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1ra Clase
1ra Clase
“La perfección no se alcanza
cuando no hay nada más que añadir, sino
cuando ya no queda nada que quitar.”
Antoine de Saint‐Exupéry
CONSIDERACIONES INICIALES
Aspectos técnicos muy importantes para el arreglo coral: las posibilidades de la voz
humana, la partitura y la notación, y la disposición del texto. En cuanto al primero de estos
aspectos, es importante destacar que no hay nada que sustituya la audición de primera mano de
varios tipos de voces en diferentes registros y su interacción dentro del coro. Una clara y
apropiada notación es crucial para una buena ejecución, al margen de la dificultad del arreglo. Y
dada que la consideración primaria de la música es realzar el significado de las palabras, el texto
debe ser dispuesto apropiadamente, de modo que su comprensibilidad sea mejor proyectada.
TIPOS DE VOCES Y COMBINACIONES
SEGÚN LA EDAD DE LOS GRUPOS
Nivel escolar básico
Los arreglos para niños tienen una o dos partes vocales. Las dos partes son anotadas en
clave de sol, designadas I y II, a diferencia de soprano y alto (o contralto), debido a que los
registros son un poco limitados. Hembras y varones pueden cantar ambas partes. El registro para
cada voz es básicamente el mismo, aunque la voz I se mantiene consistentemente sobre la voz II.
A fin de no cansar las voces, el registro o tesitura debería permanecer cerca de la mitad del
mismo.
Debido al limitado control de la afinación, las habilidades de lectura, la concentración y el
tiempo útil de ensayo, la escritura vocal para la mayoría de los grupos de este nivel debería ser
básicamente por grados conjuntos y diatónica, y las líneas deberían consistir de frases cortas
separadas por silencios para respiraciones frecuentes. También el ritmo debería ser simple,
aunque corto. Las frases sincopadas son usualmente accesibles, especialmente cuando son
reforzadas por un acompañamiento. Los arreglos para este nivel son usualmente acompañados
por el piano, aunque la adición de instrumentos de percusión o palmadas puede añadir una
dimensión simpática, si es apropiada al material musical.
Nivel escolar medio
En el próximo nivel escolar –grados 6 a 9–, las voces de varón comienzan a cambiar hacia
una voz madura grave. Este tipo de coro podría cantar música para sopranos, altos y barítonos,
con los varones cuyas voces no han cambiado aún, cantando la parte de alto junto con las
hembras de voces graves. Debido a que por lo general estas categorizaciones son musical y
socialmente insatisfactorias, el término voz cambiante o cambiata, se aplica a los varones cuyas
voces no han madurado aún. Aquellos cuyas voces ya han cambiado, cantan el barítono –un
compromiso a medio camino entre tenor y bajo.
El registro cómodo para la voz cambiata es de A a A1, con posibilidades de hacer F a C2:
Esta voz se escribe en clave de sol.
Los varones cuyas voces ya han cambiado cantan la parte del barítono en clave de fa,
dentro del registro Bb a E1b:
Para los grados de la escuela media, las voces de las hembras ya están madurando hacia
un registro más agudo o más grave de voces de mujer, aunque raramente hay voces de alto
todavía. Por lo tanto, aunque existen algunos arreglos para soprano‐alto‐cambiata‐barítono, las
combinaciones más comunes son soprano I‐soprano II‐cambiata‐barítono, o soprano‐cambiata‐
barítono. Los registros más prácticos para las voces femeninas, son:
Las partes pueden ser mucho más independientes que las de los arreglos para el nivel
escolar básico, aunque la duplicación es bastante común. Debido a que las voces de los varones a
esta edad están en transición y con frecuencia pierden foco y seguridad, la voz de barítono, e
incluso la de la cambiata, deberían marchar predominantemente por notas de paso. La cambiata
con frecuencia duplicará por turnos la voz de barítono y la de soprano II, teniendo sus propias
notas principalmente en pasajes homofónicos. Si las voces femeninasi comparten idénticos texto y
ritmo, pueden escribirse en la misma pauta
Nivel de secundaria
La combinación vocal a nivel de liceo es soprano‐alto‐tenor‐bajo (SATB). El registro es:
Como se dijo anteriormente, es de gran importancia tomar en cuenta que la tesitura de
cualquier voz no debe estar en el extremo final del registro, dado que la voz se fatiga en los
registros extremos. Adicionalmente, el arreglista debería familiarizarse con la calidad de sonido de
cada voz en varios registros a fin de controlar el balance y el color, y para crear el efecto musical
deseado.
Registro vocal del coro mixto
El registro de las respectivas voces del coro mixto se muestra abajo. Las notas blancas
muestran el registro normal para la mayoría de los grupos no profesionales; las notas negras
representan la extensión de esos registros para coros excepcionales y profesionales, debiendo
emplearse con cautela, incluso bajo las circunstancias más favorables, y sólo reservarlas para
pasajes climáticos cortos en fortissimo o para efectos especiales. Dichos pasajes deberían ser
cortos ya que el canto prolongado en tesituras extremadamente agudas o graves fatigará las
voces.
Voces adultas maduras
Después de la pubertad, una voz en proceso de maduración no extiende naturalmente
mucho su registro, más bien su sonido adquiere mayor foco y consistencia a través del mismo. Sin
embargo, a medida que los extremos se hacen más seguros, el arreglista puede escribir,
escasamente, una segunda mayor por encima o por debajo del registro dado para el nivel de
secundaria. El registro de soprano será, por lo tanto, de Bb a A2, y así sucesivamente.
Una mayor seguridad y un mayor foco también le brindan mayor claridad a cada sección
del coro, permitiéndole ejecutar líneas más rápidas y texturas vocales más complejas. Sin
embargo, la clave para escribir un arreglo efectivo empleando un espectro completo de rangos y
colores corales, depende del tipo específico de coro: un grupo de madrigalistas está acostumbrado
a texturas intrincadas y a pasajes solos; un coro de jazz, a relaciones rítmicas complejas y a
escritura solista. A un nivel más práctico, un buen coro universitario que ensaya tres veces a la
semana puede, generalmente, ejecutar un arreglo más exigente que un coro de iglesia que se
reúne sólo una noche para preparar la música del próximo servicio religioso.
NOTACIÓN MUSICAL ‐ TIPOS DE PLANTILLAS
Una correcta notación es importante por tres razones fundamentales: la primera de ellas,
claridad, de modo que las intenciones musicales del arreglista sean mejor comunicadas al
ejecutante. En segundo lugar, para un efecto psicológico positivo en el ejecutante, para quien la
notación es la primera indicación de la experticia del arreglista. En tercer lugar, la facilidad en la
ejecución, la cual contribuye a un ensayo más eficiente y a un concierto exitoso. Los siguientes
párrafos se enfocan en los asuntos más comunes concernientes a la elaboración de arreglos
corales.
Disposición de la partitura
Generalmente, debería haber una pauta por cada parte vocal, y cada pauta debería ser
identificada (“Soprano”, “I”, o similar) solo al comienzo del arreglo y en cualquier momento que el
formato cambie, al margen izquierdo. El texto va escrito debajo de cada pauta. Las partes de
soprano y alto (o contralto) se escriben en clave de Sol; el tenor se escribe también en clave de Sol
aunque suena una octava por debajo; el bajo, en clave de Fa.
Ejemplo 1‐1. Plantilla abierta. Landaeta (arr. Plaza): Himno Nacional de Venezuela
A esta disposición se le denomina plantilla abierta. Las pautas van unidas por una línea
vertical en el margen izquierdo para indicar que todas las voces suenan simultáneamente. Las
barras de compás, sin embargo, no se unen de pauta a pauta, incluso en el margen derecho. La
plantilla abierta se presta mejor para disposiciones complejas con muchas partes vocales o cuando
hay divisi. Es muy útil también cuando prevalece una escritura contrapuntística, donde cada voz
posee su propia línea de texto pudiendo incluso cruzarse entre ellas.
Cuando las voces femeninas o masculinas comparten el mismo texto y aproximadamente
el mismo ritmo, ambas partes, soprano y alto, o tenor y bajo, pueden compartir la misma pauta
para ahorrar espacio. Esto significa, por supuesto, que la parte de tenor tendría que ser escrita en
clave de Fa, a la altura donde suena, junto con la parte del bajo. Si es necesario distinguir las
partes una de otra, la voz superior deberá llevar las plicas hacia arriba y la voz inferior hacia abajo.
Ejemplo 1‐2. Plantilla cerrada. Landaeta (arr. Plaza): Himno Nacional de Venezuela
Esta disposición es referida como plantilla cerrada. Es ideal para texturas homofónicas simples con
no más de cuatro voces y un mínimo de escritura contrapuntística. Este tipo de plantilla debería
ser usada sólo cuando el arreglo (o secciones completas de éste) puede ser condensado sin
perjuicio de la claridad, dado que alternar entre los dos tipos de plantilla podría generar confusión
en el ejecutante.
Cuando un solista se destaca contra un fondo coral, es mejor poner la parte solista en una
pauta separada por encima del resto de las voces. Sin embargo, un solo de tenor puede
mantenerse en la pauta de tenores si el resto de ellos no está cantando, en cuyo caso la
designación “solo” sobre la pauta es suficiente para indicar el pasaje; salvo que el solo sea
simplemente una breve interacción con la sección de tenores, distinguiéndose con las plicas hacia
arriba del resto de la sección, cuyas plicas irán hacia abajo.
Las indicaciones de dinámica son colocadas sobre cada pauta, a fin de que no se
confundan con el texto, el cual va escrito debajo de la pauta. Las indicaciones de tempo son
colocadas únicamente sobre la pauta superior. Ocasionalmente, se les pide a los cantantes que
hablen, griten, aplaudan, o hagan cualquier otro sonido de altura indeterminada. En este caso, se
remplaza a la nota convencional con un símbolo (Ej. 1‐3), indicando un ritmo específico pero no
una altura, con instrucciones claras de qué es lo que se desea que el cantante ejecute.
Ejemplo 1‐3.
La armadura de clave debe aparecer al comienzo de cada sistema del arreglo, justo a la
derecha de la clave. Al cambiar la armadura de clave en el transcurso del arreglo, la nueva
armadura debe ser precedida de una barra de compás doble. Si la nueva armadura cancela todos
los sostenidos o bemoles de un sistema, debe usarse becuadros para indicarlo. Al cambiar la
armadura de clave al comienzo de un sistema, el cambio debería también ser indicado al final del
sistema anterior a fin de preparar al ejecutante para el cambio.
La indicación de compás es colocada en cada pauta al comienzo de un arreglo, justo a la
derecha de la armadura de clave. La indicación de compás no debería repetirse a menos que la
medida de compás cambie, en cuyo caso debería colocarse nuevamente en cada pauta del sistema
Ejemplo 1‐4.
precedida de una barra de compás sencilla (Ej. 1‐4 arriba). Como en el caso de la armadura de
clave, si la medida de compás cambia al comienzo de un sistema, también debe ser indicada al
final del sistema anterior.
Debido a que los arreglos con frecuencia envuelven secciones que se repiten, hay unas
pocas prácticas comunes de notación con respeto a la forma. Los signos de repetición
simbolizados por indican que la sección entre estas dos marcas se repite,
independientemente de su longitud.
El arreglista puede desear repetir una sección con diferentes finales para cada repetición.
Por lo tanto, deben escribirse diferentes casillas como se ilustra a continuación:
Ejemplo 1‐5. Una sección repetida con diferentes finales
Note que la doble barra señala el comienzo de este recurso y que el signo de repetición
ocurre al final de la primera casilla. Un corchete se extiende sobre cada parte indicando
claramente cada final. Tantos finales sean necesarios, tantas barras de repetición habrán de
utilizarse, excepto para el último final.
Si el ejecutante va a regresar al comienzo del arreglo para repetir, no es necesaria una
barra de repetición del lado izquierdo del primer compás. La ausencia de esa marca indica que el
ejecutante regresa al comienzo.
Hay veces en que una sección no se repite pero el ejecutante debe volver a una sección
anterior. El término Da capo (D.C.) dirige al ejecutante de regreso al comienzo del arreglo,
mientras que Dal segno (D.S.) lo dirige a unl lugar anterior donde el signo ha sido colocado
sobre todas las partes. Desde allí, la pieza puede terminar en la mitad de la partitura en un punto
marcado fine. Si el ejecutante se mueve de una sección previamente cantada a una sección
totalmente separada al final del arreglo, un signo de coda, simbolizado por se coloca sobre las
partes en el punto donde el ejecutante debe saltar a la coda, identificada por Coda o por otro
signo con frecuencia claramente separado del resto del arreglo. En este caso, el D.C. o D.S.
debe ser seguido de al coda para preparar este movimiento.
Ejemplo 1‐6. Cante la primera vuelta; regrese al signo y cante hasta el símbolo de coda ; luego salte a
la coda y finalice.
Estos recursos convencionales ahorran espacio y tiempo de escritura. Sin embargo, se
pueden presentar algunos riesgos dado que el cantante puede olvidar repetir o saltar a la coda.
Además, si los cantantes leen durante una presentación, cierta cantidad de pases de página será
inevitable. El arreglista debe sopesar todos estos factores cuando esté diseñando la disposición del
arreglo.
Dirección de las plicas, núcleos y silencios
Cuando las notas aparecen solas, es decir, no están unidas a través de barras, las plicas van
hacia abajo si el núcleo de la nota está sobre o por encima de la línea central del pentagrama, e
irán hacia arriba si el núcleo está por debajo de la línea central:
Cuando las notas están unidas por barras, la dirección de las plicas dependerá de si la mayoría de
los núcleos están por encima o por debajo de la línea central:
Cuando sólo hay dos notas, el núcleo más alejado de la línea central determinará la dirección de
las plicas:
El propósito de estos principios es mantener la mayor parte de la notación dentro de la
pauta para facilitar la lectura.
En el caso de un intervalo de segunda, cuando ambas notas comparten la misma plica, la
nota más grave irá a la izquierda:
Cuando cada una de las notas tiene su propia plica, las plicas se alinearán verticalmente. Dicho de
otra manera, la nota más grave irá esta vez a la derecha:
Notas de valores rítmicos diferentes no pueden compartir la misma plica:
Las notas de valor breve irán unidas por barra siempre indicando el pulso correspondiente:
Las notas correspondientes a la mitad de un pulso pueden ser vinculadas con tal que las
subdivisiones mayores del compás sean mantenidas:
Los silencios no deberían ser de un valor mayor al pulso sobre el cual ellos comienzan, a fin
de reflejar los acentos secundarios dentro del compás:
Cada silencio debe ser escrito donde comienza y debe ocupar en la pauta un espacio horizontal
correspondiente a su valor:
La única excepción a esta regla es el silencio de redonda, el cual se ubica al centro del compás y es
usado como un compás de silencio para cualquier indicador de medida:
Nomenclatura de acordes
Los cifrados de acordes se muestran en el siguiente ejemplo:
Ejemplo 1‐7. Los cifrados de acordes más comunes
Estos cifrados pueden ser usados como una ‘taquigrafía analítica’, incluso cuando no hay
nada anotado en la música, y serán utilizados con numerales romanos a lo largo del curso para
analizar estructuras armónicas. El siguiente ejemplo provee una rápida revisión de los cifrados y
sus funciones en numerales romanos en una progresión en Fa mayor:
Notación del texto
Tanto en plantilla abierta como en plantilla cerrada, el texto va debajo de la pauta de cada
parte vocal. En plantilla cerrada, cuando todas las partes comparten el mismo texto y
esencialmente el mismo ritmo (como en los himnarios), el texto va entre las dos pautas. Si se usa
una sílaba para más de una nota (melisma), estas notas deben ir todas ligadas. Una línea
horizontal puede extenderse desde la sílaba hasta la última nota involucrada en el melisma.
Cualquier signo de puntuación (coma, punto, interrogación o exclamación, etc.) precede a esta
línea horizontal.
La antigua práctica de separar las notas en una disposición silábica dándole a cada nota su
propio corchete, ya no se usa. Los corchetes y los núcleos deben indicar agrupaciones métricas,
mientras que las ligaduras indican cuántas notas son cantadas por cada sílaba:
Si se desea indicar a los cantantes dónde pueden respirar, particularmente en un pasaje
donde no hay silencios, se debe colocar una coma (,) sobre cada pauta en el punto donde el aire
debe ser tomado. Por el contrario, si se quiere asegurar que no se debe respirar en un
determinado pasaje, especialmente en el final de una frase donde el cantante de otra manera
podría tomar aire, debe usarse una ligadura punteada para “empatar” las frases.
Declamación del texto
El habla normal tiene su propio ritmo, su propia inflexión y su propio acento. Un
compositor frecuentemente respetará estos aspectos del texto realzándolo y no oscureciendo su
significado. Debido a que el arreglista trabaja para mejorar el texto, manipulando la melodía, la
armonía, el ritmo y las texturas y creando contracantos, figuraciones, etc., debe estar muy atento
de la declamación del texto. Es recomendable que el arreglista declame en voz alta cada parte tal
como está escrita, usando su ritmo y contorno aproximado de altura para ver si la línea suena
natural, es decir, cercana al habla normal. Mientras más natural sea la línea, más fácil será de
cantar y de comunicar y por lo tanto, más convincente será la actuación.
Dos principios básicos ayudarán a lograr este objetivo:
a. Acentúe palabras importantes en una frase por medio de alturas más agudas, síncopas,
valores rítmicos más largos, textura más pesada, y una armonía más cromática.
b. Dentro de una palabra, acentúe la sílaba que recibe el acento en el habla normal.
Misceláneas
Calderones, tenutos y todas indicaciones de cambio de tempo y de dinámica, son
indicados sobre todas las partes. Las letras de ensayo son de gran utilidad para el director y
deberían incluirse a intervalos de aproximadamente ocho compases y al comienzo de secciones o
de sub secciones en la música.
Una cuidadosa atención a todos estos detalles resultará en una presentación precisa de las
ideas musicales, una lectura más fácil por parte del director y los cantantes y, por lo tanto, una
actuación más efectiva.
PRINCIPIOS ARMÓNICOS BÁSICOS PARA EL ARREGLO CORAL
Hay un número de principios armónicos ampliamente aceptados que aplican a toda la
música tradicional. La intención de este capítulo es enfocarse sobre aquellos principios que son
más pertinentes al arreglo coral y revisarlos brevemente, en vez de presentarlos en una exposición
comprehensiva de todas las prácticas armónicas. Una información más detallada de estos tópicos
se puede encontrar en cualquier texto básico de teoría musical.
Todos los ejemplos en este capítulo serán presentados en el formato de cuatro voces,
SATB, en textura de nota contra nota. Aunque la textura a cuatro voces es ampliamente aceptada
como el medio ideal para la presentación de conceptos teóricos, se entiende que todos estos
principios también aplican para las texturas a dos y tres partes, así como para los
acompañamientos.
CONCEPTOS ARMÓNICOS INICIALES
Estos conceptos iniciales se refieren al modo en el cual los sonidos de un acorde sencillo son
colocados en la pauta.
Disposición vocal cerrada y abierta
Las tríadas que están en posición cerrada tienen menos de una octava entre las tres voces
superiores (soprano, alto y tenor). A la inversa, las tríadas en posición abierta tienen al menos una
octava entre soprano y tenor. Otra manera de expresar esta relación es que en la posición cerrada
ningún sonido de la misma tríada puede ser insertado entre soprano y alto, o entre alto y tenor.
La disposición vocal abierta permite la inserción de estos sonidos entre las voces. Al arreglar, es
necesario que haya un balance entre disposiciones cerradas y abiertas.
Espaciado del acorde
Para evitar vacíos, no debería haber más de una octava entre soprano y alto o entre alto y
tenor, mientras que entre el tenor y el bajo puede haber más de una octava debido a las
cualidades de resonancia del bajo.
En los espaciados problemáticos ilustrados más abajo, la disposición vocal acentúa los
siguientes desequilibrios:
Acorde A: El sonido de la soprano está separado del resto del coro.
Acorde B: Se puede escuchar el vacío que hay entre las voces masculinas y femeninas.
Acorde C: El vacío entre las voces masculinas y femeninas está acentuado, con las mujeres en un
registro brillante y los hombres en un registro que no proyecta fuerza.
Inversión
Las estructuras armónicas que tienen la fundamental en el bajo están en posición
fundamental. Cuando la tercera del acorde está ubicada en el bajo, el acorde está en primera
inversión; cuando la quinta está en el bajo, el acorde está en segunda inversión. Las progresiones
armónicas normalmente incluyen acordes en posición fundamental e invertidos para mayor
variedad, aunque los de posición fundamental predominan porque son más estables. Los acordes
en segunda inversión son particularmente inestables y no deberían ser usados en exceso; el
arreglista debe poner una cuidadosa atención en sus acordes de aproximación y de resolución.
Intensidad vocal masculina y femenina
La diferencia en la intensidad relativa de la misma nota cantada por voces masculinas y
femeninas frecuentemente confunde al arreglista inexperto. Quizá se pueda visualizar mejor el
problema si consideramos la diferencia de timbre tonal que resulta de un G2 mezzoforte cantado
por una soprano y por un tenor. La soprano cantaría en un registro medio confortable, mientras
que el tenor estaría rozando el tope de su rango normal y para alcanzar esta altura debe hacer un
relativo esfuerzo mayor. Por lo tanto, su timbre vocal tendrá una mayor intensidad, creando la
ilusión de que está sonando a un registro mucho más agudo que el de la soprano.
Esta diferencia en el timbre aplica, en diversos grados, a todas las relaciones entre voces
masculinas y femeninas, y debe ser tomada en cuenta por el arreglista cuidadosamente al
momento de decidir la disposición de las notas en cada acorde. El principio básico puede
establecerse como sigue: cualquier altura dada aparentemente sonará más aguda si es cantada
por una voz masculina que cuando lo es por una voz femenina.
El ejemplo A ilustra un espaciado normal de todas las voces, sonando aproximadamente
con la misma intensidad en su registro medio. En B, soprano, alto y bajo aún están en su registro
medio, pero el tenor está cerca del límite de su rango, predominando debido a una intensidad
vocal mayor. Algunas veces tal espaciado es poco deseable. En situaciones donde es indicada una
calidad más estentórea, la cercanía de las tres voces superiores y la intensidad del timbre del tenor
agudo puede producir exactamente el resultado deseado. Del mismo modo, en situaciones donde
se necesita la prominencia del tenor o del bajo para poner de relieve una línea contrapuntística, se
puede hacer un uso efectivo de esta característica de las voces masculinas. A fin de observar la
operación de este principio y ser capaz de calcular cuidadosamente el efecto de cualquier
variación en las relaciones del rango normal, el arreglista debería escuchar los ejemplos
mencionados así como otros también. Unos breves instantes de audición cuidadosa probarán ser
más instructivos que muchos párrafos de explicación.
Duplicación
Dado que las tríadas sólo tienen tres únicos sonidos, en el formato SATB es necesario
duplicar uno de estos sonidos. La siguiente es una pauta general para la duplicación de la tríada,
tomando en cuenta los factores armónicos de relación funcional e inversión:
1. Los acordes en posición fundamental (con la excepción del acorde de vii0) duplican la
fundamental.
2. Las tríadas en primera inversión generalmente duplican el grado tonal, es decir, el
miembro de la tríada que es tónica, subdominante o dominante de la tonalidad.
Dependiendo de la conducción vocal o del espaciado del acorde, hay cierta libertad en la
aplicación de esta pauta.
3. Las tríadas en segunda inversión siempre duplican la nota del bajo, la quinta de la tríada.
Los acordes en segunda inversión están muy restringidos en su uso y aparecen con poca
frecuencia como acordes de paso o en aplicaciones cadenciales.
MOVIMIENTO DE ACORDES
Conducción vocal y notas sensibles
Una buena conducción vocal es un asunto de sentido común, en función de la creación de
una línea vocal sencilla y cantable tanto como sea posible. Para alcanzar este fin, el movimiento
predominante es por nota de paso, mientras que los saltos son usados con menos frecuencia,
tratando de que un salto amplio sea seguido por una nota de paso en la dirección opuesta,
siempre que sea posible. Cuando existen notas comunes entre dos acordes adyacentes, la nota
común debería mantenerse en la misma parte vocal.
Ciertos sonidos o intervalos sugieren un tipo particular de conducción vocal o de
resolución basada en su contexto. Uno de estos sonidos es el séptimo grado de la escala o
sensible. Debido a la fuerte tendencia que tiene la sensible de moverse hacia la tónica, siempre
que sea posible debería resolver sobre ella en el siguiente acorde. Del mismo modo, cuando se
emplea un acorde de séptima, especialmente el acorde mayor con séptima menor, la nota del
acorde que es séptima tiene una fuerte tendencia a resolver descendiendo en el siguiente acorde.
Los intervalos aumentados y disminuidos pueden ser difíciles de cantar. Particularmente la
segunda aumentada y la cuarta aumentada ascendentes, y la quinta disminuida descendente,
necesitan ser abordadas y resueltas cuidadosamente. Generalmente, los intervalos aumentados
resuelven “hacia afuera”, mientras que los disminuidos lo hacen “hacia adentro”, involucrando un
cambio en la dirección melódica. La excepción a esta regla ocurre cuando las voces simplemente
cambian de posición dentro del mismo acorde, en cuyo caso, estos intervalos son fácilmente
escuchados porque otra voz estará ejecutando la nota a la cual el salto debe ser realizado.
Varias de estas características de conducción vocal se pueden observar en el siguiente
ejemplo. Note el carácter conjunto básico de las tres voces superiores, con retención de notas
comunes (por ejemplo, alto en compases 1‐2). La línea del bajo usualmente tiene la mayor
cantidad de saltos debido al movimiento de un acorde en posición fundamental a otro una cuarta
o una quinta lejos. La mayoría de las sensibles (E becuadro) resuelven en la tónica. El E becuadro
del penúltimo acorde resuelve descendiendo al quinto grado del acorde de la tónica; de otro
modo, este acorde de tónica omitiría la quinta y triplicaría la fundamental, lo cual todavía es un
procedimiento aceptable. La séptima, en el penúltimo acorde, resuelve bajando.
Ejemplo 2‐1. Tradicional: Coventry Carol
En el siguiente ejemplo, los cuatro compases finales del ejemplo 2‐1 son rescritos para
incluir una segunda aumentada en el segundo compás de la voz de alto. No es un intervalo fácil de
cantar y debería ser evitado manteniendo la conducción del ejemplo anterior o resolviendo el alto
de Db a C y el tenor de F a E.
Ejemplo 2‐2. Tradicional: Coventry Carol [Nota: faltó incluir la armadura de clave anterior]
Algunas de las dificultades resultantes del uso de segundas aumentadas pueden ser
resueltas por medio de una juiciosa conducción de las voces. Note como la suave conducción vocal
en el siguiente ejemplo requiere de la duplicación de la tercera en el acorde tónico.
Cuando el procedimiento de alterar la conducción vocal es poco práctico, la escritura enarmónica
puede ser usada. En el siguiente ejemplo, la segunda aumentada de C a D sostenido es difícil de
escuchar y cantar. El mismo intervalo escrito enarmónicamente se convierte en una tercera
menor, C a Eb, y ahora es más fácil de cantar.
Movimiento paralelo y movimiento contrario
Cuando se mueve de un acorde a otro en estilos convencionales, debería hacerse uso del
movimiento contrario tanto como sea posible para alcanzar independencia de las voces y un
sentido total de balance. Los últimos cuatro compases del ejemplo 2‐1 proveen un ejemplo
superlativo de esta técnica, donde el movimiento contrario es usado en las voces externas para
conectar casi cada acorde en el pasaje. A veces puede ser necesario un movimiento en la misma
dirección, particularmente en secuencias de acordes. El primer compás del ejemplo 2‐1 presenta
una excelente ilustración de esta técnica.
Las quintas y las octavas paralelas van en detrimento de la independencia vocal y
deberían ser evitadas en la escritura vocal convencional. En ciertos estilos populares y de jazz, tal
paralelismo es apropiado donde las voces sirven esencialmente para realzar la línea melódica.
Otros intervalos (terceras, sextas, y algunas veces cuartas) aparecen con cierta frecuencia como
intervalos paralelos y no causan la misma preocupación.
Cruce de voces
Hay ocasiones en que se hace necesario el cruce de voces debido a la conducción vocal o
simplemente para añadir interés a una línea. Este recurso se usa principalmente entre alto y tenor,
voces que tienden a ser más estáticas. El cruce de voces entre soprano y alto no es recomendable
debido a que es posible que la línea melódica quede oscurecida. Igualmente, el tenor y el bajo no
suelen cruzarse a fin de mantener el acorde fundamental sonando claramente en la voz del bajo.
Algunas veces, un arreglista conscientemente decide cruzar las voces de alto y tenor para
llevar una intensidad particular a uno de los sonidos en un acorde, colocándolo en la tesitura más
aguda del tenor, donde será destacado. Por ejemplo, en los compases 3 y 4 del ejemplo 2‐1, los
tenores y los altos podrían cruzarse y aún permanecer dentro del rango. Esto tendería a darle peso
al movimiento resultante D bemol‐C en la parte de alto. Normalmente, tal cruce de voces no es
necesario y el arreglista debería tener una sólida razón musical para considerarlo.
VOCABULARIO DE ACORDES Y PROGRESIÓN DE ACORDES
EN LA ARMONIZACIÓN DE LA MELODÍA
El arreglista usa una melodía pre‐existente como la base para un arreglo coral. Con
frecuencia, la fuente musical para el arreglo coral puede estar disponible sólo en la forma de una
línea melódica sencilla con texto. Antes de cualquier consideración real de textura o
acompañamiento, el primer paso es elaborar una armonización básica para la melodía.
Muchas melodías pueden ser completamente armonizadas usando sólo tríadas básicas.
Gran parte de esta sección se enfoca en cómo formar progresiones musicalmente lógicas a partir
de estas tríadas básicas en el proceso de armonización de una fuente melódica. Adicionalmente,
se darán algunas consideraciones con respecto a los acordes de séptima diatónica y los acordes
cromáticos como agentes de color armónico adicional.
Armonía triádica básica
El sistema armónico básico está organizado por el concepto de tonalidad, donde las
tríadas están construidas sobre cada grado de la tonalidad usando sólo sonidos de la escala.
Observe las siguientes tríadas, las cuales ocurren en la tonalidad de Fa mayor.
Dos designaciones de acordes son dadas arriba y debajo de las tríadas. La de arriba
muestra la tríada fundamental y la calidad: mayor (sin designación), menor (m), disminuida (dis) o
aumentada (aum). Los numerales romanos muestran la posición del acorde dentro de la tonalidad,
con números mayúsculos para mayor y minúsculos para menor.
Las mismas tríadas básicas pueden ser construidas en menor, como se muestran en el
ejemplo abajo.
La escala menor básica sobre la cual están construidas las tríadas es la escala menor
natural o eólica. Pero frecuentemente, el séptimo grado de la escala es alterado (como en la
escala menor armónica), creando una sensible. Por lo tanto, el acorde construido sobre la
dominante (quinto grado de la escala) en menor puede ser una tríada menor (v) o una tríada
mayor (V). Igualmente, la tríada que ocurre sobre el séptimo grado o es mayor (VII) y construida
sobre la subtónica, o disminuida (vii0) y construida sobre la sensible.
Las tríadas más importantes y frecuentemente destacadas en una tonalidad son la tónica
(I), la subdominante (IV) y la dominante (V). Muchas canciones pueden ser armonizadas usando
sólo esas tres tríadas; y cuando esto ocurre, el patrón direccional más frecuente es subdominante,
dominante, tónica.
Ya que estas tres tríadas son como los pilares de tanta música tradicional, con frecuencia
son llamadas tríadas primarias. Las tríadas secundarias se relacionan funcionalmente con las
primarias basadas parcialmente en el número de notas comunes que aquellas comparten con
éstas. Los acordes iii y vi comparten cada uno dos sonidos comunes con el acorde de tónica (I), y
por lo tanto son frecuentemente seguidos o sustituidos por ella. El acorde ii actúa como una pre‐
dominante, como el acorde subdominante (IV), con el cual comparte dos notas. La tríada vii0, una
dominante como el acorde V, es usado con menos frecuencia que las otras tríadas secundarias.
En la planificación de una progresión, cualquier tríada secundaria o primaria puede
moverse directamente a la tónica, pero, en general, una progresión tenderá a moverse en la
predecible manera que va desde la tónica (o sus sustitutos iii y vi), a la subdominante (incluyendo
el ii), a la dominante, y finalmente de vuelta a la tónica. Este movimiento está gráficamente
presentado en el diagrama que se muestra abajo, y puede ser visto en el contexto del ejemplo 2‐3.
TÓNICA SUBDOMINANTE DOMINANTE TÓNICA
I (vi, iii) IV (ii) V (vii) I
Armonización de la melodía
El punto inicial para cualquier arreglo coral siempre es la melodía original. Todas las
descripciones precedentes ahora deben ser vinculadas a la melodía original para ver cómo ciertos
aspectos de construcción melódica afectarán la armonía. Considere lo siguiente como una
propuesta general para la armonización de cualquier melodía original.
1. Decida la tonalidad de la melodía original.
2. Familiarícese con todos las tríadas primarias y secundarias en esa tonalidad,
concentrándose inicialmente con las tríadas primarias (I, IV, V).
3. Decida cuáles notas de la melodía va a armonizar. Normalmente, se armonizan las notas
que ocurren en los tiempos fuertes del compás ya que tienen mayor duración o se repiten,
y aquellas que comienzan y finalizan las melodías. Factores como el tempo y la medida
también influyen sobre cuáles notas son armonizadas. Por ejemplo, en tempos lentos
todas las notas pueden ser armonizadas, como en un himno de iglesia. En tempos más
rápidos, algunas notas de la melodía pueden ser consideradas como sonidos no armónicos
(notas de paso, floreos, etc.) y podrían no serán armonizadas.
4. Comience con las tríadas primarias y haga juego entre la nota de la melodía a ser
armonizada y las notas que integran las tríadas primarias. Recuerde que muchas melodías
comienzan y terminan en la tónica y que los acordes se mueven en una dirección
predecible. Escriba el cifrado sobre la melodía y/o el número romano debajo de la nota a
ser armonizada. Si más de una tríada primaria se ajusta a la nota de la melodía, escriba
ambas opciones.
5. Cante la melodía mientras toca las tríadas primarias propuestas y deje que su oído juzgue
cuáles acordes se ajustan mejor.
6. Algunas melodías están construidas de tal forma que una armonización suena completa y
musicalmente satisfactoria usando sólo tríadas primarias. Sin embargo, la mayoría de las
armonizaciones son realzadas añadiendo tríadas secundarias. Considérelas como posibles
sustitutos armónicos en aquellos lugares donde las notas de la melodía se repiten y en
otros lugares donde su oído le dice que hace falta variedad. De nuevo, siguiendo el
esquema general de movimiento armónico previamente presentado.
El ejemplo 2‐3 ilustra una armonización de Good Christian Men, Rejoice usando sólo
tríadas primarias.
Ejemplo 2‐3. Tradicional: Good Christian Men, Rejoice
Todas las notas de la melodía están armonizadas, aunque algunas veces las tríadas se repiten
cambiando la disposición de las voces. Note que las corcheas en los compases 4‐6 también podrían
haber sido consideradas como notas no armónicas (floreos y notas de paso) y, consecuentemente,
no armonizadas. Tal decisión está basada en los deseos musicales del arreglista, en este caso, el
deseo de un ritmo armónico más rápido, antes que en cualquier decisión definitiva correcta o
incorrecta. Considere también con cuánta frecuencia las tríadas se mueven en la dirección
predecible subdominante‐dominante‐tónica.
El ejemplo 2‐4 es una lógica extensión del ejemplo 2‐3, donde un número de tríadas
secundarias añaden variedad armónica y un interés musical general. Note particularmente el uso
de acordes de iii y vi en los compases 3, 5, 6 y 9, así como el acorde de ii (el cual ocurre
usualmente en primera inversión) en el compás 8. Otros factores que hacen de esto una
disposición más balanceada son el uso de tríadas primarias invertidas (1ra y 2da inversión) y el
cambio a posición abierta en los compases 4 y 5.
Ejemplo 2‐4. Tradicional: Good Christian Men, Rejoice
Acordes diatónicos de séptima
El vocabulario de tríadas diatónicas puede extenderse añadiendo un acorde de séptima en
cada grado de la escala. Los acordes diatónicos de séptima resultantes son descritos con dos
letras, las cuales representan el tipo de tríada (1ra letra) y el tipo de séptima (2da letra). Las cinco
diferentes sonoridades de acordes de séptima son mayor‐mayor (MM), mayor‐menor (Mm),
menor‐menor (mm), semi‐disminuida (ø7), y disminuida (o7). La semi‐disminuida también se
conoce como disminuida‐menor y la disminuida como disminuida‐completa. La siguiente tabla
muestra estas séptimas diatónicas en la tonalidad de Fa mayor y fa menor. Resulta útil comparar
esta carta con la de las tríadas diatónicas. Las sonoridades mostradas para fa menor no incluyen
cada posible acorde de séptima que puede ser construido sobre el quinto y séptimo grados de la
escala, pero ilustra los tipos más comunes.
Aunque estos acordes de séptima pueden sustituir libremente a sus tríadas equivalentes
para añadir color y picante, en la práctica son usadas con poca frecuencia en arreglos corales
tradicionales. Son particularmente efectivos en pasajes lentos donde la riqueza armónica es
deseada. Mención particular debe hacerse del acorde de V7, el cual se encuentra en abundancia en
todos los estilos de música tradicional, remplazando al acorde de V, particularmente en cadencias.
El siguiente ajuste de Coventry Carol contiene muchas séptimas diatónicas. Compárelo
cuidadosamente con el ejemplo 2‐1, el cual sólo usa un acorde de séptima. Algunos de los acordes
de séptima en este ejemplo son sustitutos de las tríadas en el ejemplo 2‐1, mientras que otros
simplemente añaden la séptima diatónica a la tríada original. Este arreglo de Coventry Carol tiene
más séptimas diatónicas de lo que uno podría esperar para ilustrar completamente el potencial
armónico de estas sonoridades. Con frecuencia, el acorde de séptima diatónica es usado con más
moderación para añadir color a un momento musical especial.
Ejemplo 2‐5. Tradicional: Coventry Carol
Acordes de séptima de dominante secundaria
Uno de los tipos más comunes de acordes cromáticos encontrados en arreglos corales es
la tríada de dominante secundaria. El principio fundamental de la dominante secundaria es que
cualquier tríada diatónica mayor o menor en una tonalidad puede ser precedida de su dominante.
En el modo mayor, esto significa la dominante de I, ii, iii, IV, V, y vi; y en menor, de i, III, iv, V, VI y
VII. El cifrado para la séptima de dominante secundaria es V7/ + (función de tríada). Dado que la
séptima de dominante secundaria esencialmente transfiere la relación V7‐ I a otras tríadas
diatónicas, se deduce que algunas notas del acorde de séptima pueden requerir un ajuste
cromático para hacerlo un Mm7, como el V7. Del mismo modo, el acorde de séptima de dominante
secundaria puede ser usado en todas las inversiones y sigue las resoluciones establecidas para el
acorde de V7. Abajo, algunos ejemplos seleccionados de acordes de séptima de dominante
secundaria con resoluciones, en Fa mayor.
Incorporar dominantes secundarias en la armonización de la melodía requiere un poco de
consideración especial. El lugar más fácil de colocarlas es en un punto cadencial, precediendo a un
acorde cadencial. Teóricamente, cualquier tríada puede ser precedida de su dominante
secundaria, pero la nota correspondiente a la melodía, en tal tríada, debería ser integrante de la
dominante secundaria, o en su defecto, producir otro tipo de tensión. Su utilización debe tener un
sentido musical.
Varias dominantes secundarias han sido añadidas al arreglo de Good Christian Men,
Rejoice del ejemplo 2‐4 para crear el ajuste encontrado en el ejemplo 2‐6. Los puntos cadenciales
en los compases 4 y 6 son lugares obvios para un embellecimiento con la dominante secundaria.
La dominante secundaria invertida en el compás 8 se debe a la obvia conexión de la sensible en la
voz del bajo.
Ejemplo 2‐6. Tradicional: Good Christian Men, Rejoice
Pasajes cromáticos disonantes
El cantante, a diferencia del instrumentista, debe ser capaz de escuchar mentalmente cada
altura antes de cantarla. Esta circunstancia impone limitaciones al arreglista en la escritura
cromática o en pasajes disonantes. En general, debe estar muy consciente de las limitaciones de
los cantantes y, en particular, las de aquellos para quien escribe. El tempo debe ser lo
suficientemente moderado para permitir la anticipación mental de todos los intervalos. En tempos
más rápidos hay pocas probabilidades para una ejecución satisfactoria de pasajes cromáticos y
disonantes.
En pasajes cromáticos de gran movilidad, la escritura en unísono es con frecuencia más
efectiva que la armonización. En pasajes disonantes, es aconsejable preparar las disonancias
incluyéndolas en los acordes anteriores. Si tal preparación es impracticable, se debe aproximar a la
disonancia por nota de paso o por saltos no mayores a una tercera.
Ejemplo 2‐7. Pasaje cromático
ALGUNAS CONSIDERACIONES ESTÉTICAS MUY PERSONALES
PARA LA ELABORACIÓN DE ARREGLOS CORALES
Un arreglo es “casi” una composición, de la cual ya se posee una voz (la melodía). Por lo tanto,
debe respetarse como un género importante, pues el arreglo dice mucho acerca de las
destrezas, habilidades, sensibilidad y buen gusto de su autor.
La melodía debe respetarse en todo momento, pues ésta tiene un creador, quien la compuso
de una forma definitiva. Sin embargo, se pueden hacer ligeras variantes luego de haber
expuesto la melodía una primera vez. El arreglista, que por lo general también es compositor,
debe considerar lo antes expuesto, ya que como creador, no le gustaría que sus melodías sean
alteradas.
Cada una de las voces debe ser tratada dentro de un rango apropiado.
Cada una de las voces debe “cantar” por sí sola, es decir, debe ser interesante, no de “relleno”.
El bajo debe ser tan interesante como la melodía, pero nunca más que ella.
Antes de comenzar a realizar el arreglo, es recomendable conocer a fondo los acordes
originales de la melodía. Esto nos brindará la posibilidad de encontrar con mayor facilidad, las
posibles sustituciones armónicas que podemos realizar.
Se debe guardar un buen equilibrio entre todas las voces, procurando siempre una efectiva
disposición vocal, evitando el uso de posiciones extremadamente abiertas.
Se puede hacer uso o no de la tonalidad original, incluso modular a otras tonalidades, buscando
siempre el registro más apropiado para la voz que conduce la melodía.
El arreglo puede ser de carácter armónico o contrapuntístico, o ambos, en cuyo caso, se gana
en riqueza de textura.
Se puede hacer uso de imitaciones (en este caso, fragmentos de la melodía)
Se pueden hacer ‘citas textuales’ de otras melodías totalmente ajenas a la melodía original, o
sea, interpolar melodías de diferentes canciones dentro del arreglo.
Se debe asignar con sumo cuidado, a cada una de las voces, las notas del acorde, procurando
un perfecto balance.
El uso de las disonancias debe hacerse con sumo cuidado, procurando que cada una de las
voces llegue y salga de ellas de la forma más cómoda posible.
En la medida de lo posible, debe evitarse el uso de disonancias dentro de una misma cuerda
cuando se realice un divisi, salvo que sea por movimiento oblicuo. Es preferible colocar la voz
que disuena en otra cuerda.
Se pueden aprovechar las notas largas de la melodía, para entonces mover el resto de las
voces.
En algunos casos, se puede alterar los valores rítmicos originales de la melodía.
El arreglo debe ser lo suficientemente autónomo, de tal forma que pueda ser cantado a
cappella. Esto no significa que no pueda ser acompañado por algún instrumento de naturaleza
armónica, el cual deberá reproducir con exactitud todos los acordes implícitos en el arreglo.
César Alejandro Carrillo