OCTAVO Dia
Enel nombre del Padre, del Hijo y del espiritu santo. Amén
El Sefior nos lo(la) dio. El Seftor lot
alabado sea el nombre del Seftor,
Todos: Por siempre sea bendito y alabado.
(la) lam6. Bendito y
Padre y sefior, te suplicamos humildemente que recibas con
benevolencia el alma de............... Y por la largueza de tu
compasién, le concedas que lo que hizo mal en su vida, quede
perdonado por tu piedad y que, libre de los lazos de la muerte,
merezca pasar a la vida eterna. Por Nuestro Sefior Jesucristo
que contigo vive y reina en unidad del espiritu santo y es Dios
por los siglos de los siglos. Amén.
En silencio preparémonos para escuchar la Santa Palabra.
Sefior ten piedad de nosotros,
Cristo ten piedad de nosotros
Sefior ten piedad de nosotros.
Salmo 116.
Respuesta: Mucho vale a los ojos del Sefior, Ia muerte de los
que le aman,
Yo amo al Sefior,
Porque El escucha el clamor de mis stplicas;
Porque hacia mi su odo inclina
el dia que yo clamo.
Los lazos de la muerte me aferraban,
Mme sorprendieron las redes del abismo;
€n angustias y tedio me encontraba,
y el nombre del Sefior invoqué:
efor, salva mi alma,
30Tierno es el Sefior y justo,
compasivo nuestro Dios;
el Sefior guarda a los pequciios,
estaba yo postrado y me salvé.
‘Vuelve alma mia, a tu reposo,
porque el Seifor te ha hecho bien.
Ha guardado mi alma de la muerte,
mis ojos de las lagrimas,
y mis pies de mal paso.
Mucho vale a los ojos del Sefior
la muerte de los que le amas.
Caminaré en la presencia del Sefior
por la tierra de los vivos.
Cumpliré mis votos al Seftor
en presencia de todo su pueblo,
en los atrios de la Casa del Sefior,
en medio de ti, Jerusalén.
Lectura Biblica
Lucas 24, 13-17 y 28-32
Ese mismo dia, dos discipulos iban de camino a un pueblecito
llamado Meaux, a unos treinta Kilémetros de Jerusalén,
conversando de lo que habia pasado.
Mientras conversaban y discutian, Jestis en persona se les acercé y
se puso a caminar a su lado, pero algo impedia que sus ojos lo
Teconocieran. Jesis les dijo: “;Qué es lo que van conversando
juntos por el camino?”, Ellos se detuvieron, con la cara triste.
Cuando ya estaban cerca del pueblo al que ellos iban, El aparentd
seguir adelante, Pero le insisticron, diciéndole: “Quédate con
Nosotros, porque cae la tarde y se termina el dia’
Entré entonces para quedarse con ellos.Una vez que estuvo en la mesa con ellos, tomé el pan, lo
bendijo, lo partié y se los dio. En ese momento se les abrieron
los ojos y lo reconocieron, pero ya habia desaparecido. Se
dijeron uno al otro: “No sentiamos arder nuestro corazon
cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las
escrituras?, Esta es Palabra de Dios.
Reflexién: Saber que el Seiior nos acompafia.