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J Rene cA a La mariquita vanidosa Maria Eugenia Pereyra Hustraciones de Liliana Ham haan tejano basque poqustito,pequeit, Jos viejo érboles mecian con ongullo sus hojas de diferentes verdes. ¥ all, bajo su sombra, vivian muchos animalits de distintos colores. Un dia come tantos otros, e So se asomé, sonriendo entre ls drboles, y alegres danzaban cenel aire doce lindas mariposas amarillas, Sus alas refulgfan como € oro, De hoja en baja saltaban los grillos verdes y producian sonides de violin con sus largas patas, (Cerca del agua croaban las ranitas. En ls ramas de los drboles os canarios lanzaban sus trios al are ‘os azulejos os acompafaban con sus gorjeos, ‘completando la orquesta para el baile de las ‘mariposa. Algunos animalitos aplaudian y aplaudian, mientras observaban la danza desde la tera ‘Otros trataban de seguir el ritmo de las bailarinas. as lombrices contomeaban sus delgados cuerpos de color morado formando ochos y eses Moviendo la colita, las hormigas bailaban en parejas. Todos los caracoles, asomando sus cabezas, las abejas olvidaban el dulce elixir de las flores y se unian zumbando a la misica del bosque. Con gran respeto por la belleza de las mariposas, volaban bajo formando circulos. Giraban unas veces a la izquierda y otras hacia la derecha. Brillaban sobre las hojas, como rubies, Jos cuexpos regordetes, rojos y con puntitos negros de las lindas mariquitas. Descansaban luego dé revolotear bulliciosas, tratando de imitar Jos movimiientos de las danzarinas. Todos se divertian, menos un animalito. Poquito a poco la luz desparecia Enel cielo, antes azul dato y ahora color voleta, las mbes se vollan rosadas, El $ol de los Venados, perez0so y muy despacio, comenzé a esconderse al final de la sabana, como una enorme bola anaranjada, Feces estaban los animalitos, menos uno, pero vieron que era tiempo de parr la festa. Su reloj, el cielo, indica la legada de la hora Ae acostarse La misic se hizo mis suave hasta desvanecerse com los iltimos resplandores del Sol. Con abrazos se despidieron los amigos, prometiendo encontrarse a otro se fueron a dormir muy contentos, _{ menos uno. & te EH silencio y la oscurdad se desizaron entre los troncos de los drboles. Unicamente se oia el susuro del viento, Hasta las ranitas estaban. cansadas, ‘Transparentes hilos de lu plateada iluminaban algunos rincones del bosque. En una de ellos, sobre una pled, un pequeio ser pensaba y pensaba. De vez en cuando, por entre as ramas de los érboles, miraba la La y las estrellas lejanas ‘que destellaban como diamantes en el cielo y. susplraba y suspraba Era el tinico animalito que no habia sido feliz en ba fiesta Pero, ;quién era? ;Quién suspiraba triste a esas hora, después de tan linda festa? so se preguntaban curiosas ls luciémagas, ‘escondidas detrés de las hojas, mientras trataban de ocultar sus brillantes chispitas de luz Debian contirselo a su Reina, el hada mayor del bosque. A ellas no les gustaba ver triste a ningin ser de su verde reino, Harian To necesario para devolverle la felicidad. Volaron en bandada iluminando con miles de pequefias hues las copas de los érboes y, haciendo gran alborot, legaron al gran pino del hada. Hla, bondadosa, les permiti6 coneeder dos deseos al triste animalit. (Oura ver en bandada, felices y mis alborotadas ain, atravesaron de muevo la arboleda Volaron bajo y, lenando el camino de luz, retomaron al lugar. Cuil no sera su sorpresa al encontrar una linda mariquitaroja con puntitos negros, quien ademis se cay6 de la pledra asustada por la algarabia de las luciémagas. ‘Ya pasado el susto, oyeron con asombro las tristeza de la linda mariquita. No podia danzar ‘como las mariposas y tampoco era amarilla como els. Las luciérnagas, sorprendidas, se miraron unas «otras, Con dulzura, le indicaron a la mariquita la belleza de cada ser de ese verde reino, y las diferencias que los hacian tinicos y valiosos, Qué pasaria si todos... ;fuéramos verdes como los grilos? Desaparecerian los colores del bosque. 20 si fuéramos como las hormigss? No volveriamos a ofr la armoniosa miisica en nuestras fiestas. O si voliramos como las mariposas, ;quién disfrutaria vigndolas danzar? ~{Te das cuenta, mariquita? La belleaa de los seres de este reino esti en su diferencia. {Bes privilegiada! Slo ui y tu familia, entre todos los habitantes de este lugar, tienen el bello color rojo que alegra el bosque. Ti, marqutta ‘puedes caminar y volar. Las hormigas s6.0 pueden ‘caminar, los earacoles y las lombrices s6lb se arrastran, las mariposas y nosotras slo volamos. ~Yo quiero ser mariposa. Quiero ser amarila, quiero danzar com suavidad en el aire. Quiero ser delgada como ella y dejar que me mes el viento “insistiétereay tristemente la mariquita, sin oft as luciémagas hicieron un ciculo, voaron alrededor de la mariquita, cerraron os ojos se ‘oncentraron pensando: «Mariposas amar tmariposas amarillas... mariposas amarills..» ‘Luego, moviendo sus alas mis répido, dejaron et tna mulkitud de chispitas de luz sobre ells, Poco a poco desaparecieron los puntitos negros de la mariquita, se adelgaz6, el rojo de su cuerpo palideci6, Unas lindas als amarills le brotaron con Suavidad. ;Y se convirtié en mariposa.! Se habia ‘cumplio el primer deseo concedido por el hada Tas luciémagas iluminaron las aguas del ‘stanque. Hlla vio reflejada por primera vez su nueva figura. Bra bella, Era Jo que habia deseado, era feliz, Se retiraron las Iuciémagas, no sabian qué pensar. Habjan dado felicidad a un habitante del reino, pero estaban trstes porque ese pequetio ser ‘no supo apreciar su propia belleza, Esta vez volaron espacio, sin ningiin alboroto, Prefirieron no contre nada al Hada Reina esa noche, Tne tanto, la nueva, radlantey amarila ‘mariposa no era bienvenida en su casita «Soy yo, soy yo», repetia. Pro su familia no Ja econoci6 Le indicaron que las ballrinas ddormian en otro lugar de la arboleda ‘Asomibrada por lo ocurdo, canada de las temociones de esa noche y sin acondarse déinde vivian ls mariposa, reoogié sus alas posindose cla hoja de un viejo drbol, que la arr hasta dormirla, La desper6 un rayo de luz que la hizo brillarintensamente. No podia crer lo que estaba viendo, esas lindas alas amarillas eran suyas..? Pens6 que estaba sofando. sabella mariposa era ella? ‘Todos los animalitos jg exchamaban al vrla pas: —~Llegé una nueva bailarina, 1leg6 ora bella danzarina! Ahora son rece. Feliz se uni volendo ala otras matiposas, que vanidosas preparaban sus alas para iniciar de muevo la danza. La riraron, no la siludaron, No era conocida. De

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