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198 _AWSOMERICA Y LOS AMHITOS INDIGENAS DE LA NUEVA 5044 ‘Ciupan Rea, Antonio de 1970 Teatado ewioso y docto de las grandecas de la Nueva Espata (2 vols), J. Gancia Quinana y VM, Casmio Faeesess (eds). México: Universidad Nacional Auté- ‘oma ce Mésxion, ‘Contes, Heron 1985 Cartasde velacion, Estudio preiminar por Manuel ALcALA. México: Edoral For, Due, Diego 1967 Historia dels Inds de Nueva Espana esas de tera firme (2 vols). Mexico: Ed torial Porta ores Aust, Alfredo (tad) 1985 Fucacin mexica Antologta de textos sahagutnas. México: Univessiad Nacional Autenoma de México, LousasD0, Sonia 1972 Descrela urbana de Mésica-Tenoheidan seg as fuentes historias. México: Secre= tania de Eductcion Publica-Insitto Nasional de Antropologla e Historia ‘Monz0x, ARO. 1983 Bt calpuli en le organizacin social dels fenochca, Mésica:lnstitsto Nacional Indic sents Siictn, Bema de 1980 storia general de las cous de Nueva Espa, esto preiinar por Angel Maria Gary. Mexico: Edtoria} Porrua, ‘Toussame, Manuel, Federico GONE BE OROZCO y Justino Febsinbrz 1938” Planos dela Cuda de México, sigs xy ave. Mexico: Universidad Nacional Au- tenoma de Mexie, Zonta, Alonso de 1963 Breve ysumaria ecco de os senoves cle la Nueva Espa, México: Universidad Na: ional Autonoma de México. Sie Gussntiisies il amteonin 6 LA CIUDAD, LA GENTE Y LAS COSTUMBRES PRBLO ESCALANTE GONZALBO Insttato de Investigaciones Etta, | Universidad Nacional Autonoma de Desico Cossoo ernsawos en 14 vba be tos ruERLos que habitaban la meseta central de Me- xico en visperas de la conquista espanol, y particularmente cuando evocamos el Valle de Mexico y sus altededores, com frecuenca tenemos en mente aglomeraciones urba- nus, palacios, grandes mercados y recintos ceremoniales. ¥ es verdad que en la meseta central florecieron magnificas ciudades y que la antigua civilizacion mesoamericana al- ‘anzé alli una formidable complejidad., Pero no olvidemos que la complejidad de las grandes civilizaciones tiene también mucho que ver con su capacidad para integrar di- versos mods de vida; la vida urbana es un rasyo itiequivoco dle civilizacion pero no es su tinico rostro, El area formada por los valles de Mexico, Toluca y Puebla Tlaxcala, por ls cordi- Ueras que los separan y por alunos territorios adyacentes de los actuales estados de México e Hidalgo, fue un area de poblacién mixta: cerca de la tnitad de la poblacion era nahua, y la otra mital estaba formada por vatios grupos de la familia Iingnistica oto: miana: tres grandes grupos, los matlatzincas, los mazahtias y los otomnes, y tes grupos rinoritarios, los ocuiltecas, los pames y los chichimecas.! Podemos asociar con los grandes asemtamientos urbanos a los grupos nahuas, alos matlatzincas yen meno me- dia, a los ocuiltceas, Mientras que pares, chichimecas, otomfes y mazahas tienen a adoptar patrones de asentamiento dispersos, son moradores de rancherias cuya eco: inia se caracteriza por la escasa importancia de la agricultura intensiva y el destacado papel que en ella tienen la recoleccisn y la eaza, Si concentramos nuestra atencién en el Valle de México y las sierras vecinas, po- demos apreciar, hacia comienzos del siglo xv1, un conjunto de citdades densamente pobladas, del cual destacan México-Tenochitlan y Mexico-Tlateloleo, Azcapotzaleo, ‘Tlacopan, Tacubaya, Mixcoac, Coyoacin, Xochimileo, Chalco, Culhuacén, Tetzeoco, Huexotla y Coatlinchan. Estas ciudades estaban habitadas mayoritariamente por na- {uss} 200 MFSCABHERICA LOS AMBITOSINDIGENAS DE LA NUEVA ESPANA . thuas, y las elites dirigentes eran predominantemente nahuas también, En ciudades ¢o- mo Azcapotzalco y Tlacopan hay tn importante componente matlatzinca, que, como declamos, corresponde con el sector mas urbano de Ia familia otomiana. Fuera de las cludades, en las montarias y en las tettas mas dds, la mayor parte de la poblacién. cera del grupo otomt En las priximas paginas intentaremos reconstruir algunos aspectos de la vida de los pueblos nahuas, y pata ello utilizaremos fuentes que se refieren, sobre todo, a las cciudacles del Valle de Mexico y ocasionalmente a las de la zona Puebla-Tlaxcala, Pero antes de pasar a hablar de estos grupos nahuas, dediquemos unas fineas a identifica el modo de vida de quienes fueron sus principales vecinos, arta en el Valle de Mexico co- mo en la zona de Puebla-Tlaxcala: los ovomies 2 RUSTICOS, MONTANESES ‘Llama la atencion la unanimidad con la que las fuentes del siglo x0, tanto indigenas y ‘mestizas como espaftolas, juzgan a los otomies como gente rustica, La rusticidad de los . ‘otomfes parece haber sido un lugar comin en la cultura de los nahuas, a tal punto que estos ultimo stian usar el cérmuino ofort como un vocablo despectiva, A quienes eran Flojos o desalinadas, poco habiles o tmanirrotos les dlecian “otomies” a guisa de bul No es extratio entonces que los propios cronistas espatioles hayan reparado en los oto- ries y destaquen la sencillez de su cultura. Los otomfes se enconttaban entte fos mas antiguos pobladores de la meseta centtal de Mexico. Siglos antes de que los nahnas fundaran los grandes centtos urbanos que los hrarian celebes (como la gran Teotthuacan), los otomfes vivian en la region, Pero al pare= cer, los otomies nonea desarrollaron amplias sistemas de regadto y complejos asenta- Imientos urbanos como lo harlan los nahuas. Flos preferian los asentamienos dispersos, y starquitectur, si bien no exclula por completo el adobe, se resolvia generaimente con Los nahuas desprecian a los otomies Los otomies eran torpes,toscas¢ inhabiles Riéndole por su taped, e suelen decir en opro- bio: iAh que inhabit eres! Fres como atomite, que na sete aicanea lo que te dicen! (Por ventura ‘res uno de os mestmos otomites? Cielo, no les eres semejant, sina que eres del todo y pure oto mite, y aun més que otomite: Todo fo cual se decia por injuria al que es inhabily trpe,repren- diéndole de su poca capaci habia. Berrartino ot Sein, Mistrio genera. bro x cop. senna LAGUDAD, LA GENTE YLASCOSTUMBRES 201 inateriales mucho mis sencillos, como pencas de maguey, paja, varas ytrances. Los ot0- ‘nies cultivaban plantas ipicamente mesoamericanas: maiz, tomate, fio, calabwzay chi- le, pero su agricultura no procucta excedentes significativas, pues slo eontaba con tni- nitnas obras de riego (pozos, pequetias acequias). Todo parece indicar que la economia de tos otomnies inclufa tna sols cosecha anual. Ademtis, sabemos gue los otomntes eran muy aficionados al consumo del maiz tierno, particularmente en forma de tamales. Las fuentes indlican que los otomies se apresuraban a consumir los elotes de sus milpas, y eran pocas las mazorcas que se quedaban en la catia para secar y endurecerse. Cuando Jos nahuas emprendian la gran cosecha del maiz, los otomies ya no tenfan gran cosa en sus milpas. Pata los otomtesel maze muy importante, peto no la ase de la alimentacién de todos los dias del ato, como lo era para los ahs. Los otomies eran grandes cazado- res y una parte considerable de su dicta la constituian presas como el vendo, el cone- joy la liebe, la codomiz, diferentes tipos de serpiente, y otras especies menores. Ade~ ‘mas, recolectabsan un sinfin de insectos, hietbas y frutas, entre las cuales destacaban la tuna (en las zonas mas éridas) y el tejocote y el capulin (en las montatiosas). La explo- tacién del maguey era importantisima para ellos, y no hay duca de que el aguamiel y el pulque eran, para muchos asentamientos otoraies, wna fuente furdamental de mie trientes (como vitaminas y aziicares). Si tuvigramos que sefialar dos rasgos caractertsticos de la dieta otomi, que com. pensaban la menor importancia conferida al maiz, tendriamos que decir, siguiendo rigurosamente las [uentes coloniales tempranas, que esos dos rasgos son, primero, el Cazador otomi, Cédice Florentino, 1202. MESOAMESICA YLOs ANETOS BIDIGENAS DE LA MUL EAR consumo abundante de came de venado y agua, y, segundo, la inclusion de una rmultiudl de pequefas especies recolectables, como gusanos y larva ‘Ademés, la caza del venado y la explotacton del maguey dotaban a los otomies de valiosos bienes de intercambio, como las pieles y el cordel, que vendian en las ciuda- des nalias « cambio de otros bienes como la sal y las mantas de algodn. Otro recur- 0 que los otomies explotaban de manera prelerente, en virtud de su pasicion geogra- fica (muchas fuentes definen a los otomies como “sertanos"; ellos eran los amos de la serrania del Ajusco, por ejemplo), era la madera. Los nafnuas cubrfan sus casas con te- cchos firmes y necesitaban morillos para sujetar esos techos; también culbrian las pare- les de sus casas con estuco y manufacturaba muy finas piezas de cerimica; para pre- parat la cal y para cocer el barro necesitaban infinitas cantidades de lefia. No es dificil ver la importancia que la explotacién de la madera podta tener Asi las cosas, tal parece que nahitas y otorntes se necesitaban mutuamente, Los na- hhuas despreciaban a los otomies y los ridiculizaban, pero eso es comin entre vecinos, Los dos grupos habian vivido juntos durante sigles. ¥si bien los nahuas vefan con de- sagrado a esa gente que usaba adornos y tatuajes sin ton ni son (sin reconocer jerar~ uias porque su sociedad era mucho menos esttatificada que la nalmua), a esa gente que no iddolatraba el maiz de la misma forma en que ellos lo hacfan, a esos montatieses de chozas oscuras, también es verdad que admiraban en ellos sus dotes de cazadoresy,so- bre todo, su extraordinaria valenta y habilidad en ls guerra. Los ejéreitos nahuas Nega- ron a incluir un cuerpo especial denominaclo “otomi”, integrado preferentemente pot guerreros de este grupo étnico de enorme fama ‘alga lo dicho hasta aqui para sefialar que en él corazon mismo de los territorios nahas, en Tas cercantas de la propia Tenochtitlan, habia mucha gente que vivia de otra ‘manera, Pero pasemos a aprovechar ahiora la singular riqueza con la que las historias y os documentos colaniales evocan el modo de vida de los pobladores de Ins civeades, los poderosos, los ingenieros, los horticultores, os elegantes, los festivos, las devotos, los nahuas que, en su momento, recibitfan y dejarian perplejos con su riqueza y sofis- ticacion @ los soldados espafoles, LA SOCIEDAD URBANA Por alguna raz6n ha resultado atractivo para tnuichos autores imaginar la sociedad pre- hispénica como wn conglomerado de comunidades autosuficientes, capaces de produ- cir todo lo necesario para vivir, Las evidencias histricas y arqueologicas indian lo con- trario: los pueblos mesoamericanos, y los nahuas muy particularmente, desarrollaron ‘numerosas formas de especializacién laboral; las comunidades depenctian del mercado [LAaUDAD,LA GENTE LAScosTUnNS 203 ysenesa medida, de su incorporacion a grandes centros politicos y urbanos, pata po- ner en circulaci6n su produccién especializada y completar mediante el intercambie los bienes que necesitaban para subsist. Las cluclades del Valle de México, situadas en su: mayorta a la orilla de Tos lagos € incluso en sus islas, como México-Tenochritlan, reunian en st tertitorio a rnuchas co- tmunidades de especialistas, Estas comunidades recibian en nahuat! dos nombres que «en varios documentos se presentan como sindnimos: calpully tlelacal ? Catpul sig nificaliteralmente “casa grande”; el término parece referise al termplo de la comunidad, ‘que qqiza fuera también un ambito para reuniones comunales no religiosas. La etima- logia de dlaxilacalli es muy oscura, pero parece contener la idea de una casa rodeada por agua, lo cual podria aludir a los islotes-barrios que caracterizan el patron de asenta miento de Tenochtitlan y de otras ciudades lacustres.* Estos calpullis 0 taxilacallis alber- gaban grupos de familias emparentadas, que tenfan en comtin el origen, el ofiio y la devocion por ciertos dioses, y funcionaban, al mistno tiempo, como barrios 0 cirtins- cripciones administrativas de la ciudad. El orden de estas comunidades prrece haber cscilado siempre entre la autogestion y el enntplimiento de ciertas reglas y obligacio- nes impuestas por el orden politico central Enel ambito profusamente urbanizado del Valle de México, haba calpullis especia- lizados en tareas muy cistintas: agricultores, recolectores de sal, recolectores de excte- mento de rurciélago (ussdo como abono), aguadores que llevaban el agua potable de los acueductos alas viviendas, pescadlores, recolectores de alga lacustres (cmuy amen ticias), cazadores de patos, etc, Aungue vatios de estos oficios se desempenabam en me dios no urbanos, es muy probable que la gente que los practicaba viviera en las ciuda- des y se trasladara en catoa para su faena diaria, Ademds, varias de esas tareas se realizaban en las orllas mismas de las ciudades. Los agricultores, por ejemplo, labora- ban la mayoria de las veces en chinampas, mas 0 menos cereanas a sus casas, y logra- ban varias cosechas anuales gracias a la disponibilidad de agua y a la prictica de refi- nacdas técnicas horticolas como et uso de almicigos ® ‘Ademas de la procluccion de alimentos y de ls oftcos relacionados cirectamente con. la subsistenci, er Tas ciudades del Valle de Mexico proliferaron las comunidades dedica- das ala artesaia y al comercio, Infinidad de calpulls se dedicaban a tateas como Ia ce- ramica, la cesteria, la conleccion de objetos de pel, la elaboracidn de navajas y puntas de obsidiana, el ate plumaria, la orfebreria, el trabajo de piedtras finas, la mamufactura de pe- tates, la decoracién de mantas o la carpinteria, También habia comunidades gue forma- ‘ban parte de las grupos de mercaderes que reconocian a las ciudades del lago, y particu larmente a Tenochtitlan y Tateloleo, entre sus principales terminales de comercio.” Enotro capttulo de este volumen se habla con detalle de las catactertsticas del urba- rismo practicado por los nahuas en el Valle de México, Limitémonas entonces a algu- 204 USoaMtnca ¥ LS AMBIIOS NDIGENAS DELA NUEVA ESPARA nos rasgos basicos, El agua era un factor detettminante para las cudades del lago (como Cullnuacén y Xochimilco) y decisivo en el caso de Ia isla de Mexico. En la capital mexi- ca, la citculacion y el acceso las viviendas sola inclu vias peatonales y vias navega- bles# Las vias navegables eran naturalmente preferidas por quienes tenian que tasla- dar materiales pesaclos y trasegar con mercancias. Las familias que componfan cada comunidad se congregaban en islotes de diferentes formas, algunos como delgadas franjas y otros a manera ce “manzanas” mas amplias. En cada barrio, independiente mente de su forma, habia un area comunal compuesta por el rempla, alguna plazoleta y una casa de reunion, y ademas un conjunto de predios familiares. Tales predios eran ‘utilizades por dos o tes familias nucleares* y solian incluir un niimero variable de cuar- tos-dormitorio (en promedio unos tes), algiin cuarto de cocina, alguna bodeguita y al- gin corral. Generalmente estas predios tenfan un pequeno huerto en el que se podtan cultivar hierbas como el epazote y algunas plantas de chile y tomate. Los predios que estaban directamente en contacto con un cuerpo de agua tenian su propio embarcade- ro, Ademas de los rasgos sefalaclos hay que mencionar el temazcal: no habia tn solo te- ‘mazeal publico por cada barrio, pero tampoco habia un temazcal por cada predio. Al parecer, los temnazeales eran atendilos y uilizados en comin por varias familias,'° La vivienda se hacia con base en sillaes de adobe y techos firmes hechos con to rillos y entortados de vara, paja y adobe. El estuco se utlizaba para impermeabilizar las, azoteas y €s probable que haya setvido para tecubrir la cara exterior de muchos cuarto, Sin embatgo, el uso intensivo del estuco y su aplicacién en los interiores para funcionar Un vagabuniio sentado al pie de una barta. Cédice Florentino, LAciuDAD, LAGRNTEYTASOSTURNRES 205 Ciudades '¥ veiamos en aquelas cludades cues y adoretorins a manera de torres fortalezas,y todas blan- ‘queando, que ere cosa de admiracion, y las casas de azoteas, yen las calzadas otvastorecilas y aaratarios que eran camo fottalezas. ¥ después de bien mirado v considerada todo fo que ha- biamos visto, tomamos a ver la gran plaza y la multitud de gente que en ella haba. .yentee no otros hu soldados que habian estado en muchas partes del mundo, y en Constantinopla,y en toda Italia y Roma, y cijeron que plaza tan ben compasada y con tanto concerto y tamanay l= ra de tanta gente no la habian vista, Berra Bac oe Castn, Historia verdoer de fo conqusto., <3p 308 como soporte de pintura decorativa parece haber sido un rasgo exchusivo de las casas nobles y las eclifcios relighosos y politicas de la ciudad Las ciudades del Valle de Mexico estaban cruzadas por algunas calles principales —sgrandes calzadas en el caso de Tenochtitlan—, que conectabsan el centro politicn y ce- remonial can el conjunto urbano. Ademas, sola haber plazas yedificios ad ministrativos te- tiados del centro, que presidian cada una de las demarcaciones administrativas mayores ten que se dividia la citidad. Fn el caso de México-Tenochtitlan sabemas que haba cuatro grandes divisiones 0 parcialidades, y cada wna de ellas puede haber tendo varias decenas de barrios. La vivienda de la nobleza y los grandes palacios de las soberanas y sus parien- tes cereanos solian agrtiparse en las calles principales y altededor de la plazas mayores. Es importante considerar que si bien las calzadas y plazas principales estructura ban y onganizaban en cierta forma el crecimiento de los conjuntos urbanos y el acceso alos espacios pablicos, habia vastas areas cuya distribucion dependia del crecimiento mis 0 menos espontineo de las comunidades. En el caso concreto de Tenochtitlan si bbemos que en los barrios habia lo mismo calles rectas que calles sinuosas, calles amplias y estrechas, callejones, lotes baldios, zonas ocasionalmente anegadas y algo de basura que los zopilotes contribuian a levancar!2 ‘SONIDOS Y OLORES. Las fuentes histéricas que se refieren a la isla de México nos permiten atisbar la sonori- dad que debid set propia a esa gran ciudad. El agua era el sonido de fondo; debio ser- lo siempre, dia y noche. El viento debe haber produc un golpeteo constant del agua contra los bordes de las islets y diques,y el ruido debe haberse incrementado por la re- sonancia resultante de su chogue con los muros de males de construcciones y puentes de tablas, Desde el amanecer hasta la puesta de sol, la circulacién de decenas de miles 206 a 1CA\LOS aITOS INIGENAS DLA NUEVA SPAN, de canoas por los canales de la isla y alrededor de ella, las paletadas de los remos y Ia agitacién producida por las garrochas empleadas para maniobrar, tiene que haber incre~ rmentado considerablemente el movimiento del agua y el rumor que constituia el fondo sonoro de la ciudad. Sobre esa red de ruldo acuatico se esparcian los demas sonidos. Tenochtitlan era bulliciosa porque era una gran ciudad. La impeesionante arquitee~ tua, la estremecedora actividad ritual y el rigido control de la monarquta sobre al nos aspectos de a vida de sus sibdlitos, no debe impedirnos ver una rutina diaria bas- tante normal para una urbe, Sabemos que las reuniones y tertulias eran comunes en, ‘cualquier plaza de barrio, como lo eran, l6gicamente, en los patios de las casas 2? Tan bien eran con S,Btos y auténticos altercados; toda lo eal e5- parctia en el espacio urbano el eco de las voces.!* En los espacios a los que concurtia mucha gente, comp los embarcaderos préximos a una plaza de mercado, el rumor de las voces tiene que haber sido mucho més notable, Sabemos, gracias a las memorias de Bernal Diaz del Castillo, que el ruido prodtucido por las voces de los tratantes en el mer cado de Tlatelolco podia oftse a mais de 4 km de distancia: “solamente el rumor y zur bdo de las voces y palabras que all{ habia sonaba mas que de una legua”.!5 ‘Otros sonidos, vinculados con la actividad ritual, impontan ua ritmo a a vida en la ciudad, del mismo modo que lo harlan las campanas en tiempos coloniales. Al salir esol retumbaba el enorme tambor del templo de Quetzaledatl, Ese mismo tambor se oia en ‘oda la ciudad cuando el sol se ocultaba: entonces se Ievantaban los tianguis,y las calles y plazas dle la ciudad se iban quedando vacias. Entrada la noche, los jovenes del calme ca salian por los carninos tocando flautas y teponaztles, al legar la medlia noche esos mismos jovenes, que practicaban sacrlicios nocturns, tocaban las sonoras trompetas del cearacol marino (el tipo que conocemos como Strombus). Es probable que hubiera ocho ‘o nueve senales sonoras de este tipo a lo largo del dia, pero Tas fuentes no nos permiten, asegurarlo. Lo que parece claro es que la primera setial sonora se emite desde el centro ceremonial de Tenochtitlan, y a cantinuacion viene wna replica aesa seta, procucida por maltiples emisores de la perileria.© Por otra lado es curioso que los instruments de viento y l eponazile se utiicen pata las horas nocturnas,y el gran huehuet, tambor de ‘madera y membrana, se asocie con miomentos que tienen presencia de luz solar Esto nos hace pensar que en la division dulce! cosmas indigena, los sonidos agudos correspon- dian a la noche (ambito femenino) y los graves al cia G@mbito masculino).'? Coro todas las ciudades y villas de la era preindustrial, Mexico-Tenochtitlan olia a humo de let, pues ardia un fogon en cada vivienda y muchos otros en los braseros de los templos y edificios puilicos. A ese aroma se aftadia cada manana el perfurnado ‘olor del copal. Al sali el sol, mientras sonaba el tambor de Quetzalodat, los sacerdo- tes de los templos y cada madre de familia en su respectivo hogar, avivaban el fuego y esparcian el polvo de la resina aromitica.'® anes los saludos, bron Toque del tepanazti en las horas nactumas. Céidice Mendozo, 20 208 MESCAMERICA YLOS RTOS RYPIGENAS DE LA NUEVA ENR ‘Aromas, ofrendas matutinas Y cerca de ls mafane quemnaban las ofrendas de papel y copal, declan que.con estas cosas daban ce comer a fuego, y descabezaban codornices cabe el fuego y derramaban a sangre las codor~ ices andaban revolando cerca de! hogar; y también derramaban e! pulque en derredor del hogar vy despues a las cuatro esquinas del hogar derramatian el pulque, Los pobres aftecian un incienso que llaman copabell en su mismo hogar, y los mis pobres ofrecian une yerba molida que se lama youl en sus mismas hogares, Bernardino & Saou Historia genera. 0 cap.2%. A diferencia de otras ciudades, como las eutopeas de la época, no parece que Mé- xico-Tenochuitlan tuviera un mal olor generalizaco. Las cronicas suelen elogiat la lim pieza de la ciudad y detallan algunos de los proceditnientos mediante los cuales se lo- graba esa limpieza.! En los barrios haba cuadrillas encargadas de levantat la basura y desazolvar los canales anegados. En algunas vias pibblicas haba braseros para la inci neracién de los desechos sélidos. Y pot lo que se refiete ¢ los detritus huamanos, sabe- ‘mos que la ciudad contaba con un interesante sistema de letrinas, colocadas en puen- tes sobre los canales, de manera que el excremento se iba acumulando en canoas que posteriormente lo trasladaban a zonas especificas para procesatlo (jacaso desecatlo y pulverzario?) y venderlo como abono agricola y como ingrediente para el curtido de piles, Este tipo de procedimientos, y laausencia de ganado (recordemos que io habia vvacas, ni cabras, ni cerdos en América), tavo que dar como resultado una ciudad mio- deradamente limpia. Poo, sin duda, habria también algunos olores desagradables, como aquellos que tienen que haber emanado de las plazas de mercado cuando los puestos se levantaban yel piso quedaba lleno de desperdicios.2° El sistema de las letrinas piblicas no era to- talmente eficaz; sabernos por las fuentes del siglo xv1 que cuando la gente se veta urgi da de evacuar el vientte durante la noche acudia a los lotes baldios, y tambien habia quienes orinaban en la calle, particularmente cuando se trataba de expresar su desagra- doa algsin vecino de mala reputacion, en cy caso lo hactan contra la tapia de su ca- a2 En in, las onas donde se realizaba el curtida de pieles el procesamiento de abo- ros también deben haber despedido malos clores. 1a principal fuente de olores fetidos debio ser, sin duda ninguna, el gran recinto del Templo Mayor. Cuando los conguistadotes espattoles, en aquellos dias en que fte- ron huéspedes de Moctezuma, recorrieron sus patios y habitaciones, no podiatt sopor- tar el olor, “Todo hedia a carniceria", recuerda Bernal, “era tanto el hedor, que no veia mos la hora de salirnos afuera’ 22 Ese mal olor procedia, por supuesto, de la sangre ee |3«— LAGUDAD, LA CENTEYLASCosTUMRRES 209 Cas de tabaco y ramilletes de flores Cédice Horentina, acumuladla en pisos y patedes y de ls visceras y porciones de la came de los sacriica- dos, No solo Jos espanoles mencionan la pestilencia que resultaba de la préctica del sa ctificio ritual, tambien las fuentes tndigenas reparan en ello. a exhibicién de cerca de 72 000 cabezas humanas, ensartadas en una gigantesca estruetuta, conocida por los mexicas como tzompanli, tavo que dar lugar aun ambien te poco saludable en la gran plaza ceremonial. Pero la apoteosis sevia inmediatamente despues de las grandes jornadas de sacrificios humanos. En tiempos de Abuttzotl tavo Tugar una gran fiesta para celebrar la coronacidn del emperador, la inauguracién de laes- tnuctura ampliada del Templo Mayor y el afio nuevo, El acto principal fue el sacrificio de £80 400 prisioneros de guerra el sactificio se llevé a cabo en cuatro templos de manera simultanea y duz6 cuatro dias y sus noches, Como consecuencia de esta jornada de sa- ctifcios “estaba la ciudad hediendo de la sange, muertos y cabezas de los indios" 2 La ‘wadicion historica indigena de la que abrevs Diego Durin para su historia afirmaba “que era un hedor acedo, abominable, que no lo podian suftir los de la ciudad” 210 sascnnentcav Ln AURITOS INDIGENAS DE LA NUEVA BSA Seguramente fue para evitar los malos olores producidos por la prictica constante de los sactilicios humanos, y otros aromas desagradables de la ciudad, que los nobles de México y algunas otras localidades nahuas desarrllaron la costumbre de llevar con- sigo un ramillete de flores, y a veces dos, uno en cada mano. Sentados en sus reunio- nies y catninando por las calles y plazas, los nobles se acereaban este bouquet a la nariz imhalaban con gusto, ‘Tambien los mercaderes acaudalados se deleitaban con el aroma de las flores: en sus banquetes repartian ramilletes a los invitados y colocaban adems arreglos de Nlo- res frente a las imayenes de sus dioses. La atmésfern de tales fiestas se completaba con cl aroma del tabaco, que los comensales finnaban en largas cafas, y de otras hietbas aromticas que se pontan a arder en braseros 2? En realidad, pocas pueblos de la historia parecen haber tenido la pastn por las flo- res que tuvieron los antiguos nahuas, No habia festa religiosa en la que no estuvieran presentes las ofrendas flotales, a veces en forma de grandes tapetes. Importantes carga- ‘mentos de flores formaban parte de los tributos que Tenochtitlan recibia periodicamen- te; la mayor parte procedian de comunidades al sur del Valle de Mexico, de Xochimil- oa Oaxtepec oRDEN Y PoLICIA Conocemos algunas leyes promulgadas por los reinos nahuas de la época prehispani- «a, especialmente de Tenochtitlan y Tetzcoro, Las penas para los delitos eran severas; con mucha frecuencia los transgresotes debian pagar la falta con su vida. Se persegutan principalmente el homicidio, el robo, la embriagues, el adulterio y, por supuesto, la Uuaicion al reino, Las sentencias solian ejecutarse pablicamente para que sirvieran co: mo escarmiento, En caso de adulterio, por ejemplo, la pena de muerte podia ejecutar- secon golpes de leo, con una lapidacion realizada por la multi, o dejan caer una pesads piedra varias veces sabre la cabeza de los adilteros, hasta reventarsela, En el ca so de la traicion al Estado, que era vista como una falta gravisima, los culpables eran descuartizados, y los pedazos de su cuerpo se exhibian por los bartios de la ciudad? Laaplicacion de las leyes requeria, naturalmente, que los delitos fueran del cona- cimiento de la autoricad. Cuando las faltas ocurrian denivo de los barrios, ls transgre~ sores podian verse cobijados por la complicidad de sus patientes y vecinos, o protegi- ddos por un juez corrupto o condescertdiente. Pero en el caso de ls faltas cometidas en las calzadas y plazas, y particularmente en el mercado —lugat seguramente tentador para los delincuentes— era mucho mas facil que los criminales fueran reconocidos, Ile= vados a los tribunales centrales y ajusticiados con presteza LAGHUDAD,TA GENTEYLAS CosTUMABRES2LL Riftas comunes ‘Son estos indios desu naturaleza tan sin edlera y tan pacificos que parecen carecer de a irasci- ble, por lo cual muy pocas veces les acantece reir; pero cyano algunas refan y allegaban ades~ ‘calabearse oa mesarse 02 romperse ls mantas, como no habia 3¢mas, presto ls pontan en 932. ‘il justia fo sabia, envabalos a la carcel y ali estaban algunas paces eas, injriador paga- ela cura al descalabrado, o la manta que le habs rompido; que muchas veces toda su fur pa~ ran romperse las mantas, que como eran delyadas, presto se romplan. ‘Muchas de sus renellas eran de algunas palabras de eno, a legar a empujarse el uno al ‘oro, y cuando mas tomaban puis de tera, y dabanse com ella en los oos luego se epartaban, limpiando cada uno sus ojes. Moroni, Memories segunda pare, cap. Entre las esponsabilidades cel gobernante, las fuentes destacan la organizacién de le vigilancia de Ia ciudad, El mercado contaba con guardias y jueces para evitar Ia co- rmisin de delitos y as iniguidades entre tratantes. Ademés habia grupos de guarcias ar- mados que recorrian las calles y detenian a quienes descubrian en flagrancia 2 No sa Demos si estos piguetes ienfan autorizacion para internarse por Tos barrios 0 se lientaban a circular por las principales plazas y avenidas. El conjunto de la informacion sobre la vida social de Tenochtitlan, costumbres y contlictos, sugiere que las rondas de los guardias no penetraban en los baetios. Las atmplias calles que comunicaban varios barrios y se comectaban con las principales reas civieas, metcantiles y religiosas de la ciudad constituirian algo bastante parecido a lo que hoy consideramos vias publicas; e1 orden en las calles del interior de los bartios parece haber sido visto como un asunto de otden interno de los barrios o calpullis, aun si en tltima instancia las autoridades centrales estaban facultadas para intervenir Entre las noticias que tenetnos sobre ls actwacion de la guardia en la ciudad, no de {Jo de sorprender, por su meticulosidad, lafacultad que tentan los vigilantes de detener alos transgresores del cédigo de vestido que separaba estrictamente a nobles (pill en nahuatl, plural pipltn) de plebeyos (macehwall en nahuatl, plural macehualtin). Cuan- do los guardias detectaban a un hombre del pueblo que usaba et manto o tilma mas abajo de las rodillas lo detenian y le levantaban la tilma para observar sus piernas. Si se apreciaban las cieatrices propias de un guerrero lo dejaban it, pues se entenclia que en virtud de su valentfa en la guerra podia gozar del privilegio de usar la tilma a la ma- nera de los nobles, lo cual le permitia cubrir las feas marcas en su carne (imaginemos Jos tajos de las navajas de obsidiana). Pero silos guardias descubrian que el sujeto era un impostor, lo levaban prisionero a las careeles centrales para que fuera juzgado y castigado 28 212 MesOAMERICA 105 ANBILOS INDIGLNAS DLA MUEYA ESPANA, La expresion mis clara de la vor Tuntad de control estatal sobre el or- den de la ciudad la encontramnos en el uso del toque cle queda. Varias fuen- tes coinciden en sefalar que tanto en Ta isla de México como en otras cite dades nahuas de la época, la gente debia recogerse tras la puesta ce sol Fl toque del tambor de Quetzalesatl, hacia las seis de la tarde, era la seal de que Las transacciones comercisles debian suspenderse en ta ciudad; los rmercaderes levatttaban sus puestos y ‘quienes 10 eran residentes ett la cit- dad (lueran vendedores 0 comprado- ves) debfan concentratse en las post- das que para el efecto habia cerea de los embarcaderos, Después del toque de la puesta de sol, seguin Alvarado ‘Tezozémoc, °se ponian todos en tan- to silencio que parecia no haber hom. bre, desharatandose los mercados, re. cogiendase la gente, con que quedaba todo en gran quietnd y sosiego”.2 Fray Diego Duran explica que aquella senal del tambor era “como agora se usa tafe ala queda en las eludades ; P) pata que fos hombres se recojan"; y por e:0, tan pronto como sonaba el : tambor la gente exclamaba “recojt- ‘monos, pues ha tocado Ehécat!”.*° Para los mercaderes, igual que para otros trabajadores de la gran ciudad, concn la actividad y regre- sar a casa requerta tiempo; los pescadores debian acarrear y tender las redes y poner a resguardo sus canioas; quienes trabajaban a cierta distancia de su casa, como los caza- ores de patos 0 los recolectores de excremento, tenfan que dlisponer de su cargamen- to y navegar de regteso a su barrio, Por todo ello es muy probable que el toque de la Vigilancia nocturna, El tlatoanéla supervisa directamente. Cédice Forentina. Lvctupap, LA GENTE Y Lascistumues 213 puesta de sol fuera un primer aviso, y seguramente seria el toque de flautas y teponaz- les, ejecutado por los jovenes “novicios” que subian alo alto de los templos y a algu- nas montafas de Ins cetcanfas (como en Chapultepec o Tacubaya), el que marcaba Ta profibicion de salira la calle, Este toque de los novicias se produtcia, segtin parece, en- ire la puesta de sol y la media noche, es decir, alrededor de las nueve de la noche."¥ En las fuentes se indica que la vigilancia noctuma de la ciudad se habia establect- do por motivos de seguridad. Al estar toda la poblacién recogida en sus casas, era mas facil que la guatdia de la ciuclad detectara la presencia de intrusos, invasores 0 espias, yy era mas fil evitar que se Hevaran a cabo reuniones con fines seiciosos. Se dice que €l tlatoant en petsone hacta algunas rondas para veifica desde to alto de algunos ed ficios que la ciudad estaba en calma.® Castigo por alterar el orden piblico ‘ | os, y acontecié una vez en el mercado de Tezcuco, que coma ciesen dos mujeres, y de palabras ‘iniesen alas mancs, ecironse mano alos cabells,yla una as I ott cela ofa yrompién- sosela hasta corer sarigre pore ratro abajo, y la pelea de las mujeres, toda fa gente del mer- «ado se ayuntoy escandializ6 como cosa cussi nunca vista, Sabido par el seo, mandé ahorcar a la mujer que rasgé la oreja aia otra, pore! aluorotoy escéndalo que habia cad, y porque fuese emplo para las ovas mujeres, Ferolos que reflan en el mercado, como alborotadores del puto, eran mis gravementecastiga~ | oan, Memories send parts, con. | | Los jueces Los ueces que se ha dicho en amaneciendo estaban sentados en Sus estrados de ester; y luego acudla fa gente con sus demandes, y algo temprano les trian la comide desde palacio. Después ‘de comer reposaban un poco, y to:naban a oir ls que hablan quedado,y estaban hasta dos ho ras antes que se pusiese el sal, ‘Alonso Zt, Breve y sumariarelacin de as sere. espuesta al ep. EL BARRIO Y SUS COSTUMBRES, Los barrios tenian sus propins plazas; en ellas se congregaba In gente para las fiestas y para Ta orguntzacion del trabajo comunitari; all se detenian a conversar los amigos, al final de cada jornada, formando corros, sentadiosen cuclillas; hacian bromas, hablaban de las cosas del barrio, ponian motes a quienes habian hecho algo imusual.”* 214 MESCAMFESICA LOS AITO RSDIGERAS DE LA NUEVA SPAR ‘Ademas de la plaza del barrio, habia un tecinto especialmente adecuado pata las reuniones que era la casa del jefe del calpullt a quien las fuentes se refieren como “her- mano" 0 "pariente mayor”. En el patio de esta casa, mas grande que las de los comune- ros ordinarios, tenfan lugar reuniones periédlicas las que asistian los jefes de fama para tratar los asuntos de la comunidad con el dirigente, y éste oftecia comidas para agasajar a sus invitados. En las grandes ocasiones, las fiestas ofrecdas en las casas de los jefes de barrio duraban tod la noche. Entre mercaderes y artesanos prosper0s, los Jefes tenian la riqueza suliciente como pata oftecer a su gente hongos alucinégenos, chocolate y diversos platillos. Ademas abundabn las flores, el copal y el tabaco... aro- rma concentrado de fiesta, toda la nache y todo el dia siguiente. Alo largo de Ia velada se contaban infinidad de historias; a veces s hablaba de las visiones que cada quien ha- bia tenido com los hongos alucindgenos, y con la mayor frecuencia se contaban anéc- dotas sobre el trabajo y las experiencias de los tltimos tlempos.>2 Los joveneitos del barrio son conducidos ala telpoehcolio “casa de jovenes", ‘ara recibir instruccion militar y otras enseftanzas, Cédice Florentino. a ; | q a : LUsclUDaD, LA GRNTEY Las cosTusms 215 Las casas de los vecinos comunes de cada barrio tambien erin espacios relativa- mente aislados del exterior y con vida propia, En el patio que todos los predios tentan, las reuniones eran cosa de todos los dias. Alli se congtegaban para comer los que te dian en el predio; alli se reunian para hilar y tejer hermanas, cuadas, suegras, pri 4 ese patio legaban las vistas cuando alguien estaba enfermo o cuando alguna mujer acababa de dar a luz; all se reunian los amigos pata jgat al patolt (una especie de par- chis) o simplemente para conversa Amistades, reuniones familiares, congregacién de vecinos, narraciones nocturnas} vida de plaza y de patio. A pesar de estar inseritos en un orden urbano que se regula ba desde palacio, dentro de los barrios parecen haber existido las condliciones propicias para que se preservaran costumbres y valores ancestrales, para que prevaleciera un or den propio. ;Pero en queé consistia el orden comunitario de los barrios de Tenochtitlan, yen qué era distinto del gran orden politico de la ciudad? En primer lugar, los miembros de cada barrio estaban unnidos por la certeza cle te- ner un origen y un destino comunes. La historia cle tos calpullis se remontaba a un tiem po anterior al advenimiento de la monarquia, y su porvenir no estaba fatalmente vin. culaco a los avatares de la politica del reino. La historia demostraba que los calpullis podian tener una vida més larga que los estados. Ademis, la pertenencia al calpullo ta silacatl era la via de acceso a todos los derechos fundamentales: el derecho a un espa- cio para vivir, el derecho a aprender y ejercer un oficio, el derecho a explotar ciettas 1 quezas naturales, ¢ incluso el derecho a la atenta proteccion de tn dios, Salir del barrio equivalia a perder toda derecho, toda proteccidn, Ast las cosas, no es de extrafar que Js lealtad estuviera puesta, en primera instancia, en el barrio.»® Lamamutencién de huérfanos y viudas, asf como la asistencia a las familias que pa- saban por alguna situacion cific), eran responsabilidades que el barrio asumta colecti- vamente, Esa prictica nos habla de un mecanismo bien establecido para evitar el em- pobrecimiento de algunos individuos de la comunidad.2” Pero si la comunidad no estaba dispuesta a permitir que algunos de sus miembros se situaran. debajo del rest, tamporo veia €on bitehos ojas «que otros intentarant colocarse arriba, La tnica liferen- cia de riqueza aceptable parece haber sido la concentracion de algunos recursos en la casa del jefe, pero estos recursos eran periddicamente devueliosa la comunidad, en.ca- dda comida que el jefe oftecia «los cabezas de familia, Fragmenios te ls wadicion oral que gaedaron plasmadlos en Tas fuentes del siglo xu sugieren que el reclamo de igaldad ocupaba un papel importante en a ideologia de las comunidades nahuas del Posclisico, Otros rasgos destacados de esa ideologga son Ja preocupacién por evitar el conflicto interno, la desconfianza de los extrahos a barrio, yuna desmedida sensibilided frente al problema de la divulgacién de los secretos,™® ‘que parece corresponder con una preocupacion por la injerencia de los crterios e ins- I 7 eS ZZ 216 MESOAMERICA Y LOS ANRETOSINBIGENAS DF LA NLT HSA Varias mujeres despiden con tristeza a un miembro de a familia que va @ emprender ‘una travesia de comercio, Oslce lorentina. tancias judiciales del gobierno central en la vida de los barrios. El problema de la fobia al extrafio, conducta frecuente en muchas sociedades tradicionales, lo comentaremos adelante, l hablar cle las manetas nahuas de insultar, Examinetnos ahora algunas de los dichos 0 “adagios” nahuas recogidos en el Cistice Florentino, para buscar indicios ce los ottos rasgos Poeas cosas parecen desagradar mais a los antiguos nahuas que el alin de algunos por destacar, por situarse encima de los otros, muchas frases hechas hacen relerencia a ello, Al engretdo se le lanzaba el eplteto ixqudhuitl, “cara de palo”, se reprendia al sabi- hondo con la expresion tomachizoa, “stbelotodo”; a los que descenaban a los demas se les repetia la sentencia ayac tictaxictiznequi, “nadie debe ser despreciado”. A quienes presumian de tenet alguna cualidad 0 dectan hacer las casas mejor que los otros, se les aplicaban las frases mocicinoa, “se facta’, etxtimal, “gloria en la cara”, En general, a cual- ‘quiera que buscaba llamar la atencién de los clems, por el medio que fuese, se le re- rendfa com la frase tlacoquallt in monequi, “se requiere sobriedad” TA CIUDAD. LAGENTEYLASCOSIUMRRES 217 También porece haber sido una preoeupacion tmportante la de evita el conflict en Ta convivencia cotidiana, En el repertorio de dichos del Cédice Florentino podernos. ver tres frases diferentes empleacis para sefalara los que reaccionaban con violencia Hani xiquipthuilax, “pot abajo arrastra el costal", se decia de aquel que fingla ser tran uilo cuando en realidad era peleonero y agresivo; tata itlaqual, "las palabras son st comida’, se le decia a quien, después de recibir un pequeno llamada de atencidn, montaba en colera y empezaba a discutir, lenfndose la boca cle palabras. El dicho tc. riuhmoyacti quiere decir *el que dispersa a los amigos", y segun nos indica el texto, ‘cuando los amigos se encontraban conversando, en grupo, tranquilamente, y aparecta el peleonero, todos se pontan de pie y se retiraban para evitar confrontarse con él, en ese momento decian con resignacién la frase ieniuhmoyactl El uso de estas frases hechas y la costumbre de reprender o aislar a miembros de | comunidad cuya conducta se consideraba negativa son expresiones de una prictica Juridica comunitaria. La comunidad juzga, y castiga con la burla, la tecriminacion, el senalamiento publica, el aislamiento a base de silencio y distancia, y, en el peor de los casos, la expulsisn, Peto si las faltas cometidas estaban tipificadas en el cédigo del rei- no, las auvoridadts judliciales de la ciudad (nombraclas por el datoant) habrian tenido derecho cle intervenir para aplicar los castigos establecidos en las leyes: carcel, azotes en publico, lapidacién, ahorcamiento Para los barrios, cuya vida interna era tan intensa y estructurada, debe haber sido por lo menos incémodlo que los procedimientos judiciales del veino interfrieran con sus propias tradiciones, especialmente porque las conductas consideradas delitos no eran silo aquellas que tenfan que ver con la relacién entre los comunetos y el gobier- no central: el eéeligo del tatoedyoi?® (lo mismo en Tenochtitlan que en Tetzeoco y ots ludades) establecia penas muy severas para conductas como el adviterio y lasodomta, que eran asuntos de importancia para la moral familiar y comunitaria, pero de escasa relevancia politica. Observemas la desproporeién que hay en el hecho de que un go- bierno que subsiste sobre un conglomerado de comunidades seminuténomas, que tie tne que respetar las tradiciones de esas corminilaces en To tocante ala organizacion de la produccion, a las formas internas de gobierno, y a miitiples costumbres, aspite a co- nocer cletalles de la vida privada y a castigar les transgresiones a ciertas normas come- ‘idas por cualquier individuo, asi sea en una oscura alcoba, en el ms diminuto patio del barrio mas remoto, Es muy probable que los calpullis hayan tratado de protegera sus raiembros de la accion judicial para resistir esa injerencia del gobierno central. Quiza el rechazo a pe- leoneros y escandalosos, al cual nos referiamos antes, esté vinculado con el interes de ‘mantener cierta discrecicn sobre los sucesos del barrio. Lo que resulta sin duda sinto- atico es que encontremaos wo menos de seis dichos, en el libro vi del Coice Florentino, 238 MESQAMERICA LOS AWRITOS HSDIGRNAS DE LA NUFWA SPAR relacionados con la divulgacién de secretos y los riesgos de la actuactin de las autori- dades centtales: indudablemente era una preocupacion importante. Hay una expresion para llamar la atencion al entrometido, ronoulan, “por todas partes”. Dos dichos lanzan sendas advertencias a quienes pudieran buscar ut beneficio acercandose a las autor dades 0 quisieran perjudicat a otras con un pleito: tetteck noneua, “me voy contra una piedra”,se le decia a quien se acercabs a un ilatoan para buscar un favor y resultaba perjadicado por la ira dei gobernante; notlepapalockiuhtiuk, “me voy al fuego como una ‘mariposa’, se asaba cuando alguien Jlevaba pleito contra alguno y resultaba que al fi- nal el buscapleitos quedaba en vergtienza 0 inchuso era condenado a muerte, tra advertencia esta contenida en dos dichos que aluden de manera directa 3 la revelacion de sectetos: en ellos se recuerda que la consecuencia dle un pleito siempre puede ser que se hagan pablicas ls falas de ls involucrados, La expresidn ompet ce 2ot ‘ommapilo, all se colg6 un trapo”, se empleaba para referir el caso de alguien que que~ 1a dafar a our con alguna acusacién y resultaba afectado por una acusacion mayor. El dicho ninotocuiuitla, “yo arratco mi mata ce maiz" lo dice quien ha rectbido una ofen- sa de un ser Guerido que le debia respeto y laltad; rota la leatad, el agrediclo opta por divulgar las cosas secretas que sabe de su agresor, y entonces dice ninotacutaita Pero quiza el mas ilustrativo de todos sea el dicho cuax mivilod! nechititzayanaz, * acevo soy tn ilote y me abriré mosttando las ensrats?”. Los informantes explican el uso de este refrin: st alguien ha cometido alguna falta, como adulterio, y otro lo descu- bre, el que cometi6 Ia falta le pide a quien lo descubrié que no cuente a nadie lo que tha visto, a lo cual el que ha descubierto la falta respond cuxnisilotl. Este dicho nos per mite evocar una relactén cotidiana y percibir la preocupacion por mantener las falas en. seereto. Fl hecho dle que la promesa de silencio haya cristalizado en un dicho, nos su- ilere basta gue punto podta estar extendida la costumize de guardar complicidad. DDetris de los fagmentos de la tzadicin oral que hemos revisado, podria haber una estrategia de las comunidades para ateruarel impacto de la acitin judicial sobre los ba- trios. Pero incluso cuando los delitos llegaban a oidas de los jueces extsta la posibili- dad de evitar la aplicacion estricta de la ley: se habla en las fuentes de algunos magis- trados corrupts que recibfan dédivas, que actuaban con parcialidad, y de otros que, simplemente, aceptaban que las personas involucradas Megaran a un arreglo.”* Preocupacién por ta calumnia Decian que el que estornudabe, era sefal que alguno decia mal de eo que alguna hablaba de él, te que algunos hablaban de 8 Bernardino de Suan, Histor genet. brow peice, pro on | gs i LAUDAD, LAGENTEY Las costumeRES 219 MARGINALIDAD Y DELINCUENCIA [Nos hemos rferido antes a la existencia de dos grandes grupos en la antigua sociedad nah, los nobles o pipiin y la. gente comtn, los macchualtin, La jerarqufa,riqueza y funciones de los nobles estaban estrechamente relacionadas con el linaje al que perte- nnecfan y con la cercania que pudiera existir entre su linaje y el del latoani. Fl oficio, la ubicactén geografica y la carga tributaria de los macehuales dependia, a su vez, de laco- rmuniclad o barrio al cual pertenectan, Pero la organizacion social prehispanica no cae recia por completo de fisuras; no todos los individuos estaban perfectamente asimila- dos a un orden comunitario; habia individuos sueltos, por asi decirlo, indlividuos que hhabian dejado de pertenecer a una comunidad y que se habfan colocado, por lo tanto, ‘en uma situacién de marginalidad.*? LLocalizo en las fuentes del siglo xv1 al menos tres posibles causas de marginalidad 0, dicho de otra forma, tes crcunstancias que podian conchacir a un indivicluo fuera de st comuinidad). Se habla de adolescentes que abandonaban la casa paterna, que se dedi- caban a vagar y eventualmente a delinguir* de individuos que hablan sido expulsados de su comunidad 0 despojados de su tierra, por haber cometido algan agravio o haber incumplido reiteradamente las reglas de convivencia de dicha comunidad, 0 expulsa- los del rein por castigo judicial, y se habla, finalmente, de indiviciuos que han come- Lido wn celito y abandonatt la ciudad en la que viven para evitarla accion de la justicia.*? Un viandante observa a un menesteroso lora. Cédice Florentina, 2220 ASOAMERICAY 105 AMBIIOSINDIGENAS DE LA NUEVA EAN Lacomplejidad y el tamano de ciudades como México, Azcapotzalco 0 Chobula; la cantidad de visitantes que recibfan todos fos dis, el bullicio y la intensa actividad co- ‘mercial creaban un escenario propicio para que esos incviduos solitarios pasaran inad- vertidos y buscaran una forma de gatarse la vida Los marginaclos tenian frente a st varias formas de subsistiren una gran ciudad. La primera de ellas parece haber sido la de oftecer libremente su fuerza de trabajo como ausiliares en diferentes tareas, este seria el caso de los “ganapanes” de que babla Het~ nan Cortés, que se enconiraban principalmentte ent los mercados y trabajaban como ta- ‘memes (de Hamarna, “el que carga algo") 0 cargadores.** Quienes no encontraban al- guien que los contratara o no obtentan lo suficiente para alimentarse, entan la opcion ide mendigar y de recoger desperdicios en el mercado." La recoleccisn de desperdicios seria mas propica, al parecer, durante la noche, cuando el mercado se habia levantado ‘ya, y quedaba basura por todas partes. Disputarian los desperdicios a los pers, que también acudian hambrientos alas plazas.** En varias fuentes se habla de actares, acrobatas, prestidigtadores, jugadores y bro- inistas,y es probable que quienes ast se ganaban la vida fueran individuos que mo per- tenecian ya a una comunidad. Asimismo, las prostituras callejeras descritas en las, fuentes? deben haber sido mujeres sin familia, porque de otro modo su actividad ha dria resultado maceptable en su casa y su barrio, Las mujeres que se dedicaban a la prostitucion calleera levaban los dientes tetdos, mascaban chile, tentan el pelo suel- toy se comportaban de manera provocativa, mirando, hablando y ensertando la pier- nna desnuda a jos hombtes que pasaban.”? (tra manera de vivir sin el cobijo de un orden comunitario era el delito. Habfa, en. efecto, quienes se dedicabon a asaltar casas, robabsan y ocasionalmente violaban y mata ‘ban tambien habia secuestradores de infantes que luctaban al venderlos.® Sin desear~ tar que algunos de estos ladrones dle los cuales nos hablan las fuentes trabajaran para algdin metcader o incluso para algun noble corrupro, lo mas probable es que los eecuto- tes de los robs fueran individus sin un trabajo {Yo y sin una relacion familiar estable. La sospecha de una posible complicidad de mereaderes o nobles eon los ladrones habi- tuales procede del hecho de que la riqueza obrenida en un robo no podria haber sido secuestradores de infantes Antiquisima cruelda CCuarde algdin nia se perdi, luego lo pregonaban y buseaban por todas partes, y sialguno lo es- * Aunque muchos de estos marginacios pueden haber dormido en las calles y en los portals de los mercados, no debemos descartar la posibilidad de que hayan bus- cado relugio en casas abandonadas y lotes haldios. En diferentes momentos de su his- toria, Tenochtitlan suftié pérdidas parciates de poblacion, debido @ epidemias y ham brunas, En las hambrunas mas graves hubo muchas familias, quiza barrios enteros, que emigraron a otras regiones, come Guatemala, Este tipo de procesos tienen que haber dado lugar a la existencia ocasional de algunos manchones deshabitados den- too de la ciudad, que sin duda deben haber atraido a quienes no tenian casa ‘Una mujer borcacha, deja caer ‘su pelo suelto y se sienta can el trasero ene! piso, en actitud desgarbade, Cédice Mogliabeci 222 MrSCAMFRICA LOS AMBITOS INDICENAS DF LA NUEVA ESTANA El lote baldio, la casa abandonada Entre las calamidades que podian ocurtir a quien escuchara el canto del ouho, tos informantes de Sahagin reoistran que: lacasa bia de ser aso y quer hehe mulaary lugar donde techs as nuns del eet- po hurane;y que queieen rer de fa fariiay dea ease deci "en este ugar vié ura perso- fn de mutha estima y veneration ycuriaida,y ahora na est sno sola las paredes; no hay mero- sia de quien aqui Besnciinn ot Sea, Historia genera. drove. LA OTRA NOCHE ‘Tanto la presencia de fenémenos de marginalidad y delincuereia, como la inguietwd que se percibe en la vida de los barrios en relacisn con la justicia, nos indlican que el control gubernamental sabre la vida de Tenochtitlan no era absoluto; que las aspiracio nes de orden de quienes regian el tatoclyot! debian conciliarse con la vida espontanea de las comunidades, con las necesidades de una ciudad compleja y con ineidentes di- ficiles de evitar en una utbe que pudo albergat a mas de 200 000 habitances E1 toque de queda ejemplifica bien esa ambivalencia de la situacién de Tenochti- tlan, entre el orden impuesto y Ia actuacion espontanea. La disposicton oficial estable~ cia que la gente no saliera a a calle durante la noche. Sin embargo, et las fuentes se describe a criminales que realizaban sus fechorias exclusivamemte de noche, como ‘aquellos tenvbles temacpalittique, que utilizaban alguna droga (quizd en forma de ha mmo 0 polvo) para producir pailisis a sus vietimas, lo que les permitia vioar alas mu- jeres y saquear los bienes de la familia, antes de escapar por las calles oscuras.*° También deambulaban, a despecho de la queda, quienes buscaban obtener algo cen ef mercado, amparados por la noche, como aque! ladrén que tobo su manto a une que dormia en los portales,>” Los mendigos que se acercaran a las plazas encontrartan, Jos desperdicios que quedaban en el piso al levantarse el tianguis, pero los dispuia- rian los perros, Era tan sabido lo de la visita nocturna de los pertos al reread, que los guardias encargaclos de la vigilanca de las calles alecanas llevaban grandes redes ‘que colocaban de wha pared a otra, en las slidas de la plaza, para dejarlas caer cuan- do los perros trataban de alejarse. Ocasionalmente caeria en las redes algan vagabun- do distraid.%® ‘Tambien violaban la queda, asi fuera por un momento, quienes se alejaban de su casa en busca de un lote baldio para orinar. Estas breves incursiones dieron lngar a al- ii LActupan, LAGENTEY LAS casrunmees | 223 sos relatos fantsticos sobre la presencia de autenticosfantasmas de a noche, como quella enanita peluda, de gran trasero, que pasaba las noches en ios baldios acustan- do a os que orinaban.>® os mas audaces y decididos tansgresores de la queda seria Tos jovencitas que cain auras dea elpocal (eas de ovenes) ys ovens ue abandon ban sus casas, para encontrarse y pasar la noche juntos, como lo habian acortiado mi- nts aor deste enero de as danzas en a aca (5 nla profundidad de Ia noche, un hombre se encuentra com la fantasmagérica enanita cultiopanton cuando acucle 2 un solar para evacuar el vienre, Cétce Florentino, Peer eee eee eee aera ae ae Eee mee Cee eee eee ee eee eee ee eee eee eee DE TET ee ee eee ee ee eee eee eee ae eee eee eee eee eee eee eee eee eee He eee eee ee eee ea 224 sSOAMERICA LOS AMHTOS INDIGENAS DEA NUFVA SHIRA, seats NeaeE as aera ae Noras "Do obras fundamentals para el estudio de hirla antigua ce los propos erm: Susie 1905 y Cansco, 1986, He send present un panorama de la cuikura toms pebispanica en oto taj ESCALNT, 188, Lasrefiesiones que presauns continsaciin pueden dacomestasse amplamente en aul resto, Can ina nas numeroso cuarlp deseendemes hacia ef sur y nos acercamos sl xteca, Seta de es popolon Jos nubs tambien considerabaneseasamentecivilizdes, pero ape tenian relaion com Tes sen rspecto aa segion de Purbla-Tsncala, es pre a presence de oxo grupo einio, que se vuelve quienes os mises y habsan consiido alguns importantes azentamiertoe urbanes, La ied caal-neacal se presenta en varios dooarentas, y€& muy’ cae en i prep ive sabre e tema, Vesce Zour, 1963, pp. 29-30 * Vaso elanticula de Alcanats (en ese mist volume), lltse exuminan a fondo los érsines Wa dels isloges-veindarc el cpl, ta discuss hu estado siempre entre dos poturas ant sac yelp ye formal a en Gel auto de a natu pica: la qe atta que et calpl era a comida enticia consti gracias a los loos de sang yTaqyae considera que cl calpll va, [ulamentakente, at deranaitn teil y shinai Vea Se Escinanre, 19905, ELenfoqie dicronico del problema indica que la sohucin est en un ernino medi evs orige el capa es un grupo genicin, pero su asentanenta polongado en un tubo uno cot lj clespasta Tes principio de Ba organizacon genic y favorec el desire de wa seacon adits rats cot el golerno cental, en cual el capil es un dist * Sohee ia agrculurapechispanics del Vile de Meco, en Iba prehspaniea en el Valle de Mésico esta en S4- ‘tase Royss RAMA y SANS, 198, nono mis ico de [a espil panicultrente sone anesanos yn 171.211 9 Motcunta, 1971p, 97 seats, br W La imagen que tos ets hecho de to precios mex los tipo de fuentes: ls er nas dt siglo Xt y Tos planos dee mages, de lx misma ep fonman pene de expedintes stb DE Ruz, 1973, pp. 159-179 indy lists de os bartios cuye nombre se ence Verse el avealo de Aledo Alsntara en exte mismo too, Sobre It essen de bales, Los temacpofttiladronesnoctrns, Fees, seunulacians de bas, om suger len eplacines qe compafan ales mia de satan una casa yhuyen cone bain, Cac retina ae Tove po e-mnlo Trace Saapin, 1989 pp. 38997, Los Eats potas a por ls hares eben ero ade spn’ eau deen ca es pets de ecreeaeecencs _—— 7 hrabitalos, Ducks, 1967, u, pp 241-244 Amancebamiento al amparo de la noche Tlenconad con etl pr epi Morr 197, p. IT Seba dkny seaorene e Nene dl eal ean tn, 7 | opus el dora not {ri necretertemos nes m leave unas de os ices oo quran tea alguna de apes ca etl seamen "zo a 1p 73 : avenues arb pra ques, ies stan nas pcre le mav og pment mp | tala tewaba a asa de aquél a donde & randaba, de nache fs levaba y de noche sls; alguna de é ee dans Som, 1870p 265A 19824 pp 71-372 Pa con informaciga Sebtehoratios: MLNo7 Cauasico, 1947, p. 171; SuNNcRN, 1979, p, TL; Cc oem, Hono aE 134-133 tos acl esto pdleamente rae ero # mal, Bernardino oe Swain, Historia gener, bro i, 3p 8% Ee EE ee ee eee 226 WFSOAMERICAYYL05 AMBITOSINDIGENAS DET NUEYA EAA 18 (Que cea obligacion de ods ls meres asadas hacer Ia oftenda de copal al salir el sol lo dice MO ‘ous, 1971, p. 315. "© EscaLavte, 1992a, p, 372: Soustms, 1970, pp. 48-49. 2 Moreau, 1971, p. 368 2) Informant de Shain, 1968, pp. 34-39. 2 raze Casto, 1976, pp. 7+ y 175 2 auvatano Tezor0ue, 1960. p. 517. Lacifra ce 80 400 debe ser exgerada, per asi lo asientan tes- timonioe de a raditonindigena 2 Danan, 1967, 1 p38. 2 Sobre olerdas flores, ela de ores os fnvitados un banguete, uso de! tabaco, et, SatA- ‘08, 1979, pp. 500-515, 26 tay abundances relerencias alos cadigos y process judiviakes en México, Tetzcoco, Uaxcala y ‘tcos sites. Vease por ejetmplo los passes sone jueces y ustcia en MOrOUNIA, 1971, pp. 44-259. ‘Sole cOmo se ecupaba el tfaan dela vigilancia de la iad, ce ts grupos de guards y le ba “orpanizacign dot mereado, S4nncoN, 1979, pp. 472 y 475 2 Duran, 1967, tn, p. 212 > Awanano Tezo2a%toc, 1980, p. 118. > Dorin, 1967, (1, p65 Ehéctl es una advocaciom de Quetzaleall. Enel Chice Ramiez (ALARA ‘no Tezazawer, 1980, p. 119} s indies gue las exeanjetes quedaban mpedids pats egresat as Hecra hasta el da sigience, pues no pon desplsease durante la noche. En probable lason al panorama des ‘cto, que ent vigeme en Is cndades de a messi, Motolin(a se rehere a localdades del Goll de México y “ce “all noes menester ater a queds pra gi a gente Serco, perque todos lo enen en cua (ee bdo a las eras), Morcunta, 1971, p.226- 3 Despuds dela puesta de sol, undo yt ba esurecd plenamente, haya “hors” en que los jove- ‘nes pentenesslen a hacer oftendas y sacrifios,adicha hora se a denorina netequizpa: “hora de Reo tars a dorm” sega Molina, hora de recogerse. Flretine Cade, bro 2, p- 216; LOPEZ AUSTIS, L985, PP. 152.135. En el Cdice Forentno se dice neteulizn, en los Primers Memorials, nettequizpan, pero Mo- lina so reget netugpan, Moun, 1944, 70° dela secion nshia-espanol 2 Hata, eral, "= que hab ese termi nabs para referise al monarc A atnnt de om reino hegemonico que habia subordinado a os reinos, como sera el eso en Tenocian @ en Tezc000, see lamba ey Hatori, ran Hate 5 La iellancia noc era impestonate Dilerentes grupos de guanias recorstan a cada Los j6- esses “yovieiossubtan alo alto dle mantes emplos tol tentan la consigna de eviar qu hubiee int os expaso invazorestaanda de vuinerar los lies dela ciudad, Loa Aust, 1985, pp. 162-169; S0~ tox, 1979, p. 472. > visas yreuniones de amigos y parentes fuemes, en Morounis, 1971, p. 317: iformantes de Sahagun, 1969, pp. 83, 133 y 138-141 3 Zonta, 1963, pp. 34-35: SeMode, 1979, pp. 497-319. 3 ExcaLanre, 1992; Lec Aust, 1974 2 Poe cjmpio, ls panentes cos dan de comer las mas pores, Cenvaes we Satazan, 1971, vl Lipa 38 Quis de los agus» prondsticas del Cade Florentine se eleven al esgo dese vere cet rmalediencia.fnforrnantes de Sahagin, 1959, pp. 35,39 y 89. congregeconas elas cass, se deseiben, entre ots LACIUDAD. LASENIEY LAS COSTUMERES 227 san aes ls cos gt comenaosrceden dln 1 del ro el ale Flo tao mi traduccion, * Tlaacayod es una forma asvacta detvid de Hata, podria considerana como squiparable 2 palabra reno yIkerlmente sgalicarta sgo asi como “lo propto del manda”, “o dl gobiemo” o in luo “Ta del daoant” 0 "lo de los datague (paral de toa”, “En vataspoblaciones de l ron tetzcocara hay indicis de pendones y armas, que representa ‘ban otras tanos gestos de leiblizacin dela og Vease, por eemplo, las telacionesgeogficas de Husju- flay de San Juan Teothuacan en Relaciones geogrfices dl ipl ve Mec, p. 2509 fy p23. Eco Ineo de los jueces y su cash se menciona muchas veces; por eemplo, ANH IXTLLNOCHTH, 1977, hm 169, Stason, 1979, p46. En ese thm caso se dce que eran uses que no hacia jus, pexo nd se prec reiian repales, ‘7 Me he refer en ores eas ala exsencia de margnados en la sociedad prchispanica, Vase, por gjemplo, EcALANTE, 15026 ® Motounts, 1971, pp. 311912, + Zovta por ejemplo, expla que los miembros de wn cll que desenidaban retecdamente ue ra pian perderlay queda fuera del barrio. Zon, 1963, p. 32. Enel CifceFlveatig se habla varias ces de as borachos empedernidos,y de come a cause de esae borrachos acabahan perdienda fans, fas y peenencias, Florentine Cade, Mea 6, pp. 88-68 “Durant la primera estancia de lasesptolesen Tlaxcala, como huespedes de Maxiseattn, unl ceca “huts cleo oro a un espanol”, Cares se fo comand a Mentscazi, y ste mand acer una pes ‘usa que es Hevea oclizar al laden en a ciudad cle Chola. COMES, 1981, pp. 41-82 8 Cove, 198, p83 * “ay mucha gente pobre y que pide ene losicos por ls calles y porns esse y mercados, come hacen ls pobres en Espana". Coes, 1581, p. 45, i te a ® Mozounst, 1971, 9. 368, * Duwi, 1967, habla de cranes que hacian Yentemeses yfrsas" upp. 486 y 487, de malas tas, 1, pp. 193-104, y de jugadores empedernides, Algunos de eto jugadores ban pol calle come petal las semis que se empeaban en el juego del ptt, busca gin adversaro,y alos quecran luhures y dadas a ese vcio de jugar... enalos por gente nln y de ral ie, 1 pp. 197-204, Laprosinucion ere permits; habia mujeres que se prostiwn por neces, pues no nian ot ‘edi para mantenerse. Dice Molina que a prostiucion se eerla cla call, lo cul coincide con alg nos datos del Cdice Foenin, que nos presenta wna prosita que deambal, Moxousi,19TL, pp. 320 67 5 Saco, 1979, p. 562 © Lone aust, 1966. © Mowounia, 1971, p. 367, 5 Las bandas de sateadowes parecen haber estado protegias por ls series ue, mediante la scti- vided de esos hands, querian plantar wn desi al reo que nab 0 prove la ctavana caret com en DUxAN, 1967, Lt, p. 383. Los foragios distncadas de Jaguar. Suan, 1979, p. 622, y la des cripeian exada,p, 338, 5 Una de las descripetones ms prob del slotunio del horacho ae eneuentra.en el capo le ‘row dol Caize oentino, del cul pueden examinarse dfretes versiones en ntl en tradaecin moder sna on la traduceion de SwIAGUN, 1979, pp, 226-227; también saul tees el apie 14 dt ibe va 9 Love2 Aust, 1968, 228 MESONMFRICA Y 105 AMRITOSINDIGPRAS DE LA NLENA SPAR Motown, 1971, p. 368 | > Como oeuri-com el Icin al que se reese Motolinien el pase comespondinte samo anerior * Indormantes ce Sahagon, 1268, pp. 3657, 6 pms, 1987.4 1, p. 192; Lover Aust, 1985, pp. 128-129, REFERENCIAS Actas de Cai. 1GAS Actas de Cabildo de Tlascue 117-1567, aduecion de Eastaquio Celestino Sous, ‘Amande Vacewcr y Constantino Moma 1. Mexico: Archivo Genera de a Na cn-Instatnio Tlaalreca de Cultura-Centnp de Investigaciones y Fstadios Supe ores en Antmpologia Socal ] Ava euusocnim, Fernando de 1977" vas historias (2 vols), dimundo ©'Gownts Ged). 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Meco: Unive Neco Atom Me 7 LA CASA, EL CUERPO Y LAS EMOCIONES PABLO ESCALARTE GONZALa0 Instat de Investigaciones Estes, el Universidad Nactonet Autonoma de Mexico ‘La maxon or tas cuonoes navn pet Pose Asico sige el modelo predominante en Mesoamerica: tres o cuatro habitaclones situadas alrededor de un patio. En el caso de ‘Tenochtitlan, como en Tula y muchos ottes sitios, ls construcciones eran de adobe; el estuco ayudaba a impermeabilizar los techos y algunos muros, y servia como base de ta pintura decorativa de interiores en el caso de los palacios, as habitaciones de adobe que componian cada conjunto tesidencial en México- ‘Tenochtitlan carectan de ventanas, ast que su iluminacion se debla a la uz solar pro- yyectada desde el patio y, en la noche, a la luz del fuego. La informacién disponible nos permite afirmar que, por lo menos en algunos casos, wna de las habitaciones que cit- ‘cundban el patio tenia functones dle cocina. En estos casos tl habitacion debe haber sido también el espacio adecuado para comer y para el altar doméstico. Sin embargo, no estamos seguros de que todos los predios familiares de la ciudad tuvieran una coci- nna aparte. Es probable que en. muchos casos cada cuarto haya tenido un espacto para cel fuego en una esquina. Ese fuego habria servico para cocinar y también pata recibit offendas, Recordemos que cada manana, al salir el so, la mujer se levantaba y espaucia opal en las brasas. El humo que se dirigia al techo de las habitaciones puede haber ayudado a com- batir la humedad dle las vigas y la proliferacion de insectos; también puede haber ser- ‘vido para conservar mejor las ristras de chiles y algtn otro alimento, Sin embargo su acuntulacton excesiva habria sido perjudicial; suponemos que hubo algun orificio en el muro, proximo al techo, que permitirfa su salida. La presencia de alggin tipo de fogon. en cada cuarto—incluso si habia, ademas, una cocina— es bastante logica en ua 20- naen la que la temperatura invernal puede legar muy cerca de 0° C durante la noche, yen la cual la humedad debe haber sido um problema, bat

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