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TOMO LIT No. 313 Selecciones dl Reader's Digest DICIEMBRE de 1966 Condensaciones de articulos de interés permanente, coleccionadas en folleto PSSSSSSSSSSSSSOSSS5p LIEGE LEEKS La sabiduria eterna de la Biblia Un conocido siquiatra demuestra la extraordinaria sabiduria de la Biblia, aplicada a problemas que han perturbado a la humanidad desde los albores de la historia y que hoy nos inquietan ms que nunca. Por ez Dr. Smitey Branton L otro dia un nuevo paciente E advirtié que yo tenia una Bi- blia sobre mi escritorio. —iLa Ice usted a pesar de ser siquiatra? —me pregunto. —No solo Ia leo, la estudio —re- puse — No hay manual comparable para conocer el comportamiento humano. Si la gente lograra asimi- lar sus ensefianzas, muchos siquia- tras podriamos cerrar nuestro con- sultorio e irnos de pesca. —éSe refiere usted a los Diez Mandamientos y a eso de no hacer a otro lo que no quieras para ti? —Ciertamente, pero a otras cosas también. Hay en la Biblia cientos de ideas que poseen profundo valor siquiatrico. Consideremos el caso de usted. Hace una hora que me cuen- ta cémo ensayé esto y aquello, y to- do en vano. Es evidente que su preocupacién lo ha Ilevado a un es- tado de gran ansiedad, ino es asi? 57 58 SELECCIONES DEL READERS DIGEST —Por esto estoy aqui —repuso secamente. —He aqui un consejo que San Pablo dio a los efesios —dije, to- mando la Biblia—, Consta solo de cuatro palabras: Apercibidos en to- do, sosteneos. {Qué significa esto? Exactamente lo que dice. Usted ha hecho cuanto podfa, ;qué mas pue- de hacer? gSeguir corriendo de una parte a otra? : Volver a arar el mis- mo pedazo de tierra? Lo que us- ted verdaderamente necesita, mucho més que solucionar ese problema particular, es tranquilidad de espi- ritu. Y la formula es la siguiente: cAlmese, sosiéguese, no se csfuerce ya en vencer esa dificultad conscien- temente. Deje esta tarea a las facul- tades del subconsciente. Este sera capaz de resolver el problema por usted con solo que usted no insista més en entremeterse. Mi paciente quedé pensativo. —Quiz4 yo también deba leer la Biblia —dijo al fin. En verdad, parece absurdo no ha- cer uso de la sabiduria de 3000 afios contenida en la Biblia. Siglos antes de que existiera la siquiatria, la Bi- blia decia que “el reino de Dios esta dentro de vosotros mismos”. Los si- quiatras lo llamamos el inconscien- te, pero solo la palabra es nueva, no el concepto. Desde el principio hasta el fin la Biblia ensefia que el alma humana es un campo de batalla donde el bien lucha con el mal. Los as ee SS SS Ex Da. Smiley Blanton cs director de la Fundacién Norteamericana de Religién y Si quiatria en Nueva York, y autor de varias obras relacionadas con Ia fe y Ia sicologia. Diciembre siquiatras hablamos de los impulsos de hostilidad y de agresi6n que en la naturaleza del hombre se oponen a los de amor. Es lo mismo. Lo que ha hecho la siquiatria es poner en terminologia cientifica las verdades que la Biblia presenta en poesfa, alegoria y parabola. Qué descubrieron en csencia Freud y otros cientfficos? Que la mente hu- mana funciona tanto consciente co- mo inconscientemente; que tam- bién lo hace asi aquello que Ilama- mos conciencia, y que muchas ten= siones y perturbaciones emocionales son ocasionadas por la accién de lo que esta oculto en ella. Resulta en alto grado estimulante leer‘la Biblia con estos rudimentos de siquiatrfa. Citaré unos pocos de mis verstculos favoritos, palabras tan Ilenas de penetrantes conceptos que, en mi-opinién, quien aprecie su salud mental deberfa aprender- las de memoria y repetirlas perid- dicamente. e Abajo estan sus eternos bra- zos, Durante siglos los afligidos han hallado consuelo en esas palabras del Libro del Deuteronomio. Y ello no debe asombrar. Uno de los po- cos temores con que nacemos es el de caer, de modo que la idea de un par de brazos amantes, protectores y eternos, satisface nuestro comtin anhelo de amparo y de seguridad. Ademés, una de las formas més profundas de comunicacién con el mundo exterior es el tacto. Y por ello esta imagen biblica produce una gran sensacién de paz. Quien sufra de tensién y de insomnio, en- 66 saye repetirse a s{ mismo esa frase al acostarse. Acaso le resulte mas eficaz que las pildoras para dormir. © Ama a tu préjimo como a ti mismo. Muchas personas creen que este noble precepto proviene del Nuevo Testamento. En realidad también aparece en el Levitico. Para un siquiatra, lo que encierra de no- table es el reconocimiento de que en un hombre emocionalmente equili- brado debe existir el amor a si mis- mo tanto como ¢l amor al prdjimo. Lavausencia de la propia estima- cion es quizé la perturbacién emo- sional mAs comtin de las que me toca tratar. A menudo es la influen- cia del inconsciente lo que causa ese sentimiento de indignidad. Supén- gase que una mujer viene a verme, agobiada por una sensacidn de cul- pabilidad. Yo no puedo deshacer lo que ella ha hecho, pero si ayudarla quizd a comprender por qué lo hi- zo, y explicarle cémo el mecanismo de su conciencia, actuando por de- bajo del nivel consciente, la trastor- na y paraliza. Y puedo aconsejarle que lea y relea la parabola del Hijo Prédigo. :Cémo podria alguien sen- tirse permanentemente condenado o rechazado en un mundo donde esta magnifica. promesa resuena a través de los siglos: la promesa de que el amor es més fuerte que cual- quier error? © No os acongojéis por el dia de mafiana. Para emplear una expre- sién mds moderna podriamos de- cir: “No te preocupes por el futuro”. La preocupacién causa tensién ner- viosa, y esta interrumpe el caudal LA SABIDUR(A ETERNA DE LA BIBLIA 39 de energfa creadora que emana del inconsciente. Y cuando esta energia disminuye, los problemas se multi- plican. La mayor parte de nosotros sabe perfectamente bien que la preocu- pacién es un sentimiento inttil. Sin embargo, muchas personas se bus- can continuamente motivos de preo- cupacién, “Bfstele a cada dia su pro- pio afin”, dice la Biblia. Ya el dia de hoy trae consigo bastantes pro- blemas que arrostrar y resolver. El nico momento que en realidad vi- vimos es el presente, asi pues apro- vechémoslo lo mejor posible. Ten- gamos confianza en que quien nos trajo aqui nos ayudar4 en las crisis futuras, cualesquiera que sean. “Los que tienen puesta su esperanza en el Sefior”, profetizaba Isafas, “co- braran nuevas fuerzas, ascender4n con alas, como las 4guilas”. ¢Por qué? Porque su fe les ahorra pre- ocupaciones. * Como piensa el hombre en su corazon, ast es él. Esta penetrante frase de los Proverbios da a enten- der que lo que creemos pensar es menos importante que lo que en verdad pensamos. Todos los dias veo ejemplos de esto en mi consul- torio. La semana pasada recibi a una sefiora que se habia casado durante la guerra de Corea. Su marido, ofi- cial de la reserva, ingresé volunta- riamente en el servicio activo, y ha- bia partido cuando su mujer estaba encinta. El marido murié en com- bate, y ella se vio en la necesidad de educar sola a su hijo. Més tarde la sefiora contrajo nuevo matrimonio, 60 ‘SELECCIONES DEL READERS DIGEST pero cuando vino a verme tenia di- ficultades con el muchacho, ya de 15 afios. Resulté evidente que lo tra- taba con dureza y severidad des- acostumbradas. —iPor qué es usted tan estricta con él? —le pregunté. —Porque no quiero que se con- vierta en un nifio mimado —repuso al punto. —2Se le ocurrié alguna vez que cuando el padre se marché por pro- pia voluntad y lo mataron, algo en usted se rebelé, algo que le hacia odiar la memoria de su esposo? ¢Y no es acaso posible que parte de ese odio inconfesado se lo hubiera pasa- do usted al nifio que I le dio, si bien su inteligencia consciente tam- poco quiere admitir esto? Vuelva usted los ojos al interior de su pro- pio corazén y busque alli la verdad, mis alla de las explicaciones que la razén le aconseja. Hasta que no lo haga asi, no podremos adelantar nada. © Donde esté tu tesoro, alli esta- ré también tu corazén. jNatural- mente! {Qué es lo que debemos amar? He ahi el principal problema de la existencia humana, porque tendemos a volvernos un reflejo de lo que amamos. ¢Amamos el dine- ro? Entonces nos volvemos mate- rialistas. gAmamos el poder? En- tonces los instintos agresivos iran poco a poco predominando en nos- otros. gAmamos a Dios y al prdji- mo? jEntonces no es probable que necesitemos de un siquiatra! Los siquiatras prevenimos a nues- tros pacientes contra la ira y la hos- Diciembre tilidad; sabermos que esos conflictos que persisten sin solucién en el sub- consciente pueden ocasionar enfer- medades fisicas. gQué dice a esto la Biblia? No se ponga el sol sobre vuestro enojo. Y dice también: El dnimo alegre hace bien, como una medicina. ¥ asi es. {Las chispas de verdad que brotan de las paginas de la Biblia no tienen fin! Si se me pidiera que eligiera uno solo entre todos los versiculos bibli- cos, élegiria este: Y conoceréis la verdad, y la verdad os hard libres. Tales palabras, en tremenda sinte- sis, abarcan toda la teorfa y el mé- todo de la sicoterapia. Cuando mis pacientes vienen a verme agobiados bajo el peso de una culpa, atormen- tados por la ansiedad y exhaustos a causa de un odio latente, en nue- ve casos de cada diez su conflicto procede de que ignoran la verdad respecto a si mismos. Es misién del siquiatra suprimir el disfraz, el afan de engafiarse a si mismo, rebatir los argumentos racionalistas. A él toca poner los conflictos inconscientes ba- jo el dominio de Ja conciencia, don- de la razén puede arrostrarlos. Co- mo decia Freud: “La voz de la ra- z6n es tenue, pero persistente”. Una vez conocida la verdad, ya puede comenzar la cura, porque la verdad, en efecto, nos libera. Nunca sabremos la verdad ente- ra. Los grandes problemas de la vi- da y de la muerte, del bien y del mal, permanecen atin sin solucién, y asi seguiran, segtin nos lo dice con elocuencia el libro de Job. Pero algo me parece claro: cada uno de nos- LA SABIDURIA ETERNA DE LA BIBLIA stros guarda en su subconsciente las mismas y elementales fuerzas de amor y odio que han inspirado y obsesionado a la humanidad desde un principio. La siquiatria se ocupa €n esa zona oculta del espfritu, a veces con éxito, otras sin él. Pero 61 existe también un libro antiquisimo que trata de ella, que la compren- de profunda e intuitivamente; un libro que durante tres mil afios ha sido, en momentos de afliccién, el apoyo de toda persona suficiente- mente juiciosa para recurrir a él. Si desea reimpresiones de este articulo vea la pdgina 26 Entrega especial: La-vispera de Pascua llegé frente a la casa de nuestros nuevos veci- nos un gran camién de mudanzas que se anuncié con un sonoro toque de bocina. El Sr. Gardner, su sefiora y su hijita, Nancy, de seis afios, salieron al mismo tiempo que tres fornidos obreros bajaban la compuerta trasera del vehiculo con gran estrépito. Entonces de aque- Ila enorme caverna oscura salié un diminuto gatito blanco con una cinta encarnada atada al cuello. Nancy, tomando el felino entre los brazos, bailé de alegria. Se cambiaron muchas exclamaciones de “|Fe- lices Pascuas!” y los del :camién se marcharon entre el rugir del motor y nuevo estrépito de la bocina. Para mis adentros pensé que, por lo visto, el vecino habia resuelto celebrar la Navidad con gran derroche, pues pidid que le entregaran un gato a domicilio por camién. Mas tarde el mismo Sr. Gardner me explicaba asi lo sucedido: —En la confusién del empaque de los enseres domésticos se nos habia perdido Copo de Nieve, y durante dos dias estuve ronco de tanto lamarla. Al fin se le ocurrié a mi esposa que quizd se la hubieran llevado en uno de los camiones de mudanza. Llamé a la empresa, la cual descubrié que Copo de Nieve estaba en una ciudad a 200 kilé- metros de distancia, con el capataz de la cuadrilla. Pregunté si po- drian poner la gatita en una jaula y manddrmela, pero mi interlocu- tor me aconsejé esperar hasta que uno de sus camiones tuviese carga que llevar de regreso a nuestro pueblo. Afortunadamente, trafa carga Para una casa no muy distante de la nuestra. Y una vez que los car- gadores habfan terminado de descargar aquella carga, pusieron a Copo de Nieve en la parte trasera del camidn y nos la trajeron en viaje de lujo. La sefiora Gardner afiadié: —Solo hubiera deseado tener a mano la cdmara fotografica, pues detr4s del camién habfa un letrero que decfa: “Para nosotros no hay carga demasiado grande ni demasiado pequefia”. —FH.

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