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Silvia Federici CALIBAN Y LA BRUJA Mujeres, cuerpo y acumulacién orginaria Traduccién: Verénica Hendel y Leopoldo Sebastian Touza wociones lw COMUNES - “tncienns. En el siglo XVI, “cercamiento” era un término técnico que indica. ba el conjunto de estrategias que usaban los lores y los campesinos ricos ingleses para eliminar la propiedad comunal de la tierra y ex. pandir sus propiedades.” Se refiere, sobre todo, a la abolici6n del sis- tema de campo abierto, un acuerdo por el cual los aldeanos poseian parcelas de tierra no colindantes en un campo sin cercas. El cercado inclufa también el cierre de las tierras comunes y la demolicién de las chozas de quienes no tenjan tierra, pero podian sobrevivir gra- cias sus derechos consuetudinarios.”! También se cercaron grandes extensiones de tierra para crear rese: vas de venados, mientras que aldeas enteras eran derribadas para cubrirlas de pasto. Aunque los cercamientos continuaron hasta el siglo XVIII (Nelson, 1993), incluso antes de la Reforma ma s de dos mil comunidades rura- les fueron destruidas de esta manera (Fryde, 1996: 126) I avtinciAn Aa lan w.. 21 Un testimonio de la miseria producida por la privatizaci6n de la tie- rra es el hecho de que, apenas un siglo después del surgimiento del capitalismo agrario, sesenta ciudades europeas instituyeran alguna forma de asistencia social o se movieran en esta direccién, al tiempo que la indigencia se convertia en un problema internacional (ibidem: ee eee eal parcelas a las que una familia tenia acceso; tambi planificacion del trabajo manejable ( atencién en diferentes momentos); y democratica, Construida sobre la basi suficiencia, ya que todas las decisiones ~cuando plantar o cosechar, cuando drenar los Pantanos, cudntos animales se Permitian en los comunes- eran tomadas por los campesinos en asamblea,* Las mismas consideraciones se aplican a los “campos comunes”, Menospreciados en la literatura del siglo XVI como una fuente de holgazaneria y desorden, los campos comunes eran fundamentales Para la reproduccién de muchos Pequefios granjeros o labradores que sobrevivian sélo porque tenjan acceso a praderas en las que podian tener vacas, bosques de los que recogian madera, fresas sil- vestres y hierbas, o canteras de minerales, lagunas donde oe €spacios abiertos donde reunirse. Ademas de encuentos a ae lectiva de decisiones y de cooperacién en el trabajo, = a nae munes eran la base material sobre la que : ie rie jos y reuniones y la socialidad campesina. Todos oa festival 7 a comunes.” de la comunidad campesina se realizaban en én permitia una ° ya que cada parcela Tequeria Promovia una forma de vida La funci6n social de los campos comunes}ra especialmente impor. tante para las mujeres, que al tener menos derechos sobre la ti : z : erra y menos poder social, eran mas dependientes de ellos Para su sub. sistencia, autonomia y sociabilidad. Parafraseando la afirmacién de Alice Clark sobre la importancia de los.mercados para las mujeres en la Europa pre-capitalista, se puede decir que los campos com. nes también fueron para las mujeres el centro de la vida social, e lugar donde se reunian, intercambiaban noticias, recibian consejos y donde se podian formar un punto de vista propio, aut6nomo de la perspectiva masculina, sobre la marcha comunal (Clark, 1968: 51), 20 2. eee NN =~ No sorprende que con la expropiacién de la tierra Negara un cambio de actitud de los trabajadores con Tespecto al salario Mientras en la Edad Media los salarios podian ser vistos como un instrumento de libertad (en contraste con la obligatoriedad de los servicios laborales), tan pronto como el acceso a la tierra Negda su fin comenzaron a ser vistos como instrumentos de esclavizacién (Hill, 1975: 181 y sg.).” ( El odio que los trabajadores sentian por el trabajo asalariado estate Gerad Winstanley, el lider de los “cavadores” (dig- gers), declaré que si uno trabaja por un salario no habia diferencia entre vivir con el enemigo 0 con su propio hermano. Esto explica el crecimiento, tras los cercamientos (usando la expresién en un sentido amplio para incluir todas las formas de privatizacién de la tierra), de la cantidad de vagabundos y hombres “sin amo”, que preferian salir a vagar por los caminos y arriesgarse a la esclavitud o la muerte —como prescribia la legislacion “sangrienta” aprobada en su contra~ antes que trabajar por un salario.“’ También explica la agotadora lucha que los campesinos realizaron para defender su tierra, aunque fuera pequefia, de la expropiaci6n. En Inglaterra, las luchas contra el cercamiento de los campos comenzaron a finales del siglo XV y continuaron durante los siglos XVI y XVII, cuando el derribo de los setos que formaban los cercos se convirtié “en la forma mAs importante de protesta social” y en el simbolo del conflicto de clases (Manning, 1988: 311). Los moti- nes contra los cercos se transformaban frecuentemente en levan- tamientos masivos. El mas notorio fue la rebelién de Kett, llamada cercos incluyeron a mujeres entre los rebeldes. Algunas protestas eran enteramente femeninas. En 1607, por ejemplo, treinta y Siete mujeres, lideradas por una tal “Capitan Dorothy”, atacaron a los mi. neros del carbon que trabajaban en lo que las mujeres decian que eran los campos comunes de la aldea en Thorpe Moor (Yorkshire), Cuarenta mujeres fueron a “derribar las verjas y setos” de un cerca. miento en Waddingham (Lincolnshire) en 1608; y en 1609, en un feudo de Dunchurch (Warwickshire) “quince mujeres, incluidas es- posas, viudas, solteronas, hijas solteras y sirvientas se reunieron por su cuenta para desenterrar los setos y tapar las zanjas” (ibidem: 97). Nuevamente, en York, en mayo de 1624, las mujeres destruyeron un cerco y fueron por ello a prision —se decia que “habjian disfruta- do del tabaco y la cerveza después de su hazafia” (Fraser, 1984: 225- 26). Mas tarde, en 1641, la muchedumbre que irrumpié en un pan- tano cercado en Buckden estaba formada fundamentalmente por mujeres ayudadas por muchachos jévenes (ibidem). Estos son sélo algunos ejemplos de una confrontacién en la que mujeres portando horquetas y guadafias se resistieron al cercamiento de la tierra 0 al drenaje de pantanos cuando su modo de vida estaba amenazado. RR Guando se-perdiéla tierra Y se vino abaj fueron quienes mas sufrieron. Esto se debe era mucho mas dificil convertirse en vagabundos 0 trabajadores mi grantes: una vida nomada las exponiaa la violencia masculina, espe cialmente en un momento en el que la misoginia estaba en aumento. Las mujeres también eran menos méviles debido alos embarazos y a cuidado de los nifios, un hecho pasado por alto Por los investigadores que consideran que la huida de la servidumbre (a trav és de la migra- cion u otras formas de nomadismo) es la forma paradigmatica de lu- cha. Las mujeres tampoco podian convertirse en soldados a sueldo, a pesar de que algunas se unieron a los ejércitos como cocineras, lavan- deras, prostitutas y esposas; pero esta opcién desaparecié también en el siglo XVII, a medida que progresivamente se reglamentaban los ejércitos y las muchedumbres de mujeres que solfan seguirlos fueron expulsadas de los campos de batalla (Kriedte, 1983: 55). Las mujeres también se vieron perjudicadas por los cercamien- tos porque tan pronto como se privatizé la tierra y las relaciones monetarias comenzaron a dominar la vida econémica, encontra- ton mayores dificultades que los hombres para mantenerse, asi se las confiné al trabajo reproductivo en el preciso momento en que este trabajo se estaba viendo absolutamente devaluado, Como ve- remos, este fendmeno, que ha acompafiado el cambio de una eco- J0 la aldea, las mujeres €n parte a que para ellas nomf{a de subsistencia a una monetaria en cada fase del desarrollo capitalista puede atribuirse a diferentes factores. Resulta evidente, sin embargo, que la mercantilizaci6n de la vida ‘econémica provey6 Lo las condiciones materiales para que esto ocurriera, Con la desaparicién de la economia de subsistencia que habia predominado en la Europa pre-capitalista, la unidad de eee reproduccién que habia sido tipica de todas las sociedades pane Ja produccién-para-el-uso llegé a su fin; estas actividades ven cian ron en portadoras de otras relaciones sociales al tiempo que § rae sexualmente diferenciadas. En el nuevo régimen monetario, 44, Sobre este tema véase, entre otras, Maria Mies (1986) a produccién-para-el-mercado estaba definida Como activida, d de valor, mientras que la reproduccién del trabajador come, siderarse algo sin valor desde el punto de vista €condmico, ei : dejé de ser considerada un trabajo. El trabajo Teproductivg carci pagando —aunque a valores inferiores— cuando era Tealizado 6 amos 0 fuera del hogar. Pero la importancia econémica de J ne duccién de la mano de obra Ilevada a cabo en el hogar, ysu fang, en la acumulacién del capital, se hicieron invisibles, Confundigndose con una vocaci6n natural y designandose como “trabajo de mujeres’. Ademis, se excluyé a las mujeres de muchas ocupaciones asalariadas, yen el caso en que trabajaran por una paga, ganaban una miseria en comparacion con el salario masculino medio. Estos cambios histéricos —que alcanzaron su punto masaltoen el siglo XIX con la creacién de la ama de casa a tiempo completo- redefinieron la posicién de las mui la sociedad y en relacién alos hombreg. La division sexual del trabajo que aparecié con ellos 4 2 / teador, ac Titulada el séquit Las m “Mujeres y Truhanes,” esta imagen de Hans Sebald Beham (c. 1530) ore © de mujeres que solia seguir a los ejércitos incluso hasta el campo de bata de ‘leres, incluyendo esposas y Prostitutas, se hacian cargo de la reproduccion i Jos soldados. Nétese la mujer que lleva puesto un bez! 124 no solo sujetd a las mujeres al trabajo reproductivo, sino que , § au. nto su dependencia respecto de los hombres me Permitiendo al estado y alos empleadores usar el salari mento para gobernar el trabajo de las mujeres. De esta manera, la -geparacion de Ja produccién de mercancias de la reproduccién de la fuerza de trabajo hizo también posible el desarrollo de un uso especificamente capitalista del salario y de los mercados como me- Lo que es mas importante, la separacién entre produccién y re- produccin creé una clase de mujeres proletarias que estaban tan desposeidas como los hombres, pero a diferencia de sus parientes masculinos, en una sociedad que estaba cada vez mas monetari- zada, casi no tenian acceso a los salarios, siendo forzadas asi a la condicién de una pobreza crénica, la dependencia econdmica y la invisibilidad como trabajadoras. Como vemos, la devaluacién y feminizacién del trabajo repro- ductivo fue un desastre también para los hombres trabajadores, pues la devaluaci6n del trabajo reproductivo inevitablemente de- valué su producto, la fuerza de trabajo. No hay duda, sin embargo, de que en la “transicién del feudalismo al capitalismo” las mujeres sufrieron un proceso excepcional de degradacion social que fue fundamental para la acumulaci6n de capital y que ésta ha perma- necido asi desde entonces. Ante estos hechos, no se puede decir que la se] : bajador de la tierra y el advenimiento de una economia monetaria fueran la culminaci6n de la lucha que habian librado los siervos medievales para liberarse de la servidumbre. No fueron los tra- bajadores —mujeres u hombres- quienes fueron liberados = la privatizacion de la tierra. Lo que s¢ “libero” fue capital, en la misma medida en que la tierra estaba ahora “libre” para coe como medio de acumulacién y explotacién, y ya 2° como me Ey de subsistencia. Liberados fueron los terratenientes, que | i dian cargar sobre los trabajadores la mayor parte del coste ¢e paracién del tra- 125 reproduccién, dandoles acceso a algunos medios de subsistencia slo cuando estaban directamente empleados. Cuando no habia trabajo disponible o no era lo suficientemente provechoso, como per ejemplo en épocas de crisis comerciales 0 agrarias, podian, en cambio, ser despedidos y abandonados al hambre.

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