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_ MACBETH DE WILLIAM SHAKESPEARE EN CORAZON TAN BLANCO DE JAVIER MARIAS ‘Sara MOLPECERES ARNAIZ Universidad de Valladolid Un texto es receptor de toda ln literatura anterior a él. En algunos casos, esta relacién no se trata de algo abstracto, como pudiera parecer a simple vista, sino do una influencia clara y directa. Esta es a clase de relaciéa que 50 establece entre Macbeth y Corazon tan blanco. La literatura en lengua inglesa es parte de la cultura dominante en nuestros tiempos ¢ influye claramonte en el resto de literaturas, incluida la espafola: y el genio de Shakespeare se ha proyectado sobre la mayor parte de autores que han Hogado a él, haciéndolos no sélo receptores de su arte, sino también productores basdindose en él. Javier Marfas ¢s uno de los autores espafoles reconocidos que més ha recibido la literatura inglesa. Baste recordar algunos hitos en su quehacer literario como su reconocida traduccién del Tristram Shandy de Sterne, premio nacional do traduceidn 1979; su paso por Oxford y Estados Unidos como profesor... Esto explica que haya titulado Ja obra que nos ocupa en estas paginas con un verso de Macbeth, So desconoce la fecha exacta de la ereacisn do Ia obra de Shakespeare, pero es bastante posible que se escribicra en el ailo 1606, con motivode la visita del rey danés Christian IV ala corte del rey James de Inglaterra. Este hecho determinara la obra desde su concepcién, pues Shakespeare va a roflojaren Macbeti muchas delas obsosionesy los temas favoritos de surey. En primor lugar, la trama se sitia on Escocia, pais de origen de James I, y se toma como personaje a Banquo, supuesto antecesor del rey: “Thou shait got kings, though thou be none”. Otro clemento que era muy del gusto del monarca cralosobrenatural, Sesabo que estaba muy interosado en ol tema de Ia brujerfa y la adivinacién del futuro, y eso lo plasma Shakespeare en Js figuras de las ‘Weird Sisters’. Podriamos hablar, por ultimo, de otro elemento de importancia paraol rey James, quo es la intima conexién que existo entre ol rey y la divinidad, y lo que sticede cuando esta conexién se rompe; lo que también vemos reflejado en Macbeth. La obra corresponde.a la serie de las grandos tragodias de Shakespeare. En ella encontramos la caida de un hombre noble, que en un principio era bueno, y que por circunstancias del destino, palabras ajenas y hechos propios, se pierde para siempre y so conviorte on un monstruo sanguinario. ‘Tenemos pues, a Macbeth, sefior de Glamis y valiente guerrero, al quole es profetizado un futuro prometedor, que sélo podrd alcanzar matando al rey * SHAKESPEARE, Macbeth, Londres: Penguin, 1995,1,3:66. Eadiclin de G.K. Hunter, busnda, con rofurmas, en ol texto del ‘First Folio’. Todas las citas de Macbeth correspondon a esta edicién, Sara Molpeceres Arnaiz de Escocia, Duncan. Asi, Macbeth comete el peor de los pecados, mata a un rey anciano, en una gpoca en que el rey. figura casidivina, es un padre para todos sus caballeros. Este es el tema principal de Macbeth: Ia traicién silenciosa ¢ inosperada y sus consecuencias. Macbeth, representante del mal absoluto, rompe el orden de Escocia y de la vida en sf; y en un mundo en el que existe la justicia postica, el mal es castigado, y el bien, restablecido. Pero Macbeth no est solo en esta cafda a los abismos; lo acompaita su esposa, Lady Macbeth, 0 mas bien podria decirse que lo empuja. Este personaje es una figura muy controvertida y criticada. Se ha dicho que es el verdadero elemento del mal en la obra, una mujer maquiavélica que impulsa a su timorato marido a cometer el crimen. Esta afirmacién es algo ‘excesiva, como ya veromos; pero no cabe duda de que el intercambio de poder entre esta pareja supone un aspecto muy interesante que vale Ia pena analizar. También es importante el uso del lenguaje quo se estableceen sus relaciones, estoes, la magnifica retérica de Lady Macbeth, su paso de verso ‘aprosa, laverdad oculta dentrode la palabra, a incitacién verbal, la actitud dol que escucha... otc. En cuanto ala obra de Javier Marias, Corazén tan blanco’, hay muchos aspectos de Macbeth que se von reflejades en ella y que trataremos de relacionar. En principio. hay que decir que In obra se basa en la relacién formada por el narrador, Juan, ysu esposa Luisa, recién casados. Pero, al ir avanzando en el relato, las situaciones que viven o podrian vivir estos dos personajes, van a encontrar eco en otras parejas del pasado 0 de la ficién, asaber: Macbeth y Lady Macbeth; Ranz, padre de Juan, y sus tres esposas (en particular las dos primeras,la mujer cubana y Toresa); a antigua novia de Juan, Berta, y el misterioso ‘Bill’; y por supuesto, la pareja formada por lamulata Miriam y el espaol Guillermo. Todos estos personajes forman un microcosmos en el cual, la pareja, el amor, el asesinato y In traicién, conforman del tojido de la trama. Vemos ontoncos que muchos elementos que homos sefalado antesen Macbeth, y que luego estudiaremos en detalle, se dan también en Corazén tan blanco. Tenemos, como hemos dicho, el matrimonio, la pareja, y el equilibrio de poderes que se ejercen dentro de ella, el que domina por los hechos y la palabra, y el que se deja dominar, ol culpable y el inocente. También, por supuesto, el poder del lenguaje, de lo que se dice y no se dice, la cuestidn de eémo y por qué se dicen las cosas, y del efecto que tiene le que se escucha ylo que no, dela distinta intencién del oyente y ol hablanto, de cémo se utiliza lo que se oye. También el mal y la violencia contra el ‘indefenso, la traicién contra Ia propia familia; la Incitacién al asesinato, su ejecucién y sus consecuencias, y por supuesto, su castigo. Pero no podemos decir que en Gorazén tan blanco encontremos la personificacién del mal absoluto, como en Macbeth, sino que, por el Contrario, encontramos las pequefias mezquindades humanas del dia a dia; * Todus las referoncias a esta obra corresponderin, de aqut en adolant cedicion de Anagrama, Barcelona, 1992. ‘Macbeth de William Shakespeare en Corazin... ‘¢ incluso podriamos decir que el asesinato, os, en ciertos personajes, funque condenable, comprensible. Encontramos, pues, seres humanos -Gébiles e influenciables, muy, muy influenciables, que son producto del fentorno, y no siempre de la maldad interior. En cualquier caso, como hemos dicho, las coineidencias entre una obra yotra, en cuante a estructuracién de personajes, situaciones, son muchas variadas,lo que exigeun estudiomas pormenorizado, que es io que vamos ‘atratar de hacer. MACBETH EN CORAZON TAN BLANCO La influencia de William Shakespeare on osta obra nos la da yal titulo: Corazén tan blanco, que como Marfas indica enelepigrate, es, por supuesto, ‘de Macbeth: “My hands are of your colour; but I shame/ To wear a heart ‘s0 white” (11,2, 64-65). Pero ésta no es la tinfca cita directa que se hace de ‘Macbeth: cl episodio de la adalid inglesa y del representante espafiol sirve ido marco para que Javier Marfas introduzca mds citas de Macbeth, dos en roalidad. Asf,en su primer encuentro, la mujor habla de ta pasividad de tos ‘ciudadanos, del pueblo, y para ilustrar la relacién gobernantes-goberna- dos, utiliza los siguientes versos: “. the sleeping and the dead/ Are but as plctures" (UL,2, 53-54) ~p. 77 on Corazén tan blanco-. Para la inglesa, tos ‘ludadanos de un pais y la gente en general on sores estdticosque sélo son puestos on movimiento por sus gobernantes. O en cualquier tipo derelacién, poralguien més fuerte quelos obligue. Elsentide metaforico que tienen aqui los versos contrasta con cl sentido real que tionen on Macbeth, cn donde han de sor tomados de forma literal: Macbeth ha olvidado dejar junto al cadaver ‘de Duncan os cuchilloscon los que lo ha asesinadoy se ve incapaz de volver allipara hacerlo. Lady Macbeth decide hacerlo ella misma, yle recrimina, por su cobardfa: los muertos ya no son reales, sélo son como imagenes, pinturas y sélo los nifios tienen miedo de las pinturas. El segundo encuentro de estos dos personajes nos trae otros versos de Macbeth, las palabras acusadoras que éste oye en el aire tras matar al reyDunean y que invitan ano dormir amas, porque Macbeth mata al suemio, yelaro estd, al durmiente: “Macbethdoes murder sleep -theinnocentsleep” 11.2, 36) -p.240 en Corazén tan blanco-. En esta ocasién, la cila sirve para ilustrar In sensacién de traicién inesperada que la inglesa experimenta al haber sido dopucsta de su cargo, pues se siente ”..cl inorente Suefio confiado on reposar rodeado de amigos, gonte que me velaba, y han sido estos mismos amigos los que, como Macbeth, Glamis, Cawdor, me han apuiialado mientras dormia” (1992: 241). Las citas directas no sélo se producen en los encuentros entre estos dos roprosentantes; también tonomos que tener en cuenta un pequefio capitulo de Corazén tan blanco (pp. 79-82),enelque el protagonista, Juan, hhaco una sorie de reflexiones sobre la escena segunda del acto sogundo de ‘Macbeth; escena en la que se encuentran Macbeth, sefior de Glamis y de Sara Molpecores Armaiz Cawdor, y su esposa, después de haber asosinado al rey Duncan. Este es ‘quizésel orazén de la obra de Shakespeare, y ahfesti, ynnunca mejor dicho, el corazén generador de Ia obra de Marias. De esta oscona proceden todas las citas, y parte de las ideas que luego se desarrollardn mds ampliamente en Corazén tan blanco; yes que ambas obras recorren caminos paralelos ‘en cuanto a su concopeisn y temdtica, como vamos a ver:.En mi iiltima novela, Corazén tan blanco, he logrado aueriguar (pero sélo tras terminar- Ja) que trataba del secreto y de su posible conveniencia, de la persuasiin la instigacién, del matrimonio, de la responsabilidad de estar enterado, de la imposibilidad de saber y la imposibilidad de ignorar, de ta sospecha -y del hablar y et callar (1993: 450- 455). Si esto es asi, Javier Marfas no podia haber escogido mejor obra que ‘Macbeth para ejemplificarto, ni mejor autor que Shakespeare. Se puede decir que ambas obras girar alrededor del lenguaje y ambos autores estin interesados por el tema. Shakespeare muestra en Macbeth que no tiene fe en el longuaje, que ste ¢5 algo muy ambiguo y complicado, un arma de doble filo que sdlo sirve ara ol engaio: ademas es curioso que cuanto mas malvado es un perso- naje, més complicado es su lenguaje, mas oscuro y dificil; as las palabras de las brujas ylos espiritus, que personifican el mal, son confusas ydificiles terpretar. demasiade densas: confor none of twoman born ‘Shall harm Macbeth. — (1V.1; 79-80) Macbeth shall never vanquished be, until Great Birnam Wood to high Dunsidane Hill Shall come against him. (1,1; 91-93) Los espiritus engaiian y utilizan a Macbeth, no son claros con él. Las dosgracias de Macbeth empiezan porque entiende en sentido literal lo que ledicon las brujas, (*Allhail, Macbeth, that shalt be king hereafter!” 1,3;49), pero su lenguaje es ambiguo: aunque no mienten, tampoco dicen nada claro ‘literal. Macbeth no se de cuenta de que este lenguaje es peligroso; no ast Banquo, que desde el primer momento desconfia y le dice: sathat trusted home ‘Might yet enkindle you unto the crown Besides the Thane of Cawdor. But ‘tis strange: And oftentimes, to win us to our harm, The instruments of darkness tell us truths; Win us with honest trifles, to betray's In deepest consequence. (I,3; 119-125) Banquo acoge con cuidado las palabras de las brujas. Sabe que todo ‘aquello, aunque verdad, nodeberiaser tenido en cuenta, es una trampa. Aquel ‘que no se deja convencer, no corre ningtin peligro. Macbeth cae porque no ve nds alléde las palabras, también porque quizds quiere cuer. Las palabras de las brujas no ponen la semilla on Macbeth, ésta ya estaba en él, pero no en ‘Banquo. En cualquier caso, las palabras sélo dafian a quien les hace caso. Macheth de William Shakespeare en Corazin. Dentro del mismo punto también hay que teneren cuenta que ellenguaje conforma los personajes de Shakespeare; principalments los femeninos, iquese definen por el uso o propésito de su lenguaje. quizés, porque no les ‘esti permitido actuar, nosuelen tener un papel activoy préctico (hablamos ‘de la tragedia, por supuesto). En cuanto al uso del lengzuale, éste hace que asmujeres de Shakespeare se dividan en dos grupos: las quesse dofienden, ‘o las que atacan, pero siempre por medio de sus palabras. El primer ‘apartado engloba a los personajes inocontes, a todas aquellas mujeres que ‘no son capaces de ver que las palabras son mucho mds que palabras. Estas ‘myeres son atacadas con cl Lenguaje, y sélo les queda dofenderse, si ‘pueden; porque las que no ven la intencidn real detras de tas palabras {Ofeia, Cordelia, Desdémons...) muchas veces no encuentran otro final que Jamuerte. Esto nos recuerda a Teresa Aguilera, la segunde esposa de Ranz, ‘padre del protagonista de Corazén tan blanco, que no vio més alli de las, ‘simples palabras, no se dio cuenta del poder del lenguaje... y lo pagé con la muerte En el segundo grupo encontramos a las mujeres que atacan, que conocen el poder del lenguaje y lo utilizan, actian por modio de él. EI mejor ejemplo cs Lady Macbeth, que es instigadora pero no asesina; el lenguaje quo utiliza es algo muy importante: es resolutivo y leno de fuerza, es cfeetivo. Lady Macbeth conoco todos los resortes de la palabra, y los utiliza; el problema es que su lenguaje es su propio reflejo, y cuando se convierte enun personajo fragil y destruido por la culpa, ya no es capaz de utilizar su antiguo lenguaje como escudo; ol personaje deja el verso y pasa a la prosa, aun longuaje sin dobleces, seneillo. Su forma de hablar ya no es digna y clevada, no puede actuary no convence anadie; pierde su funcién en laobra y debe desaparecer: su tinico camino es el suicil En la obra de Javier Marfas también el poder de la palabra es un oje central: Corazén tan blanco se basa on la resistencia de un hombre a saber algo que le cambiard la vida, para bien, aunque 6! no lo sepa, pues una vez. descubierto el secreto desaparoce su “presentimiento de desastre’. Este hombre es consciente de su longuaje, desu capacidad y de su peligro: Cada paso dado y cada palabra dicka por cualquier persona en cualquier ‘ircunstancia... ienen repercusiones inimaginables que afectan a quien no nos conoce ni nos pretende... se convierten literalmente on asunto de vida “omuerte, tantas vidas ymuertes tienen su enigmaticoorigen enloquenadie ‘advierte ni en to que nadie recuerda... (1992: 92). El lenguaje crea vinculos eon los otros, y también crea consecuencias ‘queno se pueden prever ni controlar, por es0 es mejor controlar el lenguaje, ‘es mis seguro no saber y no decir: “...no quiore saberlo, el mundo es mas plécido cuando no se sabe...” (1992: 194), El lenguaje también es un medio, un instrumento para realizar el deseo del hablante en el oyente: el lenguaje oscuro y enigmiitico de las brujas de Macbeth, 1a amenaza expresa de la mulata Miriam -“tenes que matarla” (1992: 49), la retérica bion utilizada de Lady -*... you would / be so much 165 Sara Molpeceres Arnatz ‘more the man,” (|, 7; 50-51) 0 la inocente roflexién de Teresa. "Nuestra tinica posibilided es que un dia muera ella...” (1992: 279)- ... todo ello, intencionado o no, es’el susurro que nos persuade’: *...a longua queindaga ydesarma, la quesusurra y besa, la que casi obliga..." (1992: 80). Anteesto, 's6lo se pueden hacer dos cosas: negarse a escuchar, como Juan (aunque al final uno siempre se ve obligado a ello}, o escuchar abiertamente, bion porque se es consciento de las consecuencias, como el profesor Villalobos: “para él que ne cabia duda de que todo meresia saberse, o de que el conocimiento nunca hace dafo, o si lo hace hay que aguantarse.” (1992: 246); 0 bien por inocencia, o por curiosidad, como Luisa, algo, segiin el protagonista, extensible a todas las mujeres: ..las mujeres... n0 saben que los actos se cometen solos, que les pone en marcha una sola palabra, necesitan probar,no prevén, quizds ellas sé estén dispuestas a saber cast ‘siempre, en principio no temen ni desconffan de lo que pueda contérseles, no se acuerdan de que después de saber todo cambia a veces, incluso la carne o la pie! que se abre, 0 algo se rasga (1992: 147), La eleccidn es dificil, porque, hagamos lo que hagaimos, el lenguaje nos porsigue y nos envuelve, somos sus prisioneros; hablar ¢s malo, pero callar también. Escuchar nos perjudica, pero negarnos a ello, quizés nos aparta, de la dindmica del mundo, de la vida. Todaestacontroversia la podomos ver reflejada en susdistintas facetas, tanto en Macbeth como en Corazén tan blanco, por modio de distintas parejas de amanies, matrimonios la mayoria, vinculo que hace que las palabras vuelen: Uno cree que quiere mds porque cuenta secretos, contar ‘parece tantas veces un obseguio, el mayor obsequio que puede hacerse, la mayor lealtad, la mayor prueba de amor y entrega. Y se hacen méritos contando (1992: 276). El ejemplo base del comportamiento entre estas parejas es la relacién entre Macbeth y suesposa; on ellos encontramosla persuasidn yu resultado. Siempre se ha dicho que en principio Macbeth no es un personaje malvado, ue se ve empujado por la profecia y por su mujer hacia el crimen, Pero esto, #8 sélo ciorto en parte, pues las palabras de las brujas hacen que la mente de Macbeth se pongacn marche, que haga planes, aunque en un principio no sse haya planteadollevarlos ala realidad -"so pionsa en una posibilidad y al instante deja de serlo, se hace lo que se piensa y se convierte en algo ‘ejecutado...” (1992: 284)- Lady Macbeth ya supuso esto, y decidié darle a su marido el valor que le faltaba: allie thee hither That I may pour my spirits in thine ear, And chastise with the valour of my tongue All that impedes: thee from the golden round Which fate and metaphysical aid doth see To have thee crowned withal. (I, 5; 23-28) Macbeth a este no puede ni quiere negarse; queda claro que él ya esti rodispuosto y quo sélo necesita una excusa: *...Art you afeard/ to be the 166 Macbeth de Wiliam Shakespeare en Coraztin... ame in thine own act and valour/ As thou art in desire?" (I,7; 39-41). La intencién ya estaba en él, y eso se demuestra cuando sigue matando sin cl conocimionto o intervencién de su reina. En cualquier caso, ol acto se ha cometide -“I have done the dood”, (Hl, 2;16)- y ya no os s6lo el asesinato el que les une, sino también el secreto yineulpa. Pero comose nos indica en Corazén tan blanco, la culpa de Lady Macboth no viene de Ia incitacidn (esta incitacién podria no haber obtenido resultado), sino de compartir la informacidn, de saber del acto. Sus ofdos son culpables, pero no su corazén, que atin sigue sfendo blanco porque no fuvo el suficionte valor, o no era tan malvada como para actuar, y lo sabe. Esté claro que él es el culpable y ella intenta. que se sienta menos asesino dandole parte de su propia inocencia a cambio de parte de sus culpas: parece que lo onvidia por lo queacaba de hacer, se avergtienza desu propia pasividad eintenta terminar lo que queda por hacer. Se manciva las manos, pero es lo tinico que en olla tiene sangre. Ella sélo hablé y escuché, y las palabras no son nada, porque los actos “no dependen yade ellas en cuanto Se llevan a efecto, sino que las borran y quedan aistados del después y del antes..." (1992: 81) Ella sdlo es culpable en apariencia, en teoria, pero no en esencia porque....las palabras, pueden ser desmentidas y nos desde ‘mos, puede haber deformacién y olvido. Séto se es culpable de ofrtas, lo que no esevitable, y aunque la ley no exculpa a quien hablo, a quien habla, éste sabe queen realidad noha hecho nada, incluso si ha obligado con su lengua ‘al oido, con su pecho a la espatda, con la respiracién agitada, con su mano ‘en el hombro y el incomprensible susurro que nos persuade (1992: 81-82). Esta pareja tiene mucho que ver con {a formada por Ranzy Teresa; entre ‘ambas hay muchos paralelismos que luego veromos. En esta nueva paroja ‘observamos un cambio, hay hecho, hay resultado de incitacién, pero la Incitacién no esti tan clara. Por supuesto clla plantes Ia postbilidad, pero no es un deseo, es una reflexién sin intencién ni objetivo; aunque esas palabras tuvieran un fruto porque ol que las escuch, Ranz, lo quiso ast. £1 también estaba prodispuesto, como Macbeth, y sélo necesitaba que sus deseos se verbalizaran, una exeusa quo on este case no era tal, como él mismo reconoce: ...no fue una insinuacién... estoy seguro, he pensado ‘mucho en cémo fue dicka esa frase, aunque hubo un tiempo en que la tomé por otra cosa. Era una frase de renuncia y no de induccidn, era la frase de iquion se retira y se da por vencide (1992: 279). El acto, por supuesto, se realiza y Teresa es completamente inocente; vive feliz sin conocer las consecuencias de sus palabras, ella tampoco sabe del poder de! Lenguaje, como Ofelia, Cordelia o Desdémona... Pero si es verdad que “la verdadera unidad de los matrimonios y aun de las parejas la traen las palabras, mas que las palabras diches... las palabras que no so callan..." (1992: 145), en esta ocasién sora al contrario: la palabra y su consecuencia, la culpa, van a scparar a la paroja. Teresa, como Lady Macbeth, descubrird su parte en ol asesinato una vez que Ranz.conflesa: He hecho elhechoy he hecho a hazaita y he cometidoel acto, elacto es un hecho 167 Sara Molpeceres Arnatz yesuna hazafiay por eso se cuenta mds pronto omds tarde, he matadopor tiy esa es mi hazatia y contértela ahora es mi obsequio, y me querrds mas iin al saber lo que hecho, aunque saberlo manche tu corazén tan blanco (1992: 274), Asf encontramos que Teresa 52 iguala a Lady Macbeth, no en cuanto a lo que dice, sino en cuanto a lo que oye, lo que Ie hace perder la inocencia; ylomsmoqueella parece culpable, pero por dentro no loes, como recuerda, Juan, el protagonista, al repetir palabras semejantes a las que pronunci6 acerca de Lady Macbeth: “Sdlo se es culpable de ofr las palabras... y aunque la ley no exculpa a quien hablé, a quien habla, éste sabe que en realidad no hha hecho nada incluso si ha obligado con su lengua al oido...” (1992: 280), Otraparejaatoner encuentaesla formada por Guillermo y Miriam. Aqui sf que hay una Invitacién al asesinato, un deseo claro y expreso, un. ultimétum: “Sino la matas me mato yo. Tendrds una muerta, o ella o yo" (1992.51). Aqui el hombre accede, o mas bion finge acceder a la peticién, parece que ya lo esta haciendo: “Vo no puedo hacer mis de lo que estoy haciendo, ya es bastante. La estoy dejando morir. No estoy haciendo nada por ayudarla, Laestoyempujando” (1992: 41). Pero no hay acto y probable- mentenolo habré nunca, como apunta Luisa: “Nudie mata a nadie porque se lo pida otro que puede marcharso” (1992: 155), Guillermo oscucha a Mirian, poro elige no hacerle caso, como Banquo rechaza las palabras de las brujas; ninguno tiene la semilla de In intencién dentro, ninguno de los. dios esti prodispuesto, Por otro lado Miriam sf es como Lady Macbeth, desea una muerte y la propone abiertamente; ademas os la muerie do un ser inocente que no sabe hada, una mujer indefensa que esta enforma (como lo estaba Luisaen Cuba), {que quizis esta dormida (como Duncan y como la primera esposa de Ranz), ¥ que probablemente esté en la cama (como las tres). Miriam necesita In ‘nuorte de esa mujer, pero Guillermo, al contrario que Ranz y Macbeth, nola necesita y por eso el acto no se realiza, La gran victima serd aqui Miriam, no por la cuipa o por el socreto, sino por ser una molestia: al final probablomento serd abandonada por exigir una ‘hezafia’ a alguien sobre el que no tiene ni derecho ni poder. Laiiltima pareja a toner en cuenta esia pareja que enmarca y refleja las acciones de las otras parejas: Juan ysumujer Laisa. Ambns recibon los ocos de losctros, estin rodeados porsu atmésfera; pero aqui no hay ni incitacion ni hecho, no hay cadiver. Esta paroja se ve primero separada y despuds Uunida por dos secratos diferentes, que en realidad les son ajenos. El primero es el de Miriam y Guillermo, secreto que paroce haber oido sélo Juan, pera que han escuchado ambos por separado, sin compartirlo ni contarlo, lo que parece distanciarlos: *..quizéi era que nos alejdbamos porque no compar- Hamos lo que para ninguno era un secreto y sin embargo so ostaba ‘convirtiendo en uno por no compartirio” (1992: 49). La informacién callada ‘es tan peligrosa como la dicha. Pero ésta no es la tinica causa de malestar ‘en la situacién; hay mds porque so produce una comparacién entre Juan y 168 Macbeth de William Shakespeare en Carazon... sitermo, elpre-asesino; no essélo que la propia Miriam losconfunda, sino fambién el mismo Juan se sionte identificado: *..tal vez, por tanto, ‘conmigo cierta semejanza” (1992: 46). A Luisa en cambio, no le onde el lugar de la mulata Miriam porque noesningunainstigadora, de‘a llegar a ser victima; ella misma se identifica con la esposa ', por tanto, una mujer indefensa, como ella: “Desde luego que saber si un dfa plensas matarme, como aquel hombre del hotel de fabana, aque! Guillermo” (1992: 150). Pareco entonces quo Miriam y ilermo desencadenan, de algiin modo, parte de la accién. Causan aun ‘ds pesadumbre en el protagonista, anuncian algo, aunque sea algo que ya fa pasado. Son como las apariciones de Macbeth, como una especie de raja maléfica. [segundo secreto es el de Ranz, que los une més, porque sélo a través fe Luisa puede Juan llegar a conocer la verdad. También aqui hay una Heinearién ide ambas parejas Luisa se parece a Teresa, que fue tigadora voluntaria pero no victima, aunque también acaba muerta. ‘que Luisa podria tener cl mismo final trégico por su afin de josidad c inocencia: “Hay algo que ahora me recuerda a Luisa. ambas on una expresién de confianza, Teresa ensuretrato yLuisa en persona, continuamente, comosinotemieran ynada pudiera amenazarlas nunca” 992: 128). También hay cierta semejanza entre el final de 1a primera jer de Ranz y un posible final de Luisa; o de la accién de Ranz y una posible accion de Juan. Esto so produce cuando Luisa osta onforma y dormida en la cama, y al se le cae la brasa del cigarro sobre la cama sin hacer nada por evitarlo: *...lo estuve mirando unos segundos, cémo creeia vse iba ensanchando el circulo, una mancha ala veznegray ardiente que se comia la sabana” (1992: 56), Este fragmento es premonitorio, pues ‘anuncia la muerte de la primera mujer de Ranz. Asflorecordaré y repetira juan, cuando su padre explique que aquella mujer murié on la cama, ‘sfixiada en un incendio que provocd é1. "Tenemos entonces que Juan se puede identificar con los dos tipos de hombre que aparecen en la obra: Ranz-Macbeth, ol tipo que actiia: 0 Guillormo-Banquo, el tipo que rechaza la accién, aunque podria llegar a realizarla, Por otro lado, Luisa soidentificacon el sujoto paciento, la vietima ‘que podria morir asesinada; y la inductora Teresa, menos vietima y més, ‘milerta; aunque sabemos que Luisa no acabard muerta, pues no hay un {ercero inductor, y Juan no necesita ni quiere su muerte, sino que viva. Ya hemos dicho que existen claros paralelismos entre la obra de Shakespeare y la de Javier Marias: y que estos paralelismos se centran en "las parojas Toresa-Ranz y Lady Macbeth-Macbeth, pero antes de llegar a ellos, hay otro paralclismo digno de mencidn que llena toda la obra: en. ‘ambas hay una estructura de orden-caos-orden. En Macbeth, Duncan. " topresenta el orden mondrquico y feudal, y aunque hay una guerra, su Pueblo esta feliz, sus suibditos lo apoyan y quicren. Pero el problema so origina cuando Macboth decide matar a Duncan y rompo asf el orden 160 Sara Molpeceres Arnaiz establecido, Machoth inicia ol caos, tanto on su propia persona como en su pais, pues durante su reinado hay multiples revueltas y extraiias enferme- dades. Escocia sangra por culpa de la tiranfa: Bestride our down-fallen birthdom. Fach new morn New widows howl, new orphans cry. new sorrows Strike heaven on the face, that it resounds As ifit felt with Scotland, and yelled out Like syllable of dolour. (WV, 3; 4-8) Este desorden no termina hasta que el tirano muere y los legitimos herederos del trono vuelven a sentarse en él, Entonces sale un nuovo dia para Escocia y se restablece el orden. Del mismo modo, pero a otra escala, vemos en Corazén tan blanco, cémo ‘e1 mundo de Juan pasa del equilibrio ala incertidumbre, del eaos hasta volver al orden. Desde que s0 casa con Luisa, Juan no experimenta otra cosa que presentimientos de desastre, no tanto por el cambio de estado como por el cextratio consojo desu padre: ~..sdlote digo una cosa... cuando tengas seeretos ‘Si ya los tienes, no se los cuentes” (1992: 101), A partir de agus, In realidad do Juan so rompe y empieza un estado de desasosiogo, (como Macbeth), un estado de intranquilidad, una tensa espera en la que va recolectando las pequefias piezas de un puzzle que no quicre resolver (“parecidilegada la hora de saber lo que llevaba ya nueve meses insinuindose”, 1992: 258), poro que conlaayuda de Luisase pondrd antosusojosy acabard con olostadode tonsién, dando paso al orden:“Ahorami malestar se ha apaciguado mis presentimien- tos ya no son tan dosastrosos..” (1992: 293). iro paralelismo a tener en cuenta, ya en la dindmica Ranz-Teresa/ Macbeth-Lady Macbeth, os Ia rolacién entre ol suofio y la muerto. En Macbeth, Duncan muere asesinado mientras duerme; es un asesinato a traiciin, porque esté en casa de sus huéspedes, que lo acogen y, so supone, previenen cualquier peligro que pueda acecharlo, aunque ellos son el verdadero peligro. Duncan muere confiado, desprevenido, sin nada que tomer -“The unguarded Duncan” (7:70)- Ademds, es un asesinato antina- tural, porque hay un vinculo casi familiar que une al rey y a sus caballeros: Duncan es como un padre, incluso la misma Lady Macbeth lo reconoce: “.Flad he not resembled/ My father ashe slept, Ihad done’t” (I, 2: 12-13). Esacsla excusa que da para no realizar el asesinato ella misma; en cambio ‘Macbeth si rompeel vinculo, lo asesina on su inoconcia, durante el suefio, Suefio, inocencia y Duncan son todos uno, y ese uno es traicionado, asesinado: “Glamis hath murdered Sleep, and therefore Cawdor/ Shall sleep momore, Macbeth shall sleep no more” (Il, 2; 42-43). ¥ asisord: con cl suefio de Duncan, Macbeth también mata el suyo propio y el de Lady Macbeth. Desde entonces él no dormird, no podra coneiliar el suefio: “You lack the season of all natures, sleep” (1,4; 140); y ella tendra tn sueno insano, un suefio de culpa, mis porjudicial que benoficioso; suoiio en el que repetiré ‘unay otra vez aquellos gestos, los gestos de la nocheen que sematé al suefio xy empez6 la pesacilla, 170 ‘Macbeth de William Shakespeare en Corazin En Corazén tan blanco también se mata at inocente suefio: Ranz asesina porla espaldaa su primera esposa, queno pudo defenderse; también estaba dormida, inocente, confiando en aquel que erasu marido(otrovinculo roto). poro es como Duncan, atacada a traicidn: “La maté dormida, mientras me daba la espalda (‘Ranz ha asesinado al Suefio” pensé, ‘al inocente Sucfio...)” (4992; 286). Y asi es: Ranz, al igual que Macbeth asesina al inocente durmiente. rompe e! vinculo y traiciona su confianza; y como Macbeth, también viviré su pesadilla: la muerte de Teresa. Legados a este punto, seria también interesante analizar la culpa y el castigo en ambas parejas. A Lady Macbeth y Macbeth, por ejemplo, los uno ylos separa Ie culpa, cada uno vive su propio infierno; aparentemente los papeles son complementarios, pero llega un momento en que se inteream- bian. En principio Macbeth es el que se arrepiente de su acto, se siente culpable y monstruoso: “I am afraid to think what { have done,/ Look on't, again I dare not” (II, 2; 51-52). Poro la verdad es que este sentimiento sdlo 0 da en calionte; poco « poco Macbeth olvida su culpa, pero también ‘empiezasu castigo: no va a poder vivir tranquilo. Pero lo que nole va adejar vivir no son los remordimientos, sino cl miedo a perder su corona, se angustia, no puede disfrutar del poder que ha obtenido y tiene que seguir luchando para conservarlo: y lo hace de la manera que sabe, pero ya sin remordimientos: “Things bad begun make strong themselves by kill” (Il. 2: 55). Justo cuando Macbeth empieza a comportarse de forma cruel ¢ indiferente, la culpa pasa a Lady Macboth, quo s0 ha ido angustiando poco ‘poco, en frfo, pensdindolo...o quizas es quesu sentimiento de culpa es més sencillo y vordadoro que el do su marido, mas interiorizado y mas destruc~ tivo. En cualquier caso, Lady Macbeth abandona su papel frfo y calculador tan cuanto Macbeth no la necesita como apoyo; entonces baja la guardia y Negalaculpa, y conella su castigo: suefia continuamentecon el acto, cuando tonia las manos manchadas de sangre, e intenta frotar una mancha eterna que no existe. Ya no habla en verso, ahora son sélo palabras inconexas: ha perdido fo que In hacéa torrible y poderosa, Sufre una muerte en vida; una, enfermedad, que como bien dice el médico aMacheth, no es del cuerpo, sino de In mente, cel alma... y es0, un médico no puede curarlo, por mucho que Macbeth insista: Cure her of that. Ganst thou not minister to a mind diseased, Pluck from the memory a rooted sorrow, Raze cut the written troubles of the brain, ‘And with some sweet oblivious antidote Cleanse the stuffed bosom of that perilous stuff Which weighs upon the heart? (V, 3; 39-45) La Ginica cura, responde cl médico, la ha de poner el paciente, y eso es Toque hace Lady Macbeth con su suicidio: busca la paz.eterna, el sueviomas tranquilo... por fin el inocente Suef. Palabras como las de Macbeth al médico, pudo haberlas pronunciado Sara Molpeceres Amaiz: Ranz sobre la enfermedad de Teresa, porque su causa, s{ntoma y cura son Jos mismos. Su origen esté en la culpa, como siempre; el sentimiento de culpabilidad por no haber descubierto antes que las palabras no se evaporan, sino que se quedan clavadas en al mente; que el lenguaje es peligroso, que lo dicho por uno mismo puede causar la muerte de otro: -ella también habia dicho, habia dicho algo una vez, mucho antes, y lo que habia dicho tuvo su consecuencia. No me soportaba a mé ni se soportaba a ‘si misma por haber hablado a fa ligera una vez, sin darse cuenta de que ella no tenia ninguna culpa, no podia tenerla, de lo que yo hubiera ofdo, ni yo de ofrlo (1992: 268). Ese os el castigo, y con él vienen la angustia, o] miedo, las ligrimas do dolor, la pesadilla (otra muerte en vida), la falta de sueiio ol sueiio viciado, culpable; la enfermedad del alma que slo puede tener una solucid “alguien quo no quiere ver ni oft no puede seguir viviendo... en realidad no ‘me extrafia que se matara, no lo previ, debi haberlo previsto" (1992: 268- 269), Y éste también sord el castigo de Nanz, quien. en ningin arrepintié de haber matado a su primera esposa, poro si contado a la segunda; por su indiscrecién ella muere, por compartir la informacién, por contar el secreto... y aunque rehaga su vida, pasard el resto do sus dias sintiéndose culpable y preguntandose por qué no eallé. La traduccisn de Macbeth que ha hecho Javier Marias on Corazén tan blanco, se centea principalmente on la estructura emocional, pues Marias traslada el entramado de las pasiones, que como tales son universales y por ello traducibles a cualquior cultura, Maras explotaoda giros nuevos aideas y palabras que en Shakespeare estin simplemonte esbozadas 0 condensa- das; escoge situaciones y sentimicntos de Macbeth ylos aplica a personajes y entornos contemporineos, demuestra asi que no sélo Shakespeare es intemporal, sino que el hombre y su esencia, su complojidad y multiples aspectos, son siempre los mismos. Las mismas pasiones benignas o malig- nas de los personajes de Macbeth, oxpuestos por exigencia del teatro de la 6poca de forma maniquo‘sta (los contrarios en Macheth son claros: ol dia y 4a noche; el blanco de la leche frente al rojo de la sengre...) son analizadas or Marfas de una forma objetiva, pero no fria, sino cercana, Senos plantea, en Corazén tan blanco una serie de personajes menos teatrales, mas reales Y. por tanto, més humanos; ya no encontramos contrarios claros, de hecho hay multiples tonalidades y variantes, En ollos, como on todos nosotros, el bien y el mal, una citcunstancia, un momento que permita que uno de los dosse desarrolle ysalga... Quizés en otra situacién Ranz no hubiera matado anadie, o quizis a muchas personas mas, como hizo Macbeth... Probable- ‘mente todos somos como Teresa Aguilera, todos tenemos un pecho destrui- do por la culpa, por el mal...y otro todavia inocente,aiin ‘maternaly blanco’. 172 ‘Macbeth de William Shakespeare en Corazin... "REFERENCIAS - MARIAS, Javier, Corasén tan blanco, Barcolona: Anagrama, 1992 _ MARIAS, Javier, ‘Errar con Brijula’, en Literatura y Fantasma, Madrid: Sirucla, 1993. SHAKESPEARS, William, Macbeth, Londres. The New Penguin Shakespeare, 1995, BIBLIOGRAFIA ELLIOTT,G.R., Dramatic Providence in Macbeth: a Study of Shakespeare's Tragic Theme of Humanity and Grace. New Jersey: Princeton University Press, 1960. BASSNETT, Susan, Comparative literature. Oxford: Blackwell, 1993. BERNHEIMER, Charles. (ed). Comparative Literature in the Age of Multi culturatism. Baltimore: The John Hopkins University Press, 1995. MUIR, Ky EDWARDS, P. (ed.), Aspects of ‘Macbeth’: articles reprintes from ‘Shakespeare Survey’. Cambridge: Cambridge University Press, 1977. ROSENBERG, Marvin, The Masks of Macbeth. Berkeley: University of California Press, 1978.

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