You are on page 1of 3

3.

3 La Deontología Jurídica y el profesional del Derecho en relación a su


conducta en cuestiones de política económica.

Introducciòn.

La licenciatura en Derecho está rodeada de grandes y diversas aplicaciones, en las


que todas están regidas por una serie de principios y dogmas que hacen de ella una
de las profesiones más alentadoras y hermosas, pero también que es acompañada
de ciertos tabúes, el más común es el que define a los estudiantes de lo jurídico
únicamente en el plano de la abogacía, cuando en diversas ocasiones este campo
sólo es visto en un plano filosófico y deontológico, pero casi nunca en la vida
práctica, un ejemplo claro de ello son los legisladores, cuya abogacía se interpreta
hacia el pueblo, y no como se es enseñado en su mayoría, hacia un solo individuo.

En el caso de la Política Económica, dicha disciplina en el ámbito jurídico, es


aplicable de manera más común entre los servidores públicos y en funcionarios
privados, cuya labor trasciende el campo del derecho y abarca de manera más
incluyente a la economía, y la toma de decisiones respecto a esta, un ejemplo claro
de ello, es la distribución de los recursos en los presupuestos municipal, estatal, y
federal, tarea sumamente importante para el legislador y que no admite error alguno,
puesto que no sólo se encuentran en juego el destino de unos números, si no que
estos representan, en una manera gráfica y sofisticada, la vida de la población, su
dinero, su patrimonio, su desarrollo, razón por la cual, se debe tener un
conocimiento previo a la situación, y desde luego, una ética sumamente profesional,
de ser necesaria intachable, así como la convicción de conseguir el fin común con
dichas reformas, legislaciones y cesiones hacia los privados.

3.3.1. La Polìtica Económica y el Derecho: El Derecho Económico.

El Derecho desde sus orìgenes ha estado enlazado con los movimientos


económicos y la destinación de los recursos, pues si bien es cierto que muchas
veces la relación en las cuestiones prácticas o civiles es poco relevante, para la
toma de decisiones en un estado esto se vuelve más que prioritario, pues de éstas
mismas depende, en una forma material, el destino de una nación.

Para cumplir el objetivo antes mencionado, la Política Económica, como una


disciplina que busca la prosperidad financiera y el aumento de la riqueza, debe
utilizar al Derecho, o bien asociarse con él para que sus ideas, objetivos y
pretensiones se materialicen y tengan un respaldo que ayude a su cumplimiento, es
así como nace el Derecho Económico, aquella organización normativa, que, basado
en los principios y doctrinas económicas, así como influenciada por, en este caso,
un positivismo jurídico, ayude a asegurar la prosperidad y el bien común a través de
esta asignación consciente y lo más austera posible de los recursos públicos.

3.3.2. Aplicación del Derecho Económico en la vida Jurídica.

El Derecho Económico tiene, en su mayoría, el nacimiento y papel


fundamental en los congresos, cualquiera que sea su índole, para lo cual, se
necesita una preparación, y empatía, o bien, un justo sentido del deber, para tomar
las decisiones consideradas idóneas y más reflejadas a la realidad, así como tener
siempre el objetivo claro del bienestar propio y del resto de la población.
En palabras del jurista Fernando Gómez Mont “El legislador guarda como
presupuesto primero el ser un hombre jurídico, de ahí que ya deba compartir en
mucho lo expresado en cuanto a los retos y los problemas que el abogado enfrenta”1
en pocas palabras, el legislador debe ser el abogado de la sociedad, estableciendo
el orden y afrontando retos que pongan en peligro a su cliente, en este caso,
aplicando con toda severidad, y en busca del progreso, las políticas y medidas
necesarias para la mejor distribución posible de la riqueza nacional, y no conforme
en ese aspecto, vigilar que dicha repartición, se haga de manera austera y se realice
al pie de la letra, esto claro, mediante sus órganos correspondientes, en este caso
mediante la Auditoría Superior de la Federación.

1
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, El papel del Abogado, 2da Edición, Editorial Porrúa,
México, 1993.
3.3.3. La dispraxis en el Derecho Económico.
Jorge Witker, afamado jurista, define a este fenómeno como “aquellas
disfunciones, contradicciones o conductas que practican algunas autoridades
federales en relación con los instrumentos y regulaciones establecidas oficialmente
que tienen efectos adversos, negativos o francamente perjudiciales para sectores
productivos y sociales específicos y en consecuencia, para la sociedad en general”2

Muchas veces el deber ser, y más en el ámbito jurídico, no coincide con la realidad,
en este caso, la dispraxis es un claro ejemplo de ello, pues, la actitud de los
legisladores va en contra a Derecho, y por lo tanto, las políticas promulgadas, van
en contra de los principios morales y del bienestar social, problema del cual,
contribuye más a la formación de la pobreza, corrupción y un muy antiguo y
justificado, descontento social. Esto es, por la influencia de intereses particulares en
las distintas actividades del legislador respecto al ámbito económico, como las
asignaciones de ingresos y los egresos, las cesiones de obras públicas, las
reformas hacia la propiedad de la nación entre muchas otras, cosa que hace al
legislador corrupto, algo menos que un simulador del Derecho.
Como nos podremos imaginar, hay una balanza bastante corrompida entre el ser y
el deber, por lo cual, en muchas ocasiones, el brillante y esencial papel de los
licenciados en derecho, y en este caso, de los servidores públicos y los legisladores,
es opacada por las conductas de una minoría, que, a pesar de serlo, no solamente
perjudica a toda una nación, si no que mancha el nombre de nuestra ciencia, y la
hace, perder toda su fe, como control y solución a una sociedad, que en verdad la
necesita.

2
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Dispraxis e el Derecho Económico, México, 2012.

You might also like