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SERGIO GOMEZ Nacié en 1962. Fstudié derecho y literatura en ty Universidad de Coneepeidn y trabajé como profesor de castellana. Actualmente es dlirector del taller literati del suplemento Zona dle Contacto del diario Hl Mercurio. Ha escrito libros de cuentos y novelas. Entre los ‘euentos estin Adis, Carlos Mars, nos eemos en el cielo (4992), Pare del cuerpo que no se tocan (1997) y las novelas Vides eiemplares (inalista del premio Rémulo Gallegos 1996) y El labio inferior 1998. También fe editor de las anto- logias Cuents con Wadleman (1993) y MacOndo (1996). En Alfaguara javenil ha publicado Quique Hache, detective (1999) a Lunes a, 1 Het ves del 98 ilo ocur rodo esto. Desde hacia una semana, yo detective privado. Nadie en la casa lo sabia, excepto la Gertru. Los demas se fueron a pa. sar el verano a Conedn, a comer asados, a ju ‘gar baby Ritbol, a bronccatse en la playa, a mitar los ataurdeceres y a no hacer nada du- rante dos meses. A mime dejaron a cargo de Gertudis Astudillo, mi nana desde hace quince afios, que precisamente son todos los afios que tengo, Lo de detective privado resulté de un ‘uso por cortespondencia en que participa- mos con la Gertru, Durante seis meses estu- diamos secretamente, sin decirle a nadie. El uso to enviahan desde una ciudad de Ar- gencina, Cuando Hegaton los dos diplomas que- amos inmediacamente cqnvertides en detec ‘ives privados, se fue ef momento en que la Gert se eché para acnis como detective, di jo-que cenia muchas cosas que hacer en la ct say que no tenia siempo para jugar. Para dljarme tranquil se le ocurtié una idea, Ju camos plata y pagamos un aviso chiquitito en El Mercuri. Quique Hache, detective priva do, enigmass. Asi de Quique Hache soy yo. Desde hace cinco afos vi cas con jardin en Nuioa, en la calle Juan Moya, una calle tranquila cerca de avenida Grecia. Ls vecinos saludan y nos invitan a fos cumpleafios en cl vecindariv. Tan Icbramos lena dle fitbol. Un dieviocho hicimos un asado con los veeinos, cerramos toda la cua ddray preparamos el asado mis largo del mun= do, Despucs resulté que cl asada mis largo lo hrabfan hecho en el sur de Chile y el nuesico no era el mis largo. Mi bartio es tranquilo, nunca ocurre nada La Gerera dice que su barrio en co se pareve a fa cuaclra de Juan Moya Como estébamos solos en la casay deci- ddimos que si sonaba ef telefono ella se hat pasar por secretaria de detective. Esperamos tres dias después de que aparcci Se buscan personas perdidas, Se resuelven el aviso, cl aviso en to - Lunes Martes Miéreoles Jueves Viernes INDICE 09 1 125 161 cl diatio, pero sélo Hlamé mi mama desde Concén tratando de cenrarme com la playa, los dias de sol exquisitos, fos primos, los par- tidos de baby fiitol, los asados y los atarde- ceres, Con todo eso me tentaron, es verdad, pero ahora yo era un detective privado y tenfa ‘ras cosas de qué preocupatme. Luego el teléfono no soné durante dos «fas y, cuando por fin lo hizo, comeests la Gertru, Se puso pillida, me miré con cara de dlumbrado priblico y dijo ES part Quique Hache, detective pri- vado, 2 ce papel anoté el recado celef- nico: «Sefiora Gallardo, Ties de la tarde, Café Paulas. Colgué. ‘Tenia mii primer cliente co- mo detective. Nos miramos con la Gereru co- mo si hubiéramos deseubierto petrsleo en el jardin de la Como no tenia oficina, le habia pro- puesto a la sefiora Gallardo que nos reuse mos en ct cencro de Santiago, Mi abuelo siempre decia que iba al Paula, un calé de la calle San Antonio con Agustinas. Hl c tero ya no es el mismo de ances, se abuelo, pero igual me parecié que seria un buen sitio. Dos y meta de la tarde, La eituad pa recia ranguila y vaca pore estibamos ini- ciando enero. El calor derretia, Sali de mi casa yen Hrarrézaval aleancé una micro. El viaje fue largo. Enecaba una brisa agradable por fave tana abierta y un race conté los atboles que 2 A veces Lesn Hlega a tocar mi ventana, ta noche, y se queda con nosotros a Sigue comigndoselo todo. A mi mama ya la Gerteu les da gusto verlo comer. A veces con Charo conversamos del faruro, lo que vendr mis adelante, Sobre el tema hablamos fo justo, sin exagerar, esa ¢s la gracia de esperar ef futuro, no saber lo que yendri, Yo le digo que por mi parte en ef fue turo estoy esperindo un Mamado telefSnico que pregunte por el detective privado de la casa, Entonces voy a ponerme al telefono y responderé: sQuique Hache, detective, zen qué le puedo ays 165 seftora Gallardo, Miento. La vi al ocro da, en tuna de las forograffas publicadas en ef dia (a otra de Cacho Ramirez. que concaba larga historia del accidence, de don Chemo Gallardo, su padre, y de cémo destinaria el dinero de la herencia que le correspondia 4 centrenar equipos de rercera divisién -Y pensar que yo creia que lo habi secuestealo 0 que estaba mucrto dijo la Gertru echindose bronceador en las pier nas cuando no era sino un io de dinero, Hsa gorda Rosaura que no queria compartic su herencia con Cachito. La Gertru concluyé que pensando po: sitivamente, todo fo ocurrido no estaba smal como recuerdo de ese verano, mientras que mnis primos s6lo podrian contar de aburridos partidos de baby fitbol, asados incerminables y Hinguidos acardeceres ala orilla del mar fodo esto lo recuerdo también hoy, un domingo, pero algunos meses mis adela Estamos en invierno ahora, y parece tan leja- no el verano del 98. Con Charo nos seguimos viendo, Al sgunas veces vamos al cine en el centro y pasa- mos la tarde mirando alguna pelicula. Luego pascamos por cl parque Fotestal hasta la Fucate Alema ne. 164 idan pasando y otro rato me preocupé pen- sando en la sefiora Gallardo y en éste, mi pri- mer trabajo. Cuando Hegamos al centro, la micro centré divecto por la Alameda. Me bajé frente ala Biblioteca Nacional. En las escaleras biblioteca encontré mochileros sentados, ha- blando en inglés; se pidieron plata, pero segut de largo. En ese momento me sentia un detective privado y no un guia tutistico, Subt por Mac-lyer hasta calle Agus Teatro Municipal esti en esa calle, en ef camino del café. Una ver.en et colegio nos Hevaron alli a ver un fragmento de una épera famosa. Me sorprendi cuando reeonoci algunas de las arias: as habia escachado ances en comerci les de la television En el Café Paula me semté a esperar a la setiora Gallardo, la de ka Hamada telefénica, Entonces me di cuenta de mi primer error co- sng detective: no tet idea eémo reconocer a ‘mi primer cliente. Sentadas en el café habia los patejas, uno de los hombres era un mil tar, seguro, attnque vestia de civil, Lo deduje porque llevaba el pelo cortado casi al cape y se sentaba derecho, como si se hubiera tragado tina estaca, La otra pareja: un viejo y una vie- jade mis © menos cuaredta afios tomaban B Jos em cops gaat ys mirsban come sree amenaran# camera mez acerca ni mesa'y me i estadia en ca profesional, para justificar mi est ‘ Rede pedie un helado doble de chocolate con tana galleray salsa de frutilla, Mienras espe- ha prcgunt’ equivocaddamente a tes sefiorss ee ea G lunten chapel Gallardo. Meese tomé todo el hcladoy me puse a agar con la cuchara, esas lagas y finas que Ieee eon las copas de hicado, y ya estaba Ponsa ta sehora Gallardo exit tuando el mozo que me arendid y que pare- Gia simpitico, se acetcS ami mesa con un tai y ain deci una palabra seBalé una fo- tografia donde aparecia ana mujer muy wer dh excsinmente gor como svn eft peliculas de Estados Unidos, donde todos p Fecen scr gordos por comer papas fritas y hhamburguests al desayuno. Un amigo que fue 2 Miami Heys contando que enconts MeDonald’s en todas las esquinas. Se justifi- ccc entonces la gordusa porque la rentacidn es rande si esté en cada esquina aa Debajo de la Fotografia del diario pude teers ompresaria deb aft, Importance distin~ Gién recibié Rosaura Gallardo y st emp Intermar. Con mi mejor cara de investig “ las medallas, la seftora Gallardo fingié una sonrisa, Ese fue el momento que eligié el ar- quero para aceptar Jas enttevistas que le pe- dian tos reporteros. Declaré que serfa ése su Likimo partido, su Futuro ahora era ser encte- nador de jugadores de divisiones inferiores en su pueblo natal. Se iria de Santiago porque preferia una vic don jemo y del entreftador Homer Gavi- én. Aproveché ademas los micréfonos para invitar a una conk dela ducha. de prensa después 5allardo esctchs des- de arriba las palabras del arquero y su sonvisa dibujada con fuerza, se fue dertitiendo como ‘mantequilla caliente. Se levanté con dificul- tad de su sillén especial. La cara le hervia y cechaba el aire por la nariz, como tn caballo de carrera. En cse momento, Gertrudis, ef sar- sgento Suazo y varios carabineros la rodearon: Qué significa esto? ~progunts, El sargento le sonrié con amabilidad y le resp iene que acompafiarnos a la comisa- ria, hay una denuncia en sit contra por cl se- cuestro de dos menores. Los carabineros la hicicron bajar por las escaleras. Esa five Ia dltima ver que via le 163 miné otra ver. al mozo y me encogé de hom- bros. El moo, sin despegar esa sonrisa ama- ble que parecia que venia con su uniforme, me indieé una puerta interior, Lo segui. El pasillo Hegaba hasta la cocina. A ninguno de los cocineros fe interes que yo pasara por ahi. Segui al mozo hasta el patio de cemento, ceerado por las paredes de los edificios veci- nos, La tinica manera de ver cielo alli eta mi- tar recto hacia arriba, En a pared se velan algunas ventanas, los cajones del aire acondi cignado y gatos paseéndose por las co En ef centro del patio, entre dos maceteros, estaba en un sillén la misma mujer de la fo- tografia del diario, Rosaura Gallardo tenia un cuerpo gigante, como si flotara en un saco Heno de agua, Ambos nos miramos sorpren- dlidos. Ella arcugs la naviz y pregunté: ~:Quique Hache? Para no ser menos, también arrugué la barie y pregunc ~Sefiora Gallardo? encontiria con alguien mis. ~dijo fs do trabacla, sin terminar La fras ilo como ballena por el esfuerzo que le pro- ducia hablar en medio del patio del Caf Paul, —Quique Hache, detective —repett y mostré un papelito cuadrado, como carnet de identidad, sin plastificar decia que debia Hlevarse en la billetera todo el had a ahh a anna las palabras adecuadas. -No se prescupe, sehora Gallardo, lo w lo mantendzemos bajo secrete En el curso.se que profesional =No era eso sino... ~seguia atorada Después sonrié y dijo Es que no estoy acos- tuambrala a detectives privados, eso debe ser pongo que no tengo alternativa, nadie mis ha querico ayudarme 6 a Domingo 4 29 Dswingo. Nor gutinet sin i Gereru en el patio de la casa de calle Juan Moya, Llevamos toallas, bronceador y una ra- dio con easetes de Yubilda Rubilar, que a la Gertru le encanta, Decidimos no salir y des- cansat. Nos estiramos en las toallas a bron- cearnos, eepasando la larga semana que se acababa, La tarde anterior, en el estadio Obras Santas, Cacho Ramirez, como era su costum- bre, se transformé en la figura de Ferro Qui- Jin. Bl delantero estrella de Ferro, Chamaco Ornizas, se inscribié con los dos goles con los que dejé campesn a Ferro Quilin. Antes de que el sol caycra detris de los techos de zine dl barrio, ol drbitro pited el final del partido y comenzé la celebracién en Sanca Familia, Se eneregé la copa y todo Ferro, encaberade por Cacho, dio la vuelta olimpica, Cuando el equipo se acetcé al paleo de honor a recibir Para eso escamos —dije con una sonti- sa de vendedor de zapatos. Ella también vol- Vi6 a sonteit y su cuerpo se escremecid, como sillevara olas de mar dentro de la ropa, Déjeme empezar por el principio, Hache ~dijo, ~Asi me gusta, desde el principio. Le recuerdo, para eso estamos, para escuchar lo que tenga que decir. -Mi papé se mutié hace tres ddejé su empresa de buses. Yo la administraba dlesee hacia algunos aos. Mi paps estaba vie jo, zsabe? -Mmmin -

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