alma pero que no tienen ningtin conocimiento de la vida de fe,
en realidad no saben de lo que estan hablando. Hay aquellos
también que usan imagenes, crucifijos, idolos y musica, en un
vano intento por adorar algo que ellos se imaginan que es como
la gloria de Dios. Esto es debido a que no tienen ningun
entendimiento espiritual de la verdadera gloria de Cristo.
Solamente el entendimiento que nos viene por medio de la fe,
nos dard una idea verdadera de la gloria de Cristo y creara en
nosotros el deseo por disfrutarla plenamente en el cielo.
3. Por lo tanto, si quisiéramos tener una fe mas activa y un
amor més grande por Cristo (lo cual daria descanso y
satisfaccién a nuestras almas), deberiamos buscar el tener un
deseo més grande por ver la gloria de Cristo en esta vida, Esto
resultaré en que las cosas de este mundo se vuelvan cada vez
menos atractivas, hasta que lleguen a ser cosas muertas e
indeseables. No deberiamos esperar tener una experiencia
distinta en el cielo de lo que hemos estado buscado en este
mundo; es decir, no podemos esperar ver la gloria de Cristo en
el cielo si no ha sido nuestro afan en la tierra. Si estuviésemos
mas persuadidos de esto, pensariamos mas en las cosas
celestiales de lo que normaimente lo hacemos.
Antes de proceder con un intento de guiar a los creyentes en
una experiencia mas profunda de fe, amor y meditacién
espiritual, deseo mencionar algunas de las ventajas que surgen
del continuo pensar en la gloria de Cristo:
1. Al pensar en la gloria de Cristo, seremos hechos mas
aptos para el cielo. Muchos se consideran como ya_ sufi-
cientemente preparados para la gloria, si sdlo pudieran
alcanzarla. Pero ni siguiera saben qué es esa gloria, No hay
ningun placer en la musica para aquellos que son sordos, ni los
colores mas bellos dan ningun placer a los ciegos. Del mismo
modo, el cielo no daria ningun placer a las personas que no
fueron preparadas para él en ésta vida, por el Espiritu. El
apéstol da: “gracias al Padre que nos hizo ‘aptos para participar
de la herencia de los santos en luz" (Col.l:12). La voluntad de
Dios es que conozcamos el comienzo de ia gloria ahora y en el
futuro su plenitud, Pero somos capacitados para recibir el
conocimiento de esta gloria por medio de la actividad espiritual
de nuestra fe. Nuestro conocimiento presente de la gloria es
nuestra preparacién para la gloria futura.
2.Un conocimiento de la gloria verdadera de Cristo, tiene
poder para transformarnos hasta que seamos semejantes a
Cristo (vea 2 Cor.3:18).