CAPITULO 2 SS
La ciencia y la psicologia
en la antigua Grecia
OpRIA DECIRSE QUE LOS origenes del conocimiento psicolégico son tan antiguos como la
especie humana, Desde que se tiene registro, hombres y mujeres han especulado sobre
la naturaleza y la fuente de los estados y los procesos psicolégicos y su relacién con el,
comportamiento humano. Las reflexiones teOricas sobre la sensacién, la memoria y
€l sueno, por ejemplo, se hallan en muchas obras antiguas, como los textos hindiies sagrados
conocidos como Vedas (anteriores al primer milenio a.C.) y los “libros de suefios” asirios (que
se remontan aproximadamente al quinto milenio a.C,),
Muchas de las primeras culturas, como la egipcia y la babilénica, trataron de entender la
psicologia y el comportamiento humanos en términos de la actividad de ciertos “espiritus” 0
“almas” inmateriales, que por lo comin se asociaban {ntimamente con el aliento y con la
accién del corazén y los pulmones. El término griego physis, del que se deriva el vocablo psico-
logia, se liga etimolégicamente con palabras que significan aliento (pneuma) o viento (Onians,
1958). No hay nada especialmente destacable en esto. En un plano de observacién bisico, es
obvio que cualquier cosa que permnita que el organismo humano actiée en forma deliberada se
asocia intimamente con Ia accién del coraz6n y los pulmones. Cuando cesa la actividad de
estos 6rganos, también lo hace la actividad del organismo humano.
Muchas de las primeras teorfas que planteaban la existencia de espiritus 0 almas inmateria-
ue esas entidades podian gozar de una vida después de la muerte en
algtin ambito espi
tuna vida posterior a la muerte, y en el caso de las que si lo hacian, a menudo era una suerte
de entidad empobrecida y literalmente turbia. En la mitologfa griega, por ejemplo, los muertos
sobrevivian como sombras de su antiguo ser, que s6lo podian revivir temporalmente por medio
del sacrificio de sangre.
‘A las creencias en espiritus o almas inmateriales suele caracterizérseles como animistas y
se hallan en muchas de las llamadas culturas primitivas de la actualidad. Sin embargo, hay que
uidarse de la premisa bastante condescendiente de que todas las culturas antiguas explicaban
la mente y el comportamiento en términos de espiritus 0 almas inmateriales y que los seres,
humanos llegan a una comprensién més apropiada de estos asuntos s6lo con el desarrollo de
Ja ciencia psicolégica, ya que tales premisas pueden prejuiciar gravemente nuestra aproxima-
Gi6n a la historia de la psicologia. Aunque muchos pensadores antiguos adoptaron teorias
sobre espiritus o almas inmateriales, su comprensién psicolégica fue bastante mas sofisticada
—y materialista— de lo que se reconoce cominmente. En efecto, como veremos en este capi-
tulo, la concepcidn que tenia Aristdteles de los estados y procesos mentales como capacidades
funcionales de cuerpos materiales complejos se aproxima a nuestra concepcién psicol6gica
cognitiva contemporinea en aspectos cruciales.
sto no quiere decir que demos por hecho que nuestra psicologia cognitiva contemporé-
nea sea superior, lo cual es un asunto de animada polémica, ni mucho menos que afirmemos
{que las concepciones modemas de lo psicol6gico se desarrollaron conjuntamente con los pro-
{gresos histdricos en la metodologfa cientifica. Por el contrario, como seftalaremos en capitulos
posteriores, la sofisticada concepcién que tenia Aristételes de lo psicologico fue victima det
Olvido durante la revolucion cientitica que se dio en Europa en ios siglos XVI y XV.
aeLACIENCIA GRIEGA | 23
LA CIENCIA GRIEGA
‘Aunque las creencias sobre la mente y el comportamiento son tan antiguas como la especie
humana, las explicaciones sistemiticas empiezan a surgir al desarrollarse la ciencia te6rica en la
antigua Grecia. Los origenes de la ciencia griega se remontan a los primeros desarrollos en Habi.
lonia, Egipto y Fenicia, en donde florecieron la aritmética, la geometrfa y la astronomia, y en la
India y China, en donde la astronomfa habia alcanzado un gran avance para el segundo mile-
nio a.C. En algiin momento alrededor del siglo Vil a.C,, los griegos aprovecharon estos desarro-
los para forjar una mentalidad que reconocemos como precursora del pensamiento cientifico.
Esto conllev6 un nuevo nivel de pensamiento abstracto, critico y especulativo que en tres siglos
transformé el ambiente intelectual del mundo antiguo. Las razones por las que surgié ese pen-
samiento protocientifico en la antigua Grecia son oscuras. El aumento en la alfabetizacién,
favorecido por la apropiacién del alfabeto fenicio, sin duda desempefi6 una funcién impor-
tante, lo mismo que la estructura politica inusualmente liberal (para la época) de la federacién
de las ciudades-estado que formaban la antigua Grecia. No obstante, estas caracteristicas al
parecer son insuficientes en sf{ para explicar la revolucién intelectual que produjeron los anti
guos griegos. Como destacara en alguna ocasion Bertrand Russell, “nada es tan sorprendente o
dificil de explicar como el surgimiento repentino de la civlizaciOn en Grecia” (1945, p. 3).
Una caracteristica distintiva de muchos de los primeros pensadores griegos fue su rechazo
a las formas de explicaci6n sobrenaturales o religiosas y su defensa de las modalidades de explt.
cacién naturalistas y mateméticas. Sin embargo, la ciencia griega temprana era en buena
‘medida especulativa. Se basaba en evidencias empfricas no muy rigurosas y pocas veces én la
experimentaci6n en el sentido moderno de una intervencién y un control manipulativos. Una
de las posibles razones de esto, que al parecer se extendié al periodo medieval, es que las for-
mas de intervenci6n necesarias para los estudios empfricos en la fisica, la quimica y la biologia
se desestimaban como artes “mecénicas” o “serviles”, adecuadas s6lo para los esclavos, en con-
traposici6n a las artes “liberales” como la l6gica y la retGrica, que eran las actividades propias
de los hombres libres. El historiador griego Jenofonte (c. 431-355 a.C.) fue la personificacion
de esta actitud: “Las artes mecénicas conllevan un estigma social y son, con toda razé6n, des-
honrosas en nuestras cludades.”
No obstante, a antigua ciencia griega solfa orientarse hacia la explicaci6n de efectos empi
ricos desconcertantes y en ocasiones se valfa de formas simples de manipulacién experimental,
sobre todo en la medicina (Lloyd, 1964). Los antiguos griegos propusieron teorias muy genera-
les sobre la naturaleza de la realidad que al parecer se adecuaban a su experiencia sensorial de!
mundo. Si su prictica en ocasiones llega a parecernos cuestionable, conviene recordar que
apenas estaban empezando. Habia ya una gran cantidad de efectos empiricos que debian expli-
carse, y la experimentaci6n era prematura en raz6n de la naturaleza tentativa de sus teorfas
a antigua ciencia griega también fue critica s6lo en un sentido limitado. Los primeros
te6ricos griegos proponian sus teorias como hipétesis especulativas y esperaban que otros te6-
ricos planteasen hipotesisalternativas. Aunque ofrecian argumentos y analogias para sustentar
sus hipétesis especulativas, s6lo algunos criticaban los argumentos de sus oponentes. La cfitica
sistemética de los argumentos fue desarrollada posteriormente por los griegos, encabezado por
‘crates, Platén y Aristételes, y la comprobacién empirica rigurosa de las teorias rivales fue un.
desarrollo hist6rico posterior.
Con todo, en la antigua ciencia griega, hallamos el desarrollo de dos perspectivas tedricas
generales que son componentes importantes del pensamiento cientifico: el naturalismo y el
formalismo. El naturalismo es el planteamiento segan el cual el universo se explica mejor en
términos de elementos y procesos materiales. El formalismo es el planteamiento segtin el cual
r) ‘Tantra expen pr en emines deacons female @ ates foes Spee
pectivas, junto con el énfasis que se dio posteriormente en la evaluacién empitica y experi-
mental de las teorias, constituyen nuestra concepcién moderna de la ciencia..
Si bien no debemos exagerar el grado de anticipacién que estos antiguos pensadores gtiegos
tuvieron de la ciencia moderna, muchas de las caracteristicas conceptuales de sus sistemas tebri-
‘cos son comunes alas teorias cientificas modernas: por ejemplo, el uso exploratorio y explicativo,
de las analogias y la premisa de que todo cambio y desarrollo aparente es en iltima instanica la24 CAPITULO 2:LA CIENCIA Y LA PSICOLOGIA EN LA ANTIGUA GRECIA
alteracién de elementos perdurables fundamentales, e trate de particulas materiales 0 de formas
de energia. Estos primeros pensadores griegos también ampliaron sus sistemas teéricos para ofre-
cer explicaciones rudimentarias sobre el desarrollo biol6gico y el funcionamiento psicol6gico.
‘Aunque el término griego physis se traduce generalmente como “alma’, el lector debe cui-
arse de hacer asociaciones con el término espafiol contempordneo. Los griegos concebian la
physis como el principio general de la vida en los seres animados, lo que comprendia las capa-
Cidades psicolégicas, mas no se limitaba a éstas. No es posible suponer que la psique griega sea
de naturaleza inmaterial, como las entidades perdurables de las religiones comprometidas con.
la idea de una vida espiritual posterior a la muerte. Aunque algunos tedricos griegos sostenfan,
que la psique es inmaterial y capaz de sobrevivir a la destrucci6n del cuerpo material, otros
negaban que esto fuese ast
LOS NATURALISTAS
Tales
Anaximenes
‘Muchos de los antiguos pensadores griegos buscaban explicar el funcionamiento del universo
fen términos de sus elementos y procesos materiales, en contraposicién a las explicaciones
sobrenaturales o religiosas relacionadas con espftitus 0 dioses inmateriales. Representaron el
‘comienzo de la tradici6n naturalista 0 materialista en la ciencia, que busca identificar los ele-
mentos fundamentales del mundo natural. Los griegos caracterizaron el elemento fundamen-
tal como physis, y quienes desarrollaban teorfas sistemnaticas sobre el elemento o los elementos,
fundamentales llegaron a ser conocidos como los naturalistas.
A Tales de Mileto (c. 624-546 a.C.) se le considera generalmente como el primer teérico impor-
tante en esta tradicion. Fue el fundador de lo que lleg6 a conocerse como la escuela jénica,
pues sus principales partidarios provenian de la federaciGn jénica de las ciudades-estado, ubi-
cada en lo que ahora es la costa suroeste de Turquia. Tales plante6 que el elemento fundamen-
tales el agua. Esta no era una especulacin descabellada, ya que el agua se manifiesta en forma
Parecia un postulado bastante factible para el elemento basic que componta todas tas demas
entidades complejas.
‘Tales se gan6 la reputacién, comin a muchos pensadores abstractos, de ser un hombre con.
la cabeza en las nubes. Arist6teles cuenta la historia de c6mo caminaba Tales dentro de un pozo
porque le preocupaba mucho el estudio de las estrellas (Kirk, Raven y Schofield, 1983, p. 80).
Sin embargo, no era un te6rico encerrado en una torre de marfil. Con ayuda de célculos astro-
n6micos que le permitieron anticipar una cosecha de olivas sin precedentes, acaparé el mer-
cado de prensas de oliva y amas6 una pequefia fortuna arrendandolas. Fungid como ingeniero
del ejército y fue famoso en la antigiledad por haber predicho un eclipse de sol durante una
batalla entre medios y lidios. También se le reconoce por haber introducido la geomettia en la
antigua Grecia, aunque buena parte de sus bases en la materia probablemente se derivaron de
sus Viajes a Egipto y Babitonia.
La caracteristica distintiva del pensamiento de Tales fue la introduccién que hizo de los
modos de teorizar abstracts, criticos y especulativos. Las tesis que propuso se ofrecian como
hip6tesis, no como dogmas basados en la religion. A este respecto, puede decirse que inici6 la
tradici6n critica del pensamiento cientifico. Otros tebricos jénicos se sintieron por ello en
libertad de refutar sus especulaciones y ofrecer las propias en una competencia critica.
Anaximenes de Mileto (c. $88-524 a.C) postul6 que el elemento fundamental es el aire, pues le
mpresionaba su infinita maleabilidad y el fendmeno de la condensacién. Desarroll6 su teoria
para explicar algunos efectos empiricos desconcertantes, como el hecho de que soplamos len-
\iida, SOlida (congelada) o gaseosa (evaporada) y es esencial para:todas las formas de-vida..
&LOS NATURALISTAS 25
tamente en nuestras manos con la boca abierta para calentarlas, pero lo hacemos répidamente
con las bebidas calientes frunciendo los labios para enfriarlas (Barnes, 1979a, p. 49). Anaxime-
nes explicé estos efectos al afirmar que propiedades como la temperatura estén en funcién de
la densidad del aire constitutivo: el aire enrarecido de nuestra boca abierta es caliente, en tanto
que el aire condensado de nuestros labios comprimidos es més frio.
‘Anaximenes fue uno de los primeros en ofrecer explicaciones sobre la naturaleza y las pro-
piedades de los elementos naturales en términos de modificaciones de un elemento primario
subyacente. Explicé la naturaleza y las propiedades de las nubes, las rocas y los cuerpos huma-
‘nos, por ejemplo, en términos de su composicién por aire de diferentes densidades, mediante
el proceso de enrarecimiento y condensacién. Segtin Anaximenes, el aire enrarecido se con-
vierte en fuego; el aire progresivamente condensado se convierte en viento, Iuego en nube,
después en agua, piedra, etc. Afirmaba que la tierra misma se formé por la condensacién de
una vasta masa de aire, que siempre esta presente en cantidad ilimitada, y que el aire especial-
‘mente enrarecido constituye la psique de los seres vivos. Su rudimentario esfuerzo por explicar
las diferencias de las propiedades cualitativas como la temperatura y el color en términos de
propiedades cuantitativas como la densidad presagié los fundamentos caracteristicamente
cuantitativos de la ciencia fisica moderna.
Hericito de Efeso(c, 40-480 a.C) dectar6 que el elemento fundamental ese fuego (0 lo que
se parece al fuego) y sostuvo que toda las manifestaciones de a naturaeza son modificaciones
y alteraciones del elemento fuego perdurable y fundamental:
Este mundo no lo hizo ni dios ni hombre alguno, sino que stempre fue y es y serd un fuego semnp-
temo, encendiéndose en cierta medida y en clerta medida también extinguléndose.
(ames, 1979a, p. 61)
Para Herdclito, esto comprendia otros “elementos” como el agua, el aire y la tierra, lo mismo
que las manifestaciones de la naturaleza més complejos como las rocas, 10s érboles, los anima-
lesy los planetas. Afirmaba que el fuego condensado se convierte en humedad y forma el agua;
cl agua solidificada se vuelve tierra, etc. La psique de un ser humano esté compuesta de fuego:
proviene del agua y regresa al agua al morir, salvo en el caso de algunas almas particularmente
virtuosas (como los solddados caidos en batalla) que se unen al fuego césmico. Herdclito decia
{que una psique seca es una psique sana y una psique himeda es una psique insana: un borra-
ccho se comporta como un nifio tonto porque su psique esta hiimeda.
‘A Heraclito le preocupaba principalmente explicar el fen6meno del cam
1 mundo natural es un constante flujo, como el de las aguas de un rio:
. Sostenia que
Para quienes se baflan en los mismos rfos, uyen aguas siempre diferentes.
(Barnes, 1979s, p. 66)
Comtinmente distinguimos entre los elementos de la naturaleza perdurables, como las piedras
los drboles,y las entidades pasajeras, como los rios y las nubes. Sin embargo, Heraclito soste-
nia que la aparente estabilidad y continuidad de las manifestaciones de la naturaleza es jluso-
ria, porque todo esta en constante cambio:
Y hay quienes no dicen que algunas cosas existentes estén en movimiento y no otras, sino que
todas las cosas estén en movimiento todo el tiempo, pero que esto escapa a nuestra percepciGn.
—tkitk, Raven y Schofield, 1983, p. 195)
Heréclito afirmaba que el motor del flujo es la lucha o tensién constante entre los contrarios
‘opuestos como el calor y el frio, lo hiimedo y lo seco, y la luz y la oscuridad.26 capiryto Z:LA CIENCIA Y LA PSICOLOGIA EN LA ANTIGUA GRECIA
La vision fundamental de Herdclito sobre el mundo natural es ahora un lugar comdn en el
pensamiento cientifico, Reconocemos que la multiplicidad y el cambio subyacen a la unidad y
+ continuidad aparentes: creemos que una s6lidasilla de roble esta constituida por una multipli-
cidad de tomos (0 paquetes de ondas atomisticas) y que las células de nuestros cuerpos dura-
4deros se reemplazan continuamente,
Empédocles
Empédocles de Agrigento (c. 495-435 a.C.) negaba que cualquiera de los cuatro elementos
fisicos observables fuese mas fundamental que los otros, y desarroll6 su propia teoria de los
“cuatro elementos” (figura 2.1). Afirmaba que el fuego, el are, la
tierra y el agua son las "raices” eternase irreductibles que consti-
tuyen todas las manifestaciones de la naturaleza: combinados en
cierta proporcién forman los huesos, en otra proporcién consti-
pieso
Caberte oe tuyen la sangre, ete. (Kirk, Raven y Schofield, 1983, p. 302). Sos-
AiR.
tenia que los procesos de combinaci6n y disoluci6n de estos ele-
FIERRA | mentos se rigen por los principios c6smicos del amor y la lucha,
en un ciclo continuo de cambio y desarrollo.
Como Heréclito, Empédocles sostenia que estos elementos y
Himed Fit fuerzas basicos son eternos. Explican la creacién, la duracién
FIGURA 2.1
temporal y la destruccién de todos los elementos de la natura-
acini leza, como los planetas, los mares y los animales, que son sim-
plemente la combinaci6n y separacién sucesivas de estos ele-
Empédocles:los cuatroelementos. _mientos basicos en diferentes proporciones:
Doble es la génesis de los seres mortales y doble su destrucci6n. A la una la engendra y destruye la
unificacin de todas las cosas, y la otra crece y se disipa a medida que los seres se dividen nueva-
‘mente, Jamas cesan en su constante cambio, conviniendo unas veces en la unidad por efecto det
amor y separdnndose otras por el odio de la discordia.
—Kirk, Raven y Schofield, 1983, p. 287)
‘Como Herdclito y Anaximenes, Empédocles sostenia que toda aparente creaci6n y destruccion
del mundo natural es simplemente la alteraci6n de los elementos perdurables fundamenta-
les del sustrato material: “en la medida en que no dejan nunca de tener ese intercambio conti-
nuo, hasta este momento siempre estén cambiando en el ciclo” (Kirk, Raven y Schofield, 1983,
p- 287).
Su teoria ejercié una influencia enorme, sobre todo en la medicina y la psicologia. Empé-
docles planteaba que la salud consiste en un equilibrio apropiado entre los cuatro elementos
{que hay en nuestro cuerpo y en nuestra sangre. Los médicos griego y romano Hipocrates y
Galeno, respectivamente, convitieron esta explicaciGn en la teoria de los “humores” fisiol6gi
cos y psicolégicos, y en muchas teorias bioldgicas y psicolbgicas posteriores se hallardn princi
pios de equilibrio u homeostasis similares.
Empédocles afirmaba que la sangre contenia los cuatro elementos en una combinacién.
casi perfecta y, en consecuencia, identificaba la sangre como el medio de percepcién y pensa-
miento. Segin Empédocles, los cuerpos fisicos emiten emanaciones, o eidolas en forma de
ébiles copias de si mismos. La percepcién se da cuando dichas emanaciones entran en la san-
{gre por los poros de la piel y los elementos que las componen coinciden con los elementos
similares que hay en la sangre (los elementos ardientes de las eidola coinciden con los elemen-
tos ardientes de la sangre, etc.), lo que genera imagenes en el coraz6n;
[Nutrida en un mar de sangre tempestuasa
‘ahi donde se halla especialmente lo que los hombres llaman pensamiento:
porque la sangre det corazén es el pensamiento de tos hombres.
(Barnes, 1987, p. 191)
Loalte arity
LOS NATURALISTAS | 27
En esta explicacién del origen de los animales y los seres humanos, Empédocles desarroll6
tuna teoria rudimentaria sobre la evoluci6n. Describié cémo se combinaron originalmente en
forma aleatoria las partes de los animales (constituidas por elementos en diferentes proporcio-
nes), 1o que dio por resultado diversas formas hibridas:
ero a medida que un elemento divino se mezclaba con otro, estas cosas se unian cuando cada una
‘asualmente acertaba a toparse con otra [...] y constantemente resultaban muchas otras cosas
ademés de éstas.
“Muchas criaturas nacian con rostros y pechos a ambos lados, proles de buey con rostros de
hombre, mientras que otros brotaban como la descendencia del hombre con caras de buey, criaturas
con forma en parte de hombre, en parte de mujer, y con sus partes pudendas.
(Kirk, Raven y Schofield, 1983, p. 304)
La teoria de Empédocles se anticipé a algunas de las caracteristicas distintivas de la teoria
posterior de Darwin sobre la evolucién, como la mutacin aleatoria de las formas biolégicas
que acabamos de describir (si bien es cierto que en forma fantéstica). Lo que es més significa-
tivo, como lo reconoceria claramente Aristoteles, es que Empédocles ofrecié una explicacién
de cémo combinaciones “formadas adecuadamente” que se desarrollaron por azar se seleccio-
narian en forma natural en el tiempo y producirian especies adaptadas que parecian, pero sélo
parecfan, haber sido creadas en forma deliberada:
En cualquier parte, pues, todo result6 como hubiera sido sl estuviera sucediendo por un fin, abt las
criaturas sobrevivieron, combindndose accidentalmente en forma adecuada; pero donde esto no
‘sucedié, las criaturas perecieron y atin perecen, como dice Empédocles de su “progenie de bueyes
‘con cara de hombre”,
—(Kirk, Raven y Schofield, 1983, p. 304)
Empédocles fue aclamado como un gran pensador durante su vida y adquirié una condi-
ci6n. casi divina. Crefa que la psique estaba compuesta por los cuatro elementos, los cuales
podian recombinarse para constituir una psique diferente en distintas generaciones (el princi-
pio de la metempsicosis). Asi pues, Empédocles crefa que él habia sido diferentes seres en sus
vidas anteriores:
Porque ya he sido otras veces un nifio y una nia
‘yun arbusto y un pajaro y, en el mar, un silencoso pe.
—(Barnes, 1987, p. 196)
eucipo y Demécrito
Las teorias de los atomistas griegos Leucipo (c. 00-450 a.C.) y su discipulo Demécrito de
Abdera (c. 460-370 a.C.) representan la culminacién de la tradicién naturalista en el pensa-
miento de la antigua Grecia, Sostenian que los elementos constituyentes fundamentales son
“Ios tomos y el vacio”. De Leucipo se sabe poco, y la mayor parte de lo que sabemos del ato-
mismo griego se basa en los planteamientos atribuidos a su discipulo Demécrito. A Demécrito
se le llamaba “cl fil6sofo alegre”, supuestamente porque le divertfa mucho la locura humana.
Segtin la leyenda, se quit6 la vista para asegurar su felicidad, con la creencia de que su ceguera
anularfa el deseo por las mujeres.
Los atomistas griegos afirmaban que los étomos son partfculas s6lidas que s6lo se diferen-
ian en sus propiedades: “algunos de ellos tienen forma de escaleno, otros de gancho, algunos
son huecos, otros convexos” (Barnes, 1979b, p. 41). Se unen al entrar en contacto, por medio
de “las transposiciones y entrelazamientos de los cuerpos” (Barnes, 1979b, p. 41). Son infini-
tos, indivisibles ¢ invisibles, y sus movimientos y vinculos en el vacio son responsables de la
creacién y destruccién de los elementos de la naturaleza:‘Se mueven en el vacio (..] y cuando se unen generan la vida,
Ja muerte.
‘cuando se separan producen
(Kirk, Raven y Schofield, 1983, p. 407)
Los atomistas afirmaban que la combinacién de étomos en el espacio vacio explica las
propledades de las manifestaciones de la naturaleza. Por ejemplo, explicaron los diferentes
pesos de distintos tipos de elementos naturales en términos de sus diferentes densidades y sos-
tenfan que los cuerpos celestes se formaban por la ignicién de densas masas de étomos compri
midas en vortices en movimiento rapido.
Demécrito desarroll6 una teoria de la percepcién similar a la de Empédocles, basada en la
hipétesis atémica. Sostenia que delgadas peliculas de étomos, moldeadas con la forma de los
cuerpos fisicos, emanan de su superficie. Nuestros érganos sensoriales reciben estas eidola Li
interactéan con atomos ardientes (sumamente méviles) en nuestro cerebro, el cual forma
copias de los cuerpos fisicos. Percibimos los cuerpos fisicos y sus propiedades cuando se forman
disposiciones de atomos similares en nuestro cerebro y Grganos sensoriales. Deméctito afir-
‘maba que la psique est compuesta en si por finos étomos ardientes, los cuales se dispersan con
la disolucién del cuerpo viviente. ;
‘Como Empédocles y Herdclito, los atomistas griegos sostenian que toda la creacién ydes- |
tnuccién que se percibe en el mundo natural es simplemente la alteracién de los elementos
fundamentales y duraderos del sustrato material y que la complejidad y el cambio subyacen a
Ja aparente unidad y estabilidad de las manifestaciones de la naturaleza. Sin embargo, fueron.
‘un paso més alla, al anticiparse a una caracteristica distintiva de la ciencia moderna.
La mayoria de los naturalistas griegos aceptaban las propiedades percibidas de los elemen-
tos de la naturaleza como un hecho, y trataban de explicarlos en términos de la disposicién y
alteracién de sus componentes materiales fundamentales. Sostenian que nuestros érganos no
revelan la naturaleza fundamental de la realidad, pero generalmente no negaban la realidad de
Jas apariencias empiricas que trataban de explicar. Sin embargo, los atomistas griegos aficma-
ban que muchas de las propiedades percibidas de los elementos de la naturaleza no son propie-
dades genuinas, sino s6lo sus efectos en nuestros érganos sensoriales y sistemas nerviosos.
Distinguieron entre las propiedades que tienen los elementos de la naturaleza independien-
temente de nuestra percepcién de ellos, como el tamafio, la forma y el movimiento, y aquellas
ue son simplemente los efectos que producen en los érganos sensoriales y los sistemas nervio-
505 de los seres sensibles, como el color, el sabor y el olor. En consecuencia, sostenfan que si bien
hay dtomos con formas, tamafios y movimientos en el vacio, estrictamente hablando no hay
Colores, olores, sabores, sonidos o texturas. Es famosa la frase de Demécrito segtin la cual:
e
Pa
Por convencién es dulce y por convencién es amargo, por convencién es calor, por convencién, 1
€ fio, por convencidn es color, pero en realidad son stomos y vacio.
—(Barnes, 1987, p. 253)
Esta distincién entre lo que posteriormente Hlegaria a conocerse como cualidades prima.
tias y cualidades secundarias la sostuvieron casi todos los pioneros de la revolucién cientifica
en Europa en los siglos xvi y xvil, Como estos cientificos posteriores, los atomistas griegos
explicaron la generacién de cualidades secundarias como el sabor en términos de un producto
causal de las cualidades primarias de los étomos, como su forma y tamaiio:
EL sabor agrio proviene de formas que son grandes y con varios éngulos y que tienen muy poca
redondez; éstas, cuando entran en el cuerpo, obstruyen y traban las venas e impiden su flujo [.-)
El sabor amargo proviene de pequeftas formas suaves y redondas cuya perifera tiene uniones; esta
a raz6n por la cual es viscoso y adherente.
—(arnes, 19796, p. 71)
Los atomistas griegos también sostenian que el Universo se rige por leyes deterministas
igidas. Cualquier cosa que sucede en el mundo natural esta determinada por una necesidad
natural, como consecuencia inevitable de las disposiciones y movimientos de los dtomos cons-LOS FORMALISTAS 29
tituyentes. No hay lugar para la aleatoriedad o el azar en el Universo puramente mecanicista
de los atomistas griegos: s6lo hay atomos y vacio. Sin embargo, Demécrito no era un fatalista.
Sostenia que la meta en la vida es la felicidad, a la cual se llega mejor por medio del autocontrol
y la moderacién, lo que suponfa evitar en general los placeres de la carne: “Pues los hombres
obtienen la satisfaccién por medio de la moderacién en la dicha y de una vida mesurada” (Bar-
nes, 1987, p. 269). Epicuro (341-271 a.C.) desarroli6 posteriormente su compleja forma de
hedonismo, aunque la postura que ahora se conoce popularmente como epicureismo guarda
poca relacién con las doctrinas de cualquiera de los dos, pues se asocia coménmente con la
satisfaccion maxima de los deseos sensuales.
LOS FORMALISTAS
Parménides
1 flésofo natural descubre a
realidad que hay ms ala de las.
apariencias sensorales. Los cilos,
Camille Flammarion, Oe
atmosphere: météorologie
Populaire, 1888, en el estilo del
Siglo xv, grabado sobre madera
Aunque los antiguos naturalistas griegos aceptaban en general las evidencias de la experiencia
sensorial, gradualmente llegaron a concebir el conocimiento tedrico como el discernimiento
de la realidad subyacente mas allé de las apariencias sensoriales. Una noci6n similar al parecer
motiv6 a muchos de los te6ricos de las escuelas formalistas desarrolladas por Parménides de
lea (c. 515-470 a.C) y Pitdgoras de Samos (c. 572-497 a.C.), quienes eran mas profundamente
escépticos de nuestra experiencia sensorial del mundo. Segtin estos tedricos formalistas, el
mundo cambiante de la experiencia sensorial es ilusorio, y la realidad inmutable més allé de las
apariencias sensoriales s6lo se capta por medio del razonamiento y la l6gica, Las teorias forma-
listas se basaban principalmente en la deduccién y el argumento l6gicos, en contraste con los
enigmas empiricos y las analogfas tedricas de los naturalistas,
Muchos formalistas negaban la realidad del cambio: Segtin Parménides, ta reatidad es unitaria,
inmutable, estitica, indivisible y eterna. En su extenso poema “Sobre la naturaleza”, afirmé
‘que podemos deducir que la realidad es una unidad eterna
af
Boe30 CAPITULO 2:LACCIENCIAY LA PSICOLOGIA EN LA ANTIGUA GRECIA
Zenén de Elea
Pitagoras
[J que elente ingénito e imperecedero es,
porque es tinico,imperturbable y sin fin.
'No era alguna vez, ni ser, pues ahora es, todo a la vez,
uno solo, continuo.
(Barnes, 1979a, p. 178)
Parménides contrasté el “camino de la verdad” con el “camino de la opinién”, la forma en que
la realidad aparece ante nuestra experiencia sensorial como una multiplicidad de objetos cam-
biantes y en movimiento.
Parménides era sumamente consciente del conflicto entre la raz6n y la experiencia senso-
rial y sostenia que la experiencia sensorial es ilusoria. Afirmaba que el mundo inteligible per-
fecto, etemo ¢ inmutable, a diferencia del mundo sensible imperfecto, temporal y cambiante,
puede conocerse s6lo por medio del ejercicio de la raz6n, el cual nos lleva ala realidad que hay
ds allé de las aparlencias sensoriales. A Parménides suele reconocérsele el desarrollo del
‘método dialéctico: la exploracién sistematica de argumentos en favor y en contra de posturas
‘opuestas. Fue el principal tebrico de lo que lleg6 a conocerse como la escuela eleética, llamada
{asi debido a que sus integrantes provenian de Elea, un asentamiento griego que habia en el sur
de Italia. Entre otros miembros de la escuela se hallaban Zenén de Elea (c. 490-430 a.C.) yJen6-
fanes de Colofén (c. $70-466 a.C.), quienes ridiculizaron a las mil maravillas las mezquinas
debilidades y flaquezas de los dioses griegos.
En virtud de que Parménides sostenia que la realidad es inmutable, suele caracterizérsele
‘como tebrico del ser, en contraste con Hericlito, quien afirmaba que la realidad esta cam-
biando constantemente y a quien se le caracteriza a menudo como teérico del devenir el con-
traste entre sus teorias sucle conocerse como el debate entre ser y devenir.
Zen6n desarroll6 una famosa serie de argumentos que respaldaba la postura de Parménides.
Estos argumentos se idearon para demostrar la naturaleza ilusoria de la experiencia sensorial y
las premisas derivadas por sentido comiin sobre la multiplicidad y el cambio basado en ella.
Segtin Platén, Zenén traté de proteger la “afirmacién de lo uno” de Parménides del ridiculo.
critico al demostrar que “la hipétesis de la existencia de muchos, de cumplirse, parece ser atin.
ms ridicula que la hip6tesis de la existencia de lo uno” (Barnes, 1979a, p. 233).
‘Zen6n propuso varios argumentos por reduccién al absurdo, con los que pretendia
demostrar la falsedad de las premisas derivadas del sentido comin sobre la multiplicidad, el
cambio y el movimiento, al demostrar que conducen a consecuencias falsas 0 absurdas. La més
famosa de éstas, conocidas comiinmente como paradojas de Zenén, pretende demostrar la
naturaleza ilusoria del movimiento. La mas conocida es el relato de la carrera entre Aquiles ¥
Ia tortuga, a la que se le dio la ventaja de salir antes porque no podia moverse tan répidamente
como Aquiles. Cuando Aquiles alcanza el punto de partida de la tortuga, ésta ya se ha despla-
zado a otro punto; cuando Aquiles alcanza ese punto, la tortuga se ha movido a otro; de modo
‘que Aquiles nunca puede alcanzar a la tortuga. Como [o planteara Arist6teles:
Esto quiere decir que, al corer, el més répido nunca alcanzard al més lento. Como el perseguidor
primero debe i a donde empez6 el perseguido, es necesario que el mas lento siempre tenga clerta
distancia de ventaja
(ames, 1979a, p. 273)
Parménides, Zenén y otros integranté® de Ta escuela eledtica sostenian que la comprensi6n
te6rica s6lo podia alcanzarse por medio del razonamiento abstracto. Pitagoras y sus discipulosStet eras
LOS FORMALISTAS 31
coincidian en esto, pero fueron un paso més allé y afirmaron que la realidad tiltima es en sf de
naturaleza abstracta, pues esté constituida por armonias y razones matemiticas. Sostenfan que
el mundo ilusorio de la experiencia sensorial es simplemente la manifestacién de las armonias
y las razones matemiticas fundamentales. En contraste con los naturalistas, quienes buscaban
luna comprensién te6rica de los elementos constituyentes materiales basicos del Universo, los
pitagoricos buscaban la comprensién de sus principios formales basicos.
Pitégoras formulé distinciones ontolégicas y epistemol6gicas entre los objetos abstractos
de las matemiticas y la légica y los elementos de la naturaleza concretos del mundo natural
‘que son objeto de la experiencia sensorial. Sostenfa que las relaciones matemiticas y légicas.
son relaciones eternas perfectas que existen en forma independiente de los elementos de la
naturaleza y que el conocimiento de las verdades abstractas de las matemiticas y la l6gica
puede alcanzarse directamente por medio del ejercicio de la raz6n pura, independientemente
de la experiencia sensorial. Por ejemplo, es una verdad eterna que los éngulos de un triéngulo
alcanzan los 180°, ya sea que haya 0 no existido o haya sido 0 no percibido cualquier trién-
gulo fisico por seres sensibles. Ademiés, esta verdad puede conocerla (al menos en principio)
cualquier ser racional sin ninguna experiencia sensorial de los triéngulos. En contraste, los
objetos de la experiencia sensorial, que estén sujetos a la creacién, la destruccién y el cambio,
son imperfectos y no pueden conocerse verdaderamente. La distincién pitag6rica entre los
‘mundos “inteligible” y “sensible” ejercié una influencia poderosa en muchos pensadores pos-
teriores, incluido Plat6n.
Pitdgoras era un dualista y sostenia que la mente y el cuerpo son entidades distintas. Dis-
tingufa entre la psique inmortal, que puede percibir racionalmente el mundo inteligible, y el
cuerpo material corruptible en el que esta encerrada. Esta concepcién de la relacién entre la
psique y el cuerpo material, que probablemente tuvo sus origenes en las religiones mistéricas
de Grecia y Egipto, influyé en muchos tedricos antiguos y medievales, como Plat6n, Plotino de
Alejandtria, San Agustin y Avicena.
Pitdgoras y sus discfpulos hicieron aportaciones importantes a las matematicas, la astrono-
mia y la isica. Formularon los principios basicos de la aritmética y la geomettria posteriormente
escrita en los Elementos de Euclides de Alejandria, Pitagoras explicé la formacién del Universo
en términos mateméticos, como una imposicién de limite a lo ilimitado, y a uno de sus disci-
pulos, Filolao de Crotona, se le reconoce por haber sido uno de los primeros en concebir la
Tierra como un planeta en movimiento. A Pitégoras también se le adjudica el descubrimiento
de la escala musical, pues desarroll6 un conjunto de leyes matematicas que describen las tazo-
nes arm6nicas de cuerdas vibrantes de diferentes longitudes. Este tiltimo hallazgo al parecer le
inspit6 la idea de que todo en el Universo puede explicarse en términos de los principios de la
armonia matemética.
Pitégoras fue un lider carismético. La escuela que fund6, si bien se dedicaba al estudio de
las armonfas y las razones mateméticas, era una hermandad tanto moral como intelectual. A
su depreciacién racional del mundo sensible y de la experiencia sensorial correspondié una
depreciacién moral del cuerpo material y el placer sensual. Pitégoras y sus discipulos creian en
la inmortalidad y la transmigracin de la psique. Segtin Pitagoras, cada psique humana esta
posefda por su propia divinidad y atraviesa por ciclos de renacimiento en forma vegetal, ani-
mal y humana, que puede recordar. La liberacién de la prision corporal y el ciclo de renaci-
miento se alcanza s6lo merced a la purificacién de la psique por medio de la contemplacién
racional del mundo inteligible, por el cual puede alcanzar 1a uni6n final con el “alma del
mundo’.
Pitdgoras y sus seguidores repudiaban los placeres sensuales del cuerpo material, y estaban.
comprometidos con una ética de la abstinencia y la autodisciplina. Esto comprendia la prohi-
bicién de la ingestin de carne o frijoles, ya que ambos podian incluir almas transmigradas, y
la adopcién de varias medidas ideadas para liberar la psique de su prisién corporal. Su concep-
‘cin del cuerpo como una prisiOn temporal sujeta ala decadencia fisica y moral por el paso de
la edad y la corrupcién sensual efercié una influencia poderosa en los siglos siguientes, muy
notablemente en la teologia cristiana inicial
Pitégoras y sus discipulos levaron su compromiso con la armonia matematica a extremos
misticos. Asociaban la justicia con el nimero cuatro y la raz6n con el ntimero uno; y segiin se|
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32. capiruio 2:1ACIENCIAY LA PSICOLOGIA EN LA ANTIGUA GRECIA
dice ahogaron a Hipaso de Metaponto, un compafiero pitagérico, por el descubrimiento que
hizo de los niimeros irracionales (Blackburn, 1996, p. 173). No obstante, la escuela pitag6rica
marca el comienzo de la tradiciGn matemitica que inspir6 a Galileo a caracterizar las matem4-
ticas como el lenguaje de la ciencia, a Kepler a tratar de componer la “armonia de las esferas
celeste" sobre la base de la geometrfa de los solidos regulates y a Newton a pasar la mayor parte
de su vida trabajando en la numerologfa del Libro de Daniel en la Biblia
‘Aunque Pitdgoras traté la psique como una entidad capaz de sobrevivir a la muerte corpo-
ral, identificé el cerebro como el 6rgano corporal del pensamiento. También desarroll6 una
texplicacién de la salud fisica y psicologica basada en la combinacién armoniosa de los elemen-
tos corporales. En virtud de que afirmaba que los trastornos fisicos y psicol6gicos se erivaban
dela perturbaci6n de la armonia corporal, los tratamientos que recomendaba estaban ideadlos
pata festablecer la armonia e incluian una alimentacién regulada,ejercicio y mtsica. El trata-
mniento de salud de Empédocles como una armonfa entre los “cuatro elementos” probable-
mente se haya basado en la explicacién pitagorica
LOS MEDICOS
‘Alemeén
Hipécrates
La antigua medicina griega se basaba en los misterios religiosos y la practicaban los sacerdotes
en los templos, quienes conservaban los secretos de Asclepios, el dios griego de la medicina.
Los tratamientos consistian en buena medida en suefio, sugestiOn, dieta y ejercicio. Estas for-
‘mas de medicina de los templos fueron refutadas por las escuelas de Aleme6n de Crotona €
Hipdcrates de Cos, quienes rechazaban las creencias religiosas y las practicas misticas en favor
de teorias naturalistas y tratamientos basados en la observacién (si bien rudimentarios).
Alome6n (¢, 500 a.C,) fund6 una escuela de medicina en Crotona, en el sur de Italia, pero
techazé la teoria y la préctica de la medicina de los templos. Establecié que el cerebro es el
cenito de la percepcién y la cognici6n; diseccion6 el ojo y el cerebro humanos y ubicé los ner-
‘ios Opticos Wesde la retina hasta el cerebro (Lloyd, 1991). También desarroll6 la influyente
teoria de los espiritus animales, concebidos como los portadores materiales de los impulsos
nerviosos.
AAlemeén Zechazé las explicaciones médicas misticas y religiosas y propuso una teor‘a sobre
la salud y las enfermedades basada en las propiedades asociadas con los cuatro elementos de
Empédocles, como el ealor y el fo, lo seco y lo htimedo, etc. Sostenia que la salud consiste en
el equilibrio apropiado de estas propiedades y que la enfermedad se debe a su desequilibrio.
‘Como un exceso de calor ocasiona fiebre, debe tratarse enftiando al paciente; como un exceso
de resequedad provoca deshidratacion, debe tratarse aumentando la ingestion de liquidos.
‘Alemeén crefa que los extremos de las propiedades elementales son la causa de la muerte,
Hipécrates (c. 460-377 a.C), a quien suele llamarsele el padre de la medicina, nacié en la isla
griega de Cos, a poca distancia de la costa de la actual Turqufa. Estudié ahi en el gran centro de
‘medicina de los templos, pero fund6 su propia escuela de medicina cuando posteriormente
rechaz6 aquella tradici6n y alcanz6 una célebre reputacién como médico y maestro. S6lo algu-
nos de los escritos médicos que se le atribuyen —el Corpus Hippocraticum— es probable que, de
hecho, los haya escrito él, de modo que resulta dificil distinguir su aportaci6n individual de la
de sus discipulos. En consecuencia, conviene mas tratarlo como lider representativo y voceto
de la escuela médica de Cos.
Como Alemeén, Hipécrates afirmaba que el cerebro es el centro de las capacidades psico-
légicas:
Aeae,
Losmepicos 33
: Debe saberse en general que la fuente de nuestro place, bilo, say diversin, lo mismo que de
nuestro pesat, dolor, ansiedad y ligeimas no es otra cosa que el cerebro [..] también el cerebro es el
asiento de a locuray el deliio,
(Loyd, 1983, p. 248)
Hip6crates sostenia que la epilepsia, la llamada “enfermedad sagrada”, es un trastorno del
funcionamiento del cerebro y que las explicaciones populares en términos de una posesin
divina son seudoexplicaciones basadas en la ignorancia:
[No creo que la “enfermedad sagrada” sea més divina o sagrada que cualquier otra enfermedad sino
ue, por el contrario, tiene caracteristicas especificas y una causa definitiva[...] En mi opinién,
‘quienes otrora calificaban de “sagrada” a esta enfermedad eran el tipo de personas que ahora
amamos brujos, sanadores, curanderos y charlatanes (...] Al invocar un elemento divino ocultaban,
su propia incapacidad para dar un tratamiento adecuado y Hamaban a ésta una enfermedad
“sagrada” para disimular su Ignorancia sobre la naturaleza de la misma.
—(Lioyd, 1983, pp. 237-238)
iS WAL Hipécrates transformé la concepcién que tenia Alc-
eiuecor a me6n de la salud como un equilibrio en una teoria
influyente de los cuatro humores —bilis amarilla, san-
‘ease aS gre, bilis negra y flema—, formados supuestamente a
pattir de los cuatro elementos planteados por Empédo-
NBWUGWEGRANY les (Hgura 2.2). Segan esta teoria la bilis amarilla se
| "iqienRay forma del fuego, la sangre del aire, la bilis negra de la
- tierra y la flema del agua. De acuerdo con Hipécrates,
wees mu la salud se deriva del equilibrio apropiado de estos
humores, y ta enfermedad de su desequilibrio.
La salud es principalmente el estado en el que estas
sustancias constituyentes estan en la proporcién
FIGUEA 2.2 1ppStrbiek oscaotb Pearores. ‘correcta unas con otras, tanto en términos de fuerza
‘como de cantidad, y se mezclan debidamente. El dolor
‘ocurre cuando una de las sustancias presenta una deficiencia 0 un exceso 0 se separa en el cuerpo y
no se mezcla con las otras.
—{Lloyd, 1983, p. 262)
En consecuencia, Hipécrates recomendaba tratamientos ideados para restablecer el equlibrio
de los humores, como una alimentaci6n apropiada, descanso, ejercicio, baiios, masaje y
reise.
A Hipécrates suele caracterizérsele como uno de los primeros en practicar la medicina
holista, ya que hizo hincapié en el poder curativo natural del cuerpo y en la necesidad de tratar
Jos trastomos fisicos y psicolbgicos como trastornos de todo el cuerpo. Sin embargo, no era
reacio ala intervencién médica. Recomendaba la trepanaci6n para aliviar los tumores cetebra-
les y las sangrias para tratar trastornos que supuestamente se debian a un exceso de sangre,
prictica médica popular que continu6 hasta el siglo xvit. También reconocia que las enferme-
dades y los trastornos fsicos y psicol6gicos en ocasiones podian aliviarse mediante la simple fe
en la competencia y el compromiso del médico (para una explicacién moderna, véase Frank,
1973):
Algunos pacientes bastante consclentes de que su afecci6n es peligrosa recuperan la salud simple-
‘mente al confiarse en la bondad del médico.
—ones, 1923, p. 319)
Las explicaciones de Hipécrates sobre las enfermedades y los trastornos fisicos y psicol6gicos
son destacables por sus detalles de diagnéstico. En El arte de curar ofreci6 descripciones abun-‘34 CAPTTULO2:LACIENCIA Y LA PSICOLOGIA EN LA ANTIGUA GRECIA
dantes de la artritis, la epilepsia, las paperas y la tuberculosis, asf. como de la paranoia, la
fobia, la depresién, la mania y la histeria. Con base en sus estudios sobre dafio y pardlisis cere-
brales establecié el control contralateral que los hemisferios cerebrales ejercen sobre el
cuerpo.
“fpécraesy su dlscipulos desarollaron un cédigo de éica para los médlcos, conocido
ahora como el juramento hipocratico, que los médicos contemporineos prometen seguir. Este
consiste en el mandamiento de no negarse a dar tratamiento a pacientes que no pueden cos-
tedrselo y negarse a recibir pago alguno por tratar a pacientes que estén en dificultades finan-
eras.
LOS FILOSOFOS
Socrates
Conforme Grecia y Atenas entraban en su “edad de oro", muchos pensadores llegaron a
reflexionar sobre los fundamentos epistemolégicos del naturalismo y el formalismo. En un
ambiente intelectual en el que las teorias rivales se respaldaban con argumentos, lleg6 a apre-
ciarse y valorarse la habilidad en la argumentaci6n por su valor intrinseco,
Los sofistas eran maestros especializados en la retérica y la l6gica, que cobraban a sus
alumnos por instruirlos en el arte de la persuasion. Eran escépticos respecto a la posibilidad del
conocimiento humano, aunque lo profesaban a cambio de un pago. El término sofista se apli-
caba originalmente a cualquier hombre sabio, pero adquirié connotaciones negativas cuando
Platén caricaturiz6 a algunos sofistas como charlatanes hambrientos de dinero. Sin embargo,
ofrecian consejos practicos lo mismo que una instruccién en la argumentacion. Por ejemplo, a
Antifonte de Atenas se le atribuye haber ofrecido una antigua forma de psicoterapia verbal
basada en el diélogo interactivo a quienes sufrfan alguna pena y melancolia (Pivnicki, 1969;
Walker, 1991),
‘También planteaban interrogantes’ perturbadoras sobre las afirmaciones de que podia
conocerse el mundo natural con base en la experiencia sensorial. Protagoras de Abdera (c. 490-
420 a.C.) ba86 su afirmacién de que “El hombre es la medida de todas las cosas” (Barnes,
1979b, p. 239) en la variabilidad de la experiencia sensorial: lo que a una persona puede pare-
cerle frio 0 ruidoso, a otra, 0 a la misma persona posteriormente, puede parecerle caliente 0
silencioso. Su intenici6n. posiblemente s6lo haya sido afirmar la autoridad de la experiencia
sensorial inmediata, pero por lo comtin se le atribuye haber defendido una forma de relati-
vvismo segiin la cual lo que es verdadero ¢s relativo a Io que cualquier individuo percibe 0
juzga. Gorgias de Lontini (c, 485-380 a.C.) argiifa que no podemos tener conocimientos de
nada que esté més alld de la experiencia sensorial. Estaba en contra de aquellas formas de rela-
tivismo y escepticismo que Sécrates y Plat6n propusieron en sus explicaciones det conoci-
miento objetivo.
Sécrates (¢. 469-399 a.C.) le dio a la filosofia occidental su enfoque caracteristico en el anélisis
critico de los conceptos y los argumentos. Su famosa afirmacién de que “La vida que no se
examina no vale la pena vivirla” ejemplifica mejor que nada su compromiso decidido con la
biisqueda de la sabidurfa. Fuera de breves periodos que pas6 en el servicio militar y como pica~
pedrero ocasional, dedicé su vida a la discusi6n filos6fica con los sofistas, sus amigos aristocra-
ticos, y el pueblo de Atenas. Indiferente ante la fama y la fortuna, no aceptaba remuneracion
Por su ensefianza, ya que profesaba que no sabia nada que valiera la pena. En el afio 399 a.C.
se le acus6 de haber corrompido a la juventud de Atenas. Su enjuiciamiento, arresto y muerte
los describe conmovedoramente Platdn en los didlogos Apologia, Critén y Fedén.
‘Socrates se concentré en cuestiones éticas y ensefi6 que la virtud es conocimiento. Traté de
descubrir la esencia objetiva del valor, la justicia, el conocimiento y la virtud mediante el exa-
men critico de las definiciones propuestas en términos de propiedades comunes para todos los