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EL PODER DE LA IMAGEN.

ARTE Y PROPAGANDA EN LA ESPAÑA


Y LA EUROPA BARROCAS

El Barroco, dependiendo del país, evolucionará de manera distinta:


• Italia: caracterizado por el movimiento, las líneas curvas y los contrastes de luz y color. Es un
arte muy recargado, tendente al horror vacui. Renovación triunfal del arte asociado a la
religión católica.
• Francia: caracterizado por el clasicismo. Formas mucho más cercanas al Renacimiento,
con estabilidad, proporción, armonía y un movimiento muy suave.
• Flandes y Holanda: arte al servicio de la burguesía. Los temas religiosos no son los más
importantes, se dan sobre todo el retrato, los paisajes, o los bodegones.
• España: muy parecido al barroco italiano, con algunas tendencias propias. La escultura
barroca es un gran logro, y en materia de pintura, aparecen grandes maestros como Diego
Velázquez. Destacan ciudades como Madrid, Valladolid, Sevilla o Valencia.

1. FRANCIA

• Importancia de la Monarquía. Rey como gran mecenas. Expresión del absolutismo (Luis XIV
es el prototipo de monarca absoluto). Montesquieu: “La pompa y el esplendor que rodea a los
reyes es parte de su poder”.
• Gran centralismo. Auge de París frente al resto de ciudades. Se realizan proyectos para
embellecer y engrandecer la ciudad, por ejemplo plazas reales.
• Se realizan palacios, tomando Versalles como modelo y mayor construcción de la
época.
• La Corona considera a las ciencias y las artes como cuestión de Estado.

1.1. Arquitectura

Se caracteriza principalmente por el CLASICISMO. Se trata de una serie de obras dirigidas desde la
Academia y al servicio de la monarquía. El exponente más importante es el Palacio de Versalles.

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Palacio de Versalles. 1678-1703. Jules- Hardouin Mansart y André Le Nôtre. Versalles, Francia: tiene
un arte barroco que está totalmente relacionado con el arte anterior, marcado por el clasicismo. El
barroco no se parece al italiano, pero sí que comparte la necesidad de representación del poder y está
más recargado que en el Renacimiento. Ya existía un palacio pequeño para la caza en Versalles. Luis
XIV pide que se renueve. Posteriormente se sigue modificando. Mansart será uno de los grandes
arquitectos y Le Nôtre es paisajista. Al detalle para representar la dignidad real. Arquitectura y jardín
como un todo. Todo relacionado. Luces, sombra y reflejos en el agua. Majestuosidad al espacio.
Distintas esculturas fueron encargadas en su momento a artistas franceses. Objetivo: dignificar al
monarca (se representa como Apolo, Neptuno, etc.) Personajes clave de la cultura grecolatina. Un tanto
cargado, pero todo muy bien ordenado. Simetría, proporción, orden. Sigue el clasicismo y orden
renacentista. Los jardines van sufriendo muchas modificaciones. Lujo, ostentación y hedor en el
palacio de Versalles: un lugar bastante insalubre en aquella época. Gran falta de higiene en el palacio
y los invitados.

Luis Le Vau (arquitecto), Charles Le Brun, François Mansart (artistas), André Le Nôtre (paisajista),
Palacio de Versalles,.Grandes remodelaciones a partir de 1661.

Galería de los espejos, Versalles. Mansart y Le Brun. 1678-1682: la galería de Francisco I sirve como
inspiración. Comparar estas dos galerías en el examen. Muy representativa, llena de espejos con los
que se consigue más amplitud y volumen. Los ventanales daban a los jardines. En el agua se reflejaban
los ventanales; sensación de amplitud. Nichos con estatuas de dioses de la antigüedad. Bóvedas con
hazañas militares de Luis XIV. Lámparas de playa, muebles, etc. La calidad de los espejos: disputa
entre los de París o los de Venecia. Los franceses apostaron por los de su país para demostrar que eran
mejores haciendo espejos. Mobiliario: muebles estilo Versalles. Durante el rococó se ponen de moda
estos muebles.

“Es una galería de setenta y cinco metros de largo por diez de ancho, y frente a diecisiete ventanas, Le
Brun colocó otros tantos espejos que redoblaban por efecto de la luz la amplitud del espacio.Entre los
espejos colocó grandes pilastras de mármol rojo con capiteles de bronce dorado y a intervalos
determinados se abrieron nichos para alojar estatuas de dioses de la Antigüedad. La bóveda
representaba hazañas militares de Luis XIV con trofeos militares, mientras que el mobiliario de la sala
era fastuoso y acompañado de algunas piezas de plata”.

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à CLASICISMO: imagen y estilo del barroco francés. Parecen términos contradictorios.

• Reinará en todas las artes.


• Reflejo de la consolidación del poder monárquico y de la nobleza.
• Personalidad artística que cobrará más importancia bajo Luis XIV, con estilo e imagen propia,
muy marcada. En arquitectura, destacó por su intervención en el palacio de Versalles.
• La imagen y el estilo de Luis XIV se refleja en la arquitectura efímera o permanente, además
de en la escultura y la pintura.

Cargado, pero es simétrico y proporcional. Luis XIV va a utilizar todas las artes para representarse
como el monarca del momento, hacerse más importante que otros monarcas del momento o incluso el
papa. Quiere mostrar su poder frente tanto a su corte como al resto de Europa. Él multiplica las
imágenes para que estén no solo en Versalles sino en cualquier órgano institucional del país para que
«nadie se olvide de quién es el monarca».

Se representa a si mismo a caballo de la misma manera en que lo hacían las esculturas romanas. Hace
que Bernini viaje de Italia a Francia para hacerle el retrato escultórico. También se hizo retratos con
cera que dicen que utilizaba directamente el rostro del rey (por ello en ese retrato no se le idealiza sino
que se le muestra tal y como es).

François Girardon, El baño de Apolo. 1666-1675. Versalles: esculturas relacionadas con el poder de
la monarquía y se ubica en el centro de tres arcos grandes en la cueva de Tetis. Las ninfas están bañando
a Apolo. Luis XIV se relaciona con Apolo. Obra realizada por Francois Girardon, quien se basa en
Apolo de Belvedere (Vaticano) para inspirarse. Las figuras no están todas pegadas, pues las mujeres
se le pueden quitar y en relación con el Apolo central. La posición de las ninfas de alrededor se ha ido
cambiando con el tiempo.

François Girardon, El rapto de Proserpina, 1677-1699. Versalles. Dos influencias: Izquierda,


Giambologna: Rapto de las Sabinas y Derecha, Bernini: Rapto de Proserpina. Relaciona la monarquía
con la antigüedad grecolatina. Diferencias con respecto a la de Bernini: A las sabinas siempre las
intentaron proteger por eso se ve a la madre intentando evitar el rapto. Se centra en el instante concreto,
pero no llega a tener el movimiento que tiene el de Bernini.

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Luis XIV victorioso. Salón de la Guerra, Versalles: Relieve que incluye en el salón de Versalles. Guerra
como instrumento para representar a su país. Él está en medio de la batalla. Se representa como
vencedor ante cualquier enemigo. En aquel momento tenían disputas con España y Holanda. Sigue
siendo un país católico que lucha contra ideas reformistas del norte de Europa. Ponen más o menos en
relieve según se quiera que se vea mejor al elemento. El caballo y el rey bastante en relieve.

“La razón principal de éxito del escultor es que ha abordado el tema con espíritu barroco. No hace el
menor intento de restringir la violencia de la acción para atenerse a los cánones clásicos. Por el
contrario, da énfasis al movimiento a lo largo de la superficie del relieve y da profundidad a este. El
cuerpo y la cabeza del rey están girados audazmente, su brazo se proyecta en el espacio y
los soldados caídos debajo están dispuestos de tal manera que conducen la mirada hacia la
composición”.

1.2. Pintura

- Pintores de la realidad: término con el que se conoce a los artistas realistas franceses de
comienzos del siglo XVII. Entre ellos, Georges de La Tour (este autor emplea la técnica
tenebrista, pero utiliza una vela o una luz directamente presente en el cuadro).
- Pintores clasicistas. Entre ellos, Nicolas Poussin (estudió las antigüedades grecolatinas, vivió
gran parte de su vida en Roma), Claudio de Lorena (influencia de los paisajes holandeses) y
Philippe de Champaigne (realizó retratos para la corte real, además de obras de carácter
religioso).

Georges de La Tour, Riña de músicos, 1620- 1630. Getty Center, Los Ángeles: Pelea entre músicos.
Una mujer asustada y otros músicos se ríen. El de los ojos cerrados se interpreta que ra ciego. Al tocar
en la calle y ser ciego gana más dinero. Se enfada con él otro músico porque piensa que no es ciego.
Pretende echarle limón en los ojos. La mujer está asustada porque piensa que lo van a pillar. Disputas
entre los pobres. Había que apuntarse en una lista para que te pudieran dar limosna en esa ciudad. Era
complicado entrar en las listas, había que demostrar que eras pobre. Obra de género.

Georges de La Tour, San José Carpintero, 1642. Museo del Louvre, París: Incluye dentro de la obra
el foco de luz con un candil o una vela, por lo que la luz no viene de fuera y se suele tapar. Representa
muy bien el Tenebrismo y Claroscuro. Es una escena de género, pero también puede interpretarse
como una escena religiosa.

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Nicolas Poussin, La muerte de Germánico, 1628. Minneapolis Institute of Art: Germánico es un
soldado romano conocido por su fiereza y sus continuas victorias; fue envenenado por los propios
soldados romanos a causa de la envidia. En la escena se ve que está en su casa y los soldados que aún
le siguen, lo han llevado a su casa para que muera con su familia. El artista intenta volver a lo clásico,
pero con técnicas ya existentes del Barroco y representa el punto culmen de la obra, donde el soldado
se debate entre la vida y la muerte. Todos los músculos están perfectamente estudiados y el niño tiene
el cuerpo de los ángeles de Miguel Ángel.

Nicolas Poussin, El rapto de las sabinas, 1630. Museo del Louvre: Se ve un episodio clásico y se
centra en el punto álgido del rapto, pues se ven a los hombres cogiendo a las mujeres y como estas se
defienden. Tiene las mismas características del anterior en cuanto a anatomía y texturas, además sirve
como referencia para el reinado de Napoleón.

Claudio de Lorena, Campo Vaccino, 1636. Museo del Louvre: Hace muchos paisajes marcados por las
ruinas de Roma (Francia-Italia). La importancia de las ruinas es destacable, pues el conocimiento de
ella les permitía hacer nuevas edificaciones. Este tipo de obras favorecen el que los paisajes se
conviertan en un género en sí mismo y ayuda a que la imagen de la Antigüedad grecolatina se expanda
por el resto de Europa. Aparecen personajes bíblicos, clásicos, huidas en barco, pero siempre el paisaje
será el protagonista, que anteriormente era el segundo plano de la obra. Los paisajes suelen ser obras
con formato más pequeño, ya que estos encargos se solían hacer por particulares para sus propias casas,
en comparación con un encargo del monarca o la Iglesia que eran de mayor tamaño.

Claudio de Lorena, Paisaje con el embarque en Ostia de Santa Paula Romana, 1639-1640. Museo del
Prado: no pinta al aire libre, pues lo harán los pintores impresionistas más adelante y, por tanto, no se
trata de un paisaje concreto, sino a partir de sus dibujos preparatorios; son paisajes reales, pero no todo
tiene que ser exacto.

Philippe de Champaigne, Vanitas, 1671. Musée de Tessé: la vida es efímera, se acaba. Llega la muerte,
el reloj se acaba y la flor marchita. Hay que pasárselo bien pero también hay que portarse bien, para
luego ir al cielo. Tema propio del barroco español y sevillano.

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Phillippe de Champaigne, Retrato triple del Cardenal Richelieu, 1642. National Gallery, Londres: se
centra en la captación psicológica y se mjestra una realidad donde la idealización no está tan marcada.
El Cardenal tiene muchas obras donde muestra la grandeza de su persona.

2. FLANDES Y HOLANDA

Flandes

Flandes, territorio católico, monárquico, aristocrático y sometido al dominio español. Se lleva a cabo
una pintura marcada por la religión. Se realizan retratos individuales y solemnes, con el propósito de
marcar la posición social del retratado. Los bodegones son exuberantes, reflejo de la sociedad.

En la Flandes barroca, encontramos una importante producción al amparo de la Reforma Católica, al


igual que otras obras de carácter civil, que sirven para ejemplificar la riqueza de la sociedad del
momento.

Se trata de una sociedad preocupada por la preservación de la religión católica, así como por la
representación de su propio estatus.

La creación de una colección de obras artísticas era sin duda uno de los modos que evidenciaban cierto
compromiso intelectual y cultural. Por ejemplo, con el caso del archiduque Guillermo de Habsburgo.
Asimismo, a mediados del siglo XVII la pintura había triunfado sobre las demás artes como principal
elemento de representación cortesana, por lo que será el medio más utilizado, y de los que veremos
más ejemplos en las siguientes diapositivas.

David Teniers, El archiduque Leopoldo Guillermo en su galería de pinturas en Bruselas, 1647-1651.


Museo del Prado: se representa a si mismo con su colección, que no estaba así realmente, tenía los
cuadros repartidos en sus casa pero se dispone de esta manera como si estuvieran en una habitación
para mostrar el poder del duque. Se pueden reconocer uno a uno los cuadros incluso. Son cuadros
reales y que estaban en posesión del archiduque, algunos se recuperaron y otros se perdieron. El
archiduque Leopoldo Guillermo es el que más cuadros tiene, están asesorados por artistas del
momento, como Rubens, por ello saben siempre que cuadros comprar y que tengan valía.

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Willem van Haecht, El gabinete de pinturas de Cornelis van der Geest durante la visita de los
Archiduques, 1628. Rubenshuis, Amberes: van a aparecer animales, como loros de colores, que
procedían de América, lo que resultaba un lujo. O a lo mejor también hay un cuadro con una mesa
llena de ostras, todo con fin de mostrar su poder económico. Se realizan incluso visitas guiadas para
ver las colecciones, que se ofrecían a personas de la élite solamente. Estos cuadros sirven para llevar
un control de las obras.

Ø Pedro Pablo Rubens (1577-1640)

“Nació en Siegen en 1577, y murió en Amberes en 1640 tras una carrera de triunfos en todo lo que
emprendió. No solo su pintura, también su carácter, su cultura y su inteligencia, no dejaron de ser
alabados por sus coetáneos. Poseyó una importante colección, ejerció como diplomático además de
pintor en las más poderosas cortes europeas, nunca se autorretrató como pintor, a diferencia de la
mayor parte de los grandes maestros del Barroco, y siempre demostró su extraordinaria educación en
letras. Sabía latín y griego, aprendido desde sus primeros años de formación, conocía a los clásicos,
hablaba perfectamente varias lenguas, se identificó con el neoestoicismo, y acabó su vida retirado en
un castillo con su familia por decisión propia, lejos de la agitada vida que le había llevado a viajar por
toda Europa. En esa Europa de conflictos religiosos, Rubens nació en una familia calvinista, pero él
fue un convencido católico. Si Rembrandt fue el gran maestro holandés, Rubens fue el pintor por
excelencia de los Países Bajos españoles”.

Rubens conoció a Velázquez y le dijo que si quería mejorar, debía viajar. Rubens tenía el monopolio
de Flandes, por lo que muchos artistas tenían que marcharse. Tenía una colección muy importante
como signo de prestigio que le encarga a los mejores del momento y que compra en sus viajes por
Europa.

Pedro Pablo Rubens, Retrato ecuestre del duque de Lerma, 1603, Museo del Prado. Era el valido de
Felipe III. Rubens realiza esta obra en su primera visita a España. Se trata de un retrato en el que el
duque “avanza hacia un espectador, que lo contempla desde un punto de vista bajo, para transmitir
desde ese posicionamiento de la mirada de espectador el poder del valido de Felipe III”. Recuerda a
Carlos V vencedor en Mülhberg y recibe influencia de las estatuas ecuestres antiguas. Es de gran
formato .

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Pedro Pablo Rubens, Autorretrato con su esposa Isabella Brant, 1609-1610. Alta Pinacoteca, Múnich.
En 1608, por motivos familiares (su madre estaba enferma), regresa a Amberes.Ta l era la cotización
de Rubens, que los archiduques “le permitieron vivir en Amberes y no en Bruselas, le dieron un sueldo
fijo, al que se añadirían el pago de las obras que llevara a cabo, le libraron de pagar impuestos… todo
con tal de que no regresara a Italia y permaneciera a su servicio”. En Amberes, se casa con Isabella
Brant, con quien aparece en este autorretrato. Tras enviudar, se vuelve a casar, esta vez con Helena
Fourment, quien también aparece como modelo en muchas de sus obras. Va a destacar la casa que se
hace en Amberes, pues ahora es un museo flamenco visitable que respeta la forma de cuando vivía
Rubens; en su momento, tenía un espacio para el taller, otro para el uso personal y otro para las
colecciones. Tenía muchos artistas a su servicio, por lo que hacía obras en cadena en la que cada uno
se encargaba de una parte. Dependiendo de quién hacía el encargo y el dinero, él o lo pintaba o lo
firmaba simplemente, por lo que ahora es difícil distinguir qué obras son suyas y cuáles de su taller.
Además se encargaba de firmar los contratos, realizar el trabajo preparatorio y supervisar todo el
trabajo. También tenía mujeres contratadas encargadas de los bodegones. En esta obra no se retrata
como pintor porque no lo necesita; se representa como un aristócrata. De este taller surgieron
importantes figuras como Jacobo Jordaens o Antón van Dyck.

Pedro Pablo Rubens y Jan Brueghel el Viejo, El archiduque Alberto de Austria, 1616, Museo del
Prado. Hace obras para la clase alta. Esta va en conjunto con la siguiente obra. En el fondo aparece el
patrimonio que cada uno aportaba al matrimonio. Jan Brueghel se encarga del paisaje y Rubens del
retrato. La vestimenta hace alusión a su estatus social.

Pedro Pablo Rubens y Jan Brueghel el Viejo, La archiduquesa Isabel Clara Eugenia, 1616, Museo del
Prado. Sobrina de Felipe II. Sus cruces hace referencia a su linaje real.

Rubens destaca igualmente por la realización de grandes ciclos temáticos… Entre ellos, el encargado
por María de Médicis. “La reina impuso los temas de cada uno de los cuadros, que contaban su
historia y controló todos los detalles iconográficos, de manera que toda su actuación política y el
enfrentamiento con su hijo Luis XIII, quedaran justificados”. Le encarga una serie de cuadros para
mostrar su importancia y demostrar las mentiras que está diciendo su hijo, pues cuando sube al poder
la aparta.

Rubens, Enrique IV recibiendo el retrato de María de Medicis, 1622- 1625. Museo del Louvre.
Enrique IV está recibiendo el retrato de ella, reflejando los matrimonios concertados y el hecho de

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enseñar un retrato de la mujer al hombre para que la vea y diga si le gusta. Cupido lleva el marco y
Enrique IV está encantado con verla, y se ve la personificación de Francia (parece una mujer por arriba
y un hombre por abajo para que cualquiera se puede ver identificado) que le dije a Enrique IV que le
parece estupendo que se case con ella. Es una aproximación al futuro, pues a partir del siglo XX es
muy común las personificaciones de los países, en forma de mujeres.

Rubens, Las tres gracias, 1630-1635. Museo del Prado. E incluso Rubens encontró tiempo para
realizar obras que no obedecían a ningún encargo. Así, Las tres gracias, “son tres figuras en un
bellísimo paisaje que hablan del amor, la belleza, el sexo y la vida, en estrecha relación con la felicidad
que le había proporcionado su segundo matrimonio”. En los últimos años de su vida dejó de viajar,
vivía en el castillo de Het Steen, y se dedicó a pintar obras para sí mismo. Una de las tres está inspirada
en una de sus mujeres. Son las tres hijas de Zeus que personifican la belleza, la vida y el sexo y nos
ayuda a ver cómo ha ido evolucionando la Historia del Arte.

Antón van Dyck, Autorretrato con girasol, ca. 1632. Colección privada. Realizado tras su marcha a
Inglaterra a causa de Rubens, en su momento de mayor esplendor. El rey Carlos I lo acaba de nombrar
pintor principal por su relación con Rubens, y además le había regalado un collar de oro y colocarlo
en un taller en Londres. También recibe el título de noble Sir. Esto es un autorretrato en el que no se
coloca como pintor, pues no le hace falta. Girasol: símbolo de la estrecha relación existente entre el
pintor y el monarca. Se codeará con todos los miembros de la Corte de tú a tú, incluso se retrata con
algunos de ellos.

Va n Dyck, Triple retrato de Carlos I, 1635. Castillo de Windsor, Reino Unido. Este influye en el que
realiza Philippe de Champaigne en 1640. La captación psicológica es destacada y también permite
realizar otras obras gracias a las perspectivas a otros artistas que no pueden tener al modelo. Carlos I
se habla que era bajito pero Van Dyck era muy pelota y siempre le hacía ver más grande, satisfaciendo
así los deseos.

Clara Peeters (1580/1590-1621). Fue una de las iniciadoras del bodegón. Popularizó la realización de
autorretratos junto a la naturaleza muerta. En 2016 se convirtió en la primera mujer en protagonizar
una exposición monográfica en el Museo del Prado. Se autorretrata con los objetos que ella suele

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pintar. Sabe jugar con las luces y efectos ópticos. En los objetos que pinta suele reflejar su cara. Todo
es muy rico con las monedas, el oro, la cantidad y calidad de lo que representa. Flandes al estar asociada
a la monarquía, aquí se representa.

Clara Peeters. Bodegón con pescado, vela, alcachofas, cangrejos y gambas. 1611. Museo del Prado.
Los bodegones se ponen de moda en el mercado. En la mesa se pone en relación con el estatus y se
ven objetos de los elementos puestos de moda en el momento. En los bodegones de Flandes suelen
aparecer ostras, pues eran caras.

Holanda

Por el contrario, es protestante y republicana, cultiva sobre todo asuntos bíblicos de pequeño formato,
para ser contemplados en la intimidad doméstica. Se llevan a cabo retratos corporativos. Los
bodegones son más sencillos y severos, con alimentos frugales, propio del ascetismo protestante.
También el paisaje es un tema importante.

Frans Hals (1582-1666)


Lleva a cabo su obra principalmente en la ciudad de Haarlem. Es uno de los mejores retratistas del
barroco holandés. Plasma la psicología del retratado, con gran vitalidad y espontaneidad. Sus obras
parecen no estar acabadas, presagiando el Impresionismo. Además, pinta alla prima (en lienzo en
blanco) y sin correcciones. No obstante, su personalidad conflictiva y el cambio en los gustos de la
época le llevaron a pasar complicaciones económicas en los últimos años de su vida. Su figura fue
revalorizada posteriormente, en la segunda mitad del siglo XIX.

Frans Hals, Pareja de esposos, 1622. Rijksmuseum, Ámsterdam. Isaac Abrahamsz Massa y Beatrix
van der Laan. Es un retrato nupcial relacionado con el de Rubens junto a su primera esposa para dar
mayor prestigio a su familia y se ve al fondo una obra grecolatina como herencia en el arte y un pavo
real como símbolo de la alta clase.

Frans Hals, Grupo familiar ante un paisaje, 1645-1648. Museo Thyssen Bornemisza. Tener a un niño
negro criado implica poderío y dinero, además de reflejar que se es buena persona con él al incluirlo
en el retrato con sus propios hijos. La mirada compartida por la pareja refleja la fortaleza y la
complicidad para demostrar que se quieren. El perrito refleja seguir los cánones de la época de la chica.

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Rembrandt van Rijn (1606-1669)

Comenzó su formación artística en Leiden, su ciudad natal, y la continuó en Ámsterdam entre 1624
y 1625. A su regreso a Leiden, abrió un taller de pintura, en el que trabajó hasta su traslado en 1630
de nuevo a Ámsterdam. Allí comenzó a recibir encargos, principalmente retratos. Su situación
económica fue relativamente buena y mejoró al contraer matrimonio. Su esposa fallece en 1642 y a
partir de ahí comienza su crisis, que se acentúa en 1656, año en que subastan todos sus bienes,
incluida la colección de arte.

A lo largo de su carrera, realizó principalmente obras religiosas, autorretratos y retratos individuales y


colectivos. Utiliza el claroscuro, pero dota a sus obras de una atmósfera dorada, emotiva y
escenográfica. Se considera que puede haber actualmente unas 300 obras de este autor, según el
Proyecto de Investigación Rembrandt. Sus autorretratos reflejan las etapas de su vida.

Rembrandt, La cena de Emaús, 1648. Museo del Louvre. Obra de tipo religioso, aunque no muy común
por el calvinismo y la idolatría. Había ciertas personas que tenían obras así en pequeño formato e
incluso algunas de este autor o Rubens se marchaban a lugares donde era menos difícil difundirlas.
Recuerda a la de Caravaggio. Juega con el claroscuro, pero con una atmósfera dorada, se ciñe a los
cánones como la figura de Jesús. Presenta arquitectura clásica y es reflejo de cómo agranda su paleta
de colores debido a la influencia de otros artistas, pues él no viaja a Italia, pero sí recibe.

Rembrandt, Autorretrato con pintura y pinceles, 1660. Museo del Louvre. Se muestra así mismo como
artista y a la moda de la época, para demostrar su posición social.
Rembrandt, Autorretrato a los 34 años, 1640. National Gallery, Londres.

RETRATOS DE GRUPO O COPORATIVOS. Lecciones de anatomía.

Rembrandt, Lección de anatomía del Dr. Nicolas Tulp, 1632. Mauritshuis de La Haya. Todos tenían
que aparecer con la misma importancia y todos pagaban por igual. El autor tiene dicha capacidad y de
significarlos individualmente, el de la izquierda puede que no haya pagado por igual. Es una obra
encargada por partes de los alumnos de un doctor con mucha fama en el momento y se coloca en la
Facultad de Medicina de forma pública. Lo destacable es que un profesor bastante destacado viniese a
dar una clase. En la época, el catolicismo no permitía realizar prácticas con cuerpo humano y el
calvinismo lo permitía en mayor medida si el muerto había tenido pena de muerte o eran niños

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huérfanos. Es un antecedente de lo que será el comercio de los cuerpos muertos, como el Londres de
principios del siglo XX.

Escenas al aire libre

Rembrandt, Ronda de noche, 1642. Rijksmuseum, Ámsterdam. Realmente no es de noche, sino que
estaba sucio. Refleja el desfile. La mujer es la mujer de Rembrandt cuando era niña, con dibujos de
pavos reales y actúa como bandera de la compañía Kup. Aquí sí hay diferencias de pago

Retrato de gerentes

Rembrandt, Síndico de pañeros, 1662. Rijksmuseum, Ámsterdam. Representa el momento de una


reunión sobre los asuntos del reino, a todos por igual y posan como para una fotografía.

Hay pocos retratos corporativos de mujeres.

“Entre sus retratos colectivos más famosos están La lección de anatomía del doctor Tu l p (1632), La
ronda de noche (1642) y Los síndicos de los pañeros. Con la primera comienza su gran fama, con la
segunda culmina la carrera de un pintor que para entonces era un hombre próspero, que vivía en una
gran casa, era coleccionista, y atraía a muchos discípulos, y la tercera está ya hecha en los años de
ruina económica. La lección de anatomía del doctor Tu l p , representa al especialista en anatomía del
gremio de cirujanos de Ámsterdam en el momento de impartir una lección con el cadáver de un
ajusticiado. El deseo de realismo y de que funcionara como un retrato colectivo, ha permitido
identificarlos. La Ronda de noche pintado para el cuartel general de la Guardia cívica de Ámsterdam,
se considera la obra maestra de Rembrandt y, por extensión del barroco holandés. En esta obra se
representa a la corporación de los arcabuceros de la ciudad, y en ella se aprecia la capacidad para captar
la luz, esos “reflejos mediante los cuales la luz penetraba apropiadamente en la sombra”, como
explicaba von Sandrart, alejándose así de los fuertes claroscuros caravaggescos. Los síndicos de los
pañeros representa a la corporación de fabricantes de paños de Ámsterdam y, como las grandes obras
del Barroco, está realizada para un lugar concreto. En este caso sabemos que iba a ir en lo alto de una
pared, lo que explica el punto de vista bajo (di sotto in su como se solía denominar) con que está
pintada. Estos cinco hombres, a los que se suma el empleado que está en pie, eran quienes controlaban
la calidad de las telas, los materiales, los tintes, etc., que se fabricaban, y eran nombrados por los
burgomaestres cada año. La equilibrada composición la

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podemos percibir como el eco de una institución que actuaba con serenidad y justicia. To d o s estos
retratos de corporaciones fueron encargados para celebrar esa empresa colectiva que llevó a la
prosperidad de la ciudad”.

Johannes Vermeer (1632-1675) En comparación con sus coetáneos, su fue producción bastante
reducida, conociéndose solo una treintena de obras. Principalmente porque su actividad fue más la
venta de cuadros que la propia creación, que solo realizaba bajo pedido y no para el mercado del arte.
En sus inicios realiza pinturas históricas, aunque sus cuadros más conocidos son escenas de género,
que además difieren de las que realizaban sus coetáneos. Realiza casi escenas limpias, depuradas,
atemporales y muy realistas.

Johannes Vermeer, La joven de la perla, ca. 1665. Mauritshuis Museum. Esa libertad creadora que
tiene le permite crear obras como esta. El azul refleja el poderío económico pues procede de piedras
preciosas.

Johannes Vermeer, La lechera, 1658- 1660. Rijksmuseum, Ámsterdam. Suele tener una ventana y
escenas cotidianas.

Johannes Vermeer, El arte de la pintura, ca. 1666. Museo de Historia del Arte de Viena. “Representa
el taller del pintor desde el punto de vista de un visitante que encuentra al pintor trabajando, al que
podrá contemplar sentado en la silla vacía al lado de la cortina corrida, incluyendo así en la pintura
también a quién la contempla. La modelo del pintor es Clío, la musa de la historia, en forma de joven
y bella mujer que lleva un libro, una trompeta y está coronada de laurel, objetos que aluden claramente
a la fama y la gloria, que la historia y la pintura hacen perdurable. Sobre la mesa encontramos
referencias a otras artes representadas mediante distintos objetos, libros, o una máscara teatral. Los
planos de profundidad, marcados tanto por las zonas de luces y sombras como por la ubicación de
objetos y figuras en el espacio, son un aspecto más de la belleza de una obra en la que se reflexiona
sobre el arte de la pintura y el poder de la imagen. Como el visitante sería alguien culto y aficionado
al arte, podría entender el protagonismo que Vermeer confiere a la cortina, recurso teatral frecuente en
la pintura del barroco, que puede reflejar también la costumbre de cubrir los cuadros con una cortina
para protegerlos, pero sobre todo, y dado el tema de la obra de Vermeer, lo que recuerda es la famosa
competición, narrada por Plinio, de los pintores de la Antigüedad, Zeuxis y Parrasio, a la que ya nos
hemos referido, y en la que, después de que Zeuxis pintara unas uvas que engañaron a los pájaros,
Parrasio pintó una cortina que su competidor Zeuxis intentó descorrer, por lo que concedió la palma a

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su rival, porque él había engañado a los pájaros, pero Parrasio le había engañado a él, que era un artista.
El arte de la pintura estaba en casa de Vermeer cuando murió, y es una obra maestra en cuanto a
técnica, composición, luz y color. Utiliza distintas técnicas para reflejar la textura de los distintos
objetos en una escena que contemplamos desde un lugar oscuro a este lado de la cortina. Por ello la
luz adquiere un mayor poder, llegando a la estancia desde nuestra izquierda. El sistema perspectivo de
diagonales del suelo sirve de base a una composición a base de verticales y horizontales perfectamente
equilibrada. Para Stoichita (2000) es un “escenario de creación en tercera persona” porque es “otro” el
que pinta, no el mismo pintor como en cambio sucedía en Las Meninas. Vermeer, desde fuera de la
obra, nos habla del pintor que está en el cuadro, y aunque al no darle rostro no lo podemos considerar
un autorretrato, nos habla del proceso de creación de la obra de arte”. Se representa así mismo pintando
a su hija que personifica al arte de pintar.

3. ESPAÑA

3.1. Arquitectura

Principalmente determinada por las obras religiosas, así como por la construcción de plazas mayores.

Muchos de los arquitectos del siglo XVII son frailes profesos de distintas órdenes religiosas. Conciben
edificaciones religiosas con plantas que favorecían la predicación, con estructura regular carente de la
movilidad de las construcciones de Bernini o Borromini. Ta m b i é n las fachadas se caracterizan por
la sobriedad, e incluso es destacable la pobreza de los materiales que se utilizan. No obstante, la
sencillez externa dará paso a una deslumbrante decoración interior.

Por su parte, la construcción de plazas mayores está relacionada con la teatralidad del barroco, y la
relación existente entre la ciudad y el poder. Se generan espacios para realizar actos públicos como
corridas de toros, autos de fe o procesiones de Semana Santa.

Destacaron algunos artistas como Leonardo de Figueroa o Juan de Herrera.

3.2. Escultura

La escultura barroca española es totalmente única en su género, y está caracterizada por el fervor
religioso propio de la Contrarreforma. Es un instrumento pedagógico que tiene como objetivo narrar

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los principales acontecimientos del catolicismo, así como acercar a los fieles a las figuras de Cristo, la
Virgen María o los santos.

Utilizando como material esencial la madera, se realizan retablos, esculturas de bulto redondo y pasos
procesionales.

Se distinguen principalmente tres escuelas:


- Escuela castellana: Gregorio Fernández.
- Escuela andaluza: Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa, Luisa Roldán (Sevilla) y Alonso
Cano (Granada).
- Escuela murciana: Francisco Salzillo.

Así que los encargos son realizados por las cofradías, hermandades y personas particulares, además de
que la imaginería de España se exporta a América Latina.

• Juan Martínez Montañés: Cristo de la Clemencia, 1603, Catedral de Sevilla. En el contrato se


pedía que el Cristo mirara hacia abajo para que nos mirara cuando rezásemos. Está mucho más
tranquilo, a punto de morir y el paño de pureza está mucho más sosegado (la mayoría de los
paños de pureza están tallados, en ocasiones técnica del estofado). Tiene dos clavos en los pies,
pues hubo disputa sobre si los cristos debiesen tener tres o cuatro clavos, incluso Santa Brígida
dijo que debían tener tres. Sirve de referencia a Velázquez. Si lo comparamos con el Cristo de
la agonía de Juan de Mesa, este último tiene una madera más oscura, es más sangriento, tiene
unos músculos más marcados y mira hacia Dios; transmitía miedo y fervor.
• Luisa Roldán: Virgen de la Estrella. Hizo muchas obras, pero estaba supeditada a su padre y
este las firmaba, aunque al final decidió independizarse de su taller y provocó que hubiese
personas que no quisieran hacerle encargos por miedo a las represalias del padre. Se convierte
en escultora real en Madrid, aunque nunca abandonó la penuria económica y actualmente, hay
una investigación para poder atribuirle a ella sus obras.

3.3. Pintura

Compuesta principalmente por el mecenazgo de la Corte y la Iglesia, va a estar influenciada por el


realismo y tenebrismo italiano y donde va a predominar la temática religiosa, especialmente en su

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expresión ascética o mística y tratada con sencillez y credibilidad. Además de la ausencia de la
sensualidad, tampoco habrá lo heroico ni los tamaños superiores al natural, pues se prefiere un
equilibrado naturalismo y se opta por la composición sencilla y nada teatral o escenográfica. No
obstante, hubo otros temas como el retrato, la mitología, el bodegón, el paisaje, la fábula pagana y el
género histórico. Los focos artísticos fueron: Valencia (Ribera), Sevilla (Valdés Leal) y Madrid
(Velázquez).

José de Ribera: Mujer barbuda (Casa Ducal de Medinaceli, Toledo, 1631). Encargo que le hace el
Duque de Medinaceli a José de Ribera para que deje constancia de lo que se considera algo
extraordinario. El marido de fondo observa la situación de la familia.

Velázquez: Se forma en el taller de Pacheco, de quien pronto se convirtió en yerno. Más tarde, como
pintor de cámara de Felipe IV tiene la oportunidad de conocer las colecciones reales, e incluso realiza
varios viajes a Italia. Su influencia posterior es innegable, sobre todo en grandes pintores como Goya,
en el Realismo y el Impresionismo. Su trayectoria pictórica estuvo muy relacionada con su vida, sus
viajes y las personas que encuentra en ellos.

• 1ª etapa sevillana hasta 1623, aún con Pacheco

Vieja friendo huevos, 1618. National Gallery of Scotland, Edimburgo: Emplea tonalidades madera y
tenebrismo, la parte de delante refleja un bodegón y es un tema costumbrista de género, pues en la
ciudad de Sevilla estaba de moda.

• 2ª etapa madrileña hasta 1629, donde amplió la paleta de colores

Los borrachos, Museo Nacional del Prado en Madrid.

• 3º etapa viaja a Italia hasta 1631, pues Rubens se lo recomienda y Felipe IV quiere que aprenda
y vea si hay obras que merece la pena comprar.

La fragua de Vulcano, 1630. Museo Nacional del Prado en Madrid: Existencia del contraposto y el
estudio anatómico de las figuras, de hecho, ha visto la obra de Miguel Ángel y da Vinci. Tiene
perspectiva aérea: lo ve todo como si fuera una foto. Lo de delante está más claro y el fondo más
difuminado. Uso del color veneciano, aprende a captar un momento concreto como el barroco italiano,

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desaparece el tenebrismo y aparece el fondo. Representa el momento en el que Apolo va a decirle a
Vulcano que afrodita le está siendo infiel (la infidelidad de Afrodita se retrata a menudo en la Historia
del arte, pero en este momento se representa el momento en el que Vulcano se entera).

• 4º etapa vuelve a Madrid hasta 1649, es nombrado pintor real y pintor de cámara. Va a intentar
glorificar la imagen de la monarquía.

Las Lanzas, 1635. Museo Nacional del Prado en Madrid.

• 5º etapa viaja de nuevo a Italia hasta 1651, donde es nombrado veedor y contador de obras.

Inocencio X, 1650. Museo Nacional del Prado en Madrid.

• 6º etapa es el periodo final hasta 1660, donde surgieron sus mejores obras.

Las Meninas, 1656. Museo Nacional del Prado en Madrid: “En él vemos al propio Velázquez
trabajando en un gran cuadro, y tras una observación más cuidadosa descubriremos también qué es lo
que está pintando: el espejo de la pared del fondo del estudio refleja las figuras del rey y de la reina
posando para su retrato. De manera que lo que estamos viendo es lo que ellos ven: un grupo de gente
que ha entrado en la cámara. Se trata de su hija pequeña, la infanta Margarita, flanqueada por dos
damas de honor, una de las cuales le ofrece un refresco mientras la otra hace una reverencia a la real
pareja. Sabemos sus nombres, y también los de los dos enanos (la muchacha fea y el niño que juega
con un perro), cuyo cometido era divertir. Los graves adultos del fondo parecen cuidar de que los
visitantes se comporten correctamente”. Es un retrato de Felipe IV y su esposa ocupando el lugar del
espectador y por eso que salgan reflejados en el espejo, es decir, vemos lo mismo que verían los
monarcas mientras posan para el artista. Se trata de un autorretrato para reivindicarse como artista y
tiene la cruz de la orden de Santiago como reflejo de su exclusividad, pues, aunque tiene orígenes
humildes, consigue esta condecoración cuando es pintor. La cruz se pintó después, pero no se sabe si
él mismo o el rey. Los personajes son: al fondo a los monarcas, la Infanta Margarita en el medio, a sus
lados las dos meninas (hijas de miembros destacados de la Corte que siempre acompañan a la Infanta;
originalmente se conoció como la familia de Felipe IV y finalmente por el rasgo característico de las
meninas como tal), la enana Mari Bárbola, el enano Nicolasito Pertusato y el perro Moisés, la
cuidadora de la Infanta Marcela de Ulloa, don Diego Ruiz de Azcona y al fondo el ayudante de cámara
de la reina. Esta interpretación la hace Antonio Palomino. Una de las meninas le da un jarrón a la

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Infanta que parece ser mexicano, pues en la Corte existía una costumbre de chupar el jarrón que tenía
hierbas alucinógenas. La sala está llena de cuadros que existieron en el momento en las colecciones
reales y presenta la perspectiva aérea, es decir, los del fondo se ven menos definidos. + info Museo del
Prado.

Bartolomé Esteban Murillo

Su carrera artística se desarrolla en Sevilla. Conoció las obras de otros artistas, por lo que en ese
momento se conservaba en la ciudad. Fundó en Sevilla una Academia de Pintura en el año 1660.
Se inclina hacia la gracia, y embellece la realidad haciéndola más amable. Cultiva el tema religioso,
pero lo acerca de manera más familiar. Acapara casi todos los encargos de la época. Trata la pobreza
con niños.

Sagrada familia del pajarito, 1650. Museo Nacional del Prado en Madrid: usa el colorido que tira a
los marrones y refleja una escena religiosa con total naturalidad, pues podría ser cualquier familia
cotidiana con la que sentirse identificada, aunque hay elementos de la sagrada familia como los útiles
de carpintero de San José y el niño sujeta un pajarito como símbolo de la pasión que sufrirá luego. El
perrito también es típico de la pintura de Murillo.

José de Valdés Leal

De sus obras, destacan “Las Postrimerías”, una reflexión sobre la brevedad de la vida y el triunfo de
la muerte que se encuentran en el Hospital de la Caridad de Sevilla (Finis Gloriae Mundi e In Ictu
Oculi). Dilema: conseguir la salvación o la condenación eterna. La salvación solo la consiguen los que
hayan practicado obras de caridad. Representa las Vanitas.

In Ictu Oculi, 1672. Hospital de la Caridad, Sevilla: en un abrir y cerrar de ojos, la vela de la vida se
apaga y la calavera tiene el pie sobre el mundo, pues la muerte domina y los elementos materiales
indican que la muerte llega a todos, independientemente de las riquezas o la pobreza.

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