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Unidad 6.

La reflexión filosófica en torno


a la creación artística

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1. La experiencia estética, objetos y características: arte, belleza,
artista)
La estética, que etimológicamente significa “doctrina del conocimiento sensible”, es la parte de
la filosofía que se ocupa del arte y de la belleza; la filosofía siempre ha tratado temas estéticos pero
la estética como disciplina claramente diferenciada de otras materias filosóficas, con unas reglas y
principios propios, es de creación reciente, tiene unos 250 años; la estética como tal aparece en
1750 con Baumgarten, con quien el arte y la belleza se identifican definitivamente.

Como ya sabemos, una de las características fundamentales del hombre es su carácter simbólico
que le lleva a relacionarse con el mundo de una manera peculiar, y una de las creaciones donde
más se aprecia el carácter simbólico del hombre es el arte y la belleza.
La experiencia estética tiene una serie de características:

1- Supone una ruptura con lo cotidiano; la experiencia estética independientemente de que sea
visual, auditiva… supone la constatación de que estamos ante algo único que tiene como
nota definitoria el asombro, la experiencia estética nos saca de nuestro ensimismamiento
cotidiano y nos sumerge en un mundo distinto presidido por experiencias novedosas.
2- Es desinteresada; frente a otros aspectos de la creación humana, el arte es algo desinteresado
no tiene ninguna utilidad práctica; no se escucha una canción para ganar dinero, ni para
aprender algo del mundo… se escucha por el propio placer de la experiencia estética.
3- Despierta la admiración.
4- Supone distanciamiento. El espectador de un cuadro o una película distingue perfectamente
el cuadro de un árbol del árbol real que este cuadro representa; es en este distanciamiento
donde se establece ese desinterés del que hablábamos antes.

En la estética hay tres conceptos que son fundamentales: la belleza, el arte y el artista/genio.

1.1. LA BELLEZA

La belleza es una cualidad que hace que atribuyamos a las cosas una característica que a primera
vista no se nos había manifestado, un placer sensorial, espiritual o intelectual: así, si vemos un
utensilio cualquiera, primero pensamos en él como una herramienta que sirve para algo, y sólo
después podemos apreciar en él otras cualidades que no son perceptibles a primera vista. La
reflexión sobre si un objeto tiene una forma determinada y armoniosa, si sus colores conjuntan, si
sus formas son elegantes…, es decir, si un objeto es bello, es una reflexión posterior y desde el
punto de vista filosófico más profunda.
Se han dado distintas definiciones de belleza entre las que podemos destacar:

1- Belleza como armonía y simetría. Esta concepción de la belleza es la propia del mundo
griego; algo es bello porque es armonioso y proporcionado; así una estatua para ser
considerada como bella debe tener una proporción determinada; la cabeza debe ser una
séptima u octava parte del cuerpo y dentro de la cabeza debe haber una armonía entre las
partes de tal manera que la frente, la nariz y la barbilla deben ser iguales en tamaño, esta
concepción de la belleza es deudora de las matemáticas ,según la cual hay belleza donde
hay regularidades y orden, esa es la razón por la que los griegos consideraban el universo
como algo bello, ordenado, un kosmos. Esta concepción de la armonía era pautada por una
serie de correcciones que permitían imitar el sentido de realidad; el arte griego es un arte
que imita la realidad, pero estableciendo en ella correcciones. En esto consiste la mímesis,
en imitar la realidad, pero estableciendo en ella mejoras de tal manera que representan algo

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universal en las cosas. Esta concepción de la belleza es griega, pero se transmitirá a la
historia de la estética apareciendo en otras etapas como el Renacimiento.

2- Belleza como idea; esta teoría es propia de Platón, y considerará que la belleza no es la
copia de la realidad, que para Platón ya es una copia del verdadero mundo, las ideas, sino
que es la manifestación de la idea de Bien. Esta idea se va a mantener en la concepción de
la belleza medieval que cree que la obra de arte sirve para manifestar la belleza de Dios.

3- Belleza como sentimiento. A partir de la modernidad, el concepto de belleza empieza a


cambiar en cuanto que se considera que la belleza no es una propiedad del objeto sino del
sujeto que contempla una pintura, escucha una melodía o lee una novela de manera que la
belleza se torna subjetiva; así la estética se refiere al sentido del gusto, a la capacidad de
sentir placer.

Autores como Hume, defendieron esta subjetividad de la belleza; Kant también creía en el
carácter subjetivo de la belleza, aunque consideraba que todo aquel que considera un objeto
como bello aspira a que ese sentimiento subjetivo pueda ser validado por los demás de
forma universal y objetiva. Este subjetivismo se supera en Schelling, quien cree que en la
belleza y el arte se concilian dos elementos que parecen opuestos, el sujeto y el objeto de
manera que este autor pensaba que la belleza es la manifestación de lo infinito en lo finito.

1.2. EL ARTISTA

El artista es el individuo que crea obras de arte; podemos definir creación, como la capacidad de
producir objetos capaces de suscitar la experiencia de lo bello. No siempre se ha considerado al
artista del mismo modo a lo largo de la historia; en ciertas ocasiones se le ha considerado como un
artesano, alguien que tiene habilidades, y es capaz de crear utensilios, concepción propia del mundo
griego; en la antigua Grecia también se consideraba a los artistas como los intermediarios entre los
dioses y los hombres, los que eran capaces de interpretar la voluntad divina. A partir del
Renacimiento y debido a la importancia del humanismo y la sobrevaloración del sujeto, la figura
del artista cambia y se le atribuyen capacidades creadoras que le acercan a Dios; a partir de ahora
se considera al artista como alguien dotado de una capacidad natural para el arte; esta concepción
del artista culminará en el Romanticismo cuando el artista pasa a ocupar el centro de le reflexión
estética hasta el punto de eclipsar a la propia obra de arte.

1.3. EL ARTE

A lo largo de la historia de la estética ha habido intentos de definir lo que esta disciplina era,
pero sin mucho éxito; cada intento de definir la estética suponía un acercamiento a ella desde una
perspectiva particular; si nos atenemos a las relaciones que se establecen entre el arte, la naturaleza
y el hombre podemos establecer que en la estética hay tres aspectos fundamentales: 1) la relación
entre arte y naturaleza, 2) la relación entre arte y hombre, 3) la tarea del arte.

1) Basándonos en las relaciones entre el arte y la naturaleza podemos distinguir tres


concepciones diferentes del arte: arte como imitación, arte como creación y arte como
construcción.

A) El arte entendido como imitación es el arte de los griegos; esta concepción del arte
supone subordinar el arte a la naturaleza, la realidad; según esta idea al artista le pertenece en el
mejor de los casos el mérito de elegir un objeto al que debe imitar reproduciendo sus
características propias; desde esta perspectiva no sería importante si el objeto a imitar es natural
o no, y el artista tendría un papel secundario.

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B) El arte entendido como creación; el arte entendido como creación es una idea
romántica; el arte es la propia actividad creadora de lo Absoluto porque el mundo es un “poema”,
una “obra de arte”, de manera que la actividad del artista es la continuación, a través del genio, de
la actividad creadora de Dios. Desde esta perspectiva el creador, el artista, es un elemento
fundamental en la estética ya que crea algo nuevo donde no lo había. Ante la personalidad del
genio creador cualquier otro aspecto, los medios técnicos, el formalismo, incluso la belleza, dejan
de ser tan importantes.

C) El concepto del arte como construcción, surge cuando no se considera la actividad


estética ni como pura receptividad ni como pura creatividad sino como el encuentro entre la
naturaleza y el hombre.

2) Basándonos en las relaciones entre el arte y el hombre, podemos distinguir tres concepciones
fundamentales: el arte como conocimiento, el arte como actividad práctica y el arte como
sensibilidad.

A) Que el arte pudiera ser conocimiento ya fue sugerido por Aristóteles, aunque quien
más incidió en el aspecto cognoscitivo del arte fue el Romanticismo que al atacar las formas
convencionales de racionalidad vio en el arte el camino directo al conocimiento del mundo.

B) La adscripción del arte a la esfera de la actividad práctica es la tesis de Aristóteles,


pero es sobre todo la tesis de Nietzsche que consideraba que el arte es la máxima expresión de la
voluntad de dominio.

C) La vinculación del arte con la sensibilidad será la tesis principal del siglo XVIII que
veía en el arte un conocimiento de lo meramente representacional.

3) La tarea del arte. Considerando el arte bajo este aspecto, lo podemos considerar en su nivel
educativo o en su nivel expresivo. El arte entendido como educación, corresponde a la concepción
platónica; según Platón, el único arte que tenía cabida en la polis era aquel que transmitía valores
morales, es decir, el arte que educaba al pueblo, que lo adoctrinaba. La teoría del arte como
expresión consiste en ver en él una forma final de las actividades, las experiencias o las actitudes
humanas; el arte serviría en cuanto que transmite una serie de sensaciones o expresa sentimientos.

1.3.1. Teorías del arte. Hay varias teorías del arte:

A) la teoría formalista que considera que el elemento fundamental en el arte es el elemento formal;
una obra de arte es bella, tiene valor estético, debido a la disposición, la forma, de sus componentes.

B) La teoría que considera el arte como expresión; la forma es importante a la hora de valorar el
arte pero no es el único aspecto que se debe tener en cuenta; la obra de arte además debe expresar
sentimientos o valores; esta teoría es muy compleja ya que nos podemos encontrar con el problema
del subjetivismo, es decir, lo que nosotros sentimos al contemplar una obra de arte puede no ser lo
mismo que sintió el artista o lo que siente otro espectador; así podemos preguntarnos dónde están
los sentimientos de alegría o tristeza, en la obra o en quien la mira.

C) El arte como símbolo.

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2. Teorías clásicas y modernas acerca de la belleza y el arte.

2.1. GRECIA

Pitagorismo. El primer intento de establecer unos principios estéticos se debe a los pitagóricos,
escuela de pensamiento a mitad de camino entre la filosofía y la ascesis, que aparecen en Grecia
antes de Sócrates: Los pitagóricos consideraban que la esencia del mundo eran las matemáticas, o
que todo eran números o que el mundo se podía reducir a número… De esta concepción metafísica,
va a derivar una concepción estética que cree que el arte debe estar sometido al mismo rigor
matemático que el mundo, de modo que los valores que deben presidir la creación estética son el
orden, el equilibrio o la armonía, cualidades todas ellas que serán las notas comunes del arte griego
posterior.

Platón. No sabemos si Platón apreciaba la belleza natural; en alguna de sus obras considera
escenarios naturales pero la belleza que se puede predicar de estos escenarios naturales tiene un
carácter utilitario; sabemos por “La República” que Platón mandaría expulsar a los poetas de la
república ideal, pero lo haría más por cuestiones metafísicas y morales que puramente estéticas.
Platón no tiene una teoría estética entendida como tal y todas sus opiniones sobre arte aparecen
desperdigadas en varias de sus obras como “Hipias mayor” y “La República”.

La concepción estética de Platón deriva de su concepción metafísica, según la cual el mundo


sensible no es más que una mala copia de un mundo inteligible que está más allá de lo sensible; el
mundo sensible “participa” del mundo inteligible en el que están las ideas y una de estas ideas es
la Belleza; las cosas del mundo sensible participan de las ideas y las cosas bellas del mundo sensible
participan de la Belleza, de modo que Platón cree en distintos grados de belleza (el mono más
hermoso será feo si lo comparamos con un hombre bello). Las cosas bellas son objeto de los
sentidos y la Belleza es objeto de la inteligencia.

Basándose en este dualismo metafísico, Platón va a desacreditar el arte griego de su época que
estaba basado en la “mímesis”, “imitación”. La pintura, la escultura que representa a un hombre es
la copia, la imitación de un hombre concreto de modo que esa pintura o escultura es la imitación
de una imitación, es decir es la imitación de los objetos sensibles que a su vez son la imitación del
mundo de las ideas. Así el grado de realidad que tenía el arte era mínimo ya que estaba doblemente
alejado del verdadero ser de las cosas, las ideas.

Esta idea de Platón fue posteriormente reformulada y así en “Leyes” parece apreciar en algo la
música, ya que este arte no debe ser medido por el grado de placer estético que produce sino por
su capacidad de imitar el bien; esta idea favorable a la música se pudo deber en gran medida a la
importancia que la música tuvo siempre en la educación griega; Platón pese a la poca estima que
sentía por el arte imitativo siempre consideró que el arte era valioso cuando transmitía valores
morales elevados.

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Aristóteles. A diferencia de Platón, Aristóteles sí que recoge su teoría estética en un libro,
“Poética”, pero el libro no ha llegado a nosotros completo, de modo que no sabemos hasta qué
punto recoge toda la visión aristotélica del arte y la belleza.

Aristóteles distingue entre lo bello y lo agradable siendo lo bello algo que estimula más a los
sentidos; respecto a la distinción entre la belleza y el bien no parece muy claro, en algunos
momentos parece identificar ambos y en otros los diferencia.

El arte para Aristóteles, como para todos los griegos, es una techne ,y Aristóteles divide los
“objetos técnicos” en aquellos que tratan de completar la naturaleza y los que tratan de imitarla,
que serían los que nosotros consideramos artísticos.

Como la metafísica de Aristóteles concedía un enorme valor al mundo sensible, a diferencia de


lo que ocurría con Platón, su estética también va a privilegiar lo sensible, de modo que las
características de la belleza son las del arte imitativo de los griegos, es decir, el orden, la
simplicidad, el equilibrio o la delimitación; por tanto, para que una figura sea bella deben sus partes
estar colocadas en cierto orden y tener cierto tamaño, no debe ser ni muy grande ni muy pequeña…
Desde este punto de vista se puede entender que lo “feo” tenga cabida en la obra de arte siempre,
y cuando esté ocupando un lugar determinado y pueda coadyuvar a la belleza.

El arte tiene una dimensión epistemológica, ya que en alguna medida sirve para buscar lo
universal, la esencia de las cosas, que ya no está en otro mundo sino en este. Basándose en la
importancia de lo universal, Aristóteles va a considerar que la poesía es superior a la historia ya
que la historia trata de un hecho particular y contingente mientras que la poesía trata de lo universal.

Además de la poesía Aristóteles estudia la música, a la cual considera la más imitativa de las
artes, y sobre todo la tragedia que define en la “Poética” como “imitación de una acción grave y
que, además de grandiosa, es completa en sí misma, en deleitoso lenguaje, cada peculiar deleite en
su correspondiente parte, en forma dramática, no narrativa; con peripecias que provocan la
conmiseración y el terror, de suerte que se cumpla la purgación de las pasiones”.

De esta definición se pueden extraer varias conclusiones:


-la tragedia debe ser un arte grave, noble, digno; el tema del que trate debe ser de importancia,
trascendente (aspecto este que comparte con la épica y que lo distingue de la sátira). L
-la tragedia debe ser completa en sí misma, debe ser un todo orgánico, con un principio, un
desarrollo y un fin, donde cada parte esté en su sitio, es decir Aristóteles entiende la tragedia como
una obra sometida a parámetros matemáticos, simétricos…
-El lenguaje debe ser “deleitoso”, un lenguaje con un ritmo, armonía…
- Un aspecto importante de la tragedia debe ser la trama, la intriga, el hilo conductor que es lo que
vertebra la obra y al que se adecuan los personajes; la trama no debe ser una mera anécdota, los
incidentes que la componen, deben estar perfectamente ligados de modo que si uno se eliminase el
sentido de toda la obra se resentiría; además los incidentes deben estar ligados entre sí por
relaciones causales de modo que unos se sigan de otros necesariamente.

Un elemento fundamental en la estética de Aristóteles es la noción de catarsis que hace referencia


a la intención psicológica de la tragedia; debido a que se nos ha transmitido la “Poética” mutilada
no sabemos exactamente a lo que se refería Aristóteles cuando usaba el término catarsis; la catarsis
puede ser entendida en dos formas: como purificación de las emociones de piedad y temor y como
una “eliminación temporal” de las emociones. La catarsis sirve para que el espectador se conmueva
ante la gravedad de los hechos que son representados ante él (la contemplación del hombre
maltratado por el destino), y se produzca de esta manera un sentimiento de familiaridad, de

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compasión ante los personajes del drama, de modo que el espectador se ponga de parte de aquellos
personajes.

Plotino. Plotino, pensador del siglo III d. C., es el máximo exponente del neoplatonismo; su obra
estética está recogida en las “Enéadas”. La metafísica de Plotino se parece a la de Platón, pero
Plotino va a llevar a cabo una serie de variaciones peculiares: así Plotino considera que detrás del
mundo visible está lo UNO y que, a esta unidad metafísica, trasunto de las ideas de Platón, se
accede a través del NOUS, una especie de “episteme” plotiniana.
Respecto a su concepción de la estética Plotino considera que la belleza procede del mundo
suprasensible y se refleja en el mundo sensorial; esta belleza es la que vincula los dos mundos, el
suprasensible y el sensible, con lo que Plotino parece superar el dualismo platónico. La belleza no
es una relación sino una cualidad, es la participación en la forma ideal; las cosas son bellas cuando
el artista les da una forma de modo que la materia, las cosas sensibles, son redimidas cuando la
forma ideal introduce en ellas la belleza. Plotino rechaza la idea griega de belleza entendida como
simetría ya que si la simetría fuese la característica esencial de la belleza sólo los cuerpos
compuestos serían bellos y no los simples; el concepto de simetría puede valer para caracterizar la
belleza de los objetos materiales, pero no la belleza como tal; de este modo la belleza no es ni la
forma, ni el color, ni el tamaño, ni ninguna de las características del mundo material.

Plotino tiene un concepto “interior” de la belleza, ya que considera que la belleza es creada por
una concepción interior que posee el artista, y que pone en el objeto material; esta idea puede
suponer que Plotino considere que la belleza tiene un componente psicológico, lo cual no se
ajustaría exactamente al pensamiento de Plotino.
Plotino ejemplifica su concepto estético en un ejemplo que se ha hecho famoso; un bloque de
mármol es bello cuando el artista ha introducido en él una idea que convierte el bloque de mármol
en una estatua bella.

2.2. EL RENACIMIENTO

En el Renacimiento se produjo un cambio, probablemente ligado a la aparición del humanismo


moderno, respecto a la valoración de los artesanos y talleres medievales, de modo que la figura del
artista empieza a revalorizarse; el artista ya no es solo alguien que produce un “utensilio”, sino que
su labor debe ser considerada como algo superior a la mera producción.

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2.3. MODERNIDAD

La Ilustración será un momento fundamental ya que es ahora cuando aparece la estética como
parte distinta y bien diferenciada de la especulación filosófica.

Por una lado destaca Winckelmann, cuya labor se centra no tanto en la estética sino más bien
en la historia del arte, y que con su “Historia del arte en la Antigüedad” establece los principios
de los que nos serviremos posteriormente para considerar el arte griego; para Winckelmann el arte
griego es un arte presidido por el orden, la armonía; el mundo clásico es un mundo donde
naturaleza y espiritualidad se unen en un equilibrio perfecto lleno de luminosidad y racionalidad;
esta visión del arte griego duraría hasta Nietzsche pero su influencia aún se deja sentir en nuestra
cultura.

Baumgarten. Baumgarten es el creador de la estética entendida ésta como disciplina autónoma


y con unas reglas y características peculiares; la estética nace en 1750 cuando Baumgarten publica
un libro titulado precisamente “Estética”. A partir de este momento la belleza se considerará ligada
al arte cosa que no había ocurrido hasta entonces.

La aparición de la estética fue posibilitada por la aparición de una concepción de la belleza que
ya no se considera una cualidad metafísica del ser accesible únicamente a la razón; la belleza es
algo más inestable y fuera del alcance de la verdad; esta nueva idea de la belleza fue posible gracias
a la rehabilitación de lo sensible como capacidad de conocer.

Para Baumgarten la estética no puede reducirse a las reglas para producir una obra de arte, esto
sería puro empirismo; la estética es una forma del conocimiento sensible, y por tanto una
gnoseología inferior; la estética no es un saber científico que pretenda conocer las causas de las
cosas, sino que se limita a los valores sensibles de las cosas, de modo que no es conocimiento que
tenga que ver con lo útil, sino con la mera forma sensible; lo importante a partir de ahora será la
pura contemplación de las cosas en su forma, no la utilidad que tienen las cosas o su lugar en el
mundo.

Kant. En sus dos primeras críticas Kant dejó sin resolver el problema de qué mediación debía
haber entre el ámbito de la naturaleza y el de la libertad; para resolver la cuestión escribe la tercera
crítica, “La crítica del juicio”, que trata de dos cosas: del juicio estético y del juicio teleológico;
Kant llama juicio del gusto al que considera una cosa como bella.

Según Kant la apreciación estética es enteramente desinteresada y el juicio estético implica que
el objeto llamado bello causa satisfacción sin referencia al deseo; ej. si vemos un cuadro en el que
hay representado un alimento y digo que ese alimento es bello, pero lo digo movido por el apetito
y el hambre, no estoy emitiendo un juicio estético, de modo que el empleo de la palabra “bello” es
fraudulento.

En la estética de Kant podemos distinguir entre lo agradable, lo bueno y lo bello: lo agradable es


lo que satisface la inclinación o el deseo, lo experimentan tanto los hombres como los animales y
es subjetivo; lo bueno es objetivo y concierne a todos los seres racionales; lo bello es lo que gusta
sin relación a la inclinación o al deseo y es la imagen del objeto referida al sentimiento de placer
que es valorada por el juicio de gusto.

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Lo bello tiene 4 características:
1) lo bello es el objeto de un “placer sin interés”; placer sin interés equivale a decir que no está
ligado con el placer de los sentidos ni con lo útil desde el punto de vista económico o moral.

2) Es bello lo que “complace universalmente sin concepto”; el placer de lo bello es universal ya


que es válido para todos los hombres de modo que se diferencia de los placeres individuales; pero
hemos de entender esta universalidad de forma distinta a como se entiende la universalidad de la
ciencia, ya que es subjetiva en cuanto que se aplica a todos los sujetos.

3) Lo bello es reconocido como necesario, pero como en el caso de la universalidad, se trata de una
necesidad subjetiva ya que se impone a todos los hombres.

4) Lo bello es la forma de la finalidad de un objeto, en cuanto éste es percibido sin la representación


de un objetivo. Lo bello supone un orden, una armonía o un equilibrio en las partes, pero no hay
ningún fin que nos dé la razón de este orden o equilibrio ya que la belleza carece de interés.

Cierta relación con el concepto de lo bello tiene el concepto de lo sublime. Lo bello y lo sublime
se parecen, pero lo bello se refiere a la cualidad más que a la cantidad; además la belleza está
vinculada con el entendimiento mientras que lo sublime está relacionado con la razón. Un ejemplo
de algo sublime sería la contemplación de un fenómeno de la naturaleza como la tempestad en el
mar o una tormenta; estos dos acontecimientos naturales sobrecogen y causan asombro o temor,
pero la belleza no causaría este sentimiento de sobrecogimiento, sino que produce un sentimiento
de alegría positiva y tranquila contemplación; lo sublime rebasa los límites de la imaginación y de
nuestra representación. En lo sublime distingue Kant dos tipos: lo matemático y lo dinámico según
se refieran a la imaginación o al deseo; lo sublime matemático es lo absolutamente grande o aquello
en comparación con lo cual todo lo demás es pequeño (ej. la cúpula de san Pedro); lo sublime
dinámico se experimenta cuando nos enfrentamos con el espectáculo del terrible poder de la
naturaleza y observamos que por impresionante que sea el espectáculo de la naturaleza hay en
nuestra razón y espíritu una superioridad sobre la naturaleza.

Por lo que hace al arte, Kant considera que éste debe estar sometido a reglas impuestas por el genio,
pero éstas no deben parecer impuestas, ya que el genio no es más que el instrumento del que se
vale la naturaleza para dar reglas a la obra de arte. Kant considera, como los románticos, que el
genio se opone a la imitación.

2.4. SIGLOS XVIII-XIX

El Romanticismo. El Romanticismo, movimiento intelectual alemán que se desarrolla entre


finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, va a marcar gran parte de los ámbitos culturales e
intelectuales europeos hasta el día de hoy.

Por lo que respecta al arte el Romanticismo, tuvo una importancia todavía mayor que en otros
ámbitos, ya que a partir de este momento se van a acentuar los valores estéticos como no se había
hecho hasta entonces; pero el Romanticismo no sólo privilegió una concepción estética sobre la
científica que había sido dominante en Europa, sino que supuso ver todo el mundo bajo un prisma
eminentemente estético, incluida la ciencia. Esta revalorización de lo estético se materializa en una
reacción contra la razón ilustrada de modo que se reivindica la irracionalidad (“el hombre es un
dios cuando sueña y un mendigo cuando piensa”, Schelling creía que el Romanticismo era “el
impulso hacia lo infinito” …).

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Hay una serie de pensadores que, aunque vivieron después de que el Romanticismo hubiese
acabado van a encarnar perfectamente el ideario romántico: Schopenhauer, Nietzsche, Heidegger.

Nietzsche. Si la filosofía de Schopenhauer es una negación de la voluntad la de Nietzsche es


justamente lo contrario, la máxima afirmación de la voluntad de vivir, y si para Schopenhauer el
arte tiene validez ya que niega la voluntad para Nietzsche la labor del arte es afirmar la voluntad
de vivir.

Nietzsche consideraba que la historia de Occidente no había sido más que la negación de la vida
y del impulso vital, y que todas nuestras creaciones intelectuales se habían encargado de reprimir
el deseo vital. Entre estas creaciones culturales negadoras de la vida estarían la ciencia, la filosofía
y el arte en su forma apolínea. Nietzsche distingue entre dos tipos de arte en el mundo griego: el
arte apolíneo y el arte dionisíaco; el arte apolíneo es el arte clásico tal como ha llegado a nosotros
a través de Winckelmann, es un arte del orden y de la simetría, de la proporción y de la claridad,
un arte que somete al mundo al orden dictado por la razón, que oculta la vida en su verdadera faz,
como desenfreno y fuerza ilimitada, y cuya máxima expresión es la escultura. Ante este arte
decadente, Nietzsche propone un arte que estaba vigente en la antigua Grecia antes de la
implantación de lo apolíneo, el arte dionisíaco, cuya máxima representación era la música y la
tragedia, y que no negaba la vida, sino que la exaltaba; este arte es un arte que afirma el dolor y el
sufrimiento como características constitutivas de todas las cosas. Este es el verdadero arte según
Nietzsche, un arte que potencia los valores vitales y no los reprime como hacía Schopenhauer. En
la estética no se debe valorar la belleza sino la propia existencia, un arte es más puro cuanto mejor
expresa la voluntad de poder. El concepto que mejor define el carácter dionisíaco del arte es el de
“juego”, que simboliza el acercamiento al mundo desde un punto de vista inocente y primitivo.

Nietzsche como romántico que era pretende que la estética sustituya a otros campos del
conocimiento, y la dota de unas características epistemológicas que la permitan conocer la realidad.
Para Nietzsche el artista no debe copiar la naturaleza (niega así aquel aspecto imitativo que según
él tenía el arte apolíneo), sino que debe transformarla, otro rasgo que le vincula al romanticismo.

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