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LOS PRINCIPIOS DE APLICACION DEL DERECHO DEL TRABAJO, Formacién, decadencia y crisis 4 adie capitulo VI LUN NUEVO TIEMPO PARA LOS PRINCIPIOS LABORALES La decadenia de spins labore de aplicaia. 23 En buses dun nies tempo pa lor priniposibericsso 214 “Contin de prince puncipos contac, 27 IN, El Segui de lassbeinterperastn” ada eomo eco ‘n oddo depicie as Prélogo Un libro que aetanca con una cts de “En busca del tiempo perdi= 4o®, comparando el desgaste de as exquinas del portico de Ia ilsia ‘de Combray con la erosin de “la graniticasolidez del orden jrid- 0", es ya una promesa de que laletura va obtener una generosa ‘tecompenst, La obra de Jens Mercader cumple esa promess, pero no Sin dejaros una cera desazin. Bs la derszin que produce volver a compeobas a wavés de unos andlsi Henos de leider, pero poco misericordiosos, el "argo viaje hnacia Ta noche" de una legislacion que ha facasado en la tarea de dar tina solucin racional a los problemas del mundo del trabajo y que ‘parece incapat de reformatse.Asistimos a la demolici dels prin ios traicionales de auesta discplina, maltatada por un lislador Riperactivo y por algunos compaferos devi, pero no encontramos Jas bases para un consenso que pueda abordar une tarea de recons- traccin que eeduea la enorme distancia entre exe mundo ideal de los principio y las desventura de la realidad, EI libro tata de una invencin de wn arifcio yen est sentido — pata segue con la teratra— podria vere como un texto borgiano. Ese artiicio es el que forman “los principios de splcacién del Deve- cho del Trabejo". Para constrie su dscurso el autor parce dela idea ‘e principio ona nocisn impresisa en la que se mezclan las nociones ‘de “fundamento” ¢ "indeterminacién”— y a partie de abt traza su fencalogia en sentido nietschiano como punco de partida para una tc pda vers como un rb, pe que qua se aproxina La yuela al oxigen, pensaba Nietzsche, nos revels lo que est acu to. la apariencia actual. En esto consist la genealgin.Y asi el ex men del proceso histrico de formacin, que describe con azo fuerte ¢l capitulo fy eranseure por “wn terreno exabroso” poblado a veces ‘de"angcles” y“demonios” dentro de un dualism, por lo dems, muy propio de una disiplina que surge desde la experiencia de la explota- ‘ng experiencia que no ha sido ni es imaginatia, pero que desgracia- ‘damente no rextelve todos los problemas, sobee todo si tenemos que ‘onivir con los demonios porque ha habido que desalojr el paraiso. 16 aro Desa ane Asi el capitulo I nos explica que en el comienzo fue el principio tuitivoun principio queen realidad describe solo la signifiacion pro tectora del primer intervencionismo normativo, Mereade lo presenta como “un principio sin principios" porque nose habia prodico to Gavia el despiegue principals que in embargo, ya extaba impli: ten esa formulacin inca, Tatela es proteccidn de quien no se vale or s mismo; as, hay tuela porque no hay capacidad de aurotutela, ‘omo bien lo express la cite de Ruiz Grijalba que en las primeras rnormas de protccin al trabajo ve "el eiunfo de la caridad legal”, ‘cuando, como todos saber, detris de los buenos sentimiento est ‘ambien la proteccidn de los intereses dela parte no tuelada. "Nada en exceso” ni squiera cuando se trata de cambiar trabajo por slario desde posicionesasimétrica. Ente el caroiismo social que surge de Ja “Rerum novarum" y la presi de ls primeras formas de accibn ‘obrera aparece el milagro eitivo, extrafo personaje en la esena po- linea dele oligarquiay el caciquismo. La coniguracia de los prin cipios que nacen de eas roiestitvas i producigndore através de tun proceso relativament simple en el cual, como nos va contando el autor, adguieren agellaconcicidn los que en le regulacionrepubli- ana —mis sobria~— solo habian sido tcnieas de ordenacién de las orm, ertris interpretativos simples reas sobre la limitacion dela disponibilidad de derechos. De esta forma, entramos en la edad de oro de fos principios de aplcacin; edad que, no tan curisamente, sla del franguisto, alto medio. ¥ es que, en realidad, el eéyimen feanguisa y su eéyimen la boral tan represivo, tan estaalisay tan ordenancists—necestaban para legtimarse ese ire puto del mundo ideal de los principios de {plcacion; unos prinipios que tienen ademas una poderosaresonan- fia retriea:“pro operario", “norma mis favorable", "condicion mais benefcioss, *irenuneiabilidad™ Mercade cera el primer capitulo con un andliss dela formactén| “identitaria de es lenco: el principio "in dubio peo operari® como «anon hermenéutico el principio de norma mis favorable como solu {6a para la concurrencla de normas, el de condicién més beneficiosa como tdenica para ordenat la sucesion normativay la irenunciabili- dad como limite imperaivo a a astonomia privada para prescrvar el ‘orden public labora. Pero zen qué consisten estos prncipos?, 2500 ‘aloes bisicos del ordenamiento labora, atéan coma indicaciones Pgs ” programtcasd;gforman parte de wn platénico derecho natural del frabajo?, gson meras abstacciones foemadas a partic de las normas realmente existentes? Leyendo a Mercader uno se canvence de que pra formar un principio deesta clase basa coger una repla —prima Fie 0 secundaria, esumins, ponerle un nombre atractivo y echala 4 volar No es exageracién: el autor nos confesa que est contando Ta historia de algo que ao existe; nos dice claramente que “os citados prineipios no son tales”. Pero tambicn se puede contae la historia de To-que no exist, si se cuenta la historia de tna percepein imaginass En la segunda parte del libro, ana parte lange que para mv est formada por los capitulos II, IV y V, Mercader como Gibbon, nos relata un proceso de decadencisy eda, quel lama de decadencia iss, gPueden decaer y entrar en ris unos principio que no exis ten? Pics, s, porque algunos existen como Becioas, productos dela imaginacion juridica yen otros la fein consist, como hemos visto, ‘en enmascara una rela real, dndole una apariencia de general ‘que supera su supvesto de hecho, La caida ms espectacular parece que ot Ia que se proce en el principio més vistoso, el principio “in dubio pro operario”. Realmen- te podiriamos decir que no ha habido caida porgue el pretendido prin- cipio no ha existido nunca, aparte de resoger como un mero ats bocis— una referencia ala orientacign taitiva ("pro operario") que hha definido Ia polities jurdica en el dmbito laboral. El pretendido principio no vale para resolver dudas sobre los hechos, Porque no permite dar por probado a favor del tabajador lo que éste no ha probado, No vale para el Derecho porque no puede jugar como ct- {eri interpretative en sustiucion de los que el ordenamientoestable- ey tampoco permite saltase las téenicas ordinarias de integracign de lagunas. Nies un principio general del ondenamiento en sentido Propio (ar. 1.4 del Cédigo Civil) ni podria tener esa condiciéa una ‘iretrz merament “classe” sobe el sentido dela decisin judicial “Mantiene, por tanto, una existencia estaditicamence letegica en su aplcacion prctcs, aparte de su eta ocasonal en alguna resolucién despistada “Mas polémica puede se la decadenca del principio de norma mis favorable, Pero la que esti claro, como dice muy bien Mercader, ‘que agai no hay principio de aplicacén ninguno, sino que se tata 8 Aare Dead ene de una sola 0 mis exactamente dos: la que ordena, modulindols a jerarquia de las normas laboraes (la norma minima en el marco del Derecho necesriotelatvo) (art 3.1 ET) y la reg de I preferencia de la norma més favorable como férmula para resolver el eonficto de normas (at. 34 ET). @E0 qué consste entonces la decadencia? La respuesta del autores clara. En primer lugar, con el Derecho del Trabajo de la post-vsis la escala“jerdequica” norma minima-nocma “mejorada” como critero absoluto de ordenacign ha cedio ance ls aparicin de las relaciones mas complejas en que las norms legles se declaran disponibles por otras normas convencionales 0 por sin ples acuerdos. En segundo lag, laeegla dela referencia dela or sa mas favorable presenta demasiados puntos debiles: la oscuridad 1 variabildad de los eriteros de selecciény la apariion de formas de oncurrencia mas polémicas, como las que se prodacen entre el ET y cL EBEeate convenio y rglamento o entre los propios convenios. En resumen el principio no existe mientras que la ep reteocedey hace mis compe “Mucho rid y pocas nusces podria ser un titulo oporeuno para pe- sentac I historia de a concn mis beneficiosa Hay equlvocos entre la condicidnsinerénica —mero refcio dl principio de norma minima cena carrera descendent del espacio vertical del art. 3.1 ET —y lad ‘nia, que se mueve en el tiempo, Pero esta ikima, como expeesin ‘de una version radical del respto alos derechos aduiridos en el rab to labora gampoco existe. Es otro producto de a imainacidn jurdia Mereader deja claro que las normaslaborles no enen ninguna cual ddd que permitaconstrai sabre las mismas un principio de eversib. Tula “in peins” que seia —digémoslo claramente— antidemocritico « inconstitcional, Las dsposiciones Iaborales se rigen por la rela de a moderna y ordenan su eficacia en el tiempo de acuerdo con las ‘eglas generale de derecho trasitorio dentro dels limites del at. 9.3 (CEy dela docein del Tribunal Constitacional. Eso cx todo, El confi to sobre “las doles escalas noes realmente wn retomno la condicin ns henefiiosa, sino simplemente un debate sobre ls condiciones en las que una rgla wansitoria —o protendidameatetransitoria— puede cvtar un choque con el principio de igualdad. En cuanto a las guerras Ge In ultraactivided, parece que no estamos entre un conic inter temporal entre dos normas, sino ante el vacio que puede produce la perdi de vigencia de una forma temporal | | | loge ” 1 capitulo I, dedicado al “proceso de dsolucion del desconcer- ante principio de condicién més benefcios", contiene la reflexion {que anes se ha comentad sobre ese principio en st versign supues- tamente ordenadora de la sueesin de las normas laborales. Per i lye tambiga un examen de I eondicion mis heneficiosa en cuanto ‘onclicign derivada del contrato 0 de Ia conducts unilateral del en- pleador. Creo que hubiera sido mejor separar estos dos temas que tole estin unidos por una terminalogia equivoea, En realidad, “la incangibilidad relativa de las condiciones mas beneficioas™ eseapa a la sucesin de las normas, ya que es snicamente una consecuencia de 1a obligatoridad general de une eondicin que ha pasado a formar pare del vinculo contractual. Fs su posicign en el sistema de fuentes, Fe que explien su particular resistencia frente la voluntad del er plesdor oal conveniocoletivo, aunque esta resistencia nose extiende ley, como muestranIasndcvas normas sobre las “ebsias” do las reerbucones de lon directvos del sector pablico(disposicion adcio- nal 8° de in Ley 322012) 0 de las enidades fnancieras (art. 32 Ley 1072014) que entran en a esfera conteacual La segunda parte de la obra se ciezra con el examen de una ex- cepcién al esignio de la deeadencia: “Ia vigorosa conservacion de I cepla de indisponibilidad de los derechos". Las palabras son n= portantes lo que subiste es una regla —a del ar. 3. $ ET; no, un brincipio. El problema consist, sin embargo, en que se trata de una ‘egla de muy dificil ineligencia y que s siti caramente en un unic ‘creo legal coneradictoro, Sx formiacin maximalista —prohibiion Tera no sola dela remncia, sino de cualquier negocio de dsposiion ‘que tenga por objeto los derechos ezconocidas por normas de derecho recesario~ intrxiciria una enorme rgider que se opone a los meca nismos transaccionales que, con buena Togica a propia ley promueve no solo con rexpecto a Tos derechos controvertidos antes de a senen ‘ia (acts. 67, 68,84 y, 86 LIS), sino tambign en el recurso (aet.235.4) ‘eineluso ena ejecucin (art. 246). El problema de la cuadratura del ‘eculo puede verse en este tltimo atiulo euando, después de afrmar {que se prohibe “la renuncia alos derechos econacides por sntencias favorable al wabajador*, con remisién als limites legalmente est bleidos, que son los delat. 3.5 ET, sc afrma que cabelatransaccion Sobre esos derechos incluso jmediante la eeduccién de la deuda! La ‘magia del proceso ha convectid la eniancia en mera disposiién y ha 20 unio ese oe liberado a ésta del ae. 3.5 ET.Y eso que ya no se erata de derechos controyertides, sino de derechos reconacidosen sentencia Sime, Tras este balance as conclusiones. tase exponen ene capitulo Vi, dedicado al “nuevo tiempo de los principos". Los viejos princi. ios de aplicacion mueren, pero nacen otros, que en realidad son Tos de siempre vistos dese fuera: los principios generales del ordena ‘mento, que se obtenen por abstraccin de las normas paticlace, 8 particde 1978, ls valores superiores que inspira el orden juriico Constitucional. unto allo el postosiivisma nos ha traido también |a isin dels derechos constitucionales como principios que secon: clben como mandatos de optimizacin y que se aplican através dela ponderacion. Hay una especie de saturacion principals (los visjos Principios todavia sin sepulturslosprincipioe generale, los valotes Superiore, los derechos coastitucionales La apicacin del Derecho se coniet sen testo insur on ima de termini my api ho terse importantes, sobre toda en un mbit en gut las concepciones peso. tales de Ta istels sel ser ntenssy enden ala parade Met der mess gue “hay sefales de lama” parse! impero del ley as eplas se convirtenen principio, paren formas, geo menos sofisicadas, de "sobreinterpretaton” ode terpretacion “de confor Ia” y ment el margen de dicrecionaidad judicial a raves dl to extensvo dela ponderaci. Eee gana terreno al egisador ye imprio delays sient, como ya puso de relieve iid trabajo Ae Laporsa. Pere autor nos reserda qe ctando esto cure pueden star tambign en juego la democacay el Estado de Derecho. Como deca hace ya mucho tempo Locwentin el gobierno dels jcces no ts prechamente un gobierno democratic, De eta formal ial dels ecto deta obra noe devel ota vez 4 su comico para mostrar ge el deterioro del onden juries Siendo man rpldoy mis proundo que el del porico de Iglesia de Combes. San Lorenzo de Bl Escorial, noviembre de 2014 Aunetio Despeserapo BONETE Capitulo 1 La idea de “principio” y los origenes doctrinales de los “principios de aplicacién” de las normas laborales I. CAMINANDO POR TERRENOS CENAGOSOS: LA IMPRECISA NOCION DE “PRINCIPIO” “EI viejo petico de entrada, negro y picado cual una espumadera, ‘esaba en las esquinas curvado y como rehunido (igual qu la pila de ‘agua bendiaal que condacia) fo mismo que siel suave rce de los man- tos de las campesina,alentear en la iglesia, y de ms des mids tomar el agua Benda, pura al repetse durante sighs, adguii una fuerza destructor cuvar la pieda y hacerlasurcos como los que tar 2am ls eucas de lor carrito en el guardacantn donde trpiczan todos losdia™ La lecture deste paerafo sempre ha levado ami memoria ide de a lena y suave evolcgn del sociedad y su accion inexorable ‘sobre la ganiia solider del orden jriico La acid dl tempo opera ‘efectos devastadores, ransformando los cisions sistemas de fuetss en {rms de derecho “guido”, como consecuenca, preciamos e6mo ‘orden juridico pierde esabldad; se huye de la norma imperativa, sus mandatos se velven ms oscros, mpecisos y difcles de conocer Imponiéadose un imperio deo efimeco,generando normas ques sue- den en el iempo aun ritmo desconerolado, incrementando la sensacén ‘de ineseablidad ¢incersidumbr, Este efecto de descomposicion oper, también de forma igualmente imens, sobre realidades dovadas de un ‘ricer mis vaporoso como resulan ox prineipios "Malo ns dl tempo perdi. cain de Suan, Maid, Ualande el mine gue oman acai pers In moderna pn Z [BAUMAN La mudomad aca enor Aires, FC 0 La ud, Inrclons, Pade, 206 Una menne reese sore las Simeone Set lar pnd ote cn LANCEROS, Lage cont, Coo ‘nr ace modem ade aap, 2005, nt. 06 pp. 108415 + GITDOVETSRY. Emporio deo fines Madd agar DL 2 ‘ess Meee ‘La nocién de “principio” es conceptualmente podezosa al stuar: nos en el reeveno de Ia ideas primeras, Por su nocion absteact,“prin- ipo” es aquello que en un orden dado ze halla antes que otra cosa "SIA se ala antes que B,decimos que B sigue a Ay que A antecede fo precede a BY; en suma, “lo constituivo del principio es, pes, que lesiga algo”. Proyectad en el orden Iogico, “os primeros principios tienen que ser de suyo,y sin mis, verdad porque se considera que som ellos quienes tienen que transmit 0 insular verdad en toda Ia seie de conseeuencias, pero, dado que cabe que tales princpion puieran ‘0 ser verdadero os mismos pasan a “convertcse en “admtsiones", supuestos libres para “saeae” de ellos consecuenciss, para que sean ra. 26n de lo que se sigue, para probar codo un mundo de proposciones aque de ells se pueden deduci 0 devivar™ EL concept de principio del derecho requicre en nuestra cultura Juridica, que ef mismo eumpla dos earactristices por un lado, que tenga caricterfandamental, por oto, que se encucntte sete una peculiar forma de determinacion” La primera de las caractvisticas tiene que ver con el hecho de que los prineipios "fundamentan pero no estan fundamentados", sin que requieran de ana expecfica hase axioldgica, dado que “son peecbidos en la cultura juries existent, como noemas evidentemente juss” 0 “corretan”™ Fl segundo rasgo caracerizador de ls principio es, como se ha dicho, st cardterindeterminado, vagoen fos que se apecia la “tex- tura abiera del Derecho", Quiz por ello, se ha sefalado que “tal ‘vez sean los principos uno de los lkimos y mas vistosos atifcios fabricados polos jurists, eapaces de servi por igual a malabarismos conceptuales 0 propdsitos ideolgicos, de alr lo mismo pata esti lar una ciertaracionaidad segumentativa que para encubvit las mis disparatadas soluciones hermenéutias Tal ce asf que loe misivos han sido considerados como verdaderos “mitos”,en Ia medida en gue jan imagenes inexstentes © meras abstraccones" concusriendo “Las cit prensen a} ORTEGA Y GASSET, La dade principe 1 evlcion de cra dada Madd, Rests de Gx 1958. jon 5 RGUasting, tpt yam, Made CEPC, 214,518, IGUASHINE tpt aunty e186 »LCPRIETO SANCHIS, Ley pinion derechos, Made, ki, 1998.47 | i | os into dpi elec ao 2B ‘en llos dos caractritcasbisies: “se tata de un intento de ofrecer tina explicacin para entender algo que no se entiende” y, a su vez “promicven la imaginaci6n de entes que no existen ylo dan vida @ ras abstraciones". Ello a leva sin dada a una divisién en el mundo forense y de la dogmitica, entre aquellos que temen que los principios se convertan tenvun fuente inagotable de activism judicial y quienes elogian sus ‘irualidades. Los primeros, subeayan como elescepticismo sobre las rnotmas tiene el riesgo de leva demasiade lejos Ia dscrecionalidad jdiiaP, dado que ese escepticismo, que en ocasiones es puro nil mmo", acaba abriendo paso alas "sentencias ideolegicas™ af donde Tn eesouein exgida no puede ser ya fundamentada slocon conside- racionesjuridicas se adopta por el Juez una decision politica, orients- «das pontos de vista de “oportunidad”, cuando la solucién en e Eta- ‘do democriico es "asunto del leislador", Pore cotrario, quienes ee Sie ech meron . Roe eae cia ennibrcmeenctere © Coma ts rebates A. DESDENTADO BONETE, Problems de a jeri SVE eeprom rates Eee tert iiaece eae (heen cierdea setae atk u ese Mende pine logian sus virudes,eeivindican su fancién como instrumentos de ‘control sustancial frente a un Gobiemo o un Parlamento. Es claroyen todo caso, que en el debate sobre los principiossubyacen cuestiones de elevadatranscendencia en lo politico y en lo social "ms uez y ‘menos lgislador; mas Derecho que Leys mse moralidad que Dereshoy ns integracion de las diferencias que wiformidad politics” {Lo que complica mis sus efectos es que “ni en el lengua dl le sislados ni ene de los jucces, ni ened la teoeia del Derecho existe tun empleo minimamente uniferme de I expresién “principios™. Asi, “recben el nombre de prncipios las normas que se suponen axioligi- ‘camente mas fundamentals; las mde generals oqueinsiran amplios sectores del ordenamiento; las que inican Fines dela accion staal, las mas vagas 0 que eepeesentan indeterminado el supuesto de hecho de su aplcacias las que eecogen t6picos inteprctativos”, dimension nes codas tan distntas,plucalese inconexas que han levado a peopo- ner la necesidad de prescindir de tan ienprecss nocién" Lo cierto es que en es largo deambular por las ditntss dimen: snes de I idea de “principio jurdico” y, "salvo que ereamos en re Tidades metaisicas y,con ello, abracemos algin péneco de isnt ralismo", no rsule posible comstrai al concepto al margen de fientes del Derecho ya existetes “El Derecho como fenomeno empi- rico no puede expresarse mis que através dela Ley ode la costumbre ‘Aceptat normas que todavia no son ley ni costumbee, equvaldca a reconocer que existe un Derecho earente de voluntad nosmativa que lo respalde", En realidad, "bajo los lamados princpios generaes del Derecho no se esconde mis que un lamamiento ala produccion ju ridica por via de razonamieatoo argumentaién, suponiendo gue se pueden obtener normas a partir de nocmas"" 0, expresado de otto "8 L PRIETO SANCHS, Ley pinion, dracon Bxetuedl cot de ee de DEL VECCHIG la consi ortvia els pon de aad one all concn sop dope pa ‘ey emo fre de Dench, gue a ta on det expres {Sema indea ys tvs dele once poss Dre een ‘sco mera eerincones deh pols Lp noe oo pees pol ator ra contin princi sel Deco cms pip de Daeche ‘aT come etpoi nw nei hr, Ln pps ono a Dri, Brecon, Hn 1978, ch iad por f Om Morea 0 tn ecelt eop dF Cmene de Dig, ar inion de apn doh deo as modo, “las fuentes del Derecho no son en pie de igualdad I ey, a costumbre yTosprincipiosgenerales, sino mis bien la ly, a castor bee y sus consecuencis interpretaivas™ Pero bajo la idea de principio juriico no est siempre la idea de principio general del Derecho sino més bien cieras normas cons tucionales legals o jurispradencales qu, "no se sabe muy bien por ‘que, reciben ef nombre de principios™. Ea estos supusstos, més que Prineipios juridicos en sentido estrcto, ya que su eficaia se la otorga Fa norma que lo recage y no el valor que expres, se ha hablado de “princpios del Derecho postivo™ entendiend por tales “lo pens mientosdirectores y causa de justifcacién de una determinada re- {gulacién”. Estos “princpios” son solo “ideas en torno a las cuales, Se organiza una determinadaeegulacién positvn: ideas que augue, logicamente, han de enconteatse inspirtdas en un valor juriico no constinyen una expres directa dl mismo, no siendo mis que un medio para hacerlo efectivo""™. Estos piacipios, en esumidas cuen- tas, tienen el valor juidico propio de las fuentes que los recogen "i Fs, precisamente, en este escabroso terreno en el gue ha tendo lugar el desarrollo y consolidacién de los llamados “principios a horales"; mas en concreto, “es precisamente en la aplicacién, 0 €on ‘ocasién de ella, donde juegan Ios tan taidesy levados “principio, ‘generale del Derecho del Trabajo”, con lo que la indagacién sobre la aplicacia del Derecho del Trabajo quieé pueda ayudar sitar cada tno de 60s en la perspectva que le sex propia, preisando de paso ‘ual sca su verdadera naturalezay su tanscendencia real”. Resutando Ia aplicacin del Derecho el terreno propio de estos “ principios”, conviene detenernos someramiente en lo que precia el aleance de la citada nocign. La defniion de aplicacin del Derecho ha sido presentada de forma simpliicada del siguiente modo: “Una norma N cs la aplicada por un juez J de un sistema Sen un caso “s LPRIETO SANCHIS, Ly, pring deelon cit p51 wt NERELADIEZ ROJO. tps Mad, To, 194, p18 "Ni ALONSO OLEA, La apes dl derecho de ajo, Made, MT, 1970, 26 Jess Mee individual 1, iy s6lo si N es usada por J para la resolucin de I" Como explicabs Ross, “la aplicacién”préctica[..] solo puede sig. nificar queen las deesiones en que se dan por prabados los hechos condliconantes de dicha rela, &ta forma parte esencial dl eazona- mmiento que funda la sentencia' que, por lo tanto, la tepla en cuestion ‘es uno de los Factores decsivos que determinan la conclusion aque el, ‘wibunal arriba”. De este modo, es condiién necesara ysufclemte dea aplcacién de una norma que el jez base en ella su sentencia del ‘nto, e decir, que justifgue en ella ut decsin del caso en cuestion® {a aplcacion del derecho supone, en todo caso a indivdualizacion ‘normative del precepto juriico por obra del Grgano jurisdiccional ‘etuacin que tiene normalmente sa indispensable penis en lain terpretacén, dado que la reeta inteligencia de a norma garantiza, ‘también su recta aplicaci al caso conereto® En el Derecho del Trabajo, la aplicacién de as normas laborales| hha suscitado histéricamente y susita en Is actulidad importantes problemas que se vineulen por el uso de los denominades“principios spetficos" "principios peculiares” o, de forma més generalizada, ™principios de aplicacin del Derecho de Trabajo”, entre los qu r= icionalmente se han incluido e! principio “in dubio pro operario"s los pincipios de norma minima y'de norms mas Favorable; el de con: icin mds benficiosa y, enfin, el principio de irrensnciabildad de derechos, como limitaivo del de autonomia de a volantad. La razén iltima de la importancia de los ctados principios se encuentra, como afirmabs Alonso Olea, en el hecho de que "es la plicacién del derecho lo que establece el puente entre la norma y la realidad nocmada, entre la concepcion de quign regula y la tealidad © DaMENDOGA, Apc del draco, en GRZON VALDES y, LAPOR TAC) Eder yl, 1896p. 279 1 RIMOSS Sere dich yf ts Bars Ae, deb, 1965,p 4. 2 EMMLVGANY Aenean srs sons, Besa 1991, 1 E'EETT, Inert del Ley de os actos priioe, Mai, Sr 1975; pp 100.101. apa dt cho ase omit ‘ed Cmsteote en desi ens el go elec uta Convers noratva ar cl ene india ermine co seta J MORESO, inf eve jini cnsiatnas, CARBONELL (8) Neocon Mee, Tet 205.39. i | | | | | wc dap el debe bao D ‘que se pretend regulae Cémo se produc esta integracin algo de fenomenal trascendencia pues de que oeuta, y del momento y forma ‘cémo ocusta, depende, por un lado, el que la norma pueda explayar ‘us posbilidadesintemas y miltiplesy, por oto lado el que la rea Tidad encuentre en la notma el cauce por el que pueda discurtg, sin tener que desbordar"®. ‘Una primera conclusin se hace presente de inmeiato: los ctados “principios” no son tale. Como tendeemos oportunidad de sefalar a Jolango del present esto, als insteumentos de aplicaion norms tiva han represntado un cello de los distintos sistemas normativos fen los que se han desarollado, de modo que la teferidas construc- ‘ones han bussado atentarse siempre sobve la slida base que les Drestaba, en cada momento, el derecho positivo en cada momento ‘igente, No han vagado, por tanto, por el indeteeminado cielo de los ‘onceptos ni tienen su base en abstraccionesjuidicas, pues su acele- ‘ado desscrolloy sw inescindible vinulacion con la realidad de cada ‘momento han hecho de él un instrumento asentado en Ix mis pray dha racionalidad material, Por ello, una evaluacién del momento actual pore! que pasa los “principioe de aplicacgn dela ley laboral” debe parti, necesriamen te, de algunas premisas metodoldgienshisias, Una primecay funda ‘mental require del aniline dela octrina y jurisprudencia de nuestro pas. En efecto, no es posible accreare al conjunto de problemas que bretendemos analiar sin un conocimiento diecto de las singularida- ‘des que presenta esta cuestion en nuestro Derecho. Aunque el dace ‘omparado ha sido utlizado como compafiero de anlisis de estas {uestiones en la mayor parte de as investgaciones que se han realiza- {doen nuestro pais, o certo esque las singularidades propias de ceda ‘rdenamientoy el contexto que condiiona el nacimient y defnieion ‘Se los criterion de aplicacion de Ia Ley laboral hacen prescindble su ‘concreto estudio Precisamente por ello, resulta imprescindible el andlisis de la evo lucid historia de dicha realidad. No se pretende tanto revsat n ‘entendimiento canénica de nuestra modelo de eelaciones laborales, ‘como ayudar a camprender la esencia ima dela insitciones pa 2) MLALONSO OLEA, La pain dl derec del rab, 7 28 ese eae Ui ra tatar de apreciar la realidad jurdicaen su ms completa nities Gierto esque las ideas y valores que se encuentran en el fondo de las idealzaciones que sirven de base ala creacion de estas categorias ex ‘tajuridicas tienen una enorme carga simblica. La proteccion del mas dbl Ia utela de los desfavorecidos yen conjuato, todas aquellas que ‘omponen el marco tuitvo de lo socal poseen un angélico eardter ‘que convierte, casi poresencia en socalmente demoniaco todo aque: Ilo que se aparte de tan bondadosos valores. I UNA APROXIMACION A LOS ORIGENES HISTORICOS DE LOS PRINCIPIOS DE APLICACION DEL DERECHO DEL TRABAJO 1. Un principio (el tuitivo) sin principios Es evidente que el ordenamientoIaboral paris de un principio bisico e incontestable: su careter tulivo y garantista, pero no puede afrmarse que en sus fase niles de claboracin existeran propia ‘mente “principio laboraes” propios. La idea de principio se del ‘aba en singulae Las razones para la construcion de la citada idea hhunden sus eaies en el proceso de formacin de las categoriaeIa- horales Biscasy, en paticulag, del contrato de trabajo. La simetra contractual prediada por los Césigos Civils mosteaba manifestas insufcienias ala hora de peoyectar su sombra sobre la realidad so: dial del trabajo por cuenta ajena, Resultabs, por ello, necesario “des. ‘mont a ecacion iualitaria de base del Derecho Civil para ante la RED GRMALEA omy de i ct 9.59 Capitulo I El lento languidecer del principio “in dubio pro operario” 1. LA CONSTRUCCION EN NEGATIVO DEL PRINCIPIO IN DUBIO PRO OPERARIO El citado principio ha ido paulatinamence langudeciendo ala iz de las interpretaciones que han realizado nuestros Tribunsles de mo: ‘do qe, quienes contribuyeron a dares luz, progeesivamente la han ‘do apagando, de igual modo que las interperaciones doctrinaes han crvitado hacer de l, en palabras de De la Villa, "una piedra flosofal para tansformaren oro cualquier regulacién pestva, fyindoe, para tll, algunos limites insuperables™™ (Como algunos pronunciamients jurisprudenciales han puesto de ‘manifesto, a paride los aos noventa et pasado siglo ss significado se Tue precsando, incidindose por Is jurispradencia en su "sentido negativo”,ex dev "en lo que tal regia no debia compeender”. Define fen negativo es algo macho mis complicado porque implica acote bien toda lo que no sees, cubriendo todas las posibilidades, se pee tend que Ia defniién no sea amiga. No obstante la propuesta de ‘configaracion negativs del principio esula dl toda indicativa de a profunds debildad de su cadctry, por extensin, de sus muy limita ts oven sua inexistentes posbilidades de uso 1. Elprincipio in dubio pro operario no se aplica para ondenar la concurrencia o la sucesion de normas Se tata de un principio que no se apica para ordenar Ia conc senciao la aucesin de normas, sino exclasivamente para iterpretar I norma aplicable, se trata de wn “entero relative a Ia aplicacign del derecho que se rige al jee socal” pero que no resulta apliable WS LE-DELA VILLA, Prsntcinen Vila Gy Lier Combe (0) Las pri ‘pie dl deck det nba ces» 1 38 Jee Meader Yin “en el plano de la produccién de normas ni en el de las relaciones centre é5ta5"™ Yello es ai porque ewando se produce un problema dle concurrencia 0 sucesin ormativa no se tata de interpreta una ‘nozma sino de determinar la norma que debe rsular preferetemen- te apicabe al caso. Un.cjemplo de la inaplicabiidad a estas sinaciones del principio pro operario se nos presenta de la mano de la STS] Madrid 26 de noviembre de 2010 (AS 20111662). Enel caso planteado, un plei- to.en materia sancionadora, el trabsjador consideraba que no habla {quedado probada la gravedad de su condueta, de modo que, en apl acion del prineipio "in dubio pro operario”, deberia tenderse a a tipfcacin dela conducta como fala leve yno muy grave. Considers Ja Sala que “el principio "in dubio pro operaci” es de carseter juris: prudencal, mientras que el art. 3.3 ET fo que recoge es otto principio feneral del Derecho del Trabajo el de norma mas favorable segin el ual, ante dos norms que resulan igualmenteaplicables a un supcs: to de hecho, ha de acogerse Ia mis favorable para ef trabsjador™. Lo que ocurre és que en este caso no hay dos noemas (0 preceptos nor ‘ativos) aplicables a caso, sino na sola eon Ambitor de aplicacion dlistntos lt cuestion es determinar cual de ella es aplcable segtn que el supuesto se considere us abandono “breve” (rt 53.2) bien ana prolongado o que constituye inhibicin © pasvidad en la presacion del rabajo (ae 55.12), y la Sala considera que el incumplimiento del recurrente con independencia desu duracion, constitia una inhibi in en I pestaién del servicio. “Tampoco puede aplicarse el principio in dubio pro operario para resolver los problemas en defect de norma aplicable. En estos casos, "se recurs alas relaciones de supletoriedad y ala analogia, confor. re al art. 4.1 CC y,en su eas los prncipios generals del Derecho, entre los que no se encuentra, desde lien el principio in duo pra ‘operaio que es un crterio interpretative y no na via para introdcie normas nuevas en el ordenamiento"™”, "WA DESDENTADO BONETE, El princinis po pour eV Gl y Lips abe (De Ls pro dl derecho del ayo, ade, CE, 200), p80. ‘lym nny suc tl vee ste ae torn pre pA, 200-1 pp. 665632 vr IDESDENTADO BONETH, pnp pro eporintp.94 Loni de iin eco dla 9 2. El principio pro operario es wn critero interpretative pero no resulta aplicable a los comtratos ni a los convenios coletivns Aunque en alsin caso se entendié que el principio pro operacio| resultabaaplcable no solo al campo de las wormas estates sina tam bign ls interpretacin de las cldusulas de un convenio'® lo cierto es ‘que el convento colectivo “representa un equiibrio de interesescon- Frapuestos, dentro de ls que no cabe apreciar un designio de protec ‘mn exclusiva del trabsjadoe”™” Si ley y contro parecen se las formas que definen la sastancia| {el convenio colectivo, deben ser los eriterios de interpretacin de las norms (ar. 3 CC) y de los contratos (are, 1281 CC} los que, en tima instanca, sirvan para exterioiza a real voluntad dela partes. ‘Todo ello leva a que el texto del convenio eba ser interpretado co tun método, excanivamente x se, desde su iteriog con sus propios ‘medios, sin recuri elementos externos oajnos él. Es la volunead de ay pares la que ha intervenido en la coacepeid y en el dseno del ‘acuerdo y debe ser Ia voluntad de las mismas la que sirva para com- ‘render el alence de las sefales noemativas que cl convenio conten. Asi se_pone de manifesto en la STS 20 de enero de 2006 (R}20061523) en fa que Ia controvesia a resolver versaba sobre It ineerpretacidn de La cliussla de un convenio colective referent al ineremento slaral cant la vigencia del convenio, Fl debate cen teaba en cul debia ser la iterpretacign de la referencia que dicho precepto convencional hacia del IPC. Esto es, si a misma debia en tenders hecha al IPC coreespondiente alos servicios de transporte, sector al que estéadscrito la empresa, 0, por elcontraro, el IPC que debe tenerse en cuenta para efectuar la revision salrial ese reltivo al indice general. Sefala la Sentencia que: “en primer lugar no abe ‘confundit los prinipios generales del derecho com los principio de aplcacin del derecho del trabajo, yen segundo lug en el aso pre Senge no se trata de aplcae principio propios del derecho del abajo como el de“in dubio peo operario' oe de aplicacin de la norma mas, favorable, pues la controversia gira sobre a ineerpretacion que ha de arse al témino IPC real”, (, considerando la Sala que “la refe- 151991988, 623. "> IDESDENTADO BONETE, pn pot 96 o se Neder in rencia de los Convenios Colectivos al IPC como clusula de revisiin salaral sin mais espciiacion, ha de entendersereferida al Indice ‘General, que eel genérico no puede entenderse refrida a un indice sectoral espoctico de no hacerse mencin conereta del mismo, pues To que se pretende es mantener Ia eapacidad adquisitva salaril con referencia genctal al incremento dal coste de vide y no a sn sector especifco". En la misma linea eabriasituar la STS} Catalin 11 de enero de 1997 (AS 1997835}, en la que se subraya, en la ca rela- tiva Ia posible aplicaién del principio in dubio peo operario que “el precepto convencional que se dice infrngido(..) no admite otra Inteepeetacin que la que se desprende de les props trminos lie lesen que est rdactado” El contextoy la situacién en la que el acuerdo se produce permiten establecer un sentido razanable a fo dicho, es devig adecuad a una ‘ert situaién. El canon hermenéutico detotaldad se convierte, por todo ell, en un elemento esencal para la compreasin del pacto™. Ello se pone manifesto, igualment, en el hecho de la prohibiién de recurri ala inerpretacin analgica para cubri las lgunas del con- veniocoletivo aplicable!™ lar. 4.2 CC excluye la aplicacin de Analogia a las normas temporales,y sin duda cl convenio colective tiene este carder, pero, por ota parte el art. 1283 CC, no autora 2 comprender en tn contato cualquiera que sala generalidad de sus ‘érminos, cosas dstntas y casos diferentes de aquellos sobre los que los inzresados se propusieron contrat Si, como se ha dicho, las eepas sobre interpeetacin de lot con: ros contenidas en los ats. 1281 a 1289 CC."se encuentran cons: ‘truidas sobre la contemplacion ideal de un contrato que es obra co: min de la voluntad y de la libertad de ambas partes coneratants, coloeadas en pie de igualdad"™, la aplicaci del principio in dubio pro operaro podria vene a desmantelr el entramado conractual de Imereses del que es resultado el pacto. El coateato de teabaja coma ‘manifestacidn de la voluntad de las partes en el marco de una eels ‘Como ove de manifon BETTI neta del a y dela ta ‘dee Madd era 195,997 va Sry.on,e as4n001, " LEDIRE-PICAZ0,Fendomentoe de Dvco ind amon as reins ‘igre Mai ton 1993 Lp 8 an pec de apn dd dre del to 6 «in de cambio con interesescontrapuestos es un insteumento para lt replamentacon de eos inrereses etableciendo un equilibeio entre los, ‘mismos! Por ella apliaeion dl principio pro operario vendeia& alkerar Ia nevesidad previsea ene art. 1289.1 CC de que las dudas en los contratos onerosos se reselvan en favor de ia "mayor eeciproci+ dad de itereses”, Yello porque, de hecho, "el principio de que debe restringiree lo adioso y ampiaese lo favorable...) es mis apliable a In interpretacin de as leyes que a las de ls contratos, en que por a contraposicion de intereses es natural que lo favorable para una de las partes sea odioso para la otra” [Asi queéd® confiemada por la STS 18 de julio de 1990 (RI 19906427). En la misma se dcbata sobre la interpretacin dela cu sula de una pliza de réstamo en la que se imponia al peestatavio la ‘ocupacién dela vivienda adquirida para constiue en lla su domici- Tio habitual pero no se precisaba cl plaza en que tal ocupacién ha de produce. Ante ls lacénicos terminos de a clisula ("Fs condicion inexcusable del erédito que se concede Ia ccupacién del piso poe el prestatario, con objeto de consttuiren él su domiciio habitual y per ‘manente. Caso de no cumple esta concicion, la Caja pode resolver tl conttato..”), se solictaba que la misma fers interpretada en los ‘éeminos mis favorables para el trabajador El citado pronunciamien to sefala que el principio pro operatio "tiene su propio campo de ‘sctuacion en la interpretacin de las normas legals, para, cuando sta permitadisttos sntidos, atibuir a fx misma el que esulte mas favorable para el trabaiador, pero que, tatindose de interpretacion dle contratos, ha de estarse 4 Io dispucsto por los arts. 1281 a 1289 ‘CC, sin que, ene eat, "tales preceptosfavocezca la tesis interpre tativa que se postul, dada la claridad dela cusula en cuestion, gue impone con inmediater sin plazo de graci alguno Ia ocupacién de a vivienda adguiri, para fir en ll el domieto habitual. De abi que ‘arezca de aplicacinclinvacado art, 1128 CC, pues tal eusula no permite decir que se hubiera querido conceder un plazo al deudor para dicha ocupacion”. SS BERNARD AONE ees ep 96 e ‘ess Mena pin 3. EI principio pro operario no es equivalente al principio in dubio pro reo ni permite aplicar el principio de presuncién ddeimocencia Aunque doctrinalmente se ha considetado que resulta “perfects ‘mente defendible” la utilizacion del principio pro. operario “como emancipacin del principio general del principio de presuncin de ‘nocencia" fo certo esque la dectrna judicial no apecia tan clara ‘conexin, Baste como muestra la STS) Galicia 10 de jlo de 2014 (AS 201411822), que es contundente al afrmar que “no cabe apre dco hechos. La Sentenci dl Taibunal Suprema de 1# de octubre A: 1945 desara ene mimo sede qc"! principio geet de de reco labora ‘in bio pro opera’ rige para resolver en favor del ttabaador la dude que pueda ext espero de Ys efectos urdcos onsguencr a nos hochos debidamene probados. Esto ex, que No ‘tne aplcaio en orden al aeedeamienofitco que cada a de In partes igantes debe rina en el proce” Poe parse are. 217 LEC qe suite al derogado art 1214 ©, eontoe Is regs de a eaga de Ta pba, Des a er pectva de la cterminacion de qin ha de tomar el pers de "rade de la fate de prueba den hecho, el pecepo ado dispone °° Unagide cto dea contrat cot, ae vere nM: FERNAN. DEZSLOMED, pdr dpa oe emp Mad, Cv, 991 Py. rae oe ess Mea esi ‘que “euando al tempo de dictarsentencia 6 resolucién semejante, tribunal considerase dudosos unos hechos relevantes para la dcisién,

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