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UNIVERSIDAD PRIVADA DEL NORTE

ALUMNA:

EL CUARTO ELEMENTO PARA EL ÉXITO, LA RECIPROCIDAD

Introducción

En los últimos años nuestra sociedad se ha vuelto un medio muy competitivo en todos los ámbitos que
puedan inferir en una persona, por ende, todo es una carrera donde para alcanzar el éxito y bienestar
personal debemos competir uno con otro. Según la sabiduría convencional, la gente de éxito tiene tres
cosas en común: motivación, capacidad y oportunidad. Si queremos alcanzar el éxito, necesitaremos
una combinación de trabajo duro, talento y suerte. Pero, existe de manera, ya casi extinta un cuarto
elemento, el cual es muy singular en las personas, este es la reciprocidad para las relaciones con los
demás, teniendo en cuenta que, el éxito depende en gran parte de cómo abordamos nuestras
interacciones con los demás.

Con bastante frecuencia, los psicólogos nos dedicamos a analizar el comportamiento de los sujetos
dentro de nuestra sociedad, por ello la “reciprocidad” es uno de los comportamientos más interesantes
de las personas dentro de las relaciones que estas establecen, ya sea, en un aspecto laboral o
académico. De esta manera, actualmente se cuenta con valiosa información empírica sobre el tema,
debido a que, se puede tomar como una de las manifestaciones más interesantes, de las personas en
la sociedad. La reciprocidad es aquel proceso mediante el cual una persona que ha recibido un favor
de otra, regresa dicho favor al benefactor original (Bar-Tal, 1980). De modo que esta tiene que ser un
acto voluntario, sin esperar restitución y sin la anticipación de incentivos externos. En otras palabras, el
sujeto recíproco debe decidir hacerlo sin ninguna presión externa.

Debido a ello, el presente ensayo tiene como finalidad determinar el concepto social y la importancia
de la “reciprocidad” para conducirnos a ser personas de éxito, teniendo en cuenta los diferentes
enfoques que se le pueden atribuir a esta, debido a que depende al mismo tiempo de muchos factores.

Desarrollo

El autor con la finalidad de poder enmarcar el tema nos ilustra dos tipos de personas situadas ante la
reciprocidad, a los cuales denomina receptores y donantes. Teniendo como característica que, los
receptores tienen un rasgo característico: les gusta obtener más de lo que reciben. Inclinan la
reciprocidad a su favor y ponen sus intereses por delante de las necesidades de los demás. Los
receptores creen que el mundo es un lugar competitivo, es importante señalar que, estos sujetos no
son crueles y despiadados; son simplemente cautos y poseen un gran instinto de autoprotección. Por
otro lado existe de manera excepcional los donantes, los cuales están centrados en los demás y
prestan atención a lo que los otros necesitan de ellos.

Estas preferencias no tienen nada que ver con el dinero: los receptores y los donantes no se
distinguen entre sí por lo que puedan donar de manera económica, sino que, se diferencian por su
actitud y sus acciones para con los demás. Teniendo así que, el receptor ayudará a los demás
estratégicamente cuando los beneficios que él obtenga superen los costes personales. El donante
utilizará un análisis coste-beneficio distinto: ayudará siempre que el beneficio para los demás exceda
sus costes personales.

Es interesante remarcar que, la mayoría de personas actúa como donante dentro de su círculo más
íntimo, así en la pareja y con los amigos, contribuimos siempre que podemos sin tener en cuenta el
marcador. Pero esto no ocurre en las relaciones laborales o académicas, donde se torna un ambiente
lleno de competitivos receptores.

En los ámbitos laborales y académicos, si bien no llegamos a tener una actitud de donantes, podemos
decir que, solemos adoptar un tercer estilo: nos convertimos en equilibradores y nos esforzamos por
preservar el balance entre dar y recibir. Los equilibradores operan basándose en el principio de la
justicia: cuando ayudan a los demás, se protegen a sí mismos porque buscan reciprocidad. El
equilibrador cree en el dicho “donde las dan las toman” y sus relaciones están regidas por un
intercambio igualitario de favores.

De esta manera, hablar de la reciprocidad equivale a considerar la influencia social en la persona que
recibe el favor se encuentra y no ser tomado simplemente como aquella obligación creada para
devolver un favor, en esta dirección Bar-Tal (1980) identificó una serie de posibles variables que
influyen sobre la disposición a reciprocar y si bien no las consideró multidimensionalmente, su
incorporación en el tratamiento de la situacionalidad de la reciprocidad abre nuevas perspectivas
conceptuales. De esta manera, el autor planteó lo que llamó el “modelo de la toma de decisiones para
la reciprocidad” incorporando al análisis las variables del receptor, las del donante, las variables
relacionadas con el beneficio, las de la situación y las variables culturales.
Entonces, es importante resaltar que, todas las relaciones humanas ya sea, personales, laborales o
académicas, se sustentan en un determinado principio de reciprocidad, en donde se establece tales
vínculos esperando que ambas partes se correspondan de manera mutua sobre sus acciones. Es
decir, debe existir un balance justo de lo que se entrega con lo que se recibe; esto no es algo
complicado de realizar para las personas en un aspecto de su vida íntima (relaciones personales
amicales o amorosas), pero es un gran reto en el campo laboral y académico.

Sin embargo, al analizar el alcance que tiene la reciprocidad en los ámbitos laborales y académicos,
nos damos cuenta que, aquellas personas que son “donantes” en estos campos llegan a analizar los
beneficios, no solo personales sino también de todo aquello que los rodea, de esta manera generan un
ambiente en el cual todo indica una positividad constante y por ello genera que tengan éxito de manera
continua en su día a día.

Conclusiones

- La reciprocidad constituye un fenómeno psicológico universal y constituye una alta expresión


de las relaciones interpersonales que configuran un patrón típicamente humano. Esto quiere
decir que el reciprocar es un comportamiento individual gobernado por determinantes
socioculturales muy complejos cuyas variaciones pueden afectar su forma de expresión.
Además, en el ámbito laboral y académico ayuda a eliminar o reducir las barreras que la
sociedad puede experimentar.
- Los “donantes” generan un cambio positivo en las relaciones que se puedan establecer en un
campo laboral o académico, de manera que, se originan una lista de beneficios y aquellas
personas llegan a obtener el éxito de manera continua.

Referencias

- Bar-Tal, D.(1980) Pro-social behavior. Theory and Research. New York: John Wiley & Sons
- Gintis, H., Bowles, S. Boyd, R. y Fehr, E. (1998) An Empirical and Analytical Examination of
the Moral Sentiments Reciprocity and Economics:, The Economics of Reciprocity. Economic
Review, 12, 4, 34-67.
- Grand, A (2013) Dar y recibir, por qué ayudar a los demás conduce al éxito. Viking, Penguin
Group. Nueva York

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