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Ucrania: una trágica historia de enfrentamientos

Magistra vitae, fue la definición clásica que le otorgó Cicerón a la historia. Dicho de otro
modo, se trata de una herramienta que nos permitiría comprender los problemas de nuestro presente
a partir del estudio del pasado. Un pasado envuelto por errores y virtudes que nos brinda una
enseñanza. El conflicto que actualmente se está desarrollando en Ucrania, ha despertado la
curiosidad o el interés de parte del público sobre diversos aspectos como su economía, geografía,
historia e incluso aspectos de la política internacional. Ahora bien, volviendo a la frase de Cicerón
podríamos preguntarnos si al introducirnos en la historia del pueblo ucraniano podemos encontrar
algunos aspectos esenciales que nos permita discernir sobre el actual presente envuelto en una
guerra que amenaza con extenderse por todo el continente europeo.

Los Vikingos
A comienzos del siglo IX, la región estaba habitada por un conjunto de pueblos de diversas
etnias: eslavos, varegos, etc. Ucrania ocupaba un importante lugar como un enclave para el
comercio de especias, sedas, y materias primas. Es por ello, que los vikingos ocuparon el territorio y
establecieron un “estado fortificado” cuyo propósito era controlar el comercio con Asia y percibir el
tributo, danegeld, de sus súbditos. La fama de los nórdicos en el arte del pillaje era bien conocida.
No obstante, se dice que el origen de Ucrania fue producto del levantamiento de las tribus
que, cansadas de pagar tributo, se rebelaron a los vikingos. Sin embargo, las diferencias entre ellas
generaban un obstáculo a la hora de brindar la unificación y la conformación de un Estado. Cuenta
la leyenda, que en una asamblea los representantes de cada tribu decidieron elegir un príncipe “que
mande sobre nosotros y que juzgue de acuerdo a la costumbre”. De esta forma, en el siglo IX de
nuestra era fue electo como príncipe un miembro de los Rus.

Los Rus
Existe un intenso debate sobre el origen de los Rus. Algunos historiadores sostienen que sus
orígenes se remontan a los vikingos, dado que el significado de la palabra Rus es “remero” en
nórdico. Otros, afirman que provienen de los eslavos por sus costumbres y tradiciones a la hora de
gobernar. Más allá de esta controversia, es importante destacar que el reino de los Rus era el
resultado de la combinación de los elementos culturales y sociales de las diversas tribus que
habitaban el territorio ucraniano en aquel entonces.
A través de un sistema dinástico, los gobernantes sucedieron el reino a través del sistema de
primogenitura, una costumbre jurídica extendida en Europa durante la Edad Media. La dinastía de
los Rurika o Rurikovich fue la ocupó la región y fundaron la ciudad de Kiev, como capital de su
reino en el año 882. En los libros de historia será conocida como la edad dorada de los Rus de Kiev.
Con la ciudad de Kiev como capital, se estableció una ruta comercial que unía a las regiones
asiáticas y arábigas con los puertos en la región escandinava, convirtiéndose en un reino importante
en la Europa medieval del Este.

Enfrentamiento entre facciones


Si bien con la fundación de Kiev, la región vivió una época de esplendor en lo comercial, la
dinastía de los Rurika se vería envuelta en una lucha familiar entre hermanos que condujo a la
división del reino. Además del claro interés económico detrás del control del comercio y los
beneficios en materia aduanera que eso acarreaba, la disputa entre hermanos recrudeció, cuando uno
de ellos adhirió al cristianismo occidental, mientras el otro defendía la religión ortodoxa eslava.
La invasión de los tártaros y los mongoles incrementó la división entre las facciones que
acudieron al reino de Polonia y al Imperio ruso, respectivamente, por ayuda. De esta manera, el
reino de los Rus de Kiev se dividió en tres regiones o señoríos feudales: Galitzia, un estado
independiente; el Sech una estructura estatal subordinada a la monarquía polaca, y el señorío
Ruteno vasallo del zarato ruso.

Los campesinos ucranianos


Sin bien, la división territorial podía dividir a los campesinos ucranianos, su condición
como siervo de la gleba de los Estados polacos y ruso, los unía. En 1607 se dio lugar al
levantamiento campesino más importante de Europa del Este a finales de la Edad Media. En
rechazo a las onerosas cargas tributarias que debían abonar a su señor y cuestionando el poder de
los estados feudales, en las regiones de Dnieper y Smolensko, un ejército compuesto por siervos y
cosacos tomaron el poder provincial. La rebelión se extendió hasta los márgenes del Mar Negro y
los montes Urales.
Ante este peligro las aristocracia polaca y rusa se unieron para sofocar los levantamientos
llevando a cabo una cruenta represión, incluyendo un experimento social. Para evitar una nueva
rebelión campesina, se llevaron a cabo una serie de políticas que pretendían recrudecer las
divisiones étnicas de antaño. Por ejemplo, en el reino Ruteno, se prohibió la religión cristiana y la
lengua ucraniana. Solo estaba permitido hablar en ruso. Además, se promovió la migración polaca y
rusa con el objeto de modificar la composición regional de la población.

La revolución rusa y la cuestión ucraniana


Ucrania estuvo bajo la férula de los zares rusos hasta comienzos del Siglo XX. Su situación
nuevamente estuvo en debate con la revolución rusa y el derrocamiento del zar en octubre de 1917.
Los ucranianos fueron reconocidos como un estado independiente por el gobierno soviético y en
1922 se declaró la República Soviética de Ucrania. El gobierno sería electo a través de los consejos
de campesinos, soldados y obreros que se constituyeron a lo largo de las ciudades y regiones
agrarias que abarcaban el territorio.
Cuando todo parecía que se encaminaba a la unidad de Ucrania, los problemas resurgieron.
A partir del año 1924, la República Soviética de Ucrania se convirtió en un satélite de la Komintern
(Internacional Comunista) bajo el control de Joseph Stalin. Aquellos funcionarios ucranianos que se
opusieran a las políticas de estado o se aliaran a la oposición del Partido Comunista de la Unión
Soviética, serían fusilados o desterrados a los gulags (campo de concentración) en la región
siberiana.
La región fue una de las más golpeadas durante el período de hambrunas que asolaron a la
Unión Soviética a mediados de la década del treinta. De esta forma, la política estalinista creó las
condiciones para el surgimiento de grupos nacionalistas, que tiempo después apoyaron a los nazis
cuando ocuparon la región en 1941, creando el “Comisariado Imperial de Ucrania” durante la
Segunda Guerra Mundial.
Finalmente, la derrota alemana produjo la recuperación de Ucrania para la Unión Soviética
en el marco de los acuerdos de paz de Yalta y Potsdam en 1945. Situación que se mantuvo de modo
incólume hasta 1989 con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética.

Actualidad
El recorrido histórico a lo largo de varios siglos nos permite llegar hasta el presente. Un
presente que se refleja por los temores e intereses de los actores que estan en juego en el actual
escenario marcado por la guerra en Ucrania. Existe el temor de un sector de la población de que su
país caiga en manos de un nuevo “zar ruso”, y tienen el claro interés de defender a un presidente
que ha dado vía libre a actos de segregación y persecución contra aquellos habitantes ucranianos
que simpatizan con Rusia. Vladimir Putin pretende convertir a Ucrania en un enclave para el
suministro de gas y el comercio de metales para la industria electrónica. A su vez, teme por la
injerencia militar de la OTAN en Europa del Este. Por último, Estados Unidos, atemorizado
fantasma comunista, ha incrementado su escalada bélica y la instalación de bases militares en los
países que fueron miembros de la Unión Soviética. Sin embargo, su interés se encuentra
abiertamente enfrentado a Rusia y China respectivamente.
Entonces, ¿Quién debería resolver la cuestión ucraniana? Tengamos en cuenta que detrás de
esta respuesta se encuentra el destino de un pueblo…. y su historia.

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