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88. discipulo, los cuales asentaron en sus obras doctrinas humanita: ias, condenando las guerras crueles que log j ine castellanos emprendieron en el Nuevo Mundo, con el pretesto de introducir el cristianismo. Victoria, en una Todavfa en tiempo de Tor- quemada era costumbre que todas las mafianas se juntase la gente en los patios de las & cantar iglesias la doctrina y ensefiarla 4 los nifios; * y decimos can- tar la doctrina, porque los misioneros para facilitar su 1 Loo. eit, eap. 18. 2 Motolinia. Pag. 30. 3. Torquemada. Loe. cit. Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM 09 © los ning igang mada refi § paulres les Confutando Wi 0) los erros Y pecados, -y enga do por dig- mentirosos, Fenians ban en los gran mul- cantando y Tor. pode Tor- iianas at cimnos calle facilitar st Odelidia. 123 ensefianza, arreglaron 4 la miisica las oraciones y catecismo catdlicos. * No obstante los esfuerzos de los religiosos, y cuan- do ya ereian haber adelantado mucho en su empresa, fueron descubriendo, con el mayor pesar, que los in- dios se juntaban en el silencio de lanoche para cele- brar sus fiestasidoldtricas, cosa que no pudieron estor- bar sino 4 los dos atios de predicacion; y sin embargo todavia los indios se valicron de otro medio para con- tinuar en su antigua religion, y fué ocultar los {dolos al pié de la cruz y de las imAgenes catdlicas para adorar aquellos fingiendo que adoraban las ot tianismo duré cinco atos;* pero despues de ese tiempo, fud Esta frialdad de los indios en abrazar el ¢ haciendo tales progresos el cristianismo, que 4 cosa de 1 rales parecian del todo convertidos, segun nos los quince 6 veinte afios de la conquista los natu- pinta el P.Motolinia; y una prueba de ello es lo que en otro lugar dijimos, 4 saber, que en quince afios se bautizaron mas de nueye millones de personas, ase- gurindose que en tiempo “de Felipe II ya todos los indios quedaban bautizados. ‘ Gomara dice que en su tiempo no quedaba por Bautizar nadie en cuatrocien- tas leguas muy pobladas de gente. ° Carta del P. Bolonia en Ternaux, vol. 10, Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM 124 Era tal, en efecto, el empefio que los indios mos- traban por recibir el bautismo, que ocurrian 4 los frai- Jes no solo los dias sefialados sino diariamente. En los caminos salian 4 encontrar 4 los religiosos con los ni- fios en los brazos, y con los enfermos 4 cuestas pidien- do el bautismo con lagrimas y ruegos, y hasta de ro- dillas. Una vez, con motivo de la duda que se ofrecié sobre el modo de bautizar 4 los indios, se suspendid la ceremonia del bautismo por algunos dias; pero era tanta la ldstima con que le pedian, tales sus lagrimas y congoja, que hicieron Jlorar 4 muchos de los espa- fioles presentes. Era entonces la estacion de las Ilu- dul vias, y sin embargo Ilegaban los naturales 4 pedir el res bautismo de tres y cuatro jornadas, pasando rios y P arroyos con peligro de sus vide En ninguna ma- desar nera nos iremos, decian 4 los religiosos, aunque se- | Ios in pamos que aquf nos tenemos de morir.’”* Algunas «nara veces los caciques se presentaban 4 la cabeza de rodea treinta 6 cuarenta mil personas para hac: tizar. * « W e bau- 7} serme El sacramento de la penitencia comenzé 4 admi- nistrarse en Tezcoco en 1526, y le recibian los indios con no menos fervor que t bautismo, siendo tantos los que se iban 4 confesar, que segun la expresion del ee Motolinia, “hacen senda como hormigas,” no tenien- 4 do embarazo en andar quince 6 veinte leguas para Ile- 1M 1 Motolinia. Pig. 107 y 115 re 2 Carta del P. Bolonia, Op. cit., pig. 219, Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM 8 Indios mnog lan & log fief Mente, Ey Wi scone af estas pidiey y hasta tend que se oft etl pend ed sus ligrima dia eos exp iN les & pic on de | asando rios J ninguna ma aague se 2 Alena In cabeza dt hacerse bau} 26 4 aden ian los indo jendo tantoy xpresion del as para let 125 gar 4 los pids del confesor.' Vefanse hasta mil y dos mil indios perseguir & los religiosos pidiendo la con- fesion, abandonando por conseguirla sus casas y ha- cienda La Euearistfa no se daba al principio sino 4 uno que otro de los naturales, muy escogido, pues no se les ereia con la capacidad de recibirla, hasta que Pau- Jo TIT dié una bula previniendo que no se les nega- se.* Des mucha devocion, y la mafiana que habian de recibir el drillas, vestidos de limpio y ataviados con sus mejo- res ropas. * entonces los naturales comulgaban con amento se les veia venir 4 la iglesia, en cua- Pero lo que costé gran trabajo 4 los misioneros fué desarraigar el uso de la poligamia: 4 todo eran déciles los indios, 4 todo se prestaban; pero ;e6mo abando- nar aquel jardin de flores de que cada uno se habia rodeado? No bastaban ruegos, stiplicas, amenazas ni sermones para que los naturales se contentaran con una mujer, y solo el tiempo y la constancia de los religiosos pudo extirpar aquella costumbre, no obs- tante que 4 poco de llegados los frailes, en 1526, dié el ejemplo dé casarse, conforme 4 los ritos catélicos, el hermano del rey de Tezcoco.° Decian los indios, en Motolinia. Pag. 117. Torquemada. Lib. 16, cap. 16. Motolinia. Pag. 124 Torquemada. Lib. 16, cap. 21. Motolinia. Pig. 125 ¥ 126. Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM 126 abono de su resistencia, que tendrian pocos hijos; que hacian injuria 4 las mujeres que tenian, pues las ama- ban mucho; que no querian atarse con una para siem- pre si era fea 6 estéril; que cada cristiano veian que usaba de cuantas mujeres queria; en fin, que hicieran respecto 4 mujeres con ellos lo que con las imAgenes, que ya que les quitaban unas les daban otras. ' Por el contrario, en lo que se mostraron los mexi- canos muy fervorosos fué en el uso de la disciplina, en la celebracion de las fiestas c re to- ianas, do, en las procesiones. Un autor contempordneo de Cortés asegura que ya en su tiempo hubo una proce- sion en que salieron cien mil disciplinantes, * y algu- nos morian de los azotes que se daban. Cuando se iban 4 confesar, si el sacerdote no les mandaba’ que se azotasen, ellos mismos lo pedian diciendo: “Padre, jpor qué no me mandas disciplinart” * E] sacrificio de la misa era tan concurrido en algu- nas partes, que asistian mas de ochenta mil personas: al oir el nombre de Jesus se ponian de rodillas, y al pronunciar el sacerdote el Gloria patri se prosterna- ban en tierra y se disciplinaban como los religiosos; acto que hacia derramar lagrimas de ternura 4 los mi- sioneros, y los hacia elevar al cielo infinitas gracias por la conversion de aquellas gentes. * 1 Gomara, Pig. 449. 2 Gomara. Pag, 450 3 Motolinia. Pag. 122. 4 Carta del P, Bolonia, op. cit, pag 217 y 218. Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM la Espa veuido tanto! alan 1 modes wo fueron si ep orca eu ll vein 08 hijos: ‘Ne Mes | Ottas, ! O tina proce- es, * alga Caando se} andaba que} Dal lo: “Padre, do en alge il personas: > prosterna: 5 religios0s; blosme ra & los mt tas gracias aS amas 127 La primera procesion que se celebré en Nueva Espana tuyo lugar en Tezcoco, 4 los cuatro anos de venidos los misioneros, con motivo de que abundaron tanto las aguas que se perdieron las sementeras y se caian muchas casas. Aquella procesion estuvo muy modesta: una pobre cruz fué lo que sacavon los indios por el pueblo; ! pero mas adelante esas ceremonias fie ron tomando proporeiones colosales, y duraron en su esplendor por mucho tiempo. En 1609, es decir, cerca de uns iglo despues de la conquista, todavfa hubo en México el Jueves santo, una procesion de mas de veinte mil indios y tres mil penitentes, y el Viernes santo salieron mas de siete mil diseiplinantes. Flores olorosas, sencillos ramos y modestas espa- dafas eran los adornos con que los naturales engala- naban sus iglesias, y los seores principales concur- rian 4 ellas con sus mejores trajes, labrados de vistosas plumas, y con ramos de flores en la mano. Permitiése en las fiestas catdlicas el baile y el canto, como los usaban los indios en su gentilidad, aunque los frailes tuyieron cuidado de tradneir 4 la lengua del pafs las oraciones de la Iglesia para que éstas se cantasen. Algunas de las fiestas religiosas las ejecutaban los indios al natural. El dia de Reyes representaban el ofrecimiento al nino Jesus; figuraban una estrella que conducian desde muy lejos, y en la iglesia ofrecian 1 Motolinia. Pig. 105. 2 Torquemada, Lib. 17, eap. 8 a Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM 128 & la Virgen y al Nitio, incienso, palomas y codor- nices. * El dia de Ja Candelaria iban los indios, desde el vente, tiempo de Motolinia, como el catdlico mas er 4 bendecir sus candelas, y las guardaban para librarse de los ray s y enfermedades. El domingo de Ramos concurrian en inmensa multitud 4 bendecir sus pal- mas, y el Jueves santo asistian 4 los Oficios, y en la noche tenian disciplina. Hl dia de Muertos presenta- ban multitud de ofrendas por sus difantos; maiz, ca- cao, comida, pan y gallin: En 1536 fud tanta la gente que concurrié al con- vento de Tlaxcala, que parecia haberse quedado de- sierta toda la provincia, y ofrecieron entonces los indios una cantidad increible de telas, copalli, eruet viandas, cuadrtipedos y ayes, todo lo cual se destinaba velas, para el hospital. * El uso del agua bendita gusté tanto 4 los indios que se acababan las pilas, y era preciso cebarlas con- tinuamente. Los sermones eran tan concurridos que hasta cien mil personas asistian 4 ellos, viniendo algunas hasta de cien leguas para oir la palabra de Dic En Michoacan la fiesta mas famosa era la de la Santa Cruz, y celebraban todas sus fiestas los tarascos 1 Motolinia. Pig. 69 2 Motolinia, Pig. 72 475. 3 Torquemada. Lib. 16, cap. 6 4 Caxta del P. Bolonia, op. cit., pag. Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM Jas cab dad, tiempo Do const para é cia que anes no hal dado estuy SY codon § desde el S creyente, ta libratse de Ratnos mai, c@- ti6 al 1023, ¥e festinaba los indios yarlas ¢ hasta cien as hasta aladela 129 con misa, sermon, misica, cohetes, luminarias, banque- “tes, toros y bailes: 4 estos concurrian los indios con las cabezas adornadas de plumas, como en su antigiie- dad, costumbre de que quedaron restos por mucho tiempo en Querétaro, Pézeuaro y otros lugares, ? Do quiera se veia 4 los indios trabajar de balde en construir los templos, daban cuantas limosnas podian para el sostenimiento del culto, y era tal la reveren- cia que profesaban & los sacerdotes, que no los veian sin besar devotamente sus manos 6 sus h4bitos.? Fre- cuentemente venian los indios de los lugares donde no habia frailes, y los lev ban 4 ellos, teniendo eui- dado de prepararles y construirles conventos para que estuviesen con toda comodidad. Cuando no podian ir 4 algun punto les pedian los naturales una de sus tt- nicas en testimonio de que irian despues, rellenaban el hiibito de paj y le colocaban en elaltar de la igle- sia, como una prueba de que irian algun dia 4 predi- car allf el Evangelio. * Frecuentemente 4 los indios 4 entre- » veia llega gar sus idolos 4 los religiosos para que los destruye- 4 El pats entero se eubrié muy pronto de iglesias; no habia lugar donde no se erigiora un templo 6 ca- pilla con todos los par mentos necesarios, y solo el 1 La Rea. Lib. 2, cap. 8. 2 Torquemada. Lib. 16, cap. 4 & 6. 3. Carta del P. Bolonia, op. cit., pig. 220. 4 Carta del P. Bolonia, loc. cit.—Motolinia. Pix. 117 Biblioteca Nacional Digital de México IIB UNAM

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