6. INDICADORES Y TECNICAS DE CONSTRUCCION
DE DATOs!
Las llamadas téenicas de recoleccién de informacién son en reali-
dad técnicas de construccién de datos. Cada una de elas obedece
a determinados supuestos de la realidad social y de la relacién entre
“sentido mentado” y accién, as{ como a considcraciones particula-
res sobre Jo que ¢s una ley social.
‘Podriamos clasificar las tEenicas de construccién de datos en dos
grandes rubros:
1) Las que construyen sus datos ‘‘ad hoc” para la investigacién
a partir de verbalizaciOn, escritura u observacién de los sujetos cn
cuestién,
2) Las que generan datos reconstruyéndolos a partir de informa-
cién no recabada para la investigacién considerada.
Los problemas fundamentales de las técnicas de generacién de
datos pueden analizarse con mayor propiedad en el caso 1; el caso
2 queda englobado en el 1 con la complicacién de proporcionar da-
tos sobre los cuales se tiene una capacidad limitada para transfor-
matlos.
En general, las téenicas de generacién de datos tienen su perti-
nencia en la fase de transformacién del indicador en dato. La
técnica aparece aqui como una mediacién entre cl indicador y la re-
alidad. De esta forma influyen sobre el dato tanto el indicador, 1a
técnica, como la misma realidad. Sin que la realidad se exprese, por
tanto, como datos puros. Por ejemplo, cuando se trata de datos ob-
tenidos por verbalizacién de los sujetos, sus respuestas pueden estar
influidas por las preguntas previamente disefladas y que aparecen
‘como indicadores de conceptos tedricos, pero también influye la
técnica utilizada (no es lo mismo hacer preguntas cerradas que
* Una exposicién zmmplin acerca de los fundamentos, la ertica y las alternativas
«las téenicas de investigacién social desde wna perspectiva marxista poede verse en:
Enrique de in Garza Toledo, Hacls una metodblogia de la reconsiruccidn, UNAM
‘Porda, Antologins para la docencia, México, 1988.
143abiertas, por ejemplo); los sujetos entrevistados seguramente ex-
presan algo a partir de sus respuestas, aunque no necesariamente
Sus Tespucstas sean datos para el indicador descado. Asimismo, el
contexto conereto y la biografia de los sujetos influiré en las res-
Puestas de los entrevistados.
En algunas técnicas, la forma de generacidn del dato y la medi-
cién van de la mano (por ejemplo en el cuestionario cerrado cuyos
datos pueden traducirse en porcentajes) y el problema global que
Se presenta en estas técnicas es el hacer abstraccién de lo especitico
que tiene cada caso conereto y, por tanto, de la posibilidad de que
un mismo dato tenga diversos significados.
Cada técnica tiene su propia concepcién de la realidad social y
uno de los problemas principales de muchas de las técnicas que to-
man como unidad de andlisis al individuo es si el dato individual
puede traducirse en datos sociales y también si los datos de la con-
Ciencia tienen una relacién directa con los de la accién. El énfasis
en el uso de las encuestas tione detrés muchas veces una concepcién
atomizada de la realidad social, en donde lo colectivo se vuelve sim-
ple agregado estadistico.
Haremos algunas observaciones muy generales con respecto ala
entrevista, el cuestionario y las historias de vida.
ENTREVISTA Y CUESTIONARIO
Se trata de informacién verbal 0 escrita en relacién social entre el
entrevistador y ¢] entrevistado. Los datos generados pueden ser de
hecho o de opinién. Algunos de los principales problemas que pre-
sentan la entrevista y el cuestionario son lo siguientes:
1. Los datos generados son en general individuales y no de rela-
cin social directa. ;Cémo pasar de lo individual atomizado a la in-
teraccién social? ¢Hasta qué punto las opiniones y deseos se tradu-
siran en accién?
2. Los datos generados son datos de la conciencia del sujeto.
Hasta qué punto el sentido mentado correponde con el contenido?
Hasta qué punto la conciencia del actor coincide con los motivos
tiltimos?
3. El dato individual con base en preguntas estandarizadas hace
abstraccién de todo lo no estandarizable que tiene cada sujeto, rela-
cionado en la situacién particular en que se genera la respuesta y
144con Ia biografia del entrevistado. De esta manera un mismo tipo de
respuesta para una pregunta puede tener diferentes significados.?
HisTortAs DE VIDA
Sc trata de un registro de la vida de un sujeto en algunos aspectos
determinados. Comprende la historia oral, la historia escrita y el re-
gistro estructurado con base en un cuestionario. La historia de vi-
da, a diferencia del cuestionario estandarizado, permite recuperar
especificidad y articulacién entre tiempo biogrifico y tiempo histé-
rico. Sin embargo, algunos de los problemas de la entrevista y cues-
tionario siguen presentndose: cémo pasar del caso individual a la
situacién social, hasta qué punto lo histérico puede ser reconstrui-
do a partir de lo individual y sobre todo partiendo de los datos de
conciencia.
Enel camino que conduce ala reconstruccién desarticulada y ar-
ticulada, el acercamiento al mundo empirico es indispensable cn la
fase de investigacién, con una funcién de lo empirico mds re-
constructiva que verificativa y, en la exposicién, con mayor énfasis
cn la verificacién, En una u otra etapa de Ja investigaci6n ¢l dato
sera siempre un dato construido, lo cual implica su “‘impureza”’
inevitable con respecto a conceptos ¢ indicadores. En cuanto a la
seleccin de las técnicas mas adecuadas pera la. generacién de da-
tos, éstas pueden estar normadas por aspectos como los siguientes:
1) Dependen del momento de la reconstruccién en que nos en-
contremos. En la fase de investigacién hay dos momentos de acer-
camiento a lo empirico: primero el de la descripcién desarticulada
y segundo el de la descripcién articulada. La primera implica
‘Disqueda inicial de mediaciones y de articulaciones y, por tanto, la
especificidad del dato, del indicador y del concepto indicador, asi
‘como sus respectivas mediaciones serdn menos claras en la segunda
fase. Esta consideracion de biisqueda en Ia descripcién desarticula-
da nos habla de la posibilidad de utilizar indicadores y técnicas de
generacién de datos que no podrian ser empleadas cuando las me-
diaciones y articulaciones fuesen mas ¢laras. En la descripcién arti-
culada, su diferencia principal con respecto a la desarticulada es el
nivel de especificacién de conceptos, indicadores y datos; de esta
forma las técnicas mds especificantes serén preferidas a las que ha-
cen abstraccién de los sujetos concretos.
En la fase de exposicién, la funcién verificativa de los datos sera
2 Bid.
145mayor que la reconstructiva, ademas se trata de la exposicién depu-
Tada de las articulaciones ldgicas y empiricas, en donde las relacio-
hes entre concepto indicador y dato seran més claras que en la in-
vestisacin. En esta medida el nivel de abstraccién empirica
Tequerido en cada momento de la exposicién determinaré el tipo de
dato y de técnica para su generacién.
Lo anterior significa que el camino de lo concreto a lo abstracto
en Ja investigacién puede ser también visto como el de menor espe-
cificidad al de mayor y, desde el punto de vista del dato, de los da
tos mas generalizantes a los mds especificantes; desde el punto de
vista de las técnices, desde las més abstractivizantes alas més espe-
cificantes y, desde la perspectiva de la medicién, de las medicioncs
@ las cualificaciones (véase capitulo anterior).
Lo anterior significa que las entrevistas, los cuestionarios, las
historias de vida, el andlisis del discurso, los documentos o los cen-
Sos y estadisticas pueden llegar a ser usados siempre y que se ejerza
sobre ellos una vigilancia epistemolégica y se justifique su abstrac-
tividad o generalidad. Por otro lado, las técnicas usuales pueden
suirir modificaciones buscando una mayor especificidad. En el ca-
so de Ja encuesta y el cuestionario esto puede lograrse de dos for-
mas complementarias: 1) diseftando preguntas no derivadas de un
marco tedrico universal sino recuperando el contexto particular, y
2) reconstruyendo en la misma entrevista el contexto en que ésta’¢s
generada en el sentido de recuperar lo especifico al sujeto, progun-
tas que no tendrian el sentido de estandarizar sino de contextualizar
cada caso particular. Estas modificaciones permitirfan hablar de un
nuevo tipo de entrevista: la entrevista contextualizante. En el orden
general de especificacién la preferencia técnica iria en el siguiente
sentido: observacién de relaciones sociales, historias de vida, entre-
vistas contextualizantes, cuestionarios de preguntas abiertas, cues-
tionarios de preguntas cerradas.3
A continuacidn haremos una propuesta de indicadores para ca-
da uno de los conceptos ordenadores de las diferentes dreas que he-
mos venido considerando, sin entrar en los detallles de la justifica-
idn de la propuesta.
> Bid,
1461) Area de proceso de produccin
Conceptos ordenadores Indleadores
Explotacién:
Jornada de trabajo duracién,
turnos
horas extras
intensidad-productividad valores de uso/tiempo
Precio de Ja fuerza de trabajo salario y prestaciones
Trabajo eventual y de planta diferencia en los indicadores
anteriores
Calificacién-descalificaci6i
subordinacién del obrero
ala méquina —la mAquina impone Ja forma de
‘operacion
—la méquina impone el ritmo
* conocimiento requerido
Subordinacién del obrero a la
ireccién de la empresa —organizacién del trabajo
—decisién en las cargas de trabajo
—jerarqufas de mando
la supervision
—premios 0 castigos
—aceptacién de la direccién
Relaciones obrero-obrero trabajo en equipo
—competencia-solidaridad
Salud y seguridad enfermedades profesionales
—accidentes
Conflicto obrero-patronal:
individual causas, tipos
—colectivo formas de lucha, resultados,
formas de resistencia
147Conceptos de articulacién con otras dreas
1. Con la vida sindical reglamentos relacionados con el
proceso de trabajo y
2. Economia de la empresa finanzas, planes de expansién y
reorganizacién y cambio de
tecnologia
3. Ideologia empresarial discurso de la empresa hacia los
trabajadores
4. Competencia y solidaridad
obreras —niveles salariales
—movilidad interna y externa
actos colectivos solidarios
5. Percepcidn del obrero de: Preguntas de un cuestionario con
el trabajo el problema de la autonomia y e
la empresa Angulo de la crisis
—el sindicato
—el sindicalismo
—el estado
Variables interventoras —calificacién
—tipo de proceso de trabajo
—trabajador eventual y de pianta
—earacteristicas socioeconémicas
sexo
edad
—origen social
experiencia de trabajo
—edueacién
estado civil
1) Area de relaciones sindicales
Comporativismo —Participacién del sindicato en
instituciones estatales
—Participacién de! sindicato en la
vida politica
—articipacién en la administra-
cién piiblica
—participacién en el sistema
electoral
Contratacién de la fuerza
de trabajo formal
—informal
148,Contratacién colectiva
Politica social det sindicato
Control sobre el proceso de
trabajo
Democracia sindical
Burocracia sindical
Conflicto sindical
—relacién sindicato-obreros
—sindicato-empresa
(democracia y subordinacisn)
-instituciones sindicales
—intervencién del sindicato
en instituciones
—participacién de la base
en la toma de decisiones
—funciones burocrdticas del
sindicato: tramitacién, defensa,
de politica social
—sindicato-empresa
—sindicato-base trabajadora
Il) Area de reproduccién social de la fuerza de trabajo
Algunas de las variables principales a considerar en la reproduccién exter-
na serfan las de: educaci6n, alimentacién y consumo en general, servicios
piblicos y habitacién. Todas estas variables 0 algunas de ellas tendrian que
ser consideradas en su cruzamiento con los siguientes indicadores.
A. Reproduccién organizada por:
—el Estado
—l sindicato
—la empresa
Gintegracién y legitimidad)
‘Vida piiblica
. Sistemas culturales
—arte
religion
—tradiciones y costumbres
—lenguaje
—instituciones en que participa
—beneficios que recibe
—deficiencias del servicio
—participacién electoral
—participacién en relaciones con
la administracién publica
—telaciones con la administracién
de la justicia
—caracteristicas relacionadas con
la aceptacién del orden vigente
y del sistema de poder
—funcién de la escuela, ta
familia, los medios masivos de
comunicacién, las relaciones
sexuales y las de amistad
149D. El conflicto en el émbito de la
reproduccién externa
—causas de contlicto
—formas de lucha
—formas de organizacién
E, Percepeién de la reproduccién
externa
—con el problema de la autonomia
y el Angulo de ba crisis actual
Ademés del cruzamiento por aspectos relacionados con Ia repro-
ducci6n de la fuerza de trabajo es posible hacer otro cruce por nive-
Jes de unidades de andtisis: la familia, ¢l barrio, la poblacién o ciu-
dad y el pais.
1507. LA COINVESTIGACION
‘Sélo Ios trabajadores pueden
describir con cabal
conocimiento las desgracias
que soportan.
CC, Marx
Coinvestigacién fue una propuesta acufiada por el grupo de Panzie-
ricn Italia a principios de los sesenta. Lo que parece una simple téc-
nica de recoleccién de informacién tiene tras ella todo un profundo
replanteamiento acerca de la fiuncién de la teorfa cn Ja transforma-
cidn social, de la relacién sujeto-objeto, asi como del papel de los.
intelectuales en la formacién de una alternativa de clase. Quaderni
Rossi no lleg6 a profundizar en las consecuencias epistemoldgicas
y politicas explicitas de la coiavestigacién, convirtiéndose para cllos
‘en intervencién politica directa en los lugares de trabajo de la clase
obrera. Sin embargo, la critica a Ia concepcién del partido-guia, 1a
reflexién acerca de Ja relaci6n entre pensamiento y accién y la idea
de una clase obrera que no es simple objeto estructural se sintetizan
en la propuesta de la coinvestigacién.
‘PRESUPUESTOS EPISTEMOLOGICOS DE LA COINVESTIGACION
‘Uno de los aspecto fundamentales que distinguen al marxismo del
positivismo es el ver a la realidad como una realidad en permanente
transformacién, como una realidad dada y, ala vez, déndose. Pero
esta idea del movimiento, para ser especifica, tiene que completarse
con la concepcién de historia como movimiento resultante de la ar-
ticulacién entre objetividad y subjetividad. Sin negar el componen-
te objetivo de la realidad que puede ser captado por el pensamicnto
a través de legalidades, la sole objetividad no basta para explicar
cl movimiento. En esta medida, la ley marxista ¢s siempre una /ey
de tendencia en donde cl resultado prdctico depende siempre de
otras mediaciones, entre elias las de la propia subjetividad de las
clases sociales. Subjetividad que, aunque guarda relacién con la ob-
jetividad, no es un Teflejo pasivo de ella, sino un componente acti-
Vo del curso histérico. Objetividad determina subjetividad s6lo cn
151ol sentido de determinaci6n mediada y no simple causalidad, en
donde la subjetividad se revierte tambign sobre la objetividad trans-
formandola.
La idea del movimiento hist6rico, traducida al plano de} conoci-
miento tiene que ser especificada con la nocién de realidad estruc-
turada por niveles de realidad. Esta concepcién se traduce en un
planteamicnto de conocimiento tedrico como articulacién entre lo
més abstracto y lo mas concreto en el pensamiento.
Los problemas anteriores guardan relacién con el de la concien-
cia la préctica. En primer termino, entre conciencia y realidad no
puede cxistir una correspondencia unfvoca, Ja realidad no se agota
en la objetividad del conocimiento: conocimiento y realidad en el
marxismo se sintetizan en la préctica.
Pero no toda la practica se basa en el conocimiento cientifico,
ni toda la realidad es objetividad imicamente. La correspondencia
conocimiento y realidad serd siempre relativa tanto como po-
sibilidad de profundizar infinitamente el objeto como de una obje-
tividad sujeta a legalidades de tendencia.
La estrategia de conocimients que sintetiza la problematizacién
de la relacién entre realidad y pensamiento la hemos denominado
concreto-abstracto-concreto. Problematiza la realidad porque tiene
detras Ia consideracién de la posibilidad del cambio histérico a di-
ferentes niveles de realidad. Problematiza la teorfa porque impone
su cucstionamicnto permanente. Sin embargo, el concreto-
abstracto-concreto puede llegar a convertirse en atto método con-
templativo de la realidad social objetiva y de la clase obrera vista
como un simple objeto estructural sometido a !as implacables leyes
de cambio que van més alld de su voluntad. El concreto-abstracto-
conereto para evitar la tentacién cientificista tiene que reivindicar
en forma erticulada dos cuestiones fundamentales: 1) las implica-
iones de considerar a las leyes objetivas como leyes de tendencia,
y 2) la relat'vidad del conocimiento con respecto al curso histérico,
desde el momento en que no es posible !a correspondencia exacta
entre pensamiento y realidad y que el resultado histérico concreto
depende también de la subjetividad. Estas consideraciones impo-
nen nuevas tareas al pensar cientifico. Primero, el establecimiento
de leyes de tendencia presupone como problema el de Ja transfor-
macién de la realidad, problema que adquiere su connotacién pre-
cisa en la determinacién de espacios de lo posible para la accién de
os sujetos; segundo, las mediaciones entre pensamiento y realidad
y la preeminencia de la prdctica sobre Ja teoria en la transformaciéa
de la realidad, as{ como Ia necesaria inclusign de la subjetividad y
Jas influencias reciprocas entre objetividad y subjetividad, permiten
182plantear la necesaria intervencién de los sujetos en el proceso de co-
nocimiento de sus potencialidades.
Ia clase obrera no es simple objeto estructural. Es siempre un
sujeto-objeto. En tanto objeto estructural est4 determinado por le-
galidades que rebasan su subjetividad, es a la vez conciencia y ac-
cién, Pero aspectos estructurales y aspectos subjetivos de la clase
se telacionan reciprocamente. Lo estructural determina mediada-
mente aspectos subjetivos y la subjetividad se revierte sobre la obje-
tividad. Estando lo objetivo y lo subjetivo siempre en relacion reci-
proca, no en cualquier coyuntura esta relacién es simétrica. Lo
anterior nos habla de la posibilidad de hablar de estadios diversos
de la subjetividad obrera en tanto capacidad de enfrentarse a su
cnemigo de clase ¢ incidir sobre el propio curso material de la socie-
dad y de clla misma. Es decir, no en toda coyuntura la subjetividad
de la clase adquiere la forma de movimiento, ni mucho menos de
movimiento obrero auténomo.
El movimiento obrero auténomo, a su vez, no ¢s resultado tini-
camente de Ia influencia de partidos 0 dirigentes, sino que sc asicn-
ta sobre bases materiales que en forma mediada también determi-
nan las posibilidades hist6ricas concretas de la clase de ofrecer una
alternativa de reconstruccién de la sociedad sobre bases diferentes
alas de la sociedad burguesa.
En esta medida, la coinvestigacién, que en una primera instancia
implica la participacién de los sujetos-objetos en el proceso de co-
nocimiento de sus posibilidades transformadoras, no es equivalente
a simple concientizacién, como aparece en algunas versiones de la
llamada investigacién accién. La coinvestigacién no ¢s pretexto pa-
ra llevar la conciencia a aquellos “que no la tienen’’ por parte de
os depositarios de la conciencia. Y no lo es porque una concepcién
de la realidad en transformacién implica el reconocimiento de la
relatividad de la teoria acumulada para delimitar espacios para la
accion. Ademés, la idea de historia como articulacién entre ob-
jetividad y subjetividad a desentrafiar en sus respectivas deter-
jminaciones, implica que la determinacién del espacio de lo po-
sible, en Ja coyuntura concreta, no puede ser captada ‘Gnicamente
por la labor de investigacién de los intelectuales por dos cuestiones
principales: primera porque el conocimiento objetivo implica lo
subjetivo en tanto que el movimiento histérico depende también de
Jo subjetivo; segunda porque la propia objetividad depende de la
subjetividad y, por tanto, no puede ser captada cabalmente sin la
intervencién de los sujetos en el propio proceso de conocimiento.
‘Ademés, al interpenetrarse objetividad y subjetividad, el proceso
153de coinvestigacién esa a convertirse en parte del contexto de los
Sujetos-objetos, influyendo sus capacidades de accién.
LAS TENTACIONES DEL CIFNTIFICISMO Y DEL EMPIRISMO
EN LA COINVESTIGACION
Una concepcién de ta realidad simplemente sujeta a leyes objetivas
lleva a una propuesta de conciencia de clase que puede scr llevads
desde fuera a la clase obrera, desde el momento en que éta depen-
de tinicamente de su situacién estructural. La propuesta de coinves,
Ligacién es sintesis marxista entre conocimiento y accién, presupo-
ne al concreto-abstracto-concreto pero lo rebasa, como la accion
rebasa al conocimiento. Dicha coinvestigacion se convierte en una
jcSpuesta articulada a la relacién entre conocimiento y practica, de-
Jando de ser su relaci6n un problema moral y convirtiéndose funda,
‘mentalmente en un presupuesto politico-epistemolégico.
La coinvestigacién como intervencién politica y de conocimien-
{0 se aleja del cientificismo como del empirismo. La tentacién
einpirista en la coinvestigacién seria presuponer que el espacio de
{0 posible y su conocitniento esta ya presente en la conciencia de los
Sujetos-objetos como “sabidurfa popular” y que basta ordenarla y
sistematizarla, Un empirismo de esta naturaleza desconoce aspec.
{os cpistemolégicos y de determinacién social del conocimiento
plauteados en el marxismo: primero, desconoce la idea de una reali
dad por nivcles en donde no todos estos niveles aparecen de inme.
diato a la conciencia de los actores. Cuando esta conciencia se basa
cn Ia experiencia social est4 configurada por una heterogeneidad de
rdcticas parciales, en las que no necesariamente la totalidad con,
creta, en tanto totalidad social, es equivalente a la totalidad empiti.
ca due el pensamiento cotidiano puede captar. Entre practicas par.
ciales y préctica social, asi como entre totalidades empiriens y
(otalidades sociales, existen una serie de mediaciones que cabe in.
vestigar, mediaciones que, por otro lado, son unicamente determn
antes estructurales como hemos explicado. Relacionado con lo an.
terior estd el planteamiento de la realidad estructurada por niveles
de realidad, en donde el problema de ias mediaciones aparece em to,
da su pertinencia.
El problema panzeriano de cémo el capital variable se puede
convertir en movimiento obrero auténomo tiene profundas impli
caciones para la coinvestigacién: 1) no presupone que la clase ole.
ta puede ser simple objeto estructural (capital variable) pero im.
plica el reconocimiento de que la relacién reciproca entre
1584objetividad y subjetividad no tiene la misma forma y las mismas je-
rarquias en cualquier coyuntura. En esta idea esta presente cl con-
cepto de poder y dominacién. Poder y dominacién se convierte en
idea mediaciora, como problema politico, de la relacién entre obje-
tividad y subjetividad para Ja clase obrera. La capacidad de conver-
tipse en movimiento obrero auténomo es un problema politico, que
descansa en una capacidad de alterar las jerarquias entre objetivi-
dad y subjetividad de 1a clase; 2) la capacidad de conversién de la
clase obrera en movimiento obrero autSnomo es también capaci-
dad de superar las précticas parciales y formar parte de una practi-
ca general de clase. Es también capacidad de superar las vi
parciales de la realidad, reconstruir la totalidad en el pensamiento
y transformar la realidad. Este proceso de reconstruccién de la to-
talidad en el pensamiento no antecede a la préctica sino que sc desa-
rrolla con ella, desde el momento en que la propia totalidad cs arti-
culacién entre subjetividad y objetividad. Ademds, Ja mediaciéa
insalvable entre pensamiento y realidad y la determinacién social
del conocimiento impiden identificar totalmente subjetividad y
iene
La coinvestigacién implica la investigacién conjunta entre inte-
lectuales » trebajadores. No se trata de una_investigacién
participativa, la cual no es sino una variante cientificista de otras
{écnicas de recoleccién de informacién. La coinvestigacién no des-
conoce Ia diferencia entre intelectuales y obreros. Sin embargo, la
coinvestigacion se destinda de dos de las concepciones mas comu-
rcs de la funcién de los intclectuales: primero, de la idea de intelec-
tuales como depositarios de la conciencia, capaces con su ciencia de
evar Ja conciencia desde fuera al proletariado y de trazar la tdctica
y Ja estrategia del movimiento obrero; segundo, se destinda de la
idea de intelectuales como simples forjadores de una cultura, desde
cl momento en que sc reivindica el conocimiento cientifico en su es~
pecificidad con respecto a otras formas de conocimiento. Ef reto no
es s6lo cémo se forja una nueva concepcién del mundo, lo cual no
rompe con la concepcidn de la conciencia que llega desde fuera (a
pesar de que la concepcién del mundo no sea simple cientificismo);
se trata ahora, por el contrario, de crear conocimiento que en su
relacién con la accién permita captar los espacios de lo posible con
la intencionalidad de la transformacign de la sociedad: se trata de
no hacer simple ideologia para la cultura sino pensamiento para la
accion. Se trata de construir una nueva ciencia, fa ciencia de la
revolucidn, Ciencia que tompa con las versiones metafisicas del
marxismo, las que asignan al proletariado una misién histérica sim-
plemente derivada de su condicién estructural, versiones que con-
158vierten en coneretas y nécesarias posibilidades abstractas. Se trata
ahora de profundizar en la realidad en forma consecuente con 1a
idea marxista de la historia.
En esta tarea préctica, la funcidn de los intelectuales més que te-
drica se vuelve epistemoldgica; mas de método que de seitalamiento
de hipstesis. Las respuestas a la coyuntura no las poseen los intelec-
tuales, 5 el proletariado activo el que en el proceso practice y de
coinvestigacién puede legar a definirlas. En esta medida, la fun-
cién del intelectual cambia, deja de ser gufa del profetariado, para
convertirse en instrumento de clase, en tanto proporeionador de los
instrumentos epistemoldgicos y metodoldgicos para que la coinves-
tigacién en su aspecto de conocimiento pueda levarse a cabo.
La coinvestigacién no tiene como objetivo intelectualizar a los
trabajadores, convertirlos en investigadores sociales tradicionales.
La coinvestigacién busca la accién en articulacién con el conoci-
miento. Se aleja del cientificismo en ef sentido de definir la téctica
inicamente a partic del conocimiento de la estructura. Se aleja del
empirismo en cuanto a que Teconoce que uno de sus objetivos es
Ta superacién de las précticas parciales de los trabajadores y busca
articular une préctica social total auténoma y orgdnica, en contra-
posicién a las practicas inorginicas. Este proceso de conformacién
de una préctica social total orgénica la ve precisamente como un
proceso de superacién de la parcializacién y, a la vez, implica el re-
conocimiento de que la clase obrera de un solo golpe no puede
construir una alternativa de clase. Como problema de conocimien-
to, a superaciéa de la parcialidad y la organicidad presupone el re-
conocimiento paulatino por parte de la clase dei éngulo del contflic-
toy delalucha de clases, asf como de que el problema fundamental
debe ser el de la generacién de una voluntad colectiva anténoma.
Definicién del problema
Et conflicto cotidiano entre el capital y el trabajo abre 1a posibili-
dad de un punto de arranque en la coinvestigacién relacionado con
problemas concretos del destacamento obrero en cuestién (por
ejemplo, los problemas que acarrearé un cambio teenolégico, 0 en
Ta organizaci6n del trabajo, o en el sistema de pagos, etc.). Los pro-
blemas iniciales en la coinvestigacién no pueden ser problemas tes-
ricos, sino fundamentalmente problemas précticos de la clase con-
exeta. Sélo en el proceso de coinvestigacién la propia problemética
puede ser transformada pero 1a {ines de su transformacién no pue-
de set presupuesta, salvo en el aspecto de busqueda de totalidad y
climinacién de parcialidad. Es decir, en la definicién del problema
186de arranque tienen que jugar un papel predominante los trabajado-
es que participan en la coinvestigacién en ese momento; nadie mas
que ellos concen pricticamente los problemas mas sentidos por los
trabajadores de la empresa en cuestin.
El método
La coinvestigacin subsume al concreto-abstracto-concreto y a la
descripcién articulada. En la definicién de la estrategia general de
conocimiento, el investigador participante en la coinvestigacién
juega un papel central. Sin embargo, en una perspectiva abierta de
conocimiento, la definicién concreta de cada uno de los momentos
metodolégicos (por ejemplo, la definicién de las reas) no puede
ser funcién iinicamente del investigador sino también de los traba-
Jadores. No se trata de tener el disefio de la investigacién completa
y luego investigar ni tampoco la investigacién completa y luego ac-
tuar, sino de empezar a actuar con la misma investigacion, en esta
medida proceso de conocimicnto, y sus resultados dependen
también de la prdctica. Esta relacién rec{proca implica comprome-
ter a cada vez mas trabajadores en la investigaci6n, pero sobre todo
en Ja accién. Este mismo compromiso implica la generacién de ca-
nales de comunicacién entre base y equipo de investigacién, asi co-
mo de difusién de resultados parciales.
Trabajo de campo
Esen la recoleccién de informacién de los propios sujetos en donde
Ia interaccién entre coinvestigacién y accién puede empezar a scr
més completa. En esta forma, la recoleccién de informacién no es
simple concientizacién, sino fundamentalmente relacién politica,
aprendizaje mutuo entre sujetos-objetos y equipo de investigacién,
asi como en planteamiento de tareas practicas, formas de organiza-
cidn, de lucha, de expresién, etcétera.
En estas tareas de recoleccién de la informacién y de relacion
mas general entre equipo de investigacién y base obrera, la partici-
pacién de los trabajadores del equipo resulta indispensable. No en
el sentido de “mano de obra de encuesta””, sino como activistas po-
liticos capaces de aprender y ensefiar al mismo tiempo.
Andlisis de los resultados y redaccién del informe final
La coinvestigacién no tiene propiamente un punto final desde el
momento en que el problema de la conformacién de un movimien-
157to obrero auténomo es una tarea histérica que, desde el punto de
vista de la coinvestigacién, implica una transformacién del proble-
ma de estudio (con miras a su generalizacién), de los universos de
observacién, de las relaciones entre coinvestigacién y accién. Sin
embargo, hay evidentemente resultados parciales de la coinvestiga-
cién en donde el problema de la difusién de éstos debe ser tratado
como un problema particular que atiende a las caracteristicas cultu-
rales de la clase y sus especificidades linguisticas.
Detras de la coinvestigacién es probable encontrar el germen de
una nueva racionalidad, que Marx entrevié pero que “la historia”
impidid que se desarrollase durante casi un siglo. ,Seremos capaces
de responder a los retos del fin de! milenio? Esto dependerd en bue-
na medida de que seamos capaces de romper con el pasado y con
lo legitimo, recuperando la confianza en que puede llegar a scr
construido un mundo diferente al del capital.
158BIBLIOGRAFIA SOBRE METODOLOGIA MARXISTA
‘AvorNo, T.W., Dieléctica negativa, Taurus, Madrid, 1975,
‘ALTHUSSER, Louis, Curso de filosofia marxista para cient(fices, Editorial
Diez, 8/1, 1975.
____ "La revolucién te6rica de Marx, Siglo xx1, México, 1972.
“Tesis de Amiens”, en revista Dialéctica, num. 3, julio
1977, Escuela de Filosofia y Letras de la Universidad Auténoma de
Puebla, Puebla, México, 1977.
‘Atiert MecaLe, Angelo, “La interpretacién de la dialéctica por Bene-
detto Croce”, en revista Dialéctica, nim 4., Escuela de Filosofia y
Letras de la Universidad Auténoma de Puebla, Puebla, México,
1978.
Anawtsev, F. T., La materia como categoria filoséfica, Grijalbo, Méxi-
£0, 1966.
BACKHAUS, Hans Georg, “Dialéctica de la forma valor’, en revista
Dialéctica, nim. 4, Escuela de Filosofia y Letras de la Universidad
‘Auténoma de Puebla, Puebla, México, 1978.
BavaLont, Nicola, Dialéttica det Capitale, Editore Riuniti, Roma, 1980.
BADIOU, Alain y Louis ALTHUSSER, Materialismo hist6rico y materialismo
dialéctico, Ediciones de Pasado y Presente, México, 1980,
Buck Mors, Susan, El origen de la dialéctica negativa, Siglo Xx1, Méxi-
0, 1982.
Caxposo, Ciro F.S. y H. PEREZ BRIGNOL, Los métodos de la historia,
Grijalbo, México, 1979.
coueTm, Lucio, La dialéctica de la materia en Hegel y ef materialismo
dialéctico, Grijalbo, México, 1977.
__ El marxismo y Hegel, Grijalbo, México, 1977.
~~ Tramonto dei ideotogia, Latierza & Figli Spa, Roma-
Bari, 1980.
“Valor y dialéctica en Marx"", en Debate sobre la teoria
‘marxista del valor, varios autores, Ediciones Pasado y Presente, Mé-
xico, 1978, Cuadernos de Pasado y Presente nim. 82.
Cerront, Umberto, Metodologia y ciencia social, Ediciones Martinez Ro-
ca, Barcelona, Espafia, 1971.
Coxvova, Arnaldo, “La dialéctica marxista como racionalidad histéri-
‘ca’”, en Sociedad y Estado en el mundo moderno, del mismo autor,
Facultad de Ciencias Politicas y Sociales, UNAM, México, 1973, serie
Estudios 38.
159DAL.PRa, Mario, La dialéctica en Marx, Ediciones Martinez Roca, Baroe-
Jona, Espafla, 1971, coleccién Novocurso.
De La PENA, Sergio, EY modo de produccién capitalist: teoria y método
de investigacién, Siglo xxi, México, 1978.
Dri Votee, Galvano, Légica come scienza storica, Editori Riuniti, Ro-
‘ma, 1969.
Rousseau y Marx, Ediciones Martinez Roca, Barcelona,
Espafia, 1972.
Lucio Couerm et af, Le dialéctica revolucionaria, Insti-
tuto de Ciencias de la Universidad Auténoma de Puebia, Puebla,
México, 1977.
DUNAYEVSKAYA, Raya, Filosofia y revoluclén, Siglo Xx1, México, 1977.
Ecuevernia, Bolivar ef al., El capital. Teorla, estructura y método, Edi-
ciones de Cultura Popular, México, 1979, t. 3.
Garaupy, Roger, Introduccién al estudio de Marx, Era, México, 1975,
Serie popular, niim. 33.
Garcia BaRceLo, Abel, Hegel y a dialéetica cientifice de Marx, Edi-
ciones ‘Centro de Estudios”, Buenos Aires, Argentina, 1971.
GaRrcAnt, Aldo et ai, Cris! della ragione, Giulio ‘Einaudi editor s.p.
Turin, Italia, 1979.
GODELIER, Maurice, J. MonoD y N. MouLoun, Epistemologla y marxis-
‘mo, Ediciones Martinez Roca, Barcelona, Espafia, 1974,
______“sSistema, estructura y contradiceién en. El Capital , en
Problemas del estructuralismo, varios autores, Siglo XxI, México,
1975,
GOLDMAN, Lucien, Marxismo, dialéctica y estructuralismo, Ediciones
Calden, Argentina, 1968.
GusMennez, Carlos, EI tiempo y la dialéctica, Siglo xx1, Espafia, 1981.
Guavires, Georges, Dialéctica y sociologla, Alianza Editorial, Madrid,
1971.
Gaurrt, Luciano, La dialéttica materialistioa della storia, Ediciones Riu-
niti, Roma, 1978, Coleccién Argomenti, nim. 84.
‘HABERMAS, Jurgen, ““Teorfa analitica de la ciencia y la dialéctica”, en La
l6gica de las ciencias sociales, Grijalbo, México, 1978, coleccién
Textos vivos, niim. 6.
Kon, LS., El Idealismo filoséfico y ta crisis del pensamiento historico,
Ediciones de Cultura Popular, México, 197:
Neopositivismo y materialismo histérico, Ediciones de
Cultura Popular, México, 1976,
Koenin, P. V., Ldglea dialéctica, Grijalbo, México, 1966.
ef al,Engels y la filosofia de Hegel, Paidés, Buenos Aires,
1975,
Konscx, Karl, “El método dialéctico en El Capital” en revista
Dialéctica, niim, 4, Escuela de Filosofia y Letras de la Universidad
Auténoma de Puebla, Puebla, México, 1978.
——____ Marxismo » filosofia, Era, México, 1977.
Kostx, Karel, Dialéctica de lo conereto, Grijalbo, México, 1969.
160Levpnvae, Henri, Légica formal-ldgica dialéctica, Siglo xxt, México,
1976.
Aires, 1
El materialismo dialéctico, Editorial La Pléyade, Buenos
4,
Estructuralismo y politica, Editorial La Piéyade, Buenos
Aires, 1973.
LEnin, Vil. Cuadernos filosdficos (La dialéctica de Hegel), Ediciones
‘Martinez Roca, México, 1974.
Dos ‘técticas ‘de la socialdemocracia en ta revolucién
Gemoerdtica, en Obras escogidas, t. III, Editorial Progreso, Mosc,
1976.
El desarrollo del capitalismo en Rusia, Ediciones Estudio,
juenos Aires, 1973.
En torno a la dialéctica, Editorial Progreso, Mosca, 1980.
Fuentes y partes integrantes del marxisino, Grijalbo, Mé-
xico, 1970, Colecién 70, niim. 8:
—" Materialismo’ y empiriocriticismo, Grijalbo, México,
1967.
— Quiénes son los “amigos del pueblo”, y cémo luchan con-
‘ra los socialdemécratas, Editorial Anteo, Buenos Aires, 1973.
» **Textos sobre el concepto de dialéctica” (seleccién de tex-
os), en Fevista Dialéctica, nim. 4, Escuela de Filosofia y Letras de
la Universidad Auténoma de Puebla, Puebla, México, 1978.
LiMOEIRO CARDOSO, Miriam, ‘‘Consideraciones metodolégicas”” en La
ideologia dominante, Siglo xxi, México, 1975.
— ‘La consinuccién de conacimientos. Cuestiones de teoria y
método, Era, México, 1977.
Losxine, Jean, “Sur usage du concept de contradictions dans une analy-
‘se Matérialiste de Etat”, en revista La pensée, nim. 197, enero-
febrero 1978, Paris, 1978.
Lopez Diaz, Pedro et al., El capital. Teor‘a, estructura y método, Edicio-
nes de Cultura Popular, México, 1977, 1.2.
Lowy, Michael, Diaaléctica y revolucién, Siglo xx1, México, 1981.
et al., Sobre el método marxista, Grijalbo, México, 1973,
Coleccién Teoria y Praxis.
Lukscs, G., El asalfo a la razén, Grijalbo, Barcelona, 1976.
= #2Qué es marxismo oriodoxo?”, en Historia y conciencia
de clase, Grijalbo, México, 1969.
Maouant, A., A propés du chapitre premier du “Capital”. L'importan-
‘ce décisive de la clalectique, Cahiers du C.E.R.M., nim. 153, Paris,
1978.
Maax, Karl, Critica de la filosofia del Estado de Hegel, Grijalbo, México,
1968, ‘Coleccién 70, niim. 27.
~ El capital, Siglo xx1, México, 1981.
FF 18 Brumario de’ Luis Bonaparte, Grijalbo, México,
1976.
161Tementos fundamentales para la critica de la economia
Siglo xxt, México, 1981.
Introduccién a la critica de la economia politica’® (1857),
en Contribucién « fa critica de la economia politica, Fondo de Cult,
ra Popular, México, 1970.
“La critica moralizanteo la moral critica”, en revista Teo-
ria y Politica, niim. 2, octubre-diciembre 1980, México, 1980.
——— Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, Editorial
Anteo, Buenos Aires, 1973.
Miseria de ta filosofia, Siglo xxi, Argentina, Buenos Ai-
res, 1974,
“Prélogo"* a la contribucién a ta critica de la economia
politica, Fondo de Cultura Popular, México, 1970.
———_ y F, ENGELS, ““Escritos varios sobre dialéctica’”, en revis-
ta Divléctica, niim.4, Escuela de Filosofia y Letras de la Universidad
Auténoma de Puebla, Puebla, México, 1978.
——— Heologia alemana (y otros escritos), Ediciones de Cultura
Popular, México, 1971.
La sagrada familia, Grijalbo, México, 1967.
—YV. 1. LENIN, Antologia de! materialismo dialéctico, Edi
ciones de Cultura Popular, México, 1978,
McLELLAN, D., Marx y los jévenes hegelianos, Martinez Roca, Barcelo-
na, 1971.
MELIUsIN, S., Dialéetica del desarrotio en ta naturaleza inorgdnica, Grijal-
bo, México, 1963,
Michaux, Bernard, “‘Sur Ie rapport Hegel-Engels. De la philosophie de la
nature 4 la dialectique de la nature”, en revista La pensée, nim. 219,
marzo-abril 1981, Paris, 1981
Moxa Rusio, Juan, “Notas criticas al materialismo de Engels”, en revista
Dialéctica, nim, 4, Escueta de Filosofia y Letras de la Universidad
Auténoma de Puebla, Puebla, México, 197
Monazt, Charles, La l6gica de la historia, Siglo xx1, México.
Moutoup, Noel, “Le rationalisme moderne devant les problémes
évistémologiques, mesures critiques et fondations dialectiques™, en
revista La pensée, nim, 197, enero-febrero 1978, Paris, 1978,
OLmeDo, Rail, El antimétodo: Introduceién a la filosofia marxista, Cua-
dernos de Joaquin Mortiz, México, 1980.
Placer, Jean, Investigaciones sobre la contradiccién, Siglo xxi, Madrid,
1978,
PLASENCTA, A. (comp.), Metodologia de la investigacién histOrica, Edicio-
‘nes Quinto Sol, México, sf.
Quiniou, Yven, "Le marxisme comme rationalisme théorique”, en revista
La pensée, nim. 203, enero-febrero 1979, Paris, 1979,
RayMono, Pierre, **Materialisme historique ou maierialisme biologique?
A propos de Karl R. Popper”, en revista La pensée, nim. 203,
enero-febrero 1979, Paris, 1979,
162ROsOLSKY, R., Génesis y estructura de "El capital” de Mere, Sigla XX',
México, 1979.
ROSENTHAL, M., Qué es la teoria marxista del conocimiento, Ediciones
Quinto Sol, México, s/f.
Problemas de la dialéctica en “‘El capital’* ce C. Marx,
Ediciones Nueva Vida, Buenos Aires, Argentina, s/f.
Scuarr, Adam, Historia y verdad, Grijalbo, México, 1974.
Scumivt, A. £! concepio de naturaleza en Marx, ‘Siglo Xx1, México,
1936.
Séve, Lucien, ‘Sur la catégorie de posibilité. Notes pour une recherche"’,
en revista La pensée, mim. 202, noviembre-diciembre 1978, Paris,
1978.
SkvORISOV, L. V., El tlempo y la necesidad histérica, Nuestro Tiempo,
México, 1981.
Srirkin, A. G., Materialismo dialéctico y l6gica dialéctica, Grijalbo, Mé-
xico, 1969, Coleccién 70, mim. $3.
Swetzy, PM. ef al, El capital. Teoria, estructura y método, Ediciones
Cultura Popular, México, 1975, t.1.
TexreR,, Jacques, “*Le privilége épistémologique du présent el 1a néoessité
di moment genétique dans les Grundrisse de K. Marx”, en revista
La pensée, mim. 225, enero-febrero 1982, Parls, 1982.
TimPANARO, Sebastiano, Praxis, materialismo, estructuralismo, Editorial
Fontanella, Barcelona, Espafia, 1973, Coleccién libros de confronta-
ién, serie filoséfica 4.
163