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La Revolucién Francesa y los origenes del liberalismo, 1789-1830 Las disputas sobre palabras son siempre disputas sobre cosas, MADAME De StaéL, 1810 , E: 3 DE agosto de 1787, el marqués de Lafayette escribié a su amigo Geor- ge Washington para comunicarle las buenas noticias. «El espfritu de liber- tad se propaga rapidamente Por este pais. Las ideas liberales galopan de un confin al otro del reino», le dijo.! Cuando Lafayette escribié esta carta era miembro de la Asamblea de No- tables, un consejo convocado por el rey francés Luis XVI para que le asesora- ra sobre cémo resolver una crisis: el Tesoro estaba en bancarrota y su pueblo exigia reformas. Obviamente, Lafayette no tenia manera de saber que estaba a punto de estallar una revolucién y que de ella surgiria el conjunto de ideas que comuinmente asociamos al «liberalismo». A quienes estén acostumbrados a escuchar que el liberalismo es una tradi- cién angloestadounidense podria sorprenderles saber que, en realidad, le debe su origen a la Revolucién Francesa. La propia palabra no fue acufiada hasta 1811, aproximadamente, y fueron hombres y mujeres como el marqués de Lafayette y sus amigos, madame de Staél y Benjamin Constant, quienes primero formularon las ideas a las que hacia referencia. Durante cientos de afios, la palabra «liberal» se utiliz6 para describir los atri- butos dignos de encomio de un miembro de la élite gobernante. En la época Tomana era un ciudadano de la republic; en la Francia del siglo xvii, un Noble. Un diccionario parisino de 1771 apuntaba lo que Por entonces todavia ra un lugar comin: la liberalidad era una cualidad «esencial para la noble- za»? En visperas de la Revoluci6n Francesa, la palabra «liberal» seguia des- 460 4 « ideales magndnimos y patridticos identificados Con la clase cribiendo los ideales magnaninn®® + de noblesse oblige y, como tal, apuntalah bernante, Ser liberal era wna a asado en privilegios hereditarios, 4. * un orden sociopolitico jer ue nt a sin duda, verse a s{ mismos ae thos nobles francese: Pee ~ rales en este sentido eee como Lafayette y su citculo de am; No obstante, gracias a personas ificado nuevo y contrapuesto del tg ‘i taba empezando a circular un sign! Fcluso c&nstitciones Ti. 10. De pronto describia ideas, sentimientos € Incit eS NCOmia. bles. Lafayette elogiaba a menudo lo que ee a a ae «libre y liberal» de Estados Unidos 0 su «sistema libera fo ae ue una de las maneras en que se difundié el significado politico de la palabra «liberal», La Constitucién de Estados Unidos adquirié una relevancia especial en los aiios previos a la revolucién, mientras los franceses debatian su Propia necesidad de acometer reformas politicas. En noviembre de 1787 llegaron a Francia ejemplares de la Constituci6n federal de Estados Unidos, que suscita. ron animados debates entre los llamados anglomanes y américanistes en tor no a qué constitucién era mejor, si la britdnica o la estadounidense. Estos de. bates se intensificaron cuando en 1789 estallé la revolucién y la Asamblea Nacional empez6 a poner en marcha las reformas. Lafayette no solo era miembro de la Asamblea de Notables y de los Estados Generales Posteriores, sino también de la Asamblea Nacional, y era un firme defensor de la Consti- tuci6n estadounidense. Su amigo Thomas Jefferson, por entonces embajador de Estados Unidos en Paris, también le asesoré sobre estas cuestiones. En sus circulos se difundié la idea de una constitucion liberal, la mas importante de las primeras reformas acometidas por la Asamblea Nacional fue, sin duda, la Declaraci6n de los Derechos del Hombre y del Ciu- dadano, un documento que Lafayette y Jefferson ayudaron a redactar. En un lenguaje que recuerda a la Declaracin de Independencia de Estados Unidos, sus dos primeros articulos declaraban que los hombres nacian y permanecian libres e iguales en derechos, y que el Propésito del Gobierno era preservar esos derechos. Otros articulos decretaban que toda soberania residia en la naci6n y que los poderes del Gobierno se instituian en beneficio de todos. Y lido el Antiguo Régimen. Francia ma liberal que Lafayette y otros laterra, el dirigente whig Charles imiento més trascenden- - Muchos briténicos liberales estaban de TA REVOLUCION PRANCHSA Y Los ORIGENES ao acuerdo, Francia parce estar abandonando el Consttucisn fiberal como ta suya, Al a clogi absolutismo y adoptando una AuNOS enviaron mensajes a la Asamblea ando los «principios lihe elegislacin liberal» que estaban aproba sérminos politicos y relativamente Nacional france: les» de los diputados y la undo, que empezaba a utilizar estos feiccel nuevos cada vez con mas frecuencia, La mayor parte de 1a opinion publica estadounidense también se mostré entu- iasmada, al tiempo que muchos ; lemanes, espaiioles ¢ italianos acogicron favorablemente la revolucién con la esperanza de que también Hegaran a ellos las reformas liberales, Naturalmente, no todos nada disputa sobre si la ban conformes, Pronto se desaté una enco- reformas que se estaban aprobando eran en realidad liberales 0 no. La discusién dio lugar a uno de los grandes textos de la teoria politica, Reflexiones sobre la revolucién en Francia, de Edmund Burke, un panfleto que ahora esta considerado uno de los textos fund servadurismo. Desde la Gptica adoptada aqui, uno de los aspectos mas interesantes del texto de Burke es su negativa a aplicar el término «liberales» a los revolucio- narios franceses. En su lugar, insistfa en llamarlos «iliberales». Estas batallas léxicas podrian parecernos triviales en la actualidad, pero su ferocidad y el hecho de que se prolongaran durante el siglo x1x son una sejial de su trascen- dencia. Como explicaba madame de Staél, «Las disputas sobre palabras son siempre disputas sobre cosas»." La batalla por la palabra «liberal» no solo afectaba a la semantica. La contienda empezé en Gran Bretafia el 4 de noviembre de 1789, cuan- do el pastor y filésofo Richard Price pronuncié un sermén que provocé un aluvién de controversias. Price, como ya sabemos, era un disidente religioso y un firme partidario de que se abolieran las desventajas juridicas que afecta- ban a sus correligionarios. También era amigo de Benjamin Franklin y se ha- bia distinguido por su apoyo a la revolucin estadounidense. Durante un acto celebrado para conmemorar el aniversario de la revolucién inglesa de 1688- 1689, aproveché la ocasién para proponer a los briténicos que se inspiraran en las revoluciones estadounidense y francesa, y «liberalizaran» sus propios Principios fundadores, acuiiando muy probablemente al mismo tiempo el tér- mino «liberalizar».$ Price se dirigié directamente al pueblo britinico y declaré que, al igual que los franceses, tenia derecho a elegir a sus dirigentes, destituirlos por mala conducta ¢ incluso cambiar su forma de Gobierno si asi lo deseaba, Poco des- Pués del discurso de Price, la London Revolution Society, a la que pertenecia, envié un mensaje de amistad a los diputados franceses de la Asamblea Nacio. len el que expresaba el apoyo de sus miembros a sus «sentimientos libera- lacionales del con- 48 AMISTOR VIDADA DE. RALISMO ' A OLVIDADA DEL ignal que Price, esperaban que también liberalizaran su les ¢ ilustrados».$ Al igual que . ropia Constitucién, iamente difundido, suscité un acalg, rel acrn de Price, publcado a enaeats whey misao del Parlamee rado debate. Edmund Burke, un pr ontine vartidatio de la imposicién ‘ to, estaba horrorizado. Burke era un inn : nspont alinteereccesisatit i mites constitucionales a alo eae Te la revolucién estadounidee catélicos y, como Price, habia sido part ei en el sentido tradicional 4c i se, Sin duda se veia a si mismo oe cediendo en Francia era, a su joi palabra. Sin embargo, lo que estaba suced te Burke los estedecute oct totalmente diferente. Segtin el razonamiento de Burke, los esta ‘ ent habian luchado por derechos ya existentes histéricamente, mien a8 que log franceses estaban inventando otros nuevos. También le Preocupal ba enorme, mente que las ideas francesas de soberanfa popular y derec os naturales cru. zaran el Canal de la Mancha hasta Gran Bretafia. Reflexiones defendia con ahinco la legitimidad del régimen aristocratico. Criticaba la “Presuntuosa ignorancia» y la «brutalidad barbara» de los legisladores franceses € insistia en que no eran «liberales». El destino de Francia habia caido en manos de una «multitud canallesca».’ El panfleto de Burke se convirtié tas instantdneo: se vendieron trece mil ¢} manas, se publicaron once ediciones en el primer afio y el texto se tradujo y divulgé por toda Europa, £Qué estaba ocurriendo exactamente en Francia que afligia tanto a Bur- ke? En los meses transcurridos desde el sermén de Price, los diputados france- ses habfan aprobado una sei habfan sacudido los cimientos del orden aristocratico el pais. El 19 de junio de 1790 habian declarado que ia nobleza hereditaria quedaba abolida para siempre. Habian eliminado la Primogenitura, puesto fin a todos los impuestos y diez- mos sehioriales y decretado que los Yotos monasticos ya no eran juridicamen- te vinculantes, en un éxito de ven- jemplares en las cinco primeras se- tie de reformas que y teligioso tradicional d 1A REVOLUCION FRANCESA ¥ LOS ORIGENES.. 49 | | encontraron resistencia a estas reformas, respondieron exigiendo a todos los que firmaran un juramento de lealtad a la Constitu que dimitir. AI final, aproximadamente la mitad del clero francés se nego a prestar el juramento y muchos ficles catélicos, solidarios con sus sacerdotes Jocales, se volvicron hostiles con la revolucién, En las Reflexiones de Burke se condenaban de manera inequivoca todas estas medidas y se describia a los diputados como ateos fanaticos que se ha- bian propuesto destruir la religion, Su propio lenguaje delataba su punto de yista aristocratico, Acusaba a los diputados de vulgaridad; se estaban com- portando como «s6rdidos birbaros», Era evidente que no tenian ni idea de lo que significaba ser un caballero y, obviamente, no podian ser liberales. En otras palabras, Burke se aferré al antiguo significado aristocratico del térmi- no y lo utiliz6 para atacar a los diputados franceses. No eran mas que unos salvajes y unos traidores decididos a causar estragos para beneficio personal. Profetizaba una catastrofe para Francia. Los lectores britanicos de las Reflexiones que simpatizaban con la Revo- lucién Francesa reprendieron a Burke por sus insultos y acusaciones. Su refe- rencia a la multitud canallesca provocé reacciones violentas.? La historiadora Catherine Macaulay le reproché que careciera de las cualidades que supues- tamente defendia; no era liberal." Mary Wollstonecraft, que no tardaria en ser conocida como una defensora de los derechos de las mujeres, denuncié el sesgo aristocratic de Burke y la negativa a asumir los valores liberales, utili- zando el término en su sentido nuevo." No obstante, fue el filosofo politico y activista Thomas Paine quien realmente llegé al fondo del asunto cuando, en la primera parte de su ensayo Los derechos del hombre, enormemente popu- lar, sostuvo que las inclinaciones aristocraticas de Burke le volvian totalmente insensible a la crucial distincién entre «personas» y «principios».'? Paine comprendié que la cuestion fundamental ya no era si un individuo o un gru- po de individuos eran liberales, sino si lo eran los principios fundadores de una nacion, Para cuando se publicé la segunda parte del panfleto de Paine en 1792, la Asamblea Nacional francesa ya habia puesto en marcha nuevas reformas. Se habia aprobado una Constitucién en 1791, que establecia una monarquia li- mitada con una asamblea unicameral y concedia el derecho a voto a todos los varones blancos de mds de veinticinco afios que pagaran el equivalente a tres dias de salario en impuestos directos. Aunque no otorgaba el derecho a voto a las mujeres, se aprobaron nuevas leyes que legalizaban el divorcio, ampliaban los derechos de herencia de las mujeres y les permitian obtener ayuda financie- a para los hijos ilegitimos. La Asamblea también revisé el sistema fiscal y | aprob6 leyes para poner fin a las obstrucciones feudales de la economia. Abo- 1i6 los gremios y desmantel6 los aranceles internos y los monopolios comer- i6n o tendri: 50 LA TISPOIIA OLVIDADA DEL EIEIALIBMO oa lie importaclones, Tras una gran revuelta en ciales, Redujo tas resteiccionen a lan ing volontae, La encritors sulza madas art ae rece tern enpa de revo, ala lsd ane de Staél, al remenmorar enti prt a ainpe ae liberafes» necesarigg See Te ee RGta t odlon.!! Con ello, inmortaliz6 y para garantizar las libertaden elvilew Le ov Nini sino también al nueva puso sti sello de aprotinin no role ' jan vel . signitiondo y uso de la palabra «liberals. , . Fae we peco ls instituclonesHherales tenia enemigon prod ee ae i ‘era mas que la Iplesia catélicn y la monarquia borinicas Dea (79 Tel papa Plo VEtomd una decivion trancendentay al i radu apa revolucion en su conjunto, Kn su breve pontificio Quod al ee t ‘ai i, directamente a la Declaracion de lox Derechos del I lombre y ja Conti uel in Givil del Clevo, y condend ambas por considerarlas tentativas maliciosas de destruir la Igle Tres meses i starde, Luis XVI tomé una decision en cierto modo relacionada y que tuvo consecuencias de gran alean. ce coando intenté huir del pais para unirse a los nobles exiliados en Austria que estaban plancando una contrarrevolucién, Antes de irse, dej6 una nota en la que denuneiaba todas las reformas recientes, Descubierto cuando estaba & punto de erwzar la frontera el rey fue detenido, trasladado a Paris y enear celado, Finalmente, fue acusado de traicién por su intento de huida 1 Y acabé, siendo ejecutado en 1793, ia y sembrar el caos, Los historiadores hablan hoy de un desearr lo que sucedié amiento de la revoluciéns una prime da y pacitica dio paso a una segunda 1 continuacién como de a fase relativamente moderas ‘is radical y violenta, L causas de ese Pero es incuestionable que la escalada ‘adas presiones en los Acontecimientos ejercidas por desacreditaron Shormemente a la revolucién, En solo a monarquia francesa fue derrocada y remplazada por una repiiblica, El rey y la reina fueron iuzgados por traicién y ¢jecutados, Una Suerra total causé centenares de 'n el oeste, un levanta- miento Monarquico degenerd e a civil que sald6 con emeeables atcociades y bajas en ambos baie sa Terror contra los “chemigos del pueblo» maté otros miles en la Buillotina. Para los ii esta fase no fue an descatrilamtento de revolucién, sino su desentace logh, y que oponerse al or den politico «establecido por Dios mismo» harfa a una persona «merecedora de la condenacién eterna».# Los liberales no perdieron la esperanza de que el catolicismo pudiera set remplazado. En cierto modo, sus anhelos no hicieron sino crecer. Como la revolucién habia debilitado mucho a la Iglesia francesa, algunos vieron una oportunidad. Lo que Francia necesitaba no era el catolicismo, afirmaromy sino una religién ilustrada que fomentara las cualidades de espiritu y cl ‘ocado poco después de que Nay ipantes tenian la posibilidad « lad que se otorgara el primer prem? de protestantismo y advertia conta pole6n concertara el Concordato, los partici evaluar este acuerdo. No fue una casualid aun ensayo que defendia un tipo liberal los funestos efectos del catolicismo, El autor del ensayo era Charles de Villers, un amigo de madame de St‘! erate Francia y educado en el catolicismo, Villers habia cinigvado 4 ‘re ea ee la Universidad de Gotinga, un renombrat! alemanas més avenvad op et tedado seducido por algunas de las il s mas avanzada sobre la religion, que después transmitié a sus lee!” LA REVOLUCION FRANCESA Y LOS ORIGENES... 59 res franceses. Algunas de estas ideas se podian remontar a Johann Salomo Semler, quien, como ya se ha sefialado en el capitulo anterior, acuiié la expre- cin «teologia liberal» en 1774. , Elensayo de Villers formula una pregunta fundamental: ¢podian los prin- cipios politicos liberales sobrevivir sin el apoyo de los principios religiosos li- berales? Su respuesta era que no, Advertia del peligro que representaba el ca- tolicismo, aliado con el Estado, y escribié que lo que Francia necesitaba no era una religién retrégrada que promoviera la superstici6n, la apatia intelec- tual y un respeto servil por la autoridad, si no las «ideas liberales del protes- tantismo». Solo el protestantismo estimulaba el pensamiento critico y el amor por la libertad necesarios para ser un buen ciudadano. Villers sostenia que el protestantismo liberal fomentaba valores que propiciaban, y respaldaban, los principios morales y politicos liberales.*’ El ensayo de Villers, publicado en 1804, se reedit6 tres veces. James:Mill, el padre de John Stuart, lo admiraba tanto que publicé en 1805 una versi6n en inglés para la que escribié un pr6- logo encomiastico. No esta claro cudntas personas crefan que Francia podia convertirse al protestantismo liberal; en cualquier caso, no sucedié. Se le propuso al empe- rador convertir esta religion en la oficial del Estado, pero rechazé la idea, En su lugar, y para gran consternacién de muchos, se produjo un resurgimiento catélico, alentado por propagandistas contrarrevolucionarios como Louis de Bonald y Joseph de Maistre. Estos prolificos hombres dirigieron una campa- fia concertada de difamacin y desprestigio contra los defensores de los prin- cipios liberales al tiempo que predicaban obediencia al orden establecido. Los catdlicos como el abate Grégoire se encontraron en una situaci6n muy dificil. Esto no hizo sino que muchos ciudadanos se reafirmaran en la idea de que el catolicismo y los principios de gobierno liberales eran incompatibles. Los PARTIDOS LIBERALES Y EL NACIMIENTO DEL LIBERALISMO Mientras las politicas internas iliberales de Napoleon hacian que los liberales franceses desarrollaran y perfeccionaran sus ideas, las guerras a las que su- mié el pais dieron lugar a los primeros partidos liberales.* En 1805, el rey sueco Gustavo IV Adolfo, un monarca absoluto y enemigo acérrimo de la Revolucién Francesa, Ilevé a su pafs a la guerra con Francia. Aunque Suecia £ané la contienda, seguirian guerras con los aliados de Francia, Rusia y Di- namarca, y Suecia perdié una gran cantidad de territorio. Descontentos con tlliderazgo de su rey, un circulo de altos funcionarios del Gobierno organizé 4 golpe palaciego y le derrocé en 1809. Fue en esa época cuando surgié un 8rupo que se hacia llamar «el partido liberal». No se sabe mucho acerca de LIBERALISMO DA DEL HISTORIA OLVIDA| 60 LA idos por las ideas revolucionari, mo la igualdad ante Ja ley, el Bobie: - libertad de prensa, de conciencia y ¢ { bando liberal» o simplemen:. ce influ sus miembros excepto que estaban in! esas y defendian principios co constitucional y la conocidos como «cl france representativo ¥ comercio. También eran «los liberales». 4 ejérci ¢ : El partido liberal espafiol surgié poco después de que wee ae . N poledn invadieran Espafia en 1808, depusieran al rey Per Hl 0 sustituyeran por el hermano de Napoledén, José. Los espafioles no tar¢ laron «: rebelarse ¢ instaurar un Gobierno en Cadiz. En 1810, un grupo de diputad:; de las Cortes de Cadiz adopté el nombre de liberales y denomin6 a sus adve: sarios «serviles», del latin servi, que significa esclavos. Los liberales espaiir les, como los suecos, defendian principios como la igualdad ante la ley 5 gobierno constitucional y representativo. Madame de Staél escribid con juih- lo que un «impulso liberal» estaba recorriendo Europa occidental.*” La nueva Constitucién espafiola suscité infinidad de comentarios no so en Europa, sino también en las Américas espafiolas, donde alenté a los mov mientos de independencia basados en una comprensién local de lo que d bian significar en la practica los principios liberales.’* Hubo debates sobre |: Constitucién espafiola en lugares tan alej cierto modo, fue muy radical para su é todos los hombres, excepto a los de as jados como India y Filipinas." poca. Concedia el derecho a voto «: cendencia africana... sin exigir educ: an if Pafioles no tardarfan en verse truncac.* Perar el poder. Fs las deliberaci earl ‘aciones de i rat lee ie 7 i ern e Is Cortes ilegales y su legisla ferent ice Pleto en su propia pe a cron, afirmando que la sobers sansiigone f sona, ea mga 8 oni pe A Hasta doce mil liberals fueron on Por tra Jos liberale: : poe ste sin beral liberales y fue en €8a poy ih iad pee ai oer POCA cuando gq empez a de difamacién & is it 20 a utilizar | un térming despect dad Musual de est, anifestaciones la palabra iv 08 de la Palabra sup; nera parte dal ieee que se inventé co Siglo xix. S¢ generé una ca ismos a una Se utilizaban Casi sien! 0. En la prim sismos», Bs LA REVOLUCION ERAN: DESAY LOS ORIGENES... 61 para acusar a personas de herejfas, y asi fue como se acuiiaron los términos de anabaptismo, luteranismo o calvinismo..2 Y, en realidad, uno de los primeros ejemplos impresos de la palabra «liberalismo» se encuentra en un periddico spaiiol publicado poco después de la aparicién del partido liberal, en 1813. EL periddico preguntaba: «¢Qué significa liberalismo?» y pasaba a explicar que el liberalismo era un sistema «fundado en la ignorancia, absurdo, antiso- cial, antimonarquico, anticatélico» 3 Enumeraba una serie de sectas heréti- cas, entre ellas el jansenismo, el luteranismo y el calvinismo, antes de concluir que el liberalismo era otra herejia. Entre los principales principios heréticos figuraban su promocién de la igualdad civil y el gobierno constitucional res- ponsable ante el pueblo, no ante un rey, la aristocracia o la Iglesia. No es de extrafiar que, después de lo ocurrido en Espaiia, los liberales franceses miraran con desconfianza a su propio rey Borbén, Luis XVIII, cuando regres6 del exilio tras la derrota de Napole6n en 1814 y prometio dotarles de lo que Iam6 «una constituci6n liberal».5* La constitucion que él y sus asesores planearon no tardé en convertirse en objeto de un acalorado de- bate, Llamada también la Carta, establecfa un sistema de gobierno represen- tativo y reconocia principios liberales fundamentales como la igualdad ante la ley, y las libertades de prensa y religiosa. Sin embargo, sus articulos, vagos en su redaccién, dejaban muchas cuestiones sin resolver. Los limites precisos de los poderes del rey no estaban claros, como tampoco lo estaban la funcién de la asamblea representativa ni el grado de libertad individual garantizado por la Constitucién. La Carta también contenia varias contradicciones. Reconocia la libertad religiosa, pero declaraba el catolicismo la religién nacional. Pro- clamaba la libertad de prensa, pero estipulaba que podian elaborarse leyes para limitarla. Y mientras los liberales sostenian que se debia considerar la nueva Carta como un contrato social entre el rey y la nacién francesa, esta stipulaba que la constitucién habia sido «otorgada» por el rey como un re- galo a su pueblo. Obviamente, esto daba a entender que la Carta podia ser legitimamente revocada. Estos factores estimularon, ampliaron y profundiza- ron los debates sobre qué significaba realmente una «constitucion liberal», debates que atrajeron a comentaristas de todas las procedencias. Los debates sobre las constituciones liberales se intensificaron cuando Napole6n regres6 del exilio durante los Ilamados Cien Dias (del 29 de marzo al 8 de julio de 1815). Tras escapar de su cautiverio en la isla de Elba el 26 de febrero de 181 5, el exemperador desembarcé cerca de Cannes, en el sur de Francia, con cerca de un centenar de soldados y puso rumbo a Paris, Mientras avanzaba, su retérica era poderosamente anticlerical: «He venido a salvar a los franceses de la esclavitud a la que los sacerdotes y los nobles desean some- terlos... Que se pongan en guardia. jLos colgaré de las farolas!». Como res- Puesta, era recibido con gritos de «jAbajo el clero! jAbajo los aristécratas! 2 RIA OLY! D ERALISMO A HISTORIA OLVIDADA 1 LIBERAL 6. Se Ie fueron uniendo mas sold, ja libertad! ». a fa todo yy, aris Ie acompafiaba lo que par A 4 er y6 y Napolcot recuper6 el poder. VIII huyé y Napoleon 6 r ; is, 9 regreso de Napoleén le seguiria otra sorpresa: fore 6 0. aaa Fl const, bernar constitucionalmente ¢ invito nada menos que a Benjamin ant unos de sus criticos mas acérrimos, a que ayucdara ear Le eae tuci6n. Aunque Constant habia atacado sin piedad a Naps py nes 7 antes, accedié a colaborar con él. El documento resultante recil ee jombre de ‘Acta Adicional a las Constituciones del Imperio y fue apodada a Benjamine ey honor de su autor. El giro radical de Constant con Napoleén le vali6 el epitets de «Constant, el inconstante», que le acompafiaria el resto de su'vida. iMuerte a los borbones! jViva M ndo ya estaba cerca de T do: ejército. Luis X) Al dramiati La TEORIZACION DEL LIBERALISMO Pero Constant no habfa renunciado a sus principios liberales. La Benjamine prometia un sufragio mas democratico, una ampliacién de las libertades », sobre todo, ya no decretaba que el catolicismo era la religién oficial del Es- tado. Cuando describié la’ nueva Constitucién a su amigo, el marqués de Lafayette, Constant presumié de que «nunca ha'existido una més liberal».® También escribié un libro que habia de servir de complemento a la Const tucién: Principios de politica aplicables a todos los gobiernosy que ahora celebra con razén como uno de los textos fundacionales del liberalismo. Los Principios muestran lo mucho que las ideas de Constant habian evo lucionado y cristalizado desde su época en Brunswick, cuando admiraba a Rohespieae yse oon un demécrata. Constant habfa aprendido las lec ciones del Terror y del régi itari A ed sas iaclidad poi alias a soberaia popular cone deeds Meee de us principales objetivos era impede que use dec ate a iy op pedir que una dictadura’ basada en la sob rani popular se hiciera pasar por un régimen liberal. sven recone formalmae epee eee et meva Cov ‘ Principio de soberani lar. Sin emb:' 80, Constant defiende muy poco después la necesidad deere don rani, Eseribe que el poder ilimitado, ya sea cierchlon ny oat Sicha Se un rey o una asamblea, es algo muy. peligro: 7 ee abteige un puch soberania es ilimitada, «no hay forma eee Sto se debe biernos». Enumera una serie de insti sarias que deberian limitar la autori el en qué manos esté, Entre estacz ellas destacaban las que se llegarfan a conocer co! las libertades liberales es ncial ert: 8 esenciales: la |i mya tibertad elee libertad de Pensamiento, la libertad ‘ LA REVOLUCION FRANCESA Y LOS ORIGENES... 63 Constant escribié que importaba menos la forma de gobierno que la can- tidad. Monarquias y reptiblicas podian ser igualmente opresivas. Lo impor- ante no era a quien se otorgaba la autoridad politica, sino cudnta autoridad se concedia. El poder politico es peligroso y corruptor: «Confienselo [el po- derilimitado] a un hombre, a varios, a todos, siempre sera un mal». Afirmaba que «todos los males de la Revolucién Francesa» derivaban del desconoci- miento por parte de los revolucionarios de esta verdad fundamental.* Estas ideas son las que han clevado a Constant a un lugar destacado en el canon de los pensadores liberales. Se le podria considerar incluso el primer te6rico del liberalismo. Como de costumbre, los recelos morales impregnaban el pensamiento de Constant y sus ideas también eran «liberales» en este sentido. Los Principios atestiguan su persistente preocupacién por el egoismo, la vanidad y el amor por el lujo. Eran necesarios valor, ideas generosas y dedicacién al bien puibli- co. Nunca se cansé de decir que el autosacrificio era indispensable para man- tener un régimen liberal. Constant también hablaria con elocuencia de la religion. Formulé una idea en la que insistiria durante toda su carrera: un gobierno liberal no podia sobrevivir sin la religion. Afirmaba que la religion era una fuerza moralizado- ta esencial. Inspiraba altruismo, principios elevados y valores morales, todos ellos cruciales en una sociedad liberal. Pero era importante cudl era esa reli- gion y qué relacién mantenfa con el Estado. Explicaba que, a fin de cuentas, el problema no era tanto la religién como su asociacién con el poder. En manos de las autoridades, politicas o religiosas, se convertia en una herramienta po- litica opresiva. Este funesto problema Ilevé a Constant a enunciar el que se convertiria en un principio basico del liberalismo: la separaci6n entre Iglesia y Estado. Decia que la religion y el Estado eran dos cosas distintas. Una cons- titucién liberal debfa garantizar la libertad religiosa de todos. EL LIBERALISMO SE ENFRENTA A LA REACCION Antes de poder aplicar la constitucién de Constant, el general prusiano Blii- cher y el duque de Wellington britanico derrotaron a Napoleén en la batalla de Waterloo, Los ejércitos aliados entraron en Paris el 7 de julio de 1815 y Luis XVIII recuperé el trono en virtud de la vieja Carta, lo que, entre otras 0sas, supuso el restablecimiento del catolicismo como religion oficial del 'stado. Quienes habian prestado servicio a Napoleén durante los Cien Dias Suftieron una oleada de represalias. Constant huy6 a Inglaterra y solo regre- $6 después de que le garantizaran que no se enfrentaria a un castigo, Tres meses después del regreso del rey se firmé la llamada Santa Alianza E ERALISMO LA HISTORIA OLVIDADA DEL LIBERAL 64 entre Rusia, Austria y °" ia, que inauguro un periodo le reaccion desastros, F 4 st) i jay Prusiay inaug! do de ioe pra : ‘os liberales. En Francia, Jos ultramonarqu! cos colaborar ios liberales. f rn tancia de a los princip i para los principios | i 08 con la Iglesia catélica para Galas 1 murda ie jevandia y ampli, 57 Los li intentarc caormceiigs tre resento a las elecciones como miembro de hy a juchar para ampliar |; gus aplicaciones. Constant s que él denominaba el «patti arta al «maximo».” / oy 1 Alianza era inc! ulcar los valores cristia Fi oa . El objetivo manifiesto de la San : is ala vida politica europea. Los monarcas de la ortodoxa Rusia, la catélica ante Prusia prometieron actuar conjuntamente para pro. amor y la paz» tanto en Jos asuntos internos como en lo bargo, en la practica, el ministro de Asuntos Exterio. res austriaco, Clemens von Metternich, convirtié la alianza en un arma en la batalla contra cualquier tipo de reforma liberal. Para ello, alenté la colabora- cién con las autoridades religiosas tradicionales. ‘Los mondrquicos de toda Europa recibieron un a cis sia catélica para luchar contra los liberales. En Francia, Jas misiones catdlicas SIfandieron an mensaje que combinaba lo religioso con lo politico: a los cris tianos, tras haber pecado durante a Ilustracion, y ser castigados por la revo- lucién, se les estaba ofreciendo una oportunidad de redenci6n si prometian obediencia ala Iglesia y al rey. Entre 1815 y 1830, se llevaron a cabo mas ce mil quinientas misiones solo en Francia. Los sacerdotes de las misiones levan taron cruces gigantescas, ofrecieron instruccién masiva en la doctrina catéli cay atacaron implacablemente a la revolucion. Sermones sobre el fuego del infierno prometian el tormento eterno a quienes se resistieran. En estos actos se solian arrojar las obras de filésofos famosos a enormes hogueras. En 1816, la restituida Inquisicién espaiiola condené los Principios de politica de Cons tant por contener «perversas doctrinas» subversivas para el Estado y la reli- ion, gion,’ demostrando con ello que Constant habfa estado en Io cierto sobre lt connivencia entre la Iglesia y el Estado. Circulaban multi fe 4 ‘i ti te F aes quel que difundiera ideas liberales. En todas part’ os liberales fueron acusados de intentar destruir la religién, la monarqt la familia. No solo estaban equivocados, tambié \ - ae eee i , también eran malvados y pecadore* fendedores de herejias, no tenian fe en el deber, ningd cién ok idad ingtin respeto por Ia trac a comunidad. En los textos de los contrarrevolucionatios, el liberal mo se convirtié précticamente en un simbolo del atei Mca | anarquia. ateismo, la violencia y | Se publicaron panfl ‘i panfletos y articulos con tit f las palabras». Repetian sin cesar la acusaci ap iret ae epetia ién de i ba cergiversando el significado dela palabre aliberabs oe cee ee ral» para engafiar a la gente. ‘lo liberal»®® y prometiO nos Austria y la protest mover «la justicia, el internacionales. Sin em! poyo decisivo de la Igle LA REVOLUCION FRANCESA ¥ LOS ORIGENES. 65 reorico contrarrevolucionario Louis de Bonald escribié que, en los viejos tiempos, «liberal» describia a una persona que hacia un uso noble de su for tuna. Ahora, sin embargo, los impios estaban usando incorrectamente la pa- Jabra para burlarse del pais. La Quotidienne, uno de los primeros periédi- cos reaccionarios de la Restauracién, acus6 a los liberales de engafiar a la gente con palabras altisonantes: «Desde hace algiin tiempo se ha hablado mucho de las ideas liberales. ¢Cual es el significado de esta palabra? La Aca- demia no la ha aprobado en su Diccionario; es evidente que se trata de un término muy moderno y que surgié durante la revolucion. La fecha de su origen hace ya que resulte sospechoso». Estas acusaciones obligaron a los liberales a defenderse y, al hacerlo, per- feccionaron sus principios y los divulgaron a un piblico cada vez mayor. In- sistian en que luchaban por el bien de todo el mundo. Defendian fa igualdad ante la ley y un gobierno representativo y constitucional, Sus adversarios, en cambio, se decantaban por el despotismo. Los sacerdotes, en connivencia con Jos monarcas absolutos, pregonaban supersticiones para mantener al pueblo décil. Los liberales presumian de superioridad moral y recordaban una y otra vez los origenes latinos de la palabra y su significado moral, comunitario y fundamentado. Un tipico panfleto afirmaba que una idea politica era liberal cuando estaba «orientada al beneficio de todos, al bien comin y no al bien particular de un individuo 0 una clase; cuando propicia[ba] sentimientos ge- nerosos, elevados y patridticos, y no vanidad, codicia y debilidad». Los alemanes, que con tanta frecuencia suelen quedar fuera de las histo- rias del liberalismo, participaron enérgicamente en estas batallas verbales. Muchos miembros de la élite intelectual alemana habian acogido con entu- siasmo las primeras etapas de la Revolucién Francesa con la esperanza de que también las reformas Ilegaran a su pais. Sin embargo, muchos, si no todos, perdieron el entusiasmo inicial durante el Terror, las guerras revolucionarias y la dominacién napolednica de Alemania. Las Reflexiones de Edmund Bur- ke, cuya traducci6n al aleman fue publicada en 1793, también desempefiaron un papel destacado. La derrota de Prusia en 1806 dio lugar a algunas reformas importantes que en muchos aspectos se asemejaban a las aplicadas en Francia entre 1789 y 1791, sobre todo en el Ambito econdmico.® Se disolvieron Jos gremios y asociaciones, y los campesinos se emanciparon, Se abolieron algunos arance- les y peajes internos, y se impuso una carga fiscal mas uniforme. Se simplificé la estructura administrativa de Prusia y se permitié un autogobierno munici- pal limitado. Pero a diferencia de lo que ocurrié en Francia, estas reformas fueron impuestas desde arriba; lo que infundio a los alemanes reformistas la ¢speranza de que podrian trabajar con sus gobiernos para sacar adelante nue- Vas reformas evitando la revoluci6n y la violencia. Tras la derrota de Napo- PRALISMO A DEL LIBERALIS HISTORIA OLVIDAD. 66 LA ional en Francia, habia alemane, | a Constitu i nto de la Carta C Hlamaban «constituciones j, der dotarse de lo que leon y el otorgamie que también esperaban po braless. cé ja cre ci6n de Sin embargo, tras la segunda derrota de Napoleon Nee creaciea ely Santa Alianza, también en Alemania, como fi 7 resto d ae i 6 \ i ti i fa si ‘ante afios la inci, 6 6 a, Aunque Alemania habi See de bee |, los gobernantes comenzaron , gia liberal badora y exportadora de la teologia I i ee apoyar } un movimiento neoortodoxo en un intento evidente de afianzar , propio poder. Este movimiento, que en parte era una reaccion at Francesa, hacia hincapié en la naturaleza pecaminosa del hombre y cn su dk ber religioso de subordinarse al orden divino. Sus dirigentes prometian com petircon todas sus fuerzas lo que denominaban el «Zeitgeist liberal». Trad jeron y divulgaron los escritos de los reaccionarios franceses Maistre y Bonald. Como respuesta, pre con un ojo puesto en Francia. Al igual que sus h enfrentaron a un ambiente muy hostil. Los liberales alemanes eran especial mente vulnerables porque muchos de ellos eran funcionarios y, por tanto, dependian del Estado para su sustento. Su situacién era dificil y trabajaban desde dentro del sistema para introducir cambios graduales. Insistian en que no querian una revoluci6n, sino reformas pacificas y progreso. Defendian principios como la igualdad ante la ley, el gobierno constitucional y Ia liber tad de pensamiento y religiosa. Ademés, al igual que los liberales francest, solfan describir aquello que propugnaban de una manera bastante vag: ti pensador liberal aleman explicaba que los principios liberales proteyia simran peo y siudadanos frente al capricho ilegal»; garantizaban |i promovian lo mejor para todos». Se ae ae se acus6 a los liberales alemanes de alentar e! li ¢ : gitacion. También se los culpé de emplear una csp" cie de «abracadabra» para distraer a la gente e impedi i fio.*” Una y otra vez se acusaba a los liberal cualguiced sue tuers 0 Procedencia, de predicar herejias y promover agitacion. Odiaban a Dios, En Gran Bretafia, los conservadore os liberales alemanes defendieron sus principios, siem omdlogos franceses, s« les, cualquiera que fuera *! el libertinaje, el pecado y | re s intentaron d ifi rales til Fi ‘ lescalificar Jas ideas lil \dandolas de extranjeras y peligrosas. En un discurso pronuncia ante la Cémara de los Comunes a principios de 1 res tory, el vizconde de Castlereagh, desert z 816, el secretario de Extc! como «un parti . > 16 a los «liberales espaiio! ae porque een dela Peor calafia>. Eran, dijo, un abe 0 cado en 1816 oe Oneyeninibe de soberania populan#* Un arcu pr sus adversatios, los wha erly Review, de tendencia tory, intento denip, | » los whigs reformistas, llamandolos slibcrales heaven Le Rey POO TRANCHE Y Le ‘ has ides Viner of No woe. = ries a RtAles procetentes de Francia también tenkan pee maces reed delac Manic, Fes tema 2 13857, \a Edinburgh Review, el pomeipal cs Line a maioyy Review, iekenné, faverablermence a sus lectores aoe coeeree Sttoeeal frases.” {4 revista, fandada en 1802 P ipepo ements Cases, asgivalia a dedender una «per “2 expecialenente bien de Renja- "tes whicientes, en opinion dela Onieawes, 7 ws Pata tnstrwic iach 2 hos bieéeiern, pues, podem OS Yer Que en tudes pores las ideas Mticas Viberales eran consicerades inarinsecemence nese: ba palates *oeral., GH Su sen sido politico, tambitn aparecta 2 me 0 Nes peridsdicns de Estados Unidos pono ba informacion Sbre sucess frenceses, ASG, come on Cran Brevafia, s sola afiadic ona «€» ah firedl de be palatora, Sherden.0 se excribha en carsi- v2 pata indices el cardcrer nonedown y exarz ‘0 G8 teenie. & veces los pe- miédicos hableben de hos «llamado liberal +. Vert, por le general, tarnbién onnar Ge que si gran héroe, y Uamade terizenin Conscant eran «los lderes de los liberales». Ambros hombres execban \ibrando una noble batalla contra las fuerzas de la rezccivies EL INSURRECCIONALISUO LIBERAL Una serie de intentos de asesinam por menivos polttices dio promt a las fuer- 728 conservadoras de Europa un pretexto para la ofensiva. El 23 de marzo ¢e 1819, un activista extudiantil math en Mannheim, Alemania, al poeta y petiodista conservador August von Ketueue. Voces semanas mas tarde, se produjo un atentado contra la vide del presidemte de Nassau, Karl von Shell. Los conservadores intensificeron su campaiia de dilamaciéin, acusando 2 los liberales de instigar avesinatos como preludio dele rexOhacién. EI «liberalis- m0 avanza. Abundan los asesins», afirmé wn furiose Meernich* Fl 29 de Septiembre de 1219, este promulgh los Decraos de Karlshad, que exigian a los treinta y ocho estados miembras de arenapiogts ¢ srinanica que exsadicaran has i bversivas que circulaban en sus universidades y pe- ‘ibdicos, toe dostans iegalzabon las avociaciomes extudiantiles, destituian de sus puestos 2 los profesores universitarion liberals ¥ azpliaban la censu- "2. También creaban un comité permanente oon copias ¢ informantes para investi i ier organizacion Wiberal. en ters db Mamado Pierre Louvel asesiné al presunto heredern al tron francés, 0 ulisamondrquicn daque de berry. Se 68 LA HISTORIA OLVIDADA DEL LIBERALISMO atribuyé la culpa a los liberales y se desato una feroz reace! en vn ultramo, narquico declaré: «He visto el pufial de Louvel; era una idea liberal» La situacién se complicé cuando en 1820 estall6é en Espatia una revoly, cién que obligé al rey Fernando VII a restaurar la Constitucion de 1812 volver a convocar las Cortes. Esta revolucién inspiro a los liberales de los paises vecinos, que también reclamaron constituciones. En Napoles estallg una revuelta militar contra el rey Fernando, que fue obligado a prometer ung monarquia constitucional siguiendo el modelo de la espafiola. Una subleva, cidn similar oblig6 a abdicar a Victor Manvel I de Piamonte. EH principe Car los Alberto, que fue nombrado regente, acepté la Constitucion espafiola de s revolucionarios y la Inquisicién volvié a ser abolida. Ese 1812 que exigian lo: ° : stitucional gracias a las mismo afio, Cerdefia consiguié una monarquia con: acciones revolucionarias. Surgieron movimientos insurreccionales equipara. bles en Portugal, Sicilia, Grecia y Rusia. «Todos estos acontecimientos han servido para mantener vivos los 4nimos y las esperanzas de la gran confedera- cin de liberales europeos», escribié un asustado cronista.’5 Pero los aconte cimientos no afectaron solo a Europa. En las Américas espaiiolas, los libera- les locales combinaron las peticiones de un gobierno constitucional con las exigencias de autodeterminacién y autonomia. Hubo movimientos similares en Goa y Calcuta, en India, y en otros lugares de Asia como Filipinas. Dicho de otro modo, el «liberalismo» se globalizé.”° Las revoluciones liberales desencadenaron una nueva avalancha de libros, panfletos y periédicos que abordaban las cuestiones politicas y religiosas, este: chamente vinculadas entre si. La Constitucién espafiola se volvié popular en todo el planeta y suscité debates no solo entre liberales y absolutistas, sino tam- bién entre los propios liberales.”” El Curso de politica constitucional en varios voliimenes de Benjamin Constant,” que incluye sus Principios de politica, tam bién fue traducido y distribuido. Los periddicos liberales con escritores espaiio" les, italianos e ingleses y financiados por refugiados politicos difundieron ait! mas las ideas liberales. Como respuesta, el liberalismo fue acusado por todas partes de ser una conspiraci6n internacional contra soberanos legitimos. Aunque los preocupados gobernantes y sus partidarios solian exagerat | capacidad de los liberales para coordinar sus actividades transfronterizas. 4 realidad formaban una red internacional que participaba en actividades to legales como ilegales.” Sociedades secretas como los francmasones ¥ ° ramificaci6n, los carbonarios, fueron decisivas para organizar las rebeli' de 1820-1821. Los carbonarios crearon células secretas en toda Europa 0" dental, que planearon el derrocamiento de regimenes represivos. El pr!” nente liberal espafiol Evaristo San Miguel recordaria posteriormente qi? logias mas6nicas llegaron a ser «juntas liberales y conspiradoras».*” 10!" los liberales, a los que se metia en el mismo saco que a fildsofos, jacobit’"” LA REVOLUCION FRANCESA Y LOS ORIGENES... 69 feanemasones ¥ carbonarios, eran tachados de subversivos y ateos peligrosos ue conspiraban Para provocar la revolucién y la anarquia.*! En realidad, no rodos los liberales estaban planeando una insurreccién, pero algunos si. Paris era uno de los principales centros de la red liberal, y uno de sus ca- paxillas mas importantes era el marqués de Lafayette. El mismo miembro de Ja sociedad secreta de los carbonarios se jactaba de que las insurrecciones formaban parte de un vasto movimiento liberal en expansién que haba co- menzado con la revolucion estadounidense y cuyo liderazgo se habia transfe- rido a Francia. En este contexto escribié con jibilo a Thomas Jefferson: «Francia tiene el honor de ser una especie de sede politica central del liberalis- mo. Se presta mucha atencién a sus debates, como si existiera un sentimiento universal instintivo de que de su emancipacién depende la solidez de todos Jos dems éxitos en la causa de Europa». El movimiento liberal internacional no duré, pese a todos los esfuerzos realizados por los liberales. Rusia, Austria y Prusia firmaron en noviembre de 1820 un protocolo que proclamaba su derecho a intervenir militarmente en ros Estados con el fin de sofocar revoluciones. Las tropas austriacas aplasta- ron pronto las revoluciones en Napoles y Piamonte, y forzaron al exilio a mas italianos. Dos afios mds tarde, y en medio de las enérgicas protestas de los di- putados liberales de la Camara, el Gobierno ultramonérquico francés envié un ejército a Espaiia para devolver el poder absoluto a Fernando VIL. Fer- nando volvi6 a abolir las Cortes, anulé sus leyes, encarcel6 a muchos liberales y restablecié la Inuisici6n. Tras la noticia de la invasin francesa de Espafia, un golpe de Estado en Lisboa restauré la monarquia absolutista de Portugal. No obstante, los contrarrevolucionarios fueron incapaces de acallar del todo al movimiento liberal. Inglaterra se convirtié en el destino favorito de muchos refugiados politicos y en otro centro de la red liberal europea. La mayoria de los liberales espafioles més relevantes huyeron alli en 1823, des- pués de que su movimiento fuera aplastado. Debido a esta afluencia de refu- giados politicos, los conservadores ingleses temfan cada vez més que la revo- lucién se pudiera extender al otro lado del canal. Un escritor del Morning Chronicle ya habia denunciado en 1822 la «gripe del liberalismo~ que aque- jaba a Europa y la denominaba una «plage moral>.*' Un Essay on Liberalism ctiticaba lo que llamaba

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