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RM i i ! CNS MORENO, Amparo {1S86) 1 arquetipo vir rotagnioe de ho "ia Rercoies de lecuira mo andracintrise Cerne enacabs dos, Bacal, Baer lls Ones POWER, Leonardo (1988) "Const una nice. Un exrtr Han do Sarmierin, on Suplemene elt de Pagina/12, 11-09-88, Bae nok Aires, 1ATO, Hilda (1991) “Loe abajadores yo marco de uabajo en Buenos Aires, ciudad y carpets 150-1880". Poneneis resontads nel Seminario Historia y gener: pasado y presente dels mujeres argennas, Peeled de Plosatay Letras, JA. 4c uo de 1981 Buenos Aires. SARLO, Beez (1965) i volomarismo bog” Un exer ‘ Sarmiento, en Supemento cara de Pagna/I2. 11-08-88, Bue- noe Aires SARMIENTO, D, (1834) La escuela ss a rls demi majer Bue ‘not Aires, Sociedad Luz. impress La Vanguaris ‘SARMIENTO, D. (1900) OBas completes. Buen Ai, ‘SCHULTZ DE MANTOVAN, Fy (1950) La mujer en la vida na ‘ional Buenos Ales, Ficiones Galen. ‘SCORIE, Janes (1971) Argentina: A City and a Nation. Nuova Yor, ‘Oxford University Pre. 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Buenon Aires Porod docencia para las mj ‘ana altemativa contradictoria en el camino hacia los “legitimos” * CEHCE (Gracola Mongade |La norma que nos obliga wllza el plural mascolino cuando nos ‘eferimos a un conjuato extenso de cosas, personas o acontect ‘entos esconde diferencias en su homogeneizacidn iusoria, La Fistoria de fa educaciday 1s estdios pedagogicos en general no than escapado por supuesto a esas trampas, y nos han ocullade durante mucho tiempo que cuande de "Ios docentes” se tet, es. ‘amos hablando, en realidad, de mujeres y de verones que ejercen Ie = Et presamte was grouse, con alana vine, doe acs po cede eis Propteia scat re? (PEACSOMy Debit ‘sere, 1993) ys Revi de CE ined avesigesones on Claas Se Bane el UB 9 Danae 1989) pro enc lca edcaivary sigan el wo eva cao con eye da CONICET blo acetone ‘Conejo Nicloal de Educate, Non de lo Educutin Com Sen ‘ecopldosdemdssgunce exo sobre tees eles sob oe {ena shan onde cts vada perieree sleet i eoblems on nvr de conn emeniny a tas fs ge eo spinels, priciest lr eacabvas ya Constatn asd ii tnt: eoncepoas mea dha y nant, dovencia. A fines el siglo pasedo, por ejemplo, “tabsjar como acti no signifies fo mismo que "trabajar come mAcstO".y menos nu “ser maestra” que “see mast! “Uns particular relacén con el saber acacémico y con el mundo ‘el taba signaron al ingrese masivo de las mujeres a Is docencia Masivo, prgue a diferencia de Is Ionas) progesives tansforms- Cones acontecidas en ottos pales occidenteles (Francia 0 Gran ‘Bretafia) en Argentina In feminizsién dele docencia primar se produjo en forme aelerada ines del siglo pascoy Ia primera d= ada del presente, Una seie de medidas politics fueron a media ‘idm coneeta par a conformacion de urs “masa crea” femenins hnabiltada para edcar a los oios en las escuelas de la ley 1420. "Transcurieron so trina aflos entre la aperira dele primera Es cuela Normal y la conformacién de un.cuerpo docente femenino eh tan 85 %, poreeniaje que nunca descendié af largo de! sgl, y que Uags al 91 % de i setualidad. En muy escasas oportunidades en Ia historia de fa educscin argetin, une decisién gubernamental en ‘cont una eapoesta positive por parte dels sociedad civil seme- jane ala incorpracin dele mujer a Is docenci ‘Es indudable que el proyecto poliico-pedagdgicofinisecular Y snecesitaba” de una serie de "ovalidades” on los doventes que Inalan de Ins mujeres el sujeto més indicado para el cjercizio del ‘magstero, Por una prt, sein ls signiicacones de género hee ‘ménieas en I époc, las mujeres podrin “natralmente” satsfacer tl proyecto palfic global -homogeneizar y moralizar a sociedad, por ser edueadorae "naturales" yresullaban tabajadoras “bars- fis" en un contextoaltamentedefieltario para Ta economia de Ia ‘cdueacin pbtica. Por ors part, los hombres comenraban a “con- fesar” wx desconocimiento acerca del mundo infantil con el que se habian vinculado como educadores apart dela violencia fsca ~0 Taamenaza dest uso- Ia imposcin, mientras que Ins mujeres se ‘ovian con nataralided entre los nfs (inclusive eran considers as ells también como menores) y aseguraban una “duleficaci fe In ensetanza escolar. ‘A diferencia de otros discurtos en los que la institucionliza- cn deriva en usa masculinizacin-la medina por emplo— (Nari, 1093) el desaroll de las ciencias pedapogieasapuntaba al deseu brimnto del no come eategora soca con Kdentdad propin,y ala se como I ecadorlectors ms sponds, bao doce {aden y tefl on a oct ue su oe conouaioncs septs “ts nl sonar, condiciones inbores perro oe) aco ‘cian poco srctiv come cutera profesional pre os rarnes tonanbicimes or ors pre cn un contents de cases en sconso yen pugna ror poder oli, sgunes mujeres comenaban a bsg de pte ened pin Retin epic impli {Betis mejor ont nda soi presosano pr ceo ten nay mores aes eto porns asec ime inareca dna every cate 9 mr ‘Shu ot enconton a oprtniad hse on el proyecto Shonive dota ccs, videntement,habo uns eran nasal “inulin olin para Star srgimienta don cera “mavmieno omen ‘xt cabida national y canal, coro erm, en dec ‘Sn esos or low eripos dominates as, desde has mdr Ge tn siglo, cad se bbl do Toe mest primaries aude en Telia eco to as mites moras Qa fou aon Toner. Lapin dovete ha segs emcina env prod cn au fas mujeres han cambio pogresivaent ular con el Stun del abso 9 con el mono vad ano, de mane qe [ironere” no cies hoy lo tne gre hae 90.6 100 ow nese moment sean cin berg, gma ascerseas def siti en a actividad qe mandenens pervivetcis enn aca i {uns mujeres ye paisa fines del siglo pasado Darante los siglos XVIII y XIX, en las sociedades europeas (aungue Argentina no escaps 4 este proceso) se fue consrayendo cl eal femenino por exclencia:el deal mater, caacterzado pot la afetvidad y el alewsmo,yeercido Fundamentament en el mi dd domésio, Simuténeamente erevolocén indus hizo cexis- tire eabaj a domicile cn puestos de abajo fables en conic res de trabajo miserable, a veces en franca contadiccin con os Supuesosideolsgicos del papel femenina, Bn Angontns os areas que exccraban las mujeres cn todas fs cats socials tambien sogatee in pat de In visi sexual del abajo Bellu, 29 ovis ibe), Desde TH23. un poqueio gropo de Tajeres dele ile Seanrolabe setvidades de caida en i See {ad de Benefionci, Sin ona enpactiign espeiie, eas mujeres ‘isponian de sus propios medion eeondmics pea ejeoer el alu soy i adicgrign sls alos, enfermos o desamparados, general Ineute de cena femenine. Tembisn ce cowperon de In educa de las nies, constnnyendo una verdades insancinparalela de educa ion hasta la ntervencin de Sermienio en 1876, cuando i toalidad Ge sccioneseducativas pass als Juriseci6n del Batado, El grucso dea poblacisn fensening se dediceba als taeas do rnésicts, Sin embargo ns majres des clases baja tein dese shan una gran can! de trabajos no calificados: eran costar fas, srvientas, avenderss,cocineras,planchadoras y bordadors, ‘on poquefstaleres oen sus propios domiciios. Seguin el primer nso rolizado en el pa (1869), 58,4 So de las mujeres pecene fan In PEA a través de teas gricoas y atesanales, en coin ‘denca con elescaso dessroio industria queen exe entonces pre~ ‘entaba Argentina, Este porceniae femenino desciende potable ‘ents hecie fines de spl, en el contexto de los eomienzos de ai ‘ustriiieaciOn. No obstante, es importante senalr que I medion {ental no pucde considersee abrolutamnte fedigna: es mis probable que haya dascendido el regisico (inclusive por razones de fazden simbalica) antes gue la pasticipacin real ‘La poblacintabajadora argentina adquré dese ese momento carctristcas propias de un sistem cepitaista agrcola en grandes txtensonestemtorales, Disminuyerom los rabajedoresenel eam po ala ver que se incorporaron en masa alas fbricasy al denon ‘ado "sector tercario™ El transporte, el comerci y los servicios representaban en 1914 un 35,9 dela actividad econdmicattal, con tn 269 de PEA femenina (Constenla y Reynos, 982) El proseto de teeirizacin econémica inci un elemente que resular cenrl en I constraccion de la docencia come ltemallva Jaboral para I mujer: el surpimiento de as capas “medias” “La nocin misma de clase mein se conv en uno de los i= {0s impulsores, yen algo ast come el ee Fiticio dela sociedad iuiénes compontan estas ospus medias? Segtie Rowan, Ton arnentatmente algunos inmigranesy su Hijo, pero tambven fame lias antiguas y honorabies que sufieron un desceaso ca su pos cin econdmice. Loe drigeates argentinastciess pac per Fate ttamaigo econbmicoy social de los recgn legos, de mera gue Jos inmigfantes quedabsn ibrados 9s propiasFastns pore ne porarse ala sociedad uadiional. Un “wonformiumna ascentivral Ae adhesion a los valores dominentes, se transform en srstegia general de sccin Ei “buea casamieato" para las mujeres hinge ‘ambien para los varones~ configura ae una aocién concreta de secenso soci "En In alta burguesta se facili la obtencién de maid por ie presencia de la dotey de obsequios consderebes con que se Sompence la desventsjs de ser ajer Las nifas, cons fotes 4e su propia angustiay de Is preccupacisn paiera, re torn ‘éspotasexigesesy contagran su existencla se trom de egra ‘ar, conuibuyendo a hacerse an ms objeto en este mercado ‘atrimoniah, en sl que se offen y soa ofecidns (Goede Newton, 1966) I matrimonio era a salida para ocuparun “lugar” de importan- iy la soltern, un estado lamentable ytemido. Quienes Ho lore ban concretar ese propésito, comenzafon a volearse alae activi es remuneradas gue se abrian con fos servicios, ‘arant tsigo XIX, sin embargo algunas mujeres inentaron ‘quebar los esuechos limites dels domestidad y avenniarse en ct undo potico (como Matta Sanches 0 Ivana Manso) o el mundo cultural yedeativa (come Is scritrssypintoressenjuaninas, las primera unverstariae), Pero es en a omienzoe de glo XX ‘que resulta posible, sep Soss de Newton (1966) comenzst&anali- zat movimiantot de grupos oinsitucionescreadas con el objetivo Ge colocar como tema de discusion la situaci6a femenina. Entre {sos gros se encuentran las precarsoras del feminism en ArgeR- tine ques bien se agruparon alrededor de prinsipos divergeates, Fortoando insttaciones distintas (Consejo Nacional de Mujeres, ‘Centro Feminists Socilistao Cento de Universtanas Argentines), coinciieron en la tarea de cuestionar Ia condicion subordinada de Tas meres tena en i esfera domasica cuanto en el mando piblico yas ives, ‘in punto de consenso también era la condens de las deplor bles condiciones en que las meres trabainban en Ise Eabricas ¥ el Acoso sexual de Tos capatacesy jefs, Si bien eso se ates cu ‘do comencaron a ooyparpuesis en ofiinasy servicios varios, as trabajadoras encontraron tambign en sus nuevas ocopaciones pro- Jongadas jornadas laboralesy bajos sass (més bajos inclusive ‘que los de fos hombres que ccupaban los mismos cRtB0s). "El movimiento femimisa te divids en la primera década dels slo, evidenclando ls diferencia de prepectvas sobre este cuestio- arienio compart, La fractura foe dfinitivaen las concepciones ‘cerca del trabajo femenino: el Consejo Nacional de Majeres "se Iuestra pavtidario de mejorar les posibilidadesIboraes femeninas por medio de una mayor instuecin y de a ocupacia de las aj es en tafea "apropiadas a su sexo" (Recale, 1988), mientras que las mujeres vineuladas eon el sovalsmo eechazaban la oientscion “pene” del taba femenio, considerando que a emancipacion eas mujeres Megara a partie del igual de areas romuners ‘ones, dels iberaciGn de Ia clase obrera en su aida El debate scerea del trabajo femenino a pincipis de sgt pest- 16 as posiciones que perdurarian durante varias décadas,osilando fente lo que oy ee denominaria feminimo “beta” el feminism ‘ocala, oente lo que segn Fereace Howe (1984) consis ‘rmersy Ia segimd fase del feminism, Por una parte entoces, un {eminismo que, lejos de cvestionar en su toalidad el orden social vigente,consideraba que basiaba con “hacer ver" a los poderes| ppblios y aa sociedad en general que las mujeres debfan tener de- Fechosy oportunidades de desarrollo rene ac, un feminismo so- ‘ialst que, aun con importantes puntos ea comin, consideraba ‘ubordnaién feenina como una ijustaprofundizacin dela divi- sin de clases perpéinada desde los mismos poderes det Estado Directamente vinculados con esta lendencixs se encuentran los programas de acei6n propuestos para Ins mjees en suantn 4a ‘educacién y el wabejo ‘Los desrrllos de Howe (1984) cobras feminists europeas ‘pemiten también la ectra del movimiento ferinistaen Argentinn, {ave 90 obstante conserv6 ciertas especiticidades. Los primeros [pasos del feminisino militate fueron en el sentido sealed porte “Ohision de genera vigente en el siglo XDC las mujeres son diferen tes pero debe permitseles el desaolo de eas diferencias en enc Fito de la sociedad Eas actividades carnivas y fundernentainente a docencia constiuyen la opcin privilepiads on ese deci, “Paracas, la ensetanza ora una actvided femeningspropad, ye que era el veverso a version secular del abajo ministerial del sacerdte. Las mujeres maeairas eran al azo sole dela Tplesia. Las macsiss eran misioneras,emissrias de mors foe ‘madoras dela mertesy los destino venes[-] Le ess cla. ve para esta goneracidnentera de edieadoasfemiietas ean ‘Sacificioy el servicio” owe, 1984) feminism en so segunda fase (en Argentina podrfames a ‘milano, con cera flexbiisd, les feminists soils) prociama bal equiparacign de los derechos politicos y sociales igales ‘portimidades educatives. No obstante, como veremio: meade lant, las socialists argentinas mantuvicren una notable continui- ddd con la imagen femenina alvuistay mislonea, incisive tendic- ‘on a mantener una concepcién “esoacalisa” dela diferencia ene imujeres y varones ‘Sin embargo, y pese als convergentes preocupaciones de an bas tendencin, ls alternatives Isborles"docentes” par ae muje- res resliaban poco estimulantes. La prostitucin, por su parte ame big se ejrcia en condiiones deplorable (se reglementa en 1875, ero su e)ercicio no cambia demasiado) y resulaba solo una opcon ‘ars aquellas majeres eumerpidas en la mise (la mayor) 0 francs ‘mente desafiantes (algunas, y en todos los eaos socialmente mar- Binadss (Guy, 1990), Vion condicién que eas a fas clases sociales y ocupacions esr sin embargo ol arafabatixao (que obviansnteafocsbs con roeyoronideza ssa mie bajs). Gn 1869, la poblaeion fe renin do rage de 14 arog eva aalfebot en un 821% , porcenaje (que decir 53 on 1895 ale y Caeoia Pinetaboy, 1988). La Gosibiidad dei a escuela primaria de In ey 420s fue comet fp resign elas privaces désadoe del siglo XX, sabe td ene t= ‘teria do te Capial Federal “Ast fe sperms de Ia Escuela Normal como apeién deestuios scoundariosy come fermacign pra an campo de trabajo legtimo y protegido consiny6 rapidement un loge srayente pac as mje fey sus familias (mayorteriamenie de las cepas ascendentes, unguetanbigh de la Sita) ya que responla por difeences reones ‘in inguetudee se io ditinos gropos de mujeres, convergiendo tom la novesidnd exit de brindareducacin, y In perentoriedad ‘sl prayecte politico de Is éposa: a pacficaciony unificacion deft nitves del pa, el deszroltoeconsmico agroexportedorerculado ‘cane comereo intracional,y el foment del inmigreign en as trandesregiones semideséctcasY fundamenaiment, la homoge- eiraitn idcoldgice en dieocin a ln coneirwcein do un “orden” y tt sujeto socal de In transformacidn (Pulggs6s. 1983), necesdad {ge do lugar vo de os proyectos mas exitsos del momento lo: Gal internactonal~ como fuera el dein escuela publica, {Ea educacion escolar brindada por las maestras seria el medio para aplscar Ia "mass bérbaras Veraiculas” y naconilizar alos fnormes contingenies de exrajeros incgrantes ue respond al ‘nado ofa (ef. Romero, 1975; Roa, ISI; Puls, 4, TBS, 1, La orlontactén egamvinics para la docencla femening {a mujer como posible suet del programa politico pedapxico {de I época fue objeto de discusion prs los “Tundadores” de ln es evel, Sarmiento (Bellucs en este Hiro) fue tl vez ques ms ep ‘So desde el discureo y dude a pectic bind s las mujeres de 5 ‘Shoca, Nicslis Avellaneda (Gonzilez Rivero, 1978) y Carlos Bunge ‘CYannoulae, 1990), dade une diferente perspctva polite, 8° exp convargencia 4) Bnsehar es “natural para fas megaree 8s concepoiones hegeménices sobre las cepacidades fone nas para la docencie estaba nseniadas tanto eno dscurso“viee tfico™ como en el “sentido com” de Ia época, La “naturales parece Siemmpee como Ie fen originaca: las oapecidate mi ‘dru de ins mujeres son en residad una oxtensiGn de us capac des matemales, La constioién bol6pies detemin uns capaci Snes e dar luz y una Tacutad “primitive” pe la eiana® ol ‘Unto. EI Instinto no se aprende,esté dado. No cambia, es eern9 © Inmutable. Es instrament innato de is mujeres para una cose ‘area sxitoes ‘Sis embargo esta exaltaién de Ia feracionsidad pastes contre Aitoria con el espirity posiiviss vigente en te époce, Ast, sm el Monitor de ls Educacisn Comin (837) se acepta que les maestros ‘eden tener splined pare ensear, per se reconoce ala Vex que ton tescace los “apts "el eamino mis espdito pars a mayorla dls "maestros es estudinr con cuidado la racionalidad de us procedi~ rientos y conflar mis bien ex los peacipios sanos yfilesSficos, {gue en una dudoes intuici,” El siguiente prrafo resulta por dems sugerene para et tema de Ja docencia yl conociienta “Asi como Dios ha puesto en el alma del hombre uns chisp de su inteigenin, de a misma manera puesto en el eorazén de la madre un relampago desu amor. (J ente ese sabia quien ada se le oculiay la madie que todo Te ignora, educad e un nile que no haya epreadito mis lenguaje gue el do sus grits, tide sus ligrima 961 de sus sonrises. Solo la made iene esa tiers cleneisinfusa que ve de Una sola mirada to mas ceulto ‘elas y ate we lam erara. Sel hombre no estoviers tn covgulloso de su ciencin, dblara la cabeza ante tania incom prensible sabidurta™ La capocidad de satifico, de tiruiame y deabnegacin que et necesera part la trea docente (Alliaud, 1992) tambien sparecen Con connotaciones “Yemeninas” en las dstntas fuentes “ta educacin y tds los emploos que se telacionsn con els netestan ante todo el donde sf mimo, Y este donde smi tno, aad6nde eneeniraro més grande y mls completo que en ‘uj? La mujer se sacefea por nsturleza ba aacio para st Chifearse Eo que Races fuerza al Stn espe qbe 58 ia ev ol sore desu felicidad (enor, 1889-1890) sa relaci6n de enrega ttl se realiza en un clima de alegria y sauisfaclGn, Las mojeresejeoen con gusto aquellas expacidades janatas y resultan en consscuencia, “bondadosas", “pacientes” y “Comprensivae” La bondad como “ito maternal, efluvio de ms- re que acompatia,prevé, gui, eprime, aconset. acaricia e imins, ‘Ge esa fuerza todopoderose hecha de caito, dutzurae instiotiva suri” (en Alia, 1988). ‘Ea paciencia constitirs una culidad apropiada ala ares docen- te, yadue “Ia imemperancia, a dureza, a violencia, nose avienen ‘Con nuestro rol, y nos hacen incur con fecuencia en exrores Fa “es” Monitor, 900380 "Ahora bien, apateatement las cualidades femeninas hacen que las mujeres sean mds “educadoras” que “insructoras”(Allisn3, 1988), remitcndonos aia la polémica entre la “instruccisn” y Ia “educacin” como opciones fundantes para la escuela argentina para los sstemas educativos en general) que dio lugar a variados ‘hates en la epoca, y psteionmentea varias intespretacones de los hstoriadores. ‘Uno de los conceptos de “educacién” aparentementevigentes fines de siglo parece en esrechacorrelacién con is func “mo- Talizadors” de inoulcacin de bits y valores, mieneas que, desde tt punto e vst, ls instruceiGn sgniicari a ensetans de si- beres aeademicos. ‘Uns segunda concopein aparece fleados, ales com 1) a concepzign vigento de ignoraneis como “miseris mora, ) Ia preocupacién de Ios paiticas por Ia ensefanza dela league ‘erneala, In Bistria la geogaila locales como medias de macio- ‘alice los exeanjeros,y os eciptes dei Montor de la Bdueecion Comin denominados “edocacién moral”, donde ee detatollanaspectos tanto de In csfianza de norms de conducts como de geogmfiao historia. En tilos casos a concepeln de “educaciGn” incluye fuertemente {os contenido cientfeoe, sobre todo ene ls representantes del postivisme. diversas fens de signi ‘Ast. en la primera conferencin pedugésica dads en el Centro ‘niga Nonnalista pore profesor Atdeés Ferreyra, éte expe: taste os sominstesssatries sl conocimiento. Educates ‘denver le focalades mestals pra habituarls a stable ter elaciones entre ls ideas (..] Peto no basta al hombre una fist de conocimientos més o'menos des, es necesario que Sepa pensar, que sepa amar, que Sepa querer para poder Ser ‘erdaderamente hombre” (onizor, 1891) ‘Y mis adele apregn: “By posible que nuestros nifios zepan pero es cierto que no plensan y saben porg te insrayen y Bo picnsan porgue no secdacan, y no s educan porque no hay prozedimlentos ver~ faderos, ¥ Ao hay procedimlcntos verdaderos porque no s© gue la naturales, fuente de todo procedimiento, de todo mé- Todo, de too sista y hasta de toda fueate de ensefanca La alusin a la naturale se vincula con In constatacin que thace Ferreyra de qu los niloe aprenden por la percep yt expe ‘Honcia. Postuand el desarrollo ordenado de las facultades ment Tes como “memoria, ecordacién, imagiocin, comprensin yracio~ ioe" a ediuaci serfa para Ferrera elcutvo dels facultades hhumanas superiotes, Lejos estamos, como es evident, de la com cepeisn de educacin somo socislizaca en los valores hegemn on: Sin etabargo, fa edocacionfemilar en mance fomenioas com readin bisicameate Ie wanumiaén de lor vce de In époce cores ondienes al grupo sociale pertenaase, cao que hive restr = Ssemiento: “Las mujeres, en so cartctr de madios, esposas 9 sirvients, ddesrayen Ie cdacecisn que lo nis reiben on Ins excuses. Las costumbresy las preocupaciones e pemetin por elas) Jens se podrd alteru la manera de set de un pueblo sin cet bir primero los ieasy habits de vida 2 las mujeres.” (en Reclde, 1987) En eae semi furdumenuaimente ico considera qie pe se interpretarse ls dafensa dela mujer educadoa en ia Conferencia oetring! do 1898: “Por ota pate, es un hecho probado por la experiencis, que las macstras si bien intruyen menos, educen mis, 10 qe NO suoade con los maestros” {en Allis 1965) ‘Y desde discurso de Wide se ampli: “La educacin es algo diferente del instruccin: ela se reduce seal al hombre los primeroe pasos que debe dare levi [are no encontrare ea hoque con sus semejantes, a fecundar ‘St espirity, a sigerre, a fn, inspraciones sana” (Congreso Pedegézico, 1882) Refulta une redundanca efalar que la mujeres no represents ban entonces nie "conccimieno cientifico” al el ste ilofio” ‘Una “inteligecia dminada por el coszén” (Serment), estaba lejos 4e a rigurosidad positivist, y més ain cuando exe conocimiento se consideraba un adorn ~peligroso 0 supefino- pra Ins mujeres, ‘Sélo hacia 1930, en un aetiulo sia Sma del Monitor de a Ed ‘cacién Comin, se esboza una neva oientacin en la yelacin en tee a mujer ye saber acadéemico, ‘Cusade ia ithoingccia Is input aIs profesones libel ee arales toda ls lnstuccise que requiera el conoetents ‘Se esasprofesiones y todas las garanlas de su prctien, Debo pes, pormitsels eeu y= elected toda as profesio Ase inicos de a ouartadécaga del siglo aparece erp sera 762 ana pororaedsaiva abareatlva que, no ohstate edn tne con i sigue refers: lena asersanto de ta dame agen fina extadioon debe sr allud faere et lind non seliguers' cer lun cose pero der de hacer In or. Es desir, emudiey 90 jer {g culivar In feminide 0 resi.” ») Enseflr no es ‘Asi como ser massa parefa en In épocs una prolongacién na: tural del contaeto materna con los nidos, oeupar posiiones de mayor poder en el sistema educative no resultara tan “aatsral™ pars lag mujeres. En la sere de artculos publicados en el Monitor {ela Educcisn Coniin bso el alo “Del zl de a mujer en sen fefnza primars (Esuudios dels evetiones que forman pare dl programa del Cangreso Internacional de 1889), aparecen dos inter antes acdptes sobre "La mujer directors de un entablecimieno” y "Ea mujer inspector” ‘Una vez desarolada la defen del mujer nant, fa sma sutora (Pavlina Kergomard) se pronuncin “Las eulidades que nocosia una divetore som ante tad de borden esencaimente moral el respeo des mismo, el senimien- to de justia, la misenicorda, la bondad. Estas son las cualida- des que mds sprecian las majetesy se tendré que confesar que Ins consguen tan bien como el hme. A la par de esta eal ‘det, que yo llamaria de buens pana cuaidudes superiors, ‘stn: el sentido de organizacisn, las costambres de exact, Se limpicza, de orden, de recavcidn, de urbanidad, et que fon esencaimentefemenimas: son ls dela deta de asa, de fade de fama, Ensanchando sah, a mers hace directors yrnges." Eats Inga cia que conesponde a ana congresita fancesa tive espacho favorable en Ins conclusiones del Congreso, ‘Son contads Iss oportunidedes en que s problematia Ia parti cipscidn fermeninn en fe direccin de Ins ercucles en Argentina. ‘Ademds, muchos colegios fueron confiados a mujeres drectoes. Parece mis relevante on nuestro caso la dscusion sobre le intro~ ‘duceién de ta mujer onl inspecein escola ‘Dela misma manera queen el caso dea deci, la autos des- ibe las tareas que Ia mujer ingpoctoraejecuts diariay eficiete- ‘mente “exaeina el oe, el material desde el punto de visa de la Be sions, « las maestras deade el panto de vista de sus cuaidades ‘morales, de sus aptitudes y desu talento profesional, los alice desde el punto de vita de fa salu, su desarrollo ateectualy dela cultura de sus faultades morates™ Las inspectora, a diferencia de sus colegas varones, pondrfan el acento ms en ls eduoacidn que cn a inetruceisn, ‘Sin embargo, ene! medio soval “eta novedad parce subversi- ‘ya aun gran dinero de personas" El artculo recone ls objeciones rds difundidas: 2) La posibilidad de que la mujer inspector se pong en contacto con colegas, rectors, prefectos, ministos "ee eauy delicado y hasta intra” "es deplorable, porno deci jmerdl, que una mujer abendone su hogar para i inspeccionarescuslas”, ©) “la maestas munca consentrin se inspeccionadas por muje- 4) “le inspeceitn femenine no ests bien vite por la masculine”, ©) "La inspeccién femenina no ha dado el resultado que muchos ‘sperahan.” ‘La ica objecin que acept a autora el tim, que interpre ta. ptr de In escasaedcacién profesional brindada as ftaras inspectoras por la desconfianza de que eran objeto. En los otros ‘isos, se dedicaproijameate a refutar fos planteos dentro del mis ‘mo mareo de la “mujer educadora los verdaderosinmorales 0 os “moratstas". No todas las mujeres estincasadasy tienen hijos ‘ve abandonar, y ademés hey muchas que tenn que slit taba 4 para no pasar hambre. Ee also que las macsras no reconozcen “is superiorides de una sobre las demés",y los “hombres inspec: toret aeoplaran con cortsfa sss colegs fetnenines”, para ee 230 no obstante ecomendando fuertermente que lat iaujes sets Inspectoras de las escuelas de mujeres. Las etalaticas mucsiran ‘ue hasta 1930, no hubo mujeres inspectoras en Argentine nob Viament, miembros del Conseo Nactonal e Eeacign, Resulls francamente divergent Is posicin de Leopoldo Lugo, es 0909) quien, al dedicarse al “Personal Directive” en su serie €o aniculos pecagézicos publicados en el Monitor (que pertenecen « Ii época ms erica dl ator, se opone explicitamente al ejrcicio| emenino de la dvecci6a. Las zones que expone enfatizan la "alta {de eeusnimidad” de las mujeres, su proceder“impulsivo" la “ava lidad” que establecen con las ots por Ia apadencisFisics ola ee sancia. Lugones se extionde: “Su concepto et debercrisualiz, por deciro asi en frets ‘gids yaucemdtias. Su moral esha ms bien en un concep te de compostarafiiea que de intgridad espiritual. (.] Por ‘ota pare, lst mujeres pasan su vids intelectual en Un mi infancia que perpetsamente las induce aconsidrat como una ‘demas el acto de pensar port mismas, Necesllaa sempre de lun director de conciencia, pate, esposo 0 couesorresultando ‘si paa la cecucla mevoe agentes de dtecionesclandestnas” ‘Ast, seytn el auto, las mimas condiciones que hacen de las mujeres mejores maesras(afetividad,cerana com la infencia, te.) Js wansforman en ls pores candldats pra la direcion, Lugones ‘conclye scusando alas drectoras de wansormar I excuela en

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