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ginalidad y aprendizaje* Man bp osicion asumimos los Psicopedago, .Qu 808 frente i al arginalidad? Yno me refiero a la p a ala i osicién que comociudegnt® ven sercicio de nuestros derechos y deberes Poltticos Podamos agua i ae" a intervencién y Participacion maso menos activas ibe da tamp udiera tener desde las diferentes agrupaciones profesionsles an we Poranoee. Concretamente me refiero q nuestra intervencign desde la Genel momento en que el Equipo de P; 1 Sicopedagogia a L i Municipal Infanto-Juvenil Doctora Carolin: Feta nH osPital ‘a Tobar Garefa me : Propuso eltema dudé en aceptar porque consideraba (erréneamente) que my tra- taba de una cuestiOn investigada especificamente Por otros profesiona- Jes, hoy no puedo mas que hacer explicito mi agradecimiento por haber- me brindado la oportunidad de dar a conocer Una posicién que, en los duros momentos que atravesamos, cobra una Particular importancia e inusitada actualidad. Es que cada uno de nosotros, en cada entrevista con padres, en cada informe enviado al docente o al gabinete escolar, en cada indicacién re- ferida a la ubicacién escolar, en cada intervencién durante un trata- miento, {no se posiciona frente a la tematica marginacién-aprendizaje de una manera determinada? Que Sepamos 0 no que hemos tomado par- tido en la cuestién es otra cosa... Quizé una toma de conciencia en este sentido podria hacernos modificar alguna intervencién clinica. La afirmacién “yo no trabajo con poblacién marginal”, aun cuando se *Ponencia presentada al II Congreso Argentino de Practicas Institucionales con Nios y Adolescentes, Nifiez y adolescencia: situacién y perspectivas de la salud mental en Lati- Noamérica. Organizado por el Hospital Municipal Infanto-Juvenil Doctora Carolina To- ar Garefa y el Centro Cultural General San Martin, noviembre de 1996. [99] Nu w / N "ay, anuneind? moramenl ae implica, y, ty, grata He pabvir PAT compartir fa experiencia le los ty Una ae ei BS ye Mani. dosel y David tambien sonal; ayy ly ¥ os de aa tag ey = ton, i | th sicoped agoga proponga juegos reg, ilia “le faltaba casi todo lo que le Tos an ninio acepte los juegos resy hace fry : Mi, tan poco “pasivizante” que so) ONdien gy Mn ; prem gle a de qué debemos ofertars ends ie Un pig. Be No sxion acere rios Nos jnforman que “las transformacio, jadores supercapacitados”; los titulos ae Praia tiene que servir al mercado ie ie 3 eun hospital responde “vamos a jugar al | oral" : 0, rsicopedaeoe? 4, que subvierte un pretendido orden: “ do”, So h fp aa TesPUCSED PO hjetos-ejrcicios-habit en: “a quien foe? no se le ofrecen objetos ejerciclos- itos en pos de ree oj ep perdi do”. ‘Tampoco se le ofrece “el carifio que nunca eee a ‘a cambio, un jueso al que puede ganar o perder, |, cic’ dagoga apuesta.-- David gana... a. : * 18 Psico, og | una psicopedagoga indique primer aiio de ¢ una nena con los antecedentes médicos y familiares q sino la posibilidad de operar al margen... al margen del prejuicio? No sési podemos enjuiciar a la escuela que le niega a Joseli lay te. Graciela Frigerio dice que la institucion escolar se encuentra con fragilizada, en situacion de cansanclo, de agotamiento, de estrés, age perexigencia, de demanda.’ Entonces... hay que cuidarla, La psicopeda goga no presiona, espera... No se alza en discursos contra la supuesti sbsolescencia del sistema escolar ni arremete contra la supuesta rigider eso fortuito hard que Joself literalmente “caiga’ de los docentes. Un suct nuevamente en la escuela comin y, esta vez, la vean de manera diferen te. La escuela que le cerré la puerta es la misma que ahora le ofrece espontaneamente un espacio... ¥ allfestala psicopedagoga para ofrecer sea trabajar junto a, en equipo con la institucién escolar. Muy otras suelen ser Jas respuestas que escuchamos por alli. Frases como “lo mejor que le puede pasar a esa nenaesirala escuela especial o*con esa situacién familiar c6émo va a poder aprender”, o“en la escuela comtin a esa nena la hacen bolsa”, forman parte de “las miserias nue ela oy, le Josel; mun 1. Véase Graciela Frigerio, “Elementos para pensar coyunturae ¥ estructura thin General Biscw. Los contenidos de la enserianza, Buenos Aires Novedades vas, 1995. toy dia”. Por ne hablar u ma batcn, ata que de educativa i que pina (como es Cl caso de la provincia de Chubuty que nda, 4 en padres desocupados 0 subocupados debon ira yra ue Hem to a Los hijos de los analfabetos, a los chiens aborige ales J, de paises limitrofes y a los ninos can “debilidad men- enien el decreto de creacién de grado “tan especial" = le un proyecto de integracién” 0 trate eeuna psicopedagoga sostenga un espacio de tratamien- a ue Ja putea... que no ome ninguna propucsta. que witorio tarde y para oo ena sin duda de pensar la weg on oped agogica desde la posibilidad de hacer trabajar unacon- tica Pe on del aprendizaje que pone en primer plano los saberes. ualiza Otel nino. Y lo que Maxi sabe es que las sumas y restas “no oer jas e 250 mil pueden ser nada. Y sabe que cantar un bolero caenta ” por itil que copiar su letra. Y sabe que dormir de noche pue- puede serm ‘oso. Y junto a su psicopedagoga Maxi aprendié que, a lo de set peligros de robar y recibir un tiro puede construirse un espacio a en ly alcanzar una posibilidad diferente. artir del ot das, para muchos nifios y adolescentes, las condiciones No estan 1 . ermitirfan permanecer dentro del sistema educatiyo.' sociales que los ee quedan fuera: los llamados psicdticos, los Ilamados Muchos Bo a maados con trastornos graves de personalidad, los llama- débiles, on ente deprivados... la llamada poblacién de riesgo. Quedan dos oo un sistema cuyo valor supremo es la ley del mercado. Todos se wavestran descarnadamente una falta imposible de recubrir. ‘ Cada uno de los tres grupos familiares presentados reclama un lu- gar: concretamente, una escuela para sus nifios, reconociendo asi el va- lor instituyente del discurso escolar, La psicopedagoga responde con una ctica que no admite que la pedagogia quede subsumida al discurso eco- nomicista. Responde con un juego, responde con un lugar para dormir, responde con una escuela comtin, responde con el respeto “al otro como semejante y al sujeto como diferenciado”. Juego, dormir y escuela que devienen en la posibilidad de una vida mejor: acla- mejor 2. Se traté de un proyecto de creacién de un grado especial para niiios cuyos padres fuesen analfabetos/as y/o desocupados/as. El proyecto, que nunca se conereté, desaté una polémi- “A que ocupé gran espacio en los medios. 2.6 ase Maria Rosa Capdevielle, “Algunas cuestiones en torno a la clinica psicopedagégi- subale Presentado en el It Congreso Argentino de Pricticas Insttucionales con Ninos lolescentes, 1996, Frigerio, ob, ci t. vAd 4G, OO” 102 Norma Filidory — Posibilidad que no brindamos cuando ponemos “orden” con un, ciente intelectual que confirma el destino de un nijio. ae — Posibilidad que no brindamos cuando reducimos la problematicg Cc colar a una cuestion de subjetividad y deseo olvidando que lag mil ciones histérico-sociales tienen incidencia cierta sobre los procesos de subjetivacién. — Posibilidad que no brindamos cuando damos por descontada una cq. tastrofe en la estructuracién de la subjetividad a partir de la consta. taci6n, cada vez mas frecuente, de la existencia de una familia mono. parental. — Posibilidad que no brindamos cuando reducimos la problematica es. colar a una cuestién de pertenencia a un grupo social determinado, negandole entonces al nifio la posibilidad de ser pensado en su singu. laridad. Un padre alcohdlico y golpeador, una madre analfabeta y siete hermanos suelen ser excusas perfectas para no sospechar un problema de origen visual, una disminucién auditiva o un posible diagnéstico neurolégico. — Posibilidad que no brindamos cuando indicamos escolaridad especial para un nifio carenciado o buscamos escuela de ubicaci6n periférica o aun escuela rural para un nifio con un trastorno en el desarrollo, exclusivamente a partir de una asociacién prejuiciosa entre rendi- miento deficiente y situacién socioeconémica del grupo familiar. — Posibilidad que no brindamos cuando nos dirigimos a la institucién escolar o al docente en particular ejerciendo un modo de totalitaris- mo que se manifiesta bajo las formas del desdén y la soberbia ejerci- dos desde una posicién dogmatica que nos “hace” duefios de verdades absolutas. — Posibilidad que no brindamos cuando durante el tratamiento hace- mos al nifio ofertas que responden exclusivamente a la demanda de un discurso capitalista cuyo ideal es la “aldea global”. En definitiva, se trata de la posibilidad que no brindamos cuando nos encerramos, seguros, en nuestros consultorios colocandonos, ahora nosotros, al margen de las instituciones. En un trabajo de investigacion realizado por Graciela Frigerio, la palabra “institucién” aparece asocia- da a la expresién del derecho romano “vitam instituere”: “instituir la vida”... y, seguramente, como se ha dicho en tiempos mds recientes, “ins tituir la vida” no es callar... no es consentir... frente al que rie por 9° morir “a causa del exceso de vida obligatoria”. 5. Zoe Valdés, La nada cotidiana, Buenos Aires, Planeta, 1996. 103 APENDICE “Escrito sobre Damian” (gra erivado a psicopedagogia por su terapeuta. A Ja primera mniain f0e ren los abuelos maternos. A part, concur! “Damién es muy timido, siempre quiere meter la cabeza en o) aprendizaje es mulo... Va a escuela especial... Tie- de oat Hace un afio y medio que est4 con nosotros... & los debal hos prob mé 10 abandon6... Lo tenia una sefiora quien recibia un m a ma: 4 as neo afio8 Ja darlo, pero la madre no siempre tenia diners sara pagarie odo por 10 marginaba, lo tenia en Ja cocina en wx cajoneitn, no lo ali- 8 ;enora del

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