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Revista Psicoandlisis N® 4, Lima 2005. Jaime Marcos Lutenberg* 1) INTRODUCCION Constituye para mi un gran honor el haber sido invitado a compartir con mis amigos y colegas de la Sociedad Psicoanalitica Peruana la alegria de conmemorar los 25 afios de la fundaci6n de la instituci6n. Son muchos los motivos para que todos estemos de fiesta. Este IX Congreso es una de ellas. Atento al tema propuesto, he decidi- do presentar un SiS aiesae SOE MRERONDRED | 72 uc 255 podré dialogar con mis colegas y amigos acerca de mi visidn de las recien- tes transformaciones operadas en la teoria, la clinica y en la técnica. Hace més de 20 afios que paulatinamente se me viene imponiendo la evidencia clinica del vacio mental. Debo confesar que en los primeros mo- mentos tuve un significativo desconcierto ante esta nueva realidad empirica, ya que contradecia todo el conocimiento psicoanalitico que hasta ese mo- mento para mi era aceptable. Sin embargo, una vez concebida esta posibili dad y ahondando en la propia obra de Freud, en la de Bion, Bleger, Green, Mahler, Meltzer, Searles y Winnicott, entre otros, he podido continuar mis investigaciones confrontando mi experiencia y mis hip6tesis con el pensa- miento de estos autores. mbro Titular en funcién dicictica de la Asociacién Psicoanalit del Instituto de Psicoanilisis. 1 Conferencia dictada en el IX Congreso Peruano dle Psicoan: ‘a Argentina. Profesor 112 JAIME MARCOS LUTENBERG ‘ero vayamos a la intimidad del vinculo transferencial, lugar en el cual se gesta la verdad psicoanalitica en todos sus niveles (Lutenberg 1998). Sabe- mos que para Freud, la interrupcin del curso natural de la asociaci6n libre (resistencia) ha sido un indicador empirico de la represion. Freud limité la técnica psicoanalitica a los pacientes neuréticos. Muchos investigadores post freudianos abrieron el abanico de posibilidades terapéuticas a los pacientes psicéticos lo cual impuls6 una marcada evoluci6n en la técnica y en la teoria psicoanalitica. Mi experiencia personal me ha ido indicando cientes que nos consulta i a anne a do la palabra ausente es el corolario directo de la represion, la conducta técnica es la que se deriva del anilisis de las resistencias y del contenido de sus fantasias cons- uutenberg : Los pacientes mds graves conviven con su patologia escindiendo su yo y fragmentindolo en distintas parcialidades sectoriales que jamas interacttan entre sf, Cada segmento del yo aloja una concepcidn del mundo interno y del mundo externo que resulta incompatible con las otras. Entre dichos sectores escindidos se encuentra el correspondiente al vacio mental estructural. Se trata de un estado virtual del vacio mental pues los vinculos simbisticos (simbiosis secundaria) lo compensan y si- multéneamente lo ocultan. De hecho, e/ vacio mental es tedrica y clinicamente impensable sin concebirlo como correspondiendo a un sec- tor del yo escindido. le aludi , del cor Voy a r mi presentaci6n transcribiendo mi visi6n clinica general del problema del vacfo mental. Luego he de presentar una sintesis actualizada de mi vision te6rica global del problema. THORIA Y Cli 'A DEL VACIO MENTAL 113 2) EXPOSICION CLINICA GENERAL Y ESPECIFICA DEL VAC{O MENTAL En las tltimas décadas las patologias narcisistas en general y las perso- nalidades borderline en particular, se han hecho mucho mas frecuentes. Muchos de estos pacientes portan, encubierta, la estructura dél Vacio mental; compensada_secundariamente. mediante otras figuras psicopatologicas. Se trata de personas que se hallan detenidas en la evolucion de su mente. por ello nos presentan en la transferencia un material espontaneo que puede asemejarse a aquel que un analista obtiene bajo los efectos de la regresi6n transferencial, pero su esencia es muy diferente. Emerge directa- mente como conténidos primitives qué develan no Sélo la ewalidad del “con- tenido” mental alterado, sino tambien la simultinea alteraci6n de su mente como “continente”. Si el analista.no.est4 prevenido ante esta diferencia, puede-generar graves crisis vinculares que llevan al abandono precoz del tratamiento. tiendo que dichos fracasos terapéuticos no sé débéen €xélusivamente a las «resistencias» de los analizandos, sino a que ellos se sienten incomprendidos y reconocen el riesgo que para su vida representa la incomprensién de su analista, Se trata de personas muy labiles a la frustracién y las circunstancias que deniandan del yo una «alerta: especial. Ello se evicencia particularmente cuando intentan evaluar el peligro. Habitualmente!son indiferentes ante si tuaciones de elevado riesgo de vida y se angustian o se «desestructuran: ante hechos relativamente intrascendentes. Su.vulnerabilidad devela que son muy muilos usuarios de Ja angustia sefial pues imperceptiblemente pasan de la angustia sefal al terror. En ellos es universal la escisin del yo. Debido a esta defensa, su yo se halla fragmentado en distintas parcialidades que no interactéan entre si; cada segmento puede alojar una concepcién de vida que es incompatible con las otras. La estabilidad de esta defensa se equilibra cuando establecen vinculos simbi6ticos con otras personas o instituciones (simbiosis secundaria). Dichas simbiosis no son reconocibles para ellos. Su vida zapping los leva a saltar de simbiosis en simbiosis. Mediante la referida escision yoica logran que el yo se muestre ajeno a las noticias que le llegan del propio mundo interior y s6lo se interesen por aquellos estimulos que le llegan del mundo externo. Consiguen asi desco- nectarse de la fuente de sus sentimientos y emocion ‘Todo ello se expresa en la transferencia mediante novedosas y comple- jas formas de “resistencia”. En particular ello se nota pues son personas que detras de la sobreadaptacién o la exagerada inadaptabilidad a su medio 1, han construido.un_vinculo simbiético con el mundoexterno circun- 14 JAIME MARCOS LUTENBERG dante, Dicha simbiosis reproduce, se suma o suplanta, a la que tienen en su mundo interno con sus objetos primarios. Psicodinamicamente, estos nicleos de su problema inconsciente no su- fren la metamorfosis del tiempo pues no entran dentro del procesamiento propio de todo duelo objetal (Freud 1917 Klein 1957). Bleger (Bleger 1967) ha efectuado una descripci6n de estos problemas y les ha dado una comprensi6n que abrié significativamente el campo de la investigacion clinica y te6rica. Anzieu complement6 tedricamente esta perspectiva (“El Yo Piel” Anzieu 1987). Las relaciones simbidticas con personas e instituciones constituyen la caracteristica sobresaliente dle estos pacientes. Cualquier resquebrajamiento © ruptura de sus vinculos, da lugar a la aparicin de una vivencia de terror, que muchas veces resulta imperceptible pues es automaticamente compen- sada por una vasta gama de defensas secundarias. Algunas de estas defensas estén constituidas. por diferentes estructuras psicopatoldgicas entre las cuales se encuentran las siguientes: 1) Afecciones psicosomiaticas de distinta naturaleza; 2) Neosexualidades; 3) Adiccion a dro- gas; 4) Reforzamiento de falso self, que se expresa en episodios de hiperactividad que simulan crisis maniacas; 5) estructuras borderline en las cuales se estabiliza la confusi6n; 6) Actitudes psicopaticas primarias y secun- darias; 6) Intentos de suicidio conscientes o inconscientes; 7) Actitudes ho- micidas ; 8) Huida a la realidad; 9) Reforzamiento de la sobreadaptacion o inadaptaci6n social; 10) Cuadros de anorexia y bulimia. Las figuras psicopatologicas descriptas configuran soluciones transaccionales de una muerte psiquica (abortos mentales) que intenta revitalizarse a través de las mencionadas conductas que aparecen como «pa- toldgicas» a los ojos de la nomenclatura tradicional. La estructura simbidtica tiende a anular el vacio estructural; pero cuan- do los vinculos simbidticos se rompen, emerge el vacio como vivencia mani- fiesta, A la luz de las investigaciones post freudianas, estas figuras psicopatolégicas no constituyen la enfermedad misma, sino una forma de curacion de la «enfermedad:. (Searles1980, Bleger 1967, Winnicott 1982). Para definir el vacio® mental en términos generales, debemos tener en cuenta que resulta indispensable diferenciar el *Vacfo Mental Emocional” del “Vacio Mental Estructural”. 2 Segiin el Diccionario Espaitol (Espasa Calpe) “Vacio” viene del latin "vacivus” que literal. mente significa “falto de contenido". Va adquiriendo distintas significaciones de acuerdo al Ambito al cual es aplicado. 1)-alude a la hembra que no tiene cria, 2)-Como cualidad de una personalidad alude a lo “ano”, a lo “malogrado’, “a una personalidad sin frutos". 3)- alude alo no ocupado. 4)-se refiere a lo “deshabitado”, 5) alude a “lo bueco 0 a lo falto de una solidez” que le corresponderia, 6)- alude a *concavidad, se cottespondle con el de “ogue- dad’. 7) se dice de “la palabra carente de significado”. ‘TORIA Y CLINICA DEL VACIO MENTAL 115 s un sentimiento reconocible en la clini- trar en la clinica el vacio mental en “positivo”, debemos inferirlo por sus derivaciones defensivas secundarias, mencionadas mas arriba . imperceptible para el yo pues es automaticamente compensado por una gama de defensas constituidas por las diferentes estructuras psicopatolégicas (neurosis, psicosis, neosexualidades, adicciones, afecciones psicosomaticas). David Liberman (Liberman, 1972) elaboré una teoria que hace legible, a partir del discurso manifiesto del paciente, la posible estratificaci6n de una estructura psicopatolégica en varias subestructuras defensivas (defensas se- cundarias). Por ejemplo, una defensa histérica secundaria a una estructura melancélica de base; o una defensa psicopatica (psicopatia secundaria) a una estructura fébica de base (En el polo motor, interactian las defensas contrafébicas con las psicopiaticas). Estas correlaciones topoldgicas de las defensas se pueden reconocer clinicamente mediante el anilisis lingiifstico del estilo de verbalizacién pre- dominante en las asociaciones del analizando. Una vez definida la relacién entre el estilo predominante y el subcomponente estilistico (Liberman 1972) de verbalizacion del analizando por un lado, y la estructura psicodinamica subyacente a ambos estilos por el otro, podemos inferir la naturaleza del conflicto transferencial inconsciente que esta en primer 0 segundo plano de la conciencia (preconsciente). Ello uoIsiosa vpHajor vj ap visnne ‘vongiquis oued vf “yonoinau aued yp o vongsisd aued yy ‘raoejd ap ordioutid jo o8t4 sapens so] u9 sasoias sono wqey {(peplr ep ordiund Jop ug}radeoe un vuPWIOpasd anb yy ua) odipg ap ofajduos jap .euoIwUNTns, © ,[PUOU, UOIOvIEKE[P YJ ap arueyfnsas pepranse ¥] euRUOpard pend JP Us JOWAs UN BAqUY ISY sjowas Epes ap CWOUOINY oqTOWUELOLUNY |e OINbIsd opnuas ep anb vy so vaio] eypip ‘sono soy ¥ o1edsas aquaraytp yeruste wo189] pun 9181x9 ‘SasO19as SOYPIP ap OUN ypLD ap ONUAG ‘Is ANUS sopLynouTAsop A sopeoiqy) sa101998 sovunsip Ud vpIpuppsa szpanb op peploudeo vr] euan vuosiod pun op jeior voinbysd vsnjonasa yf anb ap pepyiqisod yp aruowjasid sey -dooe souraqap ‘TeHtottt O1NvA Jo aTUOUMDLEOAI sIqaaUOD wsed anb OpusHus “loqes [ap SPU sesIOAIp Ud sOpIsins seUBtpesed soungje sepdosa: ap uvy Uo voFUNWOD Ysa UD INPUT E 4oA onb sedHIOA sauOIXapas Se] “[BIMONNSO [IUD O}9EA Jo LPAsp anb sajuasny ssuoPoWS sv] ua peproytoadss wun sesquosUD ¥ VORpNéE ow (YDIAITEN UD OUTIL, Ja) vara yy A (opuatis J2) voIsnur yf ‘oYPoY aq] “OMe JEP svLULA sojdnyour SU] ap S“pIoLU SOUOISIA sol sL[ BUONO UA JoUD) FOMbax os OouysodiA -uod aiquioy ye URIDAye anb svuajqosd soy seSpsoaur avd “(LONPISA) OV [PP vidosd vonuyutas A vonyur® vj v Opronoe ap uadvy O7 “seuvUMNY souOREUT -1OJsuRN Sv] ap O1UAHUIOUOD |e Osa0oe ap PEeprEpoUr uno A visla ap o1und ono urpuLiq sou ‘ugONoAds aUsURULAd Ns Ud ‘sarse SE[ OPE] OO 10d -ourwmy ojaruoaped Ja owoD uoreZtfalo vy ap VORNIOAd YI OIE eBNSEAUT anb voyNUa! 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OETBUOIOUNy op Opow [> ANEJUT oMULId sou OIL ‘THORIA Y CLINICA DEL. VACIO MENTAL. 117 a las que puede dar lugar el vacio mental. La alternancia entre las mismas se explica por esta division y tabicamiento de la personalidad. Pero el proble- ma global (técnico, tedrico, clinico) es muy complejo; cuando por ejemplo en la persona total predomina el principio del placer, habra que indagar cual es la perspectiva singular del mismo dentro de la mente del analizando (fantasias orales, anales, psicéticas 0 neuréticas). De acuerdo con estas hipétesis, en cada uno de estos sectores existe una modalidad de “Sepultamiento del Complejo de Edipo” diferente a la de los otros. Ello implica la vigencia de un equilibrio psiquico dinamico dife- rente para cada sector escindido. Ademés, acompafiando estas variaciones psicopatolégicas, siempre persiste en el psiquismo el sector “vacio” en esta- do virtual. Ello da lugar a constantes y nuevos desequilibrios en la persona- lidad. En el apartado anterior expuse mi visin de las figuras psicopatolégicas analizando aj re te la defensa secundaria compensatoria, también lo encubre desde el punto de vista sintomatolégico. Lao las defensas secundarias que lo compensan (es decir las variedacles defensivas descriptas en el apartado anterior), dan lugar a una “especie” de caparaz6n que aisla la compleja problematica afectiva del vacio mental es- tructural (el terror). Debido a ello, | Pero en i 1 cobertura compensatoria puede ser comparada, funcionalmente, a la de un “continente” que aloja en su interior (como contenido) el vacié estructural. Si_ se tratara de una defensa neurdtica, diriamos que la defensa “reprime” al vacio, pero como se trata de un mecanismo diferente, podemos inferir -parafraseando a Bion- que la defensa “engolfa” al vacio i 167) describié para ex- s. Yo le he 3 Para Bion el objeto bizarro es un objeto cualquiera, modificado por la identificacion proyectiva masiva que eyecta la parte psicdtica del sujeto. En él se combinan sus funciones propias con las cualidades que le son transferidas a partir de la “inyecciSn” de los elementos alojaclos dentro de la identificacién proyectiva masiva proveniente de lo intolerable para el sujeto; 118 JAIME MARCOS LUTENDERG En esta n, el intercambio se lleva a cabo entre los sectores . Los contenidos Cuando en la clinica comprobamos que el yo se muestra ajeno a si mismo, debemos pensar en esta posibilidad. Es una forma muy diferente de comprender metapsicolégicamente los problemas clinicos globalmente de- nominados como “ego disténicos” Los rituales psicoticos o neuréticos pueden formar parte de este tipo de constelacién defensiva. También algunas alteraciones en las conductas sexua- les. En especial, los intentos de suicidio de los adolescentes puede tener este origen. No es lo mismo considerar que ante dicho intento de suicidio existe este tipo de “engolfamiento” entre los diferentes sectores del yo, que pensar en la posibilidad de la intervenci6n de las identificaciones histéricas (Freud “Psicologia de las Masas” 1921). El vacio mental estructural abre conceptualmente la posibilidad de que existan sectores de la mente que no han iniciado su evoluci6n , aquella que se instaura con el nacimiento y que contintia por el resto de la vida del sujeto. El nacimiento genera una serie de cambios biolégicos y psiquicos que se convierten en si mismos en un desafio a la potencialidad evolutiva del ser humano. Para estos sectores “vacios”, la evoluci6n ha sido interrum- pida y se ha detenido e! movimiento de lucha que conduce al psiquismo desde lo indiferenciado hacia Ja diferenciacién (Freud 1923; Klein 1946; Winnicott 1975). por eso lo evacua. Segiin Bion, si por ejemplo el sujeto proyecta sobre un graméfono la capacidad de mirar, cuando éste funciona como graméfono, el psicético imagina que el ‘gram6fono Jo mira, Cuando el objeto funciona de acuerdo a su naturaleza originaria, adquiere las cualidades que le instauré la identificaci6n proyectiva masiva. Lo propio dle la identificacién proyectiva masiva es que eyecta sohre el objeto cualidades y funciones que vacian la ‘mente; simultineamente el yo se despoja cle la vitalidad funcional que instaura en el objeto bizarro, Por ello espera encontrar y recuperar en el funcionamiento del objeto bizarro, lo vivo que su mente perdié al proyectarla en él. Puede ocurrir que esta dialéctica del vaciamiento y de la cependencia objetal, se dé con miiltiples objetos. 4 Se denomina “Sentimiento ego dist6nico” a la sensacién de ajenidad del “Yo" frente a las decisiones que toma. “TeoRIA Y CLINICA DEL VAGIO MENTAL 119 entender que ta Historicamente, las personas que portan dicha perturbacién, siempre han cludido ss cris evoluvas, congelando el movimiento transforma cion que los llevaria hacia un cambio psiquico. De alli el especial cuidado que requieren por parte del analista, cuando intentan introducirse en el terreno de las transformaciones evolutiva ‘a o¢ analiti S le. Suelen tener la certeza de que luego de éxito logrado, se va a morir un ser querido, como un hijo, un hermano o sus padres. bien Freud efectué un pormenorizado estudio del problema en “Los que Fracasan Cuando ‘Iriunfan” y “El Problema Econémico del Masoquismo” (Masoquismo Moral) (Freud 1916-24), esta certeza de muerte de un ser que- rido nace de la proyeccién hacia dicho LSESISREa a TeNeaeEt ‘gOS acc leg defender Es por ello que mégicamente se hacen mas vulnerables a la muerte. Esta visién no descarta otras (rivalidad edipica, envidia fraterna). Estoy de acuerdo con los autores que sostienen que cuando nace un bebé se establece con su madre, de entrada, un vinculo simbiético primario “normal” (Bleger 1967; Mahler 1958-67-84; Searles 1980). El mismo represen- ta la continuaci6n extrauterina del ligamen corporal, psiquico y mental que compartian ambos desde la gestacién del embrién hasta el momento del parto. Si bien nosotros limitaremos el estudio de esta simbiosis al vinculo psiquico, sabemos que tiene trascendentales raices somaticas. En su libro «El Sentido Del Tacto», A. Montagu (1981, Capitulo ID se refiere a la «neotenia». Explica que a raiz de la bipedestacion humana, se redujo el didmetro de la pelvis materna. Debido a ello también se redujo el periodo de gestaci6n intrauterina natural, para evitar que la cabeza del feto aumente su volumen en un grado tal que le impediria transitar por el “canal del parto” materno. Por ello, el bebé humano, siempre nace «prematuro®’. 5 Ademis dlice A. Montagu: “la gestacién se compone en realidad de une fase intrauterina, 0 titerogestacion, y una fase extrauterina oexterogestaci6n...Ja exterogestacién termina cuando el nirio empieza a gatear...duraria el mismo periodo que la uterogestacién, (nueve meses cada una). Esta concepcién onto-filogenética, coincide con las descripciones de varios autores psicoanaliticos referidas a la evolucién mental. En particular las cle Winnicott (Winnicott 1975, 79, 82) que tipifica la evolucién mental que va del “objeto subjetivo” a la creacin del espacio transicional. 120 JAIME MARCOS LUFTENBERG Tener en cuenta esos nueve primeros meses de vida postnatal desde Ia perspectiva de la “g8stacion huimidnaextrauterina” nos ayuda a remarcar el valor de los aportes de muchos autores psicoanaliticos que asi lo han ex- puesto. También a reconsiderar el valor de los traumas psiquicos que se producen durante dicho perfodo. Durante estos primeros meses de vida post natal, la estructura psiquica de la madre pasa a ocupar -para el psiquismo del bebé- el lugar de “conti- nente” que aloja como “contenido” el mutante psiquismo del bebé en plena creatividad evolutiva. Esta funcién continente se asemeja mucho a la que cumple el titero (anat6mico) materno durante la gestacion biolégica del bebé (o “uterogestaci6n”). Por esta raz6n he denominado a las peculiares funcio- nes maternas que tipifican el periodo evolutivo de la simbiosis normal pri- maria como-“titero mental” El vinculo que caracteriza el “titero mental” se configura mediante la fusiOn Cindiscriminada) del “ello” del neonato con el “ello” de su madre, mas: la estructura “yo-superyo” de éstasAypaitit de este estacio originario de “in” diferenciacién psiquica perinatal, se activa espontaneamente en el bebé todo el proceso evolutivo que se halla inscripto en su formula genética. Su desa- rrollo completo permite su maduracién paulatina como sujeto discriminado de ambos progenitores. padre también participa de este vinculo simbidtico primario desde su inicio, pero como integrante “virtual”, ya que su presencia factica y funcional materializa su eficacia evolutiva desde el interior de la madre; forma parte del vinculo total (somato-psiquico y social) materno filial originario. Desde todas las ramas de la investigacién humana (psicoanilisis, psico- logia evolutiva, antropologia, lingilistica, sociologia, genética, medicina y pediatrfa) se ha comprobaco que para que se produzca-eladecuaco desarro- llo del potencial genético que un ser humano porta, resulta imprescindible la presencia fisica y psfquica de otro ser humano. Esta simple verdad, que deberia existir como un sobreentendido uni- versal en todas las sociedades, esta hoy en crisis. En muchas culturas, el televisor ha sido colocado en el lugar que los padres dejan vacantes con su ausencia fisica y psiquica. Ello da Tugat a un erecimiénto mental del nino Sin eladecuado sustrato “humano” que lo sustente (“La ilusi6n Vaciacda” Lutenberg 2000). Es por ello que se pueden generar evoluciones intelectuales prematu- ras, en términos de Winnicott, nacidas dentro del divorcio somadpsique- mente y de la escision de los afectos. Desde cualquier punto del proceso de diferenciaci6n estructural del aparato psiquico del bebé, se pueden producir *éfisis evolutivas’ a partir de traumas psiquicos de muy diversas caracteristicas. Algunas de estas crisis son resueltas mediante un mecanismo defensivo diferente y especifico; debido al ‘TwoRiA V GLINICA DEL. VACIO MENTAL Tai cual luego se g mental Cada vez que opera ‘efensivamente See. funda ‘Galiieleor devescitién en el 46". Esta defensa se genera sdlo cuando la emocién subyacente a la separacién evolutiva es el terror sin nombre (Bion 1967). Bajo esas circunstancias, claudican todos los otros intentos defensivos menos radicales, aquellos a los cuales el incipiente “yo” ya habia aprendido a apelar (Klein 1952-55). EI terror es la vivencia propia del estado de “des-estructuracién” del “yo”, Se trata de una vivencia originaria, que devela la ausencia de tejido psiquico: es el vacio. El terror es equivalente a la de la angustia automatica que, para Freud (1926), es dle origen filogenético. La operacion defensiva que resuelve el estado emocional caético (te- rror, terror sin nombre), precipita en la estructura de la simbiosis secundaria, A partir de dicho movimiento defensivo, queda eternizada dentro del “yo” la interrumpida o abortada separacién materno filial. Este es el nticleo concep- tual dle la defensa autista secundaria (Bleger 1967; Tustin 1987-91) En el interior de la simbiosis secundaria subyacen precipitados — indiferenciados y congelados- tanto el sector del “yo” desestructurado que qued6 abortado en su evolucién, como los restos psfquicos del objeto des- mantelado, el cual queda asi capturado el punto de vista tedrico, por 6 Para Bion el terror es una emoci6n originaria, que sdlo adquiere cualidades destructivas para la mente del bebé cuando la experiencia del instante en el cual el terror es vivenciado le indica que su madre no se esta haciendo cargo como depositaria, del terror que él esta sintiendo, Cuando “percibe” que su madre demuestra ser indiferente a su terror, este tertor propio se multiplica enormemente y da lugar a lo que el mismo Bion (1965-67) denomina “terror sin nombre”. 122 JAIME MARCOS LUTENBERG. ‘También me resultaron muy titiles para configurar mi hipétesis referidas al vacio mental, todo el cuerpo conceptual de la aE Si bien toda ella representé para mi un aporte muy valioso; en esta sintesis quiero discriminar de dicha totalidad tres conceptos: a) E] primero esté relacionado con lo que él define como “Temor all) ‘Derrumbe”, Su especificidad tedrica -para el tema que nos ocupa- adquiere sentido dentro de su teoria general del aparato psiquico’. Para Winnicott la i iquica dej “temor al derrumbe” nos indica que en a reco’ s eshestableciaterci det ei commanenidaad) Paco que para él -teéricamente al concebidle la “pulsion de muerte” (Freud 1920); el “temor al derrumbe’ representa la vivencia de mayor amenaza caotica y desestructurante que la mente humana puede concebir y padecer -b) El segundo concepto nuclear esta personalidad en un “self verdadero” y en un “falso self". A esta particula: concepci6n de la divisién del “self”, se halla ligado el concepto tedrico de “objeto subjetivo” y “espacio transicional” (Winnicott 1972-75-79). la continuidad innicott 1949). Para él, la desarticulacién evolutiva entre estos 3 niveles de la existencia humana, es la base de la generacién y el desarrollo del “falso self”. El concepto de pulsién de muerte y de angustia automatica que Freud teoriza en su segunda t6pica, la hipotesis del terror sin nombre y de parte psicética y no psicética de la personalidad, nacida de la teorfa de Bion, la teoria de Bleger, asi como la visién de Winnicott acerca de un derrumbe primitivo del cual el sujeto jamas se recuperd, me resultan fundamentales para mi concepcién del vacio mental estructural. Si tomamos discriminadamente cada una de estas teorias podremos apreciar que tienen visiones bien diferentes dle la evoluci6n psfquica del ser humano. Pero he encontrado una complementariedad metapsicolégica entre ellas que me result apropiada para explicar tericamente los psicodinamismos propios del desmoronamiento sectorial de la estructura psiquica. Lo aportes de Green (1986-93) en relacién al “Narcisismo de Muerte” y “Lo Negativo” me resultaron también muy valiosos. El proceso patolégico clave que determina histéricamente el vacio men- tal consiste en un impedimento, por lo general de origen traumitico, que 7 Como afirma en el articulo “femoral Derrumbe” (Winnicott 1982), él se decidi6 por el término “derrumbe” ‘porque resulta algo vago y puede significar varias cosas’. En sus aclaraciones posteriores nos dice que dicho temor cotresponde a las emociones subyacentes a los estados psicéticos y al “vacio”. 123 perturba la diferenciacin psiquica natural del infante humano; aquella con la que ese individuo viene genéticamente dotado. Me adhiero a la hipotesis de las series complementarias de Freud (Freud 1916) en lo que al vacio mental se refiere. Cuando una porta el bebé. Suponemos que la potencial evolucién mental de un indivi- duo fue precozmente desengarzada de sus carriles evolutivos naturales. Con ello estoy indicando que el vacio mental que porta un paciente que nos consulta (nifio, adolescente 0 adulto) aloja un potencial evolutivo inédito que puede ser editado. El factor fundamental, del que depende el hecho de hacer posible la “edicion de los patrones genéticos enquistados” esta en el encuadre que propone el analista, en su técnica, en su capacidad perceptiva y creativa, en las teorias que acepta como vdlidas, en su “humanismo” y en los infinitos matices de su personalidad total Es el psicoanalista el que configura el encuadre analitico, ello condicio- na la visién técnica de todos los acontecimientos vinculares del andlisis. En particular me refiero a la posible lectura y significacion del silencio vincular nacido del vacio mental estructural, tan diferentes al silencio gestado por la “tepresion”. Es por ello que a mi entender resulta fundamental que el analista tenga una visién metapsicolégica previa respecto a la diferencia entre el silencio resistencial (Freud 1926) y el silencio que expresa y objetiva en la sesi6n, el vacio mental. Cuando como analistas sostenemos la hipotesis genética del vacio men- tal, estamos apostando a la posibilidad de que durante el proceso terapéuti- co demos lugar a la edicion transferencial, es decir que, junto con el pacien- te, intentemos revertir los variados abortos psiquicos que ocurrieron el curso. 8 La edici6n transferencial pretende significar las vicisitudes de una faceta del proceso analitico cuya funcion es dar lugar al nacimiento mental de los aspectos de la personaliclad del analizando que nunca fueron ni conscientes ni inconscientes. Se trata de sectores que por efecto de Ia escisiOn del yo y una defensa secundaria a ella agregada, quedaron engolfados dentro de vinculos simbiéticos (simbiosis secundaria defensiva) o enquistados en el interior de la personalidad, dentro de sus defensas autistas secundarias (Bleger 1967). En sintesis, la concepcidn técnica de la edicién tiene dos componentes nuclear 1) El mas importante consiste en la creaci6n de la estructura mental que ser continente de futuros contenidos. 2) El otro componente atafte a los contenidos a ser editados: representaciones, inconscientes; © transformar en elementos “alfa” los elementos “beta” eyectados en, en la persona, en la personalidad del analista en los elementos del encuadre. 124 JAIME MARCO! LUTENBERG de sus procesos hist6rico-evolutivos. Dichos abortos se han eternizado den- tro de la estructura virtual del vacio y las defensas correspondientes (simbio- smo secundario). este vinculo se configura una personalidad que se va discriminando a partir de Ja misma indiscriminaci6n fusional. ii iciente stibita como la ho terror subyacente. También la patologia vinculada s sexuales compulsivas ¢ impulsivas (neosexualidades, parafraseando el afortunado término de Joyce Mcdougall) pueden originarse como un defensa contra el vacio mental (Lutenberg 1997, 2002-3). En efecto, algunos analizandos con vacio mental estructural tratan de evitar la frustracién mediante un uso peculiar de su sexualidad, pero siempre es su pareja la que resulta frustrada y la que no puede eludir dicho registro. Lo que distingue la naturaleza de estas experiencias sexuales de otras, es que su objetivo primario no es el logro de una satisfaccion sexual, sino de un vinculo fusional; que siempre es escindido, tanto de su vida social como del resto de su personalidad. En estos casos, el beneficio primario de su “Neo sexualidad” es el en- cuentro fusional con el objeto que neutraliza el terror sin nombre (Bion), cuya formula podria sintetizarse diciendo: estos pacientes se movilizan hacia Ia biisqueda de sus objetos sexuales como si se tratara de un ello en busca de un yo. El beneficio secundario lo constituye la descarga sexual (Lutenberg 2002). Muchas veces los polimorfismos sexuales constituyen caminos evolu- tivos a través de los cuales estos pacientes intentan recorrer una transforma- ci6n que fue abortada en su vida. La sexualidad es una fuerza que, a través como para neutralizar la del terror; se generan ‘THORIA Y CLINICA DEL VACIO MENTAL 125 de su basqueda objetal, promueve y logra la construccién de una estructura psiquica que les permite recorrer un camino abortado en su historia. Como sintesis de lo expuesto teéricamente, se puede inferir que estoy postulando que normalmente se produce un potencial vacio alrededor de cada salto evolutivo estructural del psiquismo. Este “vacio” se genera cuando recorremos el camino que va de la simbiosis a la discriminacién. Durante dicho proceso de transformaci6n evolutiva, una porci6n del “ello” que se convierte en “yo inconsciente” o “superyo”.” Cuando el vinculo simbistico es muy fuerte y la discriminacién narci ta muy pobre, la vivencia de vacio que se produce durante el proceso de separacién adquiere un cardcter dramatico. BLIOGRAFIA Anzieu, D. (1987) El Yo Piel. Biblioteca Nueva. Madrid Anzieu D. (1993) El Cuerpo de la Obra. 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Trabajo del Psicoandllisis, vol. 2 (1986) Fundamentos de la técnica psicoanalitica. Ed. Amorrortu favistock Pub; rep Lon; 9 En el capitulo IV y V de “EI Yo y el Ello” Freud desarrolla te6ricamente el problema econémico que se produce en la sublimacién y en el proceso econémico vinculado a la construccién de la identificacién en el yo y en el superyo. Refiere que la desmezcla pulsional ros- pulsién de muerte) que ocurre durante dicho proceso, deja liberacka una parte de la pulsién cle muerte. Una parte de ésta se liga con Ia estructura del superyo (masoquismo) y otra queda “libre”. A mi entender esta iiltima es la que genera la des-ligaciura en los vinculos y da lugar a miiltiples procesos desestructurantes. 126 JAIME MARCOS LUTENBERG Freud, S. (1911) Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psiquico. Obras Completas, Ed. Amorrortu. (1916), Los que Fracasan Cuando Triunfan Ed, Amorrortu (1916), Conferencias de Introduccién al psicoanilisis .Ed. 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