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al 7 pa or = JULIETA VITULLO ‘NIA Ca Torco JuueTa VITULLO Coleccién dirigida por Alberto Julidn Pérez Marta Fernanda Pampin ISLAS IMAGINADAS La guerra de Malvinas en la literatura y el cine argentinos © connzcivor ‘Vinullo, Julieta Islas imaginadas : la guerra de Malvinas en la literatura y el cine argentinos .- 1a ed. - Buenos Aires : Corregidor, 2012, 208 p. ; 20x14 cm. - (Nueva critica hispanoamericana / Alberto Julién Pére2; 41) ISBN 978-950-05-1992-2 1. Critica Literaria, I Titulo CDD 801.95 A Matthew y a Martin Disefio de tapa: Departamento de Arte sobre disefio de coleccién de Moyano/VillanuevalZarate Comunicacién Visual A Eliseo, in memoriam ‘Todos los derechos reservados, © Ediciones Corregidor, 2012 Rodriguez Pefia 452 (C1020ADI) Bs. As. Website: www.corregidor‘com e-mail: corregidor@corregidor.com Hecho el depésito que marca la ley 11.723 ISBN 978-950-05-1992-2 Impreso en Buenos Aires - Argentina Bsc libro no puede ser reproducido total ni parcialmente en ninguna forma ni Por aingin medio o procedimiento, sea reprogrsfico, fotocopia, microflmacién, rmimesigrafo o cualquier otro sistema mecdnico,fotoqutmico, eletrénico, informatico, magnético, elecrodptco, etc Cuaiquierreproduecin sin el. permiso previo por escrito de la editorial viola derechos reservados, s legal y constituyeun delito, Agradecimiento Antes de convertirse en un libro, este trabajo fue mi tesis doctoral en Rutgers University. Le agradezco a mi directora, Graciela ‘Montaldo, por su agudeza a la hora de leer mi trabajo y por su capa- cidad para ayudarme a imaginar una estructura y pensar I literatura desde una perspectiva amplia. A los otros lectores del comité: a César Braga-Pinto por su generosa participaci6n-y-sugerencias, en especial a la hora de pensar un marco tedrico; a Gabriel Giergi, por su serie- dad, lucidez y compromiso, fundamentales para revisar y repensar algunos de los conceptos que elaboro en mi trabajo; a Tomés Eloy Martinez (postmortem y extrafiindolo), por su acompaiiamiento incondicional y por compartir conmigo su visién de la literatura y de la vida. Gracias también a los profesores Marcy Schwartz y Jorge Marcone, que leyeron algunas versiones de este trabajo y dialogaron ‘conmigo. Al profesor Bruce Franklin, con quien descubi Ia literatura de la guerra de Vietnam que luego me llev6 a pensar en nuestra gue- ra. A muchos de mis colegas del departamento de Espaiiol y Portugués, con quienes intercambié ideas desde el momento en que empecé a pensar el proyecto. Al programa “Transliteratures” y al Departamento de Espafiol y Portugués de Rutgers, the State University of New Jersey, por los recursos para apoyar mi investiga in durante 10s cuatro afios de mi doctorado, en New Jersey, en Buenos Aires y en Malvinas. A la Comisién Fulbright de la Argentina, gracias a la cual Ilegué primero a Estados Unidos a hacer mi Maestria, en el afio 2001. Mi agradecimiento hacia muchas personas va més allé de que me hayan ayudado de una u otra manera a pensar y escribir este libro, por- {BLAS MAGINADAS. La GUERRA DE MALVINAS EW LA LERATURA YYEL CINE ARGENTINO / SuLIETA ViTULLO que el tema de Malvinas me condujo por caminos que trascienden lo ‘que quedé escrito aquf y que, extrafiamente, me llevaron a enfrentar tuna pérdida jamés imaginada. Le doy gracias a mis amigas y amigos Macarena, Nadia, Selma, Brenda, Claudia, Ireni, Marfa Teresa, Eva, Mariel, Felipe, Daniel y Edgardo, por el entusiasmo con que recibie- ron mis ganas de hablar de Malvinas y también porque me acompa- fiaron siempre, de lejos y de cerca. A Javier por compartir conmigo su interés en la guerra y en cierto modo haberme inspirado en la elecci6n del tema. A mi pap Eduardo, mi hermano Gabriel y mi hermana Matilde, que se interesaron por mi trabajo, leyeron algunas partes y me apoyaron en circunstancias dificiles. Sobre todo, le doy las gracias ‘ami mamé Angélica por las mil veces que me ayudé a revisar y comre- gir el texto y porque, en todo sentido, es de fiero. InvrRODUCCION Malvinas y capitén de las tropas argentinas durante Ia Hamada juerra del Atlintico Sur”, Mario Benjamin Menéndez, firma la rendicién frente a Gran Bretafia. Alrededor de diez mil soldados argentinos hechos prisioneros comienzan a regresar al continente en Jos buques britinicos Canberra y Nordland. Seiscientos cuarenta y rnueve mueren en las islas oen el océano. Tres dias después, cae la dic- tadura. Entre los dias 11 y 17 de ese mes, el escritor Rodolfo Enrique ibe la novela Los pichiciegos. E: 14 de junio de 1982, cl flamante gobernador de las Islas ‘Las narrativas textuales, audiovisuales, ficcionales y documeatales que se analizan en este libro se configuran en tomo a un evento real, histérico, fechado y ampliamente documentado y, por lo tanto, no son figuran es complejo porque abarca los Itura y del espectro politico e ideols ‘ratard de ver qué cuentan estas ficctones,_ qué ficaciones abre la perspectiva de la guerra en una his- 12 ‘Tstas nMactnApas. La GUERRA DE MALVIVAS EN LA LITERATURA YL CINE anGENTINOS / JULIET VITULLO toria nacional signada-por la violencia y qué lineas de problematiza- ‘pueden trazarse sobre el mapa de ¢90s relatos. La guerra de 1982 fue una guerra por la soberanta territorial de las islas Malvinas, Fue la nica protagonizada por la Argentina en el siglo XX y el tinico conflicto internacional del pais que ipvolucss a cons. criptos. Adems del saldo de muertos que dej6 Gi ue GiOiiGeae a surgimiento de nuevos sujetos sociales,)los ex soldados de Malvinas, (ya sea ex conseriptos 0 militares de carrera), que desde aquel enton- ces y hasta el dfa de hoy han sido denominados y se han autodenomi- nado “chicos de 1a guerra”, “ex soldados combatientes”, 0 “veteranos de guerra”. En mayor o.menor medida y de manera mas menos ale- vosa, durante las tres iltimas décadas, el Estado y la sociedad argen- tina les han dado la espalda a estos nuevos sujetos. Lis wp sina mente trescientoMSUBIMOSH curridos entre los sobrevivientes del co flicto son testimonio de eso (y no de la derrota, ya que la cifra de s Cidios entre los soldados britanicos es similar). Si bien la guerra fue Hlevada a cabo por un gobierno dictatorial represivo y genocidal eventS de la iRtOnia ioderinareeniinat dio lugar a semejante ‘consenso cfvico-militar basado en la pertenen- cia nacional” (Guber, 2004, 13). EI hecho de que haya contado con un inicial apoyo de la mayoria de la sociedad mientras el régimen que la inpulsaba atravesaba su peor crisis de legitimidad y el hecho de que Ja derrota haya implicado una victoria, en tanto facilité el camino para el reareso de la democracia, convierten a esta guerra en una suerte d (punto ciego de la historia nacional} en un evento alienado, parcial- Tente extirpado de la periodizacién histérica que encierra el término ictadura, pero ajeno tambien a demoeraciaSin.esis clara de este status de punto ciego es la consigna popular que se escuchaba en las manifestaciones callejeras que, en 1983, celebraban el regreso de Ia Rosana Guber sefiala que a tal punto no se sabfa qué hacer con esta guerra, que cuando en 1983 hubo que discutir qué se celebrarfa, no era seguro si 10 {que iba a conmemorarse era una “incursién armada vergonzosa, una aventu- 1a imesponsable del Proceso, [...] una invasiéa, (..] un duelo por los eafdos en combate y por la derrota argentina, o un dia de Gloria en memoria de la esta patristica” (Guber, 2004, 92). Inmmooucetd 13 democracia, Tras afios de feroz represiGn, el cantito nombraba la serie de horrores que la dictadura habia dejado, conciuyendo el inventario ‘con la guerra que acababa de tener lugar: ““,Qué pas6 con las “Malvinas? Esos chicos ya no estin”. Pero ni esos soldados conscrip- tos eran chicos ni tampoco no estaban. La mayor parte habia vuelto, ppor mucho que su presencia incomodara a la nueva sociedad que se empezaba a construit El carcter de victimas del terrorismo estatal de los detenidos y desaparecidos de la Ultima dictadura fue instituido mediante juicios y ‘m@diante un vasto conjunto de relatos iniciado con el Nunca més. A diferencia de ello, durante al menos dos décadas la guerra de Malvinas fue una suerte de Terra dé nadie para Ta interpretaciGn y era relativa- mente poco Io que la sociedad sabia -o querfa saber acerca de los acontecimientos mismos. El relato oral de la guerra que armé esa sociedad’ a partir del fogoneo de la prensa triunfalista y a partir de su propia participacién (por ejemplo, mediante colectas para los sold dos) fue, en todo caso, un relato fuera de la guerra, ajeno por comple- Golan experientcia delosique la VivierORDL a cancién de Charly Garcia “No bombardeen Buenos Aires” es clara expresiGn de cse relato: la ‘guerra sucedi6 en otra part. ‘Todavia hoy es dificil pensar en un relato que explique por qué fue que Ja guerra tuvo Iugar? Recién en los whimos_afios, Ja guerra 2 Vicente Palermo afrma que “tras la guera no qued6 un relto estructurado, que “expiqae" to que paso” y, a ropésito,recuerda Ia siguiente fase del general Martin Balza de enero de 2003: “Ells (Galtier, Anaya, Lama Dozo] ros llevaron # na guera improvisada, conta toda logic politica y militar. Una guerra jamds pensada. Fue wna triste aventura conducida por incompe- tentes, que jugaron con un sentimiento argentino. Malvinas fue una causa rable en manes bastardas, porque su in munca fue larecuperoién sino e] t- tarde salvar yprofundzar una sombfa y decadenteditadura Fue la guerra peor conducida en toda la historia argentina”. Las declaraciones de Balza, {ice Palermo “no explican nada y dejan al lector en ayunas en lo qu se refie- re tla pregunta por qué pasé To que paso?" (206). Una de ls areas que se ‘ropont el autor en su tabajo es demestrarlaflsedad del sapaesto de que los militares utlizeron una causa noble por zones polticas de corto plazo: "En tn opinion los militares no bastardearon ninguna noble causa, sino que fue ron trégicamente consecuentes con ella" (207). 4 suas muscinanas. LA GUERRA DE MALVINAS EX LA LITERATURA YL cone aRcENTINS / JLETA VITULLO de a histori GRR Tree en or epee de rédito comercial del vigésimo quinto aniversario llev6 a la difusi6n de numerosos documentos textuales y audiovisuales, y los relatos de ex combatientes cobraron una, La causa de Malvinas sirve para hablar, segiin el autor, de “algunos ndcleos duros e insoslayables del nacionalismo, como el unanimismo, cl decadentismo y el territorialis- mo” (17). La causa va més allé del reclamo por un territorio usurpa- do. Segtin Palermo, los militares conocfan el enorme potencial de esta causa y planearon asf la toma de Malvinas, pero no la guerra, que fue improvisad i {que no cuestioné la decisién de un gobierno con el que no habia lazos representatives, y no por Ja voluntad de participar en la gesta de recuperaciGn de un teizitorio con el que no guardaban mas relacién que Ia construida > Ver los libros de Guber (2001 y 2004) y Lorenz (2006), y los de Guembe y Lorenz, Bosoer, Camogli, y Palermo, todos publicados en 2007, Hiay dos trabajos valiosos que abarcan el tema de ls icciones de la guerra de Malvinas. Ninguno de los dos se public6 en la Argentina ni se concentra en las ficciones de este pafsoen el contextolitraro y politico nacional. Se tata del libro de-Bernard MeGuisk Falklands Malvinas. An Unfinished Business y Ivraopuccion 15 pero nunca controvertido objeto de 12 @QEEEESEED Por un lado, podria afirmarse que esta visiGn hegeménica es el resultado de una falta de reflexi6n intelectual respecto del tema. Pero, por otro lado, también parecerfa que, a la inversa, el Ambito intelectual y académi co, a sabiendas de la existencia de esa perspectiva uniforme, exhibe uncalculado desinterés por Malvinas, como si se creyera que es mejor zo entrar en la disputa por el campo simbdlico de esa guerra porque, al hacerlo, se corre el riesgo de acercarse demasiado a la derecha, sea esta castrense 0 civil y tenga 0 no acceso a cierto capital cultural Federico Lorenz llama la atencién acerca de este vac Ja guerra de Malvinas constituye.un hueco profundo en las aproxi- imaciones al pasado reciente por parte de los investigadores que Podriamos ubicar dentro del progresismo (entendiendo genérica- mente asa quienes se reconocen como demacriticos y.de iquier~ da), mientras que inversamente tiene una fuerte presencia el ima- ginarig de oMrOs acores sociales que no estén en las universidades nie Tos espacios de discusiGn académica.. (Lorenz, 2006, 8) la por una reivindicacién de la dic 4 a esi doctoral de Laura Linford Willams Malvinas Myths, Falklands Fictions: Cultural Responses to War from Both Sides of the Atlantic. El ibn0 ‘de McGuirk ene el meta de construe un corpus internacional de novelas, ‘cueaics, canciones, peliculas y obras tales, eas un archivo escaa plane. tain de las iiones producidas parr de fa guera,no slo en espaol © inglés, sino tambien en portugues, alana y francés. Siguiendo la defniicn Ge mito de Roland Barthes y a tara de a histora de Hayden Whit, Linford “Williams agrupa algunas de las ficciones briténicas y argentinas en diferentes Categorias de acuerdo con el modo en que se relacione coa cera mitlo hacioalista que Ta autora establece de enrads. Las categorfas sada son “'nyth perpettator”,“damythologiers”y “eountermythologizes” {SLAStwaGiNApas. LA GUERRA DE MALVINAS EX LA LITERATURA EL CINE ARGENTINOS / JuLETA ViruLco ante la legitimidad del reclamo sobre las islas. Al mismo tiempo, el enfoque que ve a la guerra solamente como una aventura de esa dic- tadura ignora el papel de la causa de Malvinas dentro del imaginario ‘nacional anterior a iy82 y desestima Ia enorme importarcia del apoyo al conflicto bélico por parte de sectores mayoritarios de la sociedad. Al tiempo que se vio acorralada por ellos, la produccién académi- a cedié espacio a argumentos irredentistas y antiimperialistas por igual. La universalidad y naturalidad con la que fue presentada, colo- respuestas mas complejas a los problemas e interrogantes que arrojs Ja guerra 0 que quizé, si no todas son respuestas, algunos planteos © ‘Cuestionamientos radicales sobre la guerra y la violencia provienen de HBP urante al menos las primeras dos décadas de la posguerra, ni las Iniciativas oficiales, ni el discurso medistico, ni el ensayo historiogr’- fico, ni el testimonio pudieron escapar a las prerrogativas del discur- so nacional y nacionalista que hacen de esta guerra una causa justa y, por lo tanto, no acertaron en comprender ni denunciar lo que aparen- temente pretendian, Paradéjicamente, es0 Cais ist tamppoc-cascolebsaesinca denon. +a un tanto vergonzante. (Malvinas es Uneinlasian erwlseonejenci? nacional al.que el discurso politico parece no poder enfrenarge pero (i Tiferatia Sie sicsr0- analiza dias prodlcciones d& fieei6nypocaie ‘eva Togran desarticular Jos supuestos hegeménicos y las lugares omunes en torno de la guerra de Malvinas y consiguen, usimsino, plantear perspectivas muy diferentes desde donde ensayar otros senti dos para ese-punto-ciego. En 1983, un informe preparado por el general Benjamin Rattenbach para la Comisin de Andlisis y Evaluacién Politico Militar ‘dé las Responsabilidades del Conflicto del Atlintico Sur consideré la guerra de Malvinas como una aventura irresponsable. El. Consejo ‘Supremo de Tas Fuerzas.Armadas conden a los jefes de las tres fuer- zas, Galtier, Apaya y Lami Dozo, a 12, 14 y 8 aos de reclusién res- pectivamente (B@RO)MalVinas {ori6-partenieslaragenuareeNaist. Cia civil e incluso a algunos oficiales de mediano rango, que estaban Iereoucci6» a implicados en violaciones a derechos humanos, la participacién en la ‘guerra les sirviG como elemento exculpatorio: se los ccniisraba Sheroes de Malyinasialis violactones 2 Tos derechos TOMMNBS come- Tidas por ef terrorismo de Estado llegaron hasta el cuerpo de los sol- dados conscriptos y hasta el territorio mismo de las islas (torturas, estaqucos, simulactos de_fusilamiento_y muertes por inanicién). Aunque.de-ningin modo @]RSUgESREMREDpucde suplantar a los ‘Grganos.que-deberian-Castigar, dentro del marco juridico, a Tos res- ponsables de la guerra y asegurar condiciones de vida dignas a los ex “corbecen'es, sus planteos 0 cuestionamientos sf constituyen un cua- dro de referencia valido para abrir una posibilidad de comprensi6n y- ‘Justieta,-¥-paraafmar un relato de la guerra. \ri- «1 Tracaso de la GGemperslaén Jar respuestas a los reclamos de justicia de la sociedad 'y de los organismos de derechos humanos, y ante 1a @GSeSSH688) GEMMPAWMENAD partir de tas polticas neoliberales que durante os noventa continuaron el vaciamiento emprendido por Ia dictadura, estd§ discursos estéticos pusieron en escena hechos traumaticos del pasado reciente que habfan quedado borrados de la escena politica, Dada la efimera y discutible soberania que Argentina logré efecti- ‘vamente ejercer sobre las islas, el deseo de recuperar ese pedazo de territorio que la literatura reivindicatoria califica de “arrebatado”, “usurpado”, “conculcado”, “arrancado” o “‘viclado” remite en reali- dad a una/posesidn imaginaria,/No obstante, esa carencia logr6 ins- taurarse de-manera éxitosa desde el siglo diecinueve y a lo largo del siglo veinte. y se tradujo en los textos bajo la forma de un anhelo)Pero fla guerra del 82\signific un punto de inflexiGn_en Ta Fepresentacién GEeMMGMENEID A qué relatos debe recumic la Mteratura cuando se propone contar la guerra y qué continuidades pueden trazarse a partir ella son las preguntas centrales que aborda este trabajo. [Ca dificultad para armar un relato propiamente a. descubre como problema 4 €Xaminar@iiiaiiaVO® parte Ge las producciones dc! corpus que construye esta investigacién. Por ello, en la primera parte de este libro se trata de pensar la guerra de Malvinas en el contexto de ia eden, esiallds it SOLGGRE Galas ges © Ge ee oma Suma de la nacién autoimaginada como tal y Ios relatos hero'- 18 ISLAS DUAGINADAS. LA GUERRA DE MALVINAS EW LA LITERATURA YL CINe anEYINOS /JuuEt Veruteo ‘cos que se construyen-en-tomo-a-ella. La guerra entonces, en tanto Evento hiistérico y politico, es situada y analizada en el contexto de una cierta imaginacién épica. Asi, el Capitulo I se centra en la construccién de la causa de ‘Malvinas dentro de la imaginacién pablica y-eleampo cultural a par- tir de la segunda mitad del siglo diecinueve, Como punto de partida para armar un mapa de las diferentes versiones que anidan en el ima- ginario colectivo anterior y posterior a la guerra, se hace un breve recorrido por un articulo periodistico de José Hernéndez (1869), y por cel libro Les Iles Malouines, de Paul Groussie, eserito para el centena- rio de la RevoluciGn de Mayo y-posteriormente traducido e incluido ‘como material de leetura en las escuelas a partir de una iniciativa del diputado socialista Alfredo Palacios. Asimismo, este capftulo analiza, desde un punto de vista te6rico, las implicaciones de una guerra inter- al “convencional” por la soberanfa de un territorio en el con- ‘exto de una historia nacional caracterizada por otras formas de extre- ma violencia y por sucesivas interrupciones en el ejercicio de la sobe- mayi ‘ranfa popular. El conflicto bélico de Malvinas.se examina, en primer ‘Tagar, 41a Tuz de Ia idea foucaultiana de‘biopoder (Wefinido como los ‘modios en que los rasgos biol6gicos de los seres humanos pueden for- ‘mar parte de una estrateia-politica.o de poder), y de los aportes y reformulaciones de Giorgio Agamben ton relacién al planteo original de Foucault. En segundo lugar, se trata de examinar la guerra de Malvinas en el contexto de diferentes concepciones de la teoria béli- ca, desde Ia clisica formulacién de Kar! Von Clausewitz, hasta auto- res contempordncos como Paul Virilio, Michael Hardt y Toni Negri, uienes intentan repensar el papel de las guerras en el mapa mundial de las relaciones internacionales. Por tiltimo, el capitulo propone pen- sar el problema de la Epica como género y su lugar en la tradicidn lite- raria argentina, 11 Capitulo II se concentra en un grupo de ficciones que plantean 1a imposibilidad de narrar una épica de este conflicto al construir rel tos de supervivencia, y al arasar con las prerrogativas nacionalistas y Tos fundamentos de la idea de identidad nacional que todo relato épico, requiere pata existir como tal. Estas ficciones dan cuenta de wna rela- cin problematica entre la nacién y los relatos que Ia sustentan, y Inrmopucciox 19 ponen asimismo en evidencia que consiruir una narracién épica de la _guetra'de Malvinas e5 una tareafalaz.o imposible, El capitulo comien- 7a.con un andlisis de Ia novela El tercer cuerpo, de Martin Capant6s, {que resalta esta falacia remonténdose a los falsos brillos de la prosa- pia decimonénica. A continuacién, Los pichiciegos, de Fogwill, apa- rece como la novela fundacional de la guerra de Malvinas, ubicéndo- nos en el centro del problema. Escrita cuando atin no se habia firma- do la rendici6n, Los pichiciegas estableci6 una forma de narrar la gue- 1a que descaria toda posibilidad de construccién épica. Alrededor de ella se articula un corpus mayor de producciones de los afios ochenta yy noventa cuyos personajes se construyen en oposicién a la figura del hnéroe. Estas producciones contindan cierta linea trazada por la nove- ‘a dé Fogwill,resaltando principalmente el cardcter farsesco de la gue- ra que aquella novela ya sugeria Se trata de los cuentos “El aprendiz de brujo” y “La soberanfa nacional”, de Rodrigo Fresin, ““Memoréndum Almazén”, de Juan Forn, e “Impresiones de un natural sacionalisia”, de Daniel Guebel, “Otofo del 53”, de Osvaldo Soriano, jometraje Guarisove, de Bruno Stagnaro, Por su part, la nove- Ja Dos veces junio, de Martin Kohan, rescata una olvidada derrota de ‘Argentina en el Mundial de futbol de 1978 de un modo que desmien- ‘eel recuerdo de euforia mundialistacristalizado en la memoria colec- tiva desde entonces y que crea una suerte de anti-épica nacional. En la relacién entre los dos junios que propone la novela (el mundial de 1978 y la derrota de Argentina en Malvinas cuatro afios més tarde) se plantea esa continuidad entre dictadura y guerra que estaba ausente en los discursos medisticos, historiogrficos y politicos que inicialmente se habfan ocupado de Malvinas. A modo de contracjemplos, este capi- tulo analiza la erénica novelada de Daniel Ares, Banderas en los bal- cones y 1a pelfcula de Tristin Bauer, lluminados por el fuego. De dife- reales maneras, ambas producciones plantean una critica aa guerra (Ares desde un tono aperentementé ifreverente y contestatario, Bauer desde la abierta demuncia a los erimenes cometidos por los militares en las islas y al abandono posterior sufrido por los veterans), pero acaban reproduciendo postulados que van de la mano de Ia idea de causa justa y del discurso nacionalista difundido durante el conflicio” DELCO Y, en definitiva, se apoyan en la reivindicacién de la soberania ee 20 {sas weacinanas. La GUERRA DE MALVINAS EN LA LTERATURA VEL CINE ARGENTINOS / JLIETA VITULLO como premisa necesaria para denunciar la guerra. El capitulo se cierra con Ciencias morales, otra novela de Martin Kohan que, al.cumplitse veinficinco afios de la guerra, pone de manifiesto laentralidad obli ‘ua)de la guerra de Malvinas en fa Cultura argentina. También se abor- ‘dan dos peliculas recientes, La mirada invisible (2010) y Un cuento chino (2011), que dan cuenta de cémo los largos aiios transcurridos desde el conflicto y la enorme cantidad de ficciones producidas en tomo al tema han dado lugar a que la guerra pueda ser abordada desde un cine de corte no testimonial. En Ja segund parte de este libro, se intenta ver a qué otros relatos recurren estas ficciones para contar una guerra de la que esta ausente la épica. Dado que la épica construye necesariamente un linaje de padres, mayores y antepasados, al cuestionar la idea de naciGn y poner eft evidencia Ia imposibilidad de un relato heroico, estas ficciones ctiestionan iambién los lazos de parentesco que fundamentan ese tipo de consirucciones. La hipstesis de esta segunda parte es que frente a a ausencia de un relato épico se imponen narrativas acerca de la paternidad, ‘Asi, en cl Capftulo TIT se explora de qué modo, en su cuestiona- miento del concepto de Estado-nacién y la autoridad paterna, estas, ficciones presentan relatos de paternidades dudosas, probleméticas 0 imposibtes. Para desarrollar esta idea, el capitulo empieza por indagar Jas relaciones entre paternidad y patria a partir de los trabajos sobre el ‘poder soberano y la biopolitica de Foucault y de Agamben. Dicho and- lisis sirve de entrada a la novela Las Islas, de Carlos Gamerro, don gs excesos del control biopolitico y de la autoridad patema se mani fiestan en clave de-farsa. El presente de la narracidn de Las Islas es 1992, el décimo aniversario de la guerra, a la cual la novela vuelve recurrentemente a partir de flashbacks donde la farsa también deja lugar al drama. Lo que plantea el relato monumental y totalizador de Gamerro no es apenas un cruce entre esos dos moientos (1982 y ., 1992), sino un continuo en el risa y el-dolor,lo ridiculo y lo |) Serio, 1a Farsay Ta tragedia, conviven y se retroalimentan. Queda claro “en el relato que la década menemista no es sino la continuacién del proceso neoliberal iniciado con la dictadura, un proceso que eventual- mente culmin6 con una sociedad que se vio estafada, asi como se vio Ivmopucei6n estafada tras la derrota en Malvinas (la novela es de 1998, pero.es fécil hacer el salto y pensar esto retrospectivamente, pos-estallido de 2001). A partir del examen de una escena especifica de la novela (la “doma criolla”), este tercer capitulo traza continuidades que se remon- tan a offos momentos de Ja literatura y Ia politica argentinas: Esteban Echeverria, Hilario Ascasubi, Osvaldo Lamborghini, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. En virtud de esa busqueda de ciertos linajes literarios, el ensayo de Borges “Nuestras imposibilidades” sirve para leer otra de las ficciones fundamentales de la guerra, La justa, de Osvaldo Lamborghini. La nouvelle de Lamborghini Guestiona las prerrogativas nacionalistas que sustentan las visiones h icas de la guerra a partir de_un cuestionamiento al discurso de la masculinidad, discurso en el que se insertan, a su vez, otros de los felatos deY Corpus. Uno de esos relatos es-el-deJa pelicula Fuckland, de José Luis Marqués, en la cual la patemidad st presenta “como “TnisiOn_patriética™: el filme propone recuperar las Malvinas ‘mediante la_inseminacién forzosa de mujeres islefias por parte de hombres argentinos (una fantasia de limpieza étnica qué em Tarnovela de Gamero es, en cambio, materia de risa). Otro de los textos anali- zados es la novela(Kelper, de Ratil Vieytes) en la cual el relato de la _paternidad asume la forma de thriller paranoico acerca de la bastardia, ‘Asimismo, el capitulo aborda las novelas La flor azteca, de Gustavo Nielsen, y Arde auin sobre los afios, de Fernando Lépez, en tas cuales Ja guerra atraviesa el Bildungsroman y, con él, obstaculiza la posibili- dad de procrear. 7 El Capitulo IV propone pensar} desercién tomo problema dentro de las narrativas sobre la guerra, la naciéa y Ta familia. Los desertores son analizados Como potenciales figuras de resistencia a las poltt (ce)productivas déf Estado. Ya que los pichiciegos son Tos primeros ~desertores de las ficciones de la guerra, este capitulo final retoma la discusién de la novela de Fogwill, para luego examinar la novela de Jonge Stamadianos Latas de cerveza en el Rio de la Plara. Al igual que fen Las Islas, el relato aquf se construye también sobre larelacién entre Ja guerra y el presente de Ia narracién. Bl texto de Stamadianos traza Ja continuidad entre el drama de la dictadura, otra vez. con Malvinas cen primer plano, y la del prolongado proceso de retirada y abandono 2 {SLAs IAGINADAS. LA GUERRA DE MALVINAS EN LA LITERATURA EL CINE ARGENTHNOS / JuLETA VirueLo del Estado, permitiendo confrontar Ia figura del desertor de la guerra con la de un Estado que deserta. El capitulo analiza también El deser- tor, de Marcelo Eckhardt, una nouvelle que, ademas de proponet como desertor a un personaje fantastico, discute con el poema de Borges “Juan Lépez y John Ward”. Si los personajes del poema de Borges acataban cierto sentido trigico de la historia y si la vor del oema expresaba la nostalgia por una épica imposible, los personajes de Eckhardt optan por desertar y evadir ast los designios de una Historia o un Gran Relato de los cuales el texto busca distanciarse. El “Epilogo” de este libro intenta complementar el analisis del Aparato ficcional Malvinas a partir de la crénica de dos viajes de la investigadora hacia su objeto de estudio. En este desplazamiento, el espacio ficcional, construido desde la imaginacién, se confronta con una reflexion desde e! espacio fisico de las islas. PRIMERA PARTE, LA EPICA AUSENTE LA GUERRA The life of « modem soldier is ill represented by heroick ition. War has means of destruction mare formidable than the cannon ‘and the sword. Of the thousands and ten thousands that perished in our late context with Prance and Spain, a very small part ever, felt the stroke ofan enemy; the rest languished in tents and ships, ‘amidst damps and purefaction; pale, torpid, spiritless, and helpless: gasping and groaning, unpitied among men made ‘obdurate by he long continuance of hopeless misery: and were at last whelmed in pits, or heaved into the ocean, without noice and without remembrance. By incommodious encampments and unwholesome siations, where courage is useless, and enterprise impracticable, fleets are silently dispeopled, and armies sluggishly melted away. Thus isa people gradually exhausted, for the most part with tle effect. ‘Samuel Johnson, “Thoughts on the Late Transactions Respecting the Falkland Islands” (1771), 0. Diccionario ideolégico de Julio Casares para la palabra ausen- cia, figuran, previsiblemente, algunas como falta, vacfo, caren- cia, Pero resulta quizé més curiosa la inclusién de desaparicién, huida y retirada. Y la curiosidad se toma sorpresa frente a la presencia de E ntre las quince acepciones que, en su parte analégica, ofrece el 26 {BLAS IMAGINADAS. La GUERRA DE MALVIVAS EN ZA LITERATURA YL cine axosxmivos /JULEtA VITULLO nostalgia, soledad, afioranza, expatriacién. No son sinénimos no estamos frente a un tesauro sino frente a una clasificacién de las pala- bras segiin parentescos, a veces remotos, a veces aparentemente anto- jadizos, otras veces del todo intimos. Se trata, mas bien, de imAgenes ¥ asociaciones que conjura la idea en cuestién ~ausenciay que remi- ten a muchos de los problemas a los que nos enfrentamos al abordar Jas ficciones de la posguerra de Malvinas. Las evocaciones de esta Gusencia hos remiten precisamente a las faltas, a los vacfos, alas carencias que explican la validez. del titulo de “(de) Malvinas”, aquello, ‘Segin Rosana Guber, “Que después de 1982 ‘Malvinas’ se inteprete inme- iatamente como ‘la guerra’ es tan natural como enga‘ioso. Durante més de un siglo ‘Malvinas’ ~referido como un sustantivo singular, y no camo “Tas islas'- se ha ido poblando de distinos sentidos y términos bien diferenciados ‘que, en principio, aluden al teritorio geogrifico, ala reivindicacién o causa de soberanfa territorial, y al conficto belico de 1982" (2001, 15). Sucede lo mismo con la guerra de Vietnam, s6lo que en exe caso el bora: ‘mento de la palabra guerra da cuenta del etnocentrismo de un pas inherente- mente belicista como Estados Unidos, etnocentrismo en virtud del eval el nombre de un pals se convierte en sinénimo de una guerra PRIMERA Pare: La Eta AUSENTE Capirvto 1 La cues Los sentidos que le han sido otorgados a la experiencia bélica no son fcilmente aprehensibles ni mucho menos homogéneos. Se trata

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