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Sábado te anuncia que un equipo de jóvenes aprista e independientes nos vamos a reunir con

la finalidad y objetivo de realizar labor social, pues nosotros estamos comprometidos y con las
deseo de querer apoyar en lo que este en nuestro capacidad de lograrlo a los pobladores del
asentamiento humano que están en una situación de precariedad de pobreza extrema. Pues si
nos piden en el apoyo con mucho más razón. “No es más fácil quien más tiene, sino quien
menos necesita”

Por otro lado también vamos a salir en las radios, como medio de difusión etc. La recolección
empieza desde mañana sábado 9:00 am y termina el 10 de octubre. Sabemos y estamos
seguro de que eres una persona generosa y con el alma humanitario, para contar con tu
apoyo en lo que tu deseas conveniente- va consistir de víveres, medicina, dinero, ropa,
juguetes que ya no los uses, podemos ir a verte a tu casa tu nos dices el día y hora o donde
veas conveniente .

Después de ello voy a presentar al comité por intermedio del compañero Grimaldo la licencia
de permiso que estoy muy convencido que aceptaran en su mayoría de secretarias, para tener
la posibilidad de postular, por estar dentro de mis derechos según la ley de partido políticos,.
Cuanta conmigo en lo que este en mis posibilidades de apoyar en lo que necesites siempre he
apoyado en lo que tú me has pedido.

Espero una pronta respuesta

Una obra buena cada día


Con un poco de voluntad, todos podemos dar o hacer algo por los demás.
Publicado por Lisa Bendall

Es un día normal entre semana, y estoy ocupada con un montón de cosas en la oficina de
mi casa: investigar y escribir, hacer llamadas telefónicas, poner una o dos cargas de ropa
en la lavadora...
Durante las pausas, uso mi red de correo electrónico para ayudar a una mujer a localizar a
un perro que mordió a su hijo hace poco. Corro a ayudar a una vecina mía que es viuda a
resolver los problemas que tiene con su computadora. Preparo masa y meto al horno una
decena de panquecitos de chocolate para regalárselos a unos vecinos solitarios.
Ninguna de estas acciones me quita mucho tiempo, ni tampoco esfuerzo o dinero.
Confieso que, hasta hace poco, no habría podido creer que fuera tan fácil ayudar o
alegrarle el día a alguien, pero ahora no me sorprende. La razón es que he alcanzado mi
meta de hacer una obra buena al día durante 50 días seguidos. ¿Soy una hermana de la
caridad? En absoluto. ¿Hacer una obra buena al día me parecía difícil? Sin duda.
La mayoría de mis jornadas son agotadoras. Trabajo ocho horas al día, al igual que mi
esposo, Ian, y también me ocupo de mi hija, Emily, de 10 años. Cuando no estoy en mi
oficina ganándome el sustento como redactora independiente, estoy cocinando, limpiando
o pagando cuentas. Llevo a mi hija a la escuela, a su ensayo en un coro y a sus clases de
natación. Todos los días ayudo a mi esposo, que es cuadrapléjico. Como millones de
personas, me falta tiempo y cuido el dinero.

Es una lástima que muchos de nosotros no podamos contribuir a


nuestra comunidad o al mundo en general por estar tan ocupados.
Durante años yo también creí que costaba mucho tiempo, dinero y
esfuerzo hacer algo por los demás, pero todo cambió cuando puse en
marcha mi plan de hacer una obra buena cada día.
En la primavera de 2006 me sentí inspirada por algunos retos de otras personas, como el
Proyecto Julie/Julia, de una joven trabajadora y bloguera llamada Julie Powell que se
propuso cocinar en un año las 524 recetas incluidas en un libro de la famosa chef
estadounidense Julia Child. El proyecto de esa joven fue llevado luego al cine en la
película Julie y Julia. Decidí encarar un reto parecido.
Mi hija fue mi principal inspiración. Emily sabía que su papá y yo ayudábamos
económicamente a una niña adoptada que vivía en Egipto, donábamos ropa usada y
dábamos dinero a las personas que recaudaban fondos de casa en casa para obras
benéficas. Sin embargo, quería demostrarle que podíamos hacer más, así que decidí
hacer una obra buena al día durante 50 días seguidos.

Compartí tu buena obra del día con la comunidad haciendo click


aquí.

La primera semana tuve dudas de poder lograrlo. Busqué ideas en Internet. Cuando salía
a la calle, trataba de hacer algo bueno para cubrir mi cuota. Un día, en el estacionamiento
de un supermercado, quité un par de carritos que alguien había dejado en un lugar para
discapacitados. En otra ocasión guié a un hombre ciego por la estación del metro, y él me
dio las gracias sonriendo.
A veces me costaba trabajo encontrar maneras de ayudar, así que hacía cosas a las que
no estaba acostumbrada. Llevé flores de mi jardín a un hogar para ancianos. Recogí
basura en un parque público ante las miradas de sorpresa de las familias, y yo sólo
deseaba que mi acción les sirviera de ejemplo para hacer lo mismo.

Sin embargo, al cabo de unos días, todo me resultó más fácil. Sentí
un poco de culpa por la simpleza de mis acciones. Las intercalaba
con mis otras tareas diarias de una manera que me convenía. Pero,
¿no se trataba de eso justamente? ¿Acaso las obras buenas tienen
que ser complicadas? Aunque muchas de las cosas que había hecho
eran sencillas —no fundé un orfanato ni salvé de morir a nadie—,
sabía que mis granitos de arena estaban ayudando a otros.
Por supuesto, obrar bien tiene sus riesgos. Una tarde, a bordo de un tranvía, estaba
agachada recogiendo unas hojas sueltas de periódico cuando de repente una mujer pasó
junto a mí y me pegó en la cabeza con su enorme bolso. Regresé adolorida a casa, pero
con la satisfacción de haber hecho lo correcto. Otras obras buenas se quedaron en el
intento. Fui a donar sangre, pero como no pudieron clavarme la aguja de la jeringa en
ninguna vena, me enviaron a casa. En otra ocasión, traté de darle comida a una mujer
indigente, pero no la quiso porque era vegetariana (sin embargo, aceptó con gusto algunas
monedas).
Otras acciones mías tuvieron efectos muy gratos. Conseguí la dirección de mi maestro de
creación literaria del bachillerato y le envié una carta de agradecimiento por el estímulo
que me dio años atrás. Él me respondió con una nota efusiva, y así iniciamos nuestra
presente amistad.
Todas las noches, a la hora de cenar, les contaba a mi esposo y a mi hija mi obra buena
del día. Decidieron seguir mi ejemplo, y pronto ellos me contaban las suyas. Emily
emprendió una campaña de recolección de basura en su escuela, y Ian un día auxilió a
una mujer mayor que sufrió una caída en la calle; le pidió a un transeúnte que llamara una
ambulancia, y mi marido consoló a la señora hasta que llegó la ayuda. Incluso mi padre,
quien vive en otra ciudad, un día telefoneó para contarnos una extravagante obra buena
que había hecho por la mañana: ¡detuvo el tránsito vehicular en seis carriles para que una
mamá pata y sus dos patitos pudieran atravesar un cruce de calles!
Al igual que yo, Emily se tomó como un reto hacer buenas obras. Un día, al volver a casa
de la escuela, recogió una maceta de geranios de unos vecinos que el viento había
derribado, enderezó las flores y la devolvió a su sitio. En otra ocasión me ayudó a
recolectar víveres en el vecindario para un banco de alimentos. Fuimos a entregarlos y, en
el camino de regreso, Emily me dijo con orgullo que quería trabajar allí algún día.
En la última semana descubrí que yo también había cambiado. Al principio no estaba
segura de poder hacer una obra buena al día, pero al final lo hacía con toda naturalidad.
Estaba más consciente de lo que pasaba a mi alrededor, de lo que urgía resolver. Sentía
una mayor responsabilidad de actuar cuando veía a alguien en apuros, en vez de mirar
hacia otro lado. Sentí que, de algún modo, había despertado.
El día 50 me felicité por haber superado el reto. Lo más importante fue darme cuenta de
que la mayoría de mis obras buenas me habían llevado menos de 15 minutos, no me
costaron un centavo y, sin duda alguna, le habían servido a la gente.
El día 51 me llevé una sorpresa: de pronto me sentí obligada a recoger la basura tirada en
el suelo de un baño público. Resultó que 50 días de obras buenas habían formado en mí
un hábito que aún perdura. Ahora hago más obras buenas de las que solía hacer, al igual
que mis familiares. 
Cuando les cuento a otras personas sobre mis 50 obras buenas, muchas de ellas me
hablan de sus propios actos generosos. Esto me lleva a creer que a la gran mayoría nos
emociona hacer algo útil o grato para los demás.

¿Por qué sentimos un impulso tan fuerte de ayudar a otros? Una


teoría señala que las personas bondadosas tienen más
probabilidades de educar bien a sus hijos que las que sólo aspiran a
realizar actos de bondad. Se puede decir, por tanto, que la evolución
favorece a los seres humanos más amables y compasivos.
Me gusta esa idea. Y ahora sé que, con voluntad, todos podemos hacer una obra buena
cada día.

31 obras buenas...y un mes de satisfacciones plenas.


1. Donar ropa usada. 
2. Barrer la acera de los vecinos. 
3. Ceder el paso a los peatones en los cruces sin semáforos.
4. Visitar a un familiar o amigo que  esté confinado en cama. 
5. Ser amable con un desconocido. 
6. Ayudar a una mujer con niños a llevar a su auto las bolsas del supermercado.  
7. Escuchar con empatía a una persona que lo necesite. 
8. Recoger la basura tirada en un parque público. 
9. Llevar un postre casero a una estación de bomberos. 
10. Cocinar un día para una pareja que acaba de tener un bebé. 
11. Mantener abierta la puerta para que pase otra persona. 
12. Hacer un donativo a alguna organización altruista. 
13. Ceder el turno en la fila de un banco a una persona mayor.
14. Donar sangre. 
15. Regalar juguetes o materiales de juego a una guardería. 
16. Pintar o limpiar una pared con grafitos en un lugar público. 
17. Hacer un trabajo voluntario en un hogar para ancianos. 
18. Dejar una buena propina y dar las gracias a un mesero servicial. 
19. Donar libros a una escuela. 
20. Enviar una nota de apoyo a una persona que esté pasando un momento difícil.
21. Ofrecerse a cuidar al hijo o los  hijos de un amigo o vecino que lo requiera. 
22. Unirse a una colecta de fondos para fines benéficos. 
23. Avisar a todo conductor que, al bajar de su auto, haya dejado encendidas las luces. 
24. Ceder el asiento a otra persona en un transporte público.   
25. Pagar una cantidad extra por un artículo a un artesano pobre. 
26. Visitar o telefonear a una persona mayor que viva sola. 
27. Donar un día de sueldo a la Cruz Roja. 
28. Llevar una caja de galletas a la oficina y repartirlas. 
29. Enviar una carta de felicitación a un servidor público que haga bien su trabajo.
30. Invitar a desayunar o comer a un niño indigente. 
31. Apoyar con favores o palabras a una persona sin empleo.

Plantillas de cartas de
agradecimiento por donaciones
Todos estamos de acuerdo en que la ayuda mutua es de suma importancia,
sobre todo en estos tiempos tan difíciles, en donde cada vez más gente muere de
hambre a causa de la carencia de lo básico para la vida, la alimentación. Es
necesario hacer un llamado a la conciencia del ser humano y pedirle que se
reporte con un granito de arena para que dicha situación mejore.

El mundo vive cada vez pensando menos en las personas. Todos buscan lo
mejor para sí, pero ¿dónde queda la hospitalidad y la caridad? Si todos somos
seres humanos, debemos pensar en ayudarnos mutuamente, y así estaremos
seguros de que al menos en algo disminuirá la pobreza y el sufrimiento de las
personas.

Es por esta razón que muchas empresas organizan, año tras año, diversos
preparativos y convocatorias para poder brindar el apoyo necesario a quienes
más lo necesitan, ya sea donando ropa, víveres o incluso dinero en efectivo para
el aporte a la educación de los niños y jóvenes que menos tienen.

En esta sección de la web te dejaremos el modelo de una carta de


agradecimiento por donaciones, la cual puedes enviar a la empresa que haya
aportado enseres para tu proyecto de apoyo. Recuerda lo importante que es
agradecer, así dicha entidad se sentirá siempre feliz de unirse a una causa de
generosidad. Echa un vistazo y no dudes en enviar esta carta, que en pocas
palabras expresa todo lo que quiere decir.
Ejemplo de carta de agradecimiento por
donaciones:
(Ciudad y Fecha desde donde se envía la carta)

Señor/a:
(Nombre de la persona a quien va dirigida la misiva)
(Cargo que tiene en la empresa en la cual labora)
(Dirección de destino)
(Ciudad)

Estimado/a Señor/a (nombre del destinatario),

En nombre de nuestra entidad, (nombre de la empresa), me remito a usted con


el fin de expresarle mi más sincero y profundo agradecimiento por la gran
generosidad por parte de su organización para con todos. Las donaciones que
hemos recibido serán para el beneficio de muchos pobladores que hoy carecen
de los recursos necesarios para vivir, y nos permitirá seguir realizando nuestro
trabajo óptimamente.

Podemos asegurarle que su gran apoyo será bien reconocido.

Saludos cordiales,

(Nombre de quien envía la carta)


(Cargo que tiene en la empresa donde labora)

Ya lo sabes, nunca es tarde para agradecer. Es muy importante dar las gracias a
todas las personas que te apoyan de una u otra manera, de este modo querrán
siempre colaborar contigo. Y recuerda que cada favor que haces se te devuelve
con creces.

Hacer feliz a una persona significa mucho, notarás al instante que tu corazón
late de emoción y alegría al ver sonreír a alguien que ni siquiera conocías, es lo
más gratificante que puede pasar. Vuelve pronto a la web, que tenemos diversos
modelos de cartas para que elijas de acuerdo a la ocasión.

 
Siempre es necesaria una guía, y aquí tenemos lo necesario. Cartas laborales,
Solicitudes de todo tipo, frases de saludo y consejos gratis es parte de todo lo
que encontrarás por aquí. ¡Vuelve pronto!

INFORMACIÓN GENERAL

Organizar una campaña para recolectar alimentos es una excelente manera de


ayudar a las personas de su comunidad. Puede usted elegir apoyar a un centro
para adultos mayores, un banco de alimentos o un refugio local. Los
participantes marcarán una diferencia en su comunidad a través de un evento
social entretenido.

EL PROBLEMA
Muchas organizaciones comunitarias no cuentan con la capacidad ni los
recursos suficientes para cubrir las necesidades de la creciente población que
pasa hambre en los Estados Unidos. Los puntos de distribución de alimentos y
demás organizaciones de beneficencia, a menudo escasean de comida
adecuada para grupos de diversas culturas o de ciertas edades. Por ejemplo,
bajo contenido de sodio para los adultos mayores o de productos frescos o sea,
sin procesar. Las dificultades económicas sólo sirven para agobiar aun más a
estas organizaciones.

LA SOLUCIÓN
Organice una campaña para recolectar alimentos. Recolecte comida o
donaciones en efectivo para la organización comunitaria de distribución de
alimentos de su preferencia. Existen diversos modelos de cómo hacerlo. Este
kit de herramientas se centra en el modelo de un único punto de recolección,
según el cual las personas llevan sus donaciones a un lugar, en una fecha
específica, donde los voluntarios esperan para recibirlas.

COMPROMISO DE TIEMPO
Para un evento con un solo punto de recolección de alimentos, el organizador
deberá dedicar entre dos y cuatro horas por semana durante varias semanas.
Para una campaña que involucre varios puntos de recolección, donde se harán
donaciones durante varios días o semanas, se necesitará más tiempo para
cubrir lo que dure la campaña. Otras funciones para algunos voluntarios
pueden requerir entre dos y diez horas durante el proceso.

CONSIDERACIONES ESPECIALES
Ninguna.

¿QUIÉNES PUEDEN PARTICIPAR?


¡Todos! Es muy útil que una persona detallista lidere la actividad.

“A una persona con hambre, Dios se le manifiesta como pan.” Mahatma Gandhi

GRANDES MOTIVOS PARA LLEVAR A CABO ESTE PROYECTO

 Ayudar a dar alimentos a las personas necesitadas.


 Apoyar un programa comunitario.
 Demostrar responsabilidad social.
 Conocer a las personas de su comunidad.
 Retribuir a la comunidad en estos tiempos de incertidumbre económica.
as ONG son el refugio donde, en tiempos de crisis, muchas personas encuentran ayuda.
Pero a menudo, antes de dar hay que recibir y en esta balanza los ciudadanos tienen un
peso estelar. ONG que carecen de los recursos suficientes para atender todas las
peticiones de ayuda pueden beneficiarse de la generosidad de quienes disponen del
tiempo y los recursos necesarios. En época de crisis, destaca el papel de las ONG que
reparten alimentos, ropa y otras ayudas puntuales a las personas que lo necesitan,
además de colaborar en la atención sanitaria a personas inmigrantes en situación
irregular. Pero sobre todo se apela a quienes pueden ayudar a estas entidades,
mediante donaciones económicas, materiales y de tiempo, a través del voluntariado.

Las ONG reparten alimentos, ropa y otras ayudas


puntuales
Hace unos días, Cruz Roja emitió su primer llamamiento de ayuda para la sociedad
española. La vulnerabilidad ha dejado de entender de condiciones y cada vez más
personas con necesidades acuden a las ONG para cubrirlas. La crisis ha afectado hasta
tal punto a algunas familias, que carecen incluso de alimentos. ¿Dónde conseguirlos? Los
Bancos de Alimentos son uno de los principales recursos. Recogen los excedentes que les
donan y los almacenan para su posterior distribución. Eso sí, no entregan los productos
directamente a las personas, sino a entidades que los reparten, pero el directorio de la
Federación Española de Bancos de Alimentos recoge oficinas en decenas de localidades.

Las ONG apoyan a los grupos más vulnerables y demandantes de ayuda


urgente

Cruz Roja también reparte alimentos a través del programa "Por el reparto justo de


alimentos...". Estos se distribuyen entre personas "en situación de necesidad social por
causas diversas", entendidas como tales las familias monoparentales, niños y jóvenes en
dificultad y personas mayores, con discapacidad o inmigrantes, entre otras. En 2011,
repartió 67 millones de kilos de alimentos entre más de 900.000 beneficiarios, a través de
más de 3.500 entidades.

Desde Cáritas, se anima a quienes necesiten ayuda a plantear su situación en la oficina de


Cáritas Diocesana o Parroquial más cercana, donde se analiza cada caso. Los ejes de
atención a las personas que demandan ayuda urgente son tres: acogida y atención
primaria, empleo y vivienda. "Es la respuesta de Cáritas a los efectos sociales de la crisis",
explica la organización. A través de su red estatal de acogida y atención primaria, las
personas en situación precaria reciben ayuda de primera necesidad, como alimentos,
ropa o ayudas económicas puntuales para pagar recibos domésticos, gastos sanitarios
o escolares, entre otros. Hay dos modos de recibir esta ayuda: en especie o mediante
vales, gracias a convenios firmados con entidades privadas. También se ofrece orientación
laboral y la posibilidad de iniciar procesos de formación para favorecer la reinserción de las
personas más vulnerables en el ámbito laboral.
Respecto a la ropa, Cáritas Diocesana de Cuenca cuenta con el programa "RopaCor", una
tienda de ropa usada donde se pueden adquirir prendas y zapatos a un precio máximo de
tres euros. Esta entidad también desarrolla un servicio de comidas a domicilio para
personas mayores, con el fin de atender sus necesidades y que permanezcan en su
vivienda durante más tiempo. Los menús cubren las necesidades nutricionales de las
personas mayores.

Atención sanitaria a personas inmigrantes irregulares


El próximo 31 de agosto, las personas inmigrantes que residan en España en situación
irregular dejarán de tener derecho a la tarjeta sanitaria. Una vez aprobado el Real Decreto
Ley 16/2012, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional
de Salud, tan solo se les atenderá en los servicios de urgencias. Sin embargo, varias
comunidades autónomas (País Vasco, Cataluña, Andalucía y Asturias) ya han anunciado
que en sus consultas médicas se mantendrá la atención a estas personas y algunas ONG
también han mostrado su apoyo a esta postura.

En el caso de Asturias, además, se intenta resolver un problema asociado a la carencia de


tarjeta sanitaria: la prescripción farmacéutica de medicamentos. Para ello, las ONG
diseñarán una receta distinta a la oficial, pero que puedan emplear los facultativos para
que las personas inmigrantes obtengan los medicamentos correspondientes a través de
estas organizaciones, según explica SOS Racismo.

Médicos del Mundo atiende de manera gratuita a personas que tienen dificultades para
acceder a la tarjeta sanitaria, incluso desde antes de aprobarse el citado Real Decreto.
Presta atención sanitaria a personas en situación o riesgo de exclusión social en
provincias tan dispares como Almería, Málaga, Sevilla, Huesca, Zaragoza, Lanzarote, Las
Palmas, Tenerife, Toledo, Ciudad Real, Madrid, Alicante, Valencia, Barcelona, Bilbao,
Mallorca, Pamplona, Santiago de Compostela y Vigo. Para ello, se recurre a dispositivos
fijos y unidades móviles, que se desplazan a zonas aisladas donde reside un número
importante de personas inmigrantes "cuyas necesidades básicas de salud no están
cubiertas", recuerda la ONG.

Cómo ayudar: donaciones económicas y materiales a una ONG


Las personas con más posibilidades son un eslabón fundamental en la cadena de ayuda.
Pueden colaborar de varias maneras, pero sobre todo, las organizaciones destacan las
aportaciones económicas. De este modo, los ingresos se reparten en las áreas donde
más necesidades se detectan. Estas aportaciones son fundamentales para
organizaciones como las enumeradas, que atienden a miles de personas en todo el país.

 Cáritas. Se pueden realizar aportaciones económicas a través del número de teléfono


902 33 99 99 o desde el espacio web habilitado para realizar donaciones.

 Cruz Roja. Recibe donaciones on line específicas para las personas afectadas por la


crisis en España.
 Médicos del Mundo. Acepta donaciones on line para el acceso a la salud de todas las
personas y otras emergencias.

En algunos casos, son preferibles las donaciones económicas a las


materiales, debido a problemas de capacidad de las ONG

Respecto a las donaciones materiales, conviene consultar antes en las


organizaciones cuáles son sus necesidades. En ocasiones, la recogida de materiales
requiere tareas de logística que pueden escaparse a la capacidad de la ONG. A quienes
deseen colaborar, Cáritas recomienda dirigirse a la Cáritas Diocesana o Parroquial más
cercana y consultar las posibilidades. En su página web dispone de un mapa
interactivo con el directorio de todas las sedes.

En Barcelona, la Fundació Formació i Treball aprovecha la ropa donada para reciclarla y,


de este modo, fomentar la inserción laboral de quienes tienen más dificultades para
acceder a un empleo. La organización explica en un vídeo su funcionamiento, basado en
la recogida de ropa que las personas depositan en contenedores distribuidos por la ciudad
y que, a continuación, se trata. Hasta el momento, se han creado 160 puestos de trabajo.

Ser voluntarios en una ONG, una necesidad permanente


Un recurso fundamental y que no supone ningún coste es el tiempo. Las personas que
quieran aportarlo pueden ser voluntarias. El Banco de Alimentos califica a los voluntarios
como el "soporte fundamental". En su mayoría, se nutre de personas jubiladas y
prejubiladas, que no solo disponen de más tiempo, sino también de experiencia.
"Llevan tareas de dirección, contabilidad, almacén, transporte y aprovisionamiento, otras
de apoyo jurídico, relaciones públicas, etc.", explican.

Desde Cruz Roja se promueve un voluntariado basado en siete principios: participativo,


comprometido, capacitado, motivado, disponible, polivalente y grupal. Entre otras
cosas, estos principios implican que los voluntarios cuenten con formación adecuada, una
motivación suficiente para entender su colaboración con una filosofía de permanencia y un
compromiso con las personas más vulnerables a quienes ayudan.

El voluntariado en Cáritas lo conforman también personas comprometidas, activas, con


valores y motivadas. La ayuda de los voluntarios se distribuye en tres frentes:
colaboración en programas con personas vulnerables y excluidas, denuncia de injusticias
sociales, sensibilización y formación para transmitir a la sociedad las consecuencias de la
situación de pobreza.

No obstante, todas las personas que quieran ser voluntarias pueden buscar en las ofertas


que publican las plataformas y entidades de voluntariado o bien decidirse primero por
el ámbito en el que quieren ejercer las tareas de voluntariado para determinar luego la
organización con la que colaborar.

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