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sprees vlog. y nu atu - oe ITINERARIO DE LA MORAL SEXUAL José Vico Peinado, emp Hay para todos los gustos. Me refiero al balance dé los planteamientos teoldgico-morales que, acerca de a sexualidad, se dan en Ia actualidad en el seno. de la Iglesia catsics, Segiin algunos, la moral sexual catdica ~en el forklo e, incluso, en la forma no ha cambiado nada. Se mantiene inamovible, como el pino junto a la rivera. Lo inico que ha hecho ha sido encalar la fachada del edificio, sin refor- zat los cimientos, Segtn otros, esté cambiando tanto que resulta irreconocible para quienes ya peinan canas, pero que, sin embargo, ain no han perdido la ‘memoria de los tiempos idos. Cato que semejantes afirmaciones, por muy ajustadas a la realidad que Jes parezcan a quienes las sostienen, no son neutras. Cada tno puede que expe- rimente unos peculiares sentimientos de agrado o de disgusto por el hecho de {que las cosas estén al y como ét las percibe, y hasta puede que haga diversos cos de valor acerca de todo el proceso que ha conducide hasta la situacién actual {Hla cambiado 0 no ha cambiado la reflexin teolégizo-moral a propési- to de la sexualidad? Si fo ha hecho, zen base a qué y por qué lo ha hecho? Hla sido postivo o negetivo este cambio? ;Qué perspectivas se han abierto desde el presente hacia el futuro? No pretendo responder a estas cuestiones con tna con- tundencia absoluta e ircebatible. No es mi estilo y ni siquiera pienso que sea posible, dada la complefidad del tema, Lo tnica que me propongo es analizar el curso de esa reflexién en los dltimos tiempos, lo mas objetiva e imparcial- ‘mente posible-eso t-, para que cada cual se pueda responder a estas preguntas. por si mismo! 1, Del tabi sexual al mito de ta Hbertad Dice un amigo mio, en plan jocoso, que, en el terreno de la sexualidad, hhemos pasado en ruestra sociedad del tabu al tam-tam. También dicen algo "He tao ene ema cn mayor amptaten Vic icon seal yarns, Madi 199 6 JOSE VICO PEINADO. parecido, aunque en otros términos mas serios y acacémicos, quienes concien- Padamente anelizan y reflexionan, comparando un pasado no tan lejano con et presente. i. Bl ab sexual Parece que, con un buen grado de imparcialidad y sin mayores extre- rnismos, hay quienes reconocen, en la sociedad espanola y particularnvete en la Cultura de nuestros antepasades més inmediatos, Ia presencia de sintomas del taba sexual, caracterizado por el silencio y la vision negativa al respecto. Eran fos tiempos de lo que en Inglaterra se conocié como la «época victorianaw y que propieié una moral puritana, pudibunda fof, cuya inca efilosoffa»consistia thang hablar del sexo en ambientes que se preciaran de «sanos». Aunque al Sexo se le daba mucha importancia en la valoracién moral, permanecta social- ‘mente oculto, como si se tratara de una realidad peligrosa, vergonzosa, fea 0 Suca. Sin embargo, en realidad, no estaba tan oculto como se pretenaia en Tas ostumbres de la época. Quizd estaba sélo reprimido. Reprimido fuera de su “uso corrector, que era aquel que se daka en el seno del matrimonio mondgamo ‘heterosexual y en orden ala procreacion. Era la propagacion de la especie lo que justiicaba el ejercicio de la sexualidad humana, como ocursia en el resto del feino animal y vegetal. Y era el matrimonio heterosexual la mejor condicién de ‘otabilidad para proteger y desarrollar a un ser que nace de lo mas indefenso. Con el rabillo del ojo, sin embargo, se miraba con recelo tanto el deseo como la ‘sensacién placentera que el ejercicio de la sexualidad Ilevaba aparejadas. No se trataba de ningin juego. Era, més bien, un fuego. De ah Ta advertencia de que quien juega con fuego se puede quemar. SSiendo Espatia un pais eatslico, se puede sospechar la vinculacién de cesta cultura con una cierta expasicin ée la moral catdlica:justamente la que se fexpresa en el moxlelo casuistic. La sospecha no es infundada, si se tiene en ‘cuenta que no faltaba quien dijera que, tratandose de una materia «venérea», «en St obscena», exige spalabras modestas y breves, que no ofendan los castos ‘fdon»s. Con lo cual se querfan evitar los efectos deletéreos de esta «materia tenfermizar, cuyo «solo nombee infecta la mente de Tos hombres»® No sabemos emo se protegian de Ia infeccién quienes eseribian acerca 2h, De nen, Aa Fon de sto aa Misr time dee, Msi 196, 268.274 2 Stet eens mola en oe uo ha expt orl tle er ih Es rns yer ng Moa 183. ikcnans Cus Telia Mol rae XXUL premium, Maid 1798 116 { Aucnoo Mania ov Las Title Mori 1 at 1, 413, Roma 39051912 665-68 TINERARIO EN LA MORALSEXUAL, 27 de estas cuestiones. Lo que sf sabemos son las medidas con las que protegian sus destinatarios. Aparte del recato verbal, esribfan en latin, al menos esta parte dela moral, con To cual la reservaban para uso de los clérigos, que eran los din ‘cos que tenfan conocimiento de esta lenguat. Después, conducides de la mano de la eprudencia pastoral» de éstos,egaria al resto de los feles. Ells recibfan de sus pastores la wsana doctrinas acerca de cmo tenian que comportarse, En la cadena de trasmision ellos eran tratados primordialmente como pasivos «disci- Palos», que habtan de asimalar en sus ideas y en su vida, las elaboraciones de sus activos «docentes» Lo que ensefaban estos sdocentess era, entre otras cosas, que la final- dad y el destino de la sexualidad era la arocreacin’, puesto que el sexo era algo «que ef hombre tenia en comin con los animales yéstos lo ejerctaban para pro Pagar la especie. Esta era una afiemacién «tradicional, recbida por la moral casuistica de planteamientes anteriores, pero que ella compari pie juntillas. De todas formas, los casuistas eran conscentes de que procrear un if es algo :mds que propager la especie. Un nifo nace desvalido y necesitado de protecelén ¥ apoyo para su desaroll ulterior en las mejores condiciones posible. Y éstas rose dan sino en la unidad y permanencia del contrato matrimonial entre pro- genitores heterosexuals, que, por tra parte, cuando se realiza entre bautizadon & por eso mismo sacramento. En consecuencia, a excepcin de las relaciones sexualesen el sno del matrimonio mondgamo e indisoluble®y con la necesaria apertura ala procreacién' cualquier gercicio de la sexualidad entranaba un dficit moral, que la teologa moral cauisticacalificaba como pecado, ¥ no un pecado cualquiera, sino un pecado grave en todo su géero>, puesto que curio™ Samente era el inico pecado que no admita «parveda de materia © Cuando Fare adapa paras dfn pnt de F Lagat ac ome nin en et rile, oo sto por Ta rane sbundancn de ein gue te ta psu vlan, sin ar Fin pr sr en nso idioma yfermad para oe pas Uae taper su oo eo oa ‘esnloenespuf Ries no ta Todo ativan sxuaod sigur ean esta en an Uanacs, F Chat AM, Poa de Tg Mr, Bae 1858, 7 No al quien raquo el matimonis ete anno ets sles et, cuando se conte cn [i wintncen de vr castomente war mate enente pte responscr) hops peso

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