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Captrete + POSIBILIDAD DE CONOCER LA VERDAD Antes de asmarns al amplsimo panorama dels sede elie por Dior ye hr propuctae por el Mic [tes obeal des Ipomoea coger doris de fsa lea en torn a apt naturel el rtedinsents iso ronan dela ed ere {hp prt el cooocmieta dee verde ao ‘ea Teponie dar un tly ro en el camino del canoe iio Sp ey ete neater en El conocimiento de Ia verdad en general Bq. 1. La Iglesia catélica ha ensehado siem- pre que el entendimiento humano puede alcanzar tun doble orden de conocimientos, completamente istntes por su principio y por su objeto: el de la simple razén natural, que se refere a las verdades puramente naturales, y el dela fe, que se refiere a las verdades sobrenaturales que Dios se ha dignado revelara los hombres (Vaticano I, 1795). 2. La fe y Ia razén no pueden jams disentic cote io que, al conta, we prestan musa ayuda, ya que la recta razén demuestra los fun ‘mentos de la fey cultiva la ciencia teolégica ilumi- hada por la Juz de la misma fe, y la fe, por su parte, libra y defiende 2 la razén de muchos exrores y la provee de miltiples conocimientos que jamés hue biera podido aleanzar por si misma. Por éso la Tgle- sia no se opone fi se ha opuesto jamés al cutivo de las ciencias y disciplinas humanas, sino, mis bien, las ayuda y fomenta de mil modos. Sin embar- go, aun reconociendo la justa libertad y autonomia de lasciencias humanas en su propio campo, vigila ‘cuidadosamente para que no incurran en efror al Ca. Posibildad de conocer Is erdad 107 retender oponerse a la docrin revelada por Dios Prem el que fo cabe contradiceign—o al aspasar sum propie limites invadiendo el campo de la fe (Vaticano I, 1799). SL simple rizén natural, sin necsidad de las ucts de la fe, puede demostar cualquier verdad poramente natural, racional 0 moral. Por lo mismo, [razon natural pede poseer I ienia de los prin- cipioe metafisics, al como de lan verdades que de bs dependen, como clencia completamente dis: fine Sola telogi sobrenatural qe se funda en la ‘Sina revelacion (Tens catcicas sureritas por Beu- fain, 1632 nota). ‘La filofla reconocidey aceptada por la Teltsia no s6lo defiende el verdadero y auténtco ‘lor del conocimiento humano, sino también lo Drincpios metafiscos inconcusen—a saber, los de Frzonsufclente de cavsalidad y alidad— inal- ‘Pente, la conscccign de la verdad cera e inmu- ttble (Pio il, 2320), El conocimiento de las verdades religiosas om). El ieioiniito pce demerrar co catana li exatenis de Dee, nespistald del ‘alma y la libertad del hombree (Pio IX, 1650). 3 "Laas natural puede concer co ontza la titenin de Biw¢ ino demote rea Ghendode la divin revelacn yn lsu de a ee ‘suo ine av Di vi y wren Cer y sede mao pSch ex tet snc por ek Seite neats Sree eer elo acer dinSiee BEG Es kan Se, Se Oy ate peas es Sis fase rho eae me sree area ans Elsa eee a Escaneado con CamScanner 108 Pui, La docrina oficial de a Ilse ria diving, puede demos by existcnca de un Dis pr ‘Eta por argusetos acted acon reas (oT, =) 3. Por lo mismo, hay que rechazar en absolut, coma heréticos, el atismo, el agnosticismo y la nega in de a telogia natural (ct. Vaticano I, 1801-1806; San Pio X, 2072) '4-_ Aunque Dios puede ser conocido con certe- za por la simple razén natural, se ha manifestado también par medio de la evelacién sobrenatural: “La min ta ate ies nen 9 ee ue Dio pence as Ste mare cae ee EG fondo ina ae ‘Sur craan: Sn caine, plo owe etlurey bended See eer fms Sek ene a ae SNe eee eee Senne UR ici Se hae anaes Se Ss Sis mone peace Fence ie mn Ni data aes ace ta rap aa Cariruto 2 LA DIVINA REVELACION Expondremos ordenadamente la doctrina de la Iglesia sobre los principales puntos relativos a la divina revelacién, base y fundamento dela fe cris- 1. Posibilidad de la divina revelacién 91, Sialguno dere que no es posible o que no convene que el hombre sa ens por mete ds In fevelacion dvinaseerea de Dion y Gl culo Que debe teibutirsele, sen anatemar (Vatican 11809) 1 Silane ete gue el hombre no pede er por la accin de Dioe levantado a un canocmnienty perfeecén que supere la natural, sino que puede C2. Ledivina reveacén 109, dsbefinalmente lgar por si mismo en const Xe propre a poesia de toda verdad y de todo bien, ben antes» (bi, 188). 2. Existencia de la misma 4Quiso,Dios, con su bondady sabiduriare- cdi SU siem’y manifotar ef seo des Yoluntad (¢& Ef 19) por Casto, la Palabra hecha ame, y con el Espiritu Santo, pueden os hombres flor hota el Pace y participar de la naturale ‘Selma (el El 248; 2 Pe 4) Ea esta cevelacion, Die nvtible (, Col taht Tim 1.17), movido Bevzmor, habla fos hombres como amigo (cf. Ex SoanTa get, tata con elo (c. Bar 338) Bas tarde y reiiros en su compadia. La re- eaein se reaen por obras palabras intrnseca Tete Igudas ls dors que Dio relia en a bis- Tiss det is alvacion tansy confrrnan. la ‘Boeina ys realdades que las palabras sigfcan; S.No ver ls palabras proclaman las obras y expic Lun Aine, Ln verdad profonda de Dios y de iat dl sombre que waste be ve ThSiavtesplandece en Casto, mediador yplenit 25 toda in revelacone (Vartcano Il, consttcisn Dai Vebum, m3). 3. Finalidad 493. «Por medio dela revelacién, Dios quo ma- pila mio ys plans laa bo; bre, para que el hombre ae Baga pa ie Bienes divines, que superan totalmente la nteligen- Gi humanay (Vaticano Il, ibid, 1.6) 4 Necesidad xa ving evel y au ant cittimente que aquello que en las coms divinas ce de tuyo maccstble la razén humana, pueds Escaneado con CamScanner MO Pl, Le doing ofl de a Iglesia se copcido por todos, aun en Ie pretete cond cidn del género humano, de modo ficil, con firme ‘certeza y'sin mezela de error alguno. Sin embargo, no por ello ha de decirse que lz revelacién sea ab- solutamente necesaria, sino porque Dios, por su in- finita bondad, ordené al hombre a un fin sobrena- tural, es deci, a participar bienes divinos que s0- brepujan totalmente Ia inteligencia humana, pues, ala verdad, ni el ojo uo, ni el ofdo oyé, ni vino a la tmante del hombre lo que Dios ha preparado para los {ue le aman (1 Cor 2,9) (Vaticano I, 1786), Sin ls divina revelacién, el hombre no hubiera podida lega jams al conocimiento de las verdades sobrenaturales en ella contenidas. He aqui la decla- racién dogmitica del concilio Vaticano I que ya hemos citada ms ariba ‘Sislruno dere qu el hombre no puede ser por la aecién de Dis lends aus cvocients 9 perfec gue pee {a natural ino que puede y debe lear finalmente or i ‘imo, en conse progres, 2 powsisn de tod verdad y Sto bien, sx spate (Vaan 1 1803). 5. Propiedades Las principales propiedades dela dvina revel ciém son dow scbrenatralided e inmutablidad. §. 4) Someenatunasinan.—La revelacin, estictaente dicks, es eobrnaturl (Vaticano T, T78se). Por lo mismo, no puede desearse con las ‘Keres puramente naturales, ya que ls trssende iniamente (Bio VI 15:8) La fen la divna re wet erent dt dl conocmito Iheramente natural de Dios y de las cooas morales (atiano I, 181). La fe exh por encima de nr 26n, aunque nol contradice (Bo IX, 163s; Vacs aol. 96. 6) owramtioan —S alguno dere que puede suceder que, segin el progreso de la cier a 2, ta ivina ree mt haya que atibuir alguna vez alos dogmas propes- MPEG Talent un venti distinto del que enten~ Se coca la minma Iglesia, oea anateray(Va- tieano 1.3818). En ecto: adoctna def que Dios ha rvelado no sat deka seer. ee io eameyaa «oe os Reto wa wi gl eh reo ivy dea prea arson teen lec, Gos Men oven ay Sah sree a eh es en See Pita ime sce La esoen es te ans ee Gaer i Pe Ee Cnet) tn sa i Sh it ne gir glee: i So ate Ser sable eit hei {sia (Pio TX, 3802 modern) ‘Por lo mismo, rechazo la invencién herética de Ia evolucién de los dogmas, que pasarian de un sen ido a otro diverso del que primero mantuvo la Iglesia (San Pio X, 2143). 6. Ambito de la revelacién on. La ivna revi refer a dbl all ac conosinsntonoverdne a), Venous wavnits, qv de yo no sup: atlas fuerzas de la razén (v.gr., la existencia de Biota cpintnice de aoa sk) peo que e ert que Die eee ope Sew octan, Escaneado con CamScanner MD PUL, La dovtrns oficial de le Iglesia set conocidas por todos de modo ficil, con firme certeza y sin mezcla de error algun» (Vaticano I, 1786). ) Misrantos rstmictanenre TALES, 0 sea, ver- ddades sobrenaturales que trascienden por completo Jas fuerzas de la razén natural y, por lo mismo, ja- ims ef hombre podria descubritlas por si mismo, ‘Tales son, v.gr, el misterio de la Santisima Trini- dad, la transustanciacién eucaristica, ete. He aqui la efinicién del conciio Vaticano T sobre la existen- cia de esta clase de misterios: Estos misterios no solamente trascienden el en- tendimiento humano (ibid., 1796), sino también la inteligencia natural de los ingeles (Pio IX, 1673), ¥y Permanecen cecuros—por su propia elevacién y sgrandeza—incluso después de la revelacion de los tmismos (Vaticano 1, 1706) Sin embargo, los mistetios de la fe, aunque su- pperan inmensamente Ia simple razén natural, ja- this la contradicen. Escuchemos de nuevo al con- cio Vaticano I Per, aungue a fe ete po enc de a rani in emba ago unguna tenaters diame, pure drs jd ete REV‘LNaron, como quite que el mime Dio que revel = faut tfunde fe pao deny del alma hua tafe ‘SeiStaae, Diss to puede mewrse aS mis la verdad ‘Setradecir unas a In ra Ars feu la vane ofr ‘Sst Cndracictin se ongna principales © de que ‘fgets de ae no hans eter ¥expueto epi netted a iglew,o equ las tas e le opiones st {nul por attr ani Apacs tala seo er ‘Nit sda dela fe nada din ue sh ‘ont Jan (aticne etn) C2. Ledivina reveaion aa ‘A continuacién, el concilio Vaticano I ensena que la fe y la razén, lejos de oponerse entre si, se ayudan y favorecen’ mutuamente: + nos no pueden janis deni entre sla fy laa, sing que, al ontario, e prestan muta ayuda ¥2 Que recta ‘ann demuestra lee fundomentor del fey cule fine {olopesihminada por I hy des ma ey Fe, por faite; litsay dofende sf razsn de muchos erores ke {ec de mths conocimientos que junds hubs pido Mint port mamas (Vatiano fs 1799 7. Fuentes de la divina revelacién ‘98. La carta a los Hebreos comienza con estas palabras: ‘Muchas veces y de muchas maneras hablé Dios fen otto tiempo a nuestros padres por ministerio Ge les profetas; Utimamente nos hablo por su Hijo, fa quien constituyé heredero de todo, por quien también hizo los sigloss (Heb 1,1-2) ‘La divina revelacion ba egado hasta nosotros por dos conductos igualmente ciertos e infalibles Er'Sagrada Escritura y la. Tradicén cristiana con- trolada por el Magisterio infalible de Ia Iglesia (Trento, 783; Vaticano 1, 1787) 1. Fuente creas by Sagrada Bseritura 5. a) Esvécoxerrrins por libres cans i2t de ambeo Tentmentes Cent #8). ee TRalsfneres en tea umf, ba ac tas come agin y canoes G2) I) Tnsnmacten.—-Dine ex ch autor de ambos ‘Tedtaton{Tret, 78 to on Hon ei onli Fltetins 70), dco pote Bit Sant Len All, ogy goo alee fguder oes (Wateano 1189) degre nine sonertimset ee Paie Escaneado con CamScanner 1k PLL Le deta oficial ded Ilsa testigos de la fe—y el sentir de la Tlesia, maes- tra infalible de la verdad (Trento, 786). He aqui, sobre este punto interesantisimo, las palabras del cconcilio Vaticano T renovando las promulgadas en Trento: ‘Mas como quer que hay lgunos que exponen deprav mente fo que el santo conc de Tver, pare tea & linge petslante, saluablemente dees tbre Ie ‘eipeacen de la Eseritars divina, Nos, renovando emia ‘trt, desaramon que su ment esque en matein Se fe sins do saben een din ce {anu hae tere por verdadero sentido de la Sapada ‘Sura aguel que sitive ysoriene In ant made Iles, ‘ents jar del verdadero seid e interpreta int Hsontra arta or tanto, nade e Mate interpetat [i mina Eset Sagrada conten este sentido ni tampon lotr el sentir uniime de Toe Paras (Vata I, 788). 4) _Twennancta—La Sagrada Eseritura no eon tiene ningin error ado or que Ilsa recibe emo sagrador yc sce aden herent et ie for sca de Esit Santa tan lw ent gu ving "Sn pr svn gos Gn mo ‘Glo excye todo ror, sino que foe expe y rechara fan ‘Seen coms cao aoe Ds, Verda sem, ‘Sosa aur Ge enor alguna (beso XI 1950. El concilio Vaticano TI ha recordado en nues- tos dies esta verdad con las siguientes palabras: ‘Como todo lo ae afemaa os alifurafos,o autores nie sa fa Ee ry ove oe ‘eon concn ty an eon verdad ‘Ep coignar en chose por slacicn nue (VAT- ‘hs Icons Det Verb 8.11). Sin embargo, hay que tener en cuenta que Ia Sa- agrada Eseritura no trata de revelarnos los secretos Ge las ciencias homanas ni los misterios de la na turaleza, sino Gnicamente de ensefarnos el camino del cielo en un lenguaje accesible a los hombres. Por lo eval, los hagiégrafos emplean a veces un Tenguaje metaférico 0 popular, que no debe inter- 2, Le diva reelacién as pretarse tal como suena, Escuchemos de nuevo al tnmortal pontifce Leén XII: sto extores grade, 0 mie enactments, el Exirita de'Din qu por meds deco falas o0 qu saves oe Nemes en conn (ce deci aint consis, de fe ‘entre lop masmos hombres mls inpusstce en cieniat (etn Xin 94 Teniendo esto en cuenta, se resuelven sin di ficultad todos los conflictos aparentes entre la cien- cia ola historia y las enseftanzas de la Sagrada Es- crit, 2 Fuente hablada: la Tradicin cxstiana 00. La divina revelacin se transmite también por medio de la palabra de generacién en genera cién, bajo la vigilaneia y el control infalible de la Iglesia. Escuchemos al concilio Vaticano T reno~ vando la doctrina definida en Trento: {2a rela shat ein fe de I Ws phn Searia fr els ota See et gi iteron para discemie si una determinada joctrina pertenece 0 no a la verdadera tradicién ‘ral son principalmente los siguientes: 4) El Magisterio ordinario de la Iglesia exten ida por todo el orbe (Pro IX, 1683). 'b) El consentimiento uninime de los Santos Escaneado con CamScanner 16 Pl, Ladecrna oficil de te Iglesia Padres, testigos de la Tradicién (C. de Letrén, 270; C. de Nicea Il, 303). 3+ Escricura, Tradiciin y Magiserio or. El concilio Vaticano II, en su constitu: in dogmética Dei Verbum sobre la divina revela cidn, establecié con toda claridad y precision las relaciones mutuas entre Tradicién y Escritura en los siguientes términos: La Traicin y Ia Barta eatin estrechamente unas y Sompenstrads; mansn Ge Iara fuente une un Faismo eal, coren aa ef miso fine Ls Sagrada Ee fara sla alaen de Dior en cunt excita pot inopiracin ‘ist Esplty Sante, La Teasctn recibe la pabra de Dios ‘ncomendada por Crist y el Expire Sant tio Apcatols, la tarsmiteftogra ls sucesorer, para que sl ums Tudos por el Esinta de verdad, la coracren, In exponga {le ifn femente en su pocacn. Por eo silos fo sca exclsvamente de ln Bnetaraf reas de odo ‘eveldo, Y ab, amas se han de seit 9 reetar con el ‘mismo espita de devoeine(Varicaso Il, De Ven. A continuacién, el propio concilio Vaticano IL sefald cuidadosamente las relaciones fntimas entre las dos fuentes de la divina revelacién y el magis- terio de la Telesia: sa Traci yl Eartura constityen el dept sags do dela flabra Dios, condo ala Iglesia, Fel «dio ‘pista, el pura critane entero, undo 3 sur pstore, bpetavor sempre ea ln doing epowtalica yn ean hls corre y la omacin (cl Act 242), 9 as Se tealae ‘a marae eoneordia de pastores files en conserva, Pacteaty profes fe recs El ofc de interpre sutnicmente la palabra de Dice, coal eset, ba td encomando sncamente 3 Mage Ho de a Taeai, Pero el Magiatero no etd por encima de ‘a parade Des, sino a su serio para ens puramente Ip earamitdo, pues por mandato divine Y eon la aaitecia el Esprit Sito lo exch devtament,o catia cl Samente, lo expla felmentey dette cept de af aca ‘odo lo ue prone como revtads por Doe par et redo ‘Apes Traicon, a Esra y el Magiaterio de Inles,negn el plan prudent Se Dio etn unio li 3. Dios nue y rina at os de modo que ningeno puede subitic win le otros: Jw tres, cada uno begin su carcter,y bao la cca del ania Espirit Santo, contibuyen efcamente Ta lv aman (Varicino Il, Det Vebum 1.10) 4+ Inexinencia de otras foentes 102. La divina revelacién esté contenida exclu- sivamente en la Sagrada Escritura y en la Tradi- cidn apostélica (Trento, 783) y terminé definitiva- ‘mente con los Apéstoles (San Pio X, 2021). Por eso la fe cristina es inmutable (Vaticano I, 1818), aunque es posible el progreso en el conocimienta cada vez mis pleno de las verdades reveladas (Va- ticano I, 1800). if Fi Capiruvo 3 DIOS UNO Y TRINO 103. Casi todos los diferentes Credos 0 Sin bolos de la fe que la Iglesia ha ido promulgando 2 través de los siglos comienzan con la proclamacisn de la existencia de Dios, uno en esencia y tino en personas. Es, sin duda alguna, el dogma funda- ‘mental, base de todos los demas. ‘Vamos a exponer la doctrina catélica sobre la uunidad y trinidad de Dios a base exclusivamente de los documentos oficiales de la Iglesia. Entre pa- réntesis indicaremos, como de costumbre, el nd- mero del Denzinger donde ee recogen dichos do- ccumentos, 1. Existencia y conocimiento natural de Dios ro4. 1. La santa Iglesia eatdica, apostlica y romana eree y confess que hay un solo Dios verdadero y vivo, Creador y Senor del ciclo y de Ia tierrar (Vaticano I, 1782) Escaneado con CamScanner

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