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NO) Sette 8& Fiosona ADELA CORTINA El quehacer ético Guia para la educacién moral @ AULA XXI Santillana FACULTAD DE HUMANIDADES (UNNE) 1. MAPA FISICO DE LA ETICA Tanteando el terreno La 6tica es una parte de la flosofia que reflexiona sobre la moral, y por eso recibe también el nombre de «filosolia moral. {gual que hay dimensiones ce la flosofia que tratan sobre la ciencia, 4a religion, la politica, el arte o el derecho, también la reflexién &- Joséfica se ocupa de la moralidad y entonces recibe cl nombre de &tica (1), Btica y moral se distinguen simplemente en que, inlentras la ‘moral forma parte de la vida cotidiana de las sociedad y de los in- dividuos y no la han inwentado los Blésofos, la étic séfico; mientras la moral tiene «aprilidos» de la smoralcristiana», «moral islimicw» o «moral sociali tiene floséticos, como «aristotélicas, foramos un buen carketer, que 1s pernuta enrentar la vida. ita, en sun, ser Justos y fell- para el segundo. Justamente por moverse en dos istintos —el cotidiano y el floséfico—, Jose IREN ha armadto a la moral «moral vividar. y ala ca» (2), Qué es eso de lo moral? LA MORAL DEL CAMELLO tifcaran con un conjunto de prohibictones, referidas sobre todo & ‘cuestiones de sexo. Para pi deci si recordamws aquel personaje representado por ‘Agustin Gorzélex en «La Corte dle] Faradne: el profesor de ética, Etre Weer te Fon bre mpl, Teta, Mad, 1994 16 escandalizado ante las ingenuas alusiones de doble sentido que salpican la obra y que él califica de wcontumaz regodeo en la concupiscencias Parecia, pues, que Ia moral debia consistir en mandates, encargados de amargar Ia existencia al personal prohibiéndoles cuanto pudiera apetecerles: cuanto mas a contrapelo el manda- to, mds mérito en cumplirlo. ,Adénde iba la pobre moral con es- tecartel? Naturairsente, no era esto la moral, ni lo es tampoco, pero ast lo entendfa la gente por rezones sociales de peso, entre otras, porque ast se lo habfan enseftado. Por #80, cuando ofan la palabra morals ge les venian alas inientes Ia policia de la playa, el aterrudo protesor de dtica dela «Corte del Faradns, ola imagen de ese mello cargado con pesados deberes, que es como NiETzSc1m dé cribia gréficamente la moral del deber. No es extrafio que, al ofr hablar de moral, la gente se pusiera irmediatamente en guardia La verdad es que sil moral fuera esto, no mereceria la pena. edicarle tantos libros, ni se entenderta tampoco por qué esté tan ‘de moda hablar de ella, ano ser que la humanidad sea masoquista © ya no tenga en qué entretenerse. Pero como no parece que la hhumanidad en su corjunto esté por el masoquismo + motivos de entretenimiento le sobran, habra que penssar que la moral es otra ‘cosa y por eso nos prescupa. ESTAR EN EL QUICIO Onreoa —y yo crev que llevaba razén— que para en- sea lo moral es mejor no situarlo en el par emoral- orale, sino en la contraposicién, mas deportiva, «moral-des- moralizados. Me irita este vocablo, “moral” 1s dice en "Por qué he escrito Bl hombre a la defensiva*.— Me irita porque ex su uso y abuso tradicionales se entiende por moral no s# 7 Qué afadido de omamento puesto a la vida y ser de un hhomibre o de un pueblo, Por e30 yo pretiero que el lector lo entienda por lo que significa, no en la contraposicién mo- ralinmoral, sino en el sentido que adquiere cuando de alguien se dice que esté desmoralizado. Entoncos se advierte que la moral no es una performance ‘suplementaria y lujosa que el homibre afte ast ser para obtener un premio, sino que es el ser mismo del hombre cuando esta en su propio quicio y vital eflacia, Un hom- Dre desmoralizado es simplemente un hombre que no ests fen posesion de sf mismo, que esta fuera de su radical au- tenticidarly por ello no vive su vida, ¥ por ello no erea, ni fecunda, no hinche su destinos (3). Decir de alguien que es inmoral es acusarle de no someterse a ‘unas normnas, de Jo cual puede incluso sentirse orgulloso sino las re- ‘conoce como suyas; pero a nadie le gusta estar desmaralizado, por- {ue entonces la vida parece tna losa y cualquier tarea, una tortura, Por es0, ect alta de moral una persona o una sociedad —se- ‘gufa diciendo con tola razén OrTEGA.— cuando «esté en su quicio ‘y ensu plena eficacta vitals, cuando le sobran agalas para enfren- tar la vida; est4 desmoralizado, por contra, el lesquiciado, el que’ hha perdido la medida humana. Hoy la moral es un articulo de primera necesidad, precisa ‘mente porque nuestras #socledaces avaraadass, con todo su avance, estén profundamente desmoralizadas: cualquier ret nos desborda. No sabemos qué hacer ‘ton Jos inmigrantes, con tos (Grn ¥ Gass J. Por qs he meno BY abn a ke tensions, Obras Complaian, Madr Rta de Ceculente Np. 72. a centers de sida ni efsno valorar la ingenieria genvtien. Y esto os sintoma de Ia fala de vitarninas y de entren pia de equipos que ya s6lo saben jugar ala reaccion, va, pero se sienten incapaces de atacar pornue estan forma, les falia una buena dosis de rroga pare tratar de empatar, Moralita: no «moralina» BW por qué no nos entrenamos? En defnit ‘OTROS VOCABLOS TERMINADOS EN «INA» Bn realidad «inoralinas, si miramos el diccionar ‘moral, con la terminacién sia de -ncotinae, «orf caine, y significa «moralidad inoportuna, superficial 0 gente Je suena en realidad a prédica empalagosa y ffi, con la que se pretende perfumar una realidad bastante maloliente por putrefacta, a sermén cursi con el que se maquila una sttuacidn impresentable. ¥ es verde que la moxal se puede instrumentall- lay cosa mds falsa y nociva que la epolitiquinas, ese dar a entender que la salvacion viene de la politica y de tos pottivos que por eso se arrogan parteres casi omnimodes y acaban devo- rand ala sociedad civil? , 19 eryatiosa que la acientifinay, esa fe clega € bras de los clentificos, buenos o eles, come ddemds --La sollaridad, la Justicia, rarua— son hofieras ¥ bobaclas, pura moraine? Certamnente, a todos los saberes humanios se les puede whadix ta terminacién einwe cuanwlo se les instrumentaliza para conseAult prebendas indivvluales 0 grupales y, por contra, todos tienen Tu ‘Gho que aportar cuando se intenta alcanaay, con toda rvodestia, quello qu. cadla tino puede ofrecer. Pero aque sble.a la moral ge le afada esa hurellante terminaci6n, solo alla pudiera deyenerar en un producto periciost ‘qu*, winada en serio, nus obliga a cantbiar nuestra fo iy no estamos en exceso por I labor? ;No seré que Gene naturaleza de envoraitas que cle sncralina»? BLOGI(O DE LA MORALITA La «moraitas —decia Onreaa— es un explosivo espiri- enus cuitio stt pariente la dinamita, No s¢ (3, sino con Ia itoagen do lo que es ‘en su plenv quicio y eficacia vital, ‘es un comportanniento verdaceramen- lo seria bueno, tal corn andan las cosas, ir poniendo po~ argas de morabta en lugares vitales de rwestra sociedad? 20 En Ws esructus no autorizadas por un juez con rezanes contun- lentes, en el terroriemo criminal, en Jos pactos politicos ajenos 3 la voluntad de Ios votantes, en los medios de comunicacion a los ‘que no importa inforinar sino solo vender, en la endogarnia uni cos esos putes estratégicos que, al saltar pot riendo camino para una convivencia més presen. ylta mony sencillo desactivar revolucionario, Basta con lia smuyeres, para que plerda toda su fuerza explosive. Como fi, Hor ‘ia parte, 1a worierfa y el empalago fueran cosa de mujeres y no ‘uvieramos tantos arrestos como cualquier bipedo implusne. Y se dice aquello de ano me digas que me vas a salir ahora con problemas de conciencis: aqui lo que importa... Aqui lo que ‘todo lo ders es estipida moralina, {ua perversiGn de las palabras es la mAs grave de las perver- siones. Cuando a la escucha no autorizada lamamos «seguridad del Estadio» —asfllamaban también en Argentina a las desapari- ificamos el asesinato terrorista recurriendo bios, cuando convertimos la ditamacién en yy la endogarnia universitaria en «autcnomta alidad acaba sienido inapelable y vuelve por ‘todos Jos intentos de manipulacitn. Pero ya han quedado en la cuncta sin remedio intimidades violadas, myertos, difaniades, excluidos, esperanzas e ilusiones y una so- edad desmoralizada. Por eso es importante ir poniendo cargas a ~anF ‘de moralita revolucionaria en puntos estratégicos de nuestra vida personal y social: para ir orlentando muestra vida hacia el quicio ‘numano y la eficacia ereadora, Orientarse en la vida UN SABER RACIONAL Por ir precisando términos, diremos que la moral es un tipo dde saber que pretende orientar la acci6n humana en un sen- tido ractonal. Es decir, pretende ayurarnos a obrar racional- ‘mente, siempre que por razéne entendamuos esa capacidad de comprensién humana que arranca de una inteligencia, por més, seas, sentiente. La razin es capaz de disefar esboz0s, propues- tas, que funcionan como brijulas para guiar nuestro hacer vital, ‘pero hunde sus rafces en ese humus fecundo de muestra inteli- gencia sentiente, del que en sitimo vérmino se nutre, ielones filos6ficas erapefiadas en abrir un inteligencia, sentimientos y raz6n nos snratza en la inteligencia, que es ya sentiente (4), La moral es, en este sentido, un tipo de sa- ber racional. UN SABER QUE ORIENTA LA ACCION ‘Ahora bien, a diferencia de los saberes también racionales pero preferentemente te6ricos (contemplativos), alos que no i porta en principio orientar la accién, la moral es esencialmente un saber préctico: un saber pare actuar. (Bam, K nttigencn santieru, Baran. Madrid 1980. Poe eta nea cai an también Ios trabojoe de Matis J. A Toorta de lz tnteigencia creadora, ‘Aragrama Barcelona, 1093 ca para ndxyragos, Anagrama. Barcelona, 1985. 20 sigulendo sacar de ela 1o mas posfble; para lo cual necesitarnos saber ordenar inteligentemente las metas que perseguimos (5). Por eso, desde los orfgenes de la ética occidental en Grecia, hacia el siglo 1Va.C, suelen realizarse dos distinciones en el con Junto de 1s saberes humanos: 1. Una primera entre los saberes taéricas, preocupados por averi- {uar arte todo qué son las cosas, sin un interés expliito por a fccién, y los saberes prdcticos, a los que importa discernir ‘qué debemos hacer, c6mo debemos orientar nuestra conducta, 2. Una segunda distincién, dentro de los saberes précticos, ‘entre aquellos que dirigen Ia accién para obtener un objeto ‘on producto concreto (como es el caso de la téonica o et arte) y los que, siendo mas ambiciosos, quieren enseiarnas a obrar bien, racionalmente, en el conjunto de nuestra vida centera, como es el caso de la morat (6). Diversas formas de saber moral Ahora bien, las sencillas expresiones eracionals y «obrar Fa cionalmente» son més complejas de lo que parece, porque alo lar~ go de la historia han ido ganando diversos significades, que han ‘obligado a entender el saber moral también de diferente manera, Cuatzo, al menos, de esos modos de entender ciales en la historia de la ética de Occidente (7), por ¢s0 los co- Goren A. (04). Dies palabras clave ic, VD, Ese, 194. (© Aesroress Fuca a Mcomace Horo Veaials 2.34 Corrs, Bon opcnda y demccracin radica Teer, Ma 199, c8 pu i. 23 mentaremos de forma muy breve y en la segunda parte del libro cextraeremos consecuentcias de ellos para la educacién moral. BUSQUEDA PRUDENCIAL DE LA FELICIDAD SSegiin wna tradiclén que arranca de AwusToreuss, concreta: mente de la ftica a Nicomaco, obra moralmente quien elige los medios mas adecuados para alcanzar la felicidad, entendi- 4a, como autorrealizacién. En definitiva —piensa esta tradicién—, las personas tende ros necesariamente a la felicidad, de fortea que la felicidad es el ‘fn natural de nuestra vida. Pero: fin natural, sino tam- bién el fin moral, porque alcarzarlo o no depende de que sepa- mos elegir los medios mas adecuades para legar a ellay de que actuemes segiin lo elegido, Obrar moraimente es entonces lo mismo que obrar raclo- ralmente, siempre que entendamos aqul por

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