Historia
— de la contabilidad ——
1. LA CONTABILIDAD i
La expansi6n de los nuevos
EN LA EDAD ANTIGUA métodos en otros paises
— La ciencia de la contabilidad:
— Las primeras civilizaciones Simon Stevin
vi
Mesopotamia
El desarrollo de la escuela
Egipto fi
Grecia rancesa
Roma Jaques Savary
/ y la Ordenanza
— La Europa medieval de Colbert de 1673
Matthieu De la Porte
2. EL SURGIMIENTO — La escuela italiana
DE UNA NUEVA CIENCIA dal siglo XVII
Giovanni Antonio Moschetti
— La contabilidad alla veneziana. Ludovico Flori
Giovanni Domenico Peri
Bastiano Venturi
— La literatura contable
de otros paises
Benedetto Cotrugli
— El primer texto impreso:
fray Luca Pacioli
— La difusi6n de la literatura
contable por la Europa en el siglo XVII
renacentista — La escuela francesa
en el siglo XVIII
Manzoni
Otros autores italianos
La aceptacion de la Partida
Doble en los Paises Bajos
Samuel y Jean-Pierre Ricard
Bertrand-Frangois Barréme
Edmond Degranges1, LA CONTABILIDAD
EN LA EDAD ANTIGUA
Las primeras civilizaciones
La memoria del ser humano es limita-
da, Desde que tuvo lugar Ia invencién de
los primitivos sistemas de escritura, el
hombre los ha utilizado para Hevar a cabo
el registro de aquellos datos de la vida
econémica que le era preciso recordar.
Las primeras civilizaciones que sur-
gieron sobre la Tierra tuvieron que ha-
Nar la manera de dejar constancia de de-
terminados hechos con proyeccién
aritmética, que se producfan con dema-
siada frecuencia y eran demasiado com-
plejos como para poder ser conservados
en la memoria, Reyes y sacerdotes nece-
sitaban calcular la reparticién de tribu-
tos, y registrar su cobro por uno u otro
medio, La organizacin de los ejércitos
también requeria un célculo cuidadoso
de las armas, pagas y raciones alimenti-
cias, asi como de las altas y bajas en sus
filas, En ultimo lugar, los comerciantes,
han sido siempre el sector de la sociedad
mas comprometido con cualquier nuevo
procedimiento de registro de datos. Y
mercaderes y cambistas los ha habido
desde los primeros momentos en todas
Jas civilizacione
Algunas sociedades que carecfan de
eseritura en sentido estricto utilizaron,
sin embargo, registros contables; es el
caso de la cultura de los incas, que em-
pleaba los quipus, agrupaciones de
nudos de distintas formas y colores or-
denados a lo largo de un cordel, y cuya
finalidad, aun no desvelada totalmente
era, sin duda, la de efectuar algdn tipo
de registro numérico.
Mesopotamia
El pais situado entre el Tigris y el
Eufrates era ya en el cuarto milenio a.
de J.C. asiento de una préspera civiliza-
cién. Los comerciantes de las grandes
ciudades mesopotamicas constituyeron
desde fechas muy tempranas una casta
influyente e ilustrada.
El famoso Cédigo de Hammurabi,
promulgado aproximadamente en el
afio 1700 a. de J.C., contenia a la vez que
leyes penales, normas civiles y de co-
mercio. Regulaba contratos como los de
préstamo, venta, arrendamiento, comi-
sion, depésito y otras figuras propias
del derecho civil y mercantil, y entre
sus disposiciones habia algunas directa-
mente relacionadas con la manera en
que los comerciantes debian levar sus
registros. :
Se han conservado miles de tablillas
cerdmicas que permiten formarse una
imagen acerca de la manera en que los
sumerios Hevaban las cuentas. Gracias a
sesos testigos, Inmunes al paso del len:
po, sabemos que ya en épocas muy ant
iuias existian socledades comerciantes,
en las que las aportactones de capital y
el reparto de beneficios estaban cuidade
samente estipulados por escrito,
La propia organizacion del Estado,
as{ como el adecuado funclonamiento
de los templos, exigian cl registro de sus
actividades econdmicas en cuentas deta
Hadas. Los templos Negaron a ser verda
deras instituciones bancarias, que reali-
zaban préstamos —el interés estaba
cuidadosamente regulado— y contratos
de depésito,
EI auge de Babilonia a comienzos del
segundo milenio a, de J.C, —es decir, en
la época de que data el Codigo de Ham:
murabi— trajo consigo un progreso en
las anotaciones contables, Aparece por
entonces una manera generalizada de re-
alizar las inscripciones, estableciéndose
un cierto orden en los elementos de
éstas: titulo de la cuenta, nombre del in-
teresado, cantidades, total general. En al-
gunas planchas se especifica, al comien-
zo, el saldo inicial, luego las distintas
partidas, positivas y negativas, y el saldo
final de la cuenta al acabar Ja tablilla,
Los pueblos mesopotdmicos utiliza-
ban ya el abaco para facilitar la realiza-
cién de las operaciones aritméticas, que
fueron sumamente laboriosas en todas
las épocas, hasta la relativamente recien-
te introduccién universal de la actual
numeracion arabiga.
La costumbre de insertar la planchas
ceramicas en una varilla, siguiendo un
orden cronolégico, creé verdaderos li-
bros de contabi
Egipto
Si importante fue la contabilidad
entre los pueblos de Mesopotamia, atin
més necesario fue su uso en una socie-
dad tan rigidamente centralizada como
la del Egipto faraénico.
El instrumento material utilizado h
bitualmente por los egipcios para real
zar la escritura era el papiro. Las anota-
ciones de tipo contable, por su cardcter
repetitivo, llegaron a conformar un tipo
de escritura hierdtica que ha resultado
muy dificil de descifrar para los estudio-
sou, Se han conservado ejemplares de
brow auxiliares y definitivos, asi como de
balances periédicos,
Lon exeribas, espectalizados en Heyay
Tnx cuentas de tos templos, del Estade
de lox grandes sefiores, Negaron a consi,
tur un cuerpo téenico numeroso y bien
siderado soclalmente,
De cualquier forma, y pese al pape,
deelsivo que In contabilidad desempeng
on el antiguo Egipto, no puede decirge
que In elvilizacion faraénica haya contr
buido a la historia de la contabilidag
con Innovaciones 0 procedimientos que
no hubleran sido ya utilizados por los
poderosos comerciantes caldeos,
Grecia
Los templos helénicos, como habia
sucedido muchos siglos antes con los de
Mesopotamia y Egipto, fueron los prime.
ros lugares de la Grecia clasica en los
que resulté preciso desarrollar una téc-
nica contable. Cada templo importante,
en efecto poseia su tesoro, alimentado
con los 6bolos de los fieles 0 de los esta-
dos, donaciones que era preciso anotar
escrupulosamente. Los tesoros de los
templos no solian permanecer inmovili-
zados y se empleaban con frecuencia en
operaciones de préstamo al Estado 0 a
particulares. Puede afirmarse asi que los
primeros bancos griegos fueron algunos
templos.
Quizé el lugar en el que los arquedlo-
gos han encontrado mas abundante y
minuciosa documentacién contable 1o
constituye el santuario de Delfos, donde
se han recuperado cientos de placas de
marmol que detallan las ofrendas de los
fieles, asi como las cuentas de recons-
truccién del templo en el siglo IV a.
de J.C,
Las casas de banca particulares tuvie-
ron su gran momento de expansién en
el siglo V a. de J.C, Surgieron modesta-
mente a la vera de los templos, pero
muy pronto extendieron sus actividades
por numerosus ciudades mediterréneas.
Los banqueros griegos, sobre todo los
atenienses, dominaron la técnica de los
cheques y transferencias de fondos de
una ciudad a otra y de una cuenta a
otra, y, probablemente, hicieron ya uso
de la letra de cambio.
Los banqueros levaban fundamen-
talmente dos clases de libros de contabi
lidad: el Diario (efemérides) y el libro de
cuentas de clientes. El orden y la puleri
tud con que se Hevaban las anotacionesHISTORIA DE LA CONTABILIDAD ————~
hizo que Ia exactitud de éstas Megara a
ser reconocida por la ley, que otorgaba a
Jos libros de contabilidad valor de prue-
ba principal.
La contabilidad ptiblica también se
desarrollé en las ciudades griegas. Ate-
nas poseia en el siglo IV a. de J.C. un Tri-
punal de Cuentas, formado por diez
miembros, encargado de fiscalizar la ha-
cienda del Estado, sobre todo en lo refe-
rente a la recaudacién de tributos.
Roma
El genio organizador de Roma, pre-
sente en todos los aspectos de la vida p
blica, se manifesté también en la minu-
ciosidad con la que particulares, altos
cargos del Estado, banqueros y comer-
ciantes Ievaban sus cuentas. Ya en el
siglo I a. de J.C. se menospreciaba a una
persona que fuera incapaz de controlar
contablemente su patrimonio.
El libro mas empleado era el de in-
gresos y gastos (“codex accepti et expen-
si
Los grandes negociantes llegaron a
perfeccionar sus libros de contabilidad
de tal manera que algunos historiadores
han crefdo ver en ellos —se conservan
solo algunos fragmentos incompletos—
un primer desarrollo del principio de la
Partida Doble. Aunque hay algunas citas
de grandes autores, como Cicerén, que
parecen sustentar tal hecho, son dema-
siado confusas como para establecer la
tesis de que el método de la Partida
Doble era conocido en la Antigiiedad.
No hay ninguna prueba que acredite
su empleo con anterioridad a la expan-
sion comercial italiana de las postrimerf-
as de la Edad Media.
Para que exista la Partida Doble no
basta con la disposicién de la cuentas en
dos columnas enfrentadas, u otros deta-
les de forma; es preciso que el principio
que informa la Partida Doble se aplique
inflexiblemente, sin excepciones. Y no
parece haber sido éste el caso de la con-
tabilidad romana.
La Europa medieval
Debido a la casi total aniquilacién
del comercio en Europa en los siglos
ponteriores a la caida del Imperio roma-
no, las précticas contables mas 0 menos
evolucionadas habituales en el mundo
antiguo desaparecieron. La técnica con-
table se iba a desarrollar de nuevo en
Europa a partir casi de cero, al compas
del crecimiento del comercio, que tomé
su primer gran impulso con las Cruza-
das.
Dos grandes érdenes militares, la de
los Templarios y la de los Caballeros
Teuténicos, desarrollaron durante los si-
glos XII y XIII sistemas de contabilidad
perfeccionados, influidos probablemen-
te por las précticas de los comerciantes
libaneses con los que ambas érdenes tu-
vieron contacto directo en sus inicios.
Los Caballeros Teuténicos, una vez
expulsados de Palestina, orientaron su
actividad hacia las regiones balticas, en
estrecho contacto con las ciudades co-
merciales de la Liga Hanseatica. Esta
Liga, que lego a agrupar a mas de
ochenta présperas ciudades comerciales,
desde el golfo de Vizcaya hasta Finlan-
dia, desarrollé con preferencia la “conta-
bilidad de factor”, es decir, la del comi-
sionista que debe rendir cuentas a su
comitente.
En tanto que los mercaderes italia-
nos prestaron mayor atencién a una con-
tabilidad de caracter patrimonial, mas
adaptada al control del comerciante
sobre sus empleados.
Las reptiblicas comerciales italianas
y los Paises Bajos serian durante los tlti-
mos siglos de la Edad Media las regiones
europeas en que la vida comercial iba a
ser mas intensa, Como consecuencia na-
tural, la practica contable iria desarro-
Mando nuevos métodos en estos paises, y
seria sobre todo en las repwblicas italia-
nas donde habia de surgir la moderna
contabilidad.
De los primitives memoriales, en los
que los comerciantes anotaban sin nin-
gun orden particular la diversas opera-
ciones que precisaban recordar poste-
riormente, se fue evolucionando poco a
poco hacia un sistema contable de parti
da simple, a medida que el gran numero
de anotaciones necesarias aconsejé a los
comerciantes y prestamistas ir desglo-
sando del memorial diversas cuentas, en
las que se anotaban grupos de operacio-
nes poseedoras de alguna caracteristica
comun, tales como ir referidas a una de-
terminada mercaderia o bien a una
misma persona, El modo de evar a
cabo las anotaciones fue perfeccionando,CON TAIL ENE PRA mm
se cada vez mas y originé el progresivo
desarrollo de ciertas reglas practicas,
hasta que en un momento determinado
con exactitud por los historiadores apa-
recié en la zona de influencia econémica
italiana el método de la Partida Doble.
Probablemente, la Partida Doble tuvo
su origen en la Toscana del siglo XIII.
Sin embargo, s6lo se comienza a co-
nocer con seguridad su empleo en Géno-
va, en 1340. Ya en el siglo XV, parece ser
que los banqueros y comerciantes tosca-
nos disponian de una técnica contable
tan desarrollada o mas que la empleada
por los venecianos, y diferente en algu-
nos puntos importantes de la de éstos.
Sin embargo, fue la contabilidad “alla
veneziana” la que se impuso, gracias a la
imprenta, que permitié su difusion
antes que ninguna otra.
2. EL SURGIMIENTO
DE UNA NUEVA CIENCIA.
La contabilidad alla veneziana.
Benedetto Cotrugli
El primer autor del que tenemos no-
ticia que establecié claramente el uso
del método de la Partida Doble fue Bene-
detto Cotrugli (en eslavo, Kotruljevic)
Raugeo, nacido en la actual Dubrovnik,
en Croacia, entonces una ciudad comer.
cial adritica del area de influencia ve-
neciana, llamada Ragusa.
Cotrugli residié en Napoles gran
parte de su vida, y fue comerciante y
consejero de Fernando I de Aragon. Su
obra “Della Mercatura e del Mercante
Perfetto” fue escrita en 1458. De forma
casi incidental, dedica uno de sus capi-
tulos al modo de llevar las cuentas, Men-
ciona varios libros: el Memorial, él Dia-
tio y el Mayor, al que denomina
“Quaderno”. Enumera también algunas
reglas generales para contabilizar las
operaciones comerciales, pero en con.
junto las referencias del Raugeo a la con-
tabilidad del comerciante son incomple-
tas.
El libro de Cotrugli tardé casi ciento
quince afios en ser Ievado a la impren-
ta, lo que, unido al caracter incompleto
de su exposicion, impide que se pueda
adjudicar a su autor en la historia de la
contabilidad un papel comparable al de
4
fray Luca Pacioli. El trabajo de este Gt).
mo fue impreso y conocido muchos afios
antes, aunque escrito con posterioridag
al del Raugeo.
Posiblemente, la falta de difusién de,
libro de Cotrugli se debié a que en sy
época las técnieas contables eran consi,
deradas “secreto de oficio” por aquéllos
que las dominaban, monopolizando asj
su empleo. Pacioli habria sido, por
tanto, el primero que se atrevi6 a rom.
per un secreto gremial celosamente
guardado.
El primer texto impreso:
fray Luca Pacioli
Fray Luca Pacioli, 0 Luca de Borgo
Sancti Sepulchri, nacié en el pueblecito
toscano de Borgo San Sepolero a media.
dos del siglo XV. Estudié en Venecia,
donde fue preceptor de los hijos de un
rico mercader de la ciudad, del que pro-
bablemente aprendié los procedimien-
tos contables que luego expuso en su
magna obra “Summa de Arithmetica,
Geometria, Proportioni e Proportionali.
ta” impresa en Venecia en 1494. Pacioli,
que parece no ingresé en la orden de
San Francisco hasta la edad madura, fue
un gran matematico, un auténtico hu-
manista del Renacimiento, amigo de
Leonardo da Vinci y de otros grandes
pensadores de la época, que impartié en.
sefianza en varias universidades italia-
nas. Treinta y seis capitulos de su
“Summa” estén dedicados a la descrip-
cién de los métodos contables mas avan-
zados de su tiempo, los empleados por
los grandes comerciantes venecianos, ¥
nuestro autor se extiende ademas en la
descripcién de otros usos comerciales,
tales como los contratos de sociedad, el
empleo de letras de cambio, el cobro de
intereses, ete,
La obra de Pacioli tuvo gran éxito,
particularmente la parte dedicada a la
Practica comercial y contable, que fue
reimpresa por separado algunos afios
mas tarde,
De la descripcién realizada por Pa-
cioli acerca de las operaciones contables
se desprende que los comerciantes vene-
cianos se veian precisados a utilizar en
primer lugar un borrador, donde iban
anotando sin guardar ningiin otro orden
las sucesivas operaciones que realiseban. No empleaban directamente el Dj,
A a.
rio, debido sobre todo a las dificultades
que traia consigo operar con muchos sis.
temas monetarios diferentes. Para realj.
zar asientos en el Diario era preciso, en
primer lugar, convertir las operaciones
registradas en el borrador a la unidad
monetaria elegida por el comerciante
para llevar sus registros.
En tiempo de Pacioli ya existia en
muchas ciudades italianas la costumbre
de “legalizar™ los libros de contabilidad.
Escribe a este respecto el francisca.
no:*...los expresados libros... debes le-
varlos y presentarlos a cierta oficina de
comerciantes, como la de los consules de
la ciudad de Perusa... El escribano toma-
14 nota de todo esto en los registros de
dicha oficina, especificando que en tal
dia ta presentaste tales y tales libros,
marcados con tal signo... los cuales
seran llevados de propio pufio... Mas en
uno (el Borrador 0 Memorial) podran es-
cribir todos los miembros de la casa. De
todo lo cual dicho escribano dara fe... Y
estamparé el sello de la expresada ofici-
na, que los autentificaré a los efectos
procedentes en todos aquellos casos de
litigio en que deban ser exhibidos.”
Pacioli describe con minuciosidad la
forma de llevar a cabo los asientos del
Diario, ilustrando sus instrucciones con
numerosos ejemplos. La redaccion de los
asientos es farragosa, circunstancia que
se mantendria hasta al menos un siglo
después de la edicién de la obra del
franciscano.
Los asientos del Diario constan de
dos partes claramente delimitadas, una
comenzando por la palabra por (el
“debe” del asiento) y Ja otra con la pala-
bra a (el “haber” del asiento). La forma
de pasar los asientos del Diario al Mayor
es descrita asi:"... de todas la anotacio-
nes que hayas apuntado en el Diario,
harés siempre dos en el Mayor, a saber:
una en el Debe y la otra en el Haber, y
sefialaras la anotacién deudora con por
y la acreedora con a, segin més arriba
he dicho...”
En tiempos de Pacioli no era costum-
bre realizar un balance periédico al final
del ejercicio, El franciscano describe so-
lamente un balance de comprobacion
que se efectuaba por lo general al ago-
larse las paginas del Mayor.
Aunque Pacioli no explica claramen-
te Jas razones por las que una determi-
nada cuenta ha de abonarse y otra ha de
IS TORIA DE LA CONTABILIDAD —
ser cargada, expone los principios de Jo
que podria recibir el nombre de “perso:
nificacién de las cuentas”.
Cronolégicamente, las primeras
cuentas que el comerciante medieval se-
paré del memorial comin a todas la ano-
taciones eran la referidas a una persona.
El dare y avere se utilizaban, pues, en
un sentido propio. Con el tiempo, co-
menzaron a Ilevarse cuentas separadas
referidas a cosas, y aquellas palabras si-
guieron empleandose por analogia, aun-
que su sentido literal se hubiera perdi-
do. Pacioli explica el significado del
Debe y el Haber por medio de este pro-
cedimiento analdgico, pero sin preten-
der edificar una teorfa cientifica sobre
ello; habré que llegar al siglo XIX para
encontrar teorizantes de la personifica-
cién de las cuentas.
La difusién de la literatura
contable por la Europa
renacentista
A lo largo del siglo XVI se produjo en
toda Europa, comenzando por los cen-
tros neuralgicos del comercio, la progre-
siva difusion del procedimiento conta-
ble de la Partida Doble, bien mediante
traducciones del libro de Pacioli, bien a
través de diversos autores que, aportan-
do por lo general escasas novedades hi-
cieron imprimir sus propias obras, en la
mayoria de los casos simples adaptacio-
nes de la del franciscano.
Manzoni
Cuarenta afios después de la apari-
cién de la “Summa” de Pacioli se publi-
caba, tambien en Venecia, la obra de Do-
menico Manzoni “Quaderno doppio col
suo giornale, novamente composto, e d
ligentissimamente ordinato secondo il
costume di Venetia”. La obra contiene,
sobre una base copiada a veces literal-
mente de la obra de Pacioli, algunas in-
novaciones, como por ejemplo la reco-
mendacién de numerar los asientos del
Diario para evitar anotaciones falsa
Ademés, incluye un juego completo de
libros de contabilidad, en los que se de-
sarrolla una serie de supuestos contables
que demuestran el conocimiento practi
co que Manzoni poseia del temaCONTABILIDAD GENERAL $$
El gran éxito del libro de Manzoni
viene atestiguado por las numerosas edi.
ciones de que fue objeto, bien con su ti
tulo original, bien con otros mas conci-
sos. Su método didactico se revelé
sumamente eficaz.
Manzoni fue, ademis, el primer
autor que intenté una clasificacién de
las cuentas: las dividié en cuentas vivas
y cuentas muertas, segtin se refirieran a
personas 0 cosas. Tal clasificacién sobre-
vivié en algunos autores hasta el si-
glo XIX.
Otros autores italianos
Mediado el siglo XVI aparecieron por
toda Europa traducciones de la obra de
Pacioli en varios idiomas. Siguié siendo
Venecia, de cualquier forma, la ciudad
en la que se producian las novedades en
materia contable: Alvise Casanova,
maestro de contabilidad, publicé en
1558 una obra destinada a sus alumnos
en la que introdujo la innovacién de re-
ferir los ejemplos a las actividades de
una compaiifa comercial.
El monje benedictino Angelo Pietra
publicé en 1586 una amplia obra en la
que distinguja tres tipos de contabili-
dad: bancaria, comercial y patrimonial.
Es en la introducci6n de esta ultima,
aplicada a entidades no lucrativas, como
monasterios o propietarios particulares
que no se dedican al comercio sino a la
simple administracién de sus posesio-
nes, donde estriba el mayor interés de la
obra del benedictino. Por otra parte, Pie-
tra fue también el primero que se ocupé
de la contabilidad presupuestaria, esta-
bleciendo cuentas de previsién de ingre-
508 y gastos.
La aceptacién de la Partida Doble
en los Paises Bajos
En el transcurso del siglo XVI el cen-
tro neuralgico europeo se desplazé de
forma progresiva desde el Mediterraneo,
a las costas atlanticas del continente. Las
activas ciudades de Flandes y, muy espe-
cialmente Amberes, se hicieron con el
predominio del comercio mundial. La ci-
tada ciudad flamenca acusé muy pronto
el impacto de la nueva contabilidad “a la
italiana”, cuyo empleo se extendié con
rapidez. De las imprentas de Ambe.
surgieron a lo largo del siglo varias
obras capitales en la historia de la conta.
bilidad.
Jehan Ympyn, nacido hacia 1485,
ejercié el comercio en diversos paises,
como Espafia, Portugal e Italia. Mas
tarde adquirié la ciudadania de Ambe-
res, donde su establecimiento de tejidos
se convirtié en uno de los mas présperos
de la ciudad. Llegé a tener una excepcio-
nal fama como buen comerciante, y
hasta tal punto eran admirados los mé-
todos con los que administraba su nego-
cio que un grupo de mercaderes le soli-
cité que recopilara en un libro sus
conocimientos en la materia.
Era, de hecho, practica usual de los
grandes mercaderes hacerse asesorar en
materia contable por expertos italianos;
pero s6lo unos pocos tenian posibilidad
de hacerlo. La activa ciudad flamenca
necesitaba la edicién de un libro divul-
garizador de los nuevos usos mercanti-
les, que pusiera éstos al alcance de los
comerciantes mas modestos.
Jehan Ympyn abordé el trabajo enco-
mendado, pero murié sin haber llegado a
editar el libro, tarea que corrié a cargo de
su viuda. Escrito en flamenco, el tratado
salié de imprenta en 1543. Una segunda
edicion, esta vez en francés, fue realizada
en ese mismo aiio, y en 1547 aparecio en
Londres la traduccion inglesa. Puede de-
cirse que el método de 1a Partida Doble
se difundié por Inglaterra gracias princi-
palmente al libro de Ympyn.
Valentin Mennher fue otro importan-
te autor que traté el tema contable. Naci-
do en Baviera, trabajé en Amberes como
maestro hasta su muerte en 1570. Publi-
¢6 en la ciudad flamenca diversos trata-
dos matematicos y de contabilidad.
La primera de las obras contables de
Mennher fue vertida al castellano en
1564 por Antich Rocha, profesor de la
Universidad de Barcelona, quien incorpo-
ré la traduccién a un tratado de aritméti-
ca. La obra de Mennher fue, probable-
mente, la primera sobre tema contable
que se edité en nuestro idioma.
Es de notar que, pese a su fecha tar-
dia, no explicaba el método de 1a Parti-
da Doble, sino que continuaba utilizan-
do el sistema de la “contabilidad
factor” tan caro a los comerciantes de la
Liga Hanseatica.
Ademés de constituir el principal nt
cleo de expansion de Ia nueva tecnica$<
—ya hemos visto cémo la obra de
ge difundio por Gran Bretaha yey
Mennher por Espaiia— las ciudades fla
mencas conocieron, sobre todo a finales
del siglo, algunos refinamientos en |
técnica contable. Asi se multiplicaran y
especializaron los libros auxiliares: eo
menzaron a aparecer cuentas colectivas
y también cuentas diversas referidas a
una misma persona; por wltimo, la larga
explicacién habitual en los asientos dol
Diario fue condensandose cada vez mas
de forma que a final de siglo el texto de
los asientos era ya mas parecido a la
concisa anotacién que se emplea en la
actualidad al farragoso parrafo utilizado
por Pacioli.
De cualquier modo, la técnica conta
ble registré pocos avances de importan-
cia a lo largo del siglo. Cien aiios des
pués de la aparicion de la “Summa” de
Pacioli todavia se determinaban los re-
sultados de forma parcial, mercancia a
mercancia. Cada partida de un género se
controlaba en una cuenta separada, y al
finalizarse las operaciones con ella se
saldaba Pérdidas y Ganancias.
Tampoco se conocia otra forma de
balance que el de comprobacién, que se
efectuaba al agotar las paginas de un
libro contable.
Curiosamente aunque en ningtin tra-
tado contable de la época aparece la
menor indicacién de la existencia de
una contabilidad de costos, se conserva,
entre los libros de cuentas de Christo-
phe Plantin, editor precisamente de va-
rios de estos tratados en Amberes, un re-
gistro en italiano donde se determinan
el costo de cada una de las ediciones que
efectud. Asi pues, la técnica existia ya,
aun cuando no se viera reflejada en los
tratados de contabilidad.
La expansién de los nuevos
métodos en otros paises
s que se incor-
an auge econd-
opeién de las
avo lugar con
En los paises europeo:
poraron tardiamente al gr
mico del siglo XVI la ad
nuevas técnicas contables
mayor lentitud. :
La Partida Doble no acabé de impo
nerse en los libros contables de los ban-
queros y comerciantes alemanes a lo
largo de todo el siglo. En 1a Baja Alem
hia, a pesar de la cercania geografica de
HISTORIA DE LA CONTABILIDAD.
Venecia, parece haber tenide una in
Auencta notable la primera de las obras
de Valentin Mennher, ya eitada, Lox Fug
Ker, grandes banqueros alemanes de
Carlos V, ignoraban en sus cuentas el
método de la Partida Doble, Llevaban
atin las cuentas de mereanetay en canth
dades, no en valor monetario, La conta
bilidad de “factor” continud aplicdndos
también en la Alemania del Norte y en
los paises del Baltico.
Francia apenas conocié ninguna pu
blicacién impresa de tema contab
aunque la numerosa produceién en
idioma francés de las imprentas de los
Paises Bajos pudo suplir hasta cierto
punto esta deficiencia. Es notable el
caso del negociante Pierre Savonne, na
cido en Avindén, que vivid varios aos
en Amberes, donde public6, en 1567,
precisamente en la casa editora del
antes citado Plantin, un tratado de con:
tabilidad. Expulsado de Amberes por
motivos religiosos, Savonne volvio a
Francia, estableciéndose en Lyon, En
esta ciudad aparecieron cuatro nuevas
ediciones de su obra, en vida del autor
La literatura contable comienza en
Espaiia con un retraso considerable res
pecto a la mayor parte de los paises eu
ropeos, hecho sorprendente si se piensa
en la expansién extraordinaria del co
mercio americano, Hasta finales de siglo
no se Hega a imprimir un tratado de
contabilidad escrito originalmente en
astellano, Se considera el primero el
“Libro de Caxa y Manual de Cuentas de
Mercaderes y otras Personas, con la De
claracin Delos,” de Bartolomé Salvador
de Solorzano, impreso en Madrid en
1590.
En la practica, los uses contables
eran en la peninsula iberica mas avanzi
dos de lo que podria deducirse por la es
casez de publicaciones. No hay que olvi
dar la estrecha vineulacion economica y
politica entre los reinos tbéricos y las
tiudades italianas. Sin duda, los merca-
deres espaioles conocieron desde muy
temprana fecha los procedimientos con-
tables empleados por sus colegas italia-
hos. Asi parece demostrado que los her-
manos Pinz6n, que figuraron entre otras
empresas comerciales, en el primer viaje
(de Cristobal Colon, empleaban ya el mé
todo de la Partida Doble a fines del si-
glo XV.
Con todo,
hacia 1a condic
el desprecio social que
jon del comerciante im-CONTA
peraba en Castilla hubo de influir ne
poco en el hecho de que ningtin autor s¢
Previera a abordar el tema contable, lo
que hubiera resultado casi infamante
para él.
La dominacién espafiola también re-
sulté negativa, en el aspecto econémico,
para los Paises Bajos. Las quiebras de Fe-
lipe II arruinaron a Amberes, y la per-
secucién religiosa motivé la huida de
numerosos autores flamencos a las pro-
vincias independizadas del Norte. Ams-
terdam debia tomar, al comienzo de la
siguiente centuria, el relevo de Amberes
como capital comercial del mundo.
‘Al mismo tiempo, la tolerancia ideo-
logica reinante en la ciudad holandesa
convertiria a ésta en el mas importante
centro editorial del continente europeo.
La ciencia de la contabilidad:
Simon Stevin
Nacido en Brujas en 1548, Simon Ste-
vin IHevé en su juventud los libros de
una empresa comercial de Amberes. Co-
nocié después diversos paises del centro
y norte de Europa, y se establecié final-
mente en Holanda, donde fue profesor
de matematicas en la Universidad de
Leyde. Su obra cientifica es de gran im-
portancia.
Cultivé la amistad de Mauricio de
Nassau, quien le encomendé importan-
tes cargos en la administracion de sus
estados, Entre 1605 y 1608 aparecieron
en Leyden los cinco volimenes de su
tratado de matematicas y otras ciencias
de raiz matematica. La parte segunda
del quinto volumen esta dedicada a la
contabilidad.
La obra de Stevin, siendo un texto
muy claro y sistemtico, dedicaba sin
embargo poco espacio a los ejemplos
prcticos, en comparacién con la mayor
parte de los tratados de contabilidad de
su época, en los que primaba el fin di-
dactico. Ello explica, quiz4, que no al-
canzara el éxito inmediato. No obstante,
la importancia de la figura de Stevin en
la historia de la contabilidad es capital:
se trata del primer autor que considera
que se halla ante una tematica que me-
rece un serio estudio cientifico.
Hasta Simon Stevin, todos los auto-
res daban por supuesto los principios de
Ja personificaclon de Jas cuentas que
ILIDAD GENERAL aa
puso Pacioli, sin pretender con elj,
Pacer teoria. Pero el profesor de Leyden
queria dilucidar la naturaleza de las
duentas, y para ello comenz6 por analj.
gar eriticamente la teoria de la personifi.
cacion, que juzgé inconsistente. Hizo
hincapié, por el contrario, en el aspecto
patrimonial de las cuentas: todo incre.
Inento en el patrimonio debe llevarse a]
Debe y toda la disminuci6n al Haber. La
cuenta de Capital, en cambio, funciona.
ra en sentido inverso.
Pese a su menosprecio por la explica-
cién “personificadora” de las cuentas,
Stevin dio pocos pasos para averiguar la
verdadera naturaleza de éstas. Por otra
parte, poseyé una mentalidad muy mo-
derna a la hora de considerar la contabi-
lidad como un instrumento de control
de gestion de la empresa.
El te6rico flamenco dedicé una parte
considerable de su obra a la “contabili-
dad del principe”, es decir, a la contabi-
lidad de las finanzas publicas, para la
que preconizé el empleo de la Partida
Doble. Probablemente tuvo ocasién de
poner en practica, al menos de manera
parcial, sus teorfas sobre la hacienda pii-
blica, consiguiendo un cierto éxito. Pero
sus innovaciones en este campo carecie-
ron de continuidad: Stevin se habia ade-
lantado ciento cincuenta afios a su tiem-
po.
También investigé en la historia de
la contabilidad, llegando a sostener,
erréneamente, que los romanos ya em
pleaban el mecanismo de Partida Doble
en tiempos de la Republica.
El desarrollo de la escuela francesa
En el siglo XVI la literatura contable
francesa fue muy escasa. De un modo
parecido a lo que sucedia contempora-
neamente en la peninsula ibérica, las
clases altas de Francia veian con aver”
sién las tareas del comerciante, conside-
réndolas indignas. Pero la situacién fue
cambiando al avanzar el siglo XVII. En
la larga etapa durante la que Colbert fue
ministro de Hacienda se permitié a 10s
comerciantes acceder a la nobleza, y *
los nobles efectuar empresas comercit”
les. Las consecuencias econémicas de
este cambio de actitud fueron muy Pe
tivas, y dentro del campo estricto de lt
literatura contable en que nos moven*
Francia conocié a finales de siglo WtHISTORIA DE LA CONTABILIDAD.
floracion de autores que colocaron a Ja
escuela francesa de contabilidad a la ca,
beza de Europa.
Jacques Savary y la Orden
de Colbert de 1673 oe
Una ordenanza promulgada por Col-
bert en el aiio 1673 se halla entre los tex.
tos legales que mayor influencia han teni-
do en la conformacién de los usos
comerciales en el mundo contemporinco,
Llamada también “Cédigo Savary”, debi.
do a que este autor fue el mas destacado
de sus redactores, la ordenanza de Col.
bert de 1673 reglamenté el uso de libros
obligatorios por parte del comerciante, y
establecié determinados criterios en’el
manejo de dichos libros, determinando
asimismo su valor probatorio.
El contenido de la Ordenanza de
1673 fue recogido casi integramente en
el Cédigo de Comercio napoleénico de
1808, que a su vez ha servido de modelo
para los codigos de comercio de medio
mundo; en el cédigo espafiol, por ejem-
plo, se perciben no pocas influencias de
aquella ordenanza redactada por Savary
hace mas de tres siglos.
Jacques Savary ejercié gran parte de
su vida como comerciante, pero a partir
del afio 1658 desempefié diversos cargos
publicos en el estado francés.
Trabajé durante tres afios en la pre-
paracién de la ordenanza ya citada. Poco
después, en 1675, lanz6 con el apoyo de
Colbert la primera edicién de “Le Parfait
Négociant”, obra que alcanzé numerosas
ediciones en pocos afios y fue traducida
a varios idiomas.
El libro no presenta innovaciones de
relieve, pero posee gran valor histérico,
ya que describe con minuciosidad los
usos contables y mercantiles en general,
y permite al lector formarse una idea
muy completa del estado del comercio y
la economia de franceses y europeos en
al segunda mitad del siglo XVII.
Matthieu De la Porte
Este autor, sin duda el mas conocido
del siglo XVII francés, fue un profesional
de la contabilidad que en 1685 edité “Le
Guinde des Négociants & Teneurs de
‘vres", obra que se mantuvo de actuali-
dad, reediténdose una y otra vez, duran-
te més de un siglo. La edicién de 1712
contenia numerosas modificaciones rea-
lizadas por el propio De la Porte, entre
ellas un nuevo titulo:"La Science des Né-
gociants”,
Aunque De la Porte no pretendié ele-
varse a gran altura en el estudio de la
teoria contable, tiene el mérito de haber
intentado una clasificacién racional de
las cuentas, atendiendo a su sujeto. Dis-
tingue asi, tres grupos de cuentas: las
cuentas “del jefe” (Capital, Pérdidas y
Ganancias, etc.), las cuentas “de efectos
efectivos"(Caja, Mercaderfas, Pagarés,
etc.) y, finalmente, las cuentas “de co-
rresponsales’
Otra peculiaridad del libro de De la
Porte estriba en que preconiza el paso
directo de los asientos de los libros auxi-
liares al Mayor. Es, pues, un precursor
del “sistema centralizador”.
Hasta finales del siglo XVII era cos-
tumbre abrir una cuenta en el Mayor
para cada acreedor o deudor; uno de los
esfuerzos simplificadores de De la Porte
consistié en la recomendacion de abrir
solamente una cuenta de Diversos deu-
dores y otra de Diversos acreedores.
“La Guide” de De la Porte constituy6
un libro basico de consulta y ensefianza
de la contabilidad a lo largo de todo el
siglo XVIII, y su influencia fue muy
grande en toda Europa, singularmente
en Francia e Italia. Solo fue suplantado
en su puesto de cabecera por el libro
que Degranges publicé en 1795, del que
mas adelante se haré mencién.
La escuela italiana del siglo XVII
A pesar del fuerte declive comercial
de las ciudades italianas, en la primera
mitad del siglo XVII los autores de este
pais —ya no sélo de Venecia— se mantu-
vieron en primera linea de la literatura
contable y, desde luego, a la cabeza de la
labor teérica. S6lo en la segunda mitad
de siglo, el impulso de los tratadistas ita-
lianos de contabilidad decay6 considera-
blemente.
Giovanni Antonio Moschetti
Este autor compuso una interesante
obra titulada “Dell'Universal Trattato di
13GON TABILIDAD GENERAL $$
libro doppii", que aparecié en Venccia
en 1610. Presentaba diversos avances
sobre la doctrina de otros autores de s
tiempo, como por ejemplo, el interés
concedido al estudio de la naturaleza de
las cuentas de Capital y Pérdidas y Ga-
nancias, en virtud del cual Moschetti He-
garia a distinguir, en los hechos conta-
bles, entre los que luego recibirian las
denominaciones de “permutativos” y
“modificativos”. Asimismo, presté aten-
cién a la contabilidad industrial y a la
especifica de las empresas de seguros.
Ludovico Flori
El jesuita Lodovico Flori publicé en
1656 en Palermo un tratado de tenedu-
ria de libros. Al igual que habia hecho el
benedictino Angelo Pietra un siglo
antes, el jesuita dedicé especial interés a
Ja forma de llevar la contabilidad de una
comunidad religiosa por Partida Doble.
En los ejemplos que propuso desarrolld,
por primera vez en Italia, asientos com-
plejos, que, con todo eran ya conocidos
por autores como el bavaro Mennher
ochenta afios antes.
Flori concedié al balance una impor-
tancia mucho mayor de la que le atri-
bujan los autores anteriores a él. Para el
jesuita, esta tematica ya no se limitaba a
la formacién del balance de comproba-
cién, sino que abordé el balance estu-
diandolo desde el punto de vista de un
estado conjunto de todas las cuentas del
Mayor. Ademis, prest6 particular aten-
cién a la contabilidad presupuestaria,
rasgo que le asemeja también a Angelo
Pietra.
Giovanni Domenico Peri
Este autor publicé en Génova, en el
afio 1638, una obra titulada “II Negotian-
te”. En ella llevaba a cabo una defensa
sutil de algunos usos comerciales, parti-
cularmente el interés bancario, oponién-
dose a las razones de los tedlogos que
pretendian todavia su prohibicién por
razones religiosas. ; :
El libro de Peri proporciona grah
cantidad de informacién acerca de las
coutumbres mercantiles y el estado del
vomercio en su tiempo. En la parte de
dedicada a la teneduria
de libros desarrollé formulas pro
las empresas toscanas, distinta,
habituales en Venecia.
nla obra de Peri apareeié poy
mera vez el término “hazenda (age
da)”, referido a la empresa y a su
nistracién, que luego se habia de
tan familiar en la literatura contaby
liana.
Day ay
8 de tay
admy
hacer
Se ita
Bastiano Venturi
Profesional de la contabilidad, Ven,
turi public en 1655 en Florencia et tra.
tado “Della scrittura conteggiante di pos
sessioni", Como administrador avezado,
se mostré en su obra especialmente int
resado en el tema de la correcta gestiin
de un patrimonio, buscando la maxima
rentabilidad y el menor coste de admi-
nistracién. Todo su texto esta centrado
en torno al aspecto contable del control
de gestion, por lo que se adelanté consi-
derablemente a su tiempo, siendo consi-
derado un precursor de la moderna con-
tabilidad de gestion.
La escuela florentina, de la que Ven-
turi fue fundador, habia de permanecer
activa, pese a la decadencia general de la
literatura contable italiana, hasta co-
mienzos del siglo XIX.
La literatura contable de otros
pajses en el siglo XVII
A pesar de su importancia comercial.
en la segunda mitad del siglo Holanda
produjo muy pocos titulos de literatura
contable que deban tenerse en cuenta e?
la historia de nuestra disciplina. Abre
ham De Graaf hizo editar un tratado.
primero en neerlandés y luego en fran”
cés, que conocié sucesivas ediciones
el largo periodo 1688-1815. El libro 4¢!
autor holandés presenta no pocas coine®
dencias en su contenido con el de De it
Porte, que habia visto la luz en Frane
tres afios antes.
La literatura contable inglesa tami
co ofrece al estudioso en esta época
gan autor descollante. El ampulose
Merchant's Mirror” de Richard Dafforl:
editado en 1636, fue el tratado Mr ,
lefdo, pero no presenta para ROS oy
puntos de interés, ya que sU objeto tne
fesado consistia simplemente °°eee
HISTORIA DE LA CONTABILIOAD
yer al publico inglés los méto
eran ya habituales en los Paice gene
desde muchos afios antes, sos
n el ambito hispanico, cabe citar |
obra de dos autores que partiendo del
punto de vista juridico trataron el tema
contable: Francisco Muiioz de Escobey,
que edité en 1603 en Medina del Campo
“De Ratiociniis Administratorum”, obea
escrita en latin que fue objeto de diversas
reediciones por toda Europa durante mas
de un siglo, y Juan de Hevia y Bolanos
que el afio 1617 publicé en Lima el “Labe.
rinto de Comercio Terrestre y Nava
La escuela francesa
en el siglo XVIII
Los tratadistas de contabilidad fran-
ceses, tan escasos en el siglo XVI y la pi
mera mitad del siglo XVII, pasaron a
ocupar en el siglo XVIII un lugar desta-
cado sobre todos los de Europa, despla-
zando a los italianos —los estados de este
pafs se hallaban en franca decadencia
econémica— y a los flamencos.
En el Siglo de las Luces, los autores
franceses fueron leidos a lo largo y
ancho de Europa, conocieron multiples
ediciones de sus libros en distintos idio-
mas, e incluso legaron a ser imitados
por los orgullosos tratadistas italianos.
Samuel y Jean-Pierre Ricard
Nacido en 1637 en Castres (Francia),
Samuel Ricard emigr6é a Amsterdam en
su juventud. En esta ciudad holandesa
publicé, el afio 1709, “L ar de bien tenir
les livres de Comptes”. Algunos afios
después de su muerte, en 1724, su hijo
Jean-Pierre preparé una nueva edicion,
mejorada, del tratado.
Es de destacar en el libro de los Ricard
el intento de simplificacién del Mayor,
mediante el empleo de diez “cuentas ge
nerales”: Capital, Caja, Bancos, Gastos de
Banco, Gastos Generales, Comisiones, Pér-
didas y Ganancias, Mercaderias Genera-
les, Mercaderias Especiales y Balance.
Lertrand-Francois Barréme
mi
seuela
Movido en 1640, el conocido t
eo Hranebs Tandé en Parks un
de Comercio. Poco después de su mu
te, acaecida en 1721, fue editado su t
tado de contabilidad. Al igual que Sa
muel Stevin un siglo antes, Barréme fue
un acérrimo defensor de la Partida
Doble en las cuentas del Estado.
Con respecto a las cuentas de las em:
presas comerciales, Barréme distinguia
dos tipos: “las cuentas generales”, que
son las propias del comerciante que
leva los libros, y la “cuentas particula-
res” las cuentas abiertas a todos mis co-
rresponsales.
Barréme ensefiaba a considerar el
balance como un documento indepen-
diente, con entidad propia. Pero no le
concedié todo el valor que posee en la
contabilidad moderna. Ya que insistié
en su obtencidn antes de que se acome-
tiera la realizacién del inventario; asi
pues el balance, para nuestro autor, no
poseia mas utilidad que la de detectar
errores en la elaboracién de los libros.
Edmond Degranges
Este célebre autor se sittia a caballo
entre los siglos XVIII y XIX. Tomé parte
activa en la lucha politica en el bando gi-
rondino durante la inestable etapa revo
lucionaria de fin de siglo. Fue encarcela-
do y estuvo a punto de ser conducido a
la guillotina por sus enemigos politicos.
Una vez puesto en libertad consagré sus
energias a la tematica, quiz4 menos apa-
sionante pero también menos peligrosa,
de los usos del mundo mercantil.
El afio 1795 salié de la imprenta su
libro “La tenue des livres rendue facile”,
que fue reeditado en 1801. Tres afios
més tarde publicé un suplemento, que
desde entonces quedé incorporado a la
obra principal en sucesivas ediciones.
El método de Degranges se hizo
pronto famoso. Su obra se reedité en
muchos idiomas, y puede decirse que
fue bdsica en los estudios de contabili-
dad a lo largo de todo el siglo XIX.
Aunque Degranges no fue un gran
teérico, ni puede considerarse como un
innovador de primera categoria, tuvo el
mérito de idear el sistema de! Diario
Mayor. A fin de simplificar las operacto
nes. clasificé las cuentas en cinco gre
pos, con lo que dio orien a la escuela de
los cincocuentistas. Al igual que Barre
me, consideraba dos grandes bloques de
tuentas: lay de la persona del comerctaryte y las de los corresponsales, Las prime
ras podian ser de cinco clases: Merendi
rias Generales, Caja, Efectos a Cobra:
Efectos a Pagar, y Pérdidas y Ganancias,
Ademis de estas cinco cuentas genera
les, susceptibles de subdivision, el tene:
dor de libros habia de manejar las cuen
tas personales de deudores y acreedor
Por su parte, la cuenta de Capital no
quedaba suficientemente integrada en cl
sistema.
En su Diario-Mayor, Degranges dis
puso ocho columnas, de Ia siguiente ma-
nera: la primera para los totales, Ins
cinco siguientes para las cinco cuentas
antes enumeradas, otra columna para
cuentas diversas, y la tltima para cl
total de cada cuenta en el Mayor.
El método de Degranges simplif
en gran manera la mecinica contable, al
reducir las cuentas a un minimo, con lo
que permitia al profano aprender répi-
damente la teneduria de libros. Su obra,
pues, tuvo razones fundadas para alcan-
zar el éxito enorme que consiguid, pese
a sus carencias y su poca altura tedrica;
0, tal vez, precisamente a causa de ello.
Autores del siglo XVIII
en otros paises
Gran Bretaiia
El auge econémico inglés, acelerado
por el maquinismo de la primera revolu-
cién industrial desarrollada en la segun-
da mitad del siglo XVIII, se reflejé en la
importancia que la profesion contable
adquirié en las Islas Briténicas. En Lon-
dres mas de veinte expertos en contabili-
dad ejercian, al finalizar la centuria, su
profesién de modo independiente. Si
bien pocas veces los autores britanicos
destacaron por su vocacién teérica, fue-
ron importantes por su ntimero y por su
contribucién a la extension de una prac-
tica contable mas racional.
Sin que sobrepase el nivel anecdéti-
co, mencionaremos aqui al autor del
“Robinson Crusoe”, Daniel Defoe (1660-
1731), como uno de los tratadistas que
en esta época se ocuparon del tema con-
table,
No podemos pasar por alto la obra
de Husteraft Stephens, “Italian Book-
Keeping reduced into an Art.” El autor,
un modesto profesor Inglés, no preten
dié con ella may que facilitar a sus alum
nos In comprensién de los meeaniimos
contables,
Para explicar la cuenta de Capital,
Stephens sienta In teoria de que el pro.
pietario de In empresa es acreedor de ta
misma, Sobre esta sencilla base, desarre,
Hada en principio con una motivacién
simplemente didéctica, se desarrollé Ia
Hamada “ownership theory”, teoria del
patrimonio, que ha sido, por su earéeter
prictico y sin complicaciones, la prefer.
da por los autores anglosajones hast
nuestros dias.
Edward Thomas Jones publicé en
1796, en Bristol, un libro, “Jones’English
system of Book-Keeping”, en el que ex-
ponia un sistema de su invencién, que
se apresuré a patentar, para llevar la
contabilidad por medio de un Diario-
Mayor a diez columnas, prescindiendo
de la Partida Doble. El invento de Jones
result6 ser poco menos que una estafa,
pero proporcioné a su autor fama y di-
nero, antes de que el mismo Jones aca-
bara reconociendo publicamente, en
1820, la superioridad de la clasica Parti-
da Doble sobre su método.
Posiblemente, el sistema de Jones
inspirara a Desgranges la distribucion
del Diario-Mayor que incorporé en 1804
en forma de suplemento a su libro, que
habia aparecido por primera vez en
1795.
Italia
Quiza el autor mas significativo de
todo el XVIII italiano fue Giusseppe
Formi, que en 1790 edit6 su “Trattato te-
orio-practico della vera scrittura dop-
pia”. Ya entrado el siglo XIX, en 1814,
Formi publicé su “Corso d’istruzione”
Formi puede ser considerado un pre-
cursor de la teoria matemitica, que habia
de desarrollar su compatriota Rossi un
siglo ms tarde. Fue el primer autor que
explicé las relaciones entre las cuentas ¥
el mecanismo del sistema de Partida
Doble utilizando la notacién algebraice.
Austria
La emperatriz Maria Teresa creo ¢"
el afio 1760 una Camara Imperial deContabilidad, con el fin de perfeccio-
har el control de las cuentas del Esta-
flo. Los métodos cuyo empleo desarro-
flo esta institucién dieron origen a la
llamada “contabilidad cameral”, que
Fentré su atencién en el control presu-
puestari
stados Unidos
Entre los diversos autores estadouni-
denses que abordaron el tema contable
on el siglo XVIII, tal vez el mas destaca-
do haya sido Willian Mitchell, que publi-
(6 un tratado en Filadelfia en 1796. Al
fo siguiente se editaba en Nueva York
“The American Accoumptant”, del pas-
tor congregacionista Chancey Lee.
Como caracteristica esencial, cabe
destacar que los tratadistas estadouni-
denses se distinguieron desde el primer
momento por su gran sentido practico.
3. DE LAS DOCTRINAS
CONTABLES A LOS
ORDENADORES ELECTRONICOS
La teoria contable en el siglo XIX
En los epigrafes anteriores hemos
podido trazar sin dificultad el rumbo
que la teorfa y la practica contables fue-
ron tomando en diversos lugares y mo-
mentos de la historia, exponiendo en
orden cronolégico, con mas 0 menos
acierto, toda una cadena de autores,
desde aquellos primeros venecianos que,
rompiendo quiza un secreto profesional
celosamente guardado, se atrevieron a
divulgar el procedimiento de la Partida
Doble, hasta el muy influyente Edmond
Degranges, que publicé su obra a las
puertas del siglo XIX y prolongé la som-
bra de su autoridad a lo largo de mu-
chos decenios.
Seria en el siglo XIX, y sobre todo en
su segunda mitad, cuando la contabili-
dad Iegé a constituir, gracias al desa-
rrollo de la teorfa, una verdadera cien-
th. Ahora bien, al tiempo que sucedia
(1! cosa, se produjo légicamente una
foracion de multiples escuelas contra-
svestas, Jo que unido al crecimiento ex-
viesive de Iw edicion de literatura con-
nisin DE LA CONTABILIDAO —
rte en sumamente dificil el
intento de esbozar siquiera un resumen
general de las diversas tendencias, und
enumeracién somera de los autores
mis innovadores e influyentes. La cele
bracién, a partir de 1a segunda mitad
de la centuria, de sucesivos congresos
internacionales, impuls6 la extension
universal de los nuevos métodos y la
elevacién del nivel de ensefianza de la
contabilidad.
El crecimiento de la preocupacion
por todo lo relacionado con el mundo de
Ja economia trajo consigo también el au-
mento de la importancia de la contabili-
dad en el conjunto de la actividad huma-
na.
table, convie
Los cincocuentistas
Edmond Degranges intent6 simplifi-
car el libro Mayor reduciendo el ntimero
de cuentas a las “cinco cuentas genera-
les”. Con ello no pretendié elevarse a
gran altura teérica, sino simplemente fa-
cilitar las condiciones materiales de la
teneduria de libros.
Sin embargo, tras su muerte en 1818,
se desarrollé una escuela, de autores ge-
neralmente franceses, quienes, descon-
tentos de la teorfa de la “personificacién
de las cuentas”, subyacente de un modo
u otro en la obra de la casi totalidad de
los tratadistas contables desde Pacioli,
intentaron fundamentar el andlisis con-
table en la teorfa “cincocuentista”.
De acuerdo con los cincocuentistas,
las “cinco cuentas generales” de Degran-
ges se corresponderian a otros tantos
agentes en quienes el propietario de la
empresa confia la administracién de
ésta.
Las escuelas italianas
de la segunda mitad del XIX
Sin duda, el fendmeno mas notable
que se produjo en la evolucién de la teo-
ria contable a lo largo del siglo XIX fue
el resurgimiento de los estudios tedricos
en Italia, a partir de mediados de la cen.
turia. Una pléyade de grandes autores
italianos elevé la contabilidad a 1a cate
goria indiscutible de ciencia, agrupando
se en tres familias principales: la escuela
Tombarda, la toscana y la veneciana———— CONTABILIDAD GENERAL.
La escuela lombarda:
Francesco Villa
Nacido en Milan en 1801, Francesco
Villa ha sido considerado el padre de la
moderna contabilidad italiana. Efectiva-
mente, su magna obra “Elementi di am-
ministrazione e contabilité”, aparecida
en Pavia en 1850, puede considerarse el
punto de partida de una nueva concep-
cién de la contabilidad, sobre bases com-
pletamente distintas a las anteriores, La
mecdnica de la tenedurfa de libros es,
para este autor, un simple instrumento
utilizado por la contabilidad, ciencia de
contenido y ambiciones mucho mas am-
plios, que se integra como parte funda-
mental en el complejo organizativo de la
empresa.
Los “Elementi” de Villa se dividen en
tres partes, cuya enumeracién ya nos
permite calibrar la “modernidad” de su
autor: Conceptos econémico-administra-
tivos, De la Teneduria de libros y de sus
aplicaciones mas usuales, y finalmente
Organizacion administrativa y revision
de cuentas.
En sus “Elementi”, Villa desarroll6
un estudio sistematico y profundo de la
empresa desde el punto de vista de la or-
ganizacion, la division del trabajo, los
objetivos perseguidos, y los principios
administrativos que deben orientar la
manera de llevar los libros.
Publicé el autor milanés muchas
otras obras, no sélo sobre temas conta-
bles. Murié en el afio 1884.
La escuela toscana:
Marchi, Cerboni, Rossi
El afio 1867 aparecié en Prato una
obra que habia de hacer célebre a su
autor, Francesco Marchi (1822-1917),
En ella se atacaba duramente a la
doctrina de la escuela cincocuentista, se-
guidora del método de Degranges, que
durante més de medio siglo habia domi-
nado la escena de los estudios de teoria
contable en Europa.
Desde el punto de vista de Marchi
son cuatro las clases de personas inter
sadas en la vida de la empresa: el admi
nistrador, el propietario, los consignata-
rlos y los corresponsales. Las cuentas se
dividen en dos grupos: las del propieta-
rio, por un lado, y las cuentas que deben
abrirse a los consignatarios y correspon
sales, por otro.
Después de Marchi aparecié gran ni
mero de autores que configuraron la es,
cuela toscana. Entre todos ellos descollé
Giuseppe Cerboni.
Giuseppe Cerboni (1827-1917) nacié
en la isla de Elba. Ocupo distintos car-
gos en la administracién militar de Tos
cana, de donde pas a la Hacienda italia.
na,
En el afio 1869 se regulé por ley 1a
organizacion contable de la Hacienda
Publica del nuevo Estado italiano. Cer-
boni, que ya era un autor conocido, pre-
senté cuatro afios mas tarde, en el XI
Congreso de Cientificos Italianos, un es-
tudio que caus6 sensacién: “Primi saggi
di logismografia”, en el que proponia un
nuevo sistema contable, rechazando el
establecido.
La logismografia emparenta con la
vieja doctrina de la personificacién de
las cuentas, pero tiene una vision de
éstas esencialmente juridica, Segtin Cer-
boni, el hecho contable crea una rela-
cién de cargo y abono entre personas,
naturales o juridicas, susceptibles de de-
rechos y obligaciones. Esas relaciones se
anotan, utilizando una cuenta para cada
una de las personas implicadas en ellas.
Desde el punto de vista de Cerboni,
la contabilidad debe tener en cuenta, en
primer término, antes que la actividad
meramente economica de la empresa,
los actos de sus érganos administrativos,
con la finalidad de ejercer un control
sobre ellos.
La magna obra de Cerboni fue publi-
cada en Roma en 1886: “La Ragioneria
Scientifica e le sue relazioni con le disci-
pline amministrative e sociali.” En ella
desarrollaba con vigor y profundidad su
razonamiento contable.
Es fundamental, en el pensamiento
del autor toscano, el concepto de “azien-
da”. El término integra no s6lo las rela-
ciones puramente juridicas del propieta-
rio con su propiedad, sino también las
relaciones econdmicas conexas.
De acuerdo con el pensamiento de
Cerboni, al estudiarse con detenimiento
las relaciones juridicas implicadas en el
concepto de “azienda” se perciben cua-
tro categorias de personas titular
esas relaciones: el propietario (persona 0
grupo de personas a quienes correspo
de la responsabilidad de lo nitados),
el administrador (la persona que ha rectbido del propletarto el mandate de de
sempedar In administracion de In azien-
da), low agentes (personas a las que eb
propietario encomienda ef mancjo de
lon dintintos bienes materiales de la
nalenda: el cajero, al que se confia el di
nero en efectivo; el almacenista, ete.) y
finalmente, los corresponsales (personas
deudoras y acreedoras de la azienda).
Cerbont presenta, para aplicar su lo:
sismografia, un sistema contable basndo
n cuatro libros fundamentales: el Dia
rio, el Libro de Desarrollos, en el que se
dispone cuidadosamente una bien estu-
dinda subdivision de las cuentas genera-
les del Diario con el fin de facilitar la
tarea analitica, las Minutas de la Cuen-
tas, que suponen una especie de borra-
dor, y el Cundro de Contabilidad sintesis
de Diario y Desarrollos, visién general,
resumida y ordenada de la contabilidad
de la empresa.
La logismografia facilita un rigido y
puntual control en cada paso contable,
aun cuando su excesiva complicacién la
ha hecho poco menos que inaplicable en
practica, Gracias a su estudio, sin em-
bargo, la atencién de los tratadistas se
centré en el aspecto organizativo y fun-
cional de 1a empresa anticipando los mo-
dernos sistemas de control.
Cerboni recibié el nombramiento de
Contador General del Reino Italiano lo
que le permitié hacer que se aplicara su
sistema contable a la Hacienda Pablica
del pais. No obstante, cuando en 1892 el
gran autor toscano dejé el cargo, 1a con-
tabilidad ptblica italiana volvié a sus
antiguos cauce!
Entre los numerosos autores de la es-
cuela toscana destaca asimismo Giovan-
ni Rossi (1845-1921), que colaboré con
Cerboni durante mas de diez afios. Se
aplicé preferentemente al desarrollo de
una teoria matemiatica de las cuentas,
que expuso en su “Trattato dell’unitat te-
oretica dei metodi di srittura in partita
doppia” (1885). Por otra parte, dedicé
también sus esfuerzos a la investigacion
historica,
La escuela veneciana: Fabio Besta
jana,
E] impulsor de Ja escuela vene
Fabio Benta (1845-1922), profesor de con-
tahilidad en la Escuela Superior de Co-
mercig de Venecia desde 1872 a 1918,
desarrollé ou teoria de Jas cuentas basan
HISTORIA DE LA CONTABILIDAD.
do su pensamiento en Ja obra del funda
dor de la escuela lombarda, Francesco
Villa.
La obra cumbre de Besta, “La Ragio-
neria", no fue editada en su totalidad
hasta 1910. No obstante, los elementos
fundamentales de su teoria venian ya es-
bozéndose en multitud de contribucio-
nes realizadas por Besta en las cuatro
décadas anteriores. Puede decirse, por
Io, que 1a escuela veneciana de conta-
bilidad pertenece al siglo XIX, aun cuan-
do prolongue sus actividades durante al-
unos decenios de nuestra centuria.
Si Cerboni ampliaba el ambito de la
contabilidad hasta considerarla como
ciencia de la administracion, para Besta,
mas modestamente, la contabilidad aspi-
ra a ser la ciencia del control econémico.
El patrimonio juridico de una em-
presa no tiene por qué coincidir con el
patrimonio econémico; y la contabilidad
debe ir encaminada a la medicion de
este Gltimo. Besta pone un ejemplo: si
he prestado una cantidad, ese dinero
forma parte de mi patrimonio juridico,
ya que tengo derecho a que me sea de-
vuelto. Pero, gdeberd ser tenido en cuen-
ta en mi patrimonio contable? Sélo inte-
resaria a tal fin, en cuanto que haya, al
menos, alguna posibilidad de que tenga
efecto tal devolucién. Si ello no va a ser
posible, debido, por ejemplo, a la huida
del deudor, por muchos derechos que
me asistan no sera razonable incluir
aquella cantidad de dinero en mi patri-
monio contable.
En la disyuntiva de “personalizar” o
no todas las cuentas, Besta eligié el ca-
mino de considerar slo el aspecto del
“valor” de las cuentas. Toda magnitud
material que pueda ser expresada en
valor monetario es objeto de una cuenta.
Besta desarroll6, al igual que sus
grandes contempordneos italianos, una
lida doctrina organizativa de la admi-
nistracién de empresas. Ademés, fue un
notable historiador y un estudioso del
tema de la contabilidad de la Hacienda
Publica.
La evolucién actual
Los grandes tratadistas contables del
siglo XIX centraron su atencién en la
teoria de las cuentas. En su empeito de
clevar el nivel tedrico de la contabilidad,
se enzarzaron en interminables diseusioLE CPEs Si
ca de In naturaleza de las cuen
tas y los principios tiltimos de Ia ciencia
objeto de su estudio.
‘Todavia hoy, a fines de nuestro
siglo, resuenan ios ecos apagados de sus
estériles controversias. Sin embargo, los
hombres que comenzaron a ayudar a su
memoria aprendiendo a efectuar ins-
cripciones en tablillas de barro, los que
utilizaron los “quipus”, los que crearon
la Partida Doble, eran espiritus précti-
cos, empefiados en Ia resolucién de pro-
blemas concretos que afectaban directa-
mente a sus vidas.
Cémo repartir la ec
cordar y poner en orden las distintas
operaciones de compraventa que se ha-
bian efectuado con aquel género de tela,
de qué modo Hegar a conocer si el nego-
cio producia pérdidas o ganancias, y
cudntas, y en qué operaciones...
De forma similar, mientras los teéri-
cos del sur de Europa se enzarzaban en
abstrusas discusiones, los hombres que
debian servirse dia a dia de las técnicas
contables eran acosados por nuevos pro-
blemas que requerian solucién inmedia-
ta. Diversos congresos, nacionales e in-
ternacionales, asistieron al espectaculo
de que determinadas doctrinas conta-
bles pretendieran imponerse como ofi-
ciales.
No obstante, las doctrinarios nunca
consiguieron su propésito. Los especia-
listas que se retinen en un congreso sue-
len tener muchos problemas de orden
practico que resolver, y procuran evitar
en lo posible el planteamiento de eleva-
dos problemas doctrinales.
El afio 1879 se celebré en Roma un
Congresso di Ragioneria Italiana, donde
estuvo a punto de adoptarse 1a logismo-
grafia cerboniana, a la sazon en boga,
como doctrina “oficial”. La intervencion
en contra de Fabio Besta evité que se
consumara la dogmatizacién de los prin-
cipios logismograficos, hecho que hubie-
ra tenido consecuencias nefastas para la
contabilidad en Italia,
EI IV Congreso Internacional de Con-
tabilidad (Barcelona, 1929) fue quiza de
todos los internacionales, el que mas
tiempo y esfuerzo gast6 en debates tedri-
cos; pero no legé a conclusién satisfac-
toria alguna para ninguna doctrina con-
table determinada. Por otro lado, los
congresos celebrados en Estados Unidos
(an Luis 1904; Nueva York, 1929), Ams-
terdam (1926; 1957), Londres 9
nes ace
cha, como re
1952) y Berlin (1938) pasaron por ait,
completamente los temas teéricos.
En los primeros decenios del sig,
XX se advirtié la tendencia, mas eviden
te en los paises nérdicos y del Area an
glosajona, a enfocar los problemas con
tables con instrumental y terminologia
prestados por la floreciente ciencia de Ia
microeconomia. Se produjo una “inva.
i6n” reciproca entre el drea econémica
y el area contable: el célculo microeco.
némico precisaba de una contabilidad
mas perfecta que pudiera aportar los
datos arios para el andlisis econo.
mico de la empresa. Y, a su vez, la conta.
bilidad procuré perfeccionar 1a obten-
cién y manejo de los datos empleando
técnicas propias de la microeconomia,
E] desarrollo de la técnicas de conta-
bilidad de costos constituye el més claro
ejemplo de la penetracién de los concep-
tos microeconémicos en el campo conta-
ble. Por la misma raz6n, cuanto mas se
perfecciona la contabilidad interna de la
empresa mAs estrecho va quedando el
viejo corsé de la Partida Doble, que ame-
nazaba en la primera mitad de siglo que-
dar obsoleta sin haber encontrado una
técnica capaz de sustituirla con ventaja.
Eugen Schmalenbach
y el balance dindmico
Aunque la legislacién de la préctica
totalidad de los paises imponia, a princi-
pios del siglo XX, determinados requisi-
tos materiales y formales a los comer-
ciantes y empresarios en cuanto a la
manera de llevar sus libros de contabili
dad, précticas tales como la realizacién
de balances anuales y la determinacién
cuidadosa de la cuenta de resultados a
fin de ejercicio eran poco frecuentes
entre la gran masa de comerciantes ¥
empresarios. Un autor aleman, Eugen
Schmalenbach, desarroll6, a partir de
1908, la idea de dar a la liquidacién de
Pérdidas y Ganancias una importancia
tan grande o mayor que al balance
mismo. Su libro fundamental, “Dinamis-
cher Bilanz”, donde desarrollaba la doc-
trina del balance dindmico, aparecié
poco después de la primera conflag!
cién mundial, en una época en que la
economia de guerra, la inflacién y la in
seguridad monetaria general habian tor
nado insuficientes las viejas practicas_—___—_—7__1__|
HISTORIA DE LA CONTABILIDAD.
contables para la determinacién correcta
Goias magnitudes empresariales,
fl balance dinamico de Schmalen-
pach trata de ser un balance orientado,
becdirectamente a la evaluacion del pa-
ngmonio de la empresa, sino al calcul
fe los resultados del ejercicio. Inevita-
gfemente, el balance dinémico no puede
Tmitarse a recoger los datos contables
tegiin los procedimientos tradicionales,
ste basa en gran parte en datos de raiz
puramente econdmica.
Presente y perspectivas
de la contabilidad
Desde mediados de siglo la contabili-
dad parece haber perdido entidad pro-
pia, saturada como esta hasta la médula
de conceptos tomados del anilisis econd-
mico.
‘Ante las crecientes limitaciones de
la Partida Doble se ha emprendido la
bitsqueda de un nuevo algoritmo mate-
mitico més capaz. Resultado de esos es-
fuerzos es la adopcién de la matriz
como soporte matemitico de la nueva
contabilidad,
La aparicién del ordenador electréni-
co ha reforzado el papel de 1a contabili-
dad matricial, desarrollada rapidamente
en los nfios transcurridos desde mediada
ln década de los cincuenta.
Hasta hace pocos aiios, la contabili-
dad entendida en su sentido tradicio-
nal constitufa la Gnica fuente de datos
se disponia en la empresa;
por otra parte, muy limitada, a
causa de la imposibilidad de Mevar a
cabo manualmente un numero muy
elevado de operaciones aritméticas. El
empleo del ordenador electrénico abre
nuevos horizontes a la ciencia y la téc-
nica contable que, en pocos afios, van
a transformarse radicalmente, tanto en
sus objetivos como en sus procedi-
mientos.
”