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Carmen Cecilia Suarez EL SEPTIMO CICLO ARANGO EDITORES La estructura de EL séptim cleo, segundo libro de eventos de Carmen Cecilia Surer, gia alrededor de Ia problemitica de ln mujer colombiana de las tres dtimas décadas, tema al cual permanecesiem re fiel sv autora, de quien dijern German Vargas "Sus cuentostratan casi siempre dela soledad, de lasoledad de lamujer. ¥ de sus confictoscotdianos con la vida y en It vida, Y en ellos est siempre presente el amor. El corespondido y el otro’ ‘Cada uno de los sete relatos que componen este Hideo desarolla una forma diferente de abordar 1 _sénerocuentistco: experimental para a batalla entre Ja ciencia y la magia, incluso con aportes de la sintaxis cinematogifica; a manera de vieta para los mis liicos relatos; en forma de recuerdos de cexperencias vivid, o bien a modo de péginas de diario intimo, de imégenes de “tableau” cargadas de ironi, de intrigacuaspoliiaca, de indagaciones en viejo documentos familiares Por estos relatos cruza la mirada de una protago: nista de su época, victma otriunfadora, que ans liza y padece el amor, la estructura familiar, su propia interordad, su pasado, sus duds ycertezas Pero también la isin de una esritora que observ, analiza y crea poesia sobre su entorno social hs ‘6rico. Como dijera Jorge Elicer Pardo, en la obra de Carmen Cecilia Suiter “suede todo y nada. Se entrelazan muchas historias que en realidad son slo tuna: aquella que todos cargamos con gozo y dolor, ebajo dela pie Carmen Cecilia Suarer Carmen Cecilia Sudrez EL SEPTIMO CICLO x Era ea I pocaen que ls palabras eran como magia {mente humana tents podetes misters ‘Una glabra hula al tar dra tener extras consecuencias ‘Podiaepennamest vlvese viva ‘Vo qo a gente gueripura volveseraldad “odo to que tenia qu hace ra deco Nae pata explicit Per att et Pour Estinel La casa azul Hay que amar a Dios en fri del cuerpo La Maga Aaa ElRector carraspe6 tres veces y se reacomods cn la silla, Con timidez. mie6 las largas piemas ‘que se estraban sobre el sofé de su oficina, las cuales se traslucfan bajo el vestdo de gasa color azul cobalto Blanca sac su pitllera de marfil y aguardo hasta que el rector le prendié el cigarrillo con el encendedor de oro que reservaba para ocasiones ‘especiales. Fumé perezosamente, mirindolo a 10s ojos. Después de un largo silencio, é! logré balbucir: “jEn qué puedo servile, seniora?”. Ella contest6. en susurtos: “Tranquilo, primor, me amo Blanca. Nos estaremos viendo con fre- ‘cuencia”. Y desapareci6, se esfum6, 0 asi se le antoj6 al rector que qued6 ruborizado, respirando tn aroma flores del todo ins en 8 desp- cho. ~ 0 Todos ym a 1 1 Comité Curiular de Mercadey ny de conferencias, Ese micrcotes, Tos age” reo et we eee Mesto gece soma a Prmeee Ros att ged inet ta ‘mujeres con vestidos alegres y apretadoe rosin conte sen Be gras Crane sc nent omg os ¥ @ creolina, como huelen los cafés de pucbie cama tar les ple taron sin embargo, de apartar unas mesas y ret : Rarer ean i vino una de las mujeres a preguntarles si querian ans aean eee comenté. Se aceres contoncéndose al Decano pancmar polio naan one entrecortada dio por terminada la sesién. m Cuando el profesor del Seminario de Post grado entré al salén de clase, tos estudiantes bailaban encima de las mesas. Entre ellos, ws muchachas desconocidas, con mallas blancss bordadas en billantes,ligueros y medias de sd repetian los movimientos ritmicos con cet frialdad, sus cuerpos movigndose como pot * solos. Una a una Tas prendas fueron cayend®* 10 desnudando los senos, las piernas, las caderas Bilas parecian no estar presentes, Sélo los estu diantes mostraban entusiasmo, mezclado con algo de culpabitidad. Una pareja se besabe y acariciaba en un rincén. Iv Mimi Pinz6n manejaba la sabidurfa de la magia. Habia sido puta, pero al descubrir que tenia talento para bruja, decidié perfeccionar ese nuevo arte y quedarse en el burdel practi céndolo. Le haba sido concedido el poder de los 7 ccuchillos, lefa el J Ching, la taza de chocolate Y las cartas a quienes frecuentaban “La Casa ‘Azul" y preparaba brebajes para la belleza y el ‘amor. Era famosa por su locién hechacon semen, (que quitaba las arrugas y revivia al més muerto, de la cual decfan que era mejor que los embriones se cordero de la Doctora Aslan de Rumania. A Jos clientes que donaban la materia prima, el establecimiento les rebajaba la tarifaen los otros servicios. ‘Mini Pinz6n era muy conocida también entre las sefioras del barrio, quienes iban a comprarle tungientos y a que les leyera la suerte. A veces le pedian el favor de que, al echar las carta, les hhablara a los maridos mal de las queridas para ‘que las dejaran; a las mujeres de “La Casa Azul” ‘50 Jes tenfan celos, pues, por lo general, eran u mores de paso; pero sf a ns quer amafadoras. Fue Mimi Pinzén, en una de sus aparicione quien le recomend al Rector que consultara a profesor Miller. Se sent6 en la mesa de juni del Consejo Directivo con la bola de eistal yo mejor turbante rojo y le dijo: “Consult lasexe Is, diga que yo lo recomiendo" _ELRector pidié entonces autorizacin al Con. sejo Directivo para recurrira medidas no conven, cionales con el fin de enfrentar la situaciGn AS, Ue eran v A pesar de sus 90 atios, el profesor Miller era un hombre vital, recio como un buey. Tenia luna mirada azul, translicida, juguetona, que re cordaba la de un nifio travieso. Su desvan estaba cubierto de mapas del uni- verso, de las matios, del cerebro, del cuerpo y leno de libros sobre los mismos temas, anotados fen rojo en las mérgenes, con una letra muy pe- quesa. Habfa llegado a Bogots al iniciarse en Europe la Segunda Guerra, El estudio y los afios no le ‘habfan quitado la frescura, ni el humor. Escuch6 al Rector sin demostrar sorpres. Luego le recomend6 que regresara en unos dias. Levanté el mapa astral de la Universidad —sezti" la ubicacién de los planetas, en la fecha, hora Y sitio desu fundacién— para determinar las acc 12 nes aconsejables, de acuerdo con las tendencias Gel destino. Fue asf como envi6 al Rector a donde Ma- dame Sosotrz. vl De los ofdos, nariz, ojos, manos, pies de Madame Sosotriz —tras la leve cortina que la cubria— comenz6 a salir una especie de neblina que se fue apilando a sus pies, como copos 0 telas vaporosas Luego el ectoplasma ascendié hasta adquirir ‘una figura similar ala de la médium, de la misma cstatura y contextura, para luego convertirse en la de Blanca, con su pitillera larga, la melena iza, alborotada, el maquillaje excesivo. No fa duda, era Bianca. El Rector la reconoci6, carraspes tes veces y se sonroj6. ‘Al lado de Blanca aparecié un hombre alto, enjuto y canoso, de mirada aguda. “Madame Sosotriz, con los ojos cerrados, ha- 116 con una vor. ronca de hombre: 4 “Soy Emmanuel Swedenborg. Cuando ‘La Casa Azul’ fue destruida, hace ya muchos ais, para dar paso a la Universidad, todos nos alegra mos por este nuevo sitio del conocimiento. Pero hoy encontramos que Ia Universidad se ha ale- Jado de la vida, Ha perdido el amor, la alegra, larisa, que son parte del saber humano, Aun el verdadero entendimiento intelectual ba sido 13 one etn aterns | x vil El arte emerge del refinamiento de los sen dos. Si existen la pintura, la misica, la literaturs, Ia escultura, por qué no el erotismo en calidad de arte, si no es otra cosa que la sabiduria del cuerpo, el placer estético del amor? Las prostitutas son semejantes a los camaleo- hes, ajustindose, adapténdose a los hombres, Algunas son mitémanas, expertas en hacer sentir a cada uno el nico, creando paraisos artficiales ¥ pasajeros. Casi siempre son frigidas con todos, menos con el que aman, en una forma de fideli- dad, de ética, una reivindicacién del amor como diferente de la sexualidad, que contradice su of cio; similares a los geranios que a veces crec en ollas viejas colgadas en casas de bahareque. Pero Lilith era diferente. Especialista en el orgasmo “psicotrénico” —que se inspiraba, con ciertas adaptaciones criollas, en el conocimiento ‘milenario del Tantra Yoga, el cual, segin sus ‘seguidores hinddes, es In aproximacién al ciclo 14 en la tierra, ella buscaba el contacto con ef infinito cOsmico, a través del éxtasis sexual Sélo tenfa relaciones con hombres muy espi- rituales, inclusive sacerdotes. Aun asi, no sem. pre alcanzaba el nivel maximo de fusién con la energfa superior. Por lo general, exigra un entre. ramiento de mucho tiempo con el cliente ‘Cuando conocié a Eliseo percibié desde lejos su olor a bosque, a érbol antiguo y profundo, de alguien que viene de muy atris, de muchas reencamaciones. La primera vez que se amaron, Ja fuerza lanzé lejos los corchos que taponaban sus puntos de energfa. De ahi en adelante, todo fue més intenso y ala vez més tranguilo, La corriente de ambos flufa igual que si hubieran limpiado el canal de riego de sus cuerpos, lleno de arbustos, de hojas secas y recuerdos No volvié a desear a ningtin otro. Su pasién era como una piiata, apefuscada de dulces de todos los colores, de cuentos de calleja, poemas recitados de memoria, narraciones historcas, pe- netraciones y flujos y besos y temura. O en mo- mentos la comparaba con un poligono, un cali- doscopio, de giros y matices caprichosos y por todos los lados se percibia pegada a él, como ‘con pega-stick, deca ella. En todo caso le habia salido con fapa, premiado: el merengue era la Piel y la cereza’encima era el espfritu, lo que Inds solfa escasear en “La Casa Azul Sentia que su vagina parecta una flor que se abria para recibirlo y cerraba sus pétalos ondu- lante, para acariiarlo. Lo advertia erecer dentro 15 de ella, apretarla, invadirla y Iuego su leche tity en sus entrafias, tal cual si fuera a quedar yng Parte de él en cli, para siempre. No necesitatna Palabras. Ambos segufan esa miisica secreta, exy cadencia que se capta a través de la piel, de: fox roces, de las caricias. Al acercarse a él, vefa su aura, a ¥ verde, otras —cuando se apasionaba— naranja y fucsia y, cuando estaba tranquilo, blanca azul. Experimentaba su energia y la suya conec, {adas y un anillo de luz que giraba y los envolvia ambos después de unirse, abriéndoles los pore ¥ dejandolos vivificados, rejuvenecidos. Era e] ‘rgasmo psicotrénico en tecnicolor, Copulaban con afén una y otra vez y después ella quedaba con las manos abiertas, palpitando ¥ humedecida, el pulso vibrando con su ritmo, omo si él no se hubiera separado de su cuerpo. Se olvidaban de todo, de la luvia, de la gente, del dolor, del cansancio; no pensaban, sélo sen. ‘fan. Enseguida de la explosion escuchaban nue- Yamente las voces y los ruidos en la calle y vefan {a luz entrar por la ventana, a la manera de un enacimiento—tras haber es idemtdad, unreconocimiento agra decido del otro. — veces lila En ocasiones querfan estar juntos sin hacer ¢l amor, sin hablar, quetos, en silencio, singe dose, metiéndose ‘cada uno en la encrata del otto, O tendidos en la cama miraban las f en el techo antiguo y jugaban a inventar figures de igual modo que de nifos lo hicieron con tag 16 ene hc a 7 Lilith sabfa que el afecto es, Peed al clima. ba rene vp us varias apa jones en las sesiones de ee eee ios yp ae se deal ale ieee teemamg coer lord hasta el séptimo cielo, Asi = TN i es Se oral Enea ‘objetal, sino 1 ca srgiena wl Fechner Agregé que hay cosas que nO Se pueden expe, ‘Areas os tolamentevviendolas. Y pare rea eporede ese alguien especial queeany ore ls nooves dmenslones; nonea sect qué tan lejos se legaré, se va tumbando bases $e gs tn pra, ea on tone inmenee a conocido. vu Eliseo escribfa de la misma forma en que hacia el amor. No usaba puntos, ni puntos y comas, sino comas y seguia en unos parraicy largos, deliciosamente largos, engarzando uns frase con otra. Con palabras, o con caricias, dane Jo mismo. ide NO, te! en los escritores desarraigados, sin identidad. En los “nuevos ricos del conocimien, 7 gue han aprendido de memoria una cultura oir y que hacen alarde de ella, poniendo Tatin, pesonaies a hablar mal en inglés, o en oganein, me"auina, sin profundidad, cuya Pel Heit 20s majestuosa, sino vacta, de ore Ta espala 2° Su voz y su verdad, volteando la espalda a su destino seri fetalado, como los videntes pact ¢SC%t0" 8 €l promi n Yidentes, para interpretar su ropia cultura, al estab) onsciene colony P22" contacto con el in Ja palabra, ¥ expresarlo por medio de 18 Sus viajes por el mundo fueron ante todo un recorrido mistico, En Europa comprendis el sentido de as ige- sias géticas, de los vtrales que spar sificadoa, de las esipulas que penetran igual que agujasen el ciclo, del incienso y la misiea pre goriana que inducen al trance. Desculbrié lo que representa el rey como escogido, el poder magico 4e las coronas y las espadas, el mito de los dra, gones. Al visitar Ia capilla'de San Andrés en Hungria, sintié una cortiente que penetraba por sus pies, al tiempo que bajaba desde su eabeoa Fue una consagracién. Esta vivencia se rpitié en el Convento de los Benedictinos en los Bos- ques de Viena, y de nuevo, al otro lado del ‘mundo, en las cumbres de Machu Picchu —en medio de los 7 nevados—, en el Santo Ecce Homo en Colombia y al lado de! Disco del Sol nel lago Titicaca. Entonces vio con claridad que los chamanes del Amazonas y las brujas del Brasil eran sus hermanos en sacerdocio. Que cualquier Iglesia ¢ ante todo un medio para llegar ala experiencia religiosa, al contacto con el principio trascende te. Asi, Eliseo le explicé al Rector que la religion debe recobrar el significado de los rituales y no ensefiar formas vacias. La racionalidad occiden- {al observ, ha primado haciéndonos olvidr Ia contemplacién, que el oriente sf ha sabido con- serv como una forma de conocimiento y ue os artistas y los magos comparten a diario, en tn fstemidad de onda ale, Continusantando 19 een luz pu- que nuestra Iglesia nos habla del temor, de negacién, pero no de la humanizacién, de |f construcciGn; sefala la lujuria, pero no ensens el erotismo; prohibe la gula, pero no nos lleva ‘ apreciar el arte del buen comer; tilda la peters ¥ Mo nos muestra la delicia del ocio creativo,, Por eso propuso que hay que recuperar el caming a la vida interior, la verdadera riqueza, y que ella también tiene que ver con los sentido, Eliseo sabia que existfan hechiceros natura: Tes, a quienes la vida, a través de sus redes ma, Bicas, se encarga de iniciar poco a poco, Hay tar en determinado visitas a“La Casa Azul”. destino de ella y ella lo los simbolos que le ayud: Ambos tenfan la sensacién de haberse conocido ‘mucho tiempo atris. Con ella descubrié una via ‘mds para llegar al espfritu a través del cuerpo, ues el amor es la “conjuncién espiritual”, como dijo Swedenborg. Todo esto y muchas otras cosas, relacionadas Sage fertadero conocimiento, las dej6 consis Pidas Eliseo en las diez apariciones a las que fue convocado. Habia escrito sobre el habia sofado a él y a larfan a descifrar su vida, Ix Acuerdo N2 77 jo Dit iversidad, en sejo Ditectvo de la Universidad, asode ns atrbucones estas ‘CONSIDERANDO institucién debe, como una de sus misio- ee alps econo fomentr el ves Geroaber en cualquiera deus divest formas ‘Acuerda: orporar a todos RTICULO PRIMERO: Incorpora a f ET orgasmo psicotrnico”, “La produ de onda ala" "La eaborcion de tos ungientos magico vets VARTICULD SEGUNDO: Declares pf fs honorarion Blane Ta Peis, Mi Fin én, Lilith y liso, en rconocimiento or sus aportes a la sabiduria humana. Ell oe, fe prometen reencammar en una prim de este claustro. etwdie rs eno care los comiés curiulresestdienuiddces mente ls acta de las sesones de Madame So- Sotrz, en as que los espirtus menci niten sus ensefanzas: 21 ARTICULO CUARTO: Realizat, sobre temas de estas ensefianzas, un ciclo pe de conferencias y discusiones en las participar todo el personal administrative <émico y los estudiantes de esta Universes mismo que delegados del Ministerio de aye? cién y de otras universidades. = ARTICULO QUINTO: Ampliar la planta f sica de la Universidad con el fin de aumentr creatividad de los ejecutivos, profesores y alum: rnos, con la construccién de un Baio Romany — foo comenaéaguel da en qu a ina ema odo comenzé aquel dia en que la fxaba en Escoridn Mi profesor de antooata 1s habia prevenido en ta cle antral una peligrosa conjuncién de planetas, al tiempo can a ua ena canton de precepeién habla Geno: “Espero que toon pods ® prixima semana”. Todos regresaron menos Marte, el Dios de la Guerra y regente de Fa.” pidn, estaba en st apogeo; tal vez. st influcy, se hizo mas fuerte en mf, ya que ademas de Escorpisn tengo tres planetas, en la casa de yy, te. En la mafiana, sin percatarme, escogi tn rioso vestuario: boina, buzo y pantalones ney, una camisa roja atada a la cintura; atuendo guerillera. Puede ser que al hacerlo estuyic. Presagiando mi destino. - Era mi dfa de recreo: 16 de noviembre de 1978. El 15 habia entregado a la mecandgra!, 'a copia revisada del proyecto de tesis y despucs de tres meses de trabajo intenso ante-un escrito. rio, queria descansar. Planeé mi itinerario; det nitivamente marcial. Ante todo, una charla sobre derechos civiles de “Flo” Kennedy, la lider neg, radical, irénica y valiente en su lucha conta la falsedad de las instituciones. En la tarde, “1900 de Bertolucci: nunca legué a verla, Estabamos cantando, dirigidos por “Flo” con suatuendo de vaquera, villancicos naviderios con letras de protesta, cuando entré al auditorio, ja- deando y congestionado, un estudiante iran gri- tando: “La poliefa invadié la Universidad, han cogido a nuestros compaiieros”. Todos eorrimos a la plazoleta contigua y encontramos una mas energimena que vociferaba: Police, out of the campus. El cordén de poliefa retrocedia ante el coro amenazador. Me senti arrastrada por el furor que envolvia al grupo. Of también el cla- mot: Let the students go, let the students go. 30 1 después, al encontrarme con ellos en la Salo confirmé que siete estudiantes persas ha- ido arrestados por manifesta contra el Sha, bata Universidad de 40.000 estudiantes, siete Ea res y una mujer fueron arrestados: la mujer ia Gnica no persa fui yo. No fue casualidad YP gurante ese mismo mes, en las muchas ma- ‘ataciones contra el Sha através de los Estados Unidos, cientos de estudiantes persas corrieran jgual suerte; cabe suponer que la posicién nortea- ‘eericana de apoyo al Sha no tuvo inconvenient fn sacrificar algunos de los derechos més impor- tantes consagrados en su Constitucién. Recuerdo cuando una rubia de cara dulce y pecas me agarr6 del brazo bruscamente; llevaba ‘una blusa verde en tono pastel y una falda sen- cilla; alguien que pudiera haber sido mi compa- jira de estudios (y el pensamiento de la decep- cién me estremece atin). . No puede pasar —me dijo. Mirebeldfa se encendi6; acababa de escuchar 4 algunos estudiantes gringos lanzando insultos contra los persas, los latinos y en general los ‘estudiantes del Tercer Mundo. . —iPor qué? —la reté—, Déjeme ir. Repentinamente vi que estaba rodeada por varios hombres; atin recuerdo sus caras, sus ojos brillantes de placer ante la presa facil, su sonrisa de deleite que apenas asomaba a la comisura de los labios; dos afios después, cuando logré ver “1900”, 1a cara del “camisa negra”, me recorda~ ria eon teror es8 mista expresiéa, El efreulo 31 se fue cerrando c pujé para salirme. f LQué estén haciendo? ;Déjenme ir! Et sentirme acorralada y avasallada. pop la resign irracional ¢ injustificada de otroz sere fiumanos, €s una experiencia que espero no sc - tt jamés. Luego, las palabras que me ilumiq sobre lo que sucedia: jack Ou are under arrest for resisting a Police Officer. Lapolicfa. Me sentt alzada. fellos, uno de cada brazo. Mi pequens estatura (1.49 sin zay bajo peso de esa época (Ol Lbs. americans) no podian oponc, ninguna dos cont 10s gigantes gringos, superalimene dos con vitaminas miiltiples todos Noe dias. Sur- 6 dentro de mi una ira inmensa, Grité, pedi ayuda. En ese momento, y mas tarde entre rejas, entendi cémo la repres mn engendra la violencia, tal vez para poder justificar se Perpetuacién. La Innate ct de la fuerza desafia, reta le setelae unis en el hombre, y asi se hace nevestns pea poss: el carro, la jaula cuyos vi Y0 golpeaba con furia Fenda mi alrededor. pa ton de repente por dos » Inds tranquila, Pensé en lacita gue tenia con el profecct rofesor; {c6mo avisarle?. Nunca se cree que algo asi ocurtird, hasta el momento de vivirlo, Desde Ia jaula vi con cutiosidad como algu- NOS estudiantes eran, Autorizados por la policit 32 stacién y otros no. De cen la manifestacién y otros Sess eqaban, mica aa. oy los dramé mi atenci6n, ya que era un d deol Maat vi luego Tas miradas que se cruabar cae sefe de policia y sospeché su identidad. ig mis dodes cunido, en manfestaciones Gontores,conté hasta 40 paraguas en dias le wo sl. A partir de entonces miré con Sescon- vara a mis vecinos de puptre, de cafeteria, tpartamento y hasta a mis amigos. a ds tarde, la comisaria. El een fi los serenos y so afieros persas. El we con la satisfaceiOn de estar sven : ste con mi ral Despite las ucasatviades ons gue Pare con lbs, me imrestnaron a fees des lucha, la obediencia a su lider yelrespeto tal asus prncpios reigoss, A través elles ented a Khomeini emindo su deseo de e- cat na coltramienaria malstad por fc trade masts nortamercana durante! gobierno at Sha: entiendo qu puedo 0 Pens cme pero que debo act lidad de auc idacan ivan erent dem 50 de los gringos ig al enterarse de que fa se sorprendi eave soe Clombiana, ys au, cuando com Universidad confrmé mi naciona Fad Sutertenls que yo n0 conoct. el ing tas Suponiendo a aru documento en el erme nis derechos legales, cr ientras me decfan que era una Mientras me decfa « ellos, Rehusé hacerlo, alegando gue ih a Constitucidn; invité alos pers que es eiguiran plo. Entonces. me encerraro werraron en un cua no tenfa mas de tres y medio metros eun sin vista a ninguna parte y eas sin nf estuve cerca de dos horas, asf tensién insoportable. y Al fin me sacaron tarm acaron para rec las vi caer, largas y rojas, con algo i Pues las habia cuidado con esmero sora 8 con ; i ney al lado mfo a que siguieran mi ey lem. Este Cuadrados, ventilacn, ixiada, en ung las fas; triste lo con esmero para las fiestay sesea con cientos de menulas luna cicatriz en su mejilla, jgquierda y con mirada aguda, fue 1a primera rsona a quien encontré, Estaba sentada en una fepisa de hierro que servfa de silla o de mesa de omer, segiin Tas necesidades. Vefa con atenciGn Ia television a colores que colgaba del techo (los gringos violentan otros derechos a sus ciudada- fos, pero nunca el muy sagrado de ver televi- én). Més alld, al fondo, una pila desordenada de revistas y de libros viejos. (Oras tres mujeres, todas negras, ocupadas en diferentes actividades, se hallaban en el recinto; tnade elas, la negra a quien yo habfa aconsejado to firmar. Saludé con aplomo: Hello, 1 am Car- ‘men; fue tal la aparente calma, que me pregun- taron de inmediato cudntas veces habia estado ena cércel. Sonres. La celda estaba parcialmente dividida en va~ rios compartimentos y una zona comin. En cada compartimento, una cama colgada con cadenas de la pared, un lavamanos, un inodoro. Todo era de hierro La vida cambia de manera radical al encon- trarse uno tras las rejas. Dos tercios de las cosas gue se han considerado necesarias pierden su significado: la casa, la ropa, la tesis, el grado. Sin embargo, es sorprendente encontrar que @ pssarde todo, lo que se lleva dentro es suficiente Para seguir viviendo y aprender de la vida; para ‘rear, el espiritu siempre es libre. tag PENSE que tal vez mafiana estaria afvers, Si {8 cosas eran. como en Colombia hace agin "mp0: todos los estudiantes al circo de toros 35 Eon ed com ajo roma vara libro 9 pape, igintha que eH : is Ta cel seria un tena para investiga hind Tras aisiad com mis compairay ge sign. Me eontaron ws "crtmenes's ai 2 veteranas; preferian estar en la cércel a est fuera y ser sometdas al ehantaje contin ae supervsores de Probation. No vetan nt oc bilidad de luchar, ni sentfan el furor al ene cect sir zn fora minima, con una vida de frustacion y de oo sin, .quéno podria hacerlajustcia* con cles Al poco tiempo, Ia comida: hamburgucsy on salsade tomate, mostaza yensaladade tenn lo; gringa, pero no mala Miré la biblioteca: revistas y periédicos vie 40s. Tan solo un libro interesante, Narcisues ad Goldmund, de Hermann Hesse; su tema, la uch entre los sentidos y la raz6n, era curiosamente muy importante para mi entonces, y sigue sienlo un conflicto sin resolver en el cual me inclino cada vez més hacia los sentidos, donde se ex Cuentra la globalidad de laexistencia misma, Ta ver sea parte del mensaje que nunca entendi todo, como me dijo el profesor de astrologi {Qué fuerzas misteriosas a veces control mie tras vidas sobre la cual ereemos tener auton Y-un poder decisorio? | Estaba leyendo a Hesse, cuando a las 12:00 Pam. me Ilamaron: “Coja sus cosas y veNl® 6 | | auevas amigas me despidieron con conson mn jue era el final, pero era s6lo el comienzo. Pe gptto de mi profesor hab By sbeetgperos de universiad rcolectron ¥ M gon US$ 200 sobre la fianza de USS 2.000, costumbraba tan solo para ofen: tes). Los cargos: clos felon valde la policta y resistirarresto con violenci ujena, en caso de ser encontrada culpable: 1a eto de careel. Era muy claro que aacan- Gone procuraban librarse de un cargo de falso a patr de ese momento, tra un plan: he char, cnocer la ley americana, conseguir aboga- “dejarme”. 7 tico, de corbata impecable, camisa almidonada y olor a colonia; recomendado por la Universi- dad, estaba més del lado de la policia que del mmjo. Le molestaba que yo, siendo mujer y ex- tranjera, hiciera preguntas’y opinara sobre la con- Yeniencia de medidas que afectaban mi futuro; més ain, resentia el profundo desprecio por la polica y por la ley que yo no podia ocultar en ‘0s interrogatorios, Nunca sabré si el habérmelo Tcomendado fue’ parte de una estrategia para fender el prestigio de la ley americana, en la Stal también la Universidad estaba involucrad: tn ates lzos con el Departamento de Estado Mundu’iPles proyectos educativos en el Tercer °. como el Plan Fénix en Corea, cierta- 37 iment Ia aereaban is os interes smo y de la policfa que a los mios, face ine, decid cambiar dee recut al Public defendant pagado por el i.13 pero aparentemente més honestoapolicis jay imientas tanto alterado el récord de ares yt austria sus cargos; me amenazaron eon arma la cérce si ibaa juicio, me interfiries el teléfono, Por dltimo, con tod: la mano, oftecieron la negocia de una semana para decidirme, lel eof las laS arms en ibn, con plary alguien més, fuera de mi misma, sobre la lleeg lidad de aquel, sobre ef hecho de que ls pols 10 se habia identiicado como tal'y de que m GomPortamiento de defensa habia sido provocs- 0; s6lo asf podria comprobar que yo habia sido asaltada por la policia y no al contrario. ‘Una alumna de la Universidad, hija de un Profesor, dijo inicialmente haber visto lo ocurt do; luego dijo no haber visto nada. Otro testigo, lun profesor de la Universidad, era simpatizane de los persas, actvisa dela inquiry pot Yo, extranjera, latina, peli reera: ON Un testigo “radical” del otro lado. Jade ont blanca, rubia, ojiazul, surefa, apo Btere ye estimonio mentiroso por todo él SHER de polite, MeMTOSO por tod 38 Millema era el deseo de no acer la injus contra la racionalidad y convenicncra de iaria, La gltima noche de decision recon faamente 10 que me haba profetizad el / Ghing, eoréculo chino, meses antes, en Bagot Grextranjero en tirras extrahas y entre extran ‘obra imprudentemente. Evite los juicios Jet eles no son para vivir en ellas, sino para iar de paso". Un escalftio recorié mi cuer cst Bra todo esto una casualidad? ;Qué des- po i habia arrastrado sin quererlo? Qué sig- too ocult habia tras 1s aconesimintos {parentemente accidentales? : Ara siguente fa ante el jez y aept mi derrota, Triunf6 la razén sobre el sentimiento, Nona ech a constanca cata deg fan sido retirados. sé, enero une mena nds, A To eb pan saberlo, una “criminal fugada”. TV. : Nba ij stant. Tengotemodereen contrrme allf con el pasado. Pero tal vez encvente Ia soluci6n al enigma 39) Discordancia en Ondas Aifa Si esti que soar pcs es ligt, io que cure a hd se Sof ems, sn arma ec Marcel Prowse En Busca det Tiempo Perdis A través de la pared de adobe entra —a la soledad de mi mundo intemo, silencioso— e! mundo exter, por medio de las voces, as con- versaciones y los ruidos. Viene hacia mi sin que sus protagonistasse- ganque soy una observadora ciega pero participe de odo. Los ancianos, los gamines, los bora- chos, los enamorado, los vecinos chismosos, lasteatas, los locos, los artistas, todos penetran §pueban este recinto blanco, echoso, inmenso, con su béveda resonante de vigas amarradss, 4ve semeja un gran vienre. Ese mundo exterior a veces estorba mi sole- dul, Porque es aqui donde he regresado ala Bima, desvistiéndome de los dstraces adqu "ies, donde he vuelto ser yo. A través de los {hs de las ropas, de fos diferentes peinados, les amorescambiantes, de lo sitios vividos, {Bites con otros os, divrténdonos,sultien- ie iténdonos incémodos, para luego dejar “sciones exploradas en la fogosidad dela 4l vent, Is ideas prsegudas en el feney yy descubrimiento y retomar a fo antiguo, a) verdadero que se mostr6 mas claro en In eap™ tancidad de la niiez, pero que ahora se rec," con seguidad deo propio, con tran de quien lega a donde deberta, asi sea Ip yi Es como en el cuento del pijaro azul, yi evento que me fasciné desde que mi pad ar una noche a la hora de la cena: la felicia estden el patio dela casa, pero para hatlaria ay que viajar por mundos distantes y buscar a Ie, falsos pajaros azules que son so ilusiones, que ‘mueren, se desvanecen 0 cambian de color ¢ ig luz del dia, Asi he vuelto a ser la nifa que escribia y lia sin cesar, que ansiaba espacios de soledad’y te flexién. El misticismo sigue ahi, la sensualidad, cl refinamiento exagerado. Sin embargo, ya no la timidez. Porque no me siento extrafia como antes. Me conozco y'me gusto. Sé que soy dife- rente de unos y parecida a otros, pero que sim- pPlemente soy. No puedo dejar de escribir. Todo se convient fn palabras. Esa bisqueda incansable y casi Siembre inatil por retener el placer, la sensacién, 4a belleza. La posibilidad de recrearlos es la pa labra: es nuestra proyeccién a la eternidad. El Artes Dios, o nuestro acercamiento a Dios. L8 Palabra tiene una magia que va mas allé de 10° ‘Sotros mismos, a verdades profundas, oculta ‘ve con frecuencia desconocemos hasta ¢l m0 ‘mento de pronunciarlas;y aun después de haber? 2 ho, son otros los que deseubren el sentide prmpleto de lo dicho. Con las palabras creamnos {partir del caos en viajes dolorosos a los tines 2 inconsciente, al demonfaco. ¥ pensar. Pensar es una forma de desanudar tamente, aplancharla, desarrugar los recuerdos, las impresiones, lo vivido. Hay veces que mi Jes ate se independiza de mi y comicnza a jugar wt hacer piruetas, Es cuando reconorco @ mi diss alborotado, ensofiador, divagador. Yo Fontemplo sus proezas sorprendida. Ctras, en cambio, mi cuerpo se separa de la racionalidad 2 picrde en otro tiempo lento para exprimir U puscer, para enfrentarme # mi misma, « mis fanasmas, a otros, a sus Fantasmas. Sé que al fender a una obsesion, al asumirla y agotarl, fiero mi energia pot las obsesiones que siguen y que aparecen de repente como si hubieran es- dado esperando turno con paciencia. ¥ me encic~ mo sitiada por las fuerzas de la creacion. Me falanen todas las direcciones, me destrozan, me seaparan, me dominan. Siento en ocasiones que ‘no doy para este galope acelerado, que mis fuer- 12s no aleanzan, pero no puedo para. ‘También he encontrado de nuevo el encanto e soar, de sumergirme en ese paréntesis 1aTE0, ‘muy largo, en que se recorten otros mundos, SE ‘sti con otras gentes, se viven nuevas aventuras La otra noche tuve un suefo... ocurria en un Gallo medieval, en un dia esplendoroso de ‘0l.. me tire por la torre, tal vez huyendo de © de alguien, no recuerdo bien (el suefio) a Ab sentirme en el aire Me aleMoFic€ y con, ar eaer pesadamente ind Entonces, algo demise fotos "relate, aMGjte, AGjate llevar yy | imientes de aire y disfruta de tu libertag Sole, planeé sobre las nubes, abajo el may tnenso y las arenas doradas y el sol brit sobre mi. Comprendi que la liberacién era qi sas luchas por un pedazo de poder, espacio, insignificantes en mi vida. Quirg ye Jando podria viviren plenitud. Porque de alguy, forma somos truncos, no somos todo lo que pe driamos ser. Hay vastos tertitorios inexplorados, en la mente, en los afectos, en las sensaciones y para penetrar en ellos tenemos que soltarmos romper con lo aprendido. Pero sofiar y despertar van juntos... es del cioso despertarme al ritmo de mi cuerpo, dejando 4que poco a poco mis sentidos recobren su vial dad, tentando mi estado de énimo para acomo- darme a él, ante la luz del dia y las voces de calle, sin escuchar el tic-tac de un reloj 0 ¢l sonido horrible de un despertador. He descubierto que cuando pereceo en lis ‘mafianas y me hundo en ondas alfa —lo mist que cuando echaba globos en clase y me regaiths Ja maestra—aumenta mi lucidez y se me ocurte? ideas y soluciones extrafias e inesperacas En medio de este vientre blanco, com® # bello ombligo esté el patio; un oasis con st ™ ciza pileta de piedra, inundado de matas ¥ HOC rodeado de techos. Techos hiimedos. Tech0s re los que a veces brilla el sol, extrayent! 4 Ajay gumerables 10008 ro jos, naranas, aay dos. Techos sobre los que se destino?) ™Or™ has gatos en Ta noche. Techos que ment anil fuerte de un cielo bogotano. Techos sept jos que baja el agua a torrentes, oor Hoy he nota que la luis es dur, amara, porgue cae sobre una ciudad desconcertala 9 herida. En las noches pasadas he escuchado bom. bas. Afuera, as arengas, el tumulto, el dolor, que me arrastran, me sacan de mi guarida inevi- ablemente. Un loco grits: “Gaitén dijo: "Yo soy cf alma del pueblo, su fuerza; si me muero este se volveré mierda’. Y asi fue”. 45 Sin obras No pasé de ser una tentacién, la posibilidad aterradora de un pecado mortal Primero fue Ja Semana Santa y tu promesa de ir a verme se refundié entre los tez0s y las misas: “{En viernes Santo? No, jrotundamente a Luego, en el dia de la madre, el semblante agrio que ves todos los dias se transformé en la memoria, cuando recordaste su sonrisay sus bra- 20s suaves estrechando a tus hijo. Més tarde vino el Dia del Padre y la vocecilla ronea de tu super-ego te advirtié que corias serio peligro de olvidar tus obligaciones. Después, el matrimonio de tu hermano con 5% grandiosa fiesta familiar; henchiste el pecho al lado de tus hijos y tu esposa, y Horaste al oft Os votos de “hasta que la muerte nos separe”. fh Of tltimo legs el Papa, hablindonos de la “mila y la fidelidad... a, cuando me encuentras en ta calle te its, recordando tus pecados de pensamiento 47 — Y palabra, y atraviesas apresuradamente a a cera i 48 ‘Tres dias en Nueva York Nuova York de cien, Nueva York de lames de mc Federico Gatefa Lorca “Odea Walt Whitman En este dia lluvioso, leno de punticos grises —semejante a un paisaje impresionista—, en el cual todas las cosas adquieren una naturaleza etérea, irreal, recuerdo esos tres dias en Nueva York y todavia se me encoge algo dentro al hacerlo. ‘Nueva York, “capital del mundo democrati- co”. Tiene ocho millones de habitantes, dieci- siete mil semaforos, seis millones de teléfonos; gasta en su mantenimiento jdiez mil millones! e délares al aio. Bajo la espesa nube de contaminacién, alld ésté, alejada de la naturaleza. Es diferente a ‘odas y cada dia el hombre es més extrafio en «lla. Encerrado en sus pequefias jaulas —“conve~ nientes”, dicen ellos— en las cuales la distancia la cama, la sala, el comedor y la cocina 8610 unos pocos metros, alléesté el hombre, de wlado, solo; ante sf la vista sucia del edificio Ug pM, respirando el humo de diez cigarri- 'atios, asi no fume, comiendo alimentos pre- 49 . tals co or Sor at epg ochre Yer bien, 1 fines de semana pucde gy en el almacén mas grande del mun; . asain emp deto dono pcos amas nas en ree fe Sarato de pamites, todos compra el tata de exis 0, st quere, iar Ix cn Sea leit maa del und, dein cla est Comerioy ala Banes int nal desde donde lane ts se ve marae, Cnvolviendoa Nueva York, separindoladl cy taal, del atndstra, de fou lo que en ga ‘ella 0 vst Tos inmensos muscos dente | fie ha queda spisionado como wn segs el pasado, como ina flr extaf, Inslaey piser por Cental Park esto pari lee 140, con a Recuerdo esos tres dias de compras, siti dome avergonzadia al pasar por los escas0s pat {es y vera ls vejtos entumidos en sus bancas, Sorprendiéndome en las esquinas y en los rest rantes ante locos que hablan solos para sentir otro ser dentro de la masa anénima, ast sea fc tii. como si permaneciera en el hombre, at en Ia Soledad y en ta locura, el recuerdo cas areaico de lo que es la relacign humana WY 18 vieja... aquella mujer de ojos duos. azul acero, envuelta en su abrigo negro de mo blanca, casi transparente. No sé Jo a la memoria los campos be oneentracion Nazis: me la imaging con un {uel 50 igando judios. Su imagen desentonaba total- smerfrados: bondadosa, cansada, contemplando pentenissda lcjosyicomo si yo wo Fler parts 1 vit No, esta viejaemanaba algode maldad, Yo espera a Rodrigo en una esguins. La vjnmerondaba, Comeneé asentrme incmods penetrante, Procuré distraerme ob- bajo Su alrededor. Las prostitutas de cabe- fon teds yorejas cansadas se bajaban pis: - wvadiendo la luz del dia y Tos carros, eva y sete riona de Tos hombres; entraban au fo antigo de adil, ex art noweau, Steal we alzaba con tristeza, cuberto de olin las en lugar de vidrios en algunas ver: yore Mella comises que adoraban su ft thal evocaban un pasado glorioso Varios hombres comenzaron a mirarme Ls visa le io la vuelta a la manzana y regres, dewéndome de reo. Qué psaral el xioné. Tal vez ese era su terri ’ haha que yo estaba slicitand sn su perm 40, Percibi su energia extraiia, frfa. s te os hombres lujuriosos, con tufo de tas- ‘echo y ojos dilatados de borracho, temi 2quellé mujer. ig0 no aparecta Pensé que tal vez. ella odiaba a las mujeres Jvenes porque le recordaban su belleza y stud ya idas. Posiblemente me atacarfa. Me ngjé mas a los hombres; ellos sonrieron con "sit, Pero me senti protegida. in L 51 oiaminansinanses Traté de imaginérmela buena, para expe, rmentarsimpatia porese serhumano que va mnt spinor sername de la muchedumbre; no pude hacerlo. De prop” ‘se fue acercando a mf con lentitud. Yo rere? simulando no verla, aproximindome caja misa los hombres... Se oy6 un pito: era Rodrig, CCorri hacia el caro y grité, casi histérica Poy qué se demor6?”. El se puso bravo, pero ya ny importaba. Estaba salvada, aunque no sabia de ue... Pe noche escuchames Reagan y asus ae sores de defensa hablar sobre el recorte del pre supuesto de los programas sociales y la amplia cin del presupuesto de guerra, hay necesidad dde mis armas, decfan; los hombres, aviones y nisiles que tienen los Estados Unidos n0 son suficientes, pues los otros tienen mas. Hay que Construir una bomba mejor, 1a que mata a los hhombres pero deja intactos los edificios: asi st reduciré la pérdida econémica en caso de guer®. (Me acosté pensando que si una bomba bastab! para destruir al enemigo, para qué se necesitabat dos y mucho menos cientos. Sofé con 10s 008 fails del vi y lav contro, ‘caminand? mp). Al otro dia lefmos en la prensa: . “Varios billones aprobados para destrlt ®t mas biol6gicas obsoletas pues no hay dénde ‘acenals." amok “North Caroline no permite que Florida ‘mds desechos nuclearesen sus campos”. (Meo 52. {que ahora tentrfan que buscar dnde Mevartos. fal ver las selvas, Tas Manuras a los mares del ‘Tercet Mundo), "Sigue la guerra en El Salvador y los Estados Unidos enviaron asesores para defender la demo Ia libertad en América Latina’ aquella realidad ereesa y ida ver mas, Desayunamos y nos fuimos de Nueva York. Conmigo, ademas de un inmenso vacfo, se fue la mirada de la vieja eta eliinico ser que se habria acercado @ mi en esa gran urbe. Respir con tranquilidad cuando erzamos el limite de la ciudad; al fin Ia habia dejado atris, pero, gquién era, y qué queria? Casi me artepenti ‘& no haberle preguntado, 53 1 séptimo ciclo Al abuelo Pedro Leén In Memoriam La memoria genética... De igual modo que tas mariposas regresan, sin saberlo, a pasar el invierno al arbol donde vivieron sus antepasados, tno toma a los viejos afectos y sitios que otras seneraciones han vivido. "Tal vez ahora entendfa el porqué de su regre- 10, su volver a recoger las fotos, cartas y libros de tantas personas antes de ella, El escoger una casa cerca a donde vivi su bisabuelo, el radical ) bohemio, su to el lingtista y amante de la buena mesa, como vecina de siete personas, Cv. yas historias, también ligadas a 1a suya —si0 due ellas lo supieran— cargaba en esas Cot “Las cajas para trascender”, como las 1ar% ban burlonamente sus amigos. Cajones, ie canastillas, coftes grandes, pequenios ¥ Terr” tos, con cartas, Fotografias, diaries, ‘stoque y Jas charreteras del baw y las peliculas de sjas botas de montar ¥ Compraventa. Su madre habia muerto ¢| periédicos, cheques sobregirados y corchye ‘champaiia. 8 de Be spine aera pers guts eon par ques pae tv neve une Baregueepudirromemorar el pasa descifraro... esa era la tarea de los viejos, en su trascendencia; y el destino de ella, cra, su tumo, narrar esos hechos, déndoles identidad y significado a la vida de muchos y a la suya pro. pia. Pero él ahora yacfa en un lecho lejos de al. No queria morirse. Su organismo resistia. Quizi Ta gente que lo rodeaba esperaba su muerte, por compasidn, por cansancio, por tantas otras cosis que no se’ podian decir, que ellos no podin admitrse asf mismos. Acaso era la tinica forma de matar al padre, ya que no habfan podido ro per con él de otra manera. Mas no sabian que lo Hlevaban adentro, en sus gestos, en st imp Ciencia, en su misma grandeza, y que él pest ‘aria en ellos aun después de suv muerte. Ese cuerpo deteriorado, sin fuerzas. &! mente que habia perdido su luci dja 4o mejor de si detrés, en sus carifios y sus odlos en los cuentos de hadas que les leia a s 7 en las noches, en las anotaciones al marge” 4 sus libros, en sus luchas, en sus clases, ett eseritos que ella guardaba en aquellas eas: PY 1 haba aprendido la magia de la palabra esti" 56 el placer del pensamiento y la conversacién y, ante todo, la importancia de los afectos. No era casualidad que mientras é1 moria, su nieto de 16 aiios usara el sacoleva del abuelo con bluejeans y camisa roja en una fiesta de rock y que él fuera a ser enterrado en la iglesia en que fue bautizado el nieto. El mismo nieto en cuya nariz y quijada ella habia encontrado que asomaba Ia vitalidad indémita del bisabuelo. Eran como semillas que se destrufan para dar a uz en otros. Del bisabuelo, el abuelo de ella, erael diario, descuadernado, deshilachado, que teposaba en las cajas, donde con letra fina y elegante de intelectual y de ministro él consigné los sucesos de su época y, entretejidos en ellos, los del amor —el de la abuela— que lo obsesioné en medio de la guerra y los de los antepasados de las siete vecinos de la calle de “San Eliseo” El azar tiene un orden, orden del destino, el {que forja la historia por medio de las convergen- cias. Recordaba lo que habia leido en el Eclesias- tés: “Ademas vi bajo el sol que no es de los veloces la carrera, no es de los fuertes el comba- te, ni tampoco de los sabios el pan, ni de los inteligentes la riqueza, ni de los habiles el favor, sino que el tiempo y el contratiempo octirrenles a todos” Curiosamente, el destino de la casa se cruzaba con el suy0, el del hombre a quien amaba y el de tantos 01108, No sabfa atin e6mo, con claridad. Ella percibfa, intufa que la casa comenzaba a 37 abrirse como una vagina que TENSE antec seri fruto cuya came PUIPOSA reviena cp = Ser ae oin aguardat 2 que TO Abra un cay gue descubre sus secretes —Justo al inci Grimo afo de su estadia all (e ciclo esr Se tas culminaciones)— ¥ desnudaba sus pn, $e Nous murales escondidos, Y Sus nuevas la, fas reeibjan las cajas que empezaban de igus) forma a destaparse, en el renacer de urna v historia, ‘Sentada en el suelo, rodeada.de papeles, lela en el diario del abuclo: Pamplona, sept. 4 de 1901 Hoy estamos de viaje: en la calle nos esperan las mulas ensilladas. Dentro de po°0 tiempo iré ya lejos de Pamplona y de mi novia y esta noche estaré bajo un toldo de campaiia, con mis recuerdos. En el Campamento, sept. 7 de 1901 Son las seis y media de la tarde. En ¢ oriente un ave negra vorita grandes boc das de sombras que se esparcen con rapite) por el espacio en todas direcciones Y ° 2 occidente aleénzanse s6lo a percibir las We lias rojizas del sol en su fuga precipita 2, la noche. Ha muerto el dia y estamos °° hora en.que se agrupan en nuestra cabe7s acontecimientos de toda nuestra vida. U% minutos més y aparece un pedazo de 1” 58 encima de los eerros, Fs ta luna, 1 se tora melanestica Nuestros toldos se ven como casita bk cas que aletean al contacto del viento, Yo cerea de una de cilas, reclinado de. codos sobre un cimiento de piedra, observa las transformaciones que se han venido suce- diendo y dejo escapar del cigarro que tengo ala mano, blancas nubes de humo. Tras ella ha ido Ta imaginacién hasta la tumba de mi madre a Horar allé; en ellas me he trasladado al hogar de mis padres, donde mis hermanitos juegan alegres en el patio y mi padre con los ‘mayores habla de sus negocios y de la politica Y fa guerra; en elas he viajado a la casa de ini novia y la he visto recostada contra I barandilla ‘del jardin, pensativa, aspirar el perfume de las flores y contemplar bajo la Tuna los progresos de las plantas que ella misma sembré y que han florecido con sus cuidados. Sélo una, la que plantamos juntos una vez, esti seca y marchita En la tumba de mi madre ia en su santo ejemplo y la vi orando por sts Ila plegaria. Bn el hogar encontrs el alienso de fos felices recuerdos infantles: ent niflos of mi nombre y también de m9 Porvenir hablaron mi padre y mis he Cuando Tefan una de mis cartas: Me penstr’ Marina? Acaso st: aquel jardin nos ioe veces juntos, por encima de ° a llanura tantos momentos se eruzaron con las suyas mis miradas, que puede ser que todo aquelly despertara mi memoria. Si es asi me consi dero feliz, porque esos tres afectos, los tinicos fen que espero, los tinicos que necesito —e} de mi madre, el de mi novia y el de mi padre y hermanos— viven todavia, ‘Cuando volvi de esta evocacién que durs pocos instantes, la luna habia terminado de salir detrés del alto cerro y Ja tlanura estaba inundada por completo en su luz, Los vivas palidecian y a lo lejos se escuchaba la voz de los centinelas que pasaban el nimero: “uno... dos... tres...” Miraba en la pared la fotografia de ta bisa- ‘buela—Ia madre de él—en tonos sepias, oscuros y claros. Tenia una extraiia mirada dulce y triste al mismo tiempo. Le habfan dicho que habia rmuerto joven. Nada més sabia de ella La historia casi siempre era escrita por los hombres y a de las mujeres solamente se conocia a través de las palabras de los hombres. Ellas s6lo hablaban con timidez en sus cartas y en las miradas de las fotografias. En ese mirar, vol- teado hacia adentro, intenso, sensible mis alli de 10 normal —que contrastaba con Ia mirada plana de otros detenidos en el tiempo vacto del reloj, a quien la vida tiene que empujar— ell® habia sentido una hermandad oculta... Entre el polvo, continuaba leyendo: “Tengo el corazén formado de una subs tancia especial, en la cual viven largo tiem P® 60 hicieron, dei mismo mod gud queden cad mol as inscripelonesde hee ene y para borrarlas no bastan los mas fuertes y poneroso reactivos Cémo explicar que ella hacia algin tiempo hu- ‘biera anotado en su propio diario: Bs posible que pane defo que dsingue lores humanos es quo lay dveas sts fais, La misma experiencia dj pes weeternts, seg a text, a dea del meen que se gabe Enna ss marcas imran rs nd) parece idles ¥ eee fa vivid apenas roa, djando una eno ove hull ales substances 00 mete as esteliasenaas: nos tbe seri jnas son de Helio cas son de ‘hidrégeno”... igen prendi que uss seesiiaban ne menza oas permanesian im cx ree pluses alimdonaosy NES, Se eonachhubirantcado el bao. Ea 8 Universidad encontré que igual ost ea el laboratorio de Quimica: ella terminabe el se- scat lena de mane y WECDS todos los colores y otros con su delantal CH casio Ast mismo, ay aienes © meter eI Wael nda qu som untaos aso" ‘mados por.ella. a Era probable entonces, que de alguna Formas * través de esa sustancia, os sentimiento 6 heredaran, Que esa fuera Ia causa de qu afirmaban unos, eencarnéramos en los winculos de afects para cada v. Erm lo que ella soli lamar "las tel vida, porque sus amores siempre tent ars, en los de otras gencraciones, Sf, heredamos el amor como heredamos dios... Su amiga Laura recordaba a su bisaha Ja, laesclava, la amante del sefior dela huciony y Hlevaba adentro su rabia y su impotencig ft pueblo indigena, ain hoy, se amuralla tay niebla de su mirada callada, en una iltina © ingubrantable defense de dominado ant i Ella tenfa que perdurar en su busqueda. No podia par. Dia tas day noche te ns comespondia ayudar a desenmascarat al desi Sabla que una de las claves —ademis de! diario de abelo— estaba enel sgt. El nimero Imégico que se repetiaen sus suefiosy que ma aba u vids su destino, Se encontaba cn eptimo cielo de sete aos de sa vid, gual ate lhombre a quien amaba y en el ao del Call ¢! séptimo animal del calendario chino. ues G25 sete uertasy se eumplia el spin a0 i6n. Siete eran las cajas y siete er” los h : fran MOFES Cuyas historias ella deberia dest iBuos Y perm: abuel 7 aneeta inmersa en las palabras oe! 2 En el vagén, julio 21 de 1902 © camo corre el tren! Parece un fantéstico Indice caballo que se aleja enfurecido, tascando el favo y echando a volar sus abuindantes cri nes. ‘Mi vista se pierde en el verde de los cam- pos, para fijarse luego en los picos rocosos fue les ponen término por el oriente. Ignoro {mi compatiero de butaca, quien sélo obtiene ‘de mi respuestas monosilabicas, casi incons- cientes. ienso en Marina. Lacasa azul | Un poste que pasa volando por frente a — 1a ventanilla me regresa a mi ensueiio: miro hacia atrés y veo hundirse en la Ilanura las EI Sha y yo aitimas cépulas de Bogota. En realidad ha- Discordancia en ondas alfa Sin obras... s+ bria deseado que el tren volara; hace seis meses Jo habrfa querido lento, muy lento... | ‘Tres dias en Nueva Yor jayer iba, hoy volvi EI séptimo ciclo 6 I 25 n 4l "1 49 35

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