punto de vista, la distincién entre consciente e inconsciente se vuelve significativamente comparable a la distincién entre vista penetrante y vista im- precisa. 2. Una segunda premisa ligada a la teoria freudiana quiere que todo lo que sucede tenga una significacion, tanto en el sentido en que todo acontecimiento forma parte del intercam- bio como en el de que nada es fortuito. Freud ponia el acento en el determinismo psiquico, en el hecho de que ninguna palabra pronunciada y ningun detalle de un suefio que uno ha tenido puede ser accidental. Un hombre no puede haber «sofiado solamente». En este libro ponemos el acento en una generalizacion de esta idea de la psicologia en el dominio de los procesos interpersonales, Trataremos de considerar cada detalle, ya se trate de una palabra, una entonacién o un mo- vimiento corporal, como si jugara su papel en la determinacion del flujo continuo de palabras y de movimientos corporales que constituye el intercambio entre personas. Nos esforzaremos por no pensar solamente bajo el punto de vista del determi- nismo psiquico, sino también del determinismo interpersonal» _* Enel texto inglés original, Bateson emplea constantemente el término signal. Para cevitar entrar en una discusién sobre la naturaleza del «signo», hemos elegido la traduccién literal aparentemente mas evidente: «seal». : 125 La nueva comunicacion Dos personas ie aren «simplemente estar de acuer. ipidam : doe Te a acuity de la teoria de Freud la idea de la acts de los mensajes, verbales © NO verbales, se efectia por mediacién de procesos behest Y que estos mensajes contienen, en consecuencia, imp! ae © explicita. mente, las multiples caracteristicas correspondientes al suej, y a lo imaginario. Si le es posible a un hombre tener |g impresion de que no trata mas que del tema manifiesto de la conversacién, ello se debe nicamente a una potente funcign. ego que rechaza o disimula cuidadosamente los multiples sobreentendidos del contenido implicito. Ademas, contamos con que el analisis minucioso del habla y de los Bestos revela que los mensajes, bajo esas dos modalidades, contienen una gran cantidad de materiales inconscientes que poseen las caracteristicas de los procesos primarios. Contamos por ejem- plo con que un toque inconsciente del vestido testimonia ° resulta sin duda de un interés sexual y/o de su rechazo puritano. 4. De la teoria freudiana tomamos también una nocién de transferencia generalizada: toda persona que emite sefales que ha aprendido, lo hace suponiendo (generalmente de mane- Ta inconsciente) que el receptor de esas sefiales las compren- dera «correctamente», es decir, presume que su interlocutor del momento se parece psicoldgicamente a algun interlocutor anterior (0 incluso ficticio) con el que ha adquirido inicial- mente sus habitos en materia de comunicacion. acer de proyeccion esta estrechamente unida a la 1 sterencia. Sin embargo, este principio de expli- historico o ersand se necrenela €n que no invoca a un tercero Reeinoune a Haas Cuando A se «proyecta» sobre Pretadas como A is i ie a ip aber oe ido il mismo. Es decir, Apc ce si las hubiera emitido i de codificacién similares al due B opera en funcién de sistemas ferencia como la pro ‘ot ag Naturalmente, Oe Yeccion pueden actuar de manera pros- ar con que B realice una accion signifi- superior. Pectiva. A puede cont: 126 Posiciones teéricas ya del tipo de aquella que algin personaje histrico en la ott A habria realizado en circunstancias similares (trans- vida ‘a o bien puede esperar que B se conduzca como él an 2 habria comportado en circunstancias parecidas (pro- rant mencionar igualmente la identificacion. Este prin- cipio explicativo apela a la idea: «Si no puedes vencerlos, inete a ellos”... O» al menos, imitalos tal como los ves. Se dice que A se identifica con B cuando se pone a modelar sus opios actos significativos en funcion de lo que piensa que son Jos principios de codificaciondeB. Hay que sefialar que todos estos principios —la transfe- rencia, la proyeccion y la identificacion— son sin duda incons- cientes en su manera de operar, y mas o menos apremiantes. Es decir, que es probable que todo error que A pueda cometer en sus suposiciones con respecto a B conduzca a que A actue de tal manera que B se vea forzado a confirmar estos errores actuando como si las suposiciones de A fueran verdaderas. Un caso especialmente muy interesante se presenta cuando A actia de una manera que empuja a B a identificarse con la imagen de si mismo que tiene ‘A... la cual puede ser falsa. Por lo demas, no debe suponerse que estos principios ex- plicativos o descriptivos se excluyen mutuamente. Puede darse un caso en el que A, consciente o inconscientemente, suponga que B es uno de sus padres (transferencia). Pero la actitud adoptada por A de cara a sus padres puede haber comportado una identificacién.! Adoptara entonces con respecto a B ese papel que anteriormente habia adoptado cara a sus padres. Las premisas de la psicologia de la forma Pests la psicologia de la forma hemos retenido una premisa ry importante, la que quiere que la experiencia sea puntua- AO icon desihntetac ee «identificacion» ha sido una eleccién desafortunada por dos ae Raatoeaie ee la expresion «A identifica a B con su padre» es el enunciado de . Ademds, la expresién «A est completando su identidad-ego» sugiere (como un ideal) I ‘i cin y ta aie eseiereloa de A a todos los errores de la transferencia, de la proyec- 127 La nueva comunicacion s la existencia de una continuidad sen- alcontrario, nuestra percepcion esta parcelada en lo que sorial: al con! s nos parecen ser los acontecimientos y los 0! jetos. En la psico- tecimientos y I bjetos. Er la ps i | la hipotesis de forma, esta idea es © fundamento de la hipote: Iogia de la ara nosotros, va unida a la premisa de la figura y Frceenatirges ocurra nada. Tanto el emisor como que nunca de las sefiales estan constituidos de tal manera que el receptor den y deben servirse del render lo que ocurre pues beamnyt ciertas posibles sefiales no estan presentes. La ii en la construccién de la hipotesis de la figura y a ee eon postulado de ese género. Para darnos cuenta porla noche de que hay estrellas en el cielo, debemos servirnos del hecho de que ciertos érganos terminales de la retina no son estimulados por la oscuridad. En las relaciones humanas, nin- gin silencio estd desprovisto de significacion, y la ausencia de lagrimas puede decir mas que paginas enteras. Es preciso que nos extendamos mas sobre la puntuacién de los acontecimientos interpersonales. Todo el procedimiento que hemos empleado y, desde luego, todo andlisis de datos sobre la comunicacion, se guia por premisas que definen en qué unidades debe dividirse el flujo de los datos. En primer ugar, en el curso de un examen microscépico de la entrevista, hemos postulado que los 150 metros de pelicula en los que se itirerao le nevis pode unturned significativos : ite ojos fae be ne hemos elegido algunos de esos ins ts Ree vera, mcrosoépico.* Nuestro estudio macroseduen eee ee nos la atencién con mas preci reap Sirve para gular- Precision, Aunque nuestra atencién da. No experimentamo: entrevi vista, para descender a continuacién hacia detalles cad: . a vez mds fi < siempre con las mis Nos de esos episodios, trabajamos mas suposici Coriente de sefiales, '“/ON€S Sobre la puntuacidn de la £ * Se trata soby P. 166), Sobre todo de la “escena del cigarrilloy ich nalizada por Ray Bi is y Birdswhistell (cf. 128 Posiciones teéricas Conocer el fundamento histérico de esta hipétesis aclarar4 mas lo que queremos decir aqui. Historicamente, la lingiiistica cientifica ha progresado muy rapidamente a partir del momen- to en que se han adoptado ciertas nociones populares, en esencia occidentales, sobre el lenguaje, se les ha dotado de rigor y han sido extrapoladas al estudio de los mas finos detalles. En su forma popular, esas nociones expresan, por poner un ejemplo, que el lenguaje es subdivisible en proposi- ciones que, a su vez, son descomponibles en palabras, las cuales son subdivisibles en letras. Los lingiiistas que debian describir el discurso mas que el lenguaje escrito han introdu- cido profundas modificaciones en esta jerarquia. Pero la idea esencial, a saber, que un flujo de materiales comunicativos debe ser necesariamente susceptible de multiples sub-descom- posiciones de ese género, es una idea fundamental en lin- guistica y en esa rama de la teoria de la comunicacion que se ocupa de la comunicacién codificada... un campo bastante mas vasto que el dominio lingtiistico convencional. Una contribu- cién principal de los lingiistas reside en la demostracién de que el flujo comunicacional contiene sefiales formales en cuyo seno se delimitan sus unidades. Por otra parte, la teoria de la forma plantea que una je- rarquia de subdivisiones es caracteristica del proceso de la percepcién. No percibimos en bloque el desencadenamiento de las terminaciones nerviosas. Pero a partir de la rociada de impulsos nerviosos iniciada por ese desencadenamiento, cons- truimos imagenes de elementos identificables, que se integran en conjuntos mas vastos que ‘poseen una significacién. Pode- Mos pasar entonces de la percepcién a la comunicacién. Si la Percepcién de un organismo se caracteriza por gestalten y si este organismo es capaz de emitir corrientes complejas de comunicacién, entonces esas corrientes deben permitir su divi- sién en una jerarquia de subdivisiones sucesivas. Seran posi- bles muchos anilisis de este tipo, pero solamente uno re- Presentard correctamente la historia natural del oyganismo. Después de todo, no nos ocupamos solamente del hecho de que pueda analizarse una corriente comunicacional, sino que 129 La nueva comunicacion regunta: {de cual de esas numero- ién nos ae Ue een analizar tal flujo particular? 1S eet lenguaje y de Ja comunicacién en general ‘capt habra una 0 varias jerarquias de gestalten s las cuales describiran la manera en que el flujo rea y/o 1a manera en que ©8 recibido e inter- cha. Los deacubrimisns fees i ue en cada caso estudiado pueten ser muestran ised diferentes. Un mensaje particular pue- tado simultaneamente de diversas maneras en nfrentados a pro- le ser interpre! 1 ‘i del espiritu: nos vemos 1 diferentes niveles viiale if in multiple. ne ee centl por aalants de los demas historiadores naturales en el estudio de la jerarquia de las gestalten por la que seria preciso analizat un género particular de comporta- miento. Refuerzan sus estudios comparaciones interculturales y subculturales (entre dialectos) y estadisticas de variaciones individuales. Por otra parte, la kinésica —el estudio de la ges- tualidad, de la actitud y de Ja actividad corporales como mo- dalidades de la comunicacién— se ha desarrollado de modo relativamente reciente y, como la lingiistica, logra un fun- damento cientifico sdlido gracias ala diseccién rigurosa de la corriente kinésica en una jerarquia de gestalten y subdivisiones de gestalten. En un capitulo posterior, Birdwhistell dard una idea gene- tal de la jerarquia de las unidades que concibe para la des- cripeién kinésica, Procede de una manera comparable, pero no ue al ai de descripcion que ha dado prueba de sus i fins gee reconocimiento ultimo de la validez iclide fhe “ inésica dependerd, naturalmente, de los nidos. Pero a priori puede obtenerse un ar- gumento muy potente en favor de la correccién di fae de todo Jo que sabemos sobre | eccion de este analisis general y sobre la comuni eer amend coniimieagion en particular, nicacion y la percepcion humanas en Volviendo un mom ea nar aqui otros etiam st es preciso men- ipcion que han utilizado los 130 cio: Posiciones tedricas lingaistas. La cuestién muy compleja de la «significacion» es demasiado yasta para que la debatamos en este capitulo, pero al menos podemos decir aqui que una grabacién en cinta magnética del habla humana contiene bastantes mds cosas que las sefiales unidas a la significacion lexica de lo que se ha dicho. ind Si se procede simplemente a transcribir una grabacién sobre una hoja de papel, se perderd una parte de ese contenido més que léxico. Pero aun sobrevivira una parte en la trans- cripcién. Y, de hecho, reducir un discurso a su puro contenido Iéxico necesitaria un procedimiento muy energético (en el curso del cual se afiadirian inevitablemente otros matices no léxicos, probablemente inapropiados). Seria preciso ante todo despojar al discurso de todas las indicaciones relativas al con- texto en el que fue pronunciado, a su autor y a la persona al que se dirigid. Pero atin quedarian ritmos y matices de natu- raleza no léxica. Para librarse de ellos, habria que traducir el discurso a otra lengua, tomando como traductor alguna per- sona (o maquina) hipotética, completamente insensible al con- tenido no léxico de las lenguas de origen y de llegada. ‘A medida que subimos los escalones jerarquicos de las gestalten desde las particulas mas microscépicas de la entona- cion hasta las unidades de discurso mas macroscépicas, cada etapa en esta escala se remonta reemplazando las unidades del nivel inferior en su contexto. La «significacin», en el sentido en que se utiliza ese término en el lenguaje ordinario, emerge solamente en un nivel muy elevado de esta jerarquia. Efectuamos la distincién entre el fonema inicial de la palabra «Peter» y el fonema inicial de la palabra «butter», pero esos fonemas estén desprovistos en si mismos de significacién fuera de su posicién en una serie de fonemas. Incluso las silabas «pete» y «but» estan, en si mis- mas, desprovistas de significacion, son polisémicas (salvo a partir del momento en que su significacién potencial es res- tringida, ya que sabemos cual es su posicién en una serie de silabas). En cada etapa en direccién de una unidad superior —la unidad superior es siempre la unidad mas pequefia mds su 131 La nueva comunicacion icci los referentes posibles i santo, la restriccion de e &% Hane india nas sever’. La «significacion», en consecuen. a en te de esta restriccion de las posibles significa. oe incluso las palabras «Peter» y «butter» son todavia sth ‘cal Cuando se afiade el termino «blue» y «butter», e| ‘itor puede estar mas o menos seguro de que el referente ie «Peter? es una bandera.* Pero incluso entonces hay lugar ara la duda. f Es posible referirse al «Blue Peter» como a un objeto real n el contexto mas vasto de un barco de accion de observacion e n : a punto de abandonar un puerto en particular. oO bien puede que la referencia no sea mas que metaforica si el término se utiliza en tierra. O incluso es posible que el uso del término no sea ni metaforico ni directo, sino que forme parte de un curso sobre las comunicaciones maritimas. O finalmente —como es el caso de esta misma: pagina— las palabras «Blue Peter» pueden mencionarse solamente como ejemplo de los fenéme- nos comunicacionales. La significacion no se aproxima a la univocidad o la ausen- cia de ambigtiedad mds que cuando se acepta examinar uni- dades muy grandes de la corriente comunicacional, e incluso entonces, la aproximacién a la ambigiiedad cero sera asin- totica. A medida que se admitan conjuntos de datos mas importantes, la probabilidad de una interpretacion aumentara, pero no desembocara jamas en una demostraci6n. La situacion es esencialmente la misma que aquella a la que se llega en la ime en la que ninguna teoria se ha demostrado jamas. seen ce este libro es tratar de unir las partes de la (los fonetias) tog ee que estudia el lingiiista profesional de tonal dad, a eae las proposiciones, los marcadores misma corriente que estudia la’ ete.) con las partes de esa etc.). En consecuencia, una ci Fe Kinésica (kines, kinemorfos, Temos hacer frente cuando hee central, a la que debe- analicemos los datos, es la de saber ‘Tmino utilizs i mereante, ‘ado para designar e] Pabellon de partida de un barco 132 Posiciones teéricas en qué medida existe una relacion reciproca entre los ele- mentos kinésicos y lingitisticos. Estamos relacionados con fenémenos estructurados de tal manera que quizé no haya ningun limite superior al orden de tamafio —espacial 0 temporal— de las gestalten. Esto querria decir concretamente que ninguna coleccion finita de datos conferirfa una ausencia completa de ambigiiedad a algun ele- mento que se encuentre en su seno. Sea cual fuere la amplitud de la definicion del «contexto», siempre podria haber con- textos mas vastos cuyo conocimiento invertiria 0 modificaria nuestra comprensién de aspectos particulares. El contexto Estas consideraciones nos obligan a adoptar una metodo- logia de investigacion que deje para mas adelante la cuestion de la «significacion». Cuando nos veamos enfrentados con una secuencia dada de sefiales, diferiremos cuanto sea posible la pregunta: «{Qué significan esas seiales?» Nos plantearemos mas bien la pregunta indirecta: «{Seria modificada la signi- ficacion por un cambio dado en la secuencia o en el contexto?» -Esta es una pregunta que uno puede plantearse y a la que puede responder sin demasiadas dificultades. Por ejemplo, no nos preguntaremos si la palabra «Peter» (Pedro) se refiere a un apéstol o a una bandera, sino més bien si su significacion, cuando la palabra «Peter» sigue a la palabra «Blue», es espe- cialmente apropiada en el nuevo contexto. En el analisis kinésico, de manera similar dejaremos para mas adelante la cuestion de la significacién de un parpadeo visible por el interlocutor. Nos preguntaremos mas bien, por ejemplo, si la significacion de esa sefial hubiera sido alterada si ( a) el otro ojo se hubiera cerrado al mismo instante, y (b) siel guifio hubiera sido invisible para el interlocutor. Entre parén- poate podemos igualmente preguntarnos si la significacion de la palabra «Peter» resulta alterada por un guifio. Después de todo no es mas que un accidente historico —una antigua senda en la evolucion de la ciencia— el que ha 133 La nueva comunicacion . i e los lingiiistas estudien \ i circunstancia de que | : os octane a mientras que el kinesista estudia los datos oh: datos visibles, ue los cientificos se hayan especiai;. . El hecho de que | * Lae Fai manera no indica que haya una independencig fundamental entre estas modalidades en la corriente comunj. i razon nuestro trabajo se apoya en la historia ne el registro de la interaccidn entre el discurso y los gestos de Doris y los de Gregory. Esta manera de situar de nuevo cada sefial en el contexto del conjunto de las demas sefiales funda el rigor esencial de nuestro trabajo (...). La interaccion En este punto, nuestro concepto de la comunicacién se vuelve interaccional, y estamos intelectualmente en deuda con G. H. Mead [238] y H. S. Sullivan [309] mas que con Freud y los psicdlogos de la forma. El sistema que estudiamos ahora ya no es una simple sintesis descriptiva del discurso y de los movimientos corporales de Doris, sino el agregado superior de lo que ocurre entre Doris y Gregory. Este marco mas amplio determina la significacion de lo que cada persona dice y hace. El «unicornio» de Rilke esta presen- te en toda conversacién entre dos o mas personas. Este animal imaginario evoluciona y cambia, se disuelve y se vuelve a cristalizar bajo nuevas formas a cada movimiento y con cada mensaje. Negar la presencia del unicornio no le impedira exis- tir y, por el contrario, sélo servira para hacer de él un monstruo. Es preciso hacer cientificamente real esta quimera poética a los ojos del lector si se quiere que comprenda el objeto de este libro, Cada ser humano conoce una franja de incertidumbre en cuanto al tipo de mensajes que emite, y, en ultimo andlisis, 1. El contexto de una sefial emitida i di § Por Doris no comprende solamente las demas eas gue ha emitido recientemente ella misma més aquellas que emite poco después; dae ne mente la habitacién en la que habla, el sofa en el que se sienta, las seriales emitidas por Gregory, su interl i i i ait mince mes i ia locutor, asi como e] Pequefio Billy, y las interrelaciones 134 Posiciones tedricas todos tenemos necesidad de ver cdmo son recibidos nuestros mensajes para saber lo que eran. En cuanto al esquizofrénico, ésta es con frecuencia una verdad dramatica y contundente. Jlustraré esto con un ejemplo. Un paciente esquizofrénico me cuenta que ha construido la muralla de China, que ha atravesado al Pacifico a remo y ha desembarcado en Seattle. Luego ha ido a pie hasta California, donde «este pueblo se precia de su amistad». Presenta este relato como si se tratara de un enunciado de hechos. Pero que se trate para él de un enunciado de hechos depende de mi reacci6n. Si digo: «eso es un absurdo, pues usted ha nacido en California», le afirmo asi en su opinion de que su relato debe tomarse al pie de la letra. Le he desmentido como si se tratara de un enunciado literal, y éste existe en adelante a su ojos en tanto que enunciado literal que debe ser defendido como tal, A partir de aqui, nos inter- namos en un debate que ya no se refiere a la pregunta: «ces esta narracion un enunciado de hechos?», sino a la pregunta de diversion: «jse trata de una relacién auténtica de los hechos?» La respuesta que obtenemos nos dice algo de la disposicién del receptor una vez que ha recibido las sefales que hemos emitido. Puede resultar manifiesto que ha interpretado mal el mensaje, de manera grosera 0 sutil, Sin embargo, el statu quo que prevalecia cuando emitimos el mensaje ya no existe en lo sucesivo, y limitarnos a repetir el mensaje sera insuficiente. De ahora en adelante nos comunicamos con una persona cuyas relaciones con nosotros son diferentes de lo que eran un ins- tante antes. Y ahora es preciso que hablemos a partir del marco de esa nueva relacion. Entre todos los elementos y todas las peripecias de la formacién y de la reformacién de las relaciones humanas, el Proceso mas interesante tal vez sea aquel mediante el cual los objetos instauran reglas comunes para la creacion y la com- prensién de mensajes. Sea cual sea la respuesta que yo pueda dar al relato ilusorio del paciente, propone una convencion que nos sirve a los dos como guia en nuestra comprension del mensaje. Si desmiento la verdad factual de la narracion, pro- pongo implicitamente que accedamos a considerarla como 135 La nueva comunicacion ! 7 -ario, le pregunto si cree que sus Padr literal. oe a i constnbelab de la «muralla de China cue tot ee ellos, le propongo que nos pongamos de acuerdo ¥ et un conjunto distinto de reglas para crear y comprende, oa ro de menajes. Los sistemas de reglas posibles que dos ace den tener en comun son numerosos y complejos, nas puet r ‘ re alga cabe mencionar un sistema que se ha caracterizadg como simbidtico. Esta designacién, tal como la comprendo, se refiere a un sistema de convenciones no verbalizadas y de ordinario inconscientes en el que, por ejemplo, A yB «estan de acuerdo» para tomar sus respectivos mensajes con un espiritu distinto a aquel en el que fueron imaginados. Fingiendo no reparar en los matices y las insinuaciones, o viendo sobreen- tendidos que no eran intencionales, las personas mantienen un extrafio simulacro de comprension. La distorsion del cédigo En esta obra solo prestaremos poca atencion a los fracasos de la comunicacion que se deben al cardcter aleatorio de las sefiales ocasionadas por un ruido o por un tratamiento senso- tial imperfecto. Examinamos un fenomenos mas sutil, el de la deformacién de los mensajes producida por una divergencia sobre los postulados que rigen la produccién y la comprension de los mensajes, es decir, sobre las reglas de codificacion explicitas o implicitas. Imaginad una maquina cuya funci6n consiste en telegrafiar un esquema en blanco y negro (un cuadro formado entera- mente por hileras de puntos) a otra maquina. La maquina emisora transmitira una serie de impulsos eléctricos tal que cada impulso 0 ausencia de impulso sea una respuesta positiva ° negative a la pregunta: «existe un punto en el espacio en fern Cuando la maquina emisora Ilegue al final de una Puntos, transmitiré una sefial especial que ocasionara que la maquina receptora pase a la linea sguiente. De lo mencopaenn ace bee hada mee n de una convencion comin, dirigiendo 136 Posiciones teéricas el numero de puntos contenidos en una linea. Una divergencia sobre los términos de esta convencion introduciré una distor- sidn de cddigo. En cualquier caso, la maquina receptora rea- lizard un registro perfectamente exacto de la serie de sefiales emitidas pero que, tomada en tanto que figura, sera una de- formacion del original. La figura 1 muestra el efecto de distorsién de cddigo, y es util subrayar la diferencia fundamental entre este género de distorsion y la pérdida de informacion ocasionada por el ruido entropico. En el caso del ruido entrépico, la informacién se pierde irremediablemente. Lo que ocurre en el caso del ruido de codigo es una distorsién sistematica, cuya correccién es concebible. Para efectuar esta correccién, sdlo son necesarios ciertos medios que permiten al emisor y al receptor comunicarse a propésito de las reglas de comunicacién. Esto presenta difi- cultades especificas, pero una tesis fundamental de este libro es que, al nivel humano, se produce constantemente semejante comunicacién relativa a las reglas de la comunicacién. Ahi radica, de hecho, el proceso por el cual el «unicornio» se crea y recrea continuamente. Cuando mi paciente cuenta su relato de Ja «muralla de China», sea cual fuere la respuesta que le dé, se trata de una comunicacion que se le dirige, relativa a la manera en que he recibido su mensaje, y que le indica en consecuencia (idealmente) la manera en que deberia enunciarla de nuevo a fin de estar en condiciones de hacerme llegar el mensaje que desea que reciba. Le dice cémo codificar sus mensajes de tal manera que susciten una reaccién apropiada por mi parte. De nuevo es necesario insistir en el caracter inconsciente de casi toda comunicacién. Ignoramos casi todo de los pro- cesos por los que nos fabricamos nuestros mensajes y los procesos por los que comprendemos los mensajes de los demas y respondemos a ellos. De ordinario, ya no tenemos conciencia de muchas de las caracteristicas y componentes de los mismos mensajes. No observamos en qué momentos nos llevamos el cigarrillo a los labios, cerramos Jos ojos o alzamos las cejas. Pero el hecho de que no prestemos atencion a esos detalles de 137 La nueva comunicacion 20 = Posiciones teéricas Ja interaccion no implica que carezcan de consecuencia en el curso de la relacion. En lo esencial somos inconscientes de las convenciones pasajeras que transmitimos sobre la forma en que deben comprenderse los mensajes; de la misma manera somos inconscientes del didlogo continuo relativo a esas con- venciones. Ese didlogo no sdlo tiene lugar entre personas y a propdsito de las convenciones que establecen. Es también, y ello es mas singular, un didlogo que rige lo que cada persona es. Cuando A efectia a B unas proposiciones que éste Ultimo rechaza, este conflicto representa para A mas que una simple sugerencia sobre la manera en que debe codificar sus mensajes cuando se relaciona con B. Enel lenguaje cotidiano, decimos que el amor propio de una persona es realzado o disminuido por las reac- ciones de los demas. O incluso decimos que «se ve de manera diferente». En términos comunicacionales, esto puede tradu- cirse declarando que las mismas reglas de la percepcion de uno mismo, las reglas que gobiernan la formacion de una imagen de si, son modificadas por la manera en que los demas reciben nuestros mensajes. Aprendizaje y patogénesis Este libro es en parte un estudio sobre la forma en que la comunicacion funciona entre dos personas, pero €S igualmente un estudio sobre los casos en que la comunicacién ya no funciona —es decir, sobre ciertas patologias de la comuni- cacion. j Si se quiere establecer un puente entre el estudio de la patologia funcional en psiquiatria y las patologias de la co- municacion, es necesario insistir en Ja existencia de hechos constituidos por el aprendizaje y el condicionamiento, ¥ hay que hacer dos consideraciones especialmente pertinentes. En primer lugar, todo fracaso de la comunicacién es doloroso. En segundo lugar, el organismo en curso de aprendizaje generaliza siempre a partir de su experiencia. ‘Ademés, la operacion de comunicacion es un aprendizaje permanente de la manera de 139 La nueva comunicacion unicarse: los codigos y los lenguajes no son sistemas dan aprenderse de una vez por todas, Son ‘es bien sistemas de modificacion de las convenciones y Jag = i i ra en que los mensajes d, is misas que gobiernan la mane: mensajes debes elaborados e interpretados. Toda sefial que instituya ung neva eva convencién que una mas a la gente o ie remisa o una ni ‘i or libertad puede ser una fuente de alegria procure una may‘ ¢ ti Pero toda sefial que resbala y se pierde es, en algun grado, una fuente de sufrimiento para cada uno. Asi pues, la Corriente permanente de la comunicacién es para cada individuo ung cadena continua de contextos de aprendizaje y, mds particy. larmente, de aprendizaje de las premisas de la comunicacign, En este punto es necesario examinar ciertos aspectos de] proceso de aprendizaje y ensanchar la teoria convenciona] de éste. Nuestra finalidad es hacerla pertinente para el ang- lisis de los intercambios de sefiales entre personas. La ex- periencia tipica, en psicologia del aprendizaje, implica dos entidades, un experimentador y un sujeto, y las conclusiones tedricas que se extraen se enuncian de ordinario en forma de regularidades psicoldgicas que describen el sujeto. En cambio, consideraré aqui la situacidn experimental como una interac- cién que implica dos entidades cuyas relaciones mutuas me interesan. Consideraré sus relaciones como caracterizadas for- malmente por un intercambio que se repite en el curso de «ensayos» sucesivos. Avanzaré la hipdtesis de que el sujeto no es el unico que esté sometido a un proceso de aprendizaje; el experimentador también lo est, y el proceso esta determinado —al menos en parte— por los refuerzos que proporciona el sujeto. Pero previamente es necesario definir una jerarquia de los grados del aprendizaje, lo que puede hacerse de la manera siguiente:* _* La numeracién de los grados ha sido modificada (con el desplazamiento de una unidad hacia abajo) a fin de corresponder a la que Bateson utiliza en su articulo més completo sobre la cuestion: «Las categorias del aprendizaje y de la comunicacién», 9 Vers une écologie de l'esprit, t. I, [17, p. 253-282]. Ha sido suprimida una nota sobre el aprendizaje secundario, que se ha vuelto as{ initil. Se han afiadido algunas notas ilus- trativas. com! taticos que pues 140 Posiciones tedricas 1. Se revela que el fenémeno de aprendizaje mds simple es la recepeion de una informacién o una orden. El acontecimiento que representa la percepcién de un toque de silbato puede constituir, para un perro, una informacién importante o una orden. Antes de haber oido el silbato, estaba en otra dispo- sicion. Podemos considerar este cambio de disposicién como el fendmeno de aprendizaje mas simple.* Es importante sefialar que este fenomeno es excesivamente dificil de estudiar y que no ha sido objeto de un estudio experimental directo y sin embargo, si un polo principal de la teoria. Lo que parece haber ocurrido es que, a fin de llegar a una teoria que rinda cuentas de lo que Ilamo Aprendizaje I, los psicdlogos han debido proporcionar una cierta descripcién de ese proceso de grado cero, es decir, una cierta transcripcion verbal del tipo de mensaje que el perro ha recibido, Si creemos en la teoria del wefecto», ese mensaje es una promesa de recompensa o una amenaza de castigo, mientras que la teoria de la asociacion propone una descripcién en términos mas automaticos y me- nos intencionales de la respuesta del perro. 2. El Aprendizaje Tes aquel sobre el que ha convergido la inmensa masa de los trabajos experimentales. Aqui la palabra «aprendizaje» se refiere a un cambio en la capacidad del perro de reaccionar a las percepciones 0a las sefiales que recibe. Lo que estudian los experimentadores son los cambios en el com- portamiento del perro que resultan de una serie de ensayos. Los fenémenos aqui estudiados son de un grado diferente y su- perior a los evocados en el parrafo anterior. La cuestion plantea- da noes la de saber qué cambio se produce en un perro cuando oye un toque de silbato, sino «qué cambios se producen en el cambio que afecta a un perro cuando oye un toque de silbato». Esta sutil diferencia en la cuestién que se plantea el experi- mentador coloca a los tedricos en la imposibilidad formal de deducir las respuestas a la primera pregunta & partir de datos recogidos para responder a Ja segunda. Los conductistas tenian la ldgica a su favor cuando querian, de modo absoluto, que no * Es el caprendizaje cero». 141 La nueva comunicacion lantedsemos jamds la cuestion de saber Io que expe: iene subjetivamente el perro. Tratar de deducir lo aie experimenta a partir de datos que jamas podrian poner en clare mas que un cambio en lo que experimenta, es tentar Io impogj. ble en el plano de la ldgica. A partir de las Caracteristicas de una clase, no puede extraer ninguna deduccién sobre I identi. dad eventual de un miembro de esa clase. 3. El Aprendizaje II es un fendmeno de laboratorig bien conocido, pero que no ha recibido mas que una débil atencign por parte de los experimentadores, Si se describe e] Aprendi. zaje I como «aprender a recibir sefales», puede entonces des. cribirse el Aprendizaje II como «aprender la manera de apren- der a recibir sefiales», Lo que ocurre en el laboratorio eg que el animal ha adquirido un cierto talento o una cierta habilidad en el Aprendizaje I.* Este fendmeno ha sido determinado Por Hull [181] en el curso de un estudio sobre el aprendizaje de memoria de silabas desprovistas de significacion, y por Harlow [164], en un estudio sobre la resolucion de problemas entre los monos Rhesus. 4. No existe ninguna razon tedrica para negar la posibi- lidad de un Aprendizaje III e incluso otros superiores, si bien no ha sido demostrada la existencia de ninguno de ellos, La Jerarquia de la que trata esta discusion es de tal manera que no existe otro limite superior a la serie que el fijado por las limitaciones de la estructura del cerebro. El numero de neuro- nas es finito, y es cierto que todo organismo conoce en la practica un limite superior al numero de grados de aprendizaje de que es capaz. El examen de esta jerarquia del aprendizaje revela que la diferencia entre no importa qué grado de aprendizaje y el grado que le es inmediatamente superior es esencialmente una dife- rencia en la dimension de la gestalt, El grado superior se establece siempre demostrando que un cambio resulta de una gestalt mayor, estando esta ultima constituida, en general, por una multiplicidad de gestalten caracteristicas del grado infe- * Ha uprendido a aprender: es el Aprendizaje II. 142 Posiciones tedricas rior, Pero por mucho que éste parezca ser generalmente el caso, no existe ninguna premisa tedrica que pueda permitirnos evaluar el coeficiente de multiplicacién, y es necesario consi- derar como tedricamente posible al menos el caso para el cual este coeficiente se reduciria a la unidad. Es concebible que un simple aditivo a lo que se presenta como un contexto de aprendizaje de grado inferior pueda pre- cipitar cambios principales de un grado superior, para los cuales toda experiencia adquirida en el grado inferior sera enmarcada de nuevo y reorganizada. Encontramos aqui una imprevisibilidad del tipo de la indicada anteriormente, cuando nos referimos a 1a indeterminacion de la significacién. Cuanto mayor sea la masa de datos, mds aumentard la certeza de la interpretacin, pero nunca serd posible estar seguro de que el ultimo crecimiento de los datos no exigira de nosotros una interpretacién totalmente nueva. Existe, pues, una analogia —que quiz4 corresponde a una identidad— entre las jerarquias de gestalten que determinan la significacion y la jerarquia de gestalten que llamamos aqui contextos de aprendizaje. Estas cuestiones abstractas resultan mas claras si decimos que en términos populares se llama Aprendizaje II (o aun de grado superior) a un «cambio de cardcter». Supongamos, si Vd. quieren, que un organismo se vuelve «inteligente» a fuerza de estar en relacién con contextos de aprendizaje pavloviano.* Es posible describir el cambio al que nos referimos aqui a la vez como un cambio en las previsiones del organismo y como un cambio en sus habitos de aprendizaje. Si nos referimos a aquello con lo que se cuenta, diremos que lo mas frecuente es que el organismo espere en lo sucesivo que su universo esté puntuado en secuencias que se asemejan al concepto pavlovia- no, es decir, en escenas en las que ciertas percepciones pueden ser utilizadas como una base de prediccién de acontecimientos Posteriores. O bien, si nos referimos a los habitos de apren- dizaje, diremos que este organismo reaccionaré a la certeza prevista de lo que debe producirse (por ejemplo, salivando), * O Aprendizaje I. 143 La nueva comunicacion i ntecimient biar el curso de los aco: is ro NO tratart sranletO se vuelve «fatalista», y el examen ge una palabra, ¢! ales del contexto de aprendizaje nos}, isticas form 1 las cared wt definicion de una forma particular de «fy, pro] tarae psiquiatras se interesan sobre Lice in Aprendj. +o II, Si una paciente le dice a un psiquial q Capaz de zaje II. a maquina de escribir, el psiquiatra le prestar4 ae ¢ a pues la mujer no ha hecho mas que relatar e| eae un ‘Aprendizaje J, Pero cuando se embarca en una Gescripci6n del contexto en el que aprendid a mecanografiar y le cuenta que su profesor la castigaba cada vez que cometia una falta pero que no le hacia jamas cumplidos sobre sus progresos, el psiquiatra le prestara oidos: vera en este relato una explicacion del tipo de efectos que el contexto del apren- dizaje de escribir a maquina puede haber tenido sobre los habitos y las previsiones de la paciente... es decir, sobre su caracter.* Esta extension de la teoria del aprendizaje que consiste en distinguir grados de aprendizaje produce ese cuerpo de saber experimental especialmente interesante para el psi- quiatra. En realidad, el foso tradicional entre experimentalis- tas y clinicos parece provenir del hecho de que los experimen- talistas han estudiado sobre todo el Aprendizaje I, mientras que los psiquiatras se interesan, ante todo, por los efectos del Aprendizaje II, ya que tratan de evaluarlos en su diagndstico, o de acabar con ellos en el curso de su terapia. Si esta descripcién del aprendizaje es, en sustancia, co- Trecta, 0 sea, si existe. realmente una jerarquia de grados de aprendizaje y si la distincion de esos grados representa algo pi que un simple artificio de descripcion, resulta entonces eee probable que existan secuencias complejas de ieiecarune ve (cae tales que el aprendizaje correspon- dizaje propio de agin ae fol esau ae ejemplo, que un suj otro grado. Imaginaremos, por fi 'ujeto humano pueda tener la experiencia de * Este cambio de caracter es signo del Aprendizaje I. 144 Posiciones tedricas una larga serie de aprendizajes pavlovianos pero que pueda ser castigado (Bateson et al. [21]) por haber manifestado «fata- lismo».* Otro ejemplo es que se podria habituar a alguien ala sumision, pero castigarle continuamente por los detalles mas infimos de la ejecucion de cada uno de sus actos de obediencia. EI caso es bien conocido entre adultos, y puede contribuir a crear «malas relaciones personales». Cuando se produce entre padres e hijos de corta edad, creo que es patdgeno en ciertas circunstancias. Los contextos patogenos En adelante sabremos claramente, al menos de manera formal y abstracta, qué estructuras de intercambios deberemos buscar en nuestros datos. La discusién que ha precedido a este reexamen de la teoria del aprendizaje se relacionaba con la instauracion de convenciones y de premisas de comunicacion. Pero es evidente que una premisa de comunicacion, una regla que gobierna la manera en que los mensajes deben estar cons- truidos o ser interpretados, mantiene la misma relacién con el mensaje en cuestién que el que puede establecerse entre dos grados de aprendizaje, superior e inferior. La aceptacién de lo que he llamado una premisa de comu- nicacién es el mismo fendmeno que la aceptacién de un rol: es un cambio momentaneo o duradero de habitos y de previsiones. Y el término «rol» no designa mas que una cierta fase de cambio de cardcter, ya sea breve o duradera. Este término describe la estructura del comportamiento ofrecido por una persona dada en el contexto de aprendizaje que constituye un sistema de dos personas. De ello se sigue que lo que debemos buscar en los datos son secuencias y, en el metanivel, secuencias de secuencias. Las unidades pertinentes seran esos segmentos del flujo comuni- cacional que constituyen los contextos de aprendizaje. Los pro- * Alser el «fatalismo» un aspecto del «aprendizaje del aprendizaje», corresponde al Aprendizaje Il, como hemos visto. 145 La nueva comunicacion eno del flujo resultaran fo} ae 6 ne casos construidos de ments aie dizaje adquirido en una pequefia secuencia se oe tradicho por el aprendizaje adquirido en una secuencia mag vasta de la que la mas pequefia seria una componente, Teori. camente, podemos contar con casos en los que la Parte y ¢| todo serdn idénticos, donde el coeficiente multiplicador entre la parte y el todo es la unidad: un solo y mismo contexto (visto de dos formas diferentes) puede proponer un aprendizaje con- tradictorio a diferentes niveles. . Es preciso sefialar ahora otro fendmeno singular, a Saber, que las premisas de la comunicacion son generalmente auto. justificadoras. Por su mismo funcionamiento, pueden crear e] consenso que parecera justificarlas. Quien cree que todo e| mundo es amigo suyo —o su enemigo— emitird mensajes y actuara significativamente en funcion de su premisa. Se en- frentara al mundo de una manera que empujara a ese mismo mundo para que confirme su conviccion. Ahora bien, ha adqui- tido esta conviccion en primer lugar bajo el efecto acumulado de los contextos de aprendizaje que constituian anteriormente su flujo comunicacional con una cierta persona. Un estudio sobre las psicopatologias funcionales se con- vierte asi en una investigacion sobre la dinamica de la comu- nicacion vivida por el paciente. Pero, cosa bastante singular, en razon misma del hecho de que las premisas comunicacio- nales son autojustificativas, a menudo no es necesario remon- tarse al pasado para estudiar su etiologia. Las premisas son autojustificadoras en el presente y, en consecuencia, quien tiene el espiritu «perturbado», como quien es normal, crea continuamente a su alrededor el medio que proporciona la etiologia tipica de sus habitos comunicacionales, de sus sinto- mas. Basta examinar las relaciones familiares actuales de un paciente para ver funcionar aqui y ahora la constelacién que se encuentra en el origen de sus sintomas. De hecho, es posible y fructifero estudiar el funcionamiento de un hospital psiquia- ttico clasico para descubrir en él indicios de la razon por la que los pacientes estan mentalmente enfermos. 146 Posiciones tedricas Esta amplia descripcion de los intercambios interperso- nales como una serie de contextos de aprendizaje sugiere la posibilidad de dos clases de resultados psicopatoldgicos: el aprendizaje de un error particular y la ruptura o distorsidn del mismo proceso de aprendizaje. Histéricamente, el primer re- sultado es el que fue objeto de la mayor atencién en los primeros tiempos del psicoandlisis, cuando se insistia en el hecho de que ciertas neurosis provienen de experiencias unicas y extrema- damente dolorosas vividas en la infancia. En funcién de lo dicho anteriormente, podriamos pensar de nuevo esta teoria y ver en ella un aprendizaje del error... siendo el error entonces una generalizacién impropia de una experiencia personal ate- rradora, dolorosa o demasiado gratificante. En la actualidad se adjudica menos importancia tedrica a esta forma de patogé- nesis, pero de todos modos no se ponen objeciones a su exis- tencia. : En cambio, la teoria psiquidtrica moderna insiste mds en los resultados psicopatolégicos que provienen de una experien- cia continua y repetida mds que en un traumatismo aislado. Desde este punto de vista, la probabilidad de que un simple error sea engendrado en un individuo con ocasion de un apren- dizaje es muy pequefia, ya que, después de todo, sus opiniones, surgidas de una multitud de casos, estén en esa misma medida justificadas por la repeticién de los casos. A partir de este género de etiologia, mas bien hay que contar con la distorsién del mismo proceso de aprendizaje. Se trata de un tipo de resultado patologico mds abstracto, mas inasequible y mas dificil de corregir mediante alguna practica terapéutica, ya que todo aprendizaje durante esta experiencia pasara por el pro- ceso ya deformado. Sin embargo es necesario dar cierta sustancia a la expre- sién «distorsién del aprendizaje». Debo indicar qué clases de secuencias interpersonales podrian tener este efecto sobre uno u otro de los participantes. Un contexto de aprendizaje es un segmento estructurado de manera bien determinada de la corriente de intercambio entre dos personas. Gracias a los datos experimentales sabemos 147 Pat eva comunica ; x emadamente variable, siempre esta pre- tre izai in ontextos de aprendizaje uracion de los cont ye. a ede los que se compone el contexto (es- Los acontecimi zo) pueden estar diversamente rela. 0 he con todo una totalidad estruc- ns! entre ee nos encontramos aqui con las ges- eet rdades del intercambio) y nos vemos, pues, con- talten (12s uni aleza particular de estas uni- ja naturaleza pi a frontados de nuevo co obra de los individuos ue sean en buena parte eee sean necesariamente el produc de la manera individuos perciben y puntuan lo que ocurre, su en que esos indivi pe ne a rcepcion esta guiada ineluctablemente ; Pe teatiodad social. Esta percepcion puede ser rigida o fle- xible, Pero el hecho esencial es que las reglas de esta puntua- cion forman parte del sistema de convenciones y de premisas acion. En efecto, es preciso sobre el que reposa la comunic: . En considerar el aprendizaje de la comunicacion como una serle de contextos encajados. aie : biendo es un procedimiento extrafia- Lo que estoy descri mente invertido, un proceso de alguna manera enrollado sobre si mismo. Esto puede expresarse de muy diferentes maneras, y quiza la mas simple sea la de enunciar que la corriente comu- nicacional es una serie ordenada de contextos a la vez de aprendizaje y aprendizaje del aprendizaje. Ahora adquiere forma la significacion de la expresion «dis- torsion de los procesos de aprendizaje», la cual se referiria a todos los casos en que un individuo puntua la corriente de comunicacién de una manera diferente a la de su interlocutor, pero que, no obstante, son reforzados por el sufrimiento resul- fae de su vision idiosincrasica de la relacién. Desde su punto Daas teases es askacsas ith eastien fiindado. enth ened lo, mientras que de hecho sufre otto, percepcién de sus mensajes por el Esta “ cstaeces Rene sate estabilidad y de la inestabilid Hee formalde la ilidad en las relaciones humanas. En cidn Lan 148 Posiciones tedricas cia, podriamos efectuar investigaciones sobre lo que at ‘egenloros flaman criterios de estabilidad. UEs posible cla- sificar los grados y los tipos de malentendidos de manera que puedan distinguirse las situaciones que seran corregidas por los participantes (de suerte que el sistema se mantenga en un estado de equilibrio) en otras situaciones, que conducen aun deterioro progresivo? En la actualidad, semejante pregunta s6lo puede plantearse en términos muy generales, y no es posible concebir una respuesta significativa. Sin embargo, es preciso sefialar un punto interesante. Estamos tratando de entidades cuyo comportamiento no es en ningun caso descrip- tible recurriendo a ecuaciones lineales o de logica monétona. De hecho, el fendmeno siguiente parece producirse en muchos casos. Un proceso de cambio progresivo se instala en una relacién diddica. La situacion se vuelve entonces mds 0 menos intolerable para uno y/o el otro interlocutor, y, en el paroxismo de la tension, se produce una explosion, tras la cual el sistema vuelve al estado en que se encontraba antes del cambio. Pero también es posible que emerjan estructuras de comunicacion enteramante nuevas. Después de todo, existen secuencias de intercambio mds vastas y mas largas que ninguna de las que hemos encontrado en el interior de las breves series de datos en las que reposa este libro. Por lo poco que sabemos de las relaciones entre los detalles sutiles de la interaccidn humana y los ciclos mas largos en el curso de una existencia, tenemos todas las razones para creer que los ciclos mas largos son siempre ampliaciones o teflejos re- petidos del modelo incluido en los pequefios detalles. A decir verdad, la hipotesis segtin la cual lo microscépico reflejard lo macroscépico es una de las principales justificaciones dela mayor parte de nuestros procedimientos de tests. En conse- cuencia, una funcion principal de las técnicas de microandlisis es desembocar, a partir de pequefias cantidades de datos, en ee apreciaciones sobre las relaciones humanas, que de ene e Hs habrian podido obtenerse con la ayuda de una i cidn de largo plazo, o a partir de Jos datos notoria- ente sujetos a precaucidn de la reconstruccion por anamnesis. 149 La nueva comunicacion Jo que n0s interesa de este libro, es present Jas técnicas del examen nicroscopico de las relaciones ink Si bien, como es natural, las palabras que se dic, Tr ; Ja cuestion a la que nos dled i- rsonales. ’ Jos sujetos tienen importancia, 14. ‘ncidn de las relaciones entre los sujetos, no es ién a la que pueda responderse con la ayuda de y, quiera de la significacion léxica de sus mensajes, samensa diferencia entre la descripcién mecdnica: “A ion», y Ja descripcion de la Hay una inm' t | ha dado a B tal y cual informacion, Y interaccion, €n la que «A ha respondido jnmediatamente a la pregunta de B». La finalidad de los métodos ¢ este libro es 1a de llegar a una pre: medio de los cual hombres. Un estudio de esos mecanismos que 10 tuviera en uede ofrecer interés a cuenta el contexto que los rebasa no pt largo plazo; un andlisis de las relaciones interpersonales que no esté consolidado por una exposicion de la compleja maqui- naria que las sustenta nO puede merecer nuestra confianza. sbozados a grandes rasgos en sentacién de los procesos por an las relaciones entre los 150

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