Tema Nº3 La evolución del sistema westfaliano en las Relaciones Internacionales
Mág. Jonathan Riveros Ramos
LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Mapa de Europa del siglo XVII
(Mingst y Arreguín-Toft, 2017, p. 24).
LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
I. El mito en RR.II.
Weber, 2010,pp. 6-7).
L A E VOL UCI ÓN DE L SI ST E MA W E ST FALIANO E N L AS R E L ACIONES I NT E R NACIONALES
2. El Sistema Estatal de Westfalia
Se dice comúnmente que la Paz de Westfalia (1648) marca el comienzo de la política
internacional moderna. La Paz fue una serie de tratados que trajeron fin de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que consistió en una serie de guerras declaradas y no declaradas en toda Europa central involucrando al Santo Imperio Romano y varios oponentes, incluyendo los daneses, holandeses y sobre todo, Francia y Suecia. Aunque la transición se produjo durante un período de tiempo mucho más largo, estos tratados ayudaron a transformar una Europa medieval de autoridades superpuestas, lealtades e identidades dentro de un sistema estatal moderno. El llamado ‘Sistema de Westfalia’ que se basó en dos principios claves: • Los Estados gozan de jurisdicción soberana, en el sentido de que tienen control independiente sobre lo que sucede dentro de su territorio (todas las demás instituciones y grupos, espirituales y temporales, están por lo tanto subordinados al Estado). • Las relaciones entre los Estados están estructuradas por la aceptación de la independencia soberana de todos los Estados (lo que implica que los Estados son legalmente igual) (Heywood, 2011, p. 5) LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
2. El Sistema Estatal de Westfalia
La mayoría de los teóricos de las relaciones internacionales ubican los orígenes del sistema de estados contemporáneo en Europa en 1648, el año en que los Tratados de Westfalia terminaron la Guerra de los Treinta Años. Estos tratados marcaron el fin del dominio de la autoridad religiosa en Europa y el surgimiento de autoridades seculares. Con la autoridad secular llegó el principio que ha sentado las bases de las relaciones internacionales desde entonces: la noción de integridad territorial de los estados: participantes legalmente iguales y soberanos en un sistema internacional.
La formulación de la soberanía, un concepto central en las relaciones internacionales
contemporáneas, fue uno de los desarrollos intelectuales más importantes que llevaron a la revolución Westfaliana. Gran parte del desarrollo de la noción se encuentra en el escritos del filósofo francés Jean Bodin (1530-1596). Para Bodin, la soberanía es el "poder absoluto y perpetuo conferido a una mancomunidad". No reside en un individuo sino en un estado; por tanto, es perpetuo. Es “la marca distintiva del soberano que no puede de ninguna manera estar sujeto a las órdenes de otro, porque es él quien hace la ley para el sujeto, deroga la ley ya hecha y enmienda la ley obsoleta “ (Mingst y Arreguín-Toft, 2017, p. 23). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
2. El Sistema Estatal de Westfalia
La formulación de la soberanía, un concepto central en las relaciones
internacionales contemporáneas, fue uno de los desarrollos intelectuales más importantes que llevaron a la revolución Westfaliana. Gran parte del desarrollo de la noción se encuentra en el escritos del filósofo francés Jean Bodin (1530-1596). Para Bodin, la soberanía es el "poder absoluto y perpetuo conferido a una mancomunidad". No reside en un individuo sino en un estado; por tanto, es perpetuo. Es “la marca distintiva del soberano que no puede de ninguna manera estar sujeto a las órdenes de otro, porque es él quien hace la ley para el sujeto, deroga la ley ya hecha y enmienda la ley obsoleta (Mingst y Arreguín-Toft, 2017, p. 23). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
2. El Sistema Estatal de Westfalia
En primer lugar, los Tratados de Westfalia abrazaron la noción de soberanía. Con un solo golpe, prácticamente todos los estados pequeños de Europa central alcanzaron la soberanía. El Sacro Imperio Romano estaba muerto. Los monarcas—y no la iglesia supranacional—ganaron la autoridad para decidir qué versión del cristianismo era apropiada para sus súbditos. Con el Papa y el emperador despojado de este poder, la noción del estado territorial entró en foco y la gente la aceptó cada vez más como normal.
Los Tratados no sólo legitimaron la territorialidad y el derecho de los
Estados —como los principados soberanos, territorialmente contiguos llegaron a ser cada vez más conocidos— a elegir su propia religión, pero los Tratados también establecían que los estados tenían derecho a determinar sus propias políticas internas, libres de presiones externas y con jurisdicción plena en su propio espacio geográfico. Los Tratados introdujeron así el principio de no injerencia en los asuntos de otros Estados “ (Mingst y Arreguín-Toft, 2017, pp. 23-24). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
2. El Sistema Estatal de Westfalia
En segundo lugar, debido a que los líderes de los países más poderosos de Europa habían visto la devastación provocada por los mercenarios en la guerra, después de los Tratados de Westfalia, estos países buscaron establecer sus propios ejércitos nacionales permanentes. El crecimiento de tales fuerzas llevó a un control cada vez más centralizado, desde que el Estado tenía que recaudar impuestos. para pagar estos militares y los líderes asumieron el control absoluto sobre las tropas. El Estado con un ejército nacional surgió como una fuerza poderosa, su soberanía reconocida y su base secular firmemente establecida […]. Las unidades territoriales más grandes obtuvieron una ventaja a medida que los armamentos se volvieron más estandarizados y más letales (Mingst y Arreguín-Toft, 2017, p. 24). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
2. El Sistema Estatal de Westfalia
En tercer lugar, los Tratados de Westfalia establecieron un grupo central de Estados que dominaron el mundo hasta principios del siglo XIX: Austria, Rusia, Prusia, Inglaterra, Francia y las Provincias Unidas (el área que ahora comprende los Países Bajos). Aquellos del oeste (Inglaterra, Francia y las Provincias Unidas) experimentaron un renacimiento económico bajo la égida del capitalismo liberal, mientras que los del este (Prusia y Rusia) volvieron a las prácticas feudales. En Occidente la empresa privada fue fomentada. Los Estados mejoraron su infraestructura para facilitar el comercio y surgieron grandes empresas comerciales y bancos. Por el contrario, en el este, los siervos permanecieron en la tierra y el desarrollo económico fue ahogado. Sin embargo, en ambas regiones los Estados estaban dirigidos por un monarca con poder absoluto (llamados Estados "absolutistas"), con Luis XIV gobernando en Francia (1643-1715), Pedro el Grande en Rusia (1682-1725) y Federico II en Prusia. (1740-1786) (Mingst y Arreguín-Toft, 2017, p. 25). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
3. La política del Sistema Westfaliano: El Equilibrio de poder
Lo que los historiadores describen hoy como el sistema europeo de equilibrio del poder surgió en el siglo XVII del derrumbe final de la aspiración medieval a la universalidad, concepto del orden mundial que representaba la fusión de las tradiciones del Imperio romano y de la Iglesia católica. Se creía que el mundo era como un espejo de los cielos: así como un Dios gobernaba el Cielo, un emperador gobernaría el mundo secular, y un papa, la Iglesia universal. Con este ánimo, los Estados feudales de Alemania y de la Italia septentrional se agruparon bajo el trono del sacro emperador romano-germánico. Al llegar el siglo XVII, este imperio tenía poder suficiente para dominar Europa. Francia, cuya frontera se hallaba muy al oeste del río Rin, y Gran Bretaña eran Estados periféricos en relación con éste (Kissinger, 1994, p. 56). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
3. La política del Sistema Westfaliano: El Equilibrio de poder
Con el concepto de unidad colapsando, los Estados emergentes de Europa
necesitaban algún principio para justificar su herejía y regular sus relaciones. Ellos lo encontraron en los conceptos de raison d’état y el equilibrio de poder. Uno dependía del otro. Raison d’état reafirmaba que el bienestar de un Estado justificaba cualquier medio para alcanzarlo; el interés nacional suplantó la noción medieval de una moral universal. El equilibrio de poder reemplazó la nostalgia por una monarquía universal con la consolación de que cada Estado, persiguiendo sus propios intereses egoístas, de algún modo contribuiría a la seguridad y el progreso de todos los demás (Kissinger, 1994, p. 58). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
3. La política del Sistema Westfaliano: El Equilibrio de poder
A menudo, los teóricos del equilibrio del poder nos dan la impresión de que ésta es la forma natural de las relaciones internacionales, pero de hecho sólo rara vez han existido sistemas de equilibrio del poder en la historia humana. El hemisferio occidental nunca ha conocido uno, ni tampoco el territorio de la China actual desde fines del período de los Estados guerreros, hace más de dos mil años. Para la mayor parte de la humanidad y en los más largos períodos de la historia, el imperio ha sido la forma habitual de gobierno. Los imperios no tienen ningún interés en operar dentro de un sistema internacional; aspiran a ser ellos el sistema internacional. Los imperios no necesitan un equilibrio del poder. Así es como los Estados Unidos han dirigido su política exterior en América, y como China lo ha hecho durante la mayor parte de su historia en Asia (Kissinger, 1994, p. 21). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
3. La política del Sistema Westfaliano: El Equilibrio de poder
Las naciones de Europa no eligieron el equilibrio del poder como medio para regular sus relaciones, dominadas por una belicosidad innata o por un amor a la intriga, muy propio del Viejo Mundo. Si la insistencia en la democracia y en el derecho internacional fue producto del sentido norteamericano de la seguridad, la diplomacia europea se forjó en la escuela de los duros golpes. Europa se enfrascó en la política del equilibrio del poder cuando se desplomó su primera elección, el sueño medieval de un imperio universal, y de las cenizas de aquella antigua aspiración surgió un puñado de Estados de fuerza equiparable. Cuando diversos Estados así constituidos tienen que enfrentarse entre sí, sólo se pueden dar dos resultados: o bien un Estado se vuelve tan poderoso que domina a todos los demás y crea un imperio, o ningún Estado es lo bastante poderoso para alcanzar esta meta. En el último caso, las pretensiones del miembro más agresivo de la comunidad internacional son mantenidas a raya por una combinación de los demás; en otras palabras, por el funcionamiento del equilibrio del poder (Kissinger, 1994, p. 20). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
3. La política del Sistema Westfaliano: El Equilibrio de poder
En Occidente, los únicos ejemplos de eficientes sistemas de equilibrio del poder
se dieron entre las ciudades-Estado de la antigua Grecia y de la Italia renacentista, y durante el sistema de Estados europeos que surgió de la Paz de Westfalia, en 1648. El rasgo distintivo de estos sistemas consistía en elevar un hecho de la vida, como la existencia de cierto número de Estados de fuerzas sustancialmente equiparables, a la categoría de principio rector del orden mundial (Kissinger, 1994, p. 21). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
3. La política del Sistema Westfaliano: El Equilibrio de poder
Tras los trastornos causados por la Revolución francesa y las Guerras
Napoleónicas, los dirigentes de Europa restauraron el equilibrio del poder en el Congreso de Viena de 1815 y redujeron su brutal dependencia de la fuerza, tratando de moderar la conducta internacional por medio de tratados morales y jurídicos. Y sin embargo, al finalizar el siglo XIX, el sistema europeo de equilibrio del poder retornó a los principios de la política del poder, y en un medio mucho más implacable. Eliminar al adversario se convirtió en el método habitual de la diplomacia, y llevó a una prueba de fuerza tras otra hasta que en 1914 surgió una crisis ante la que nadie retrocedió. Europa nunca recuperó por completo el liderazgo mundial tras la catástrofe de la Primera Guerra Mundial. Los Estados Unidos surgieron como país dominante, pero Woodrow Wilson pronto manifestó que su país se negaba a jugar según las reglas europeas (Kissinger, 1994, p. 21). LA EVOLUCIÓN DEL SISTEMA WESTFALIANO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES
3. La política del Sistema Westfaliano: El Equilibrio de poder
En ningún momento de su historia los Estados Unidos han participado en un
sistema de equilibrio del poder. Antes de las dos guerras mundiales se beneficiaron del funcionamiento del equilibrio del poder sin verse atrapados en sus maniobras, mientras se permitían el lujo de censurarlo a su gusto. Durante la Guerra Fría, los Estados Unidos participaron en una lucha ideológica, política y estratégica contra la Unión Soviética, en un mundo dominado por dos potencias que operaba siguiendo principios totalmente distintos de los establecidos por un sistema de equilibrio del poder. En ese mundo dominado por dos potencias, nadie puede decir que el conflicto conducirá al bien común puesto que todo lo que gane un bando lo perderá el otro. De hecho, lo que los Estados Unidos lograron en la Guerra Fría fue una victoria sin guerra, una victoria que ahora los ha obligado a enfrentarse al dilema que describió George Bernard Shaw: «Hay dos tragedias en la vida: una consiste en no lograr lo que más se desea, la otra, en lograrlo» ((Kissinger, 1994, p. 22). BIBLIOGRAFÍA
Heywood,A. (2011). Global Politics. Reino Unido: Palgrave Mcmillan.
Kissinger, H. (1994). Diplomacy. Estados Unidos: Simon & Schuster.
Mignst, K. A. y Arreguín-Toft, I. M. (2017). Essential of International Relations.
(7°). Estados Unidos: Boston University.
Weber, C. (2010). International Relations Theory. (3°), Nueva York: Ed.