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CEGUERA DE GENERO. LA FALTA DE CONSIDERACION DE LAS DELINCUENTES FEMENINAS POR PARTE DE LA CRIMINOLOGIA Dawn K. Cecil Profesora de Criminologia Universidad de Florida del Sur 1. Introduccion Durante todo el tiempo en el que las personas han estado examinando la conducta delictiva, se ha puesto de manifiesto que el género es uno de los mayores correlatos del delito. El género y el delito estin relacionados historica y transculturalmente, Con independencia de como sea medido el delito, es un hecho conocido que los varones tienen mais probabilidades que las mujeres de cometer delitos. Sin embargo, mas que para preguntarse por las razones de esta relacién, el hecho se ha utilizado una y otra vez para justificar la ceguera de género inherente al campo de la Criminologia. No obstante, «se deriva un beneficio de la pregunta: Por qué las mujeres, esti tan poco representadas en el delito?, asi como de examinar por qué los hombres estin tan representados» (Flavin, 2004, p. 71). El hecho de no plantear ambas preguntas ha limitado considerablemente el crecimiento de la Criminologia. Desde el comienzo, la Criminologia ha sido un campo dominado por los varones tanto los estudiosos como las personas a las que éstos estudian. Segin Chesney-Lind y Pasko (2004), «a Criminologia ha atraido a estudiosos varones (y algunas mujeres) que desean estudiar y comprender a los hombres que estan fuera de la ley, esperando quiza que se desvanezca parte del romance y fascinacién de este papel. Como resultado, entre las diversas disciplinas, in Criminologia es esencialmente masculina» (p. 2). Esto ha limitado considerablemente nuestra perspectiva y conocimiento de la delincvencia, Esencialmente, la conducta delictiva ha sido explicada desde una perspectiva, aunque se supone que esta perspectiva se aplica a todos los delincuentes. ‘Asi, se trata de un campo influido por una visién esencialista del fendmeno que pretende estudiar. Se trata de un campo que histéricamente ha estado ciego a la importancia de considerar el género, y continiia con esta prictica en multitud de investigaciones criminoldgicas centrales. El objeto de este trabajo escrito en homenaje al profesor Alfonso Serrano Gémez, uno de los pioneros de la investigacién criminolégica en los paises de lengua espaitola, es comentar la importancia del género en el campo de la Criminologia, haciendo referencia a los modos en que el mismo se ha introducido en la disciplina, y ofreciendo un ejemplo empirico que ponga de relieve su importancia. Si bien es cierto que historicamente las mujeres han sido excluidas de los estudios criminolégicos mas importantes, el campo de la Criminologia no ha ignorado completamente a las mujeres, més bien ha adoptado un enfoque bastante sesgado a La hora de explicar los delitos cometidos por ellas. Tradicionalmente, la Criminologia ha considerado a las mujeres de dos modos principales. Las primeras teorias criminologicas se centraron en las mujeres y estimaron que las razones por las que cometen los delitos diferian de las tazones por las que los hombres lo hacen; sin ‘embargo, sus explicaciones eran fundamentalmente estereotipicas e infundadas. En La mujer delincuente, Lombroso y Ferrero (1894) argumentan que las delincuentes femeninas nacen con mas caracteristicas masculinas que sus contrapartes que despliegan una conducta conforme, lo que las convierte en no aptas como mujeres y mas aptas para comportarse como hombres. W.1. Thomas (1923) estimaba que el deseo de la mujer de nuevas experiencias, seguridad, respuesta y reconocimiento explica su participacién en el delito. Thomas creia, por ejemplo, que las mujeres tomaban parte en la prostitucién en virtud de un deseo de amor y no de dinero (Pollock, 1999). Algo mas adelante, Otto Pollak (1950) argumentaba que las mujeres eran més activas criminalmente de lo que cree la mayoria, pero que este comportamiento esta oculto no solo por la naturaleza caballerosa del sistema de justicia criminal, sino también por la capacidad de la mujer de utilizar el engaio y la sexualidad para ocultar la conducta criminal y hacer que otfos hiciesen el trabajo sucio por ellas. Estos son tan solo unos pocos ejemplos de las primeras teorias sobre la delincuencia femenina. Estas teorias estaban infundadas, y sin embargo influyeron significativamente en las percepciones de la gente sobre las delincuentes femeninas y su tratamiento por parte del sistema de justicia criminal. Las obras més modemas tratan de determinar si las teorias criminolégicas tradicionales se pueden aplicar también a las mujeres, lo cual se realiza a través de investigaciones empiricas que incluyen a delincuentes femeninas. Sin embargo, existen una serie de problemas con este enfoque. Las mujeres de estos estudios «simplemente se aftaden al andlisis como seres sin género, o como si fueran hombres» (Daly, 1994, p. 6). Daly (1994) se refiere a esto como «el género afiadido y la postura de alteracién» (p. 6). Este enfoque nos permite apreciar e6mo el género afecta a la conducta delictiva, pero no cémo los factores relacionados con la conducta delictiva afectan a los hombres y las mujeres. Aunque algunos puedan considerar este enfoque como preferible a la exclusin completa o vision estereotipica de las mujeres, sigue limitando nuestra capacidad de comprender completamente la conducta delictiva. Cuando deja de reconocerse que las mujeres y los hombres son diferentes y que experimentan sus vidas de un modo diferente, la imagen del delito desarrollada a partir de la investigacion se distorsiona. A lo largo de los aitos, un grupo de criminélogos, incluidas a titulo meramente enunciative y no limitativo las crimindlogas feministas, han puesto de relieve la importancia de avanzar mis alla de esta perspectiva considerando las diferencias de los delincuentes. A nivel bisico, esto significa considerar las diferencias de género y el modo en que estas diferencias de género modifican el impacto de los factores criminégenos. Su trabajo e ideas se comentarén en un punto posterior. En primer lugar, se comentara un ejemplo empirico para poner de relieve la importancia de moverse mas all del enfoque del «género afladido y la alteraciém» en la investigacién criminolégica y enel desarrollo teorico. 2. Género y desistencia Probablemente uno de los mejores modos de comenzar a entender la importancia de considerar el género en la investigacion criminologica y en el desarrollo te6rico es a través de un ejemplo actual. En 2001 se realiz6 un estudio para examinar si los factores que influian en el desistimiento estaban condicionados por el género (Cecil, 2001). Este estudio puede utilizarse como ejemplo para comenzar a apreciar La importancia de abrir el ojo criminolégico a las diferencias de género en la teoria y en la investigacién 2.1, Antecedentes Desde mediados de la década de 1980, muchos criminélogos han examinado las diversas dimensiones de las carreras delictivas, que se han definido como la «secuencia longitudinal de delitos cometidos por un delincuente individual» (Blumstein, Cohen, Ross y Visher, 1986, p. 12). Algunos investigadores se centran en describir los esquemas globales de las dimensiones de las carreras delictivas, mientras que otros se centran en explicar las dimensiones especificas de un modo teérico. Con independencia del enfoque que se adopte, la mayoria de la investigacion sobre carreras delictivas ha seguido los pasos de la investigacién criminolégica tradicional, sin considerar las diferencias entre delincuentes. Pocos estudios han realizado investigaciones sobre las diferencias en las carreras delictivas por géneros (Steffensmeier y Allan, 1996). Un area en que se aprecia este fenémeno es el trabajo sobre el desistimiento. El desistimiento ha sido definido de muchos modos diferentes, pero se entiende comiinmente que significa el final de una carrera delictiva, Laub y Sampson (2001) comentan que existe una escasez de investigacién sistematica, pero que «los predictores, del desistimiento no parecen variar mucho en virtud de las caracteristicas de los delincuentes» (p. 13). Sin embargo, hasta que exista una investigacién sistematica que examine las diferencias, esta conclusién no puede considerarse definitiva. Gran parte de la investigacién que se ha Ilevado a cabo ha repetido los patrones de investigaciones anteriores sobre Ia conducta delictiva. Para la mayor parte, los delincuentes y sus vidas siguen vigndose como que encajan en un molde modelado mediante el examen de la conducta de los varones. Las muestras utilizadas en la investigacién sobre el desistimiento se suelen limitar a varones. Cuando se incluye a las mujeres, suele adoptarse el enfoque del «género aftadido y la alteracion» descrito por Daly (1997). Esta prictica contimtla a pesar del hecho de que existan pruebas que indiquen diferencias de género en los esquemas del desistimiento (por ejemplo, Kempf, 1990; Tracy y Kempf-Leonard, 1996), y de algunas indicaciones recientes de que existen ciertas diferencias respecto a cémo los factores relacionados con el desistimiento afectan a la conducta de las personas (por ejemplo, Giordano, Cemkovich y Rudolph, 2002; Graham y Bowling, 1995; Uggen y Kruttschnitt, 1998) La literatura criminolégica cita diversos factores que se cree que tienen un impacto sobre el desistimiento, y mas en general sobre la reincidencia. Estos factores incluyen, a titulo meramente enunciativo y no limitativo, el nivel de formacién, el empleo, el matrimonio y la paternidad. Estos factores en particular se consideran importantes desde la perspectiva del control social. Siguiendo el trabajo de Hirschi (1969) sobre la importancia de un fuerte vinculo social a la sociedad, estos factores pueden verse como indicadores de capital social (por ejemplo, Sampson y Laub, 1993) © de estabilidad social (por ejemplo, Weisburd y Waring, 2001). El fortalecimiento del vinculo social o de la estabilidad social en la vida puede lograrse a través del nivel de formacién, de un empleo estable, de un buen matrimonio y de la paternidad. A su vez, estos factores deberian disminuir la probabilidad de reincidencia y aumentar la probabilidad de desistimiento de Ia conducta delictiva. Sin embargo. se han examinado sistemiticamente pocos de estos factores como para determinar si su efecto tiene que ver con el género. Puesto que los varones y las mujeres suelen tener distintas experiencias en la edad adulta, existe 1a posibilidad de que el impacto de estos factores sobre la conducta delictiva no sea uniforme. Relativamente pocos estudios han examinado el efecto del nivel de formacién sobre la conducta delictiva durante la edad adulta, y la mayoria de estos estudios se centran exclusivamente en los hombres (por ejemplo, Homey, Osgood y Marshall, 1995; Rand, 1987; Shover y Thompson, 1992; Thornberry, Moore y Christenson, 1985; Zamble y Quinsey, 1997). La investigacién indica que la formacién puede tener un impacto positivo sobre la delincuencia, en el sentido de que disminuye la reincidencia y esta relacionada con el desistimiento. La investigacion que ha examinado las diferencias de género ha hallado algunas diferencias en el impacto de la formacién sobre las posibilidades de desistimiento (Graham y Bowling, 1995), y el tiempo hasta que obtienen ganancias ilegales autoinformadas (Wggen y Kruttschnitt, 1998). Asi, las pruebas preliminares sugeririan que el efecto del nivel de formacién sobre la conducta delictiva puede verse afectado por el género, pero se necesita mas investigacién. También se ha citado el empleo como un factor importante en el proceso de desistimiento (véase Sampson y Laub, 1993; Shover, 1996; Trasler, 1979). Sin embargo, los hallazgos de la investigacién sobre la relacién entre empleo y conducta delictiva no son concluyentes (Piehl, 1998). La investigacién que utiliza muestras exclusivamente masculinas ha hallado pruebas de que el desempleo aumenta la conducta delictiva (Farrington, Gallagher, Morely, St. Ledger y West, 1986), de que el ‘empleo aumenta las posibilidades de determinados tipos de delito (Homey et al., 1995) y de que el empleo estable contribuye al desistimiento (Sampson y Laub, 1993). En los estudios que incluyen a mujeres se han hallado pocas diferencias de ggnero. Giordano etal. (2002) y Graham y Bowling (1995) no consideraron que el empleo fuese un factor importante a la hora de explicar el desistimiento en relacién ni con los hombres ni con Jas mujeres. Sin embargo, Uggen y Kruttschnitt (1998) consideraron que el empleo tenia un impacto significative sobre el lapso de tiempo hasta la obtencidn de ganancias ilegales por parte de los varones, y sobre el lapso de tiempo hasta los rearrestos tanto de varones como de mujeres. Aungue se ha llevado a cabo mucha mis investigacién sobre la relacién entre empleo y delito que sobre el nivel de formacién, sigue existiendo el problema de que no se sabe lo suficiente sobre si el efecto esta relacionado con el género. EL matrimonio es una de las relaciones de mayor influencia en que la gente se mete durante la edad adulta (Brim, 1973). Diversos estudios criminolégicos han ‘examinado el impacto del matrimonio sobre la delincuencia. Los hallazgos de muchos de estos estudios sugieren que el matrimonio, especialmente un matrimonio estable, tiene un impacto positive sobre la delincuencia y contribuye al desistimiento. Sin embargo, la mayor parte de estos estudios se centran exclusivamente en varones (por ejemplo, Farrington y West, 1995; Homey et al., 1995; Knight, Osborn, y West, 1977; Laub, Nagin y Sampson, 1998; Rand, 1987; Sampson y Laub, 1993: West, 1982). La mayor parte de los estudios que incluyen tanto a varones como a mujeres no examinan las diferencias de género en el impacto del matrimonio sobre la conducta delictiva (por ejemplo, Warr, 1998; Weisburd y Waring, 2001: Werner y Smith, 1992). Los resultados de los escasos estudios que han examinado las diferencias de género son mixtos. Graham y Bowling (1995) y Giordano et al. (2002) ponen de manifiesto algunas diferencias de género en el impacto del matrimonio sobre la delincuencia, mientras que Uggen y Kruttschnitt (1998) no hallan ninguna diferencia significativa de género. La paternidad, al igual que el matrimonio, es un acontecimiento vital normativo importante, que puede tener un impacto sobre la conducta (Adams, 1997). La investigacién sobre la paternidad muestra que cuando alguien se convierte en padre sus actividades, relaciones y actitudes, valores y creencias se alteran (Ambert, 1992). Asi, puede esperarse que la paternidad tenga un efecto profundo sobre la delincuencia y que, debido a las diferencias de género en los papeles parentales, el efecto no sea uniforme. Sin embargo, relativamente pocos estudios han examinado el impacto de la paternidad sobre la conducta delictiva (por ejemplo, Farrington y West, 1995; Rand, 1987; Warr, 1998; Weisburd y Waring, 2001), y menos estudios todavia han explorado las diferencias potenciales de género (por ejemplo, Farrall y Bowling, 2001; Graham y Bowling, 1995; Giordano et al., 2002). En este punto, el impacto exacto de la patemidad sobre la conducta delictiva es desconocido debido a que los resultados no coinciden; sin embargo, los limitados resultados disponibles sugieren que el impacto esta relacionado con el género. Por ejemplo, Graham y Bowling (1995) hallaron que la paternidad tenia un impacto mas fuerte e inmediato sobre el proceso de desistimiento de Jas mujeres. Se necesita mucha mas investigacién para comprender plenamente el impacto de la paternidad sobre la delincuencia, asi como la influencia de las diferencias de género. En general, esta investigacién indica que un examen posterior de cada uno de estos factores resulta vital para nuestro conocimiento del desistimiento; asi, se realizé un estudio para examinar si el efecto de cada uno de estos factores sobre el desistimiento esti condicionado por el género. El objetivo era moverse mas alla del <«género ailadido y la postura de alteracién», probando los modelos sobre los hombres y Jas mujeres por separado para determinar si los modelos utilizados en este estudio estén de hecho relacionados con el género, o si producen un efecto similar con independencia de que la persona sea hombre o mujer 2.2. Bl estudio Este estudio utilizé una muestra de 549 delincuentes condenados por delitos de cuello blanco en el sistema de los Tribunales Federales entre 1976 y 1978. Aproximadamente un 25 por ciento de los delincuentes de esta muestra eran mujeres. Los datos de estos delincuentes se obtuvieron de Wheeler, Weisburd y Bode (1988) y Weisburd, Waring y Chayet (2000). Combinados, estos conjuntos de datos ofecen una cantidad sustancial de informacion sobre antecedentes, asi como un periodo de seguimiento de diez aftos’. En general, el desistimiento se entiende como el final de una carrera delictiva. Sin embargo, no existe una definicién consensuada de desistimiento en Criminologia, y asi el mismo se ha medido de muchos modos diferentes (Laub y Sampson, 2001). Una técnica utilizada para estudiar el desistimiento es examen del tiempo que transcusre hasta que tiene lugar el fracaso, recurtiendo la herramienta estadistica del andlisis de supervivencia. El fracaso se define como el primer arresto posterior a la sentencia correspondiente a una condena por delito de cuello blanco. Se reconoce que utilizar el rearresto como medida de fiacaso puede ser mas indicative de conducta policial en oposicién a una conducta delictiva real; sin embargo, esta muestra no tenia disponible informacién sobre conductas delictivas autoinformadas. El anilisis de supervivencia permite al investigador determinar si las variables independientes tienen un impacto significativo sobre la longitud de tiempo hasta que sucede un acontecimiento (Schmidt y Witte, 1988). De modo similar a lo que sucede en los modelos de regresién, los coeficientes «indican el efecto que tiene una variable especifica cuando el resto de las variables del modelo permanecen constantes» (Weisburd y Waring, 2001, p. 104). Un coeficiente negative indica que el factor disminuye el tiempo hasta el fracaso, reduciendo de este modo las posibilidades de desistimiento. Por otra parte, un coeficiente positivo indica que el factor aumenta el tiempo hasta el fracaso, ampliando de este modo las posibilidades de desistimiento. Se utilizaron modelos diferentes para Jos hombres y las mujeres para determinar si tuvo lugar un efecto relacionado con el _género durante el tiempo transcurrido hasta el rearresto” De los cuatro factores examinados en este estudio, dos fueron modificados por el género, lo que significa que tenfan un efecto diferencial sobre hombres y mujeres. Estos factores fueron el nivel de formacién y la paternidad. Por otra parte, el empleo y el matrimonio no tuvieron una influencia significativa sobre el tiempo hasta el rearresto de los hombres 0 mujeres de esta muestra En general, el nivel de formacién’ aumenté significativamente el mimero de meses hasta el rearresto de Los delincuentes de este estudio, Un examen posterior de los modelos para delincuentes masculinos y femeninos indica que el nivel de formacién aument6 significativamente el nimero de meses hasta el rearresto de los hombres. En » Para descripciones detalladas de la recopilacién de datos véase Weisburd, Wheeler, Waring y Bode (1991) y Weisburd y Waring (2001). * La descripcion detallada de los procedimientos wilizados en este estudio excede el alcance de este wabajo. Para comentarios detallados, véase Cecil (2001). * El nivel de formacién se mide por la titulacién mis alta obtenida, timlaciones que oseilan desde la ausencia de tiulacion hasta el titulo universitari. cuanto a las mujeres, por su parte, el coeficiente educativo es negativo, lo que sugiere un tiempo menor hasta el rearresto, pero este efecto no es significativo. Asi, mientras que un nivel de formacién elevado puede ser un factor protector respecto a los hombres de este estudio, no ejerce una influencia significativa respecto al rearresto de las mujeres. Si el estudio se hubiese basado tinicamente en el modelo general que controlaba el género, se hubiese concluido de un modo falso que la formacién influye en el desistimiento tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres. ‘Aunque no ha habido una cantidad considerable de investigacion que haya examinado el impacto de la paternidad sobre la conducta delictiva, puede esperarse que la paternidad tenga algun tipo de impacto sobre la delincuencia’, En general, los resultados indicaron que algunos de los factores relacionados con Ia paternidad influyeron significativamente en el tiempo hasta que tuvo lugar el rearresto. Mas especificamente, vivir con los nifios aumenté significativamente el nimero de meses hasta el rearresto. Un examen mas en profundidad del efecto de 1a paternidad indica que al controlar el estado civil, el efecto de la paternidad viene condicionado por el género, pero no del modo previsto. Aunque se creia que la paternidad era un factor importante a Ia hora de determinar el desistimiento en el caso de las mujeres, no tuvo ua impacto significativo sobre el niimero de meses hasta el rearresto. En cuanto a los hombres, la paternidad reduce significativamente el tiempo hasta el rearresto. Asi, no se trata de un factor relacionado con el desistimiento, sino mas bien de un factor de riesgo. Una vez mis, depender exclusivamente de un modelo que controla el género hace que creamos que el efecto es uniforme. Por otra parte, los modelos basados en el género indican que el efecto de la patemnidad esta relacionado con el género de un modo muy diferente al previsto. El ejemplo que aqui se ofrece es tan slo un modo de incorporar el género a la investigacion criminolégica, pero puede ensedamos lecciones vitales acerca de la relevancia del género en la investigacién criminolégica. En primer lugar, es importante ir més alli de la utilizacién del género como una simple variable de control, que inicamente permite ver como el género afecta a Ia variable independiente. Cuando nos movemos mas alla de este enfoque de «género aliadido y alineacién», queda claro que los factores que influyen a los hombres y a las mujeres pueden ser diferentes, aunque algunos, por supnesto, son similares. Sin embargo, sin desglosar los anilisis no seriamos capaces de localizar los factores que son importantes para los hombres y las mujeres. Los resultados especificos de este estudio indican que algunos de los factores que se creia que constituian una influencia positiva a la hora de volver a delinquir no fueron importantes en relacién con las mujeres de este estudio. Los modelos de género utilizados en este estudio pudieron mostrar que los factores considerados no tuvieron una influencia significativa sobre el tiempo transcurrido hasta el rearresto de las, mujeres. Estos hallazgos no resultaron en modo alguno inittiles, pero deben considerarse las razones para su falta de trascendencia (cuestién que también constituye un valioso factor afladido a nuestra base de conocimientos). En primer lugar, puede * De modo similar a lo que se aprecia en los trabajos sobre el matrimonio, se tata probablemente de una ccuestién mas compleja que el mero hecho de set padre. Este modelo wata de medir algo mis que la condiciéa de padre, incluyendo tres indicadores disponibles en el conjunto de datos. Estas variables indica sil delincuente es padre, el nlimero de hijos que tiene, y si el delincuente vive con sus hijos. deberse al hecho de que existia un ntimero pequefio de mujeres en la muestra, lo que resulta comin en la mayoria de los estudios de este tipo. En segundo lugar, estos hallazgos pueden ser el resultado del hecho de que la mayoria de las delincuentes femeninas son delincuentes de una baja frecuencia. Un setenta y cuatro por ciento de las delincuentes femeninas reincidentes presentaron entre dos y cuatro arrestos en sus antecedentes penales. Sigue siendo importante estudiar a los delincuentes de baja frecuencia, ya que puede haber diferentes factores causales implicados en el proceso de desistimienio de las delincuentes femeninas de baja frecuencia (Giordano et al., 2002). Weisburd y Waring (2001) clasifican a la mayoria de los delincuentes de baja frecuencia como personas que responden a una crisis o que se aprovechan de una oportunidad. Las personas que responden a una crisis son aquellas que «parecen participar en la delincuencia en respuesta a algtin tipo de crisis pereibida». (Weisburd et al., 2001, p. 59). Las personas que aprovechan una oportunidad cometen un delito cuando se presenta una oportunidad especifica. Puede ser una oportunidad que la persona reconozea por si misma, 0 puede tener lugar a través del convencimiento por parte de otros (Weisburd et al., 2001). Puesto que la mayoria de las mujeres de esta muestra son delincuentes de baja frecuencia, lo mas probable es que estén incluidas en estas categorias, lo que significa que los tipos de factores incluidos en estos modelos no tienen por qué tener necesariamente un impacto significativo en el tiempo transcurrido hasta el fracaso. Por el contrario, las circunstancias inmediatas de la vida (como la salud, el bienestar de los miembros de la familia, el bienestar econdmico) pueden ser mas importantes para los delitos de crisis, y los factores de situacién relacionados con el delito pueden ser més importantes para los delitos de oportunidad. En teoria, esto significa que para las delincuentes femeninas de baja frecuencia que cometen delitos de cuello blanco, los factores de situacién del delito y las circunstancias inmediatas de la vida pueden determinar si alguien contintia con su conducta delictiva. Puesto que es probable que se trate de algo subjetivo (lo que es una crisis una oportunidad para una persona puede no serlo para otra), asi, la capacidad predictiva de este tipo de perspectiva tedrica puede ser limitada Al analizar las diferencias de género, también es importante considerar otras técnicas de investigacién. Aunque los modelos estadisticos independientes puedan mejorar nuestro conocimiento sobre las causas de la conducta delictiva, depender iinicamente de los anilisis cuantitativos puede seguir teniendo un caracter limitador Este tipo de anélisis cuantitativo puede no capturar adecuadamente la naturaleza y relevancia del género en el desistimiento, 0 mas en general, en la conducta delictiva. Por ejemplo, Giordano et al. (2002) no hallaron muchas diferencias de género en su analisis cuantitativo, pero si lo hicieron en su analisis cualitativo. Una informacién mas detallada procedente de entrevistas cualitativas podria asimismo haber facilitado una imagen diferente en el presente estudio; sin embargo, este tipo de informacién no estaba disponible en nuestra muestra. Los estudios cuantitativos nos permitiran buscar relaciones estadisticamente significativas; sin embargo, no son adecuados para la identificacién de mecanismos causales. Por ejemplo, hemos visto en este estudio que la paternidad es un factor de riesgo, pero no somos capaces de determinar qué aspecto de ser padre sittia a estos hombres en situacién de riesgo de una reincidencia mas temprana, Por tanto, los analisis cualitativos, ya sean independientes o se realicen conjuntamente con anélisis cuantitativos, son decisivos a la hora de favorecer nuestra comprensién de la naturaleza relacionada con el género de los factores criminégenos y asociados al desistimiento, 3. Una Criminologia centrada en el género La idea de que es fundamental considerar el género tanto en la investigacién como en la teoria criminoldgica no es novedosa: las teéricas feministas ¢ incluso profeministas han puesto énfasis en este hecho durante alos. La Criminologia feminista surgié a partir del movimiento de mujeres que comenzé6 a finales de la década de 1960 (Klein, 1995). Desde entonces, «han aparecido cientos de libros y articulos que reflejan los avances que el feminismo ha realizado en la Criminologia y en los campos relacionados». (Flavin, 2004, p. 71). El pensamiento feminista trata de llevar a las mujeres «al centro de la investigacién intelectual, no a que tengan el caricier de algo secundario, invisible, ni a que tengan el caracter de apéndices de los hombres» (Daly y Chesney-Lind, 2004, p. 15). Sin embargo, Klein (1995) cree que la Criminologia feminista no ha tenido mucho éxito a la hora de lograr esto. Escribe: «el avance pausado del pensamiento feminista desde el margen hasta el centro por el momento, mas que transformar el centro, ha tenido el efecto de domesticar al feminismo» (p. 219). A pesar de las observaciones de Klein (1995) sobre la lucha de la Criminologia feminista por desarrollarse, otros han considerado que la Criminologia feminista ha experimentado importantes avances. Chesney-Lind y Pasko (2004) comentan que «la Criminologia feminista ha desafiado a la naturaleza masculinista general de la Criminologia» (p. 2). «Demuestra que el género importa, no sélo en términos de la trayectoria de una persona hacia el dalito, sino también en términos de cémo el sistema de justicia criminal responde ante los delincuentes que se hallan bajo su autoridad> (Chesney-Lind y Pasko, 2004, pags. 2-3). Los crimin6logos feministas han contribuido tanto a la teoria como a la investigacién. Desde diversas perspectivas feministas, incluidos el feminismo liberal, el feminismo marxista y el feminismo radical, entre otros, estos criminélogos han cuestionado cémo el género da forma a nuestras vidas y puede utilizarse para explicar el delito y la victimizacién. Existen diversos métodos de trasladar el género al centro de a investigacién criminolégica. Flavin (2004) establece que existen tres enfoques principales. El primero extiende la teorizacién a las mujeres sin considerar en qué medida son diferentes; se trata de la técnica del «género atadido y de la alteracién» comentada con anterioridad. El segundo enfoque consiste en centrarse «en delitos que afectan de un modo adverso a las mujeres, en mayor medida que el modo en que afectan a los hombres, como es el caso de la violencia doméstica» (Flavin, 2004, p. 71). Sin embargo, este enfoque sigue otorgando a los hombres el tratamiento de norma Finalmente, algunos consideran que es importante examinar «a las mujeres en sus propios términos» (Flavin, 2004, p. 71), lo que constituye el area en que se ha experimentado un mayor progreso a la hora de crear una Criminologia centrada en el género. En esta linea, los crimindlogos feministas han levado a cabo importantes estudios cualitativos sobre las vidas de las mujeres para comprender las trayectorias que Jas han levado a la conducta delictiva. La obra de Lisa Maher (1997) Sexed work: Gender, race, and resistance in a Brooklyn drug market proporciona una increible perspectiva acerca de cémo el género da forma a la participacién en el mercado de las drogas, y examina cémo y por qué las mujeres comienzan a participar en el mercado del sexo. La obra de Beth Richie (1996) Compelled to crime: The gender entrapment of battered black women explora la relacién entre la raza, Ia violencia doméstica y la conducta delictiva, que da lugar a la creacidn de su teoria de la trampa de género, cuya finalidad es explicar la conducta delictiva cometida por mujeres de color maltratadas. En One of the guys: Girls, gangs, and gender, Jody Miller (2001) examina como el género da forma a la participacién de las chicas en las bandas. Estos son tan s6lo unos pocos ejemplos seleccionados del trabajo que se viene haciendo en Criminologia. Lo que estas obras tienen en comin es que el género es una pieza central en sus andlisis. Utilizan pequeas muestras y se basan en ricos datos cualitativos para comprender cémo el género da forma a la participacién en los diversos tipos de conducta delictiva. Tan s6lo después de haber Ilegado a este tipo de comprension, podremos desarrollar plenamente las teorias que explican estas diferencias. Aunque los estudios centrados en el género sean importantes para favorecer nuestra comprensin de la conducta delictiva, se trata tan sélo de un paso. No s6lo es importante considerar cuidadosamente las diferencias de género en la investigacién criminolégica, también es importante considerar los otros modos en que se diferencian Jos delincuentes. La vida de una persona viene modelada por cada parte de su identidad, por ejemplo, la raza y Ia clase social. En términos de Daly (1997), «todo el mundo esta situado en una matriz de multiples relaciones sociales» (p. 33); por tanto, es importante mirar més alla de la identidad de género, e incluir la taza y la clase social siempre que sea posible. En otras palabras, es importante examinar la interseccién de género, raza y clase social, a la que algunas veces se hace referencia como desigualdades miiltiples (por ejemplo, Daly, 1993). Segiin Klein (1995), «esto resulta particularmente vital para Jos crimindlogos feministas, ya que en escasas ocasiones pertenecemos a las clases més rechazadas, peligrosas o vulnerables. Llevar a cabo una investigacion feminista inevitablemente va a exigimos ir mas allé de nosotros y asumir las perspectivas de otros» (pags. 221-222). La investigacién de este tipo ya existe y ha hallado diferencias importantes (por ejemplo, Hill y Crawford, 1990; Simpson y Elis, 1994; 1995). A pesar de este hecho, esta lejos de constituir una consideracién central, y parece que no deja de ser un esfuerzo lograr que muchos consideren el género en si mismo y por si mismo, dejando a salvo otras diferencias. Sin embargo, esto puede cambiar. Flavin (2004) comenta que «el cuerpo de documentacién en rapida expansion sobre las mujeres y el género sugiere que los dias en que un crimindlogo va a poder hacer pasar un estudio sobre hombres como un estudio general y generalizable sobre el delito estin contados» (p. 68). Sin embargo, puesto que muchos criminélogos no tienen una comprensién sélida de la Criminologia feminista, es probable que esta practica continiie. Esto se debe en parte al hecho de que la mayor parte del trabajo feminista aparece bien en publicaciones especializadas o en libros, lo que limita su accesibilidad @ muchos crimin6logos (Flavin, 2004). Asi, para llegar a entender realmente la conducta delictiva, no sélo es importante para la futura investigacién criminolégica considerar la importancia del género: también es importante trasladar esta comprensién al centro de investigacién criminolégica. Tan sdlo entonces tendremos una auténtica perspectiva de la naturaleza de la conducta delictiva y sus causas. 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