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Por motivos relacionados con el desarrollo de la bur- sguesia desde su conquista del poder politico, tiende a de- saparecer la tensidn entre marcos institucionales y conte- nidos de las obras particulares en la segunda mitad del siglo x1X. La separacion de la praxis vital, que siempre ha caracterizado al. status institucional del arte en la socie- dad burguesa, afecta ahora al contenido de la obra. Mar- ‘cos institucionales y contenidos coinciden. La novela rrealista del siglo x1x todavia esté al servicio de la autocom- prensién del burgués. La ficcidn es el medio para una re- flexién sobre la situacion del individuo en la sociedad. En cl esteticismo, la temética pierde importancia en favor de una concentracién siempre intensa de los productores de arte sobre el medio mismo. El fracaso del principal proyecto literario de Mallarmé, los dos afios de casi com- Pleia inactividad de Valéry, la carta Lord Chando de Hof- mannsthal, son sintomas de una crisis del arte.” Este se Convierte por si mismo en un problema desde el momento fen que excluye todo lo «ajeno al artes. La coincidencia de institucién y contenido descubre Ia pérdida de fun- ‘cion social como esencia del arte en la sociedad burguesa J provoca con ello la autocritica del arte. El mérito de los, Movimientos histéricos de vanguardia es haber verificado ‘esta autocritica, tay que concebirla, atendiendo a autores como Hofmannsthal, ‘como: producto no ‘e Ia busqueda de oguras estticas, sino dé Sts mothos soclalmente condicionados. Con otras palabras: Ia rica al exteticismo de Secba queda strapada por aqvello que fo eriticar, Cf ademas P. Bowe, «Zur dsthetisierenden. Wir ichksitsdarstellang bet Proust, Valéry und Sartren {«Sobre In {nterpretacin estelzante de a realidad on Proust, Valery y Sar- ter] en su (como editor) Vorv Astheticismus gm Nouveau Ro Iman Verauche kritsehor Licraiurwissenschoft (Del extetictsmo ‘d nouvean roman. Ensayos de cloneia critica de ta literature), Franctort, 1914. ra : sie respecto W, JENs,Statt einer Literaturgeschichte (En et gor de waa historia de fa Tueraiura}, Sa, ed, Ptullingen, {9e2, cap! (Konsrwork, p. 20) , istintas artes, no se puede convertir en «motivor del proceso en el que las artes generan su especificidad. Este proceso esti motivado por el desarrollo de la sociedad en su totalidad, del que forma parte, y no puede compren- derse adecuadamente segtin el exquema de causa y efecto? Hasta ahora, hemos contemplado la autocritica de los subsisteras sociales artisticos, alcanzada con los movi. ‘mientos de vanguardia en relacién con la tendencia hacia Ja progresiva division del trabajo, earscteristica para el desarrollo de la sociedad burguesa. La tendencia de la so- cciedad, en su totalidad, a la diferenciacion de émbitos parciales por la simulténea especializacién de funci6n, aparece como la ley de su desarrollo a la que también esté sometido el émbito artistico. Con ello quedaria esbo- zado el aspecto objetivo del proceso, pero hemos de pre- funtarnos cémo se refleja en el sujeto este proceso de diferenciacion de ambitos sociales parciales. Creo que aqui hhay que guiarse por el concepto de disminucién de la ‘experiencia. La experiencia se define como un conjunto de percepciones y reflexiones asimiladas, que pueden vol vverse a aplicar a Ia praxis vital; entonces se puede carac terizar el efecto sobre el sujeto de los ambitos sociales arciales diferenciados, motivados por Ia progresiva di- visién del trabajo como disminucién de Ia experiencia Disminucién de la experiencia no quiere decir que el sujeto convertido en especialista de un émbito parcial ya no perciba ni reflexione; en el sentido agui propuesto, el con- cepto quiere decir que las

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