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ELEMENTOS DEL ESTADO

Antes de explicar cuáles son los elementos del Estado, vamos a responder a la

siguiente pregunta: ¿Qué es un Estado?

Un Estado es una forma de organización política y social, formada por

diferentes instituciones de gobierno a través de las cuales ejerce su poder o

soberanía. El Estado se distribuye en un territorio concreto y delimitado, y está

formado por una población determinada (sus ciudadanos).

De esta manera, como hemos mencionado, el Estado dispone, además, de un

poder supremo de que disponen los ciudadanos, y que es la soberanía. Así, en

la definición de Estado, acabamos de mencionar los cinco elementos del

Estado: la población, el territorio, el gobierno, la soberanía y la coerción (o

monopolio de la violencia).

1. Población

La población, en ocasiones llamada “pueblo”, es el conjunto de personas que

vive en un lugar determinado. Las poblaciones forman parte de los Estados, los

configuran. Sin población, el Estado no podría existir.

Así, el conjunto de personas que viven dentro de los límites de un Estado son

los ciudadanos Todos los ciudadanos disponen de una serie de derechos (por

ejemplo la educación, la vivienda, el derecho a una vida digna, etc.) y de

deberes (que conllevan el cumplimiento de ciertas acciones, leyes,

obligaciones, etc.). Además, tienen el derecho de votar y de ceder su poder a


quien quieran que les represente (esto lo veremos en el cuarto elemento del

Estado; la soberanía).

Lo “ideal”, al menos según el filósofo Aristóteles, es que una población tenga

un número de habitantes ni muy bajo ni muy elevado; su razón es que sin un

mínimo de personas el Estado no puede autoabastecerse, y si son excesivas,

no se puede gobernar.

Aunque es difícil encontrar el punto medio y todas las poblaciones acaban

encontrando su forma de gobierno, lo ideal es una población con un número de

habitantes “medio”. Hablando de “tamaños”, por ejemplo encontramos Suiza,

que tiene una población pequeña, y encontramos China, con una población

muy extensa.

Cuando una persona visita otro Estado y permanece en él “X” período de

tiempo, ésta persona recibe el nombre de “extranjero”; de igual forma, cuando

una persona emigra de un Estado a otro, el país que lo “acoge” lo denomina

inmigrante (y su país de origen, emigrante). Estos dos grupos de personas (los

extranjeros y los inmigrantes) pueden llegan a disponer de la ciudadanía del

Estado donde viven, cumpliendo una serie de requisitos (que suelen ser

complejos).

2. Territorio

El segundo de los elementos del Estado es el territorio, que consiste en el

espacio físico donde se desarrolla el Estado. Es decir, se trata de un espacio


en la tierra (no aire o mar), físico, existente y real. Sin embargo, aunque se

trate de una zona terrestre, el territorio también incluye los diferentes “cuerpos”

que se encuentran en el agua (por ejemplo ríos, mares…), el espacio aéreo y

las zonas de costa, en el caso de que haya.

Los territorios están bien delimitados, y separan un Estado del resto de

Estados. Por otro lado, los territorios pueden contener islas.

Estos elementos del Estado pueden ser de diferente tamaño (grandes,

pequeños, medianos…). Así, por ejemplo, Rusia tiene un territorio muy grande,

al igual que China, Estados Unidos, etc. Por contra, otros países o Estados

como Ciudad del Vaticano, Mónaco o San Marino, tienen territorios pequeños.

Por otro lado, el territorio de un Estado tiene un papel clave en la política y la

economía de un país, ya que de él dependerán los diferentes recursos de que

disponga un Estado (por ejemplo el petróleo, las zonas para construir edificios,

las zonas verdes, etc.). Estamos hablando de la parte más “material” de un

territorio y de su explotación.

Finalmente, otra función que cumple el territorio es permitir que vivan personas,

es decir, que se instale la población de un Estado, el elemento anterior y del

que ya hemos hablado.

3. Gobierno

Siguiendo con los elementos del Estado, encontramos el gobierno, que

consiste en la organización política de un Estado, y en la entidad que permite

tomar las decisiones políticas del Estado. Se trata del pilar del mismo, de su
autoridad máxima. De esta manera, el gobierno permite expresar la voluntad de

un Estado, es decir, lo que los ciudadanos desean. El gobierno, además, dirige

y controla una serie de instituciones (que ejercen el poder del Estado).

¿Qué elementos forman el gobierno? Básicamente diferentes instituciones de

diferentes ámbitos (política, salud, famílias, educación, protección…). Por otro

lado, el Estado ejerce su poder a partir de diferentes órganos del gobierno;

concretamente, hablamos de tres tipos de poder: el judicial, el legislativo y el

ejecutivo. Pero, ¿en qué consiste cada uno de ellos?

El poder judicial tiene la potestad de sancionar a las personas que incumplen

las leyes. El poder legislativo, tiene la misión de formular leyes que incunben a

los ciudadanos del Estado. Finalmente, el poder ejecutivo refuerza la ley y tiene

la función de que ésta se cumpla dentro del territorio. Estos tres poderes, si

funcionan correctamente, permiten que la convivencia sea posible en la

sociedad del Estado, y que ésta, además, sea pacífica.

4. Soberanía

Otro de los elementos del Estado es la soberanía, es decir, el poder supremo,

el poder del Estado. Que el poder sea supremo implica que no existen poderes

por encima de él. En otras palabras, la soberanía es la autoridad máxima del

Estado a nivel político. Representa una especie de consenso sobre quién

decide y sobre qué territorio, otro de los elementos del Estado.


A través de la soberanía, surgen otros tipos de poderes. Por otro lado, la

soberanía permite que se decida sobre múltiples temas dentro del territorio del

Estado.

Este tipo de poder que corresponde a la soberanía “permite” al Estado

gobernar y decidir dentro de su territorio. Además, tiene la función de

asegurarse que las leyes se cumplen en este terreno. Pero la soberanía no es

simplemente el poder del Estado, sino que en realidad, es el poder del pueblo,

de los ciudadanos, que delegan su poder en los políticos (es como si se lo

prestaran, a través de sus votos en las elecciones).

Es decir, los ciudadanos escogen quién quieren que los represente en el

ámbito de la política (esto hace referencia a los presidentes, ministros,

diputados, etc.).

5. Coerción

También conocida como monopolio del uso de la violencia, el Estado moderno

debe garantizar el cumplimiento de la ley mediante esta capacidad de someter

a través de la fuerza a aquel grupo o individuo que atente contra las leyes

básicas de funcionamiento de la nación.

A la práctica, este elemento del estado es una consecuencia lógica del cuarto

elemento, la Soberanía, puesto que es necesario que esta pueda imponerse en

caso de que existan voces discrepantes dentro del Estado que intenten usar la
fuerza para conseguir fines no democráticos o que no concuerdan con el statu

quo.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado tienen la misión, entre otras, de

repeler y defender el statu quo ante una situación en que la Soberanía del

estado se vea amenazada. En algunos países, de hecho, el uso de policía

antiterrorista ha derivado en casos de abuso de poder por parte de las fuerzas

coercitivas, puesto que con la misión de prevenir y repeler ataques a la

Soberanía se han usado prácticas como tortura, asesinato o ensañamiento,

lejos de la luz pública y por supuesto atentando contra los Derechos Humanos

y contra las propias leyes del país. Es lo que se conoce como "cloacas del

Estado".

En cualquier caso, la coerción, generalmente, hace referencia a la facultad que

tiene el Estado para poder reprimir legalmente cualquier intento de insumisión,

levantamiento o ilegalidad, para imponer la Soberanía y las leyes propias del

país. Las prisiones estatales y otros mecanismos serán los lugares donde

recluir a los que atenten contra el Estado y, si es posible, tratar de reinsertarles

para que puedan vivir en sociedad una vez cumplida la pena.

Referencias bibliográficas

Donovan, J.C., Morgan, R.E., Potholm, C.P. y Weigle, M.A. (1993). People,

power, and politics: an introduction to political science. Rowman & Littlefield.

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