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PENSAMIENTOHERDER Dirigids por Manuel Cruz “Trexos rumuicabor en esta concent Fin Birulés Una herencia sin txtamento: Hannah Arendt ‘ielena Béjar Idenidadesinciera Zygmane Basman Javier Behevereia Ciencia del ben y el mal ‘Antonie Valdecantor La moral como sncrnalia ‘Antonio CampilloH concep de lo pliseo ens scida labial [Nancy Fraer Esale de juin [Roberto Esposito Comunidad, amunidad y biopelcs Fernando Broncano Ls melancolin del siborg [Richard Bernstein ilosflay democeacia:John Dewey ‘Amelia Valeireel La memoria el peedon Judi Shldar Loe soos de Is injuicn Vietoria Camps El gobierno de lr emociones ‘Manuel Cruz (ed) Lx personas dl verbo (6los66:0) Jacques Rancitre El sempo dea igualdad ‘Gianni Vactimo VocsciGn yrsponstilidad dl sof Marta C, Nussbaum Las majeresy el esrrllo human Byung-Chol Han Tz ociedad del cnsncio -EBirles,A. Gomez Ramos, Roldan (ede) Viv para pensar Gianni Vario y Santiago Zabala Comunisno hermentatco Fernando Broncano Sujet en nich Byung-Chol Han [a sociedad e la eansparencia Alessandro Ferrara Hl horizonte democrstica Byung-Chul Han La agonia del Eros ‘Traduccién de Rail Gabis Herder Pe ia Az Bae Levee de ion Inpei: besgen Dogon BEBSE-0N8 Pred Spin bmp en Epa Herder indice Metancorta No rover ropER LA MERA vipa Porno Fanzasta - Potfrica pet Enos EL FINAL DE LA TEORIA 19 a 47 3s 6s a Melancolia En tiempos recientes se ha proclamado con fre~ ‘cuencia el final del amor. Se piensa que hoy el amor perece por la ilimitada libertad de eleccién, por las numerosas opciones y la coaccién de lo Sptimo y que, en un mundo de posibilidades ilimitadas, no es posible el amor. También se de~ uncia el enffiamiento de la pasi6n. Eva Ilowz, fen su obra zPor qué duele el amor?, atribuye este enffiamiento a Ia racionalizacién del amor y a la ampliacién de la tecnologia de la elecci6n. Pero estas teorias sociolégicas desconocen que hoy ‘esti en marcha algo que ataca al amor mis que la libertad sin fin o las posibilidades ilimitadas. No solo el exceso de oferta de otras otros conduce a Ia crisis del amor, sino también la erosién del off, que tiene lugar en todos los Ambitos de la vi ¥y va unida a un excesivo natcisismo de la proj + mismidad. En realidad, el hecho de que el otro | desapaeza es un proceso dramatic, peo s ata | deuin proceso que progresa sin que,por desgracia, ‘muchos lo advieran, LIM El Eros se dirge al oft en sentido enfitico, que nno puede aleanrare bajo el gimen del yo, Por fs0,en el infierno de lo igual que la sociedad factual se ascmeja cada ver mis, no hay ninguna ‘experiencia erética. Esta presupone la asimetria y exterioridad del otro. No es casual que Sécrates, como amaco,se lame atpos El otro. que yo deseo Y que me fscina, carce de lugar Se susteae al len {guaje de lo igual: cAtépico, el ot hace temblar cllenguaje:no se puede hablar de, sobre ;todo aributo ¢s faso, doloroso, toxpe, mortficantes.! Ta cultura actual del constante igiaar no permice ninguna negatividad del agpos. Comparamos de ‘manera continua todo con todo, asi lo nivela- ‘mos para hacerlo igual presto que hemos perdido precisamente la atopia del otro. La negatividad del 70 atic se sustrac al consumo. Ala sociedad [cetconere pea cima arad pica 4 favor de diferencias consuiibles, heterotic. La \Biferencia es una positividad, en contraposiciGn 4 laaleridad. Hoy la negatividad desaparece por sig Sot een todas partes.Todo es aplanado para convertirse en objeto de consumo. ‘Vivimos en una sociedad que se hace cada vez mis narcisista. La libido se invierte sobre todo ‘en la propia subjetividad. El narcisismo no es ningiin amor propio. El sujeto del amor propio ‘emprende una delimitacién negativa frente al | otro, a favor de si mismo. En cambio, el sujeto narcisita no puede fjar claramente sus limites, De esta forma, se diluye el limite entre él y el otro. El mundo se le presenta solo como pro- {/Yecciones de si mismo. No es eapaz de conocer al otro en su alteridad y de reconocerlo en esta ( alteridad. Solo hay significaciones alli donde élse reconoce a si mismo de algdn modo. Deambula por todas partes como tuna sombra de si mismo, hhasta que se ahoga en si mismo. Ta depresin es una enfermedad narcisista Conduce @ ella una relacién consigo mismo ccxagerada y patolégicamente recargada. El sujeto narcisista-depresivo esti agotado y fatigado de si ‘ismo.Carece de mundo y esté abandonado por | clotre. Bros y depresi6n son opuestos entre sf. El Eros arranca al sujeto de sf mismo y lo conduce facra, hacia el otro.En cambio, la depresi6n hace que se derrumbe en si mismo. El actual sujeto | narcisista del rendimiento esti abocado, sobre | todo, al éxito. Los éxitos levan consigo una confirmacién del uno por el otro. Ahora bien, el ‘otro, despojado de su alteridad, queda degradado ala condicion de espejo del uno, al que confirma fen su ego. Esta Iogica del reconocimiento atra- pa en su ego, atin mas profundamente, al sujeto narcisista del rendimiento. Con ello se desarrolla ‘una depresin del éxito. El sujeto depresivo del rendimiento se hunde y ahoga en si mismo. En ‘cambio, el Eros hace posible una experiencia del ‘otro en su alteridad, que saca al uno de su infierno narcisista. El Eros pone en marcha un volunta- rio desreconocimiento de si mismo, un voluntario vaciamiento de sf mismo. Una especial debilidad se apodera del sujeto del amor, acompafiada, a Ih vez, por un sentimiento de fortaleza que de todos modos no es la realizacién propia del uno, sino el don del oto. En el infierno de lo igual, Ih Hegada del otro at6pico puede asumir una forma apocaliptica. Formulado de otro modo! hoy solo un apocalipsis puede liberarnos, es mis, redimirnos, del infierno de lo igual hacia el otro. Del mismo modo, la pelicula Melancholia, de Lars von Trier, comienza con el anuncio de un suceso apocaliptico, desastroso. Desastre significa, literalmente, no astro (lat. des-astram). En el cielo nocturne, Justine descubre, en presencia de stt hermana, una estrella resplandeciente de color rojo que mis tarde se revela como wn no astro. Melancholia es un desastnum! con el que inicia su. curso todo el infortunio. Pero ali hay algo negativo de lo que parte un efecto salvador, purificador. En este sentido, «Melancholia» es un nombre pa- radéjico, en la medida en que produce una cura para la depresién como una forma especial de la melancolia, Se manifiesta como el otro atépico que saca a Justine del pozo narcisista. Asi, florece realmente ante el planeta que trae la muerte, EL Eros vence la depresin.La relacién tensa en= tre amor y depresion domina desde el principio el discurso de la pelicula Melancholia. El preludio de Tristén ¢ Tsolda, que flanquea muisicalmente la _cinta, conjura la fuerza del amor. La depresi6n ‘se presenta como la imposibilidad del amor. O bien el amor imposible conduce a la depresién. Por primera vez, el planeta Melancholia, como ‘un otro at6pico, que irrumpe en el infierno de lo igual, concita en Justine la aspiracién erética. En. In escena junto 4 la roca del rio se ve el cuerpo desnudo de tuna amante envuelto en voluptuosi- dad. Llena de esperanza, Justine se tumba bajo la luz azul del planeta portador de muerte. En esta cescena parece como si Justine anhelara el chaque mortal con el at6pico cuerpo celeste. Filla espera tien eta seta esplandecienten (Node E) 8 la catistrofe que se aproxima como una unién dichosa con el amado, Nos vemos forzados a pensar en la muerte de amor de Isolda. Ante la muerte que se acerca, también Isolda se entrega con sumo placer al «todo que sopla en la respira~ cién del mundo», No es ninguna casvalidad que justo en esa tinica escena erdtica de la pelicula resuene de nuevo el preludio de Tristin e Icolda. Este conjura magicamente la cercania entre Eros y muerte, apocalipsis y redencién. De manera paradéjica, la muerte que se aproxima da vida 4 Justine. La abre para el otro. Justine, liberada de su prisién narcisista, se aboca al cuidado de Claire y su hijo. La magia real de la pelicula es | prodigiosa transformacién mediante la cual Justine deja de ser una depresiva y se convierte ‘en una amante. La atopia del otro se muestra ‘como la utopfa del Eros, Lars von Trier intercala con clara intencién conocidos cuadros clisicos para dirigir discursivamente la pelicula y dotarla de una semintica especial. Asi aparece, en la intro surrealista, el cuadro de Picter Brueghel Lor ca- ‘adores en la nieve, que sume al espectador en una profunda melancolia invernal. En el fondo del ccuadro el paisaje linda con el agua,|o mismo que Ia finca de Claire, insertada delante del cuadro de Brueghel.Ambas escenas muestran una topologia semejante,de modo que la melancolia invernal de Los cazadores en la nieve se extiende ala propiedad de Claire. Los eazadores, con un vestido oscuro, ‘vuelven a casa profundamente encorvados. Los ppjaros negros en los Arboles hacen que el paisaje invernal parezca todavia mas sombrio. El letrero de la posada «Zum Hirschen», con la imagen de tun santo, esté torcido y casi se cae. Este mundo eno de melancolia invernal produce un efecto de abandono de Dios. Lars von Trier hace que del cielo caigan lentamente fragmentos negros, que devoran el cuadro como una fogata. A este ‘melaneélico paisaje invernal le sigue una escena que produce un efecto similar al de una pintura, con la cual Justine imita a la Ofelia de John Everett Millais. Con una corona de flores en la mano, flota en el agua como la bella Ofelia. Justine, después de una disputa con Claire, cae de nsievo en la desesperacién, y su mirada se desplaza con desampato a través de los cuadros abstractos de Malevic. Luego,en un ataque,arran- cca del estante los libros abiertos y los reemplaza ‘ostensiblemente por cuadros que reficren, todos cellos, a pasiones abismales del hombre. En este momento preciso suena de nuevo el preludio de “Tistin e Iolda, Por tanto, de nuevo se tata de amor, deseo y muerte Justine primero centra su mirada cen Los cazadores en la nieve de Brueghel. Luego se dirige presurosa a Millais con su Oféliay ensegui- is da a David con ta cabeza de Goliat, de Caravaggio, 4 El pais de Jauja de Brueghel y,finalmente,a un dibujo de Carl Fredrick Hill en el que se repre senta a un ciervo que ronca en soledad, La bella Ofelia, flotando en el agua, con su boca medio abierta y la mirada perdida en el espacio, semejante a la de un santo o un amante, sugiere de nuevo la cercania entre Eros y muerte. Cantando igual a las sirenas, leemos en Shakes peare, muere Ofelia, amada de Hamlet, rodeada de flores cafdas. Ella tiene una bella muerte, una muerte de amor. En la Ofelia de Millais puede reconocerse una flor que no se menciona en Sha~ kespeare, una amapola, que alude a Eros, al suefio yl embriaguez. También David con la cabeza de Goliat, de Caravaggio, es un cuadro de deseo y de muerte. En cambio, El pats de Jauja, de Brueghel, ‘muestra una sobresaturada sociedad de la positivi- dad, un infierno de lo igual. Los hombres yacen ccon apatia aqui y alld con sus cuerpos repletos, agotados por Ia saciedad. Incluso el cactus no tiene ninguna espina. Es de pan, Aqui todo es posi tivo siempre que pueda comerse y distrutarse. Esta sociedad sobresaturada se parece a la mérbida so- ciedad de la boda de Melancholia. Es interesante que Justine coloque El pats de Jauja inmediatamente junto a una ilustracién de William Blake que representa a un esclavo colgado vivo por una cos 6 tilla. EI poder invisible de la positividad contrasta aqui con la violencia brutal de la negatividad, que explota y expolia, Justine abandona la biblioteca Justo después de haber extendido en el estante el dibujo de Un ciero que ronca, de Cael Friedtick Hiill. El dibujo expresa de nuevo el deseo erdtico © la afloranza de un amor, que Justine neta en st interior. También aguf se representa su depresi6n como la imposibilidad del amor. Sin duda, Lars von Trier sabia que Carl Frederik Hill padecié toda su vida psicosis y depresion severa. Esta sti cesién de cuadros presenta de manera intuitiva todo el discurso de la pelicula. El Eros, el deseo ‘erotico, vence la depresién. Conduce del infierno de lo igual a la atopia; es mis, a la utopia de Io completamente otro. El cielo apocaliptico de Melancholia se parece a quel cielo vacfo que para Blanchot representa la escena originaria de su nifiez, Fse cielo le revela Ia atopia de lo completamente otro, cuando de pronto interrumpe lo igual: ‘Yo ers un nifo de siete u ocho alios de edad, me encontraba en una casa ailada, cerca de la ventana cerrada, miraba hacia tera, de pronto, jnada podia ser missibito fe como sel cielo se abriera,como si sc abriers infintamente alo infinito,para ivitarme a teavés de exe arrllador momento de speruurareco- wv nocerlo infinite, pero lo El resultado era extra. Fl sibito y absoluto va- cio del cielo, no visible, no oscuro —vacio de Dios c]xto era explicit, y en llo superaba con miicho la into infinitamente vaci, mera referencia a lo divino—, sorprendié al nif con tal encanto y tal alegria, que por un momento se llené de ligrimas, y —aado preocupado por la verdad— yo creo que fueron sus Gltimas Ligrimas.? El nifio se-ve arrebatado por la infinitud del cielo vacio. Es arrancado de si mismo y desinterio- rizado hacia un afuera at6pico, es des-limitado y des-vaciado. Este acontecimento desastroso, sta irrupcién del afuers, de lo totalmente otro, se realiza como un des-propiar (expropiat), como supresin y vaciamiento de lo propio: & saber, como muerte: «Vacio del cielo, muerte diferida: desastre».* Pero este desastre llena al nifio de una calegria devastadora», es mis, de una dicha de la ausencia. En eso consiste la dialéctica del desastre, que también estructura la pelicula Melancholia. El infortunio desastroso se trueca de manera inesperada en salvacién, 3.-M. Blanchot, «..abyolute Leere des Himmels.., en CGoelen, M. (ed), Die andere Ussene, Bern, Disphanes 3098, Pw. ‘ft, La esis del dss, Carne, Monte- Aes, 1990, 8 No poder poder Ta sociedad del rendimiento esté dominada en su totalidad por el verbo modal poder,en contrapo- sicin a la sociedad de la disciplina, que formula rrohibiciones y utiliza el verbo deber. A partir Ge un determinado punto de productividad, la palabra deber se topa pronto con su limite. Para €l incremento de la produccién es sustivuida por el vocablo poder. La lamada a la motivacién, 4 la iniciatva, al proyecto, es mas eficaz para la explotacién que el ltigo y el mandato. El sujeto del rendimiento, como empresario de sf mismo, sin duda es libre en cuanto que no esti sometido a ningin otro que le mande y lo explote: pero 1o es realmente libre, pues se explota as{ mismo, por mis que lo haga con entera libertad, El ex plotador es el explotado. Uno es actor y vietima a la vez. La explotacin de s{ mismo es mucho 19 cal mis eficiente que la ajena, porque va unida al sentimiento de libertad. Con ello la explotacién también es posible sin dominio. Sucaultjefiala que el homo oeconomicus neo- liberal He mora en la sociedad diseiplinaria, que, como empresario de si mismo, ya no es tn su Jeto obediente;? pero queda oculto para dicho autor que este empresario por cuenta propia en realidad no es libre, sino que simplemente cree setlo, cuando en verdad se explota a si mismo. Foucault adopta un tono afirmative frente al neo- liberalismo. Acepta sin critica que el régimen neoliberal, como «sistema del Estado minimov,° como «administrador de la libertads,? posibilita la libertad del ciudadano, Se le eseapa por com- pleto la estructura de poder y coaccién que hay eal proclamacién neoliberal de la libertad. De esta forma, Ia interpret como libertad para la libertad: «Voy a producir para tilo que se requiera para que seas libre. Voy a procurar que tengas la libertad de ser libres." La proclamacién neoliberal de la libertad se manifiesta,en realidad, como un imperativo parad6jico: sé libre. Precipita al sujeto 15M. Foucsul 1 namin del baplc, Buenos Aes dl sendimienjo.a a depresién y aL agotamiento. En Foucault la «ética del 3 mismo» ciertamente se opone al poder politica represivo, af como a Ia explotacion por parte de otros, pero es ciegs ante aquella violencia de la libertad que esti en él fondo de la explotacién de sf mismo. El ti puedes produce coacciones masivas en lat que el sujeto del rendimiento se rompe en toda regla. La coaccién engendrada por tino mismo se presenta como libertad, de modo que no es reconocida como tal. El ei puedes incliso jerce ‘is coaccién que el #4 debes. La coacci6n propia ‘es mis Fatal que Ta coaccién ajena, ya que no es posible ninguna resistencia contra si mismo. El régimen neoliberal esconde su estructura coac- tiva tras la aparente libertad del individuo, que yano se entiende como sujeto sometido (subject to), sino como desarrollo de un proyecto. Abi cesté su ardid, Quien fracasa es, adems, culpable y lleva consigo esta culpa dondequiera que vaya Neo hay nadie a quien pueda hacer responsable de su fracaso. Tampoco hay posibilidad alguna de excusa y expiacién, Con ello surge no solo la crisis de culpa, sino también la de gratificacion “Tanto el desendeudamiento como la gratifi- cacin presuponen la instancia del otro, La falta de vinculacién al otto es a condicidn trascenden- tal de posibilidad para la crisis de gratifiacién y de deude, stasis poner de manifeco que Sleaptalomo,fent a supostén amplamente Sint (por ejemplo, por Waker Ben) sone niageos Saige as toes cesgion oe nije categoria de de (ep) 9 deen onion (penn Et capes er slomenc [ ftdtededr Se onc OE rnyrne poubaad So enpinctsn que ber al dows de sa ends. 5 inpostilded del desendcadamients yea cpnelen responsi tambien dela depres Se sujet del wenden. Ea depen, unto Sin‘ Gna Seapeeanenarcpeencaen leo hatte en A poder odes wna fel vena oa nolencia spn ape eae, Ir imponitdad Se compensa flee) ts deus Enos cs de hecho letSn con elon aque eed tac ni al el easy Sl lose pds ptress veto moa wets negnldad dete ser ssaber sepia Ss can cae aoe ses ree tutes posts experiencia ruereka cerca Sel ore etn arse. Por la, hemos bseado ex Sheridad en Ir acon sbrolatansentsorgenal 3H Brow una resin que ness ponble onion sere aalooiee aaa meee 9, Levinas, Bl empoy el uw, Barcelona Paidor-tce UA poder aniquila precisamente al otro. La relacién lograda con el otro se manifiesta como una es- pecie de fracaso. El otro aparece solo a través de ‘un no poder poder. :Podemos caracteriar esta relacién con oxo median- tel Eros como un fracaso? Una vez mis's,siempre que se adopee Is terminologia de las descripeiones corrientes, que caracterizan Io erético por el eapre- ender» el sposeers o el sconocer. Pero en el Eros no hay nada de todo ello, ni tampoco su fracaso. Si fucse posible conocerlo,poscero 0 aprehenderlo,en- tonces ya no seria otro, Poseer, conocer, aprehender: sinGnimos del poder.” Elamorse positiva hoy como sexualidad, que ests sometida, a mu ver, al dictado del rendimiento El sexo es rendimiento.Y la sensualidad es un ‘apital que hay que aumentar ET cuerpo, on a valor de exposicion, equivale una mercanci. El fot es sexualizado como objeto excitante. No Se puede amar al otro despojado de su alveridad, Solo se puede consumir. En ese sentido, el otto {yo es una persona, pues ha sido ffagmentado tn objetos sexuales parciales. No hay ninguna personalidad sexual 1. Id p33 Si el otto se percibe como objeto sexual, se erosiona aquella «distancia originaria» que, segtin Buber, es «el principio del ser humanos 'y constituye la condicién ¢rascendental de posi- bilidad de la alteridad."* La «distancia originariae impide que el otro se cosifique como un objeto, como un ello». El otro como objeto sexual ya no es un ets, Ya no ¢s posible ninguna relacién con él, La adistancia originarias trae el decoro trascendental, que libera al otro en su alteridad, ‘es mis, lo distancia, De esta forma, se hace po- sible la expresién en sentido enfitico. Sin duda, se puede lamar a un objeto sexual, pero no se puede dirigirle Ia palabra como un tt personal. El objeto sexual no tiene ningéin erostro» que constituya la alteridad, la alteridad del otro que impone distancia. Hoy se pierden cada vez mis Ia decencia, los buenos modales y también el distanciamiento, a saber, la capacidad de experi mentar al otro de cara a su alteridad. A través de los medios digitales intentamos hoy acercar al “otro tanto como sea posible, destruir la distancia frente a él, para establecer la cercanfa. Pero con ello no tenemos nada del otro, sino que mis bien lo hacemos desaparecer. En este sentido, 11. CEM, Buber, Dislago oto eerie, Zaragoza, Rio Piedras, 1907 24 la cercanfa es una negatividad en cuanto leva inscrita uns lejania, Por el contrario, en nicstro J tiempo se produce una eliminacién rotal de Ia Iejania. Pero esta, en lugar de producir cerca nia, la destruye en sentido estricto. En ver de cercania surge tna flea de distancia, La cercania fs una negatividad, Por exo lleva inherente una tensiin, En cambio, la falta de distancia es ana postividad, La fuerza de la negatividad consiste fn que las cosas sean vivifcadasjustamente por su contrario, A una mera positividad le falta esta fuerza vivificante, EL amor se positiva hoy para convertirse en tuna formula de disfrute.De ahi que deba engen- drar ante todo sentimientos agradables. No es una accién, ni una narracién, ni ningin drama, sino tuna emocién y una excitacion sin consecuencias. Esti libre de la negatividad de la herida, del asalto (© de la caida. Caer (en el amor) seria ya dema- siado negativo. Pero, precisamente, esta negati~ vidad constituye el amor: «El amor no ¢s una posibilidad, no se debe a nuestra iniciativa, es sin raz6n, nos invade y nos hieres.”* La sociedad del }rendimiento, dominada por el poder, en la que ‘todo es posible, todo es iniciativa y proyecto, no {tiene ningiin acceso al amor como herida y pasi6n. 13, B. Levinas op lp 35 { | El principio del rendimiento, que hoy do- mina todos los Ambitos de la vida, se apodera también del amory de la sexualidad. En el super~ ventas Cincuenta sombras de Grey, la protagonista de la novela se admira de que $1 compaiiero se imagine la relacién como una voferta de empleo, con sus horarios, la descripcién del trabajo y un procedimiento de resolucion de conflictos bas~ tante riguroso».” El principio del rendimiento no se compagina con la negatividad del exceso y de la transgresién. Por eso, entre «los acuerdoss Jos que se obliga el sujeto («Subs) se encuentran: mucho deporte, comida sana y stficiente suefo. Incluso esti prohibido tomar entre las comidas ‘otra cosa que no sea fruta. La «Suby ha de evitar también el consumo excesivo de alcohol, y no puede famar ni tomar drogas. Incluso la sexuali- dad ha de someterse al mandato de la salud. Esta prohibida toda forma de negatividad. Entre la lista de acciones prohibidas se halla también el uso de ‘excrementos. Se elimina de igual modo la nega tividad de la suciedad, simbélica 0 real. De esta forma, la protagonista se obliga a estar «limpia y depilada en todo momento». Las pricticas saat (sadomasoquistas) descritas en la novela no son sell E ines, Cn somiras de Grey, Barcelo, Get 26 \ | mis que variedades de sexualidad. Les falta toda negatividad de la transgresién o infraccién, que caracteriza todavia Ia erética de la transgresién de Bataille. De esta forma, no se pueden traspasar los «limites duros» acordados de antemano. ¥, ‘ademés, las amadas safewords" han de garantizar gue esos limites no asuman una forma excesiva. Precisamente, el uso desmesurado del adjetive sprecioso» apunta al dictado de la positividad, que Jo transforma todo en una férmula de distrute ¥y consumo.¥ asi, en Cincuenta sombras de Grey se habla incluso de una «dulce toreuray. En este mundo de la positividad solo se admiten cosas que pueden consumirse. Incluso el dolor ha de poder disfrurarse. Ali ya no existe la negatividad que en Hegel se manifiesta como dolor. El presente disponible es la temporalidad de Jo igual. En cambio, el faturo se abre al aconteci- miento, que es una absoluta sorpresa.La relacién con el faturo es una relacién con el ato atépico, que no podemos alcanzar en el lenguaje de lo igual. Hoy, el faturo deshace la negatividad del ‘otro y se positiva como presente optimado, que cexcluye todo desastre:Y convertir lo que ha sido cen objeto de museo aniquila el pasado. La nega 15; Palabras wade pars indiar al compaero sexual que ese en se acu (Nal T). | \vidad, como presente repetibe, se despoja de In negacvided de lo irrecuperable. La memoria noe un Srgano de mera reposicin con el que podamos hacer presente lo pasado nla memo- Tia lo pasado eambia de continuo. Es un procese progresivo, vivo, narrative" En eso te dstingue Gel archivador de datos. En ette medio tonic, 2 To que ha sido se le quita toda vivacidad, Este tedio cance de tempo. Reina un presente total, {que suprime precistmente el instante El tempo dlespojado de instante estan sol ative. y ya no {Busan relacion con una stuaciGn. Como tem Porlidad de li, carece de decisi6n y resolucién. El instance se retia del lic TE deseo erotic esti Igado a una presencia ‘special del otro, no ala usencia de la nada sino 2 Jn tausencia en un horizonte del farow EL fare cel fiempo del ote. La totaizactén del presente ‘Como riampo dT igual hace desaparecer aquells ftsencia que stia alot fuera de lo disponible bajo con a puesto de que nuestro mecsnisopaguico se ha fgencrado por extalicacon suet, pues de Hemapo sn Semmpo ‘Uimaterial poeenitente de hues cincnies experiments on eordenamiento sepin nuevor nexos, unt Tetacripeon, Lo ‘Slencinimente neevo en mi teors ex entonces, a fete de que Hmemuoris no peetcate de maners simple sino mitple ck Fegsridi ch diversas variedades de signa CAS Fre, Oat ompltay vole I, Buenos Altes, Aortort, 2008 374-275 28 Levinas interpreta del mismo modo la ¢ voluptuosidad como figuras del deseo ex6ti negatividad de tr ausencia es exencial para ambas ‘La caricia es un sjuego con algo que se excapar.” Anda buscando lo que sin cesar desaparece hacia, el futuro, Su apetito se alimenta de lo que toda via no es, La ausencia del otro en medio de la \ comunidad de sentimiento constituye también Ia fuerza e intensidad del deleite. El amor, en la medida en que hoy no significa sino necesidad, satisfaccién y placer, es incompatible con la sustraccién y la demora del otro. La sociedad, como miguina de brisqueda y consumo, suprime el deseo dirigido al ausente, que, en cuanto tal, no puede hallarse, cogerse y consumirse.En cambio, el Eros despierta ante el ssemblanter, «en el que 1 otto se da y al mismo tiempo se ocultas."* El ssemblantes se contrapone diametralmente a la cara (face), que se expone como mercancia con tuna desnudez pornogrifica y se entrega a una visibilidad y un consumo total. La ética del Eros de Levinas ciertamente no contempla los abismos de un erotismo que se manifiesta como exceso y locura, pero lama Ja atencién con insistencia sobre la negatividad 1p B-Levina opt, p.233 1 Bid,p 30 29 del otro, sobre la alteridad atopica, que esti hoy cen vias de desaparicién en una sociedad que se vuelve cada ver mis narcisista, La ética del Eros de Levinas puede reformularse, ademis, como ‘una resistencia contra la cosificacién econémica del otro. La alteridad no es ninguna diferencia que pueda consumirse. El capitalismo elimina por doquier la alteridad para someterlo todo al consumo. El Eros es, asimismo, una relacién asi- métrica con el o4o.¥ de esta forma interrumpe la relacién de cambio, Sobre la alteridad no se puede llevar la contabilidad, ya que no aparece cn el balance de haber y deber. Ps La mera vida El jabali que con sus colmillos mat6 al bello joven Adonis encarna un erotismo que se manifiesta como locura y exceso. Se cuenta que, después de Ja muerte de Adonis, el jabali dijo que con sus adientes erotizadoss (erotikous odontas) de ning modo habia pretendido causar dafio al cuerpo de Adonis, porque su propésito era acariciarlo. ‘Marsilio Ficino, en su libro sobre el Banguete de Platén, describe el ojo erotizado (ertikon ommia)” que, a semejanza de los dientes erotizados del Jabali de Adonis, esti dominado por una pasién ‘mortal: «Porque tus ojos que han penetrado a través de los mios hasta el fondo de mi coraz6n, encienden en mis entrafias un vivisimo fuego. ‘Ten, entonces, misericordia del que perece por 19, Plath, Fad 2536, Made, Gedo, 988, p. 360, 3 tu causas.” La sangre sirve aqui come medio para la comunicaci6n erética. Entre los erotizados ojos del amante y los del amado se produce una especie de transfusién de sangre: Imaginaos a Fedro de Mirrinos y al orador Li de Tebas, que estd enamorado de aque. Lisi mira fijamence como un bobalicén, con Ia boca abierts, cl rosto de Fedro. Fst dirige ce manera penetrante hacia los ojos de Lisis los brllantes rayos de sus ojos yy le envia junto con ellos el espiritu vital. En este ‘encuentro reciproco de los ojos se une sin la menor ‘Gificultad el rayo de Fedo con el de Lisi, igual ‘mente se une el espiriu vital del uno con el del oo. Ta exhalacin del espsicu vial, que es engendrado porelcorazén de Fedeo,se diige toda prisa hacia el, corazén de Lisias.se condensaa través de a substancia compacta de su corazén y se transforma otra vez en sangre ¥, por cierto, en lo que era originariamente, a saber, en la sangre de Fedro, Un fendmeno digno ‘de admiracién! jLa sangre de Fedo se encuentra en el corazén de Lisa” 20. Maio Picin, De amore. Comet a Bante de Platén, Madrid, Tecnos, 11994. P. 205. “ Si atop 3 pea a tet ae oa eer se crnast= Hen retstncion yvaloreton eatnaye a neparac ave hoy te pienle pot cerptet tease cseianus pokieet 9 Sntacassin el eos hone aad poe Sais Gaia eee er ererome at ] Soto a contirmacion des mismo ‘om loorsnmscanalo ene dele atl scares ce tere saie ea ieee ecco ance Se aes SENS anab cat sone oattion Snow soanguon ccdmodon eho, wictooe ‘Domi at ames dal eensatetcs goes Pima ysis ans fea oc de tention En cons dena agnénic el art fy nose semis simplemente; mi bien co (Tate una ponacion de tools Snes sana asia pe aera (frmata dc consume comoun product nie ees joan seputiad, todo sentanoots ga | Sctictno'y lu psn an pro» entronos | Setitinytessaconsun concent 35, E Mou, Eeonsumo dea wpe rominie, Madeid, Kate, 3 época del quickie del sexo de ocasion y distensi6n, también la sexualidad pierde toda negatividad. La asencia total de negatividad hace que el amor hoy seatrofie como un objeto de consumo y de céleu~ ssuplantado por tera. en “La dialéctica hegeliana de amo y esclavo des- cribe una lucha a vida © muerte. El que después sera amo no teme la muerte. Su deseo de liber~ tad, reconoci jiento y soberania lo eleva sobre Ja preocupacién por la ment vida. Lo que induce al esclavo futuro a someterse al otro es el miedo ‘ala muerte. El esclavizado prefiere la esclavitud a Ja muerte amenazante. Se aferra a la mera vida. No es la superioridad fisica de un partido lo que determina el desenlace de la lucha; més bien, s decisiva la ecapacidad de muertes.** Quien hho tiene la capacidad de muerte no arriesga su vida. En lugar ede ira la muerte consigo mismo», [permanece «en sf mismo dentro de la muerte». fo se entrega a la muerte. Asi se convierte en cesclavo y trabaja. 4, CE GWE Hegel, Schrien 2 Poisk und Reches- hitophies, Sinlke Werk, totno en, Hamburg 191,370 35 Id Jeneser Rebioapte J. Leip over 229 (ea cut Biri rn Madera 984) ey El trabajo y la mera vida estn estrechamente relacionados. Son reacciones a la negatividad de Ia muerte, La defensa de la mera vida se agudiza hoy como absolutizacién y fetichizacion de la sa ud. Elesclavo moderno la prefiere ala soberania y la libertad. Se parece al atiltimo hombre» de Nietzsche, para el que la salud como tal consti tuye un valor absoluto. La salud es clevada a la condicién de «gran diosas: «Se venera la salud. “Nosotros hemos inventado la felicidad” —dicen los tiltimos hombres y parpadeans."* Donde se sacraliza la mera vida, la teologia da paso a la terapia; o bien la terapia se hace teolégica. La ‘muerte ya no tiene ningiin puesto en el cati- logo de rendimiento de la mera vida. Ahora bien, mientras alguien permanece esclavo y se aferra a la mera vida esta sometido al amo. «Pero el combatiente y el vietorioso odian por igual vuestra aspaventosa muerte que se acerca furtiva como un ladrén —y que, sin embargo, El eros como exceso y transgresi6n niega tanto 1 trabajo como la mera vida. Por eso, el esclavo, que se agarra a la mera vida y erabaja,no es capaz de ninguna experiencia erdtica, de deseo erstico. paso ‘Bi as “El sujeto actual del rendimiento se parece al | clavo hegeliano, si bien con el detalle de que no | trabaja para el amo,sino que se explota de manera voluntaria a si mismo. Como empresario de si nino cram y eacavo aa ve Se war de ua | ‘unidad fimesta que Hegel no pens6 en su daléctica. [[ eV sujeto de Ia propia explotacién ests privado de libertad en idéntico grado que el sujeto de la explotacién ajena. Si entendemos la dialéctica de amo y esclivo como historia de la libertad, no se puede hablar de final de la historia, pues todavia estamos muy lejos de ser realmente litres. Bajo esa hipdtesis, hoy nos encontramos en un estadio [acre nel que el amo y el eslavo forman ‘una tnidad. Somos amos del esclavo 0 esclavos del amo, pero no hombres ibres, cosa que habria de hhacerse realidad justo al final dela historia Y,segtin Jo dicho, a historia, entendida como historia de la libertad, no ha legado al inal. Solo Hegaria al final van nosotros faéramos libres de hecho,cuando no faéramos ni amos ni esclavos, ni esclavos del amo, ni amos del esclavo. El.apitalismo absolutiza a mera vida. Su fin no es la vida buena. Su compulsién a la acumu- lacién y al crecimiento se dirige precisamente contra la muerte, que se le presenta como pérdi~ da absoluca. Para Avist6eeles, la pura adquisicién de capital es rechazable porque no se preocupa 6 En consecuencis, algunas personas suponen que ce una fincién de la administracién doméstica el inerementar la propiedad y viven continuamente bajo la idea de que es un deber salvaguardar sus ha- beres monetarios o inerementalos hasta una cuantia ilimicada. La causa de esta acttud de la mente esti ‘on que sus interesesestin puestos en Ia vida, pero no en la vida buena.** Con ello, el proceso del capital y de la produc cidn se acelera hasta el infinito por el hecho de que se deshace de la teleologia de la vida buena E] movimiento se acelera hasta el extremo al despojarse de su direccién. Asi, el capitalismo se hace obsceno. Hegel es receptivo para la alteridad como ningdn otro pensador. Esta sensibilidad no puede rechazarse como idiosincrasia. Hegel no deberia Icerse como lo han hecho, por ejemplo, Derrida, Deleuze 0 Bataille. Segtin su manera de interpre tat,el eabsoluto» apunta ala fierza y a la cotalidad, Pero, en verdad, e] absoluto en Hegel significa sobre todo amor: «En el amor, bajo el aspecto 28, Arnel, Pls, 257, Ai, Made, 1977.9 1421, ” del contenido, se dan los momentos que hemos aducido como concepto fisndamental del espiritu absoluto: el retorno reconciliado desde su otro a si mismov.*? Absoluto significa «no limitado». Es precisamente un espirieu limitado el que se quie~ re de manera inmediata a si mismo y se aparta del otro. En cambio, es absoluto el espirity que reconoce la negatividad del otro. Segin Hegel, la «vida del espirituy no es la mera vida eque teme la muerte y se mantiene intacta frente a Ia devastaci6n», sino la vida que ela soporta y se ‘conserva en ells. El espiritw agradece su vitalidad precisamente a su capacidad para la muerte. El absoluto no es lo epositivo, que hace la vista gorda frente a lo negativos. Mas bien, el espiritu emia a la cara a lo negativor y «se demora en ellos.” Es absoluto porque se atreve a salir a lo extremo, a Ja negatividad suprema, y la incluye en si, dicho con mayor precision, la diem en si. Donde reina Io puramente positivo, el exceso de positividad, no hay ningin espirita. Segiin Hegel, la «definicién de lo absoluto» se ciffa en que ses la conclusiém».”" La conclusién 29. GER Hegel, Ea, volumen I, Barcelona Peni, "30. i, «Fenomenologia del espiritur,en Hegel J, Madeid, Geedos, 2010,pp. 133» 3 hi nlp de a enc frfias, Madd, Anes, 38 no es aqui ninguna categorfa de la légica formal a vida misma, dirta Hegel, es una conclusion, ¥y eta éltima seria una violencia, una exclusién, Yiolenta del otto, si no fuera una conclusign ab- soluta sino una conclusién limitada,e incluso wn cortocircuito. La conclusién absolua es larga y lenta,y supone una demora en lo otro. La dialéc- tica misma es un movimiento de deducir, abrir y volver a cerrar. El espiritu se desangraria por las heridas que la negatividad del otro le infigiera st {no fitera capaz de ninguna conclusién.No toda conclusion es violencia. Se aoncluye paz. Se conclaye (Gierra) amistad. Elamor es una conelusién abso- Juta porque presupone Ia muerte,la renuncia ast mismo, La everdadera eeiicia del amom consiste fen erentunciar ala conciencia de si mismo, en ol- vidarse de sien otra mismidads.* La conciencia del esclavo hegeliano es limitada;€1 no es capaz de la conclusién absoluta, porque no tiene capacidad de renunciar a la conciencia de si mismo, 0 sea, no es capaz de morir. El amor como conclusién absoluta pasa a través de la muerte. Ciertamente se ‘muere en Io otro, pero a esta muerte Ie sigue un “Too7,p 260, 5 181, BNals Plana traduce oa definicién de to buco e desde sora que el logsnoe Enel ee conte to comsidero que Byong- Chal Ham da» Scher el senda de ‘conclusions (Ne). 39 retorno hacia s{-¥ el retorne reconciliado desde el otro hacia sf es todo menos una apropiaci6n violenta del ot, que filsamente ha sido elevada a figura principal del pensamiento hegeliano, Es amis bien el dom del otro,al que precede la entrega, el abandono de mi mismo. El sujeto depresivo- narcisista no es capaz de ninguna conclusi6n.Y sin conclusién todo se derrama y se esfuma. Ast, teste sujeto no tiene ninguna imagen estable de si ‘mismo, que es también una forma de conclusién. No es casual que los sintomas de la depresién incluyan la indecisi6n, la ineapacidad de resolu- ci6n. La depresion es caracteristica de un tiempo en el que, por el exceso de abrir y deslimitar, se ha perdido la capacidad de cerrar, de concluir. Des- aprendemos el morir, porque no somos capaces de concluirla vida. También el sujeto del rendimiento es incapaz de cierre, de conclusién, Se rompe bajo la coaccién de tener que producir cada vez mis. «Amor» también significa para Marsilio Fi- ino morir en el otro: Sin duda cuando te amo, al amarte me reencuentro en ti que piensas en mi ¥ me recupero en ti que conservas lo que habia perdido por mi propia negligencias.» Cuando Ficino eseribe que el amante se olvida a ‘mo en otro, pero que en este perecer y olvidar 5 Marais Ficino, De amore ot. P- 43 ° se erecupera de nuevor, o incluso we poser, sta posesign es ol don del otro, La primacta del toto distingue cl poder de Eros de la violencia de Ares. En la relacigm de poder y dominacién ime afirmo y opongo al ofo en ls medida en 10 someto, En cambio, el poder de Eros im- fica una imporencia en la que yo, en lugar de | Afirmarme, me pietdo en el oto 0 para el oto, { [que me alienta de nuevo: Un emperador posee \' Bor si mismo a otros.¥ el amante se apodera de AG mismo por of, y eada uno de los amantes 3 alga de sf mismo y se acerea al otro, y muertos on si, resucitan en el otro». Bataille comienza su Erética con la frase

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