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TEOLOGÍA

La teología (del griego θεος [theos], ‘Dios/deidad’, y λογος [logos], ‘estudio) es la


disciplina que estudia el conjunto de conocimientos acerca de Dios, sus atributos y sus
perfecciones.1 Y, más ampliamente, al estudio de las creencias religiosas como dogmas y
conceptos, entre otros.
El empleo de esta palabra se atribuye al pensamiento politeísta de la Antigua Grecia, y a los
filósofos griegos entre los siglos IV y V a. C. Este término fue usado por primera vez por
Platón en La República (año 379 a. C.)2 para referirse a la comprensión de la naturaleza
divina por medio de la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de sus poetas
coetáneos. Adimanto preguntó a Sócrates cuáles serían las líneas generales de las razones
que podríamos dar sobre los dioses (οἱ τύποι περὶ θεολογιάς τίνες ἄν εἶεν;, Rep. II, XVIII,
citado por Platón, año 379 a. C.). Más tarde, Aristóteles (año 350 a. C) empleó el término
en numerosas ocasiones con dos significados:
Teología al principio como denominación del pensamiento mitológico inmediatamente
previo a la Filosofía, en un sentido peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a
los pensadores antiguos no-filósofos (como Hesíodo y Ferécides de Siros).3
Teología como una rama fundamental y la más importante de la Filosofía, también llamada
filosofía primera o estudio de los primeros principios, más tarde llamada Metafísica por sus
seguidores y que para distinguirla del estudio del ser creado por Dios, nace la filosofía
teológica que se la denomina también teodicea o teología filosófica (véase Teodicea).3
San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran obra
Antiquitates rerum divinatum de Marco Terencio Varrón, como única teología verdadera de
entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la natural.45 Sobre esta, situó
la teología sobrenatural (theologia supernaturalis) basada en los datos de la revelación y por
tanto considerada superior.6 La teología sobrenatural, situada fuera del campo de acción de
la filosofía, no estaba por debajo, sino por encima de esta y la consideraba su sierva, que la
ayudaría en la comprensión de Dios.
Teodicea es un término empleado actualmente como sinónimo de teología natural. Fue
creado en el siglo XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea.
Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal», si bien Leibniz se
refería con teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y
justificar la bondad de Dios.
Las ramas de la teología son teología natural o racional, teología dogmática y revelada y
teología moral. A estas se las puede calificar de cristianas; «católicas», «protestantes»,
«ortodoxas», etc. Existe una retórica sagrada o cristiana, el Ars Praedicandi, de importante
desarrollo medieval. Ciertamente, gran parte de todas estas disciplinas posee profundo
desarrollo en los ámbitos correspondientes a las distintas religiones, si bien es en las
llamadas «religiones del libro», especialmente en la cristiana, donde disfrutan de mayor
especificidad. Dos distinciones contemporáneas muy extendidas, que designan meramente
corrientes de pensamiento y no campos disciplinares, son teología de la liberación y
teología negativa. El término «ciencias eclesiásticas» (aun vigente a fines del XVIII en la
obra de Juan Andrés) englobaba la "teología", derecho canónico, derecho eclesiástico,
historia de la Iglesia y escriturística, que ahora caen bajo la teología.
La apología cristiana (del griego ἀπολογία, "defensa verbal, discurso en defensa") es el área
de la teología que se especializa en usar argumentos racionales para defender y difundir el
cristianismo. Los apologistas cristianos defienden su punto de vista por medio de evidencia
histórica, argumentos filosóficos, evidencia científica y el razonamiento lógico, entre otros.
Pese a que algunos creacionistas son considerados apologistas, generalmente son una
minoría en esta área de la teología.
La apología cristiana se remonta al apóstol Pablo, ha evolucionado durante los siglos e
incluye a célebres filósofos medievales como San Justino Mártir, san Agustín de Hipona o
Santo Tomás de Aquino. Algunos apologistas de la época moderna fueron C.S. Lewis y G.
K. Chesterton. En el presente, algunos apologistas destacados son el filósofo y teólogo
William Lane Craig y el biólogo genetista Francis Collins, exdirector del Proyecto Genoma
Humano.
Teología católica
El término teología, por tanto, no es inicialmente de origen cristiano. Solo a través de un
proceso progresivo se impone tanto en Oriente como en Occidente el uso cristiano del
término «teología». Para Clemente de Alejandría, indica el «conocimiento de las cosas
divinas». Para Orígenes expresa la «verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como
Salvador». Corresponde a Eusebio el privilegio de haber aplicado por primera vez el
atributo theologos a Juan el Evangelista, ya que en su evangelio escribió una «eminente
doctrina sobre Dios». A partir de él, la Iglesia Católica afirma que la teología indica la
verdadera doctrina, la cristiana, en oposición a la falsa doctrina que enseñaban los paganos
y los herejes.
El término teología es una palabra compuesta que, en su significado literal, puede indicar
un hablar de Dios, o bien un discurso sobre Dios. Si en términos generales la teología es
una reflexión sobre Dios (y en este sentido existe también una teología filosófica), en el
sentido más corriente de la Iglesia católica es una reflexión que intenta conocer y
comprender la fe a partir de la razón. Así pues, la teología católica presupone la fe como
fundamento experiencial e intenta en ella y a través de ella el conocimiento y la
comprensión de la fe. En otras palabras, es una actividad intelectual, metódica y crítica que
presupone la adhesión a la fe católica. Para indicarla sintéticamente, se resume a menudo a
la fórmula de Anselmo de Canterbury: "Fides quaerens intellectum": "La fe busca
entender" (la teología es la voluntad de la fe de comprender).
En la constitución del saber teológico católico pueden indicarse su objeto, sus fuentes y su
lugar. El «objeto» de la teología es Dios —de manera directa—, y el mundo y el hombre a
la luz de Dios. Las «fuentes del conocimiento teológico» y sus criterios de verdad son la
razón humana y la revelación divina, de manera privilegiada. El «lugar» de la teología es la
Iglesia como comunidad de fe y de cristianismo.
De aquí deriva que la Iglesia tiene que poder establecer de forma autorizada criterios para
la reflexión teológica. Según la Iglesia católica, la investigación y el trabajo teológico se
inscriben dentro de un saber racional, cuyo objeto es dado por la «revelación» —es decir, la
Palabra de Dios— transmitida e interpretada por la Iglesia bajo la autoridad del Magisterio
—ya que es imposible evitar la mediación de la Iglesia—, y acogida por la fe (importancia
del asentimiento de la comunidad). La teología en algunos casos llegó a un alto nivel de
especulación y elaboración. Este saber racional ha sido considerado ciencia por los teólogos
y por no-teólogos en el pasado medieval y en épocas contemporáneas, aunque para otros
del pasado o contemporáneos no es una ciencia. En gran medida, esto se explica porque el
concepto de ciencia ha variado y aún en diferentes épocas no es homogéneo.
La Teología se pregunta acerca de la naturaleza, las propiedades y la esencia de Dios
usando como fuente la Revelación y como método la lógica trinitaria. En este sentido la
Teología católica es en su mayor parte igual que otra teología cristiana. También estudia
otras cuestiones, como por ejemplo la soteriología, la mariología, la predestinación, la
escatología, la ética teológica y, según algunos autores, la apologética.
El primer milenio después de Cristo se caracterizó por la unidad entre el saber teológico y
el ministerio pastoral de los obispos. Algunos de los mayores teólogos fueron los grandes
doctores de la Iglesia. Y estos, con algunas excepciones, fueron obispos. El magisterio del
obispo se desarrollaba siendo teólogo y viceversa; poniendo de manifiesto la unidad y la
complementariedad de las dos funciones. La teología era considerada como comentario y
esfuerzo de penetración en la Palabra de Dios para poder vivirla concretamente.
En Occidente, es sobre todo Agustín el que mantuvo con vigor el sentido religioso de
teología: se comprende así la teología como el esfuerzo por penetrar cada vez más en la
inteligencia de la Escritura y de la Palabra de Dios. Anselmo de Aosta avanzó en la
comprensión de la teología y consideró el principio básico de la teología: quaero intelligere
ut credam, sed credo ut intelligam (busco entender para creer, pero creo para poder
entender).
En el medioevo surgieron múltiples cismas en torno a la naturaleza de Cristo y en
referencia a la virginidad de María. Con respecto a esta última, la controversia en parte
giraba en que en Mateo 1:23 el ángel anuncia el nacimiento en condición virginal, mientras
que Isaías en su profecía alude a una almah que en hebreo significa niña o jovencita, pero
no a una bethulah que significa virgen. Este es un pequeño ejemplo de las dificultades de la
teología, al tener que encontrar la no contradicción entre los argumentos filológicos y
filosóficos, y las afirmaciones dogmáticas del Magisterio de la Iglesia católica, sostenidas
por ser «asistidas por el Espíritu Santo».
Teología protestante
Teología liberal y Teología dialéctica.
A partir de Lutero se inició un nuevo recorrido teológico, separado e independiente
respecto de la teología tradicional católica. Surge así la teología protestante, que difiere de
la católica en cuestiones doctrinales que son consideradas fundamentales:
La Biblia es considerada infalible Palabra de Dios y el texto más importante de todos los
libros del mundo. No existen documentos diferentes a la Biblia que sean aceptados como
infalibles. Además, de estar basada en el llamado canon de palestina o canon hebreo que
consta de 39 libros, a diferencia de la Biblia católica que contiene 46 libros, pues está
tomada del canon de Alejandría que contiene siete libros más, llamados apócrifos por la
tradición protestante y, también llamados libros deuterocanónicos por la tradición católica.
No se acepta adoración a ninguna clase de imagen ni a persona humana alguna. Por lo
tanto, no se acepta la postración frente a imagen alguna.
No se acepta la existencia del purgatorio.
No se acepta el bautismo de niños o infantes, sino hasta que el individuo tiene formada una
conciencia de lo moral.
No se reconoce a la Virgen María ni a ningún otro personaje bíblico o histórico como
intercesor ante Dios.
Cabe mencionar que, dentro de la Teología protestante, se destacan 5 puntos que resumen
la Teología o creencias:
Sola Fide
Sola Gratia
Sola Scriptura
Solus Christus
Soli Deo Gloria
La “hospitalidad de Abraham”, de Andréi Rubliov: los tres ángeles representan a las tres
personas de Dios.
Lo cual significa que la Salvación es por la Sola Fe (Sola Fide), por la Sola Gracia de Dios
(Sola Gratia), por la Única Obra intercesora de Cristo (Solus Christus), dando así la Gloria
Solamente a Dios (Soli Deo Gloria) pues el hombre no tiene parte en la salvación.
Asimismo, se enfatiza la suficiencia de la Palabra de Dios expresada en la Biblia, con el fin
de conocer al Dios verdadero al revelarse este hacia los hombres (Sola Scriptura).
Teología ortodoxa
La teología ortodoxa oriental se caracteriza por su trinitarismo monoteísta, la creencia en la
encarnación del Logos (hijo de Dios), un equilibrio entre la teología catafática y apofática,
una hermenéutica definida de la tradición sagrada, una eclesiología concreta, y una
soteriología terapéutica.
Los cristianos ortodoxos creen en un único Dios que es a la vez uno y trino (Padre, Hijo y
Espíritu Santo), aunque apunta que se trata de “una esencia indivisible” presente en los tres.
La sagrada trinidad está formada por tres personas distinguibles y distintas (hipóstasis), que
comparten una esencia divina (ousia) no creada, inmaterial y eterna. El padre es la fuente
eterna de divinidad, de la que el hijo la obtuvo y también del padre la obtuvo el Espíritu
Santo. La ousia de Dios es algo que está más allá de la comprensión humana y no puede ser
definida ni tratada por el entendimiento humano.
Islam
Artículo principal: Kalam
Kalam (‫ )علم الكلم‬es una de las ciencias religiosas del islam. En árabe, la palabra significa
‘discusión’ y se refiere a la tradición islámica de buscar principios teológicos por medio de
la dialéctica. Un estudioso del Kalam es llamado mutakallam.
En culturas antiguas
Mitología grecolatina
Artículo principal: Mitología clásica
Los Dioses Olímpicos de Grecia
Mitología clásica, mitología grecorromana o grecolatina es la mitología de la civilización
clásica grecorromana, un cuerpo de narraciones míticas esencialmente común (tras adaptar
los romanos el panteón de la religión griega a su propia religión original -religión romana-),
aunque los nombres de los dioses sean distintos en griego y en latín. Ambas mitologías
convergieron en el siglo I a. C.
En la antigüedad grecorromana existieron eruditos que escribieron obras filosóficas en
donde trataban el tema del politeísmo de manera racional, como son el De natura deorum
de Cicerón, o algunos textos de Epicuro como la Carta a Meneceo.13 También entran aquí
textos como De divinatione de Cicerón, De la naturaleza de las cosas de Lucrecio, y
Meditaciones de Marco Aurelio.
Teología egipcia
Artículo principal: Mitología egipcia
Papiro con la representación de una parte de los dioses egipcios
La religión del Antiguo Egipto comprende las varias creencias religiosas y rituales
practicados en el Antiguo Egipto por más de tres milenios: desde el período predinástico
hasta la adopción del cristianismo en los primeros siglos de esta era. Estas creencias se
centraban en la adoración de múltiples deidades que representaban varios aspectos de la
naturaleza, simbolizando ideas y funciones de poder, expresados por medio de complejos y
variados arquetipos.
La religión egipcia tuvo como principal objetivo la interacción entre los seres humanos y
los dioses.14 Se creía que estos dioses estaban presentes en todos los aspectos del mundo
natural, aunque su verdadera naturaleza se mantuvo. también eran muy sensibles por su
sexualidad.
Estas deidades eran adoradas con ofrendas y oraciones por los faraones, en los santuarios
de los templos. El pueblo los veneraba durante las procesiones, expuestos en templetes
exteriores, sobre barcas rituales portadas por los sacerdotes. Apoyados por la realeza,
destacaron diferentes dioses en diversos períodos de la historia egipcia y los mitos
asociados con ellos cambiaron con el tiempo, así que Egipto nunca tuvo una jerarquía
coherente de deidades o una mitología unificada; sin embargo, la religión contenía muchas
creencias generales. Entre ellas se encuentra la divinidad del faraón, que ayudaba a unificar
políticamente el país,2 y creencias más complejas sobre una vida más allá, que dio lugar a
la elaboración de las complejas costumbres funerarias egipcias: embalsamamiento,
momificación, enterramientos rituales en ricos complejos funerarios, con templos
funerarios, pirámides, mastabas, etc.
Teología nórdica
Para más información, véase Ásatrúarfélagið.
Mueren riquezas, mueren parientes, igual morirás tú; la gloria tan sólo no muere jamás, de
aquel que ganársela logra. Hávamál, estrofa
La mitología nórdica era una colección de creencias e historias compartidas por los pueblos
germanos septentrionales. Es importante señalar que esta mitología no era compartida por
los pueblos nórdicos de etnia urálica (fineses, estonios y lapones) ni báltica (lituanos y
letones), quienes poseían una propia (aunque parecida). No era una religión revelada, pues
no había una verdad entregada por los divinos a los mortales (a pesar de que tiene relatos de
personas normales aprendiendo las historias de los dioses de una visita de, o a, ellos), y no
tenía un libro sagrado. Esta mitología era transmitida oralmente en forma de una larga y
regular poesía. Dicha transmisión continuó durante la era vikinga, y nuestro conocimiento
sobre ella está basado principalmente en las Eddas y otros textos medievales escritos
durante o después de la cristianización.
En tiempos recientes ha habido un resurgir de las creencias de los antiguos pueblos
vikingos; sus adeptos, quienes se consideran como odinistas o asatruar han escrito obras y
artículos en defensa de un paganísmo racional.
En una entrevista en 1992, Jörmundur Ingi Hansen expresó su visión sobre varios temas
teológicos, incluido la naturaleza de los dioses y la base de sus creencias paganas:
Desde mi perspectiva, el mundo en su naturaleza se divide en dos, las fuerzas constructivas,
Æsir, y las fuerzas destructivas que nosotros llamamos Jötnar. <…> Ásatrú o paganismo es,
básicamente, solo para darse cuenta de esta dicotomía y tomar partido por el flanco de los
Æsir. La mejor manera de hacer eso, en mi opinión, es ser auto-consistente, vivir en
armonía con la naturaleza, asociarse a ella con respeto y someterse al orden público. <...>
Los dioses forman las moradas de la gente, la tierra y el sistema solar a partir del material
que ya existe. En este contexto podemos considerar a las fuerzas de la naturaleza como los
dioses en sí mismos y en gran medida, eso es lo que la gente hacía en la antigüedad.

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